TRIBUNAL PRIMERO DE SENTENCIA: Santa Ana, a las dieciséis

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P0201-14-2001
TRIBUNAL PRIMERO DE SENTENCIA: Santa Ana, a las dieciséis horas quince
minutos del treinta y uno de enero del dos mil uno.
El presente proceso penal, clasificado bajo el número 7-2001, seguido en contra del
imputado OSCAR REMBERTO MARTINEZ DELGADO, conocido socialmente por el
mismo nombre, sin sobrenombre alguno, quien es de veintidós años de edad, comerciante
en pequeño, acompañado con Cristina Andrea Vásquez Maravilla, originario de Ciudad
Arce, departamento de La Libertado, con cédula de identidad personal número cero cuatro
guión cero tres, guión cero cero treinta y cuatro mil ochenta y cuatro, residente en Centro
Urbano IVU, edificio K, apartamento número cuarenta y tres, San Salvador, hijo de Samuel
Enrique Delgado González y de Ana María Martínez, mencionado también en el proceso
como Remberto González; se ha tramitado por el delito de LESIONES MUY GRAVES,
previsto y sancionado en el Art. 144 N° 4 Pn., cometido en contra de la integridad personal
del menor EDWIN VLADIMIR QUINTEROS, de catorce años de edad, soltero, estudiante,
originario de esta ciudad, residente en lotificación Santa María, polígono ocho, casa
número dieciocho, cantón Portezuelo, de esta jurisdicción, hijo de Felipe Alfonso Espinoza
González y de María Elena Quinteros; hecho ocurrido aproximadamente a las quince horas
treinta minutos del once de enero del año recién pasado en el polígono número ocho de la
lotificación Santa María, ubicada a la altura de la gasolinera Shell de la carretera que de
Santa Ana conduce a Chalchuapa.
El Tribunal de Sentencia está integrado por los Honorables Jueces, Aura Armida Solano
Cáceres, Wilson Edgardo Sagastume Galán y Alejandro Guevara Fuentes; empero, en
cumplimiento a lo prescrito por los Arts. 52, 53 Inc. 3° literal c) y 372 Inc. 1° Pr. Pn., el
juicio por Jurado fue presidido por el último de los Jueces mencionados; quedando
conformado el Tribunal del Jurado de la manera establecida en la ley, por las personas
cuyos nombres y datos generales constan en el acta de Audiencia de Selección precedente.
En la Vista Pública del caso "sub júdice" han participado, el licenciado José Alberto
Maravilla Aguilar en representación del Fiscal General de la República y, los de igual
título, Ramiro de Jesús Anzora Jovel y Tito Sánchez González, como Defensores
Particulares del encausado.
La representación fiscal acusó al imputado, por medio de escrito agregado de la foja 7 a 8,
en el que consta enunciado el hecho que ha sido objeto del juicio; y, que en lo medular
dice: ""(...) II) RELACION CIRCUNSTANCIADA DE LOS HECHOS-----El día once de
enero del "presente año" (Sic.) a las quince horas con treinta minutos, en momentos que el
señor FELIPE ALONSO ESPINOZA GONZALEZ se encontraba en el lugar conocido
como "poligono" (Sic.) ocho de la colonia Santa "Maria" (Sic.) frente a la casa de un señor
que conoce como el GORDO cuando estaba departiendo llegaron unos sujetos conocidos
como ANTONIO GONZALEZ y REMBERTO GONZALEZ, estos le "digerón" (Sic.) al
señor ESPINOZA, que se "fuerán" (Sic.) del lugar que había toque de queda y a punta de
corvo "llevarón" (Sic.) al señor ESPINOZA y al sujeto que le dicen "GORDO" por la calle,
posteriormente al señor ESPINOZA le hicieron unos disparos los cuales no "pudierón"
(Sic.) hacer blanco en su cuerpo. "pero" (Sic.) "si" (Sic.) "valiarón" (Sic.) al menor EDWIN
VLADIMIR QUINTEROS, en la región de la quinta "vertebral" (Sic.) izquierda y "linea"
(Sic.) para vertical izquierda, razón por cual al verlo que estaba lesionado fue conducido al
hospital para que recibiera asistencia médica.----III) CALIFICACION JURIDICA DE LOS
HECHOS.-----Los hechos antes narrados se adecuan" en consideración al Suscrito Fiscal al
delito de LESIONES GRAVES, previsto y sancionado en el artículo 143 pn. teniendo como
responsables a ANTONIO GONZALEZ y REMBERTO GONZALEZ, como autores
directos a la luz de lo que establece el artículo 33 pn. dichas lesiones en perjuicio de
EDWIN VLADIMIR QUINTEROS.----IV) FUNDAMENTO DE LA "ACUSACION.-"
(Sic.)-----El suscrito fiscal es de la opinión que existen suficientes elementos, para sostener
que los imputados son responsables penalmente del hecho que se "les" (Sic.) atribuye (…)
VII) POR TANTO.----De conformidad a las circunstancias bases legales antes citadas
respetuosamente PIDO:-----me admita la presente ACUSACION, contra los imputados
OSCAR REMBERTO MARTINEZ y ANTONIO GONZALEZ, por el delito de Lesiones
Graves, previsto y sancionado en el artículo 143 Pn. en perjuicio de EDWIN VLADIMIR
QUINTEROS"".
