Explotaciones de áridos en la Región de Murcia

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Explotaciones de áridos en la Región de Murcia
Rafael Arana Castillo y Juan Antonio Fernández Gabarrón
Departamento de Química Agrícola, Geología y Edafología. Universidad de Murcia
Introducción
En el año 1998 se extrajeron en la Región de Murcia más de 13 millones de
toneladas de productos de cantera, incluyendo los áridos para la construcción y obras
públicas, rocas ornamentales y el resto se reparte entre otros minerales y rocas industriales
como pórfidos (ofitas o metabasitas), yesos, arcillas, margas, sal y sílice. El valor de la
producción en cantera de estos materiales, sin considerar el valor añadido de su
transformación en talleres de elaboración de rocas y fábricas, asciende a unos 85 millones
de €.
Las canteras dan empleo directo a más de 900 trabajadores en la Región. Si a esta
cifra se añade el personal que trabaja en plantas de tratamiento y elaboración junto con el
empleo indirecto o inducido que genera (transportistas, talleres de mantenimiento y
reparación de maquinaria, fabricantes, talleres de segundo corte, etc.) el número de
trabajadores que dependen de la minería se sitúa entorno a los 7000.
Nuestra región ofrece, en un número elevado de municipios, una gran cantidad de
explotaciones destinadas a áridos, produciendo arenas y gravas, en su gran mayoría de
origen calizo, que representan aproximadamente un 38% del total de canteras.
Las canteras de áridos están clasificadas según el artículo 3.1.A de la Ley de Minas
22/73, en la sección A, dentro de los Recursos Geológicos y Yacimientos Minerales. El
derecho al aprovechamiento de los recursos requiere de un proceso reglado que, desde el
año 1973, se ha venido configurando a través de Reales Decretos, Reglamentos y Leyes
que han establecido el marco normativo que en la actualidad afecta tanto a la actividad
minera y al proceso industrial propiamente dicho, como a la protección del Medio Ambiente.
El trámite se inicia de forma genérica con la presentación de una Memoria-Resumen, que
requerirá un informe preceptivo de la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura y Agua.
Contiene una exposición de motivos con los datos generales de la actividad, extracción,
transformación, instalaciones auxiliares, localización y descripción de la instalación.
También se describen las inversiones a realizar, los procesos de producción y las
incidencias ambientales con las medidas correctoras a llevar a cabo.
Una vez presentada a través de la Consejería de Medio Ambiente, se establecen los
mecanismos de información y participación ciudadana, con los correspondientes períodos
de información pública, dando lugar la tramitación al establecimiento de los puntos críticos a
tratar en el Estudio de Impacto Ambiental. La declaración de Impacto Ambiental favorable
es requisito previo para la autorización de explotación oportuna por parte de la Dirección
General de Industria, Energía y Minas, con el Proyecto de Explotación.
En la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia hay un total de 184 canteras
dadas de alta en la sección A (datos de 2000).
Mármol Caliza Arena-grava Pórfido Ornamental Sal Yeso Otros
82
46
15
5
8
7
6
15
De estas sustancias, las que se destinan a áridos son las arenas y gravas, pórfidos y
la gran mayoría de las calizas, con 66 canteras, lo que representa el 38% del total de
canteras. Pese a los datos anteriores, en los que se aprecia mayor número de canteras de
piedra ornamental que de áridos, la realidad es que la producción de áridos en la
Comunidad Autónoma de la Región de Murcia es de 8 millones de toneladas al año, lo que
supone un 89% de la producción minera extractiva. Dichas canteras de áridos se
encuentran presentes en 23 de los 45 municipios de la Región.
En cuanto al tipo de árido, se debe indicar que las canteras denominadas de arenas
y gravas, en su gran mayoría, son de naturaleza caliza, lo que viene a abundar más en la
mayor presencia de áridos calizos frente a porfídicos en la Región. Según los datos que
obran en poder la Consejería de Industria, el sector de la minería, que actualmente se ciñe
a la producción en canteras de áridos y rocas ornamentales, cuenta con un número de
explotaciones de 150, aunque sólo 50 de estas empresas se encuentran dedicadas a la
extracción de áridos. En la tabla siguiente se recogen las 16 canteras más representativas.
