1 El individuo frente a las nuevas tecnologías ¿sinónimo de

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El individuo frente a las nuevas tecnologías
¿sinónimo de desigualdad informativa?
Salomé Berrocal Gonzalo
Profesora Adjunta de Teoría de la Comunicación
y Teoría de la Información
Universidad San Pablo-CEU de Madrid
Introducción
El pasado siglo vimos nacer el teléfono, la radio, la televisión, las comunicaciones
por satélite, los ordenadores e Internet, cada uno de estos inventos supuso una revolución
en la comunicación y al mismo tiempo en nuestros hábitos de vida. El siglo XX provocó la
llamada sociedad de la información, definida como aquella sociedad en la que la
información y el conocimiento se convierten en la principal fuente de poder. “El término
usado para describir el orden social emergente en los estados con mayor desarrollo
económico es el de Sociedad de la Información. Más concretamente, el término hace
referencia a la modalidad de sociedad en la que se produce una elevación y creciente
dependencia de los individuos y de las instituciones respecto a la información y a la
comunicación para alcanzar un funcionamiento efectivo en la mayor parte de las esferas de
actividad” (McQuail, 1992: 1).
Este cambio tecnológico, que se ha producido en los últimos años y que ha
conducido a la llamada “sociedad de la información” o “sociedad Red”, ha originado
novedosas situaciones (económicas, educativas, política y socializadoras) que merecen, en
nuestros días, el estudio de la comunidad científica. En el análisis, que presentamos, se
aborda uno de los apartados ligados al propio origen y desarrollo de la Red: el acceso y la
transmisión de información.
1
Anteriormente, indicábamos que, gracias al nacimiento de los ordenadores y de
Internet, hoy nos referimos a nuestra sociedad como aquella en la que se presume el
conocimiento. El nacimiento de los medios de comunicación masivos condujo a M.
McLuhan a su presentación de una aldea global. El nacimiento de Internet, considerada
una interconexión mundial de millones de ordenadores en todo el mundo que utilizan el
mismo sistema de protocolo técnico (TCP/IP) y que transmite fundamentalmente
información (ya sea en texto, audio o vídeo) nos conduciría a referirnos a la Red como la
más completa herramienta en esta sociedad de la información para lograr una aldea global.
Pero, Internet es un medio de contrastes. Es un canal integrador de audiencias, medios,
mundos, estructuras y contenidos, que aúna pasado y presente; pero es también un medio
para la diferencia, con potencial para incrementar la brecha tecnológica y, por tanto, las
desigualdades comunicativas.
Tenemos, pues, dos aspectos que entran en juego en la era de la “mundialización”.
Por un lado, nos encontramos que las culturas locales, a través de la acción del mercado, de
los fenómenos migratorios y de las incitaciones de una televisión mundializada y de la Red,
se hacen o pueden hacerse poco a poco permeables a una forma de cultura concreta que
tiende a ser dominante, basada en la reproducción industrial y en la facilidad de las
telecomunicaciones. Por otro, estos avances tecnológicos suponen un incremento de las
desigualdades, se asume como cotidiano el uso de Internet aunque la realidad indica que
dos tercios de la humanidad ni tan siquiera han realizado una llamada de teléfono en su
vida. La clase social, el género, edad, nivel educativo, etnia, idioma, área geográfica en la
que se habita, etc. se convierten en categorías-barreras o variables-acceso en la entrada a la
Red y adquisición de conocimientos.
Adelantar las consecuencias sociales que producirá la llegada de Internet es una de
las cuestiones más importantes y difíciles de definir. Resulta complicado porque muchas de
las tecnologías están tan sólo asomándose en el horizonte tecnológico y otras muchas, que
se están aplicando, acaban de iniciar su andadura. Cuando la televisión cumple más de
cincuenta años, tras cientos de estudios por numerosos investigadores de todo el mundo,
continúa siendo extremadamente dificultoso determinar sus consecuencias sociales, por
2
tanto, especular con el impacto social y cultural de las tecnologías emergentes resulta
ilusorio (Berrocal Gonzalo y García de Torres, 2001: 245).
