El individuo frente a las nuevas tecnologías ¿sinónimo de desigualdad informativa? Salomé Berrocal Gonzalo Profesora Adjunta de Teoría de la Comunicación y Teoría de la Información Universidad San Pablo-CEU de Madrid Introducción El pasado siglo vimos nacer el teléfono, la radio, la televisión, las comunicaciones por satélite, los ordenadores e Internet, cada uno de estos inventos supuso una revolución en la comunicación y al mismo tiempo en nuestros hábitos de vida. El siglo XX provocó la llamada sociedad de la información, definida como aquella sociedad en la que la información y el conocimiento se convierten en la principal fuente de poder. “El término usado para describir el orden social emergente en los estados con mayor desarrollo económico es el de Sociedad de la Información. Más concretamente, el término hace referencia a la modalidad de sociedad en la que se produce una elevación y creciente dependencia de los individuos y de las instituciones respecto a la información y a la comunicación para alcanzar un funcionamiento efectivo en la mayor parte de las esferas de actividad” (McQuail, 1992: 1). Este cambio tecnológico, que se ha producido en los últimos años y que ha conducido a la llamada “sociedad de la información” o “sociedad Red”, ha originado novedosas situaciones (económicas, educativas, política y socializadoras) que merecen, en nuestros días, el estudio de la comunidad científica. En el análisis, que presentamos, se aborda uno de los apartados ligados al propio origen y desarrollo de la Red: el acceso y la transmisión de información. 1 Anteriormente, indicábamos que, gracias al nacimiento de los ordenadores y de Internet, hoy nos referimos a nuestra sociedad como aquella en la que se presume el conocimiento. El nacimiento de los medios de comunicación masivos condujo a M. McLuhan a su presentación de una aldea global. El nacimiento de Internet, considerada una interconexión mundial de millones de ordenadores en todo el mundo que utilizan el mismo sistema de protocolo técnico (TCP/IP) y que transmite fundamentalmente información (ya sea en texto, audio o vídeo) nos conduciría a referirnos a la Red como la más completa herramienta en esta sociedad de la información para lograr una aldea global. Pero, Internet es un medio de contrastes. Es un canal integrador de audiencias, medios, mundos, estructuras y contenidos, que aúna pasado y presente; pero es también un medio para la diferencia, con potencial para incrementar la brecha tecnológica y, por tanto, las desigualdades comunicativas. Tenemos, pues, dos aspectos que entran en juego en la era de la “mundialización”. Por un lado, nos encontramos que las culturas locales, a través de la acción del mercado, de los fenómenos migratorios y de las incitaciones de una televisión mundializada y de la Red, se hacen o pueden hacerse poco a poco permeables a una forma de cultura concreta que tiende a ser dominante, basada en la reproducción industrial y en la facilidad de las telecomunicaciones. Por otro, estos avances tecnológicos suponen un incremento de las desigualdades, se asume como cotidiano el uso de Internet aunque la realidad indica que dos tercios de la humanidad ni tan siquiera han realizado una llamada de teléfono en su vida. La clase social, el género, edad, nivel educativo, etnia, idioma, área geográfica en la que se habita, etc. se convierten en categorías-barreras o variables-acceso en la entrada a la Red y adquisición de conocimientos. Adelantar las consecuencias sociales que producirá la llegada de Internet es una de las cuestiones más importantes y difíciles de definir. Resulta complicado porque muchas de las tecnologías están tan sólo asomándose en el horizonte tecnológico y otras muchas, que se están aplicando, acaban de iniciar su andadura. Cuando la televisión cumple más de cincuenta años, tras cientos de estudios por numerosos investigadores de todo el mundo, continúa siendo extremadamente dificultoso determinar sus consecuencias sociales, por 2 tanto, especular con el impacto social y cultural de las tecnologías emergentes resulta ilusorio (Berrocal Gonzalo y García de Torres, 2001: 245). Aún así los trabajos llevados a cabo desde la sociología y desde el campo de la comunicación coinciden