Tabla 1. Principales canteras de áridos de la Región de Murcia1
Cantera
Municipio
Explotador
Solana del Cerrajero
FULSAN, S.A.
La Tejera
El Zacacho
Monte Carabina
Los Tres Santos
El Francis
Cabezo
Gordo
Oeste
Cutillas
Lomas de Hellín
El Conjuro
PROVIMECO
Onofre Egea
Cabezo Negro
Puerto Adentro
Los Almendros
Fortuna
Alhama de Murcia
Caravaca
Santomera
Abarán
Abanilla
La Unión
Torre Pacheco
Áridos Torralba Hnos., SA
FULSAN, SA
Hormigones Cava, S.A.
ARIMESA
Hormigones Martínez, S.A.
Antonio Serrano Aznar
González Soto, S.A.
Los Canteros, S.A.
Fortuna
Jumilla
Bullas
Cartagena
Blanca
Abarán
Puerto Lumbreras
Puerto Lumbreras
Áridos Cutillas, S.A.
TRIJUSA
Triturados Espín y Espín, S.A.
PROVIMECO, S.L.
Onofre Egea e Hijos, S.A.
Pórfidos del Mediterráneo, S.A.
Hormigones Martínez, S.A.
Hormigones Martínez, S.A.
TOTAL
Producción
(m3/día)
6.000
600
700
3.100
700
2.000
2.000
1.700
3.800
900
380
1.000
495
2.000
1.300
255
26.930
Tipos de áridos
Se entiende por áridos en la construcción aquellos fragmentos y partículas minerales
inertes, obtenidos directamente o por un proceso de machaqueo o trituración a partir de
rocas o escorias, que entran a formar parte de una mezcla tal como un aglomerado
bituminoso o un hormigón hidráulico. De la anterior definición se pueden establecer dos
tipos: los áridos naturales, extraídos de graveras o canteras, y áridos artificiales,
procedentes de los desechos industriales. Entre éstos se pueden citar las escorias de altos
hornos, siempre que hayan perdido sus propiedades combustibles; las escorias de hierro,
cenizas, trozos de tejas y ladrillos, serrines, etc. Los áridos naturales se pueden dividir
asimismo, en áridos naturales propiamente dichos cuando se utilizan tal y como se
encuentran en la naturaleza (el único tratamiento a realizar es el de lavado y cribado), y
áridos de machaqueo, que, procedentes de muy diversas clases de rocas, necesitan
machacarse para obtener una granulometría requerida. En este sentido, cabe señalar la
distinción entre áridos gruesos y finos, separados por el tamiz de 1/8” (3,375 mm).
Los áridos naturales propiamente dichos son los procedentes de depósitos detríticos,
gravas y arenas, poco cementados, que reciben el nombre de graveras. Son varios los
ambientes sedimentarios en que aparecen estos depósitos granulares: los depósitos
1
Autores varios (1999). Canteras de áridos para hormigones y viales en la Región de Murcia. Consejería de
Política Territorial y Obras Públicas. CD diseñado por INTEGRA, Comunicación Multimedia.
aluviales actuales o antiguos, abanicos aluviales, depósitos glaciares y fluvio-glaciares,
depósitos de playa y niveles de gravas y arenas antiguas. No todos estos depósitos son
válidos para su explotación como áridos, ya que influye también la litología de los
fragmentos. Asimismo, la granulometría original influye decisivamente según sea el uso al
que el material va destinado.
Los áridos de machaqueo se obtienen a partir de masas rocosas explotadas en
canteras, exigiéndose para ello una serie de labores de extracción y tamizado del producto
resultante. Los productos de cantera más comúnmente utilizados para áridos son las calizas
y dolomías, cuarcitas, pórfidos e incluso pizarras.
La extracción de productos de cantera para su utilización como áridos da lugar a un
enorme volumen de producción, siendo su valor muy elevado.