Aún así los trabajos llevados a cabo desde la sociología y desde el campo de la
comunicación coinciden en señalar una misma hipótesis: nuestra sociedad camina hacia un
mundo fragmentado y dividido en cuanto a consumo de medios y a su utilización. La aldea
global prevista por McLuhan y en la que ha irrumpido Internet es hoy, como señala Castells
(2000: 274), una sucesión de chalecitos individuales, producidos a escala global y
distribuidos localmente. U. Eco (1996: 343) observa que nuestra sociedad se divide en tres
categorías: aquellos que no tienen acceso a Internet, aquellos que tienen acceso pero de
manera pasiva (simplemente navegan en la Red) y aquellos que conocen cómo controlarla.
La ventaja de las nuevas tecnologías de la comunicación del siglo XX consistiría en
haber alcanzado a todos los públicos, los medios sociales y culturales. La tesis de que la
abundancia se ofrece a todos, sin jerarquías ni competencia, con la idea de que se trata de
un espacio transparente, produciendo una nueva sociedad en Red, libre y solidaria, que
permitiría finalmente el nacimiento de una nueva cultura , es hoy falsa.
La fragmentación social es una de las consecuencias negativas de las nuevas
tecnologías. La Red establece una nueva separación informativa entre aquellos individuos
conectados a la World Web Wide y quienes no lo están; define comunidades geográficas
con acceso o sin él; diferencia las comunidades virtuales de aquella sociedad que vive al
margen del ciberespacio; sujetos con posibilidad o sin la oportunidad de obtener
información; poderosos o débiles según la tenencia de información. "El nuevo sistema
global hace posible integrar en una Red todo lo que es valioso, al tiempo que retira de ella
lo que no es o está devaluado según el criterio dominante en las redes mundiales de capital,
información y poder. Así el mundo ya no está dividido entre el Norte y el Sur, sino entre
áreas y personas que están conectadas o no con esas redes" (Castells, 2000: 154). Algunos
datos pueden ilustrar la magnitud del problema. Actualmente el 88% de los usuarios de
Internet se concentran en los países más ricos, con una población que supone
aproximadamente el 15% del total de la humanidad. La mitad de los internautas residen en
3
Estados Unidos, cuya población no alcanza el 5% de la humanidad. En África existen 14
millones de teléfonos (menos que en la gran manzana de Nueva York) para 740 millones de
personas. Dentro de los Estados Unidos, los blancos son proporcionalmente tres veces más
internautas que los negros y los hispanos. En España, por exponer datos más cercanos, los
catalanes se conectan en mayor número que los extremeños o andaluces.
En los países (del desarrollo del subdesarrollo económico) con significativos niveles
de pobreza la preocupación por la estratificación digital pasa a un segundo plano en
comparación con las necesidades de supervivencia cotidiana que tienen planteadas. Apenas
el 3% de la población del globo tiene acceso a una computadora; y los que utilizan Internet
son aún menos numerosos. La inmensa mayoría de nuestros hermanos humanos ignora
incluso la existencia de esas nuevas tecnologías. Hasta ahora no disponen todavía de las
conquistas elementales de la vieja revolución industrial: agua potable, electricidad, escuela,
hospital, rutas, ferrocarril, auto, etc. (Saramago, 2002: 11).
Este estudio intentará analizar los factores a tener en cuenta en las sociedades que sí
se encuentran inmersas en un desarrollo masivo de las TIC. Es decir, en aquellas sociedades
en las que existen iniciativas (públicas o de mercado) tendentes a conseguir que una
mayoría de población tenga acceso a esas nuevas tecnologías, porque en ellas también están
presente las divisiones digitales. Al mismo tiempo que intentará plantear soluciones para
aquellos que se ven apartado de la revolución informativa.
Las brechas digitales
En español, digital divide ha empezado a traducirse como “brecha digital”,
denominación que traslada todas las limitaciones y carencias del término inglés. Como
indica Carracedo, el término estratificación refleja más claramente la multiplicidad de
factores y su jerarquización social. Una primera diferencia es reconocer que no hay una
división única, una única brecha que divida a la sociedad entre “analfabetos informáticos” y
aquellos que saben usar las tecnologías de la información y la comunicación, sino varias
“divisiones” o brechas (Carracedo, 2002: 50).
