Oir y escuchar - Diaz Velez – Bojanich

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Oir y escuchar
La profesora se había empeñado en mostrarles algunos errores lingüísticos habituales.
"Vamos a ver -les preguntó-.
¿Qué diferencia existe entre oír y escuchar?".
La pregunta les sorprendió. Sin saber qué decir, guardaron silencio.
Fue Kiko quien se atrevió a responder. "Creo, señorita, que significan lo mismo. Que los sonidos nos
entran por los oídos.
A eso le decimos oír o escuchar".
Kiko se sentó satisfecho, tras su respuesta, al percibir que sus compañeros asentían.
Con paciencia, su profesora les dijo:
"Kiko se ha atrevido a expresar lo que muchos piensan. Que significan lo mismo. Pues no. En verdad
quieren decir cosas distintas.
Es hora de salir. Mañana os preguntaré la diferencia entre sus significados".
Mientras salían de clase, sus amigos comentaron entres sí: "significan lo mismo".
Aquello tocó el amor propio de Kiko. Decidió descubrir esas supuestas diferencias. Preguntó a su
madre y a su abuela, que no supieron explicárselas.
Su padre se limitó a indicarle, como otras veces, que consultara el diccionario. Kiko le dio la razón.
¿Cómo era posible -pensó- que nunca se le ocurriera ir directamente al diccionario? Pues muy sencillo se respondió-, porque era más cómodo preguntar y escuchar las respuestas. ¿Escuchar y oír?
Pronto lo descubriría. Decía el diccionario: "Oír: percibir con el oído los sonidos. Escuchar: aplicar el
oído para oír. Prestar atención a los que se oye".
Kiko desesperó: no terminaba de comprenderlo.
Decidió salir a pasear. Caminaba mientras oía, sin reparar, la mezcolanza de ruidos de la ciudad.
Coches, niños, árboles agitados por el viento.
De repente, algo le sobresaltó. Prestó atención.
Escuchó un violento frenazo. Dio un salto hacia la acera, salvándose de ser atropellado.
Se había despistado mientras cruzaba la calle.
Se sentó para recuperarse del susto, y entonces cayó en la cuenta.
En verdad eran diferentes. Oímos todo el ruido que percibimos, mientras que escuchamos sólo aquellos
sonidos o palabras que nos interesan o advierten, sobre las que prestamos atención o intentamos
comprender.
Se levantó entonces satisfecho. ¿Quién había dicho que la calle no era una buena universidad?
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