Las Leyes de Reforma: su actualidad Ministro Sergio A. Valls Hernández Reforma Política, falta del Presidente de la República Organización Editorial Mexicana 15 de noviembre de 2012 Dentro del análisis que he venido haciendo en estas páginas sobre la recientemente aprobada reforma política, ocupa un lugar importante lo resuelto para el supuesto de falta absoluta del Presidente de la República, así como los plazos con los que cuenta el Congreso de la Unión para designar un sustituto, esquema adicionado en el artículo 84 de la Constitución Federal. A partir de la reforma, nuestra Ley Fundamental contempla que en caso de falta absoluta del Presidente de la República, asumirá provisionalmente la titularidad el secretario de Gobernación, mientras el Congreso nombra al Presidente interino o substituto, lo que deberá ocurrir en un plazo no mayor de sesenta días. Asimismo, se establece que, quien ocupe provisionalmente la Presidencia, no podrá remover o designar a los secretarios de Estado, ni al procurador General de la República sin autorización de la Cámara de Senadores, y entregará al Congreso un informe de labores en un lapso máximo de diez días, contados a partir del momento en que finalice su encargo provisional. En este caso, se prevé, que no es aplicable lo establecido en las fracciones II, III y VI del artículo 82 constitucional, que disponen los requisitos para ser Presidente, consistentes en tener 35 años cumplidos al tiempo de la elección, haber residido en el país durante todo el año anterior al día de la elección, y no ser secretario o subsecretario de Estado, procurador General de la República, gobernador de algún estado, ni jefe de Gobierno del Distrito Federal. Cabe mencionar que la Constitución ya contemplaba los procedimientos para designación de un presidente interino y otro que concluyera el respectivo período presidencial, los cuales aún se regulan, con la diferencia de los plazos que deben mediar entre la fecha de convocatoria para la elección del Presidente substituto y la que se señale para la realización de la jornada electoral. También, se eliminó la facultad de la Comisión Permanente para nombrar un presidente provisional. Esto es, para el caso de falta absoluta del Presidente en los dos primeros años del cargo, cuando menos, las dos terceras partes del Congreso de la Unión, se constituirá en un Colegio Electoral que nombrará, por mayoría absoluta de votos, un presidente interino. Luego, dentro de los 10 días siguientes, el citado Congreso expide la convocatoria para la elección del Presidente que deba concluir el período respectivo -sustituto-, debiendo mediar entre la fecha de la convocatoria y la que se indique para la realización de la jornada electoral, un plazo no menor de siete meses ni mayor de nueve. Así, se señala que el presidente electo inicia su encargo y rendirá protesta siete días después de concluido el proceso electoral. Por otro parte, cuando la falta absoluta del Presidente ocurre en los cuatro últimos años del cargo, es el Congreso quién designa al presidente a efecto de concluir el período respectivo, siguiendo el mismo procedimiento de elección del presidente interino. Ahora bien, si el Congreso no estuviere en su período ordinario de sesiones, la Comisión Permanente lo convocará inmediatamente a sesiones extraordinarias para que, dependiendo el supuesto -Presidente interino o sustituto-, lleve a cabo los procedimientos antes referidos. Esta reforma, como se refirió en la iniciativa respectiva y por las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales, de Reforma del Estado y de Estudios Legislativos, tiene la finalidad de establecer una "válvula de seguridad" que evite un vacío de poder o falta de titular del Ejecutivo Federal, mientras el Congreso de la Unión acuerda quién sea el presidente interino y el que deba terminar con el período presidencial respectivo. Es decir, si por algún motivo se actualiza la ausencia absoluta del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, de forma automática, cubre el puesto el secretario de Gobernación, lo que genera que el Estado Mexicano no se encuentre sin un titular del Poder Ejecutivo, en tanto el Congreso General, por mayoría absoluta, designa presidente interino y sustituto. Lo anterior, desde mi punto de vista, resulta benéfico para nuestra Nación, ya que la figura del Poder Ejecutivo Federal no se suspenderá en ningún momento, siguiéndose la conducción del Gobierno y, por consiguiente, del país. Finalmente, respecto del plazo no menor de siete meses, ni mayor de nueve que medie entre la fecha de convocatoria para la elección de Presidente sustituto y la que se señale para la realización de la jornada electoral, considero que prever un plazo menor, comparado con el texto anterior a la reforma constitucional -plazo no menor de catorce meses, ni mayor de dieciocho-, resulta razonable para que los ciudadanos elijan, por medio del voto y en un momento más corto, a la persona que deba concluir el período presidencial respectivo. *[email protected]