en señalar una misma hipótesis: nuestra sociedad camina hacia un mundo fragmentado y dividido en cuanto a consumo de medios y a su utilización. La aldea global prevista por McLuhan y en la que ha irrumpido Internet es hoy, como señala Castells (2000: 274), una sucesión de chalecitos individuales, producidos a escala global y distribuidos localmente. U. Eco (1996: 343) observa que nuestra sociedad se divide en tres categorías: aquellos que no tienen acceso a Internet, aquellos que tienen acceso pero de manera pasiva (simplemente navegan en la Red) y aquellos que conocen cómo controlarla. La ventaja de las nuevas tecnologías de la comunicación del siglo XX consistiría en haber alcanzado a todos los públicos, los medios sociales y culturales. La tesis de que la abundancia se ofrece a todos, sin jerarquías ni competencia, con la idea de que se trata de un espacio transparente, produciendo una nueva sociedad en Red, libre y solidaria, que permitiría finalmente el nacimiento de una nueva cultura , es hoy falsa. La fragmentación social es una de las consecuencias negativas de las nuevas tecnologías. La Red establece una nueva separación informativa entre aquellos individuos conectados a la World Web Wide y quienes no lo están; define comunidades geográficas con acceso o sin él; diferencia las comunidades virtuales de aquella sociedad que vive al margen del ciberespacio; sujetos con posibilidad o sin la oportunidad de obtener información; poderosos o débiles según la tenencia de información. "El nuevo sistema global hace posible integrar en una Red todo lo que es valioso, al tiempo que retira de ella lo que no es o está devaluado según el criterio dominante en las redes mundiales de capital, información y poder. Así el mundo ya no está dividido entre el Norte y el Sur, sino entre áreas y personas que están conectadas o no con esas redes" (Castells, 2000: 154). Algunos datos pueden ilustrar la magnitud del problema. Actualmente el 88% de los usuarios de Internet se concentran en los países más ricos, con una población que supone aproximadamente el 15% del total de la humanidad. La mitad de los internautas residen en 3 Estados Unidos, cuya población no alcanza el 5% de la humanidad. En África existen 14 millones de teléfonos (menos que en la gran manzana de Nueva York) para 740 millones de personas. Dentro de los Estados Unidos, los blancos son proporcionalmente tres veces más internautas que los negros y los hispanos. En España, por exponer datos más cercanos, los catalanes se conectan en mayor número que los extremeños o andaluces. En los países (del desarrollo del subdesarrollo económico) con significativos niveles de pobreza la preocupación por la estratificación digital pasa a un segundo plano en comparación con las necesidades de supervivencia cotidiana que tienen planteadas. Apenas el 3% de la población del globo tiene acceso a una computadora; y los que utilizan Internet son aún menos numerosos. La inmensa mayoría de nuestros hermanos humanos ignora incluso la existencia de esas nuevas tecnologías. Hasta ahora no disponen todavía de las conquistas elementales de la vieja revolución industrial: agua potable, electricidad, escuela, hospital, rutas, ferrocarril, auto, etc. (Saramago, 2002: 11). Este estudio intentará analizar los factores a tener en cuenta en las sociedades que sí se encuentran inmersas en un desarrollo masivo de las TIC. Es decir, en aquellas sociedades en las que existen iniciativas (públicas o de mercado) tendentes a conseguir que una mayoría de población tenga acceso a esas nuevas tecnologías, porque en ellas también están presente las divisiones digitales. Al mismo tiempo que intentará plantear soluciones para aquellos que se ven apartado de la revolución informativa. Las brechas digitales En español, digital divide ha empezado a traducirse como “brecha digital”, denominación que traslada todas las limitaciones y carencias del término inglés. Como indica Carracedo, el término estratificación refleja más claramente la multiplicidad de factores y su jerarquización social. Una primera diferencia es reconocer que no hay una división única, una única brecha que divida a la sociedad entre “analfabetos informáticos” y aquellos que saben usar las tecnologías de la información y la comunicación, sino varias “divisiones” o brechas (Carracedo, 2002: 50). 