Las enseñanzas de Don Juan; Carlos Castaneda

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1 INTRODUCCIÓN
Cuando me planteo la realización de este trabajo, en primera instancia me asalta la misma pregunta que
probablemente asaltó a Octavio Paz cuando se le encargó la realización del prólogo: ¿se trata de antropología
o de ficción literaria?. En mi opinión para Carlos Castaneda no quedaría otra forma de mostrarnos el
significado de su aprendizaje antropológico más que de esta forma más o menos novelesca.
Así, Las enseñanzas de Don Juan en su primera parte se nos muestro en forma de diario personal. Carlos
Castaneda nos describe una por una y minuciosamente todos sus encuentros con Don Juan, su maestro. Lo
hace en primera persona y como si de una novela se tratase nos describe lo que hace, lo que ve y lo que piensa
para trasladarnos al mundo que en ese momento le rodea y podamos situarnos en su aprendizaje. Sin embargo,
en mi opinión no es criticable por ello y siguiendo de nuevo a Octavio Paz esta ficción literaria constituye en
si misma un documento etnográfico.
Como documento etnográfico, tal como se ha construido, Las Enseñanzas de Don Juan pueden inmiscuirnos
en un gran debate científico que ha recorrido gran parte de la teoría sociológica y la antropología, se trata de la
neutralidad de la posición del investigador. De este modo Carlos Castaneda, aunque en un primer momento y
ante el miedo a lo desconocido manifiesta su intención de buscar su trabajo antropológico en la observación
termina por inmiscuirse de tal forma en su objeto de estudio de modo que no es ya observación participante
sino participación activa.. Por un momento podemos pensar que la antropología ha caído derrotada por el
mundo de la magia, que el objeto de la antropología se ha vengado al convertir al antropólogo en hechicero,
pero este tema es algo que trataré con más profundidad más adelante.
Se intercambia aquí entonces sujeto y objeto, Don Juan acaba por ser el sujeto que estudia a Castaneda, de
forma que la relación se torna entonces a una relación maestro/alumno.
De esta forma lo que comienza como un trabajo de etnografía sobre las plantas alucinógenas en las prácticas
rituales de la hechicería yaqui se acaba convirtiendo en una verdadera escuela de hechicería en la que la
relación científica que tiene su máxima en conocer se torna en una relación mágico−religiosa cuya máxima es
convertirse, convertirse en otro. Sin embargo veremos como detrás de ello si aparece la cientifidad.
Otro de los temas interesantes a los que nos acerca la lectura de esta obra, es que Castaneda nos muestra en
ella una antropología de la otredad muy distinta a la construida por sus compatriotas mexicanos que se limitan
a hacer una etnografía basada en la clasificación, en la construcción de un listado de productos culturales y
constituye a la vez una crítica a la ciencia clásica.
En definitiva, tal como nos ha enseñado la antropología, el mundo recibe definiciones diferentes en sitios
diferentes y Castaneda trata de describirnos los destellos del mundo que Don Juan le ha mostrado, el mundo
de un hechicero yaqui bajo la influencia de sustancias alucinógenas. Así, la verdadera virtud de esta obra
consiste en su capacidad para mostrarnos la otredad explicada desde dentro, encontrándose a su paso con la
verdadera dificultad que entraña el hecho de que nuestra propia cultura y lenguaje imponen a nuestras
percepciones.
2 DISTINCIÓN SUJETO−OBJETO
Esta investigación empieza como un simple estudio de plantas alucinógenas, en concreto tres: peyote, datura y
hongos, que son las usadas en las prácticas de la hechicería yaqui, sin embargo según avanza la obra, nos
damos cuenta de lo difícil que puede llegar a ser distinguir y reconocer el sujeto que estudia del que es
estudiado. No solo por lo indescirnibles que parecen ser en esta obra las fronteras de dicho límite, sino porque
esa dualidad sujeto/objeto se desvanece apareciendo un sujeto (observador/método/sujeto) observado, donde
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cada personaje, por una parte el antropólogo iniciado y por otra el brujo yaqui, pueden intercambiarse, ser
interlocutor e intérprete a la vez.
Es entonces cuando nos cuestionamos el papel de Castaneda en esta historia: aprendiz, investigador o sujeto
en conversión. Aunque en un principio se nos presente como observador, en tanto antropólogo, a lo largo de
su experiencia va cambiando su rol, desde observador científico a aprendiz o amigo: investiga y a la vez
contacta y se relaciona, vinculándose con el otro, con Don Juan.
Él giro definitivo no se produce hasta un año después de su contacto con Don Juan, cuando este por fin le
confiesa que posee ciertos conocimientos que ha recibido d un maestro o benefactor y que lo ha elegido a él
como aprendiz.
Sin embargo no se trata simplemente de una conversión de un investigador científico en brujo, ni tampoco
como nos los planteaba Octavio Paz en el prólogo como una victoria de la magia sobre la antropología, cino
más bien un modo de poner a prueba el privilegio de la ciencia clásica occidental, se pone de este modo en
cuestión el método empírico de la ciencia positivista.