4
La mayoría de los teóricos coinciden en señalar siete variables que inciden en las
correspondientes divisiones digitales. Son las siguientes: clase social, género, edad, nivel
educativo, etnia, idioma y zona en la que se habita.
La clase social remite tanto a la situación económica como al capital cultural de la
persona, con la consiguiente diferencia de oportunidades que conlleva. Las nuevas
tecnologías benefician, en un primer estadio, a la elite de la sociedad, dividen a la población
entre ricos y pobres en información, y hacen surgir nuevas formas de desigualdad. "En
cuanto aumenta la penetración de los media de información en un sistema social, los
segmentos de población con el estatus socioeconómico más alto tiene tendencia a adquirir
la información más rápidamente que los estratos de nivel socioeconómico más bajo, así que
el desnivel de conocimientos entre estos dos segmentos tienden a aumentar e lugar de
disminuir" (Tichenor y otros, 1970: 160).
En nuestro país el Estudio General de Medios, correspondiente a la ola febreromarzo de 2004, aporta importantes diferencias en cuanto consumo dependiendo de nuestra
clase social: frente a un 80% de internautas de clase social media o alta, nos encontramos
con tan sólo un 20% de individuos que acceden a la Red, procedentes de una clase social
media-baja o baja.
Penetración Internet atendiendo a la clase social (febrero-marzo de 2004)
Alta:
16’4 %
Media alta:
22'1 %
Media media: 42'5 %
Media baja: 17’1 %
Baja:
1'9 %
Fuente: www.aimc.es1
1
www.aimc.es, consultado el 24 de abril de 2004.
5
Así pues, la comunicación a través del ordenador comienza como el medio utilizado
por los segmentos más cultos y acomodados de la población de los países más cultos y
ricos, y con mayor frecuencia que lo contrario en las áreas metropolitanas mayores y más
sofisticadas.
El género es, también, una de las divisiones más evidentes e interesantes en la
medida que refleja como el diseño de las nuevas sociedades de la Información reflejan las
viejas costumbres y tradiciones patriarcales de nuestras sociedades.
Distribución por sexos - Marzo 2002
Fuente: Jupiter MMXI Europe
El último estudio realizado por Júpiter Communication en Europa nos muestra
como en los siete países, que incluye la muestra (Reino Unido, Alemania, Francia, Suecia,
España, Italia y Suiza), el dominio en la Red es masculino. La situación más equilibrada se
encuentra en Suiza, que presenta un consumo masculino en torno al 54%, frente al 46% que
representa el consumo femenino. El escenario más desequilibrado, según la encuesta, se
exhibe en nuestro país. En España, aproximadamente un 70% de los usuarios de la Red son
hombres, frente a un 30% de mujeres.
6
La edad es otra de las claves en la diferenciación de acceso a la Red. En Estados
Unidos, según un estudio de Round Table Group, el 67% de los jóvenes con acceso a
Internet (frente al 46% en el conjunto de la población conectada) utilizan este sistema para
obtener información general. La confianza en el medio en este colectivo es también muy
destacada: el 59% considera la información obtenida de Internet más útil que la de la prensa
escrita y el 23% afirma lo mismo respecto de la televisión. Es posible que haya un exceso
de confianza en el medio o que se considere que la disponibilidad inmediata de información
supone una ventaja superior a la de su calidad, ya que el 84% de los jóvenes considera que
Internet es más útil como fuente de información que la visita a una biblioteca pública. En
cualquier caso, los directivos de Round Table Group concluyen que estamos ante un
cambio de actitudes culturales que se está produciendo mucho más rápido de lo esperado y
que forzará a los medios tradicionales a reorientar su actividad"2.
El Estudio General de Medios3 también proyecta sobre nuestro país la presencia de
internautas jóvenes: un 32’8% se concentra entre los 14-24 años, un 50’9% entre los 25-44
años, mientras que un 12% se encuentran entre los 45-54 años y un 4’3% son mayores de
55 años.
