dos completamente diferentes en las obstrucciones

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V ol. XX XVII. - N ." 142
ANALES DE M EDI CI NA Y CIRUGIA
ferenciante es tan clara y su técnica operatoria tan perfecta, que
ello ha permitido que el público se
haya podido dar cuenta exacta de
su maravillosa y clarísima manera
de obrar. Ver operar al Dr. PUIG ·
VE T equivale a seguir las ~ áminas
de un libro dibujadas po r el mejor
técnico. Además, su experiencia es
ya tanta. que le permite una magnífica explicación anatómica y fisiológica de los motivos de todos
los pormenor es de su intervención.
A pesar de su juventud, es ya un
anciano en su técnica y ello hace
que no se decida a practicar ninguna intervención sin saber antes
cuál puede ser el reSultado de la
El Presidente, Dr. COROMINAS . misma; estudia minuciosamente
agradece al Dr. P UIGVERT su mag- cada caso en particular y procura
nífica conferencia y hace observar hacer el menor traumatismo posiqu e, a pesar de que por causas in- ble al enfermo a fin de que éste
voluntar ias no se hayan podido quede en las mejores condiciones
proyectar las películas como esta
posib les para r ecuper a r su posición
ba anunciado, la palabra del con- ante la vida.
dos completamente diferentes en
las obstrucciones hidronefrósicas.
Tampoco deben practicarse aquellas intervenciones plásticas, qUe
son motivos de muchos dibujos,
como fruncidos , suturas co n cola azos, etc., y que dicen tener como
fin el disminuir el volumen de la
cavidad. Nada de esto debe h acerse, porque en cuanto desaparezca
la pres ión intrapiélica, si no hay
atrofia fibr osa, el tejido muscular
se r etraer á y esta pelvis de un volumen que supondremos como 10.
al cabo de unos días se r educirá
a 5 ó 3 sin necesidad de ningún
fruncido.
AFEC C I O~E
PR ECANCEHOS
D EL HECTO
Dr. J . BARBERA VOLTAS
Miembro correspo nsa l
26 de Febrero de 1957
Dice el Dr. BARBERA que el estudio de los tumor es benignos del
rect o precancerosos es de gran
transcendencia para el estudio dI
la profilax is del cáncer.
Es importante saber que los tu
...
Julio-Agosto 1957
ANALES DE M EDI CI NA Y ClRUCIA
mores epiteliales del recto pl~eden
evolucionar durante muchos años ,
e in cluso podría decirse que durante t oda la vida, de una manera
sorda, asintomática, o r evelarse solamente por pequeños signos clínicos, lo cual obliga a pensar mucho
en ellos para poderlos descubrir.
En est e sentido, nunca se insistirá bast.ante sob re la importancia
qu ti ne va lorar el menor sÍntoma, ya que este pequeño síntoma
es el que ha de conducir, como única g uí a, a descubrir los tumores
benignos precan cerosos del recto .
Téngase presente que si se logra
d scubrir los tumores epiteliales
del recto antes de su dege neración
malig na. se logrará el verdadero
diagnóstico precoz del cáncer r ectal, co n lo cual podrá evitarse el
desa rrollo del verdadero cáncer a
gran número de personas.
Esos tum ores se traducen clínicamente por el síndrome anorectal
que, en las afecciones que !lOS ocupan, tiene por síntoma primordial
la pérdida de sangre roja por el
ano. P érdida pequeña, discreta, insignificante, raras veces abundante, de aparición intermitente y r epresentada por unas gotitas de
sangre roja en la defecación. Lo
cual hace que todo ello se atribuya para la existencia de almorranas. E insistimos en ello porque el
atribuir toda pérdida de sangre
a unas pretendidas hemorroides
constituye el mayor obstáculo para
el diagnóstico precoz del cáncer.
Otro síntoma importante de esta
325
clase de tumo res lo co nstituyen las
expulsiones nicro.mucosas, unas veces grandes, otras pequeñas, que
constituyen el síntoma principal
por su gran abundancia. Frecuentemente, esos tumores vellosos co n
sus secreciones abundantes, encubiertos por una colitis, pasan inadvertidos hasta que los decubre
un tacto r ectal.
Existen otros signos que son
propios de los tumores epiteli ales benignos , excepcionalmE' Dte del
adenoma y del tumor viroso. Uno
de estos signos menos frecuentes,
al go r aro, pero que el dis ertante
consider a de gran interés , es el
prolapso del tumor. Otro signo,
propio también de estas afecciones ,
lo constituyen las pequeñas crisis
de invaginación intestinal, generalmente pasajeras, inccmpletas, pero que si van acompañadas de pérdidas hemáticas ant erior 2s obligan a pensar en él.
En los tumores virosos, grandes, antiguos, se observa a veces
la expulsión de fragm entos del tumor. Este signo es raro y, además,
difícil de observar, porque se pueden expulsar fragmentos junto con
las deposiciones . Ello tiene un valor diagnóstico absoluto , ya que la
expulsión del fragmento permit2
practicar un examen histológico j
determinar la naturaleza del tumor. Además, tiene un doble valor, ya que siempre se observa en
tumores antiguos, grandes y con
intensidad maligna manifiesta ; o
sea, que no se trata ya de un tu-
326
ANALES DE MEDICI N A Y CIRUGtA
mor que pueda convertirse en maligno, sino que es ya un cápcer
constituído.