La producción de áridos, incluso con más intensidad que otros productos
procedentes de rocas industriales, está íntimamente ligada al esquema industrial o
económico del que sirve como base de suministro. Así, la extracción de áridos en una
determinada zona es un hecho puntual. Por ejemplo, es común el que se abra una cantera
para satisfacer las necesidades constructivas de una presa, de una carretera o de un gran
edificio. Cuando la obra acaba, la cantera deja de explotarse. En el caso de las graveras o
canteras próximas a núcleos urbanos importantes, su longevidad es mayor al requerir estos
núcleos un suministro casi permanente.
Uso de los áridos
La utilización de los áridos se centra fundamentalmente en la fabricación de
hormigón, siendo éste el material resultante de la unión de estos elementos áridos con la
pasta que se obtiene añadiendo agua a un aglomerante (esencialmente, cemento artificial).
El término mortero representa la mezcla de arena con cemento y agua, siendo, por tanto, un
tipo particular de hormigón sin árido grueso.
Además de su amplio uso en la construcción como material unido por un
aglomerante, los áridos se utilizan, bien sin ligazón, bien unidos por un material natural,
arcilla más agua, en un gran número de obras. Así, los balastos para el tendido de vías de
ferrocarril, firme de carreteras, filtros, rellenos, terraplenes, obras de escollera, etc. Todos
estos usos, aparte de su importancia económica, redundan en la apertura de un abundante
número de explotaciones con amplia incidencia ambiental.
Dentro de los hormigones existe una gran variedad de tipos en función del tamaño,
densidad del armazón, clase de aglomerante y peso específico del árido. Un tipo de
hormigón especial es el hormigón ligero, que utiliza para su fabricación áridos de bajo peso
específico (menor de 2 kg/dm3), tales como escorias y tobas volcánicas, cenizas, pumita,
vermiculita, arcillas o pizarras.
Este material puede estar surtido también por subproductos de otras industrias,
siendo su uso de gran interés por su bajo peso, aislamiento térmico y acústico, resistencia
al fuego, etc. Los aglomerados asfálticos constituyen otro importante producto en el que van
incluidos los áridos. Dos tercios del total de la producción de árido de machaqueo en
Estados Unidos en 1975 se destinaron a la fabricación de aglomerados asfálticos para firme
de carreteras.
Propiedades de los áridos.
Los materiales usados como áridos deben consistir en partículas limpias, de forma
adecuada, competentes y duraderas, es decir, capaces de conservar sin variación durante
un largo período de tiempo su estado físico y químico. Es por ello que el árido debe estar
constituido por partículas firmes, resistentes a las tensiones y estar desprovisto de
sustancias fácilmente alterables o capaces de reaccionar con facilidad con el cemento. Un
caso muy característico es la diseminación de pirita, muy común tanto en áridos naturales
como de trituración, que al ser fácilmente oxidable, puede inducir varios procesos de
alteración que se traducen generalmente en la presencia de manchas oscuras en el
hormigón fabricado con dichos áridos. Es evidente que las propiedades físicas y químicas
dependen en último extremo de las características petroestructurales y mineralógicas de las
rocas de que proceden.
Para su uso como árido, un material deberá tener unas condiciones físicas (densidad
aparente y absoluta, superficie específica, compacidad, porosidad, forma de las partículas,
adherencia, resistencia al desgaste y choque, selección...) y químicas (reactividad con
álcalis baja, falta de solubilidad, ausencia de elementos oxidables...) que impidan su
descomposición y rotura dentro del hormigón. Las especificaciones que regulan el uso de
los áridos son muy variables, dependiendo del país, del uso a que los áridos van destinados.
En general, se admiten unas especificaciones mínimas que se deben cumplir, de forma que
pueda fabricarse con ellos un hormigón aceptable. Así, la pérdida por abrasión del árido
deberá ser menor del 30%, su peso específico, mayor de 2.55, su absorción no debe
superar el 3%, el equivalente de arena, en caso de árido mayor de 75, etc. Un aspecto
importante es su tamaño y granulometría. El árido fino debe contener más del 45% del
material entre dos tamaños consecutivos de tamiz; por el tamiz 200 no debe pasar más del
5% del material. Como característica general, la granulometría del árido deberá tender a
que el total de huecos que dejen entre sí los granos del árido sea la menor posible, siendo
también mínima la superficie total de los granos.