La etnia es una variable cuya utilización resulta imprescindible en países como
Estados Unidos, Reino Unido o Francia. En nuestro país, en la medida que aumenta la
inmigración extranjera, cada vez se consideran más los aspectos específicos de las etnias y
las comunidades que las componen. Aún así, hay indicios esperanzadores en este apartado:
un informe realizado por PIPA4 ha revelado que 3’5 millones de afro-americanos adultos
se han conectado con Internet por primera vez durante el último año, llevando a la
población negra estadounidense conectada a Internet a 7’5 millones. El informe muestra
que la diferencia en el acceso entre afro-americanos y los blancos se está cerrando, con un
36% de la población afro-americana conectado, frente al 50% de los americanos blancos.
2
www.aui.es, consultado el 28 de septiembre de 2000.
www.aimc.es, consultado el 24 de abril de 2004.
4
http:// www.pwinternet.org//
3
7
El idioma afecta en varios sentidos. En nuestro entorno, porque una persona que no
domine cierto nivel de castellano, es obvio que se encuentra en franca desventaja a la hora
de adquirir cualquier conocimiento. Además, tenemos que considerar el absoluto dominio
que el inglés tiene en la sociedad de la información. No sólo es el lenguaje base en la
innovación y en la programación, sino que acapara una inmensa mayoría (68’3%) de los
contenidos de las páginas web. Le siguen en presencia el japonés, el alemán, el chino y el
francés (www.aui.es).
Del total de usuarios de Internet, un 40’2% se expresan en inglés, un 9’8% en chino,
un 9’2% en japonés, un 7’2% en español, un 6’8% en alemán. Por debajo del 5% sen
encuentra el resto de los idiomas utilizado en Internet.
Los ideales y actividades políticas también aparecen como variable de la
estratificación digital, en la medida que existen en la Red algunas tendencias a intentar
bloquear ciertos tipos de información e incluso privar a algunos individuos del acceso a
Internet.
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Número de usuarios (millones), Febrero 2002
Total en el mundo
África
544.2
4.15
Asia - Pacífico
157.49
Europa
171.35
Oriente Medio
4.65
Canadá y USA
181.23
América Latina
25.33
Fuente: Nua Internet Surveys
Del total del usuarios de Internet en el mundo, 544’2 millones, el 33’3% habitan en
Canadá o Estados Unidos, el 31’4% son europeos, el 28’9% viven en Asia, frente a un
4’6% de usuarios procedentes de América Latina, un 0’8% de Oriente Medio o un 0’7% de
africanos
Pero, no sólo es importante el acceso sino el número de informaciones que seamos
capaces de obtener, recordar y memorizar y, también, qué contenidos estamos
almacenando. “Es evidente que las desigualdades socioculturales se encontrarán de nuevo
en la utilización de los cuatro servicios: información, ocio, servicios y conocimiento”
(Wolton, 2000: 106). Los nuevos medios de comunicación determinan una audiencia
segmentada, que aunque masiva en cuanto a su número, ya no es de masas en cuanto a la
simultaneidad y uniformidad del mensaje que recibe. Debido a la multiplicidad de mensajes
y fuentes, la misma audiencia se ha vuelto más selectiva. La audiencia tiende a elegir sus
mensajes, con lo cual profundiza su segmentación.
Los efectos negativos todavía son poco visibles, ya que los países más pobres no
han descubierto la extensión de la nueva desigualdad que se está instaurando en estos
momentos. El free flow les permitirá acceder a los restos de esta circulación mundial de
información, de la cual ellos no serán más que usuarios, puesto que nunca podrán ser
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sujetos activos. “Del mismo modo que el acceso de un gran número de usuarios a las
nuevas tecnologías no es suficiente para decir que se trata de una tecnología del "gran
público", la mundialización del acceso a las redes no significa en absoluto una repartición
mundial más igualitaria de las riquezas técnicas o humanas”(Wolton, 2000: 136).
