Capítulo 27 Parálisis bilateral de las cuerdas vocales 27.1 rango de movimiento y de movilidad y sería la mejor opción para el procedimiento quirúrgico para ampliar la vía aérea glótica posterior. Capítulos fundamentales y relacionados Véanse los Caps. 3, 5, 9, 10, 13 y 28 para mayor información. 27.2 27 27.3 Indicación y contraindicaciones quirúrgicas Características de la enfermedad y diagnóstico diferencial Una indicación para la cirugía es la obstrucción sintomática de la vía aérea. Las contraindicaciones para el tratamiento de la PBCV incluyen: Por lo general, los pacientes con parálisis bilateral de las cuerdas vocales (PBCV) entran en dos categorías, (1) una lesión iatrogénica del nervio laríngeo recurrente (comúnmente, a partir de una tiroidectomía) o (2) un trastorno neurológico progresivo (síndrome ShyDrager, siringomielia, síndrome de Guillain-Barré, etc.). En contraste con la parálisis de la cuerda vocal unilateral, en la cual el paciente se queja principalmente de dificultades con la voz y la deglución, la parálisis bilateral de las cuerdas vocales (PBCV) causa restricción de la vía aérea y disfunción no vocal. En pacientes con PBCV, el tratamiento se dirige a mejorar la vía aérea mientras se intentan limitar los efectos negativos del tratamiento en la función vocal. Puede ser difícil distinguir la PBCV de la estenosis glótica posterior. En algunos casos, la distinción no es significativa, ya que la cordotomía transversal posterior y/o la aritenoidectomía parcial a menudo son eficaces para ambas condiciones. Sin embargo, un diagnóstico correcto facilita considerablemente la orientación y el tratamiento apropiados del paciente, por lo tanto se debe realizar un examen cuidadoso para evaluar la fijación de la articulación cricoaritenoidea y la estenosis glótica posterior antes de proceder con la intervención quirúrgica (véase Cap. 28, «Estenosis glótica posterior»). El abordaje más razonable para los pacientes con parálisis bilateral de las cuerdas vocales es un abordaje progresivo para agrandar la vía aérea glótica. Los procedimientos menos agresivos y más seguros son la cordotomía transversal posterior (CTP) o la aritenoidectomía medial (AM). Luego de estos procedimientos, se puede realizar una versión extendida de cualquiera de los dos (o una combinación) o una aritenoidectomía total. Es oportuno señalar que el procedimiento históricamente llamado aritenoidectomía total no involucra la remoción anatómica completa del cartílago aritenoideo. Este procedimiento pretende remover todo el cartílago aritenoide que afecta la vía aérea. La selección del lado para realizar la cirugía para la parálisis bilateral de las cuerdas vocales se basa en una variedad de factores. El factor más importante para la selección es la presencia de algún movimiento decidido de aducción o abducción. Si no hay movimiento en ninguna de las cuerdas vocales, entonces una electromiografía laríngea puede ayudar a determinar qué lado tiene el peor estado neuromuscular y así la mejor ubicación para el procedimiento quirúrgico. Además de estos métodos, la palpación de la articulación cricoaritenoidea según se describe más adelante es útil para determinar cuál articulación cricoaritenoidea tiene el peor • Trastorno neurológico que progresa rápidamente • Expectativas poco realistas de los pacientes (mejoría de la vía aérea y de la voz) Las contraindicaciones relativas para el tratamiento incluyen: • Presencia de aspiración • Estado pulmonar comprometido • Diabetes (mucho más para los procedimientos abiertos que para los endoscópicos) • Radioterapia previa del cuello/laringe Las opciones de tratamiento para la PBCV incluyen: • Traqueotomía • Microlaringoscopia con cordotomía transversal posterior con láser • Microlaringoscopia con aritenoidectomía medial con láser • Microlaringoscopia con