4 La mayoría de los teóricos coinciden en señalar siete variables que inciden en las correspondientes divisiones digitales. Son las siguientes: clase social, género, edad, nivel educativo, etnia, idioma y zona en la que se habita. La clase social remite tanto a la situación económica como al capital cultural de la persona, con la consiguiente diferencia de oportunidades que conlleva. Las nuevas tecnologías benefician, en un primer estadio, a la elite de la sociedad, dividen a la población entre ricos y pobres en información, y hacen surgir nuevas formas de desigualdad. "En cuanto aumenta la penetración de los media de información en un sistema social, los segmentos de población con el estatus socioeconómico más alto tiene tendencia a adquirir la información más rápidamente que los estratos de nivel socioeconómico más bajo, así que el desnivel de conocimientos entre estos dos segmentos tienden a aumentar e lugar de disminuir" (Tichenor y otros, 1970: 160). En nuestro país el Estudio General de Medios, correspondiente a la ola febreromarzo de 2004, aporta importantes diferencias en cuanto consumo dependiendo de nuestra clase social: frente a un 80% de internautas de clase social media o alta, nos encontramos con tan sólo un 20% de individuos que acceden a la Red, procedentes de una clase social media-baja o baja. Penetración Internet atendiendo a la clase social (febrero-marzo de 2004) Alta: 16’4 % Media alta: 22'1 % Media media: 42'5 % Media baja: 17’1 % Baja: 1'9 % Fuente: www.aimc.es1 1 www.aimc.es, consultado el 24 de abril de 2004. 5 Así pues, la comunicación a través del ordenador comienza como el medio utilizado por los segmentos más cultos y acomodados de la población de los países más cultos y ricos, y con mayor frecuencia que lo contrario en las áreas metropolitanas mayores y más sofisticadas. El género es, también, una de las divisiones más evidentes e interesantes en la medida que refleja como el diseño de las nuevas sociedades de la Información reflejan las viejas costumbres y tradiciones patriarcales de nuestras sociedades. Distribución por sexos - Marzo 2002 Fuente: Jupiter MMXI Europe El último estudio realizado por Júpiter Communication en Europa nos muestra como en los siete países, que incluye la muestra (Reino Unido, Alemania, Francia, Suecia, España, Italia y Suiza), el dominio en la Red es masculino. La situación más equilibrada se encuentra en Suiza, que presenta un consumo masculino en torno al 54%, frente al 46% que representa el consumo femenino. El escenario más desequilibrado, según la encuesta, se exhibe en nuestro país. En España, aproximadamente un 70% de los usuarios de la Red son hombres, frente a un 30% de mujeres. 6 La edad es otra de las claves en la diferenciación de acceso a la Red. En Estados Unidos, según un estudio de Round Table Group, el 67% de los jóvenes con acceso a Internet (frente al 46% en el conjunto de la población conectada) utilizan este sistema para obtener información general. La confianza en el medio en este colectivo es también muy destacada: el 59% considera la información obtenida de Internet más útil que la de la prensa escrita y el 23% afirma lo mismo respecto de la televisión. Es posible que haya un exceso de confianza en el medio o que se considere que la disponibilidad inmediata de información supone una ventaja superior a la de su calidad, ya que el 84% de los jóvenes considera que Internet es más útil como fuente de información que la visita a una biblioteca pública. En cualquier caso, los directivos de Round Table Group concluyen que estamos ante un cambio de actitudes culturales que se está produciendo mucho más rápido de lo esperado y que forzará a los medios tradicionales a reorientar su actividad"2. El Estudio General de Medios3 también proyecta sobre nuestro país la presencia de internautas jóvenes: un 32’8% se concentra entre los 14-24 años, un 50’9% entre los 25-44 años, mientras que un 12% se encuentran entre los 45-54 años y un 4’3% son mayores de 55 años. La etnia es una variable cuya utilización resulta imprescindible en países como Estados Unidos, Reino Unido o Francia. En nuestro país, en