La aceptabilidad de un material como árido exige el realizar una serie de estudios o
ensayos que determinan su buena calidad para el uso a que va destinado. Estos ensayos
incluyen la determinación de las propiedades antes reseñadas, así como un examen
petrográfico y determinación precisa de su mineralogía (difracción de rayos X). Otros
aspectos a determinar pueden ser su contenido en materia orgánica, contenido en
partículas blandas o terrones de arcilla, etc.
En la figura 1 se muestra el esquema general del proceso de clasificación y
trituración de un depósito de áridos2.
2
Geología y Medio Ambiente, serie Monografías nº 11. CEOTMA, Madrid, 1081, pág. 139.
Figura 1. Esquema general de una extracción de áridos (CEOTMA, 1981).
Ensayos más comunes en los áridos
Absorción de agua (UNE 7 139). Expresa el volumen de huecos que puede ser
ocupado por el agua y se calcula por la diferencia de peso entre el árido saturado en agua y
seco.
Adhesividad a los ligantes bituminosos en presencia de agua (NLT 172). El ensayo
consiste en una evaluación visual de las partículas de árido que siguen envueltas con betún
tras un período de inmersión en agua.
Análisis granulométrico. Se efectúa con una tamizadora electromecánica y permite
conocer la distribución de partículas por el peso retenido en una serie de tamices de tamaño
progresivamente menor. Los resultados se representan en histogramas o en curvas
acumulativas y en el caso de áridos naturales se pueden obtener numerosos parámetros
relacionados con su transporte y ambiente de depósito.
Coeficiente de forma (UNE 7 328). La forma de un árido se caracteriza por las tres
dimensiones de un paralelepípedo circunscrito al mismo. El coeficiente de forma expresa la
relación existente entre los volúmenes y las dimensiones de los granos de una determinada
fracción de árido grueso.
Coeficiente de friabilidad (UNE 83 133 / UNE 83 134). Determina la resistencia de las
arenas a la fragmentación y se lleva a cabo en un cilindro rotatorio.
Contenido en finos (UNE 83 115). Expresa el porcentaje de finos de tamaño inferior
a 80 micras existente en un árido y se calcula separando por lavados sucesivos las
partículas finas de un árido.
Densidad real (UNE 7 133). Relación entre la masa y el volumen de un árido.
Densidad real de la muestra saturada con la superficie seca (UNE 83 133/UNE 83
134). Es el cociente entre la masa de la muestra de los áridos en saturación parcial con la
superficie y el volumen que ocupa (volumen real).
Desgaste “Los Ángeles” (UNE 83 116 /NLT 149). Expresa la resistencia a la
fragmentación por choque de los áridos gruesos.
Equivalente de arena (UNE 7 135). Representa la fracción de árido que pasa por el
tamiz de 5 mm y se expresa mediante una relación volumétrica entre los elementos
denominados arenosos y los llamados finos (arcillas, impurezas, etc).
Estabilidad frente al sulfato cálcico (UNE 83131/NLT113). Expresa la resistencia a la
desintegración de los áridos al ser sometidos a ciclos alternativos de inmersión en
disoluciones saturadas de sulfato sódico. Se basa en establecer una comparación entre el
comportamiento de los áridos tratados y su posible comportamiento a la intemperie.
Índice de agujas (NLT 358). Es el porcentaje en peso de las partículas de árido cuya
dimensión máxima es superior a 9/5 de la dimensión media de la fracción.
Límite plástico (NLT 166). Es la humedad más baja con la que pueden formarse
cilindros de suelo de unos 3 mm de diámetro, rodando dicho suelo entre la palma de la
mano y una superficie lisa, sin que dichos cilindros se desmoronen.
Limpieza superficial (NLT 354).Consiste en la eliminación mediante lavado de las
partículas inferiores a 0,5 mm, mezcladas o adheridas a la superficie de los áridos.
Materia orgánica (UNE 7 136). Determina el contenido en materia orgánica de las
arenas.
Partículas blandas (UNE 7 134). El procedimiento se basa en la resistencia al rayado
de las partículas del árido. Trata de identificar las partículas blandas en toda una masa y de
poner de manifiesto la posible existencia de recubrimientos de escasa dureza sobre los
elementos que constituyen los áridos.
