«Ser o no ser, ésa es la cuestión…

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Sábado, 16 de mayo de 2015.
Cuando el personaje de
Hamlet plantea esta situación, desnuda, las
dudas existenciales que la mayoría de los
seres humanos tenemos. En este monólogo
"ser o no ser" es donde más se pone en
evidencia estas dudas, el, qué hago?, donde
se plantea en cierta forma: actúo o no
actúo?, o sea llevo a cabo la venganza o no?
En este caso.
Pata roja. “Mi mujer es el plomero” – Teatro
de Cámara de City Bell – La Plata.
Hamlet, es un ser humano que
se siente traicionado por su tío, y también
por su madre, él quiere vengar la muerte de
su padre, pero surge la duda, la indecisión....:
si no actúa siente que está traicionando a su
padre (venganza y justicia, reclama el
muerto), pero si actúa sabe que habrá
consecuencias nefastas (como las hubo, en
definitiva), y sentirá culpa y remordimiento.
El, Hamlet, cree que si cumple
con el mandato dejaría de SER él mismo para
pasar a SER el autor de venganza de su
padre. De esta forma se pierde a sí mismo:
como acontece finalmente, cuando Hamlet
deja de ser él mismo, le hace creer a los que
lo rodean que se ha vuelto loco.
«Ser o no ser, ésa es la cuestión…
…Lo dice Hamlet, el Príncipe de
Dinamarca, en su monólogo de la primera
escena del tercer acto en la tragedia escrita
por William Shakespeare…
Me
pregunto,
entonces:
cuantas veces necesitamos transformamos
en otros para tomar una decisión?, acertada
o no. O mejor, cuantos deciden firmemente
tomar partida con la razón y el corazón, sin
importar las consecuencias?.
Y continúa: ¿Cuál es más digna
acción del ánimo, sufrir los tiros penetrantes
de la fortuna injusta, u oponer los brazos a
este torrente de calamidades, y darlas fin
con atrevida resistencia? Morir es dormir.
¿No más? ¿Y por un sueño, diremos, las
aflicciones se acabaron y los dolores sin
número, patrimonio de nuestra débil
naturaleza?... Este es un término que
deberíamos solicitar con ansia.
Este fin de semana encontré
alguna respuesta, me di cuenta que hay
algunos locos, locos lindos que viven los
sueños, despiertos. Que dan el paso sin
importar lo que viene… Y lo mejor de todo,
es que comparten esas locuras y realidades.
Morir es dormir... y tal vez soñar».
1
Hablar de “Mi mujer es el
Plomero”, de las personas que la componen,
es fácil. Porque sus partes, esos locos lindos,
son nuestros amigos, nuestros vecinos,
nuestra familia… permitiéndome ser un poco
egoísta son nuestros!!! Estas SEÑORAS
ACTRICES O SEÑORES ACTORES, cuando bajan
a la realidad cotidiana, cuando se mezclan
con los seres de esta tierra las conocemos
como… la panadera, el almacenero, las
chicas de la tienda de ropa, el de las
aceitunas, la señora detrás de las vías… y así
los vamos identificando de a uno. Como dije:
son nuestros. Y estamos orgullosos e
inflamos nuestros pechos cuando contamos a
extraños… a esos, a esos los conocemos, son
del barrio!!!
El lugar de reunión, el Teatro
de Cámara de City Bell, un lugar hermoso,
donde la arquitectura se abre paso entre los
árboles, y nos acoge en un lugar cálido, un
orgullo de esta localidad.
No es mi propósito hablar de
esta magnífica obra, porque no soy crítico, ni
periodista ni nada que se parezca, tan sólo el
vecino de al lado. Por eso te pregunto y digo,
a Vos que estás leyendo, no los viste?
“alpiste, perdiste”.Y lo que empieza, alguna vez termina…
termina???
Los invitados, los amigos, los
vecinos, fueron llegando de a poco,
despacito,
tal
vez
a
propósito,
preguntándose: será que va a ser la última!!!
No puede ser, dirán algunos. Será cierto se
preguntan otros. Vamos habrán dicho,
veamos qué pasa.
Los volantes que inundaban
los comercios, o las casas o el boca a boca
decían: “ÚLTIMA FUNCIÓN, 15 de mayo”.
Para no perderse, me dije. Invitación por
medio, Yerbaité también iba a ser parte de la
locura.
Los artistas, en los camarines
conversan, se animan, dan vueltas como si
subidos a un carrusel juegan a ser niños, a
volar con la imaginación. Ultimando detalles,
nerviosos o ansiosos, tal vez. Esperan el
“vamos muchachos, nuestro público espera…
Y llegó el día, nos pusimos los
mejores trajes y vestidos, y como niños que
esperan un regalo nos fuimos ansiosos al
teatro, para ver si era cierto, para corroborar
lo que se decía. En nuestro interior no lo
podíamos aceptar. No podemos creer que
sea la última.