la medida que aumenta la inmigración extranjera, cada vez se consideran más los aspectos específicos de las etnias y las comunidades que las componen. Aún así, hay indicios esperanzadores en este apartado: un informe realizado por PIPA4 ha revelado que 3’5 millones de afro-americanos adultos se han conectado con Internet por primera vez durante el último año, llevando a la población negra estadounidense conectada a Internet a 7’5 millones. El informe muestra que la diferencia en el acceso entre afro-americanos y los blancos se está cerrando, con un 36% de la población afro-americana conectado, frente al 50% de los americanos blancos. 2 www.aui.es, consultado el 28 de septiembre de 2000. www.aimc.es, consultado el 24 de abril de 2004. 4 http:// www.pwinternet.org// 3 7 El idioma afecta en varios sentidos. En nuestro entorno, porque una persona que no domine cierto nivel de castellano, es obvio que se encuentra en franca desventaja a la hora de adquirir cualquier conocimiento. Además, tenemos que considerar el absoluto dominio que el inglés tiene en la sociedad de la información. No sólo es el lenguaje base en la innovación y en la programación, sino que acapara una inmensa mayoría (68’3%) de los contenidos de las páginas web. Le siguen en presencia el japonés, el alemán, el chino y el francés (www.aui.es). Del total de usuarios de Internet, un 40’2% se expresan en inglés, un 9’8% en chino, un 9’2% en japonés, un 7’2% en español, un 6’8% en alemán. Por debajo del 5% sen encuentra el resto de los idiomas utilizado en Internet. Los ideales y actividades políticas también aparecen como variable de la estratificación digital, en la medida que existen en la Red algunas tendencias a intentar bloquear ciertos tipos de información e incluso privar a algunos individuos del acceso a Internet. 8 Número de usuarios (millones), Febrero 2002 Total en el mundo África 544.2 4.15 Asia - Pacífico 157.49 Europa 171.35 Oriente Medio 4.65 Canadá y USA 181.23 América Latina 25.33 Fuente: Nua Internet Surveys Del total del usuarios de Internet en el mundo, 544’2 millones, el 33’3% habitan en Canadá o Estados Unidos, el 31’4% son europeos, el 28’9% viven en Asia, frente a un 4’6% de usuarios procedentes de América Latina, un 0’8% de Oriente Medio o un 0’7% de africanos Pero, no sólo es importante el acceso sino el número de informaciones que seamos capaces de obtener, recordar y memorizar y, también, qué contenidos estamos almacenando. “Es evidente que las desigualdades socioculturales se encontrarán de nuevo en la utilización de los cuatro servicios: información, ocio, servicios y conocimiento” (Wolton, 2000: 106). Los nuevos medios de comunicación determinan una audiencia segmentada, que aunque masiva en cuanto a su número, ya no es de masas en cuanto a la simultaneidad y uniformidad del mensaje que recibe. Debido a la multiplicidad de mensajes y fuentes, la misma audiencia se ha vuelto más selectiva. La audiencia tiende a elegir sus mensajes, con lo cual profundiza su segmentación. Los efectos negativos todavía son poco visibles, ya que los países más pobres no han descubierto la extensión de la nueva desigualdad que se está instaurando en estos momentos. El free flow les permitirá acceder a los restos de esta circulación mundial de información, de la cual ellos no serán más que usuarios, puesto que nunca podrán ser 9 sujetos activos. “Del mismo modo que el acceso de un gran número de usuarios a las nuevas tecnologías no es suficiente para decir que se trata de una tecnología del "gran público", la mundialización del acceso a las redes no significa en absoluto una repartición mundial más igualitaria de las riquezas técnicas o humanas”(Wolton, 2000: 136). Además, Carracedo (2002: 57-60) añade seis puntos, parámetros o categorías de análisis para entender, comprender y poder corregir, en su caso, las diversas facetas de la estratificación digital: 1) El equipamiento: Resulta obvio que dependiendo del tipo de ordenador, velocidad y equipo accesorio, se tendrán diferentes posibilidades de rentabilizar los recursos que ofrece el propio ordenador y la Red. 2) La infraestructura del acceso: En este punto, en apariencia meramente técnico, es posible identificar diversos proyectos políticos y económicos que condicionan las posibilidades “socio-digitales”. 