De este modo Castaneda no se convierte totalmente en brujo, no se convierte en otro, sino que se relaciona
con la otredad. Así, desde una perspectiva antropológica podríamos identificar el trabajo de Castaneda con el
tema central en antropología: el concepto de emic y etic, al observar un fenómeno desde dentro o fuera
respectivamente, se podría calificar entonces como una visión emic de un indio yaqui.
3.REALIDAD Y REALIDAD ONTOLÓGICA.
En esta obra como se ha comentado en la introducción se puede intuir un esbozo de crítica hacia la ciencia
clásica. En este sentido como nos indica Octavio Paz podemos ver una oposición de la antropología al
marxismo en tnato que esta posición no constituye ciencia sino teoría histórica que solo se refiere a las etapas
que según la organización económica ha vivido la sociedad occidental reduciendo toda a cultura a esta misma.
Es decir, la crítica en cuestión se centra en la ignorancia de lo otro, lo extraño o desconocido. En este sentido
el uso y la acción de los alucinógenos resulta ser una crítica de la realidad, es decir, la racionalidad sostenida
por las percepciones, la ficción de la realidad fijada por los sentidos, unos límites impuestos por la propia
cultura que se niega a aceptar otras posibilidades.
Así, Castaneda a través de sus experiencias pone en duda el concepto de realidad y termina por aceptar que la
realidad consiste en simples descripciones del mundo, que generamos nosotros mismos como observadores,
pues las descripciones del mundo cotidiano llegan a ser hasta menos consistentes e intensas que las visiones
que le produce el peyote, la datura o los hongos a Castaneda.
Sin embargo no es su interés desmontar la visión del mundo real o hacerlo inconsistente, sino mostrarnos la
consistencia de la visión mágica del mundo. Por ello poco a poco va aceptando la existencia de otra realidad
distinta que su descripción inicial del mundo y se abre a las creencias y pensamiento de Don Juan como un
sistema de conocimiento coherente.
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4 METODOLOGÍA Y ANÁLISIS
Considerando Las Enseñanzas de Don Juan como una investigación antropológica, ese relato novelesco junto
con el análisis estructural que logra Castaneda consigue elaborar una comprensión íntegra de un fenómeno
cultural a través de ciertas consideraciones, distinciones y métodos. De esta forma, la obra constituye una
investigación en toda regla, pues entra en contacto con el otro y el otro es en este caso el mundo de la brujería
yaqui, que se trata de un mundo cerrado.
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Podríamos considerar que el intento de Castaneda se encamina hacia una comprensión crítica y objetiva del
saber de un cultura, si consideramos como tal a la brujería yaqui, que coexiste con la cultura moderna
mexicana y que además posee un conocimiento o sistema de creencias que le es propio y con una amplia
coherencia conceptual que incluye determinadas reglas conductuales.
De este modo nos lo transmite el autor:
lo que había experimentado era la enseñanza de un sistema coherente de creencias por medio de un método
pragmático y experimental (...) resultaba claro que el conocimiento de Don Juan y su método de transmitirlo
eran los de su benefactor, así, mis dificultades debieron ser análogas a las que él mismo experimentó...
Podríamos entresacar de este fragmento que la cultura yaqui es como una subcultura que se transmite de
generación en generación en un círculo cerrado, o más bien entre los elegidos como aprendices, con un
sistema de aprendizaje o transmisión que podríamos calificar como oral.
Castaneda trata así de ahondar en lo más significativo de esa subcultura a través de distintos métodos y
técnicas.
En primer lugar y parece evidente, se sirve de lleno de la observación participante, pues aunque quizás
obligado por Don Juan que probablemente no le hubiese enseñado de otro modo y mucho menos después de
haberlo elegido como aprendiz, no se limita a observar sino que experimenta en si mismo las prácticas de un
brujo yaqui. La observación participante es una técnica que está presente en toda la primera parte del libro,
Las Enseñanzas, aunque si nos detenemos aquí, podríamos calificarla más bien como participación
observante, pues se trata de una interacción−acción, en la que el sujeto investigador, Castaneda, es activo.
A través de la narración y el relato en primera persona Castaneda nos sitúa en cada una de sus experiencias,
nos las describe al detalle recreando la realidad experimentada. A través de estas notas de campo nos presenta
sus experiencias relativas a esos estados que denomina de realidad no ordinaria que tienen lugar tras la ingesta
de las plantas alucinógenas o la inhalación en su caso. Revelan así una visión subjetiva de lo que el autor
percibe en al atravesar la experiencia. Estas notas de campo manifiestan a la vez el contenido del sistema de
creencias de un brujo yaqui, Don Juan.
