Recomendaciones para la implementacion de la regencia forestal

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Abril, 2014
Isabel Gonzales Icaza
DAR- Derecho, Ambiente, y Recursos Naturales
La regencia forestal es uno de los nuevos temas considerados en la Ley N° 29763 - Ley
Forestal y de Fauna Silvestre, con el que se plantea incrementar los niveles de
responsabilidad de los profesionales, convirtiéndolos en responsables solidarios del
aprovechamiento sostenible de los recursos del bosque, sin embargo han surgido
muchas dudas acerca de cómo implementar este sistema de manera sostenible y
considerando a todos los actores involucrados, en este artículo se plantean algunas
recomendaciones de acuerdo a su real contexto.
El sistema de regencia forestal aún sin
implementar, ha concitado la atención y
reflexiones de muchos actores forestales, entre
ellos, de los responsables de los títulos
habilitantes, de los actuales consultores
forestales, y otros grupos, quiénes advierten
algunos vacíos y consideraciones sobre la base
del balance del sistema actual y de las
experiencias de la regencia forestal en otros
países de la región. Los primeros, cuestionan los
costos, los mecanismos de pago, así como el
balance costo- beneficio, que podría significar
un desincentivo al aprovechamiento legal de los
recursos del bosque, con lo que se afectaría el
objetivo primordial del nuevo sistema, que es
garantizar el aprovechamiento sostenible de los
recursos forestales. De otro lado, los actuales
consultores se preguntan si el nuevo escenario
les dejará opción de continuar en la actividad o
si requerirán buscar alternativas distintas.
Mientras que otros grupos analizan las
condiciones previas que deben cumplirse para
que el sistema pueda implementarse con éxito.
En relación a los costos, no hay duda de que la
regencia incrementará los costos vinculados al
aprovechamiento forestal, ello significa que
para que el nuevo sistema no se convierta en un
desincentivo, deberían demostrarse sus efectos
beneficiosos, para ello es clave el desarrollo de
un sistema de incentivos que tome en cuenta la
solución a los principales problemas que
enfrentan los usuarios, como la demora en los
trámites, pago de derecho de aprovechamiento,
acceso a créditos, entre otros. Pero además, que
exista distinción en la regencia en función a
usuarios y a la intensidad o nivel de
aprovechamiento.
Al respecto, la Ley en su artículo 23° prevé el
desarrollo de requisitos y procedimientos de
acuerdo a las actividades que se ejecuten y a los
niveles de las mismas en el reglamento de la ley;
mientras que en la propuesta de reglamento sólo
se hace una distinción de la regencia de acuerdo al
recurso. Sin embargo, no aclara lo indicado en el
citado artículo de la ley respecto a lo que significa
“requisitos y procedimientos a desarrollar según
las actividades forestales y de fauna silvestre de las
que se trate y los niveles de estas actividades”, de
forma tal que pueda dar pie al establecimiento de
una diferenciación en la regencia acorde a la
intensidad de aprovechamiento y al tipo de
usuario; tampoco se establece un mecanismo de
incentivos para la regencia. Ambos temas deben
aclararse en el Reglamento de la Ley Forestal y de
Fauna Silvestre (RLFFS).
En relación a las consideraciones que deben
tomarse para la regencia en las comunidades
nativas, conforme a la realidad del bosque, se
propone un nivel técnico de regencia y un regente
comunitario. El regente de nivel técnico debería
enfocarse a atender niveles de aprovechamiento de
baja escala tanto para comunidades como otros
usuarios con características similares de
aprovechamiento, mientras que el regente
comunitario podría atender áreas de mayor
intensidad de aprovechamiento; para ello, el
regente
requeriría
contar
con
algunos
conocimientos y habilidades específicas de la
temática indígena como derechos, organización,
institucionalidad, cosmovisión indígena del bosque,
así como el manejo de metodologías apropiadas
que faciliten el relacionamiento y atención
adecuada, reduciendo así los riesgos de sanciones,
mejorando la capacidad de rendición de cuentas,
entre otros aspectos fundamentales que debieran
mejorar con la regencia.
En cuanto a las implicancias del nuevo sistema para
los profesionales, se prevé elevar sustancialmente
el nivel de responsabilidad de los profesionales
acreditados como regentes, pero ello implica que el
estado también cumpla con garantizar sus
compromisos, es decir con el otorgamiento de las
licencias, facilitar el acceso a las capacitaciones,
brindar apoyo de la fuerza pública, otorgamiento de
incentivos, entre otros aspectos; lo que deberá
garantizarse en la práctica, para lo cual el
seguimiento y monitoreo de la regencia es
imperativo.
Sin embargo, garantizar un sistema de regencia
efectiva, a la luz de lo establecido en el RLFFS se
torna difícil, dado que el artículo 36° señala un
seguimiento y monitoreo a cargo de la ARFFS muy
laxo, no se define claramente las responsabilidades
ni la articulación entre las instituciones del sector
forestal que intervienen de forma directa o indirecta
en la regencia (SERFOR con el otorgamiento de la
licencia y registro, la autoridad regional forestal con
el monitoreo del ejercicio de la regencia y OSINFOR
con la supervisión de los títulos habilitantes); pero
tampoco se aclara las instituciones y mecanismos
que garantizarán el cumplimiento de los derechos
del regente, que facilite el adecuado desempeño
de funciones.
Por ello, se propone establecer el sistema de
responsabilidad y sanciones de los regentes,
donde la Autoridad Regional Forestal y de Fauna
Silvestre se encargue de hacer seguimiento y
monitoreo de la regencia, OSINFOR supervise las
funciones, como parte de la supervisión de los
títulos habilitantes e informe tanto al SERFOR
como a la ARFFS, a fin de que puedan ejecutarse
las sanciones que se determinen. De otro lado
debe revisarse y analizarse la posibilidad de
reemplazar algunos requisitos previstos para la
obtención de la licencia por otros más sencillos
con los mismos efectos, como por ejemplo
reemplazar el curso de regencia por un examen de
suficiencia, la habilitación de cursos libres que
sean desarrollados por instituciones diversas con
capacidades para ello, como los colegios
profesionales, universidades, entre otras; así
como procurar que tanto el exámen como los
cursos puedan darse a nivel descentralizado, dado
que el campo de acción de los regentes debe estar
cerca a los bosques.
Finalmente, la regencia forestal implica cambios
estructurales de una modalidad de trabajo que ha
funcionado por más de una década en el país sin
mayores resultados. Su éxito depende no solo del
marco normativo claro que se establezca, sino que
también del
compromiso de los
actores
involucrados y de los niveles de coordinación que
se implemente, sin embargo, estos cambios no se
logran de forma inmediata, sino paulatinamente.
Es por ello que para reducir los factores de riesgo
se recomienda la implementación gradual de la
regencia, creando en un inicio las condiciones
institucionales, normativas y de incentivos, para
luego una implementación progresiva por áreas
piloto, generando información que permita
realizar los ajustes necesarios.
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