3) El lugar de acceso a las TIC: Según muestran algunas estadísticas nacionales e internacionales, amplios sectores de la población usan ordenadores o acceden a Internet fuera del domicilio. En lo estudios estadounidenses se evidencia que ese tipo de acceso es mayoritario entre los miembros de las etnias hispana y afroamericana, generalmente por carecer de computadores o conexión en el hogar (NTIA, 1995, 1997, 1999). 4) Conectividad a la Red o garantía de estar on line: En la conectividad a Internet se obtiene una puerta de entrada a la Red. Este acceso, permite tanto explorar la Red como ser localizado en ella; es decir, tener una localización virtual, ya sea una dirección de correo electrónico o una página web. Este punto hace referencia a dos aspectos relacionados con la conectividad. El primero es el relativo a los costes: dependiendo de cuanto se esté dispuesto a pagar, se podrá tener acceso a mejores y más rápidos servidores y el segundo, a la garantía de permanencia y duración en el tiempo de la conexión pactada. 10 5) Disponibilidad de la información: Acerca de Internet, una de las suposiciones de origen más frecuentes es considerar que toda la información está disponible para todo el mundo. No obstante, en la Red se puede observar un creciente proceso de restricciones en el acceso a la información. Este proceso está relacionado con el desplazamiento de Internet desde tendencias sin ánimo de lucro, hacia la creciente comercialización que sufre hoy en día. Son muchas las páginas web que piden al usuario un pago previo al acceso a la información. Esto implica desventajas para las clases populares. Esta realidad puede dar lugar a que gente con pocos ingresos se limite a navegar por los contenidos gratuitos y más congestionados de Internet, mientras que los sectores de población con alto poder adquisitivo podrán hacer uso de los contenidos caros y exclusivos que ofrece la Red. 6) Objetivos y formas de aprendizaje: Desafortunadamente, con demasiada frecuencia, cuando se trazan estrategias para favorecer el desarrollo de la sociedad de la información, y establecer “puentes” para salvar la supuesta “brecha” que separa de ella a muchos ciudadanos, generalmente sólo se plantea la compra y distribución masiva de ordenadores, y la impartición de cursos convencionales de manejo de herramientas del oligopolio Microsoft ... Por el contrario, hay proyectos que parten de las necesidades de las comunidades que van a utilizar las Redes y en base a ellas, diseñan programas que, además, tienden a ser abiertos. Una nueva generación de Derechos Humanos Con la llegada de Internet, los métodos de acceso y difusión de información han cambiado radicalmente, con profundas consecuencias para la sociedad civil y para los gobiernos. Los medios de comunicación tradicionales pueden expandir su ámbito de acción a través de fuertes inversiones, pero Internet es global de por sí. Trasciende las fronteras nacionales en un grado que ninguna otra tecnología puede superar y elimina barreras a la libre circulación de ideas (Bustamante, 2001: 355). Hoy estamos en un mundo que se abre con dificultades a una comunicación global, por encima de las diferencias de los lenguajes 11 y las culturas, y es la tecnología comunicativa la que lo abre sin que ninguna fuerza humana pueda evitarlo (Núñez, 2000: 87-88). Por primera vez en la historia, las tecnologías comunicativas nos conducen a una globalización que invita a superar las diferencias entre naciones, ya sean étnicas, religiosas, económicas, sociales, etc. Nos encontramos con un medio de características únicas que puede promover las libertades de expresión e información esenciales para la democracia y la sociedad civil. “Las tecnologías de la información y de la comunicación, así como la revolución digital, nos hacen ingresar nolens volens en una nueva era, cuya característica central es el transporte instantáneo de datos inmateriales y la proliferación de relaciones y redes electrónicas. Internet es el corazón, la encrucijada y la síntesis de la gran mutación en curso. En este sentido, las autopistas de la comunicación son a la era actual lo que los ferrocarriles fueron a la era industrial: