Solidaridad y responsabilidad

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Título:
Autor:
“Solidaridad y responsabilidad”
Juan Rosell, presidente de CEOE
Publicación:
ABC EMPRESA
Fecha:
12/7/2015
SOLIDARIDAD Y RESPONSABILIDAD
Pocas veces, por no decir ninguna, el proyecto europeo de integración ha
estado en la encrucijada en la que se encuentra. Hablo de la crisis griega,
agravada por la falta de mecanismos europeos ágiles y capaces de reaccionar
y la ausencia de propuestas ciertas, coherentes y a la altura del problema, por
parte de Grecia.
Las largas negociaciones para resolver la delicada situación económica y
financiera de Grecia nos han llevado a una situación crítica. Hoy tiene lugar una
Cumbre de Jefes de Estado de los 28 miembros de la Unión Europea. La altura
de miras de los responsables europeos y griegos será fundamental para
alcanzar un acuerdo que, bien diseñado, beneficiará a todas las partes.
La clave del acuerdo estará en conjugar la solidaridad con la responsabilidad.
Un esfuerzo añadido en solidaridad europea para no dejar caer definitivamente
a nuestro socio griego y arrastrar dramáticamente a empresas y, sobre todo,
familias. Una verdadera responsabilidad griega para, en contrapartida,
comprometerse sin equívocos a cumplir con las reformas que el país necesita y
que no son otras que las que, con mayor o menor esfuerzo, han realizado
otros, entre ellos España, con no poco sacrificio.
La moneda única nos sirvió como un escudo protector para limitar el impacto
de la crisis financiera internacional y nos ofreció un marco de flexibilidad para
adaptarnos a una nueva realidad más competitiva.
CEOE
Diego de León, 50
28006 Madrid
Tel. +34 91 566 34 00
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De manera particular, la economía griega, pudo seguir adelante durante la
crisis de deuda gracias a la financiación ofrecida por sus socios europeos, ya
que había perdido la capacidad para obtener dinero en los mercados
internacionales. De hecho nuestro país, ha prestado (directa e indirectamente)
unos 26.000 millones de euros, un importe algo superior a la partida
presupuestaria de 2015 asignada a las políticas de desempleo.
Grecia aún necesita apoyo financiero, pero la falta de resolución está
generando una gran incertidumbre, que es el peor “ingrediente” para el
crecimiento económico. Además, el freno a las reformas estructurales, la
consolidación fiscal y el proceso de privatizaciones durante el primer semestre
de este año han tenido un efecto muy negativo para el país. A principios de
año, se preveía un crecimiento del 2,5% del PIB griego para 2015, pero las
últimas estimaciones del FMI apuntan ya a un estancamiento.
Con este panorama, la necesidad de alcanzar un acuerdo amplio y, sobre todo,
viable es acuciante. Lo contrario, tendría unas consecuencias insólitas para
Grecia y para el proyecto europeo. No sólo en términos económicos, también
en clave política. Una salida de Grecia, cuando menos, cambiaría los mapas
geoestratégicos.
Por ello y como mencionaba, el citado acuerdo debe guardar un equilibrio entre
la solidaridad europea y la responsabilidad de las autoridades griegas para
acometer las reformas que creen una base sólida de crecimiento a largo plazo.
La situación económica muestra que, a pesar de los programas de asistencia
económica, los ajustes aplicados han sido insuficientes para que Grecia sea
competitiva, sostenible y generadora de empleo.
Es preciso que la economía griega asuma el firme compromiso de aplicar un
paquete de reformas que sea coherente, creíble y permita registrar tasas de
crecimiento.
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El intenso ajuste de los costes en Grecia ha permitido corregir gran parte el
déficit por balanza corriente, pero a finales de 2014 todavía registraba un
desequilibrio del 2,2% PIB, aumentando la elevada deuda externa, que
asciende al 121% del PIB. Es decir, la economía griega ha de ser más
competitiva y, para ello, se precisa liberalizar actividades económicas,
aumentar la competencia y facilitar la actividad empresarial. El país heleno se
sitúa en el puesto 61 en el ranking sobre facilidad para hacer negocios,
elaborado por el Banco Mundial, el peor de los países de la Zona Euro, excepto
Chipre y Malta.
En cuanto al ámbito presupuestario, con un déficit del 3,5% y una deuda
pública del 177%, aún se tienen que realizar más esfuerzos para garantizar la
sostenibilidad del sistema de bienestar, no solo desde el lado del gasto, sino
también mediante un sistema tributario más equilibrado y eficiente. Asimismo,
es preciso aplicar aceleradamente las reformas del sistema de pensiones
aprobadas en los años anteriores, e introducir medidas para desincentivar la
jubilación anticipada o para aumentar los vínculos entre contribuciones y
prestaciones.
El objetivo último ha de ser la aplicación estricta de una hoja de ruta clara que
permita a Grecia crecer, ya que será la única vía para generar empleo, reducir
el déficit y la deuda públicos y, en definitiva, garantizar la viabilidad de la
economía del país.
Estas reflexiones son compartidas por nuestros colegas europeos, en el marco
de BUSINESSEUROPE, la Confederación Europea de Empresas. En concreto,
el pasado 8 de julio, acordamos una declaración donde pusimos de manifiesto
nuestra solidaridad con las empresas y el pueblo griego; la necesidad de un
acuerdo serio para acometer reformas que impulsen el crecimiento; la urgencia
del mismo debido a los problemas de liquidez; la necesidad de mejorar las
cuentas públicas para poder contemplar otras medidas a más largo plazo sobre
la deuda pública y; finalmente, pedir que el resultado de la crisis actual sea una
Unión Económica y Monetaria reforzada.
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Resolver la crisis griega es vital para la Unión Europea, para la Zona Euro, para
Grecia y para todos nosotros. Estamos convencidos de la necesidad de
alcanzar un acuerdo realista que ofrezca certidumbre, estabilidad e incentivos
para garantizar la prosperidad de la Zona Euro y de Grecia dentro de ella.
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