De acuerdo con las ideas actuales es de much o inter é.., r ecalcar
que los tu.mOl'es vellosos, llamados
también poliposvellosos, sufren una
degeneració n tan intensa que debe
co nsider arse fatal en un p lazo más
O menos largo.
El Dr. B ARBERA dice que, en 32
casos, ha hallado 23 f ormas malignas y 9 benignas, rebasando el 70
por 100 la frecu encia degenerativa.
En el adenoma puro solitario, la
fr ecuencia degenerativa es infinit ament e menor que en los ve llosos.
E l disertante afirma que en O casos de adenomas solitar ios puros,
estudiados histológicamente, ha
ha llado sólo 3 formas degenerativas y de ellas solamente 1 corresponde a l adenoma puro, ya que las
otras 2 correspo ndían al adenomat ovelloso .
El concepto de benignidad de los
adenomas solitarios sugiere la duda de qué hubiera podido ocurrir
si estos adenomas no se hubiesen
extirpado y hubiesen seguido su
curso evolutivo. Este h echo, aunque cierto, tiene importan cia r elativa porque no es suficiente para
h acernos dudar de la auténti ca
bondad de 1 adenoma, de la misma
manera que no cabe ninguna duda
sobre la constante malignidad de
los tumores vellosos.
En este punto presenta el Doct or BARBERA un as magnáficas dia-
Vol. XXXVI!. -
." 1'11
positivas para demostrar -:: uanto
acaba de decir.
E n r esumen, puede afirmar se
que:
En cánceres co nsiderados como
primitivos clínicamente y en buenas condiciones para operar, existió antes el tumor velloso, qu e fu é
el que dió origen a l cáncer . T eniendo est o en cuenta, puede d cirse que el s upu esto cáncer dobl e
no sería más que la evoJ.ució n de
dos tumores vellosos. i, adem ás.
se tiene en cuenta la fr ecuencia
con que se encuentran asociados
cáncer es y adenomas o tumor es vellosos, es lógico s uponer que el
cáncer considerado como primitivo
sea secundario con más frecuen cia
de lo qu e se cree .
Todo ello hace qu e pueda afirmarse la h ipótes is de que la degeneración malig na de los t umores
ep iteli a les ben ignos es cierta y qu e
el origen del cáncer co nsiderado
como primitivo sea co n mu cha frecuen cia secundario de la degeneración maligna de un t umor benigno.
El Dr. GALLART MONÉS después
de felicitar al Dr. BARBER Á por su
notable comunicación, dice que la
palabra pólipo se pr esta a muchas
interpretaciones. Todos los tllmor es son pólipos macroseópicamente
co nsiderados. Los adenomas están
formados por t ejido adenomatoso,
pero cuando se practican cortes seriados se ve que , con mu cha frecuencia, h~y irregularidades del
rulio-Agos to
1957
ANALES DE M EDI CI NA Y CIRUGÍA
epitelio : cé lulas clarae que luego
apar ecen obscuras, et c. Y ello podría r epresentar la primera etapa
para qU,e el tumor adenomatoso se
transf ormara en velloso. Ha c e
tiempo que cr ee que una gr a n cantidad de cáncer es son primitivamente adenomatovellosos o quizás
simplement e ade nomatosos , que
posteriormente se transforman en
vellosos.
Insiste en la necesidad de pract icar varios cortes seriados a l examinar uno de esos tum or es, pues si
se limita el cor te a una sola parte.
327
es posib le que pase inadvertida la
post erior degener ación del primi tivo adenoma. Por lo tant o, lo interesante no es limitarse a una
biopsia, sino que debe practicarse
el estudio de todo el tumor. Y por
lo que se refiere a las r epr oducciones del cáncer rectal, es preciso
ha.cer el estudio histológico del
nuevo tumor, de los ganglios longitudinales e incluso de la piel, vasos linfáticos y conductos nerviosos, ya que muchas veces se observan embolias que demuestran la
malignidad del proceso.
CO¡\IPLl CAC IONES DE LA RECTOCOLlTl S i\ IUC OI-IEi\ IORHAG ICA
Dr . A. GA LLART ESQUE ROO
M iembro n umerario
8 de Marzo de 1957
La r ect ocolitis mucohemorrágica
puede presentarse a todas las edades y en ambos sexos, pero su mayor fr ecuencia se ve entre los 20
y 40 años y pr8fer entemente en la
mujer.
Se caract eriza por una serie de
sín tomas bien definidos y por su
pronóstico, siempre grave y mortal
muchas veces.
La imagen endoscópica de esta
afección no se puede confundir con
la de las demás enfermedades afio
nes. La exploración radiológica
juntamente con la técnica del do-
ble cont raste proporciona datos valiosísimos para el conocimiento de
la enfermedad y, sobre todo, para
conocer la extensión de la misma.
Esta afección puede provocar com ·
plicaciones extra e intra cólicas.
Entre las primeras citaremos sólo
la artritis y las lesiones cutáneas
mucosas . Entre las segundas, la
más frecuente es la seudopoliposis
rectocólica. Pueden producirse alteraciones de la pared, que dan
lugar a la formación de colgajos y
de seudopólipos. Los colgajos son
fragmentos desprendidos del colon
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