Además, Carracedo (2002: 57-60) añade seis puntos, parámetros o categorías de
análisis para entender, comprender y poder corregir, en su caso, las diversas facetas de la
estratificación digital:
1) El equipamiento: Resulta obvio que dependiendo del tipo de ordenador, velocidad y
equipo accesorio, se tendrán diferentes posibilidades de rentabilizar los recursos que
ofrece el propio ordenador y la Red.
2) La infraestructura del acceso: En este punto, en apariencia meramente técnico, es
posible identificar diversos proyectos políticos y económicos que condicionan las
posibilidades “socio-digitales”.
3) El lugar de acceso a las TIC: Según muestran algunas estadísticas nacionales e
internacionales, amplios sectores de la población usan ordenadores o acceden a Internet
fuera del domicilio. En lo estudios estadounidenses se evidencia que ese tipo de acceso
es mayoritario entre los miembros de las etnias hispana y afroamericana, generalmente
por carecer de computadores o conexión en el hogar (NTIA, 1995, 1997, 1999).
4) Conectividad a la Red o garantía de estar on line: En la conectividad a Internet se
obtiene una puerta de entrada a la Red. Este acceso, permite tanto explorar la Red
como ser localizado en ella; es decir, tener una localización virtual, ya sea una
dirección de correo electrónico o una página web. Este punto hace referencia a dos
aspectos relacionados con la conectividad. El primero es el relativo a los costes:
dependiendo de cuanto se esté dispuesto a pagar, se podrá tener acceso a mejores y más
rápidos servidores y el segundo, a la garantía de permanencia y duración en el tiempo
de la conexión pactada.
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5) Disponibilidad de la información: Acerca de Internet, una de las suposiciones de origen
más frecuentes es considerar que toda la información está disponible para todo el
mundo. No obstante, en la Red se puede observar un creciente proceso de restricciones
en el acceso a la información. Este proceso está relacionado con el desplazamiento de
Internet desde tendencias sin ánimo de lucro, hacia la creciente comercialización que
sufre hoy en día. Son muchas las páginas web que piden al usuario un pago previo al
acceso a la información. Esto implica desventajas para las clases populares. Esta
realidad puede dar lugar a que gente con pocos ingresos se limite a navegar por los
contenidos gratuitos y más congestionados de Internet, mientras que los sectores de
población con alto poder adquisitivo podrán hacer uso de los contenidos caros y
exclusivos que ofrece la Red.
6) Objetivos y formas de aprendizaje: Desafortunadamente, con demasiada frecuencia,
cuando se trazan estrategias para favorecer el desarrollo de la sociedad de la
información, y establecer “puentes” para salvar la supuesta “brecha” que separa de ella
a muchos ciudadanos, generalmente sólo se plantea la compra y distribución masiva de
ordenadores, y la impartición de cursos convencionales de manejo de herramientas del
oligopolio Microsoft ... Por el contrario, hay proyectos que parten de las necesidades de
las comunidades que van a utilizar las Redes y en base a ellas, diseñan programas que,
además, tienden a ser abiertos.
Una nueva generación de Derechos Humanos
Con la llegada de Internet, los métodos de acceso y difusión de información han
cambiado radicalmente, con profundas consecuencias para la sociedad civil y para los
gobiernos. Los medios de comunicación tradicionales pueden expandir su ámbito de acción
a través de fuertes inversiones, pero Internet es global de por sí. Trasciende las fronteras
nacionales en un grado que ninguna otra tecnología puede superar y elimina barreras a la
libre circulación de ideas (Bustamante, 2001: 355). Hoy estamos en un mundo que se abre
con dificultades a una comunicación global, por encima de las diferencias de los lenguajes
11
y las culturas, y es la tecnología comunicativa la que lo abre sin que ninguna fuerza humana
pueda evitarlo (Núñez, 2000: 87-88).