vigorosos factores de impulso e intesificación de intercambios” (Ramonet, 2002: 22). Contamos con vías de acceso a la información que con una inversión mínima, logran un alcance máximo. Internet permite a cualquier persona con un ordenador y una conexión a la Red comunicarse instantáneamente con otras personas en cualquier parte del mundo, intercambiar productos culturales con insospechada facilidad, la Red ofrece a instituciones y empresas la oportunidad de intercambiar ideas y promover el progreso científico, cultural y económico Ahora es posible establecer prácticas comunicativas que derrumban las fronteras. Este cambio cualitativo trae consigo nuevas oportunidades de participación ciudadana. La Red aparece así como uno de los escenarios donde se dirime una de las más decisivas batallas por la libertad de expresión y, por ende, de los Derechos Humanos. Pero, como hemos señalado, anteriormente, también surgen mecanismos de dominación y ataque a los Derechos Humanos en este ciberespacio. Si en el espacio real, o el mundo real las agresiones a los Derechos Humanos significan: hambre, enfermedades, discriminación o falta de libertad. En el ciberespacio esos ataques a los Derechos Humanos tienen que ver con la limitación del acceso a las condiciones técnicas, económicas o 12 culturales que permitirían el desarrollo de formas más avanzadas de participación pública y de intercambio y libre expresión de las ideas y creencias. Las posibilidades son tantas que una nueva ética reclama una protección más global e imaginativa de la sociedad y de los derechos de los individuos. Dichos derechos se englobarían en lo que podría ser considerada una cuarta generación de Derechos Humanos, en los que la universalización del acceso a la tecnología y la libertad de expresión en la Red juegan un papel fundamental (Bustamante, 2001: 356). Son muchas las iniciativas emprendidas, en los últimos años, con el objeto de renovar la ética y eliminar las diferencias que se han provocado en el ciberespacio. “A finales de 1997, Robert B. Gelman Redactó una propuesta de Declaración de Derechos Humanos en el Ciberespacio... En su preámbulo se destaca que las autopistas de la información abren nuevas avenidas para la mejora de la condición humana, para la libertad, la justicia, la igualdad y la paz mundiales, aproximando a las personas más allá de las fronteras y creando un entorno en el que la diferencia tiene una valor pragmático y funcional para la sociedad” (Bustamante, 2001: 360). Otra iniciativa es la llevada cabo por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Desarrollo (IDRC) del Canadá que ha prestado apoyo a más de 50 proyectos encaminados a determinar de qué forma Internet puede ser utilizado para que sea beneficioso para el desarrollo humano, indicando que no basta con que haya conectividad sino que se requieren cambios en las políticas públicas. Muchas de las iniciativas actuales tienden a establecer una infraestructura y a proporcionar acceso a los instrumentos de las tecnologías de la información, sin tener en cuenta las necesidades locales. En algunos casos, contenedores repletos de equipo quedan instalados en zonas marginales con la esperanza de que la gente vaya y los utilice, concepto que se ha definido como “conéctalos y déjalos que se arreglen como puedan”. Una expresión de clara de este tipo de actuaciones, orientada a mejorar el equilibrio en la instalación y desarrollo de las tecnologías de la información, es la propuesta de crear 13 una cuarta generación de Derechos Humanos, contenida en la Declaración de Principios de la Global Internet Liberty Campaign. El GILC es un grupo de organizaciones de Derechos Humanos y libertades civiles cuyos objetivos se enumeran a continuación (Bustamante, 2001: 361-362): En primer lugar, impedir la censura previa de las comunicaciones por Redes. En segundo lugar, conseguir que las leyes que restrinjan el contenido de las comunicaciones por Redes distingan entre la responsabilidad de los proveedores de la información y la responsabilidad de los portadores de datos. En tercer lugar, evitar que las comunicaciones por Redes sean restringidas por medios indirectos como controles gubernamentales o privados excesivamente restrictivos