Partículas ligeras (UNE 7 082). Contenido en carbón, materia vegetal y otras
partículas de baja densidad que aparecen como impurezas.
Reactividad alcalina (UNE 7 134). Determinación de la posible reactividad de los
áridos con los álcalis del cemento y se basa en la reacción del árido con una solución
valorada de hidróxido sódico.
Reactividad alcalina desgaste “Los Ángeles” (UNE 7 134). Determinación de la
resistencia a la fragmentación por choque de los áridos gruesos.
Otras determinaciones
Para una caracterización precisa de un árido se requieren otras determinaciones
complementarias entre las que destacan:
- Análisis mineralógico por difracción de rayos X. Permite conocer las distintas fases
minerales representadas en un árido y una estimación semicuantitativa de las mismas. Se
utiliza una pequeña cantidad representativa de la muestra molida a un tamaño inferior a 50
micras (270 mallas).
- Análisis químico de componentes mayoritarios. Tras una fusión alcalina de la muestra con
metaborato de litio, se suelen determinar los siguientes componentes: SiO2, Al2O3, CaO,
MgO, FeO, Fe2O3, MnO, K2O, Na2O, TiO2, P2O5, H2O, CO2, Cl y S, junto a la pérdida por
calcinación (efectuada en horno de mufla). Para estos análisis se utilizan varias técnicas
espectrométricas: absorción atómica (generalmente para Fe, Mg,Ca, Na, K y Mn),
fluorescencia de rayos X (para Cl, P y S) y espectrometría de plasma inducido (para Si, Al y
Ti).
- Estudio microscópico en lupa binocular. Permite conocer los rasgos morfológicos
característicos de los áridos, existencia de costras, pátinas, rellenos tardíos, inclusiones y
otros aspectos complementarios.
- Estudio por microscopía de polarización con luz transmitida. Permite identificar las distintas
fases minerales representadas en los áridos y numerosos rasgos texturales de interés
(distribución de tamaño de grano, presencia de diseminaciones de menas metálicas,
intercrecimientos, rellenos tardíos y posibles procesos de alteración).
Consideraciones globales sobre los áridos de la Región de Murcia3
Un análisis global de los datos correspondientes a las 16 canteras más
representativas de áridos en la región, recogidas en la Tabla 1, permite conocer numerosos
aspectos de interés relativos a su naturaleza, propiedades físicas, caracterización química y
mineralógica y principales usos.
El mayor volumen de áridos es de naturaleza carbonatada, tanto calcítica como
dolomítica o mixta, mientras que los de carácter porfídico, menos numerosos, son de alta
calidad y con importantes reservas. Las calizas presentan una composición homogénea,
con calcita como fase mayoritaria, acompañada de dolomita y cuarzo en proporción muy
variable y eventualmente trazas de filosilicatos. La mayoría son de origen marino y
contienen abundantes restos fósiles, principalmente foraminíferos, algas, corales,
lamelibranquios y braquiópodos, epigenizados totalmente por calcita. Presentan elevados
contenidos en calcio, intermedios en magnesio y silicio y pequeñas cantidades o trazas de
hierro, aluminio, sodio, potasio, titanio y manganeso. En conjunto se trata de calizas de
elevada pureza química y mineralógica, lo que se traduce en un amplio espectro de
aplicaciones. Como rasgo común destaca la presencia generalizada de diseminaciones de
menas metálicas primarias, generalmente oxidadas y rellenos tardíos de calcita en
pequeñas fisuras y cavidades, a veces acompañada de cuarzo y de óxidos de hierro.
Las únicas rocas carbonatadas que se explotan como áridos y que corresponden a
mármoles en sentido petrológico son las del Cabezo Gordo Oeste, importante yacimiento de
mármoles cuya explotación se inicia ya en época romana. Se trata de mármoles calcíticos
que pueden pasar gradualmente a sideríticos y dolomíticos, caracterizados por la presencia
de moscovita (mármoles cipolínicos o cipolinos), perceptible a simple vista por su brillo y
color, acompañada de pequeñas cantidades de cuarzo y feldespatos. Se observa una
relación entre la friabilidad de algunas fracciones, el coeficiente de forma, el índice de lajas,
el desgaste Los Ángeles y la composición mineralógica.
