“GRATITUD EN EL CORAZÓN” (LUCAS 17:11-19) (POR EL PASTOR EMILIO BANDT FAVELA) (818. DOMT. 140713) SERMÓN PARA CULTO DE GRADUANDOS. V. C. LA GRATITUD ATRAE MUCHAS BENDICIONES. Se cuenta que en el reino que ahora es Corea, el emperador se enteró que en cierta región de su dominio algunos ciudadanos se estaban rebelando. De inmediato ordenó a sus jefes militares que se prepararan pues iban a destruir a sus enemigos. Cuando llegó a aquel lugar habló con los insurgentes, les concedió sus peticiones y los trató humanamente. Ellos en gratitud volvieron a ser sus súbditos con gusto. Los generales asombrados le confesaron al soberano que esperaban un combate. El rey les dijo: -Os dije que vendríamos a acabar con mis enemigos y ya ven ninguno de ellos es mi enemigo. Aquel emperador sabía el gran valor de la gratitud y sus altos beneficios. Nuestro Buen Dios también sabe lo provechoso que es la gratitud. Por eso, a través del apóstol Pablo nos conmina al agradecimiento: “… sed agradecidos” (Colosenses 3:15). Otro pasaje enseguida dice: “Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de ÉL” (Colosenses 3:17). Nuestro pasaje nos presenta a un hombre que se dio cuenta de la gran bendición que recibió de Dios y supo darle gracias. Esa acción fue muy beneficiosa para él. De la misma manera, amados estudiantes, también debemos ser agradecidos para ser mayormente bendecidos por Aquel que es la fuente de toda buena dádiva. Meditemos juntos en este hermoso pasaje bíblico concentrándonos en los versos 15 al 19 y veamos los grandes dividendos de la gratitud en el corazón. 1º LA GRATITUD ES BUENA (17:15-16). Dicen nuestros textos: “Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano”. La gratitud es buena porque nos ayuda a reconocer las bendiciones de Dios. Aquel hombre se dio cuenta que había sido sanado y entonces glorificó al Señor a gran voz. De la misma manera, amados estudiantes, ustedes deben reconocer la bendición del Padre Celestial al terminar una carrera o una etapa en sus estudios. La gratitud es buena porque nos ayuda a ser humildes. Aquel hombre se postró a los pies del Maestro con su rostro hasta la tierra. La gratitud y el orgullo no pueden ir de la mano. La gratitud nos pone en nuestro debido lugar de beneficiados. No hay lugar para la jactancia ni la vanidad. 818. DOMT. 140713. “GRATITUD EN EL CORAZÓN”. LUCAS 17:11-19… 1/2 La gratitud es buena porque nos ayuda a cumplir el deseo de nuestro Dios. Aquel hombre regresó hasta Jesús sólo para darle las gracias. La Biblia dice que dar gracias al Señor es la voluntad del Padre Celestial: “Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús” (1 Tesalonicenses 5:18). En otro pasaje, el apóstol Pablo también escribe: “Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo” (Efesios 5:20). Así que, si sabemos dar gracias a Dios, estaremos cumpliendo cabalmente el deseo del Señor y ÉL se agradará de ello. 2º LA GRATITUD DA GLORIA A DIOS (17:18). Nuestro Amado Maestro agrega: “¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero?”. Es cierto que aquel hombre regresó hasta Jesús para darle gracias, pero nuestro Salvador ve esa acción como un acto que glorifica a Dios. Lo cierto es que una de las mejores y más grandes formas de adorar al Señor es por medio del agradecimiento. La Biblia nos enseña que la gratitud es una de las más hermosas acciones del ser humano. La gratitud ennoblece la vida, en cambio, la ingratitud la degrada. Es por eso que el salmista no quería en ningún día del año ser desagradecido con el Señor; por eso imponía a su alma este mandato: “Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios” (Salmo 103:2). Sin lugar a dudas, amados hermanos, nuestra gratitud al Señor será siempre una forma hermosa de adorarlo solo a ÉL. 3º LA GRATITUD ASEGURA MAYORES BENDICIONES (17:19). Nuestro texto dice: “Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado”. Aquel hombre agradecía la sanidad y por haber regresado a dar gracias y honrar de esa manera al Señor salió con una bendición mayor: La salvación. Para mis amados hermanos que han terminado una carrera les digo que ya han recibido una gran bendición; pero si son agradecidos con el Señor, recibirán más y mayores bendiciones. Un predicador quiso ilustrar esta verdad usando un plato con arena dentro de la cual se encontraban partículas de hierro. Dijo que aunque usara sus cinco sentidos no podría localizar las partículas de hierro, pero si usaba un imán, éstas saldrían de donde estuvieran. Para él, un corazón agradecido es el imán y las partículas de hierro son las bendiciones de Dios. Un corazón agradecido es el único que puede detectar y atraer las bendiciones del Señor. Amados estudiantes, si hay gratitud en sus corazones atraerán muchas bendiciones de nuestro Dios. ¡Que el Señor encamine nuestro corazón a ser agradecidos! Después de todo es la única forma de reconocer las bendiciones de Dios. ¡Así sea! ¡Amén! 818. DOMT. 140713. “GRATITUD EN EL CORAZÓN”. LUCAS 17:11-19… 2/2