JESà S FERRERO El tema central de la novela es el fusilamiento de trece mujeres comunistas. Las Trece Rosas es el nombre que se les dio a un grupo de trece muchachas tras ser fusiladas en Madrid, el 5 de agosto de 1939. Este tema podemos justificarlo haciendo referencia a la historia de estas mujeres que constituye, sin duda alguna a uno de los episodios más terribles de la represión franquista inmediatamente posterior a la Guerra Civil. Junto al tema principal también encontramos subtemas referidos a la valentÃ−a, el miedo, la lucha por sus ideales, el sufrimiento de las mujeres y la relación entre ellas, la sociedad en esa época, el régimen… Esta novela de Jesús Ferrero nos narra la historia de trece mujeres que fueron condenadas a muerte, fusiladas frente al paredón de un cementerio, por sus vinculaciones a diferentes organizaciones de izquierda y pensar de manera distinta a aquellos que habÃ−an ganado la guerra. La novela comienza con la detención de las diferentes protagonistas, el rumbo de la trama cobra sentido con las biografÃ−as de estas mujeres que pasan la estancia en la cárcel y finalmente termina con las horas de espera ante la ejecución. Tras su muerte son llamadas Las trece rosas. Se trata de Las trece rosas un libro narrativo-literario, escrito por Jesús Ferrero y editado por la editorial Siruela. El titulo del libro hace referencia a las trece jóvenes que fueron fusiladas. Este libro consta de 27 capÃ−tulos que forman IV partes del libro, al principio encontramos un preludio y al final unos agradecimientos, en total 233 hojas. En el libro el autor dedica un capÃ−tulo a cada una de las muchachas y con su literatura las dota de vida, sentimiento y dolor. En el presente relato nos encontramos con un narrador desconocido. La historia se nos narra en tercera persona (¨se hallaba¨ ), (¨acertó ¨), (¨permanecÃ−a¨), (¨parecÃ−a¨), (¨volvió¨), (¨sirvieron¨ ), (¨padecÃ−an¨ ), (¨regresaron¨ ), (¨pidió¨ ), (¨siguió diciendo¨)… Y nos va relatando de manera objetiva las diferentes acciones que viven las protagonistas en el libro, sin darnos a conocer su opinión. Si nos centramos en el dominio del universo narrativo, podemos afirmar que es un narrador omnisciente, ya que conoce los sentimientos y sensaciones que los personajes que viven en su interior, manifestándonos su capacidad de introducirse en la mente del resto de los personajes (¨fue un instante en el que les parecio a los dos una sustancia aplastante…¨)(Pág. 28)(¨Acerca otra vez los labios, pensó¨)(Pág. 28), (¨Pilar no lloraba de dolor, lloraba de indignación mientras pensaba en sÃ− misma… ¨) (Pág. 51) ,(¨Blanca recordaba muchas pelÃ−culas ¨)(Pág. 55),(él no lo notaba…)(Pág. 66), (si las miradas matasen, pensó él…)(Pág. 85), (¨Muchas manos las tocaban, que a Elena le parecÃ−an las manos de la desolación ¨) (Pág. 88), (¨La directora, padecÃ−a del corazón, acababa de tomar sus gotas y se sentÃ−a mareada.¨) (Pág. 175), (¨De pronto, Blanca decidió confesarse¨) (Pág. 178), (¨Deja que la idea de la muerte la inunde ¨) (Pág. 211),( ¨MarÃ−a Anselma se siente transportada¨) (Pág. 211). 1 Sin embargo, durante todo el libro el narrador va trenzando la historia con los diálogos y las reflexiones de las diferentes mujeres y por ello el lector a menudo olvida que hay narrador, y se adentra en un mundo donde se pueden sentir los hechos vividos por las protagonistas. En este texto, nos encontramos con varios personajes centrales, motores y eje de las acciones y protagonistas del relato: Avelina, Joaquina, Pilar, Blanca, Ana, Julia, Virtudes, Elena, Victoria, Dionisia, Luisa, Carmen y Martina. Cada una de ellas tenÃ−a sus sueños y sus deseos. Algunas de ellas ni siquiera habÃ−an cumplido los 18 años. Aún eran niñas y desconocÃ−an lo que se les venÃ−a encima Avelina a quien solÃ−an llamar la Mulata por el color de su piel y sus negros ojos y brillantes, tenÃ−a una voz grave y vibrante que la hacÃ−a parecer más mulata todavÃ−a. PoseÃ−a unas piernas largas y delicadas Su cuerpo olÃ−a a mujer y a verano, sus pechos eran dos manzanas de carne, de un manzano que sólo daba frutas carnales le gustaba el protagonismo, entrar en el alma de los demás, y ocupar un espacio en ellas. BenjamÃ−n era el chico que ocupaba su corazón. Era hija de un guardia civil viudo y por las