aritenoidectomía total con láser • Lateralización endoscópica con sutura • Aritenoidectomía abierta En general, los trastornos neurológicos que progresan rápidamente (tales como Shy-Drager) tienden a ser tratados mediante traqueotomía, debido a las condiciones comórbidas. Sin embargo, la mayoría de las otras causas de PBCV se pueden tratar de manera más conservadora mediante técnicas endoscópicas. La cordotomía transversal posterior o aritenoidectomía medial son generalmente las opciones endoscópicas ideales de tratamiento, ya que los resultados vocales tienden a ser mejores y es menos probable la aspiración con respecto a la aritenoidectomía total. La lateralización endoscópica con sutura es útil si se justifica el tratamiento temporal. La aritenoidectomía abierta está reservada para los casos en los que las técnicas endoscópicas fallaron o son imposibles debido a limitaciones anatómicas, y por lo tanto rara vez se requiere utilizada. 167 168 Parálisis bilateral de las cuerdas vocales 27.4 Equipo quirúrgico El equipo incluye: • Equipo de microlaringoscopia láser (Cap. 13) • Cauterio bipolar/monopolar laríngeo (no es esencial) • Mitomicina C (0,4 mg/ml) • Para la lateralización consutura únicamente: • Portaagujas endoextralaríngeo de Lichtenberger (Richard Wolf Medical, Knittingen, Alemania) • Botones de silicón • Suturas de Prolene 0 o 2.0 27.5 Procedimiento quirúrgico 1. Palpación de la articulación cricoaritenoidea Se debe realizar laringoscopia directa. Es mejor realizar la palpación de la articulación cricoaritenoidea sin un tubo endotraqueal en el lugar. La anestesia debe inducir la parálisis completa del músculo y la laringe posterior se ve mediante microlaringoscopia o endoscopia de 0°. Se debe tener cuidado para asegurarse de que el laringoscopio suspendido esté colocado en sentido cefálico en la laringe para evitar que el laringoscopio limite el rango de movimiento del cartílago aritenoideo. La palpación de la articulación cricoaritenoidea se realiza mediante un instrumento fuerte como una pinza grande de copa la cual se coloca adyacente al proceso vocal y lo empuja de manera rápida el proceso vocal lateralmente. Con esta maniobra, el cirujano puede calibrar el grado de esfuerzo requerido para desplazar lateralmente el proceso vocal así como la velocidad de retroceso del tejido en la dirección medial (Figs. 27.1 y 27.2). Durante esta maniobra, se debe evaluar cuidadosamente la comisura posterior. Si la comisura posterior completa se mueve con la lateralización del proceso vocal, entonces esto sugiere que pueda estar presente la estenosis glótica posterior. Este mismo procedimiento se debe realizar en el lado contralateral y se utiliza para comparar el grado de rigidez y el rango de movimiento de ambas articulaciones cricoaritenoideas. Esta maniobra puede ser útil para seleccionar el lado óptimo para que la cirugía mejore la vía aérea glótica posterior. Se debe seleccionar para operar el aritenoide con los peores mecanismos articulares cricoaritenoideos. 2. Cordotomía transversal posterior a) Intubación con un tubo endotraqueal (TET) de 5.0 o 5.5 seguro para el láser Alternativamente, se puede utilizar un catéter jet subglótico (tubo de Hunsaker, Medtronic Xomed, Jacksonville, Fla., EUA). b) Exponer la laringe con el laringoscopio y colocarla en suspensión. i. Asegurar que el TET esté en la comisura posterior, y que aún haya buena visualización del proceso vocal con el TET en una posición posterior. Si el TET obstruye el sitio quirúrgico, entonces se puede mover anteriormente con el laringoscopio, asegurando el TET anteriormente (véase Cap. 19, «Granuloma de la cuerda vocal»). ii. A menudo es útil angular el laringoscopio hacia el lado donde la cordotomía se está realizando para mejorar la exposición de la parte lateral de la cuerda vocal verdadera/cuerda vocal