EXPRESA AGRAVIOS Excma. Cámara: María Esther Martínez por su propio derecho con el patrocinio letrado del Dr. Néstor O. Costa, con domicilio constituido en la Av. Corrientes N* 1.515 piso 2* “E” en estas actuaciones caratuladas: “ Martínez María Esther c/ Medan Carlos y otros s/ daños y perjuicios”, se presenta ante V.E. y respetuosamente expone: 1. Que en los términos que autoriza el art. 265 y 278 del Código Procesal Civil y Comercial viene a fundamentar el recurso de apelación y nulidad oportunamente concedido contra la sentencia dictada en autos, solicitando se revoque totalmente la misma en virtud de haberse omitido la consideración y tratamiento de cuestiones propuestas y haberse prescindido de pruebas y medios probatorios imprescindibles para un pronunciamiento válido.Manteniendo la reserva del caso federal, oportunamente formulada por conculcación de derechos amparados por la ley fundamental. 2. 2. La sentencia dictada en primera instancia reposa pura y exclusivamente en un solo dictamen pericial , que omitió, con funadmento en la especia lización pronunciarse sobre los puntos centrales y excluyentes para determinar la responsablidad profesional del médico.(ver considerando V). 3. Es en este estado, cuando surge con evidencia la necesidad de satisfacer dicha especialidad, puesto que con el dictamen incorporado al proceso no se obtuvo pronunciamiento acerca de los puntos periciales centrales y de suma importancia para dilucidar el presente caso, adviértase que aquel perito significó a fs. 321 que no contestaba los puntos 1, 2 y 3 propuestos por la demandada, por corresponder a otra especialidad – cirujano de cabeza y cuello -, igual temperamento fue el que observó respecto de los puntos 1, 2 , 3, 4, 8 y 9 propuestos por la actora (ver fs. 324) y justamente eran aquellos que se referían a las condiciones del lugar adecuado para el tipo de intervención a la que fue sometida la actora, los elementos indispensables para su correcta realización, la asepsia y la técnica quirúrgica para este tipo de patología. No pareciera necesario precisar que las respuestas no habidas son indispensables para que exista un pronunciamiento válido respecto a la responsabilidad profesional aquí discutida. No obstan a la afirmación precedente los enunciados que ponen su énfasis en el supuesto “abandono del tratamiento”, puesto que como ya se demostrará en la etapa oportuna, este tipo de intervenciones de lipomas de dos centímetros y medio de diámetro normalmente presentan un postoperatorio no superior a los quince días fecha en que debe producirse el alta, excepto que existieran complicaciones las que por otra parte no fueron significadas, salvo el eventual cuadro infeccioso. El juez de la instancia anterior hace reposar exclusivamente su decisión en una pericia incompleta, cuando es fundamental e ineluddible en el presente tema cuando se trata de una evaluación de proceder de una práctica quirurgica como lo ha sido la exéresis de una tumoración de cuello, imposible de expedirse para un perito de especialidad eminentemente clínica, lo que produjo que solo se pronunciara sobre las secuelas pero no así sobre el tema principal, lo correcto o incorrecto no solo de la técnica aplicada, sino también sobre el ambiente en que fuera hecha, punto fundamental para dilucidar una supuesta mala praxis quirurgica. Es decir en el proceso se carece de los hechos de suma importancia como las caraceterísticas del ambiente donde se practicó la intervención, si las características técnicas del mismo se ajustan a las reglas propias del arte de curar o bien en su defecto al no haberse actuado en un medio apto o en condiciones deficientes de equipo , no pudo haber sido la causa de la secuela que padece la actora. 3. No cabe duda que este tipo de intervención no puede ser realizada en un “Consultorio externo” que en general no suelen tener los elementos técnicos aptos, como lo son: iluminación, asepsia, mesa de quirófano a los fines de las posiciones necesarias y en la mayoría de las veces el espacio indispensable y sitio de recuperación postoperatoria, lo que es reconcoido por el codemandado Dr. Medan (ver respuesta a la 1ª. Posición – fs. 235). Asimismo no hay evidencia alguna que el equipo médico para una intervención con la eventualidad de complicaciones anatómicas serias, como señala en el dictamen del neurólogo, aquella fuera realizada con la asistencia del equipo técnico correspondiente ( cirujano, ayudante, instrumentadora y enfermera de quirófano) ya que el propio demandado manifiesta que solo fue ayudado por un médico residente (ver fs. 104 vta.). Por otra parte cuando no se actua en un medio quirúrgico y no se cumplen las normas al respecto en cuanto al equipo y técnica necesarios a fin de mantener una hemostasia y campo limpio, es mas que probable que los separadores que se hayan utilizado fueran del tipo de los atoestáticos, los que no poseen modo de graduar la tensión de la apertura con la consiguiente posibilidad de producir lesiones por contusión y/o hasta sección completa o parcial de los elementos nobles vecinos, al estar cubiertos con sangre. 