Del mismo modo esta participación activa del autor así como las enseñanzas de Don Juan no se limitan a la
práctica con las plantas alucinógenas, sino que también se refiere a las enseñanzas pragmáticas de los
procesos, es decir, cómo recoger las plantas, cómo tratarlas, los procesos de ingestión etc. Es aquí donde
observamos un ritualismo estricto, pues Don Juan advierte cómo rigurosamente hay que realizar estas tareas
de un modo específico, todos los procesos deben ser realizados de una determinada forma y en un
determinado orden, muchas veces advierte el maestro que se corre peligro de muerte en caso de no llevar a
cabo la tarea o ritual correctamente. De ahí el estricto ritualismo y rigidez de las creencias de don Juan en esa
cultura paralela de la brujería yaqui, pues para él los daños o la muerte por una equivocación nimia por
ejemplo en la forma de plantar la datura o yerba del diablo o que se muera una lagartija en el ritual de la yerba
pueden tener consecuencias mortales para el iniciado. Así, el ritualismo está presente durante todas las
enseñanzas.
En segundo lugar, y también formando parte de la primera parte del libro Castaneda se hace valer de la
entrevista etnográfica para obtener más información. El autor se centra exclusivamente en un informante, su
maestro Don Juan, y no puede hacer uso de la grabadora, así, probablemente lo reproducido en el libro no se
corresponda libremente con la realidad. Se trata de entrevistas abiertas, de persona a persona, donde
Castaneda trata de abrir caminos hacia el conocimiento de ese sistema de creencias, formulando preguntas
cortas y concisas sobre los conceptos que utiliza Don Juan o la realización de lo procesos o el significado de
las experiencias.
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Sin embargo, bien es cierto que en muchas ocasiones Don Juan se convierte en un informante difícil, pues se
niega a contestar y es que el maestro considera a Castaneda como antropólogo sino como su aprendiz y por
ello debe aprender ciertas cosas por si solo a través de su experiencia.
5. ANÁLISIS ESTRUCTURAL
Como hemos visto la obra se divide en dos partes bien diferenciadas. La primera de ellas, ya descrita, es una
parte narrada y aunque no sigue una forma sistematizada logra mostrarnos los procesos dinámicos a través de
los cuales conocemos, aprehendemos e investigamos. La segunda de ellas, en la que nos centraremos en este
apartado, es esquemática, es la parte más científica o antropológica del libro, de modo que se procura
construir mapas, modelos, esquemas, representaciones científicas...
Aunque en este análisis estructural sobre este otro conocimiento yaqui no encontramos ese encanto y riqueza
presente en la narración, en este esquema conceptual el autor nos revela las estructuras lógicas que se van
construyendo al reflexionar sobre todo lo aprendido e investigado permitiéndonos adentrarnos en eses
esquema lógico, operativo y conceptual que constituye la cultura yaqui. Se trata así de un intento de revelar la
cohesión interna y la fuerza lógica de las enseñanzas de Don Juan. Asimismo Castanida organiza todo lo
aprendido en conceptos y subconceptos jerarquizados que contienen un orden y una estructura coherentes, de
modo que descubrimos las estructuras cognitivas implícitas en el relato.
En resumen, en esta parte del libro Castaneda reflexiona sobre todas sus experiencias a los largo de los seis
años que duró su aprendizaje con Don Juan y se da cuenta de que esa experiencia constituye un verdadero
aprendizaje, pragmático, que paso a paso le descubre el maestro, ese hechicero de la etnia yaqui que abre a su
paso el conocimiento de una tradición cerrada, la de la sociedad de los brujos de México.
6. VISIÓN CRÍTICA
Aunque tomado por partes diferenciadas el libro puede no decirnos apenas nada de lo que significa la cultura
yaqui, en su conjunto constituye un verdadero relato etnográfico que nos revela algunos de los supuestos
básicos sobre los cuales reposa la ciencia antropológica.
Hubiera faltado quizás una mayor conexión entre la narración de la historia, con ello me refiero a los relatos
de su diario de campo donde nos describe día a día durante seis años sus experiencias con esa subcultura
yaqui, y el análisis estructural, que da forma a toda esa narración haciendo de ella un sistema de pensamiento
o más bien otro sistema de pensamiento. Así, considero que Castaneda nos pone un poco difícil llegar a
descubrir los conceptos implícitos en el relato por más que nos lo explique en la segunda parte de libro,
faltaría quizás haber incluido desde el principio la esquematización final, haber entrelazado desde eses mismo
estilo literario, categorizaciones de interpretación y descripciones de las experiencias.
Esta crítica, que considero en todo caso constructiva o práctica, no quita para que Castaneda haya logrado
desvelarnos en su obra ciertos conceptos que considero clave en antropología como otredad, realidad,
realidad ontológica, representación, investigación científica, unidad sujeto−objeto... a través de los cuales la
antropología se predispone a observar y ser capaz de recrear una realidad social y cultural que constituye la
etnia de los brujos yaqui.
De este modo me pareció más apropiado hacer un breve recorrido por los conceptos clave que evoca la lectura
de esta obra que un mero resumen de las experiencias en sí.
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