RESUMEN EJECUTIVO Esta evaluación examina el grado de eficacia y buena gestión de las interacciones del FMI con los países miembros en 2001–08, prestando especial atención al período 2007–08. Contiene varias conclusiones relevantes para la tarea que aguarda al FMI de implementar las nuevas funciones que se le encomendaron recientemente para ayudar a los países miembros a enfrentar la crisis financiera mundial. En general, la evidencia es mixta. Si bien se podría caer en la tentación de conformarse con la impresión relativamente buena de la eficacia general lograda en la interacción con algunos grupos de países, esta reacción debe relativizarse, dada la evidencia clara que las autoridades nacionales y el personal técnico del FMI no siempre están de acuerdo sobre el alcance de las interacciones y que la eficacia varía mucho en algunas funciones específicas. Las interacciones fueron eficaces en el marco de los programas y la asistencia técnica y contribuyeron, en general, a un buen intercambio de opiniones y a brindar evaluaciones objetivas. Sin embargo, en otros ámbitos donde cabría esperar un desempeño destacado del FMI —como el aspecto internacional de su labor de supervisión, entre otros— la eficacia y la calidad no han obtenido buenas calificaciones. Los resultados de la evaluación muestran que las interacciones del FMI con las grandes economías emergentes y con las economías avanzadas fueron las menos eficaces. Las interacciones más eficaces se produjeron con los países que tienen acceso al Servicio para el Crecimiento y la Lucha contra la Pobreza (SCLP) y, en menor medida, con otras economías emergentes. Resultó particularmente inquietante la constante discordancia estratégica con las grandes economías avanzadas, especialmente sobre el papel del FMI en la coordinación de la política internacional, la formulación de políticas económicas y las actividades de divulgación. En estos ámbitos, la eficacia del FMI no obtuvo una buena calificación de parte de las autoridades de los países. Tampoco fue alta la calificación otorgada por el personal técnico del FMI, que sin embargo aspiraba a hacer más. Los resultados también apuntan a una eficacia limitada de la interacción con las grandes economías emergentes, muchas de las cuales consideraron que el proceso de supervisión carecía de valor, imparcialidad o ambas cosas. La evaluación mostró que las actividades de divulgación realizadas entre partes interesadas fuera del ámbito gubernamental contribuyeron poco a la eficacia de las interacciones del FMI. La política de transparencia del FMI contribuyó menos de lo esperado por el personal técnico a acrecentar su influencia, ya que algunas autoridades obstaculizaron la difusión oportuna de las conclusiones de las misiones. Las iniciativas de divulgación destinadas a ejercer una mayor influencia en el debate nacional sobre políticas, reposicionando al FMI como analista bien informado y distanciándolo del legado negativo de sus intervenciones anteriores, aún se encuentran en proceso de elaboración. La evaluación llegó a la conclusión de que las interacciones no se gestionaron adecuadamente, aunque hubo casos individuales de muy buena gestión. La estrategia del FMI no resultó eficaz para acrecentar su influencia en países en los que la participación del Fondo se limitó a la supervisión. El FMI prestó muy poca atención a la pericia técnica y otras aptitudes profesionales que hubieran podido agregar valor, y descuidó el manejo de las presiones que sufrió el personal técnico para brindar evaluaciones excesivamente cautas. Esta observación resulta muy inquietante, especialmente respecto del trabajo del personal técnico en países de importancia sistémica. En los países con acceso al SCLP, la estrategia institucional que incluye una abundante oferta de financiación en condiciones ventajosas, alivio de la deuda y fuertes vínculos al financiamiento de donantes logró ser muy influyente. Sin embargo, en algunos casos, también dio origen a lo que las autoridades consideraron un comportamiento arrogante y dictatorial del personal técnico, aunque observaron muestras de mejoras en los últimos años. En gran medida, en los incentivos y la capacitación del personal técnico no se tuvieron en cuenta las interacciones, ni se definieron claramente las responsabilidades ni la rendición de cuentas en el manejo de las relaciones. 2 Las recomendaciones siguientes apuntan a reforzar la eficacia de las interacciones del FMI con los países miembros: • Para aumentar el interés de las autoridades nacionales en el FMI y fomentar su influencia: i) mejorar la calidad de los aspectos internacionales de la labor del FMI; ii) contratar profesionales especializados y llevar mayor número de expertos en las visitas a los países, especialmente donde la institución esté perdiendo terreno; iii) articular un menú de productos y servicios para las economías avanzadas y las economías emergentes; y iv) reemplazar los programas de supervisión actualmente caducos con programas estratégicos para mejorar la rendición de cuentas y el enfoque sobre cada país. • Para mejorar la eficacia de las actividades de divulgación: v) aclarar las reglas de juego en materia de divulgación; y vi) decidir cómo manejar el legado negativo de la reputación del FMI en países donde este legado menoscaba las interacciones, y dotar al personal técnico de aptitudes profesionales y recursos para llevar a cabo su tarea. • Para mejorar la gestión de las interacciones: vii) establecer normas profesionales para las interacciones del personal técnico con las autoridades durante las evaluaciones de los países; viii) aumentar la tenencia en el cargo y capacitar mejor al jefe de misión y al personal técnico, y mejorar los incentivos para las interacciones; y ix) definir más claramente las funciones y la rendición de cuentas en la gestión de las interacciones.