CUENTO DE ALEGRÍA Paula Prieto Castro. Maestra de primaria en La Coruña Era un día cualquiera, de una semana cualquiera, Alegría, se había levantado y como cualquier mañana le costaba un mundo salir de su camita para ir a buscar un poco de leche al establo de su vecino Antonio. Le encantaba ir a ver a Edu todas las mañanas a buscar un poco de leche recién ordeñada, UMM, estaba buenísima. Además Antonio, siempre le contaba alguna historia que le hacía abrir los ojos, ayudándole así a despertar de su aun adormecido cuerpecíllo. Tras beber su leche, Petra se daba un baño en una bañera de color naranja, (como su pelo), Alegría, era de pelo naranja y lleno de rizos y piel blanca ligeramente adornada con pequeñas pecas que recorrían desde la punta de nariz hasta la punta del dedo gordo de sus pequeños pies, en estos momentos en que os cuento su historia. Ella tenía 6 años. Había nacido una soleada mañana de diciembre, aunque como es propia del mes, fría, como para llevar una gordita y envolvente chaqueta de lana de oveja, cálida y cómoda, como a menudo decía su madre Paula. Esta vez , cuando fue a recoger a casa de Antonio su recién ordeñada leche de su vaca preferida Petra. Antonio le contó una bonita historia... Empezaba en un lejano país, llamado India, era un país enorme, muy lejos de Asturias (donde vivía Alegría). En él la gente tenía o mucho dinero o muy poco ,y era una niña llamada Nur, la protagonista de la historia. Nur tenía un pelo largo, negro liso y que a menudo recogía en una trenza, su piel era color canela y a menudo andaba descalza por las calles de tierra rojiza de Ago Agonda, aunque esto no solía importarle , pues en Agonda solía brillar el sol a menudo y cuando llovía un poco se calzaba las sandalias de su hermana mayor Asia que calzaba sólo 2 números más que ella. Y tenía además 2 años más que ella. Asia tenía 8 y Nur tenía 6 años (como Alegría) Nur también tomaba leche recién ordeñada, pero al contrario de Alegría, Nur tomaba leche de cabra, pues en su país las vacas ni se comían ni se ordeñaban,(eran sagradas y admiradas y aunque curioso, muy delgadas). En Agonda Nur no iba al colegio, pues no había colegio cercano y sus papás trabajaban mucho y no les era posible llevarla,ni tampoco tenían dinero para poder tener coche no moto, el único vehículo era una bicicleta medio pocha que estaba abandonadísima y sin apenas ni pintura. Así pasaban los días Nur, ayudaba a su madre junto con su hermana Asia a bordar saris a su madre ,la cual vendía después a los visitantes de la zona y a preparar su pequeña casa para que fuera lo más cálida y confortable posible. Un día de estos en los que Nur, su hermana y su madre bordaban saris para vender en su pequeño puesto al lado de su casa, una pareja de jóvenes y alegres muchachos se pararon a contemplar los saris que ellas hacían. Venían desde España ,recorriendo India y cruzaban de un pueblo a otro buscando gente bonita y sonriente que les contaran como se vivía en aquel país tan lejano al suyo y tan lleno de color y vida. Ellos no compraban con dinero sino que lo que hacían era trueque, es decir, ellos intercambiaban algo que ellos tuvieran por otra cosa que ellos no tuvieran. Así que ese día que pasaron por Agonda ,no hacía tanto calor como de costumbre, ellos iban en camiseta y bermudas ,y debido a un fuerte viento que hacía ese día tenían algo de frío, por lo que al pasar por el pequeño puesto de Nur y su familia ,les propusieron un trueque ,ellos les cambiarían dos Saris ,que a ellos les servirían para resguardarse del frío, por lo que ellas desearan. Aceptaron, pero a ninguna de ellas se les ocurría que le podían pedir. Entonces Nur dijo: os cambiaremos 1 sari porque a una de nosotras nos enseñéis a leer, y a otra a escribir , La pareja acepto, pero… esto no será rápido así que además del sari cada tarde nos contareis alguna leyenda o tradición de vuestro pueblo o país, nosotros os contaremos también del nuestro acamparemos al lado de vuestra casa, así estaremos más cerca y nos conoceremos mejor. Todos sonrieron, lo que significaba que todos estaban encantados con el trueque. Pasaron 3 semanas y Nur y su Hermana aprendían a leer y a escribir rápidamente ya que estaban entusiasmadas con el intercambio de historias letras y hojas en blanco que cada día rellenaban con letras, frases y palabras que aquella pareja de españoles que enseñaba a aquellas niñas, siempre felices y encantados pues ellas les contaban a ellos, preciosas historias de su país de elefantes, de comerciantes, de princesas,de reinos ,de selvas y de gigantes. Y así, pasaban las semanas y los días y las noches ,hasta que después de 10 semanas Nur y su hermana sabían leer y escribir y la pareja de españoles tenían tantas historias ,como para escribir un par de libros, así que llego un día en que a la pareja de españoles se les acabaron las vacaciones y tuvieron que volver a casa eso si felices y contentos como nunca y el puesto de Nur ,su hermana y su madre ya tenía un cartel enorme que anunciaba sus lindos bellos, sedosos y envolventes saris. Y también descubrieron que a veces es más rico saber intercambiar cosas que tener dinero y no saber siempre en que gastarlo… pues a menudo es mas bonito el intercambio de cosas, de palabra y sabere ,que el frío intercambio de dinero, pues además de conocer personas nos enriquecemos por dentro, alimentamos nuestro espíritu, nuestro conocimiento interior y de nosotros mismos. Ahora Nur hizo un enorme cartel que decía intercambio 1 Sari por alguien que me lleve a la escuela más cercana y un señor que pasó por allí y quería un regalo para el cumpleaños de su esposa, aceptó encantado el trueque ,,y así surgió una bonita costumbre entre los habitantes de Agonda. En la que no hizo falta el dinero para ser feliz feliz y todos aceptaron el trueque como moneda de intercambio Al contarle esto Antonio a Alegría - Alegría le dijo Antonio y ...¿que te doy yo a cambio de la rica leche de tus vacas? Y Antonio le respondió a la niña, Alegría lo que tú me pagas como trueque es tu linda sonrisa y pronunciar tu nombre en cuando entras por mi establo, ALEGRÍA.