LECTIO DIVINA "EL ROSTRO DE LA MISERICORDIA" 2016 SEPTIEMBRE "COMIERON TODOS Y SE SACIARON" ORACION INICIAL Dios de nuestros padres, santo y misericordioso, que con tu palabra hiciste todas las cosas, y modelaste todo cuanto existe, dame tu Sabiduría, que te asistió cuando hacías el mundo, y que sabe lo que es grato a tus ojos. Señor Jesús, vengo a tu encuentro pues reconozco que tengo hambre y sed de Ti. Te pido que avives en mi interior este deseo de estar en comunión contigo para que en todo lo que haga busque siempre tu Rostro. Espíritu Santo, visítame haz espacio en mí, para que resuene, como un eco, en el paisaje de mi cuerpo y de mi alma, la Palabra de Jesús. Visítame, Señor y Dador de Vida, para que pueda ser yo cauce de tu Vida en abundancia. Llévame a un lugar interior en el que mi mente pueda reposar en ti, pararse en ti, descansar de su inquietud continua, y dejarse encontrar en tu silencio. LECTIO (Lectura): ¿Qué dice el texto? La Palabra escuchada Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: "Me da lástima esta gente. Ya hace tres días que están conmigo y no tienen nada que comer. No quiero que se vayan en ayunas, no sea que desfallezcan por el camino". Los discípulos le dijeron:"¿No ves que estamos en un lugar apartado? ¿De dónde vamos a sacar suficiente pan para dar decomer a toda esta gente?" Jesús les preguntó:"¿Cuántos panes tenéis?". Ellos contestaron:"Siete y unos cuantos peces". Jesús dispuso que la gente sesentara en el suelo. Luego tomó los siete panes y los peces, dio gracias a Dios, los partió y se los fue dando a los discípulos y estos se los fuerondando a la gente. Todos comieron hasta quedar satisfechos; y aun así se llenaron siete espuertas con los trozos de pan que sobraron. Los que comieron en aquella ocasión fueron cuatromil, sin contarlas mujeres ni los niños. Luego Jesús despidió a la multitud, subió a la barca y se fue a la región de Magadán. Mt 6,32-39 LECTIO DIVINA "EL ROSTRO DE LA MISERICORDIA" 2016 MEDITATIO (Meditación): ¿Qué me dice el texto? comprendida La Palabra En este acontecimiento podemos acoger tres mensajes. El primero es la compasión. Frente a la multitud que lo sigue y -por así decir- 'no lo deja en paz', Jesús no actúa con irritación, no dice 'esta gente me molesta'. Sino que siente compasión, porque sabe que no lo buscan por curiosidad, sino por necesidad. Estemos atentos, compasión es lo que siente Jesús. No es simplemente sentir piedad, es más, significa misericordia, es decir, identificarse con el sufrimiento del otro, al punto de cargarlo en sí mismo. Así es Jesús, sufre junto a nosotros, sufre con nosotros, sufre por nosotros. Nuestras exigencias, aún legítimas, no serán nunca tan urgentes como las de los pobres, que no tienen lo necesario para vivir. Nosotros hablamos a menudo de los pobres, pero cuando hablamos de los pobres ¿sentimos a ese hombre, esa mujer, ese niño que no tienen lo necesario para vivir? No tienen para comer, no tienen para vestirse, no tienen la posibilidad de medicinas, también los niños que no pueden ir al colegio. Es por esto que nuestras exigencias, aún legitimas, no serán nunca tan urgentes como la de los pobres que no tienen lo necesario para vivir. El segundo mensaje es el compartir. Primero la compasión, lo que sentía Jesús y después el compartir. Es útil comparar la reacción de los discípulos, frente a la gente cansada y hambrienta, con la de Jesús. Son distintas. Dos reacciones diferentes, que reflejan dos lógicas opuestas: los discípulos razonan según el mundo, por lo que cada uno debe pensar en sí mismo. Reaccionan como si dijeran 'arreglároslas solos'. Jesús razona según la lógica de Dios, la del compartir. ¿Cuántas veces nosotros nos giramos hacia otro lado, para no ver a los hermanos necesitados? Y este mirar a otra parte, es una forma educada de decir en muchas cosas 'arreglároslas solos'. Y esto no es de Jesús. Es egoísta. Si hubiera despedido a la gente, muchas personas se habrían quedado sin comer. Sin embargo esos pocos panes y peces, compartidos y bendecidos por Dios, bastaron para todos. Atención: ¡no es magia, es un 'signo'! Un signo que invita a tener fe en Dios, Padre providente, que no permite que nos falte nuestro "pan de cada día", ¡si nosotros sabemos compartirlo como hermanos! Compasión, compartir. El tercer mensaje: el prodigio de los panes preanuncia la Eucaristía. Se ve en el gesto de Jesús que "recitó la bendición" antes de partir los panes y darlos a la multitud. Es el mismo gesto que Jesús hará en la Última Cena, cuando instituyó el memorial perpetuo de su Sacrificio redentor. En la Eucaristía Jesús no da un