3
Algunos datos se han extraído de: Autores varios (1999) “Canteras de áridos para hormigones y viales en la
Región de Murcia”. Consejería de Política Territorial y Obras Públicas. CD diseñado por INTEGRA.
Para el resto de las rocas carbonatadas, diversos parámetros físicos, como son los
contenidos en finos, friabilidad, equivalente de arena, desgaste Los Ángeles, dan valores
relativamente altos (próximos a límites aceptables), que están relacionados con diversas
características de la rocas, tales como la variabilidad espacial química y mineralógica
existente, la heterometría de grano que presentan, sobre todo cuando son arenosas, la
existencia de grietas rellenas por calcita secundaria, presencia de restos fósiles y, por
último, granos intersticiales de cuarzo. La microporosidad de la roca influye en el bajo
coeficiente de forma y en la limpieza superficial elevada.
La fracción granulométrica menor de 2 µm, fracción arcilla, en la mayoría de las
canteras está constituida, casi en su totalidad, por calcita, por lo que los finos que contiene,
o que se pueden producir, son carbonatos. Sólo en pocos casos, el contenido en filosilicatos
puede alcanzar un valor significativo como componente de la fracción arcilla.
Los áridos de naturaleza caliza presentan valores de densidad comprendidos entre
2,600 y 2,760 g/cm3 en todas sus fracciones, aumentando este valor a medida que
disminuye el tamaño del árido. Todos ellos presentan comportamientos muy favorables
frente a ciclos de hielo/deshielo, lo que tiene su origen en la alta compacidad de las rocas y
su poca absorción, menor del 2 %, estando muy por debajo del valor convencionalmente
admisible del 5 %. Sólo en una cantera, estos valores son notablemente peores al resto de
los demás, pero dentro de los límites admisibles en las normas.
Las características físico-mecánicas de los mismos, se ajustan a las prescripciones
exigibles actualmente, encontrándose suficientemente alejadas de los umbrales mínimos,
salvo en el caso de la friabilidad de las arenas, cuyos valores se aproximan en algunas
canteras a los límites. Nos encontramos, pues, que el 78 % dan resultados de desgaste por
debajo de 30, mientras que el 22% restante presenta mayores desgastes, pero siempre
dentro de valores admisibles en la EH 91.
En cuanto a las características físico-químicas, los áridos calizos estudiados
presentan resultados aceptables. En general, no aparecen partículas blandas ni terrones de
arcilla en las fracciones gruesas, lo que permite que, en cierto modo, el valor de su
desgaste se mantenga por debajo de lo especificado en la normativa. Las fracciones
arenosas no presentan reactividad potencial y los valores obtenidos para los equivalentes
de arena son superiores a 75. En estas calizas, no se han encontrado indicios de materia
orgánica, lo cual presupone que el desbroce de la montera vegetal es el adecuado, previo a
la obtención del material.
Todos estos áridos ensayados, en general presentan una buena adhesividad a los
ligantes bituminosos.
Respecto de las características de forma y granulometría, al no ser áridos lavados,
presentan contenidos de finos altos, pero dentro de valores admitidos en la EH 91.
La forma de los mismos tiende a ser bastante cúbica en las fracciones superiores al
6/12, con valores por encima de 0,15 y por debajo de 35 para el índice de lajas. La fracción
6/12 presenta valores para el coeficiente de forma que se encuentran en el límite permitido,
lo que no ocurre con la fracción 3/6, lo que se debería tener en cuenta en relación a su
empleo como áridos para hormigones, y las posibles dificultades y la obtención de buenas
resistencias sin exigencias de dosificaciones altas de cemento.
Áridos dolomíticos
El componente mineralógico mayoritario es la dolomita, seguido de calcita, con un
gran rango de variación en ambas. Presentan poco residuo insoluble en ácido, de
naturaleza silicatada a juzgar por los valores de la pérdida a 1.000°C. El cuarzo suele
aparecer en proporciones muy bajas, generalmente inferiores a un 5%.