falsa (véase Cap. 19, Fig. 19.2). c) Se implementan las precauciones para el uso del láser (véase Cap. 13, «Principios de la microlaringoscopia láser»). d) Incisión con láser i. El ajuste de un láser de CO2 por lo general es de 4 W, superpulso con un punto de tamaño muy pequeño. Un disparo intermitente con un tiempo de 0,1 seg Fig. 27.1 Palpación de una articulación cricoaritenoidea móvil (no Fig. 27.2 Liberación del aritenoide, dando por resultado el retroceso del fijada): desplazamiento lateral del aritenoide con un instrumento romo. aritenoide medialmente. Esto es observado en un paciente con PBCV. encendido/0,5 seg apagado también minimizará el daño térmico colateral. ii. Un dispositivo de succión de plataforma (o un cotonoide���������������������������������������������� húmedo) se coloca debajo de������������������ la zona quirúrgica para proteger las estructuras distales. iii. La ubicación del proceso vocal se confirma mediante palpación. iv. La incisión se comienza justamente anterior al proceso vocal, siendo cuidadoso de no exponer el cartílago, con el fin de evitar el tejido de granulación postoperatorio. v. El carbón del láser (detritus carbonáceo) se debe retirar periódicamente frotándolo con un cotonoide empapado de solución salina sobre la zona quirúrgica. El láser de CO2 es ineficaz en un área fuertemente carbonizada o en un sitio de sangrado. e) Extensión de la cordotomía i. Una vez que se separe la cuerda vocal completa del proceso vocal, la cordotomía se extiende hacia el tejido de la cuerda vocal falsa. ii. Con frecuencia, se encuentra una rama de la arteria laríngea superior, y puede ocurrir un sangrado molesto. iii. La succión y el cauterio bipolar laríngeo son eficaces para detener el sangrado. iv. Una cordotomía completa se extiende lateralmente 3-4 mm hacia el tejido/musculatura de la cuerda vocal falsa (véase Figs. 27.3 y 27.5, porción sombreada No. 1). v. La confirmación de la cordotomía completa se logra a través de una evaluación endoscópica con un endoscopio 0 y/o 30°, confirmando que el sitio de la cordotomía esté a nivel de la pared subglótica lateral. vi. La cuerda vocal residual se retrae anteriormente y se observa acortada (Fig. 27.4). vii. El grado de extensión lateral de la cordotomía se puede ajustar de acuerdo con (1) la respuesta del te- Capítulo 27 jido a la cordotomía inicial y (2) la cantidad de mejoría de la vía aérea necesitada por el paciente. f) Uso de la ALT i. La lidocaína al 4% se rocía en las cuerdas vocales/ tráquea para minimizar el laringoespasmo postoperatorio. g) Aplicación de la mitomicina C (opcional) i. La mitomicina C tópica se coloca (por lo general 0,4 mg/ml) a través de una torunda empapada por 5 minutos. 3. Aritenoidectomía medial a) Colocación del laringoscopio para láser i. La colocación del laringoscopio para láser (con la succión incorporada) permite exponer la cuerda vocal membranosa posterior, el cartílago aritenoideo y el espacio glótico posterior en el lado previsto del procedimiento quirúrgico. b) Medidas de seguridad del láser i. Se debe prestar todas las medidas de seguridad para la utilización del láser antes de comenzar a usarlo (véase Cap. 13, «Principios de la microlaringoscopia láser»). c) Incisión con láser i. El ajuste del láser de CO2 debe implicar un punto de tamaño pequeño (0,25-0,4 µm) en un ajuste de 2-4 W, modo superpulso y utilizarlo para obliterar de 2-3 mm de ancho aproximadamente de la porción más medial del cartílago aritenoideo. ii. Las dimensiones anteroposteriores de esta área de obliteración deben ser posteriores a la punta del proceso vocal preservando todo o la mayoría del proceso vocal. iii. El área de obliteración no debe extenderse al tejido posterior del aritenoide y debe evitar la mucosa adyacente en el área interaritenoidea (Fig. 27.5, porción sombreada No. 2). iv. La valoración de la cantidad de cartílago aritenoideo que es obliterado se basa en la cantidad de mejoría de la vía aérea requerida por el paciente y la respues- Fig. 27.4 Resultado quirúrgico inmediatamente después de una Fig. 27.3 Extensión lateral de la cordotomía transversal a nivel de la cuerda vocal verdadera y falsa. cordotomía transversal posterior derecha; observe cómo la cuerda vocal residual se retrae anteriormente y aparece muy gruesa y acortada. 