pan, sino el pan de la vida eterna, se dona a Sí mismo, ofreciéndose al Padre por amor a nosotros. Pero nosotros, debemos ir a la eucaristía con esos sentimientos de Jesús, la compasión. Y con ese deseo de Jesús, compartir. Quien va a la eucaristía sin tener LECTIO DIVINA "EL ROSTRO DE LA MISERICORDIA" 2016 compasión de los necesitados y sin compartir, no se encuentra bien con Jesús. Compasión, compartir, Eucaristía. Este es el camino que Jesús nos indica en esta lectura. Un camino que nos lleva a afrontar con fraternidad las necesidades de este mundo, pero que nos conduce más allá de este mundo, porque sale de Dios y vuelve a Él. Angelus 3/08/2014 Papa Francisco ORATIO (Oración): ¿Qué le digo? Mi palabra responde a la Palabra Haz silencio en tu interior y pregúntate: 1.- ¿Qué me dice la lectura que he leído? 2.- ¿Cómo ilumina mi vida? 3.- Ante todo: ¿quiénes son aquellos a los que dar de comer? 4.- ¿cómo sigo a Jesús? Jesús habla en silencio en el Misterio de la Eucaristía y cada vez nos recuerda que seguirlo quiere decir salir de nosotros mismos y hacer de nuestra vida no una posesión nuestra, sino un don a Él y a los demás. Demos un paso adelante: 5.- ¿de dónde nace la invitación que Jesús hace a los discípulos de saciar ellos mismos el hambre de la multitud? ¿de dónde nace la multiplicación de los panes? La respuesta se encuentra en la invitación de Jesús a los discípulos “Dadles vosotros”, “dar”, compartir. 6.-¿Qué cosa comparten los discípulos? Lo poco que tienen:siete panes y pocos peces. Pero son justamente esos panes y esos peces que en las manos del Señor sacian el hambre de toda la gente. Y son justamente los discípulos desorientados LECTIO DIVINA "EL ROSTRO DE LA MISERICORDIA" 2016 ante la incapacidad de sus posibilidades, ante la pobreza de lo que pueden ofrecer, los que hacen sentar a la muchedumbre y distribuyen - confiándose en la palabra de Jesús - los panes y los peces que sacian el hambre de la multitud. 7.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús? ¿Qué me falta para ser más como Él? CONTEMPLATIO (Contemplación): ¿Cómo interiorizo el mensaje? La Palabra encarnada Les hice recostar sobre la hierba, como un pastor que conduce a su rebaño junto a una fuente tranquila, y me dispuse a servirles el banquete que tú mismo habías preparado. No había mucho que repartir, y sorprendí en algunos el gesto ávido de retener lo poco que tenían para comerlo en soledad y a escondidas. Mis discípulos, como casi siempre, miraban la situación haciendo cálculos a partir de sus posibilidades: “no tenemos“, “esto espoco“... Ante cualquier imprevistos, se mirán a sí mismos, miden sus propias fuerzas y se agobian por sus carencias, olvidándose de mirar hacia ti, Abba, que eres manantial inagotable de todo don. Por eso, cuando tomé en mis manos los panes y los pececillos y levanté mis ojos hacia el cielo, estaba queriendo orientar su mirada hacia Ti, de quien lo recibimos todo. Luego pronuncié sobre aquellos alimentos la bendición, para arrancarlos de la esfera de la posesividad y devolverlos a su verdadero ser, que es el de circular, y partirse, y generar vida, energía y convivialidad. Cuando empezaron a repartirlos, la gente comenzó también a ofrecer lo poco que tenían, a desapropiarse de lo que llevaban y a cambiar la preocupación por su sustento por el gozo de compartir con otros. La carencia estaba siendo vencida por el derroche y la gratuidad, y eso los igualaba, derretia muros invisibles de categorías y distancias, rompía la frontera entre extranjeros y hermanos. Era tu vida la que estaba circulando entre ellos Abba, y en ese momento comprendí mejor que este deseo que me invade tantas veces de entregarles mi misma LECTIO DIVINA "EL ROSTRO DE LA MISERICORDIA" 2016 vida como alimento, como las madres a sus hijos pequeños, surge de ti y fluye de tus propias entrañas. ACTIO (Acción): ¿A qué me comprometo? La Palabra confrontada, compartida y en acción ACTIO Hay quien dice que el verdadero milagro de Jesús fue el ejemplo que dio, pues el resto de las gentes que allí estaban compartieron lo poco que habían llevado, pero hubo suficiente para todos. Y que el milagro fue el hacer aparecer en el corazón de los presentes ese amor desinteresado que lleva a compartir lo poco que se tiene. Y es que cuando el hombre comparte, Dios multiplica y con el milagro hace que llegue para todos. Participar del pan de la Eucaristía nos obliga a compartir también los otros panes y sentir desafiante el mandato de Cristo que resuena también hoy, que la crisis golpea de cerca y junto a nosotros hay gentes apuradas por la necesidad: “Dadles vosotros de comer”.