sobre el software, el hardware, la infraestructura de telecomunicaciones, u otros componentes esenciales de Internet. En cuarto lugar, incluir en el proceso de desarrollo de la Infraestructura Global de Información (IGI) a los ciudadanos de países inestables, carentes de infraestructuras, o carentes de tecnología sofisticada, prohibiendo la discriminación sobre la base de raza, sexo, idioma, tendencia política o cualquier otro tipo de opinión, origen nacional o social, propiedad, nacimiento o cualquier otro estado. En quinto lugar, asegurar que la información personal generada en Internet para un fin no es usada para otros fines no relacionados, o entregada sin el consentimiento expreso de la persona, y permitir que sea accesible a cualquiera la información en Internet referente a su persona y que pueda corregir cualquier información errónea. Por último, se defiende el derecho de los usuarios de comunicaciones por Redes a la encriptación sin restricciones de cualquier mensaje o información En España contamos con iniciativas como la llevada a cabo por la Comisión de Redes Informática del Senado, que el 9 de diciembre de 1999, aprobó una Declaración de Derechos de Internet5, que entre otras propuestas, recoge las siguientes: 5 www.senado.es/boletines/CS0331.html 14 I. Todas las personas tienen el derecho fundamental de acceder libremente a la Red, sin discriminación de sexo, condición, características físico-psíquicas, edad o lugar de residencia. II. La libertad es una condición inherente a la Red que no podrá ser restringida por ningún poder público o privado. La libertad debe ser total en cuanto al acceso, la circulación, la información y la comunicación. Las únicas limitaciones posibles son aquellas que vengan delimitadas por la Carta Universal de los Derechos Humanos. III. Corresponde a los poderes públicos establecer las condiciones para que la libertad y la igualdad de las personas en la Red sean una realidad, eliminando los obstáculos que impidan el acceso de todos los ciudadanos a tal Red y facilitando la participación de todos los españoles. IV. Todos los españoles tienen derecho a la educación y a la formación en nuevas tecnologías. V. Las Instituciones parlamentarias utilizarán las Redes electrónicas para aproximar las relaciones entre representantes y representados, facilitando la participación activa y directa de los españoles en sus actividades y procedimientos. Todas estas iniciativas y muchas más no mencionada en este estudio intentan desde la teoría, y en algunos casos también desde la práctica, eliminar barreras ante las divisiones originadas con el nacimiento de las nuevas tecnologías de la información. Conclusiones Internet está naciendo y es difícil prever cuál será el papel que juegue en el campo de nuestras sociedades ¿información o desinformación?, ¿equilibrio o desigualdad? El área de estudio se acaba de abrir, Internet no ha hecho más que empezar. Pero tal vez no haya que esperar la respuesta a estos interrogantes que sin más nos pueda deparar el futuro, sino intentar crear entre todos la respuesta más justa y solidaria. Bill Gates afirma que las empresas que tendrán éxito en la próxima década serán aquellas que utilicen herramientas 15 digitales para reinventar la forma en la que trabajan. Tal vez sea el momento de utilizar las nuevas tecnologías para reinventar el mundo que hemos creado. Nuestra propuesta consiste en trabajar desde los distintos ámbitos de estudio para subrayar las divisiones sociales, que se están originando, y ofertar propuestas de futuro. Las nuevas tecnologías de la información no son una fórmula mágica que conviertan a cada uno de los países en más democráticos, participativos y desarrollados. Por ello, la utilización e implantación de la Red tiene que llevarse a cabo con una ética de la solidaridad, reciprocidad y entusiasmo, y debe arraigarse en nuestros valores humanos más profundos. Para ir más allá de la conectividad es preciso que haya un acceso equitativo a las tecnologías de la comunicación, así como una utilización adecuada. Un acceso equitativo significa un acceso físico asequible a Internet, y una capacitación técnica básica para utilizar un ordenador, lo que incluye tanto su material como sus programas