En atención a la anterior acusación fiscal, la Jueza Primero de Instrucción de esta ciudad,
mediante resolución de fs. 10 a 11 declaró rebelde al imputado Antonio González por el
delito de Lesiones Graves, cometido en contra del menor Edwin Vladimir Quinteros; y, por
resolución de fs. 12 a 18 modificó la calificación legal del delito de Lesiones Graves a
Lesiones muy graves, atribuido al imputado Oscar Remberto Martínez Delgado, conocido
por Remberto González, cometido en contra del referido menor, ordenando por este último
delito la Apertura a Juicio; por lo que, la Jueza Presidenta de este Tribunal fijó las nueve
horas de este día, para la celebración de la Audiencia Pública; la que previas las
formalidades legales, se comenzó a la hora señalada; precisándose aclarar que durante los
procedimientos se han observado las prescripciones y términos de ley.
La representación de la fiscalía expuso ante el Tribunal del Jurado el alegato inicial con el
contenido fáctico y jurídico de la Acusación que presentara de fs. 7 a 8, de la cual se omite
su reproducción por estar anteriormente relacionada; mientras que, la representación de la
defensa expuso en su alegato inicial ante el mismo Tribunal que con la misma prueba que
se vertirá en la Vista Pública probarán que su defendido no es la misma persona que lesionó
al menor víctima.
CONSIDERANDO: I.- El imputado expresó querer rendir su declaración sobre los hechos,
haciendo uso del derecho de defensa material, amparándose en lo que establecen los Arts.
2, 6, 8, 11 y 12 Cn.; y, en el Art. 9 Pr.Pn., la cual consta en acta por separado, pudiendo
resumirse su dicho de la siguiente manera: que el día en que supuestamente sucedió el
hecho se encontraba en San Salvador como lo ha dicho siempre, y en cuanto a su captura
manifiesta que como sus padres viven en la lotificación Santa María en esta ciudad, no
recordando el número del polígono, pero es diferente al lugar donde sucedieron los hechos
fue que se le capturó pero con otro nombre, que no le dijeron por qué lo capturaban, sino
que solamente le manifestaron que era por lesiones en un señor y no en un menor, que él les
dijo a los agentes que encontraba raro puesto que no usa ninguna arma, pero éstos le dijeron
que le iban a sacar la verdad; que cuando estuvo en el Juzgado Primero de Paz le dijeron
que eran lesiones en un menor y no en un señor; agregando además que, el día en que
sucedieron los hechos se encontraba con un señor haciendo un pequeño negocio más o
menos a la hora que dicen que sucedió el hecho, que tiene como prueba de ello un
documento firmado por un notario en el que consta que el día en que sucedieron los hechos
se encontraba con un señor; asimismo manifestó que no pueden juzgar a quien no fue,
solamente por señalarlo como lo hace el señor que lo acusa, ya que éste le dijo que sabía
que él no era la persona que había lesionado a su hijo, pero lo que quería era que le pagaran
los daños que le causaron a su hijo; finalmente manifestó que ese día que supuestamente
sucedieron los hechos un señor lo pasó recogiendo por el mercado central a las tres de la
tarde, que el documento que ha relacionado tiene fecha once de enero del dos mil, como a
las cuatro de la tarde con cinco minutos, el cual no pudo presentar anteriormente por que el
señor con el cual había hecho el contrato no se lo daba hasta que terminara de pagar el
préstamo de dinero que le había dado dicho señor.
