O.J.D.: E.G.M.: Tarifa: Área: 152423 263000 33984 € 1864 cm2 - 180% A TU SALUD VERDE DOMINGO. 12 de ENERO de 2014 Fecha: 12/01/2014 Sección: SUPLEMENTO Páginas: 12,13 • 12 • VERDE Los europeos somos los que más comida desperdiciamos per cápita, tras EE UU, Canadá y Australia. Aunque cada vez son más las iniciativas puestas en marcha para el ahorro hídrico en los regadíos y en los hogares, lo cierto es que cuando se tira comida se desperdician miles de litros de agua en los que raramente se piensa Belén Tobalina ● MADRID T ras estas copiosas fi estas, quien más y quien menos tendrá en su casa restos de roscón, turrones, mazapanes o polvorones. A estos dulces habrá que sumar la fruta, la verdura, la carne y el pescado que por ir a cenar a una casa o a otra no se habrá dado salida. La falta de planificación en la cesta de la compra, conlleva un despilfarro económico y medioambiental. Para hacernos una idea, el 86,4 por ciento de todos los alimentos que tiramos a la basura son sobras de comidas, según un estudio de la Confederación Española de Cooperativas de Consumidores y Usuarios (Hispacoop). En España, un hogar medio tira a la basura comida por un valor medio de 250 euros al año, cuando el 45 por ciento de los alimentos que se desperdician podría haber sido evitado bien con una lista de la compra o reutilizando las sobras. A nivel europeo, cada ciudadano arroja de media 179 kilos de comida al año (89 millones de toneladas de alimentos en Unión Europea al año, de las que España es culpable de 7,7 millones de toneladas, siendo el sexto país que más comida desperdicia de Europa tras Alemania, Holanda, Francia, Polonia e Italia). Todo un lujo que no nos podemos permitir tanto desde un punto de vista económico como medioambiental. Pero no estamos tirando sólo los alimentos, sino todos los litros de agua utilizados durante su producción. En promedio, se estima que se necesita un litro de agua por cada kilocaloría. Por tanto, no se trata sólo de desperdiciar comida que la gente necesita. Porque con cada alimento que tiramos, miles de litros se van también a la basura. Según los datos facilitados por el Instituto Internacional del Agua de Estocolmo (SIWI), «aproximadamente una cuarta parte de todo el agua utilizada por los seres humanos acaba en comida que nadie come». Para hacernos una idea. Cada vez que tiramos un tomate de aproximadamente unos 70 gramos, se han desperdiciado O.J.D.: E.G.M.: Tarifa: Área: 152423 263000 A 33984 € 1864 cm2 - 180% aproximadamente 13 litros de agua, que es la huella hídrica virtual que incluye la cantidad de este recurso que se consume en su cultivo, transformación, transporte, así como en el agua contaminada en su elaboración. Y aunque a simple vista pueda parecer una cifra elevada, lo cierto es que la huella del tomate es una de las menos elevadas. Si lo que arrojamos es una taza de café, 140 litros de agua. Si le había añadido leche y azúcar ésta se eleva hasta los 200 litros. Y siguen siendo alimentos con una baja huella virtual. En cambio, si tira una hamburguesa de 150 gramos, se estarían perdiendo 2.400 litros de agua, según datos facilitados por la organización conservacionista WWF. «Cada vez que se tira comida antes y tras la compra, se está tirando el agua que necesita un alimento para su producción», explica Lucía de Stefano, de la Facultad de Ciencias Geológicas de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). «No tiene mucho sentido –prosigue la experta– que se desarrollen sistemas para el ahorro hídrico de regadíos (así como se fomente este ahorro en el hogar) y no se haga hincapié en la gran cantidad de agua que se tira cuando desperdiciamos un alimento, por no ser aparentemente estéticos o por una mala conservación, como tener excesivos productos en el expositor o por que se nos pase la fecha de caducidad». Pero no sólo se desperdicia agua. A los recursos hídricos tirados, hay que añadir «el despilfarro de fertilizantes empleados para su producción, energía para el tractor y el regadío (por ende emisiones) o el gran uso de territorio para el desarrollo de esta actividad. Se utilizan muchos recursos para nada», concluye Lucía de Stefano. TU SALUD VERDE DOMINGO. 