Por primera vez en la historia, las tecnologías comunicativas nos conducen a una
globalización que invita a superar las diferencias entre naciones, ya sean étnicas, religiosas,
económicas, sociales, etc. Nos encontramos con un medio de características únicas que
puede promover las libertades de expresión e información esenciales para la democracia y
la sociedad civil. “Las tecnologías de la información y de la comunicación, así como la
revolución digital, nos hacen ingresar nolens volens en una nueva era, cuya característica
central es el transporte instantáneo de datos inmateriales y la proliferación de relaciones y
redes electrónicas. Internet es el corazón, la encrucijada y la síntesis de la gran mutación en
curso. En este sentido, las autopistas de la comunicación son a la era actual lo que los
ferrocarriles fueron a la era industrial: vigorosos factores de impulso e intesificación de
intercambios” (Ramonet, 2002: 22).
Contamos con vías de acceso a la información que con una inversión mínima,
logran un alcance máximo. Internet permite a cualquier persona con un ordenador y una
conexión a la Red comunicarse instantáneamente con otras personas en cualquier parte del
mundo, intercambiar productos culturales con insospechada facilidad, la Red ofrece a
instituciones y empresas la oportunidad de intercambiar ideas y promover el progreso
científico, cultural y económico Ahora es posible establecer prácticas comunicativas que
derrumban las fronteras. Este cambio cualitativo trae consigo nuevas oportunidades de
participación ciudadana. La Red aparece así como uno de los escenarios donde se dirime
una de las más decisivas batallas por la libertad de expresión y, por ende, de los Derechos
Humanos.
Pero, como hemos señalado, anteriormente, también surgen mecanismos de
dominación y ataque a los Derechos Humanos en este ciberespacio. Si en el espacio real, o
el mundo real las agresiones a los Derechos Humanos significan: hambre, enfermedades,
discriminación o falta de libertad. En el ciberespacio esos ataques a los Derechos Humanos
tienen que ver con la limitación del acceso a las condiciones técnicas, económicas o
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culturales que permitirían el desarrollo de formas más avanzadas de participación pública y
de intercambio y libre expresión de las ideas y creencias.
Las posibilidades son tantas que una nueva ética reclama una protección más global
e imaginativa de la sociedad y de los derechos de los individuos. Dichos derechos se
englobarían en lo que podría ser considerada una cuarta generación de Derechos Humanos,
en los que la universalización del acceso a la tecnología y la libertad de expresión en la Red
juegan un papel fundamental (Bustamante, 2001: 356).
Son muchas las iniciativas emprendidas, en los últimos años, con el objeto de
renovar la ética y eliminar las diferencias que se han provocado en el ciberespacio. “A
finales de 1997, Robert B. Gelman Redactó una propuesta de Declaración de Derechos
Humanos en el Ciberespacio... En su preámbulo se destaca que las autopistas de la
información abren nuevas avenidas para la mejora de la condición humana, para la libertad,
la justicia, la igualdad y la paz mundiales, aproximando a las personas más allá de las
fronteras y creando un entorno en el que la diferencia tiene una valor pragmático y
funcional para la sociedad” (Bustamante, 2001: 360).
Otra iniciativa es la llevada cabo por el Centro Internacional de Investigaciones
sobre el Desarrollo (IDRC) del Canadá que ha prestado apoyo a más de 50 proyectos
encaminados a determinar de qué forma Internet puede ser utilizado para que sea
beneficioso para el desarrollo humano, indicando que no basta con que haya conectividad
sino que se requieren cambios en las políticas públicas. Muchas de las iniciativas actuales
tienden a establecer una infraestructura y a proporcionar acceso a los instrumentos de las
tecnologías de la información, sin tener en cuenta las necesidades locales. En algunos
casos, contenedores repletos de equipo quedan instalados en zonas marginales con la
esperanza de que la gente vaya y los utilice, concepto que se ha definido como “conéctalos
y déjalos que se arreglen como puedan”.
Una expresión de clara de este tipo de actuaciones, orientada a mejorar el equilibrio
en la instalación y desarrollo de las tecnologías de la información, es la propuesta de crear
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una cuarta generación de Derechos Humanos, contenida en la Declaración de Principios de
la Global Internet Liberty Campaign. El GILC es un grupo de organizaciones de Derechos
Humanos y libertades civiles cuyos objetivos se enumeran a continuación (Bustamante,
2001: 361-362):
En primer lugar, impedir la censura previa de las comunicaciones por Redes.