4. Corresponde efectuar una consideración anatómica y hacer notar que el nervio espinal se encuentra debajo del músculo trapecio y los lipomas generalmente son totalmente superficiales, lo que es expresamente reconocido por el Dr. Medan ( ver fs. 105) encontrándose en el tejido celular subcutaneo, es decir sobre el músculo, por lo tanto se estima como muy dificil que las maniobras para la extracción de un lipoma (tumor que por sus propias características normalmente no tiene adherencias a los planos profundos), por consiguiente los problemas se presentan cuando no fueron practicadas con los gestos correctos a fin de una exéresis sin compromiso muscular ni aponeurótico. En síntesis las complicaciones necesariamente en estos cuadros son producto sino a impericia del cirujano, a malas condiciones técnicas instrumentales o ambientales, lo que equivale a negligencia del médico actuante por haber aceptado realizar el acto y de la institución por haberlo facilitado. La sentencia pretende sustentarse en un supuesto abandono de tratamieto a los dos meses de efectuada la operación no observando que el postoperatorio de un lipoma de dos centímetros de diametro no puede durar mas de quince días, no se aclara la existencia de complicaciones postoperatorias, se desconoce absolutamente lo acontecido entre el día 15 y el 60, oportunidad en la que se le ordena la realización de un electromiograma, en una actuación por demás tardía ya que los síntomas de deficit motor del nervio espinal son de rápida aparición (generalmente entre el tercero y sexto día) y de facil diagnóstico clínico. Al efecto se encuentra acreditado que la derivación del paciente al Dr. Francis se efectua dos meses despues de la intervención el 2/8/89 (ver respuesta a la 2ª.repregunta – fs.232 vta.) , al hacerse la misma no figuraba que se hubiera detectado el deficit neurológico (respuesta a la 6ª. Repregunta – fs. 232 vta.). Es evidente que no pudo haber habido tratamiento alguno y por ende abandono de lo que nunca existió, mas ello de manera alguna puede cientificamente equipararse a las posibilidades terapeúticas que señalan el Dr. Medan a fs. 107 y el perito en su dictamen a fs. 310 al responder al punto 9º. : “....en cierta medida este hecho configura un abandono de tratamiento”, cuando por otro lado afirma que la actora realizó tratamiento kiniesiológico ( ver fs. 310).En síntesis una nueva intervención para corregir las secuelas de la anterior evidentemente no es el tratamiento de la anteriormente efectuada. La propia parte demandada reconoce que de la intervención se derivó una atrofia muscular con implicancias funcionales en la movilidad y la estética (ver respuesta Dr. Medan posición 4ª. – fs.235) mas todo lo expresado no impidió que el experto que señaló sus dificultades ante la especialidad de la cirugía de cara y cuello, se manifestara de manera poco clara que: “....no se trató de impericia médica, solamente, la complicación quirúrgica del abordaje a una zona anatómica compleja...” (ver fs.312). A tal punto adquiere significación lo aquí destacada que la parte demandada – Dr. Medan_- en oportunidad de presentar su alegato a fs. 385, transcribe en él esta misma frase subrayandola en toda su extensión excepto en la palabra “solamente” . Finalmente de no conseguirse la incorporación de las respuestas omitidas, se dará sustento a una flagrante contradicción, que nacerá de aceptar lo dictaminado por el experto en la instancia anterior, en cuanto a que los lipomas suelen estar adheridos a tejidos vecinos a veces englobando estructuras anatómicas, vasos, nervios, etc y que por esa razón su extirpación suele ocasionar lesiones al efectuar la liberación, mas nada se precisará acerca de que tal cuadro de complejidad pueda ser adecuadamente intervenido en un Consultorio Externo. Es por ello que se replantea en esta instancia la indiscutible necesidad de tratar las omisiones ya significadas a los efectos de obtener un pronunciamiento sobre las, circunstancias y hechos de incidencia directa en toda consideración que evalue la diligencia y la observancia de las reglas técnicas en el ejercicio profesional de la medicina y7 que necesariamente llevarán a una conclusión diferente. II. Por lo expresado peticiono a la Excma. Cámara: I. Se tengan por funamentado el recurso de apelación interpuesto en los atérminos de los artículos 265 y 278 del Código Procesal Civil y Comercial y se haga lugar a las mismas. II. Se haga lugar a l mismo y se revoque la sentencia de primera instancia en todas sus partes, imponiendo las costas de la alzada a la contraria. Proveer de conformidad Que Será Justo.-