CONSIDERANDO: II.- Durante el desarrollo de la Vista Pública no se suscitaron
incidentes que se hayan diferido para resolver en esta sentencia; por esto, se sometió al
conocimiento y decisión del Tribunal del Jurado la congerie de probanzas ofrecidas por la
representación fiscal y la prueba admitida de oficio por la Jueza de Instrucción, que
consisten en las que a continuación se detallan: A) Prueba testimonial, vertida por los
señores Felipe Alfonso Espinoza González, Wilfredo Morales y María Elena Quinteros; B)
Prueba pericial, conformada por certificación del acta de reconocimiento médico de
lesiones, de fs. 4; reconocimiento de Sanidad con vista de autos, de fs. 20; y, ampliación de
reconocimiento de Sanidad con vista de autos, de fs. 19; así como, la ratificación y
ampliación de los mismos hecha por el doctor David Francisco Miranda, médico forense
del Instituto de Medicina Legal de esta ciudad quien llevó a cabo dichas diligencias; y, C)
Prueba documental, compuesta por acta de Inspección en el lugar de los hechos, de fs. 3; y,
constancia de carencia de antecedentes penales, de fs. 28 y 29. Toda la documentación
anteriormente detallada fue incorporada legalmente al juicio por medio de su lectura.
CONSIDERANDO: III.- Los hechos que se han logrado establecer con las probanzas
desfiladas, guardan íntima relación con la hipótesis acusatoria fiscal, por lo que se omite
reproducirlos, así como las conclusiones que a partir de éstos se pueden lograr, se adecuan
semánticamente a la descripción objetiva y material de la acción prohibida por el legislador
bajo el tipo penal de lesiones muy graves; por lo que resulta lógico que, al subsumir la
conducta exteriorizada por el encausado en el tipo penal referido, su comportamiento es
evidentemente típico, tal y como se expondrá posteriormente, y se adapta a lo que nuestro
legislador conceptúa como el presupuesto de una sanción.
Por tratarse el delito de lesiones muy graves de un tipo eminentemente doloso, el ejercicio
de la adecuación típica debe de realizarse desde dos niveles distintos: primero, el del tipo
penal objetivo; y, segundo, el del tipo penal subjetivo.
Las lesiones muy graves están clasificadas dentro de los llamados "delitos de resultado". En
esta clase de delitos la adecuación típica del tipo objetivo precisa de un esquema básico que
está compuesto por tres elementos que son: la acción, el resultado y la imputación objetiva,
que medie entre aquellos dos.
Para el caso en mención, y en vista de no existir prueba que excluya la voluntad de la
acción del imputado, ha de afirmarse que su comportamiento estuvo revestido de una
voluntad de incurrir en la conducta prohibida, consistente en causar un menoscabo en la
integridad física de la víctima, pudiendo evitarla si se hubiera motivado para hacerlo;
habiéndose logrado la consumación o resultado del mismo, lo anterior se pone en evidencia
con el reconocimiento médico forense de lesiones que se le practicó a éste y en el que
consta las heridas que presentaba en su cuerpo, como producto de las lesiones que le fueron
ocasionadas, confirmado con el reconocimiento de sanidad con vista de autos y ampliación
de este último; así como con la deposición del doctor David Francisco Miranda; y, con las
declaraciones de los testigos María Elena Quinteros, Felipe Alfonso Espinoza González y
Wilfredo Morales Flores. En este delito, establecer la imputación objetiva no resulta muy
problemático, debido a que es indubitable la relación causal, por la inmediata sucesión
temporal entre la acción y el resultado; además que este nexo lo comprueban los medios
probatorios en mención al dejar establecido inobjetablemene que con la acción del
enjuiciado se creó un peligro para la víctima, jurídicamente desaprobado, y que las lesiones
resultantes fueron producidas por el peligro que fue creado por el imputado con su acción.
En cuanto al resto de elementos genéricos que el tipo objetivo del tipo penal nos ocupa,
sabemos que la acción prohibida debe recaer sobre la humanidad del sujeto pasivo, es decir,
que la persona víctima debe verse afectado en su integridad personal, de lo cual existe
abundante probanza acreditada. No obstante lo anteriormente relacionado; y, ante la
existencia de dichos elementos se sometió a valoración del Tribunal del Jurado sobre la
culpabilidad del cusado Martínez Delgado.