Y un poquito más tarde de lo
pactado, con un dejo de tristeza salen a
escenario para dejar todo… mucha merd!!!
2
piensa una señora sentada en la segunda fila
junto a su hija, tres filas más atrás, otra:
suerte amigos… Acá, estamos, tu público.
Y
fueron
pasando
las
situaciones, entre risas y algunas lágrimas
que se escapaban, como traviesas haciendo
surcos en los parpados, se fue dando todo, la
comunión entre los artistas y su público
estaba dada. Carlitos ya vestido de “Daniela”,
hacía lo suyo y la gente deliraba y aplaudía,
se emocionaban. Y fueron pasando los
personajes, entrando y saliendo, con un
diálogo claro y cotidiano nos sentimos
identificados… hasta que, llegó el final, y lo
tuvimos que aceptar, el telón, imaginario, nos
anunciaba: Señoras y señores, hasta la
próxima!!!
Dejamos todo, dirían los locos
lindos arriba del escenario… Y con aplausos,
emocionados, los que fuimos testigos, les
respondimos SI, así fue!!! Gracias,
eternamente gracias.
De a poco, como no
queriendo, nos fuimos retirando del lugar,
para dejar nuestros lugares vacíos… hasta
que el telón, nos reciba de nuevo con un
Señoras y Señores… los artistas!!!!
Y como era una fiesta, nos
juntamos a festejar… Instalados en el salón,
cambiamos tristeza por alegría, empezó a
abrirse camino la comida y el vino, y entre
abrazos y charlas nos fuimos juntando,
contagiados por la alegría y la risa franca. Los
artistas, nuestros artistas se mezclaron con
su público. Y estos agradecidos, los adulaban
como queriendo cambiar una decisión ya
tomada.
(Las fotos sabrán expresar lo que
estaba sucediendo).
3
Las chicas nos regalaron sus
sonrisas y ternura.
Y por ahí andaba Maria,
haciendo amigos.
4
Los primeros afortunados.
También Mario, el compañero
inseparable de Marta, ayudando y viendo
que todo salga bien.
Hasta que llegó el momento de
los sorteos, con Carlitos y Juanita, empezaron
a salir los números… y las risas.
Luego otra…
Con gracia y simpatía, Carlitos
fue animando la fiesta, y los invitados
respondieron con aplausos y cargadas.
5
El Director (Ariel).
Valentina regalando sonrisas y yerba mate.
Con “Daniela”, perdón Carlos.
Con Carlos y Gustavo.
6
7
El
teatro
quedó vacío,
invitados y artistas se despidieron con un
fuerte abrazo, ambos agradecidos, para
retornar a sus vidas cotidianas.
Y llegó el final, de a poco nos
fuimos despidiendo.
Los aplausos como fantasmas
que volaban por el aire, nos recordaban que
todo había salido bien. El pesar de la noche
que terminaba, nos encontró caminando por
los senderos de la ilusión y la magia, nos
alejaban del lugar que nos acogió y nos
permitió volar con la imaginación. Algunos
tristes, otros felices sienten que fueron
testigos de algo grande, magnifico que
quedara guardado en el cajoncito de los
buenos recuerdos.
Con un presente y una flor, les
dijimos gracias a los invitados, quienes por
distintos caminos retornaron a sus casas.
8
Y cuando creíamos que todo
quedó en el pasado, el destino, o anda saber
que, con un guiño, nos regalaba un último
acto, en el escenario, de un teatro ya vacío
dos niños jugaban y soñaban a ser artistas
imaginando al público en las gradas gritar…
Bravo, bravo!!!!!!!!
Volvimos
atrás, y recordamos…
la
mirada
hacia
«Ser o no ser, ésa es la cuestión…
Nota:
Pata Roja agradece a,
Mayo de 2015.- Pata Roja®
Al grupo “Mi Mujer es el Plomero”, a Noemí,
Marta, Margarita, Gustavo, Luz, Elba, Carlos,
Ariel y otros, por permitirnos ser parte de su
locura, por su generosidad y bondad.
A Juan Manuel Carassale y familia, por
permitirnos ocupar un lugarcito de su casa.
A Juanita, Valentina y Valentina, Aina, Julia,
Delfina y María, por su ayuda y aguante.
Al público en general, por la aceptación y la
buena onda.
A Sol y Lluvia y Aguantadora, que aportaron su
granito de arena para que esto sea posible.
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