suplicas que éste le hizo se presentó de manera voluntaria en la comisarÃ−a y eso demuestra que era una mujer valiente. SabÃ−a defenderse de todo el mundo y era bastante popular en toda la cárcel. Trabajaba de cartera desde su primera semana en prisión, y se le daba muy bien. Además, y aunque lo tenÃ−a prohibido, transmitÃ−a toda clase de recados y mensajes entre presas de distintas galerÃ−as. Joaquina tenÃ−a los labios carnosos ojos negros, pero su hermana Lola era más bella que ella. Por otro lado, ella poseÃ−a determinismo estaba dotada de un realismo que sus hermanas carecÃ−an tenÃ−a cara de orgullosa y los primeros dÃ−as que fue detenida en su cintura llevaba un cinturón hecho de cabezas de negros traÃ−do de Ófrica. Pilar era una mujer de treinta años que estaba encerrada en una celda y la que en Guillermo Cardinal veÃ−a un autentico heraldo de la muerte. Tanto Pilar como Joaquina eran mujeres que poseÃ−an un sentido de la indignación y que ala hora de buscar culpables ellas eran las primeras a las que se extendÃ−an las culpas, hasta que ésta anegaba el universo Blanca conoció el amor junto a Enrique cuando era pianista del cine Alcalá, él tocaba el violÃ−n allÃ−. Durante algún tiempo se dedicaron a contestarse el uno al otro, conduciendo al público a emociones que no estaban dentro del guión. ParecÃ−a prematuramente consumida, era una madre joven, sólo tenÃ−a diecisiete años y acababa de perder a su hija y también estaba embarazada de Quique. TenÃ−a unas largas y vigorosas trenzas. No tenÃ−a ninguna militancia polÃ−tica fue detenida por la relación que tenia Enrique con un músico que se suicido en la cárcel. Escribió una carta a su hijo la madrugada del 5 de agosto de 1939 mientras aguardaba la pena capital. “Voy a morir con la cabeza alta… Sólo te pido… Las personas buenas no guardan rencor… Enrique, que te hagan hacer la comunión, pero bien preparado, tan bien cimentada la religión como me la cimentaron a mÃ−…”. Palabras emotivas de una madre que a pesar de todo pedÃ−a a su hijo que no guardara rencor a los que dieron muerte a sus padres. Era bastante religiosa, dado que fue la única que quiso confesarse antes de morir y como podemos apreciar en la carta que mandó a su hijo diciéndole que hiciera la comunión. Ana era una mujer rubia con unas piernas intactas y de muy elegante caligrafÃ−a que le hacÃ−an parecer un animal dominante. VivÃ−a junto a sus hermanos, su novio y sus padres en una casa. Un dÃ−a su novio, Francisco, le propuso irse al extranjero, y su carácter empezó a cambiar tras anunciarlo. Empezó a respirar de otra manera y una vez mas se vio en vuelta en la peor contrariedad de su vida. Una donde durante la guerra la habÃ−an conducido a una gran actividad y por otro lado, se sentÃ−a incapaz de llevarles la contraria a sus padres, y al final decidió quedarse muy a su pesar junto a su familia en Madrid. Fue detenida, pero no fue llevada a la cárcel de Ventas hasta más tarde. Ana era una fanática del control y no querÃ−a que acabase la guerra. Su rostro era dulce, pero de una dulzura sospechosa daba la impresión de que se trataba de una mujer a la que le costaba mucho llegar a ciertas convicciones y que cuando llegaba no se apartaba de ellas 2 Julia tenÃ−a una piel morena y su cara era redonda, casi cobriza. VivÃ−a en Madrid. CosÃ−a en casa donde solÃ−a estar con sus dos hermanas. Una de ellas falleció mientras ella estaba detenida TenÃ−a un novio que se llamaba Emilio. Julia solÃ−a estar con su padre que era ferroviario en la estación de trenes. Durante la guerra trabajo como enfermera y de cobradora de tranvÃ−a en el CÃ−rculo de Cuatro Caminos. También habÃ−a participado en varios concursos de esgrima y no se le daba mal el florete. Ahora se limitaba a coser en casa. Fue detenida por el Pálido y la dejaron salir cuando una de sus hermanas falleció. Era lista y se dio cuenta de lo que pretendÃ−an al haberle dejado ir al entierro. Virtudes era una mujer de ojos negros, almendrados y brillantes, su nariz era perfilada casi tan bien como la boca y una cara que formaba un óvalo alargado, y un cuerpo que parecÃ−a una espiga negra. Su cabello era negro y largo hasta sus caderas, pero una vez detenida le raparon el pelo cuando vieron que se estaba riendo en la celda con Ana. Virtudes se resistÃ−a a