independientemente de toda cuestión de género, clase social, idioma, etnia, edad, o lugar en el que se habita. Internet permite que grupos que antes estaban aislados participen en un mundo más amplio; ofrece la posibilidad de que encontremos nuevas formas de colaboración y posee la capacidad de reforzar la multiplicidad de las voces en un mundo de diversidad y pluralismo. La información, que es la piedra angular de Internet, es uno de los ingredientes básicos de la generación de conocimientos, pero de igual manera que la información no equivale al conocimiento, el acceso a más información no entraña la generación de nuevos conocimientos. Sobre todo si estos parten de un mismo punto: “Gracias a su dominio de las Redes mundiales, Estados Unidos se ha transformado en “La primera sociedad global de la historia”, aquella que comunica más; el modelo de “sociedad global” que representa Estados Unidos prefigura el destino de las otras naciones; es inevitable que los nuevos 16 valores universales que irradia cautiven la imaginación de la humanidad entera y susciten el mimetismo”, afirma Mattelart (2002: 31). La singularidad es necesaria, somos iguales en la medida en que somos diferentes. En eso consiste la “igualdad humana”. Somos iguales en la medida en que somos humanos, y diferentes en la medida en que pertenecemos a uno u otro grupo o somos personas diversas. Hay derecho a ser diferente como grupo, a preservar un área de identidad socialmente relativa, siempre que ese derecho a la diferencia del grupo no se convierta en instrumento de agresión de algún derecho más universal contra sus miembros” (Núñez, 2002: 101). Tenemos derecho al respeto de la identidad personal, a la vida, a la conciencia, al libre albedrío, a la dignidad del ser humano. Por ello, nos sumamos a la propuesta de una cuarta generación de Derechos Humanos, que evite que los individuos puedan resultar incomunicados por el hecho de no poder expresarse en el nuevo lenguaje establecido. “Humanizar la mundialización exige orientar la extraordinaria potencia creadora de las nuevas tecnologías de modo que no beneficie sólo a los sectores más avanzados, educados y cultos de los países más poderosos”6. Que junto a las Redes del dinero, de la tecnología, de la información, se constituyan Redes igualmente poderosas, y por ende igualmente eficaces, pero alternativas, que transmitan valores diferentes y que terminen por generar nuevas estrategias políticas globales y el surgimiento de una cierta “ciudadanía global”. Referencias bibliográficas Berrocal Gonzalo, S., García de Torres, E. (2001): “Comunicación e información en Internet”, en Galdón, G.(coord.): Introducción a la comunicación y la información, Barcelona: Ariel. 6 Entrevista de M. Castells (1999), www.forum-global.de/ 17 Bustamante, J. (2001): “Los Derechos Humanos en el mundo de la Red”, en Esquirol, J.M.: Tecnología, ética y futuro, Bilbao: Desclée de Brouwer. Carracedo, J.D. (2002): “Jerarquías y desigualdades en la sociedad de la información: la estratificación digital en relación con la democracia digital”, en Cairo, H. (comp..): Democracia digital. Límites y oportunidades, Madrid: Trotta. Castells, M. (2000): “Tecnologías de la información y desarrollo global”, Política Exterior, vol. 14, nº 78, noviembre-diciembre de 2000. Eco U. (1996): “From Internet to Gutenberg,” conferencia, Italian Academy for Advanced Studies in America at Columbia University, 12 de Noviembre de 1996. MacQuail, D. (1992): Media perfomance. Mass Communication and the public Interest, Londres: Sage. Mattelart, A. (2002): “Como nació el mito Internet”, en El mito de Internet, Santiago-Chile: Aún creemos en los sueños. Núñez Ladevéze, L. (2003): “Identidades culturales y derechos humanos”, en Núñez Ladevéze, L. (coord..), Identidad cultural y libertades democráticas, Madrid: FAES. Ramonet, I. (2002): “La nueva economía”, en El mito de Internet, Santiago-Chile: Aún creemos en los sueños. Saramago, J. (2002): “¿Para qué sirve la comunicación”, en El mito de Internet, SantiagoChile: Aún creemos en los sueños. Tichenor y otros (1970): "Mass media and Differential Growth in Knowledge", Public Opinion Quarterly, 34, p. 160. 18 Wolton, D. (2000): Internet ¿y después?, Barcelona: Gedisa. 19