La composición química de las dolomías destaca por la escasa representación de
elementos aportados por minerales no carbonatados, siendo los elementos mayoritarios Ca
y Mg. Los elementos Si, Al, Fe y Na están en pequeña proporción y, como minoritarios se
encuentran, K, Mn, Ti, Cl y S.
En las dolomías, la heterogeneidad de tamaño de cristales, la existencia de una
porosidad más o menos elevada por fenómenos de redisolución, abundancia de redes de
fisuras, a veces recubiertas de calcita y haces de moscovita, se pueden relacionar con los
valores próximos al límite en contenido en finos, limpieza superficial, equivalente de arena y
coeficiente de forma.
En las dolomías, al igual que en las calizas, la variabilidad espacial se manifiesta a
muy pequeña escala y las variaciones composicionales pueden justificar que determinados
parámetros físicos presenten valores diferentes para las distintas fracciones
granulométricas.
En general, los áridos dolomíticos presentan características muy similares a los
áridos que hemos denominado calizos, al proceder ambos de rocas carbonatadas.
Estos áridos son algo más densos que los calizos, con valores que oscilan entre
2,700 y 2,800 g/cm3 en el 66% de los casos y, en el 33 % restante, las fracciones gruesas
se encuentran por debajo de 2,650 g/cm3.
Respecto a sus características físico-mecánicas y físico-químicas, los datos reflejan
que no existe una uniformidad importante por el hecho de ser todos dolomíticos, al igual que
ocurre en el caso de los áridos calizos. Los valores obtenidos son dispersos, aunque todos
ellos se encuentran dentro de los límites convencionales de aceptación.
Se observa también que los valores obtenidos para el ensayo de estabilidad a la
acción de los sulfatos son algo superiores a los datos obtenidos del árido calizo.
Respecto de la dureza presentan menores valores para el desgaste Los Ángeles que
los áridos que hemos denominado calizos. Todos estos áridos proceden a su vez de
canteras en las cuales existe un buen desbroce, puesto que no aparece materia orgánica en
las muestras.
Al igual que en los áridos calizos, los equivalentes de arena obtenidos son superiores
a los valores mínimos requeridos, pero el 66 % no llega a superar el valor de 80, lo que se
tendrá en cuenta para su empleo en obras de ambiente III, o que tengan que soportar ciclos
de hielo-deshielo.
Materiales porfídicos
Bajo esta denominación se conocen numerosos afloramientos de ofitas o
metabasitas (rocas básicas que han sufrido metamorfismo). Se trata de rocas intrusivas
holocristalinas formadas por grandes cristales de plagioclasa cálcica (andesina-labradorita)
maclados según la ley de la albita-Carlsbad, algunos zonados con un núcleo más sódico en
el interior, anfíbol de la serie tremolita-actinolita en buena parte cloritizado y biotita con
marcado pleocroísmo en tonos pardo-verdosos y pardo-amarillentos igualmente cloritizada,
hornblenda, feldespato potásico (generalmente intercrecido con cuarzo) y, menos comunes
titanita, augita diopsídica, granates y carbonatos, generalmente formados por alteración de
los feldespatos presentes en la roca. Las ofitas presentan una diseminación primaria de
óxidos de hierro y titanio, muy alterados. La composición química y mineralógica de estas
rocas es compleja y puede ofrecer importantes variaciones de unas canteras a otras ya que
a la paragénesis magmática inicial se superpone otra de origen metamórfico y ambas han
experimentado importantes transformaciones de origen tardío con alteraciones
significativas, particularmente en feldespatos y anfíboles y localmente paragénesis
hidrotermales complejas con sulfuros y sulfosales de hierro y cobre.
SUBMENU
Los áridos porfídicos presentan intervalos de densidad relativamente amplios, entre
2,800 y 2,950 g/cm3. En las fracciones gruesas ensayadas destaca el valor del desgaste
Los Ángeles, que se sitúa entre 10 y 15, siendo éste un valor razonable por el tipo de
material estudiado.
Las con las canteras porfídicas no presentan problema alguno para su uso en capas
bituminosas. Por el contrario, su elevada dureza las hace muy adecuadas para uso en firme
de carreteras y balastos.
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