creer que la guerra hubiera terminado. Elena Gil era una chica bastante frágil, en la cárcel fue protegida por luisa, no casi veÃ−a, era muy miedosa y nerviosa. Era negativa y bastante ausente. Su figura era inquietante y si bien sus palabras eran muy emotivas, su rostro carecÃ−a casi de expresión. Victoria era una joven menuda y de cabellera largo. SolÃ−a disimular su propensión al delirio abriendo mucho los ojos y haciendo que atendÃ−a. TenÃ−a un hermano muerto y otro detenido, Goyo, con los que a veces soñaba a las noches. Dionisia era una mujer hiperactiva y nerviosa. Le gustaba fabricar objetos delicados y laboriosos en medio de aquel basurero y era la que más frecuentaba el taller de costura. Odiaba a cardinal Luisa permanecÃ−a muda e inmóvil. ConocÃ−a los placeres de la inmovilidad y era la presa que menos se movÃ−a. Se negaba a pronunciar una sola palabra y en la cárcel la llamaban la Muda. Luisa protegÃ−a a su amiga Elena. Pero las apariencias engañan y en este caso al final terminó siento la mas fuerte y luchó hasta el final. Carmen trabajaba desde los 12 años tras la muerte de su padre, para ayudar a mantener a su familia, que contaba con 9 hermanos más. Desde entonces se le resintió el corazón y se medicaba y el hecho de tener que estar más pendiente del ritmo de su corazón que los demás, la habÃ−a capacitado para percibir de otra manera el sonido. Martina era alta con todo el cuerpo lleno de pecas, incluyendo su cara que tenÃ−a una palidez que desconcertaba y su cuello. Era una mujer de piel más bien lechosa y de cuerpo desgarbado. TendÃ−a a ocultarse tras sus sueños. Amaba a un hombre con el que soñaba sin nombre que parecÃ−a ruso. Encontramos varios personajes secundarios que influyen mucho en la vida de las protagonistas como son: Roux, se llamaba Adriano y tenÃ−a las cejas y el bigote grises. A menudo cubrÃ−a su traje gris con una capa azul. ParecÃ−a un hombre de convicciones y al mismo tiempo un escéptico, y su aliento siempre olÃ−a a alcohol. Era un prepotente e imponÃ−a mucha autoridad. SolÃ−a beber hasta perder la conciencia y luego no se acordaba de nada.. Héctor se llamaba El Pálido y se encargaba de los interrogatorios, también habÃ−a sido quintacolumnista. Fumaba mucho y vivÃ−a con su madre. TenÃ−a una novia que se llamaba Patricia pero necesitaba estar con más mujeres, por eso se aprovechaba del cargo y abusaba de las mujeres detenidas. El parecido de Ana a Patricia, le hizo obsesionarse con ella. Gilberto Cardinal era un tipo corpulento y se convirtió en la pesadilla de Pilar. Era el mejor informador del departamento, pasó por comunista durante la guerra, siendo en realidad un quintacolumnista y delató a mucha gente. 3 MarÃ−a Anselma era la religiosa que presidÃ−a la ceremonia y estuvo con las fusiladas hasta su fin. Zulema Fernán, que solÃ−a llevar una capa azul y se hacÃ−a ver como una mujer muy dura y frÃ−a. Se enamora de Ana. Estas dos últimas acaban cogiendo cariño a las muchachas y se apenan cuando mueren. El Ruso se llamaba Julián y era el novio de la hermana de Suso, era largo y pelirrojo. TenÃ−a un hermano, Damián, que estaba en el manicomio. El junto con Raúl, fue quien asesinó a Gabaldón, su hija y el chofer. Tino y a Suso, eran dos niños de trece años que trabajan para un tendero que tenÃ−a una mercerÃ−a en la glorieta de Cuatro Caminos. Gracias a ellos descubrimos lo que sucede, de lo que se dice y se cuenta En relación con el espacio y tiempo en los que transcurre el relato, podemos intuir que las acciones tienen lugar en España entre 1937 y 1938 en varios lugares emblemáticos de Madrid como son: La calle Alcalá, la estación de atocha, la cárcel de mujeres de Ventas... El autor nos describe dos lados diferentes de Madrid: una Madrid en guerra, ciudad dedicada a la brisa que un viento muy frÃ−o hizo olvidar. Ciudad que cuando se produjo el levantamiento militar sufrió una metamorfosis veloz y compleja llenando la ciudad de gravedad. De la agitación pasó a la inmovilidad absoluta, hacÃ−a un calor intolerable y eso hacÃ−a que los rumores cada vez más preocupantes llegaran como tempestades de acero. Y por otra, Madrid al final de la guerra, cuidad que parecÃ−a iluminada por luces sin alma, muros ennegrecidos, rostros ennegrecidos bajo penumbras más densas que el rencor, olor