12 de ENERO de 2014 es la más fría y verduras y frutas en la parte menos fría y húmeda. Estas últimas por cierto evita lavarlas antes de guardarlas, ya que la humedad puede acelerar su marchitamiento. Pero a estos consejos se suman muchos otros, como que para conservar durante más tiempo los pasteles, basta con ubicarlos en el frigorífico junto a una manzana partida por la mitad o mantener las verduras frescas durante más tiempo poniéndolas en agua. Pero incluso si sigue todos estos consejos es muy probable que genere sobras. Con el fin de aprovechar toda la comida, la Confederación Española de Cooperativas de Consumidores y Usuarios (Hispacoop) ha presentado recientemente el libro «Recetas con aprovechamiento y Consejos» en el marco de la campaña «Sin desperdicios: aprovecha la comida». La obra publicada por el cocinero Sergio Fernández Guerrero recopila recetas y recomendaciones para reutilizar las sobras de comida y evitar tal volumen de generación de desperdicios alimentarios, ya que según él se puede hacer una alta cocina de aprovechamiento, desde albóndigas de zanahoria, puerro y patata (con estos ingredientes cocidos de un guiso anterior, como de lentejas), arroz al horno con lo que ha sobrado del cocido o de una fabada o buñuelos de pescado con el pescado ya cocinado o crudo al que se le puede añadir gambas peladas, palitos de cangrejo o cebolla muy picada si no se tiene suficiente pescado para su elaboración. A estas recetas se puede añadir la lasaña con los restos del cocido sobrante (la carne del cocido sola o con morcilla, tocino y chorizo) o macarrones con guiso de judías verdes y langostinos (o berenjenas o setas con palitos de cangrejo), por ejemplo. Y de postre: bizcocho con plátano, manzana y naranja o con cualquier otra fruta y brownie de chocolate y calabacín, entre otros dulces. En definitiva, opciones hay para que los europeos dejemos de ser «los que más cantidad de comida desperdician per cápita, tras Estados Unidos (donde se desperdicia aproximadamente el 40 por ciento de la comida), Canadá y Australia», según los datos facilitados por SIWI. El tiempo y el esfuerzo dedicado a la producción de alimentos, el agua y la energía son recursos demasiado valiosos para acabar en la basura. El despilfarro de comida es también de energía, pesticidas, uso de tierra y recursos hídricos Por todo ello, resulta esencial minimizar los desperdicios alimentarios que generamos. En casa, lo principal es, antes de ir a la compra, revisar qué alimentos tenemos en casa y hacer una lista de los productos que realmente se necesitan para el menú diario o semanal. Una vez en casa, rota los alimentos colocando los que caducan más pronto en el parte delantera y más accesible, teniendo en cuenta que los huevos y los quesos, por ejemplo, deberían estar en la parte superior del frigorífico, los lácteos, sobras y platos cocinados en la parte media, carne y pescado en la parte inferior que 2 RECETAS PARA APROVECHAR LOS DULCES NAVIDEÑOS RECETAS CON APROVECHAMIENTO Una cuarta parte de todo el agua utilizada por el hombre acaba en alimentos que nadie come CADA PRODUCTO EN SU LUGAR • 13 • Fecha: 12/01/2014 Sección: SUPLEMENTO Páginas: 12,13 Muffins de mazapán Ingredientes para 14 unidades 200 ml de nata líquida 2 huevos 125 gramos de mantequilla 150 gramos de mazapán 200 gramos de harina 100 gramos de azúcar 1/2 sobre de levadura química Moldes de papel para magdalenas 1.- Precalentar el horno 10 minutos a 170 ºC. 2.- Mezclar la nata, los huevos y la mantequilla previamente derretida. 3.- Trocear el mazapán y mezclarlo con harina, azúcar y levadura. Después, mezclar todos los ingredientes de abajo hacia arriba, sin mezclarlo en círculos. 4.- Llenar los moldes de papel con la mezcla realizada, aproximadamente las tres cuartas partes de su capacidad. 5.- Hornear a 170 ºC unos 15 minutos o hasta que la masa esté cuajada. Natillas de turrón Ingredientes para cuatro personas 80 gramos de turrón (mejor turrón blando de almendra) 600 ml de leche 80 gramos de azúcar 2 huevos 1 cucharadita de preparado para natillas 1.- Diluir la cucharadita del preparado de natillas en un poco de leche fría. 2.- Batir el resto de ingredientes hasta obtener una mezcla fina y homogénea. Poner esta mezcla en un cazo y calentar. 3.- Cuando la mezcla empiece a hervir, echar la leche con el preparado de natillas, mezclar y dejar hervir unos minutos. 4.- Retirar del fuego. 5.- Verter en cuencos, dejar enfriar y guardar en el frigorífico. Servir frío. Propuestas de «Recetas con aprovechamiento y consejos», del cocinero Sergio Fernández Guerrero