LAS MUJERES Y EL MATRIMONIO

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LAS MUJERES Y EL MATRIMONIO •
(MUJERES) Atavío de las mujeres................................................................................. 1
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EL HABLAR EN LENGUAS ........................................................................................ 2
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JESÚS Y EL ADULTERIO ............................................................................................ 2
• (MUJERES) Atavío de las mujeres 1ª Corintios 7:1-14 En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno le sería al hombre
no tocar mujer; (2) pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y
cada una tenga su propio marido. (3) El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y
asimismo la mujer con el marido. (4) La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo,
sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer.
(5) No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento,
para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os
tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia. (6) Mas esto digo por vía de concesión,
no por mandamiento. (7) Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo; pero
cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro. (8)
Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo; (9) pero
si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando.
(10) Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor: Que la
mujer no se separe del marido; (11) y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con
su marido; y que el marido no abandone a su mujer. (12) Y a los demás yo digo, no el
Señor: Si algún hermano tiene mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él,
no la abandone. (13) Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en
vivir con ella, no lo abandone. (14) Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer,
y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos,
mientras que ahora son santos.
1ª Corintios 11:2-16 Os alabo, hermanos, porque en todo os acordáis de mí, y retenéis las
instrucciones tal como os las entregué. (3) Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza
de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo. (4) Todo
varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta su cabeza. (5) Pero toda mujer
que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que
si se hubiese rapado. (6) Porque si la mujer no se cubre, que se corte también el cabello;
y si le es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra. (7) Porque el
varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es
gloria del varón. (8) Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón, (9)
y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón.
(10) Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los
ángeles. (11) Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón; (12)
porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo
procede de Dios. (13) Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin
cubrirse la cabeza? (14) La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso
dejarse crecer el cabello? (15) Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es
honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello. (16) Con todo eso, si alguno quiere
ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios.
• EL HABLAR EN LENGUAS 1ª Corintios 14:34-40 vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es
permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. (35) Y si quieren
aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer
hable en la congregación. (36) ¿Acaso ha salido de vosotros la palabra de Dios, o sólo a
vosotros ha llegado? (37) Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que os
escribo son mandamientos del Señor. (38) Mas el que ignora, ignore. (39) Así que,
hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el hablar lenguas; (40) pero hágase todo
decentemente y con orden.
1ª Timoteo 2:9-15 Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y
modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, (10) sino con
buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad. (11) La mujer aprenda
en silencio, con toda sujeción. (12) Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer
dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. (13) Porque Adán fue formado primero,
después Eva; (14) y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió
en transgresión. (15) Pero se salvará engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y
santificación, con modestia.
• JESÚS Y EL ADULTERIO Mateo 5:27-30 Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. (28) Pero yo os digo que
cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. (29)
Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es
que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. (30) Y
si tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que se
pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
Mateo 5:31-32 También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de
divorcio. (32) Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de
fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio.
Mateo 19:3-12 Entonces vinieron a él los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al
hombre repudiar a su mujer por cualquier causa? (4) El, respondiendo, les dijo: ¿No
habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, (5) y dijo: Por esto
el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? (6)
Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe
el hombre. (7) Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y
repudiarla? (8) El les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar
a vuestras mujeres; mas al principio no fue así. (9) Y yo os digo que cualquiera que
repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que
se casa con la repudiada, adultera. (10) Le dijeron sus discípulos: Si así es la condición
del hombre con su mujer, no conviene casarse. (11) Entonces él les dijo: No todos son
capaces de recibir esto, sino aquellos a quienes es dado. (12) Pues hay eunucos que
nacieron así del vientre de su madre, y hay eunucos que son hechos eunucos por los
hombres, y hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los
cielos. El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba.
Marcos 10:2-12 Y se acercaron los fariseos y le preguntaron, para tentarle, si era lícito al
marido repudiar a su mujer. (3) El, respondiendo, les dijo: ¿Qué os mandó Moisés? (4)
Ellos dijeron: Moisés permitió dar carta de divorcio, y repudiarla. (5) Y respondiendo
Jesús, les dijo: Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento; (6) pero
al principio de la creación, varón y hembra los hizo Dios. (7) Por esto dejará el hombre a
su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, (8) y los dos serán una sola carne; así que
no son ya más dos, sino uno. (9) Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre.
(10) En casa volvieron los discípulos a preguntarle de lo mismo, (11) y les dijo:
Cualquiera que repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra ella; (12) y
si la mujer repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio.
Lucas 16:18 Todo el que repudia a su mujer, y se casa con otra, adultera; y el que se casa
con la repudiada del marido, adultera.
Colosenses 3:18-19 Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.
(19) Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas.
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