Cabe expresar que el tipo penal de lesiones que nos ocupa se ve levemente modificado en
su agravación, debido a que por el criterio de distinción de éstas basado en la gravedad del
resultado, dicho tipo penal se torna calificado, en vista de que las lesiones producidas,
según el dictamen médico forense de sanidad con vista de autos las lesiones sanaron en un
período mayor al de veinte días ya que como resultado, produciendo como resultado una
enfermedad que puso en grave peligro la salud de la víctima; razón por la cual nuestro
legislador clasifica dicha conducta como delito, tipificado en el Art. 144 N° 4 Pn.
En lo relativo a la adecuación típica del tipo subjetivo ha de expresarse que el elemento
principal de este tipo lo constituye el dolo. Este elemento ha quedado evidenciado en la
conducta del enjuiciado, por cuanto para cometer las lesiones, éste –por su cultura, edad,
experiencia, clase de arma utilizada, actitud proditora, el lugar y hora en que lo perpetró,
etc.- debió de conocer que no obstante su intención era causarle daño al señor Felipe
Alfonso Espinoza González, quien es padre del menor Edwin Vladimir Quinteros, comenzó
a hacer disparos, los cuales no impactaron en la humanidad de dicho señor, pero sí en la de
su menor hijo; por lo que es fácilmente deducible que su acción consistiría en causar un
menoscabo en la integridad personal de una persona y, no obstante decidió seguir
volitivamente con su conducta, causando las lesiones en el menor en mención; lo expuesto
denota con claridad meridiana que la subsunción del comportamiento del encausado se
amolda al tipo penal de lesiones muy graves que se le atribuye y, por ende, la tipicidad para
el caso en cuestión ha quedado establecida.
De los hechos establecidos en la Vista Pública fácilmente se puede establecer que la acción
ejecutada por el imputado iba dirigida hacia otra persona, es decir, al señor Felipe Alfonso
Espinoza González, padre de la víctima, resultando lesionado el menor Edwin Vladimir
Quinteros.
El Art. 25 Pn., regula esta figura llamándole error vencible y error invencible, las que se
pueden concretizar en el tipo llamado error de tipo, que es la afectación de cualquier
elemento del tipo; y, error de prohibición, el cual afecta el nivel de culpabilidad al tener la
creencia errónea de obrar lícitamente.
En el presente caso se determina la existencia de un error vencible del tipo en la acción
ejecutada por el imputado Oscar Remberto Martínez Delgado, ya que, al intentar lesionar al
señor Felipe Alfonso Espinoza, lesiona al hijo de éste.
Doctrinariamente a este equívoco en la acción ejecutada por el acusado se le denomina
error en el golpe, en donde los bienes jurídicos protegidos y lesionados son de igual
magnitud, ya que ni la Constitución de la República, ni el Código Penal y Procesal Penal
hacen distinciones en cuanto a la protección de la vida, integridad física, libertad, etc.; por
lo que, mal haría este juzgador en desvalorar la integridad física de un menor de edad en
relación con la de un adulto o la de un funcionario y con el hombre común y corriente; en
consecuencia, el error que se observa en la acción que ejecutó el imputado es irrelevante y
el autor responderá por el delito que quiso ocasionar al que le dirigió el golpe, no obstante
lesionar a otro.
Hecho el análisis sobre la tipicidad ha de determinarse si el comportamiento del
aprisionado estuvo o no apegado a Derecho; debido a que, aunque con muy poca
frecuencia, pueden presentarse situaciones fácticas que excluyen lo ilícito del actuar de una
persona, estas situaciones fácticas son llamadas por la ley como "causas de justificación";
empero, no existen elementos de prueba que hagan presumir al menos que el indiciado
estaba autorizado por la ley para exteriorizar una conducta prohibida por la norma penal.
En consecuencia, al negarse la existencia de causas de justificación que obren a favor del
implicado, debe afirmarse que su acción, además de ser típica, es antijurídica.
Tomando en cuenta todo lo que se ha expuesto, puede concluirse que la calificación legal
del delito que se le atribuye al imputado Óscar Remberto Martínez Delgado mencionado
también en el proceso como Remberto González, corresponde al de lesiones muy graves,
tipificado en el Art. 144 N° 4 del Código Penal.