En segundo lugar, conseguir que las leyes que restrinjan el contenido de las
comunicaciones por Redes distingan entre la responsabilidad de los proveedores de
la información y la responsabilidad de los portadores de datos.
En tercer lugar, evitar que las comunicaciones por Redes sean restringidas por
medios indirectos como controles gubernamentales o privados excesivamente
restrictivos sobre el software, el hardware, la infraestructura de telecomunicaciones,
u otros componentes esenciales de Internet.
En cuarto lugar, incluir en el proceso de desarrollo de la Infraestructura Global de
Información
(IGI)
a
los ciudadanos de países inestables,
carentes
de
infraestructuras, o carentes de tecnología sofisticada, prohibiendo la discriminación
sobre la base de raza, sexo, idioma, tendencia política o cualquier otro tipo de
opinión, origen nacional o social, propiedad, nacimiento o cualquier otro estado.
En quinto lugar, asegurar que la información personal generada en Internet para un
fin no es usada para otros fines no relacionados, o entregada sin el consentimiento
expreso de la persona, y permitir que sea accesible a cualquiera la información en
Internet referente a su persona y que pueda corregir cualquier información errónea.
Por último, se defiende el derecho de los usuarios de comunicaciones por Redes a la
encriptación sin restricciones de cualquier mensaje o información
En España contamos con iniciativas como la llevada a cabo por la Comisión de
Redes Informática del Senado, que el 9 de diciembre de 1999, aprobó una Declaración de
Derechos de Internet5, que entre otras propuestas, recoge las siguientes:
5
www.senado.es/boletines/CS0331.html
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I.
Todas las personas tienen el derecho fundamental de acceder libremente a la
Red, sin discriminación de sexo, condición, características físico-psíquicas,
edad o lugar de residencia.
II.
La libertad es una condición inherente a la Red que no podrá ser restringida
por ningún poder público o privado. La libertad debe ser total en cuanto al
acceso, la circulación, la información y la comunicación. Las únicas
limitaciones posibles son aquellas que vengan delimitadas por la Carta
Universal de los Derechos Humanos.
III.
Corresponde a los poderes públicos establecer las condiciones para que la
libertad y la igualdad de las personas en la Red sean una realidad,
eliminando los obstáculos que impidan el acceso de todos los ciudadanos a
tal Red y facilitando la participación de todos los españoles.
IV.
Todos los españoles tienen derecho a la educación y a la formación en
nuevas tecnologías.
V.
Las Instituciones parlamentarias utilizarán las Redes electrónicas para
aproximar las relaciones entre representantes y representados, facilitando la
participación activa y directa de los españoles en sus actividades y
procedimientos.
Todas estas iniciativas y muchas más no mencionada en este estudio intentan desde
la teoría, y en algunos casos también desde la práctica, eliminar barreras ante las divisiones
originadas con el nacimiento de las nuevas tecnologías de la información.
Conclusiones
Internet está naciendo y es difícil prever cuál será el papel que juegue en el campo
de nuestras sociedades ¿información o desinformación?, ¿equilibrio o desigualdad? El área
de estudio se acaba de abrir, Internet no ha hecho más que empezar. Pero tal vez no haya
que esperar la respuesta a estos interrogantes que sin más nos pueda deparar el futuro, sino
intentar crear entre todos la respuesta más justa y solidaria. Bill Gates afirma que las
empresas que tendrán éxito en la próxima década serán aquellas que utilicen herramientas
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digitales para reinventar la forma en la que trabajan. Tal vez sea el momento de utilizar las
nuevas tecnologías para reinventar el mundo que hemos creado. Nuestra propuesta consiste
en trabajar desde los distintos ámbitos de estudio para subrayar las divisiones sociales, que
se están originando, y ofertar propuestas de futuro.
Las nuevas tecnologías de la información no son una fórmula mágica que
conviertan a cada uno de los países en más democráticos, participativos y desarrollados.