169 170 Parálisis bilateral de las cuerdas vocales ta del tejido después de la parte inicial de la aritenoidectomía medial. v. Este es un juicio clínico y se debe hacer inicialmente de una manera muy conservadora con una expectativa de que algunos pacientes pueden requerir repetir la cirugía para un agrandamiento adicional de la vía aérea glótica posterior a un nivel satisfactorio. Si no se obtiene la ampliación quirúrgica adecuada de la vía aérea glótica posterior mediante una aritenoidectomía medial conservadora, entonces el aritenoide adicional lateral al defecto inicial se puede remover en toda la trayectoria hasta la parte lateral del anillo cricoideo dando por resultado una aritenoidectomía total (véase más adelante). vi. Para mejorar más la vía aérea glótica posterior, el área de ablación se puede tomar anteriormente para incluir el proceso vocal y una cordectomía posterior parcial a nivel del ventrículo lateral (véase Fig. 27.5, porción sombreada No. 3). vii. Retirar todo el carbón del láser del sitio de la operación mediante succión y torunda de algodón húmedo. viii.Obtener hemostasia mediante compresa empapada de epinefrina (concentración de 1-10.000). ix. Aplicar mitomicina C en la zona quirúrgica (0,4 mg/ ml por 5 minutos) (opcional). x. Rociar la endolaringe con lidocaína simple al 4%. xi. Succión del esófago y estómago con la colocación de una sonda orogástrica. 4. Aritenoidectomía total a) Seguir los pasos preparatorios enumerados anteriormente para la aritenoidectomía medial. b) Ablación continúa con láser de CO2 del tejido aritenoideo hasta que el defecto de la cirugía se nivele con las paredes del anillo cricoides, posteriormente y lateralmente. La remoción tisular posterior no debe retirar ninguna mucosa interaritenoidea. La evaluación de este objetivo se puede hacer mediante: i. Colocación de un elevador curvo en la parte lateral de la subglotis y luego mover lentamente el instrumento en una dirección cefálica para sentir el nivel glótico «sobresaliente» del tejido aritenoideo. Si hay un «sobresaliente», se puede remover el tejido adicional del aritenoide (Fig. 27.6). ii. Además, la evaluación endoscópica de la vía aérea glótica posterior con un endoscopio de 70° puede identificar si hay algún sobresaliente residual del aritenoide que necesite ablación adicional con láser para mejorar la vía aérea glótica con el fin de completar el procedimiento de aritenoidectomía total 5. Lateralización con sutura endoextralaríngea (basado en la técnica de Lichtenberger) a) Consideración especial i. Este procedimiento es más adecuado como medida para ganar tiempo a fin de mejorar la vía aérea en los casos tempranos de PBCV, idealmente en los primeros 2 meses después del inicio. b) Indicaciones: i. PBCV precoz sintomática (primeros 2 meses) con un pronóstico incierto de recuperación c) Contraindicaciones i. Trauma reciente de la glotis posterior por permanencia de tubo endotraqueal ii. Tubo de traqueotomía a permanencia Fig. 27.5 Diagrama de los diferentes grados de remoción aritenoidea (medial, total) comparado con la cordotomía transversal (área sombreada No. 1). La ablación con láser del aritenoide medial para la aritenoidectomía medial se muestra en el área sombreada No. 2. La ablación con láser de la aritenoidectomía total es el área sombreada No. 3. Fig. 27.6 Palpación del aritenoide residual sobresaliente.