CONSIDERANDO: IV.- Por tratarse el caso que nos ocupa de aquellos que, en cuanto a la
culpabilidad, son del juzgamiento del Tribunal del Jurado y habiéndose observado durante
la Vista Pública las formalidades y procedimientos de ley, de conformidad a los Arts. 189
Cn., 361, 372 y siguientes Pr. Pn.; se sometió a la decisión del Tribunal del Jurado la
culpabilidad o inocencia del encausado; por lo que dicho Tribunal, previa deliberación,
emitió por mayoría de votos un veredicto de INOCENCIA a favor del procesado Martínez
Delgado, por el delito de lesiones muy graves, cometido en contra de la integridad personal
del menor Edwin Vladimir Quinteros.
Es menester tomar en cuenta que por tratarse el presente caso de aquellos que juzga el
Tribunal del Jurado, el veredicto emitido por éste se considera como una verdad de carácter
incontrovertible; por ende, el que suscribe ésta se abstiene de realizar valoración alguna de
las probanzas desfiladas dentro de la Audiencia, para efectos de establecer la culpabilidad
del procesado, procediéndose automática e inmediatamente a vertir la Sentencia
Absolutoria correspondiente, tomando como base el veredicto antes mencionado.
CONSIDERANDO: V.- En cuanto a la acción civil resarcitoria, es de hacer notar que al no
constituirse ninguna de las personas que pueden tener la calidad de víctima como
querellante en el proceso, fue ejercida por la representación fiscal conforme a la facultad
que le otorga el Art. 43 Inc. 2° Pr. Pn.; empero, es improcedente imponerle al imputado el
resarcimiento producto de la responsabilidad derivada del daño ocasionado por la comisión
del ilícito de mérito, en vista que la pretensión punitiva que monopoliza la Fiscalía y que
concomitantemente a la acción resarcitoria civil en este caso la ejerció en representación
directa de la víctima, no se diligenció conforme a un juicio con arreglo a las leyes, Art. 11
Inc. 1° Cn., entre otras razones porque no se ofertó, incorporó, acompañó ni debatió en
legal forma, sobre medio alguno que estableciera jurídica e inobjetablemente la pretensión
pecuniaria que pudo haber interesado a la persona víctima; también debemos de tomar muy
en cuenta el hecho que de la lectura del Art. 116 Pn. se deduce el principio de accesoriedad
de la acción civil en relación con la acción penal, por lo que lógico es concluir que la
imposición de una carga en carácter de responsabilidad civil, ha de surgir de manera
legítima toda vez que se haya declarado con certeza la existencia de una responsabilidad
penal, por lo que el Infrascrito Juez ha de absolver de la acción civil al imputado. No hay
condenación especial en costas procesales en vista que tales gastos fueron soportados por el
Estado y por el procesado.
POR TANTO: Sobre la base de las razones expuestas y de conformidad a lo que ordenan
los Arts. 2 y 172 Inc. 1º Cn.; 43, 45 No. 3 literal b), y 366 al 376 Pr. Pn., en nombre de la
República de El Salvador, FALLO: ABSUÉLVESE de la acusación fiscal, responsabilidad
civil y costas procesales al imputado OSCAR REMBERTO MARTINEZ DELGADO
mencionado en el proceso también por Remberto González, de generales expresadas en el
preámbulo de la presente, por el delito de LESIONES MUY GRAVES, cometido en contra
de la integridad personal del menor EDWIN VLADIMIR QUINTEROS;
consecuentemente, siga en la libertad en que se encuentra; y, cesen las medidas sustitutivas
a la detención provisional impuestas en Audiencia Preliminar por la Jueza Primero de
Instrucción de esta ciudad el cinco de enero del año recién pasado, consistentes en: a)
Presentarse semanalmente a este Tribunal; b) no cambiarse de domicilio y en caso de
hacerlo notificarlo inmediatamente a éste; c) No salir fuera del país; y, d) No concurrir al
lugar donde reside la víctima y no comunicarse con los testigos admitidos en dicha
audiencia para el juicio. Una vez transcurrido el término para recurrir de la presente
Sentencia sin que ninguna de las partes haga uso del mismo, declárase ejecutoriada. En su
debida oportunidad líbrense las certificaciones de ley. Archívese este expediente y sáquese
del Libro de Entradas. Mediante lectura integral, notifíquese esta sentencia.
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