La notificación al arrendatario en el juicio de

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La notificación al arrendatario en el juicio de
desahucio
Sobre el requerimiento previsto en el art. 440.3 de Ley de Enjuiciamiento Civil y
la incidencia de la STC 30/2014 de 24 de Febrero
Silvia Valverde Martínez, 30 julio, 2014
Desde la publicación de la vigente Ley de
Enjuiciamiento Civil – Ley 1/2000 de 7 de Enero
(LEC)- la regulación del procedimiento de desahucio
por falta de pago de la renta y cantidades asimiladas
ha sido objeto de diferentes reformas, siendo quizás
la más importante la operada por la Ley 37/2011 de
10 de Octubre de medidas de agilización
procesal, que extendió la técnica monitoria a este
tipo de asuntos, entendida ésta como la posibilidad
de generarse de forma rápida un título ejecutivo, consistente en el Decreto
dictado por el Secretario Judicial, en aquellos casos en que el demandado no
atendiere al requerimiento inicial o no se opusiese o allanase a la pretensión.
Con este título el arrendador puede instar directamente el despacho de la
ejecución, bastando una mera solicitud. De ahí la importancia de la correcta
notificación al arrendatario del requerimiento y citación previstos en el art. 440.3
LEC.
No obstante tal importancia, la Ley no previó qué hacer en los supuestos en
que, por no encontrarse al arrendatario, la notificación de este
requerimiento y citación resultase negativa, siendo entonces facultad del
Secretario judicial decidir qué postura adoptar ante esta situación.
En la práctica existieron distintos modos de proceder:
1. En algunos Juzgados se entendía que si bien podía efectuarse la citación a
juicio por medio de edictos, sin necesidad de previa averiguación de
domicilio, lo cierto es que no se podía proceder al requerimiento de pago y
desalojo de este modo, puesto que al estar haciendo la Ley extensiva la
técnica del proceso monitorio al juicio de desahucio, debían regir los
principios del primero, el cual no admite proceder en ningún caso cuando
no puede realizarse la notificación personal. En estos Juzgados, por tanto,
se practicaba la averiguación de domicilio.
2. En otros Juzgados simplemente se practicaba la citación y el requerimiento
por edictos en el tablón de anuncios del Juzgado.
3. Por último había otro tipo de actuación consistente en citar al arrendatario a
la vista de celebración del juicio mediante edictos, el cual se celebraba
normalmente sin oposición, terminando el proceso por Sentencia – en vez
de mediante el Decreto del Secretario.
No fue ésta la única laguna que presentaba el proceso de desahucio tras la
reforma de 2011, las dudas eran muchas más: si hacía falta comparecer con
abogado y procurador para instar la acción y oponerse; si había que
fundamentar la oposición o bastaba con un escrito sucinto y formularla en la
vista; si se suspendía o no la vista cuando se solicitaba la asistencia gratuita
transcurrido el plazo que otorga la Ley; cuál era el dies a quo para la
enervación, alcance de la oposición en el sentido de qué motivos se podían
oponer; si el Decreto que ponía fin al proceso podía incluir la condena al pago
de las rentas futuras; qué recursos cabían contra este Decreto; la condena en
costas; si regía el plazo de espera del art. 548 LEC para poder efectuar el
lanzamiento, y otras. Las cuestiones susceptibles de interpretación, pues, eran
muchas.
Ante esta situación las Secciones 4ª y 13ª de la Audiencia Provincial de
Barcelona – especializadas en arrendamientos-, acordaron los criterios
unificados de fecha 31 de Octubre de 2.012, para el tratamiento procesal
de diversas cuestiones tras la entrada en vigor de la citada Ley 37/2011,
los cuales daban respuesta y solución a las dudas planteadas en la aplicación
de ésta. Sin embargo estos criterios interpretativos, como tales, no tenían
fuerza vinculante, por lo que algunos Jueces y Secretarios siguieron actuando
al margen de los mismos, con la inseguridad que ello provocaba a los
operadores jurídicos.
Por lo que respecta a la citación y requerimiento al arrendatario, estos criterios
interpretativos de la Audiencia de Barcelona establecieron que, en caso de
que esta notificación fuera negativa, debía practicarse todo ello por
edictos –citación y requerimiento-, tanto en los supuestos en que se ejercitase
el desahucio por falta de pago, como aquellos otros en que se acumulase la
reclamación de deudas debidas.
Fue la nueva reforma operada por la Ley 4/2013, de 4 de Junio, de
medidas de flexibilización y fomento del mercado del alquiler de
viviendas, la que vino a abordar estas cuestiones puntuales de la Ley
37/2011 que generaban problemática en la práctica, pasando a recoger dicha
Ley 4/2013 muchas de las soluciones que la Audiencia Provincial de Barcelona
había previsto en sus acuerdos interpretativos y, manteniendo por el tema que
aquí nos ocupa – la notificación negativa al arrendatario en los domicilios a que
se refiere el 155.3 LEC – el criterio de que en esos casos, sin averiguación de
domicilio, se ha de practicar la notificación mediante edictos en el tablón de
anuncios de la oficina judicial.
La cuestión parecía pues pacificada con la reforma de la Ley 4/2013. Sin
embargo los pronunciamientos del Tribunal Constitucional en su
Sentencia 30/2014 de 24 de Febrero han venido de nuevo a complicar la
cuestión.
Tal Sentencia resuelve un recurso de amparo interpuesto por un arrendatario al
cual se emplazó mediante edictos, aun cuando en ese supuesto figuraba en el
contrato otro domicilio distinto al arrendando. El Tribunal Constitucional
básicamente entiende que al emplazarle por edictos existió falta de
agotamiento por parte del órgano judicial de los medios que tenía a su alcance
para llevar a cabo la notificación personal y le otorga el amparo al arrendatario
por motivo de indefensión.
Pero el Tribunal Constitucional va más allá del caso concreto y sus particulares
circunstancias y, añade en abstracto un pronunciamiento general mediante el
cual, aún reconociendo que la LEC no exige efectuar averiguaciones,
entiende que no se puede optar por la vía edictal hasta que no se hayan
agotado primero las medidas de averiguación del domicilio. Y tal
declaración se hace al hilo de lo declarado en otra reciente Sentencia
constitucional, relativa a los juicios hipotecarios, en la que se declara que la
interpretación de la reforma ha de efectuarse secundum constitutionem, esto es
integrando el contenido de la reforma con la doctrina del Constitucional en
cuanto a la subsidiariedad de la comunicación edictal, por tanto hasta que no
se hayan agotado las medidas de averiguación del domicilio.
Este pronunciamiento constitucional garantista al máximo es, como hemos
expuesto anteriormente, contrario al literal de la Ley 4/2013 y, en definitiva al
espíritu de ésta que, como su propio nombre indica, busca el fomento del
mercado del alquiler, fomento que pasa sin duda alguna por la agilización de
los procesos de desahucio en caso de impago de la renta.
Lo cierto es que ante esta situación de nuevo encontraremos diferentes
interpretaciones al respecto: los juzgados que adoptaran el criterio
constitucional y alargarán el procedimiento con la previa averiguación de
domicilios y, aquellos otros – nos consta que los hay- que atendiendo al
principio de especialidad y al espíritu de la reforma seguirán aplicando la norma
según su literal.
Sílvia Valverde Martínez, abogada en Roca Junyent
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