a miseria, niños pedigüeños… buena parte de la cuidad estaba todavÃ−a en pie y ciertas calles y árboles habÃ−an sobrevivido. La cárcel de mujeres de Ventas estaba junto a un manicomio. Un olor a hacinamiento salÃ−a de la cárcel, y según entrabas a las galerÃ−as asaltaba un estruendo de humanidad agitada que poco tenÃ−a que ver con el silencio de las calles. Los ruidos llegaban en aludes intermitentes, confundidos con olores a sudor, a orÃ−n y a tristeza. Las acciones transcurren en el periodo aproximadamente de unos meses, la detención de las mujeres, hasta su ejecución. El documento que viene a continuación aporta datos y ayuda a al lector comprender mejor, situándolo en la época y ambiente social en la que transcurren las acciones de la novela Tras la caÃ−da de Madrid en manos de las tropas franquistas y el fin de la guerra, las Juventudes Socialistas Unificadas intentaron reorganizarse clandestinamente bajo la dirección de José Pena Brea. Tras el golpe de Estado del coronel Casado y el fin de la guerra, los dirigentes del PCE y las JSU habÃ−an abandonado España, dejando la organización en manos de militantes poco significados. Pero el 11 de mayo Pena cae en manos de la policÃ−a, y tras ser torturado, da todos los nombres que sabÃ−a y firma una declaración preparada a los que le interrogan. Entre los detenidos se hallaban algunas de las Trece Rosas, que fueron arrestadas y conducidas a instalaciones policiales, donde fueron torturadas, y después a la cárcel de mujeres. El 29 de julio, Isaac Gabaldón, comandante de la Guardia Civil, su hija de 18 años y su chófer fueron asesinados en Talavera de la Reina por El Ruso y Suso. Como represalia, 56 jóvenes de las JSU encarcelados, 43 hombres y 13 mujeres, conocidas como las Trece Rosas, fueron llevados a juicio ante un Tribunal Militar el 3 de agosto acusados de reorganizar las JSU y el PCE para cometer actos delictivos contra el "orden social y jurÃ−dico de la nueva España", y condenados, por "adhesión a la rebelión", a pena de muerte. En la madrugada del 5 de agosto de 1939, junto a la tapia del cementerio de la Almudena de Madrid, fueron fusilados los 56 miembros de las Juventudes Socialistas Unificadas, entre los que se encontraban las Trece Rosas. En el ambiente de posguerra se mezclaban las ruinas de los edificios y la pobreza de sus pobladores con las dolorosas secuelas fÃ−sicas y psicológicas de la contienda. Y, sobre todo, abundaban ya la propaganda y la 4 represión. El dÃ−a a dÃ−a de la capital estaba marcado por las denuncias constantes de vecinos, amigos y familiares; por la delación, los procesos de depuración en la Administración, en la Universidad y en las empresas; por las redadas, los espÃ−as infiltrados en todas partes, las detenciones y las ejecuciones sumarias El régimen franquista adoptó un tono paternalista con las mujeres en sus mensajes, pero trató con igualdad a hombres y a mujeres. La miliciana era para los vencedores la antÃ−tesis de la mujer, cuya misión en la vida era ser madre y reposo del guerrero. Finalmente, y en cuanto a lo que el tiempo interno narrativo se refiere, podemos decir que las acciones transcurren con un orden cronológico. Pero a su vez, la historia de las diferentes mujeres que nos cuentan el relato desde su historia vivida para que finalmente todas ellas lleguen al mismo punto como es el final del libro con el fusilamiento de éstas. Esto nos conduce a determinar que nos hallamos ante un relato cuyas acciones se organizan siguiendo el modelo de las historias en paralelo. Opinión acerca de este libro, Las Trece rosas, es que me ha gustado mucho, gracias a las descripciones y a las narraciones que con tanto sentimiento y emoción se nos dan. Esto ha hecho que me pudiera poner en la piel de cada una de las protagonistas haciéndome vivir sus experiencias y sentir sus emociones y sentimientos de un modo más real. Por otro lado me ha dado a conocer la trágica historia vivida y el fatÃ−dico hecho ocurrido en esas fechas. Es una historia para ser contada, para que todo el mundo la conozca y una obra para ser leÃ−da. Una injusticia que se cometió en el pasado, pero que nadie debe olvidar y que todo el mundo tiene que recordar como el fusilamiento de trece mujeres que lucharon por una causa, por sus ideales. 1 Bach. 5 5