Por ello, la utilización e implantación de la Red tiene que llevarse a cabo con una ética de la
solidaridad, reciprocidad y entusiasmo, y debe arraigarse en nuestros valores humanos más
profundos.
Para ir más allá de la conectividad es preciso que haya un acceso equitativo a las
tecnologías de la comunicación, así como una utilización adecuada. Un acceso equitativo
significa un acceso físico asequible a Internet, y una capacitación técnica básica para
utilizar un ordenador, lo que incluye tanto su material como sus programas
independientemente de toda cuestión de género, clase social, idioma, etnia, edad, o lugar en
el que se habita.
Internet permite que grupos que antes estaban aislados participen en un mundo más
amplio; ofrece la posibilidad de que encontremos nuevas formas de colaboración y posee la
capacidad de reforzar la multiplicidad de las voces en un mundo de diversidad y
pluralismo.
La información, que es la piedra angular de Internet, es uno de los ingredientes
básicos de la generación de conocimientos, pero de igual manera que la información no
equivale al conocimiento, el acceso a más información no entraña la generación de nuevos
conocimientos. Sobre todo si estos parten de un mismo punto: “Gracias a su dominio de las
Redes mundiales, Estados Unidos se ha transformado en “La primera sociedad global de la
historia”, aquella que comunica más; el modelo de “sociedad global” que representa
Estados Unidos prefigura el destino de las otras naciones; es inevitable que los nuevos
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valores universales que irradia cautiven la imaginación de la humanidad entera y susciten el
mimetismo”, afirma Mattelart (2002: 31).
La singularidad es necesaria, somos iguales en la medida en que somos diferentes.
En eso consiste la “igualdad humana”. Somos iguales en la medida en que somos humanos,
y diferentes en la medida en que pertenecemos a uno u otro grupo o somos personas
diversas. Hay derecho a ser diferente como grupo, a preservar un área de identidad
socialmente relativa, siempre que ese derecho a la diferencia del grupo no se convierta en
instrumento de agresión de algún derecho más universal contra sus miembros” (Núñez,
2002: 101). Tenemos derecho al respeto de la identidad personal, a la vida, a la conciencia,
al libre albedrío, a la dignidad del ser humano.
Por ello, nos sumamos a la propuesta de una cuarta generación de Derechos
Humanos, que evite que los individuos puedan resultar incomunicados por el hecho de no
poder expresarse en el nuevo lenguaje establecido.
“Humanizar la mundialización exige orientar la extraordinaria potencia creadora de
las nuevas tecnologías de modo que no beneficie sólo a los sectores más avanzados,
educados y cultos de los países más poderosos”6. Que junto a las Redes del dinero, de la
tecnología, de la información, se constituyan Redes igualmente poderosas, y por ende
igualmente eficaces, pero alternativas, que transmitan valores diferentes y que terminen por
generar nuevas estrategias políticas globales y el surgimiento de una cierta “ciudadanía
global”.
Referencias bibliográficas
Berrocal Gonzalo, S., García de Torres, E. (2001): “Comunicación e información en
Internet”, en Galdón, G.(coord.): Introducción a la comunicación y la información,
Barcelona: Ariel.
6
Entrevista de M. Castells (1999), www.forum-global.de/
17
Bustamante, J. (2001): “Los Derechos Humanos en el mundo de la Red”, en Esquirol, J.M.:
Tecnología, ética y futuro, Bilbao: Desclée de Brouwer.
Carracedo, J.D. (2002): “Jerarquías y desigualdades en la sociedad de la información: la
estratificación digital en relación con la democracia digital”, en Cairo, H. (comp..):
Democracia digital. Límites y oportunidades, Madrid: Trotta.
Castells, M. (2000): “Tecnologías de la información y desarrollo global”, Política Exterior,
vol. 14, nº 78, noviembre-diciembre de 2000.
Eco U. (1996): “From Internet to Gutenberg,” conferencia, Italian Academy for Advanced
Studies in America at Columbia University, 12 de Noviembre de 1996.
MacQuail, D. (1992): Media perfomance. Mass Communication and the public Interest,
Londres: Sage.
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