Arlequín

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Arlequín
Barcelona, 1917
Óleo sobre tela
116 × 90 cm
Aportación del Ayuntamiento de Barcelona, 1963
MPB 10.941
La obra
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Picasso pinta este óleo durante su estancia en Barcelona, entre junio y noviembre de 1917, con motivo de la
presentación en el Gran Teatre del Liceu del ballet Parade con la compañía de los Ballets Rusos de Serge de
Diaghilev.
El personaje del arlequín, una figura ampliamente representada en la obra picassiana, está situado sobre un
escenario en el que hay una barandilla parcialmente cubierta por un gran cortinaje rojo intenso que contrasta con los
ocres de la carnación y los azules, verdes y rosados de la indumentaria típica romboidal del personaje. El color
terroso de la carne y las manos grandes y carnosas muestran el interés del artista por la volumetrización de las
formas.
El modelo para Arlequín es Léonide Massine (nombre artístico de Leonid Feodorovic Miassin, Moscú, 1896 –
Borken, Alemania, 1979), primer bailarín de la compañía de Diaghilev.
Contexto
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Hacia 1917, se inicia en la obra picassiana un periodo de grandes contrastes en su producción artística —fruto
también de un profundo cambio en su vida—, que a menudo desconcierta a sus contemporáneos, porque las obras
denominadas clásicas o neoclásicas discurren paralelas a creaciones de raíz aún cubista. Este contraste es muy
evidente en el telón de boca y en el vestuario del ballet Parade —con argumento de Jean Cocteau y música de Erik
Satie—, que Picasso empieza a elaborar aquel año en Roma para los Ballets Rusos de Serge de Diaghilev.
Enamorado de la bailarina Olga Khokhlova, Picasso sigue a la compañía durante la gira que lleva a estrenar Parade
en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona.
Establecido en Barcelona entre junio y noviembre, vuelve a integrarse en el medio artístico local en un contexto
dominado por el novecentismo, que promovía los valores clásicos en las artes y la literatura, propugnando su
renovación. Aunque este nuevo estilo parece chocar frontalmente con el cubismo que lo había precedido, Apollinaire
recuerda en el programa de Parade que tanto el telón de cariz clásico como el vestuario cubistizante coinciden en la
pretensión de traducir la realidad.
La colaboración de Picasso con el mundo de ballet se prolongó hasta 1924.
Museu Picasso de Barcelona Carrer Montcada 15-23 08003 Barcelona tel 93 256 30 00 fax 93 315 01 02 [email protected]
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Picasso y el circo
Las vinculaciones de Picasso con el mundo del circo están muy presentes a lo largo de toda su vida.
Ya en la Barcelona de finales del siglo XIX, Picasso frecuenta los circos que se presentan en la ciudad, aunque en las
obras de este periodo no encontramos ninguna referencia a ello.
Los circos ambulantes de los bulevares de París son espacios visitados a menudo por el joven Picasso y sus amigos
a lo largo de sus primeras estancias en esa ciudad. A finales de 1904 y principios de 1905 es cuando el tema del
circo, concretamente el de Medrano, pasa a ser un referente en su vida y en su obra, y se convierte en el centro de
las composiciones del momento.
La exposición «Picasso y el circo», presentada primero en el Museu Picasso de Barcelona (del 16 de noviembre de
2006 al 18 de febrero de 2007) y después en la Fondation Pierre Gianadda de Martigny (del 9 de marzo al 10 de
junio de 2007), permitió hacer un recorrido amplio y sugerente por la representación picassiana del universo del
circo, que abarca desde los primeros bocetos de juventud hasta los últimos años de su producción.
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Iconografía del arlequín
La iconografía del arlequín es clave y recurrente a lo largo de la obra de Picasso desde 1901 y, sobre todo, a partir
de 1905. Es el auténtico protagonista de la época rosa.
El arlequín, como sucede en los años treinta con el minotauro, se convierte en el alter ego del artista. El arlequín es
el testigo de la comedia humana, el iniciado que pretende transgredir y trascender las limitaciones del hombre
terrenal.
En 1915, Picasso realiza una serie de investigaciones en la representación del arlequín, que tienen cono colofón la
pintura Arlequín, propiedad del MoMA (Museum of Modern Art) de Nueva York, que culmina, según palabras del
artista, su interpretación de este personaje.
Estudios preliminares
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Se conocen tres estudios preliminares de esta obra:
-un dibujo de cuerpo entero (Zervos 1949, núm. 26),
-un estudio de la cabeza que fue donado por Picasso al Museu Picasso de Barcelona en 1970 (MPB 110.231)
-y un dibujo de tres cuartos (junio de 1917), con las palabras «¡Visca Catalunya y els meus amics!» (¡Viva Cataluña
y mis amigos!), que encabezaba el libro de oro de la sala barcelonesa Galeries Laietanes y que Picasso dibujó con
motivo del banquete que se celebró en sus bodegas en su honor.
Recepción de la obra
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El crítico de arte y pintor Feliu Elias observaba en 1918 —comentando el Arlequín pintado por Picasso en Barcelona
el año anterior— que era evidente que las especulaciones anteriores («cubistas y salvajistas») habían
proporcionado a Picasso «una preciosa afinación en la visión objetiva», que por la simplicidad compositiva, la
depuración formal, el énfasis en la volumetría y la monumentalidad anticipaba las pinturas clásicas de los primeros
años veinte.
En 1918, Arlequín ocupa la portada de la revista mensual de arte Vell i Nou (núm. 72). En 1919, después de
presentarla en la exposición que se celebró en el Palau de Belles Arts de la capital catalana, Picasso dona esta obra
a los museos de arte de Barcelona, y es la primera obra picassiana ingresada en los museos de la ciudad.
Ubicación
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Sala 9
Museu Picasso de Barcelona Carrer Montcada 15-23 08003 Barcelona tel 93 256 30 00 fax 93 315 01 02 [email protected]
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