Consejo de la Magistratura - Poder Judicial de la Nación

Anuncio
Consejo de la Magistratura
RESOLUCION N° 380/07
En Buenos Aires, a los 9 días del mes de agosto
del año dos mil siete, sesionando en la Sala de Plenario
del Consejo de la Magistratura del Poder Judicial de la
Nación “Dr. Lino E. Palacio”, con la Presidencia del Dr.
Pablo Mosca, los señores consejeros presentes, y
VISTO:
El
Público
expediente
de
Abogados
de
225/06,
la
Cap.
caratulado
Fed.
c/
Dr.
“Colegio
Gallegos
Fedriani (Sala V Cont. Adm.)”, del que
RESULTA:
I.
Se
inician
las
actuaciones
con
la
presentación del Dr. Gustavo Horacio Martínez, apoderado
del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal a
los efectos “de elevar formal denuncia contra el titular
de la Sala ‘V’, de la Excelentísima Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal, Dr.
Pablo Gallegos Fedriani, por violación a la legislación
vinculada a materia arancelaria para abogados” (fs. 30),
ello en razón del escrito oportunamente elevado a ese
organismo por el letrado Carlos Fernando Montoto (T° 11
F° 924) cuestionando el “flagrante incumplimiento de la
Ley arancelaria y violación arbitraria del derecho de
propiedad
motivado
en
una
indigna
regulación
de
honorarios derivados de tarea profesional” (fs. 31).
Expresa el representante del C.P.A.C.F. que la
posición de la entidad, en la voz del miembro informante,
fue
que
honorarios
fundada”
en
dicho
de
(fs.
caso
segunda
31),
discutido
instancia
señalándose
“la
no
que
regulación
está
de
debidamente
allí
“no
hay
Proporción Razonable con la labor desarrollada, ni con la
Cuantía de los intereses Debatidos; ni al éxito obtenido”
(fs. 31 vta.). Asimismo el dictamen trae a consideración
la falta de referencia concreta de las bases fácticas, o
la indeterminación del monto del proceso. Tampoco, señala
el informe, se impugna la pretensión del Dr. Montoto de $
1.145.800,10 como cálculo del monto total del juicio, ni
el porcentaje tomado por el referido letrado, esto es, el
20% del Art. 7. No hay fundamentación, a criterio del
organismo presentante, de “la cita del Art. 33 referida a
los
incidentes
finalización
intereses
cuando
del
que
proceso
defiende
se
está
de
el
regulando
amparo
Dr.
exitoso
Montoto”;
por
la
para
los
por
“el
o
apartamiento de los mínimos como lo exige el Art. 13 de
la ley 24.432” (fs. 31 vta.).
De esta suerte, la Comisión de Honorarios y
Aranceles declaró indigna la regulación ordenada, y “ante
la
verificación
registraba
Aranceles
tres
que
el
Dr.
infracciones
aconsejó
efectuar
Pablo
Gallegos
comprobadas
formal
a
Fedriani
la
denuncia”
Ley
de
(fs.
31
vta.).
En
este
sentido,
el
Consejo
Directivo
del
Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, el 9
de marzo de 2006 aprobó por unanimidad el dictamen de la
Comisión de Honorarios y Aranceles que resolvía incoar la
denuncia correspondiente ante este Consejo.
II.
Acompaña
el
letrado
apoderado
del
C.P.A.C.F. la siguiente prueba documental:
(Anexo 1): copia de la presentación efectuada
por el Dr. Carlos Fernando Montoto ante dicha entidad,
solicitando
la
consideración
de
la
denuncia
efectuada
contra los Dres. Otero y Gallegos Fedriani;
(Anexo 2): copia del escrito del 14 de mayo de
2004,
del
expediente
N°
94.580/02,
caratulado
“Orteu,
Ramón José c/ PEN ley 25.561. Dto. 1570/01, 214/02 s/
amparo ley 16.986”, en el que el Dr. Montoto solicita la
Consejo de la Magistratura
regulación
de
honorarios
y
describe
las
tareas
realizadas;
(Anexo
3):
copia
de
la
sentencia
del
17
de
octubre de 2003, dictada por la Sala “V” de la Cámara
Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo
Federal, que confirma la sentencia apelada en cuanto hace
lugar a la acción de amparo;
(Anexo
4):
copia
del
proyecto
de
dictamen
efectuado por el Dr. Juan Antonio Haddad, perteneciente a
la Comisión de Honorarios del C.P.A.C.F.;
(Anexo 5): copia del dictamen de la Comisión de
Honorarios
y
Aranceles
propugnando
la
formulación
de
denuncia ante este Consejo de la Magistratura;
(Anexo 6): copia de la sentencia de Primera
Instancia, dictada en el expediente N° 94.580/02 el 24 de
marzo de 2003, que hace lugar a la acción de amparo;
(Anexo 7): copia de la sentencia de la Sala “V”
de
la
Excma.
Contencioso
Cámara
Nacional
Administrativo
de
Federal,
Apelaciones
en
lo
dictada
27
de
el
octubre de 2004 en el expediente N° 56.735/03 caratulado
“Orteu, Ramón José Incidente de Regulación de Sentencia
c/ PEN ley 25.561. Dto. 1570/01, 214/02 s/ amparo ley
16.986”, que regula los honorarios del Dr. Montoto en la
suma de pesos 4.000, de conformidad con lo dispuesto en
los
arts.
6,
7,
9,
33
y
concordantes
de
la
ley
de
cuenta
de
Aranceles de Abogados y Procuradores;
(Anexo
8):
copia
del
escrito
“Da
cumplimiento de manda y percepción” correspondiente al
expediente N° 94.580/02, del 5 de agosto de 2002, que da
cuenta
que
el
monto
total
reclamado
asciende
a
la
cantidad de 404.091,00 dólares estadounidenses;
(Anexo 9): copia de la parte pertinente del
Acta N° 74 del Consejo Directivo del C.P.A.C.F., del 9 de
marzo de 2006, que propone aprobar el dictamen de la
Comisión
de
Honorarios
y
Aranceles,
y
efectuar
la
denuncia
correspondiente
ante
este
Consejo
de
la
Magistratura.
CONSIDERANDO:
1°) Que el fallo del 27 de octubre de 2004, en
el
que
los
Dres.
Luis
César
Otero
y
Pablo
Gallegos
Fedriani regulan honorarios al Dr. Montoto expresa “[q]ue
si bien en los procesos de amparos generados con motivo
de las restricciones establecidas en el grupo normativo
articulado a partir del decreto n° 1570/01, no resultan
automáticamente aplicables los porcentajes consignados en
el Arancel de Abogados y Procuradores, la retribución por
la tarea profesional debe traducir la justa compensación
de los trabajos realizados. Que, considerando la calidad
y
extensión
de
dicha
tarea,
en
su
carácter
de
patrocinante del actor, se regulan los honorarios al Dr.
Carlos Fernando Montoto en la suma de $ 4.000 (arts. 6,
7, 9, 33 y ccds. del Arancel de Abogados y procuradores)
ASI SE DECIDE” (fs. 24).
Esta resolución, es cuestionada por el Colegio
Público de Abogados de la Capital Federal por considerar
que la misma viola la legislación vinculada a la materia
arancelaria
para
abogados,
ya
que
señala
que
no
hay
proporción razonable con la labor desarrollada ni con el
éxito obtenido, y que no se impugnó la pretensión del Dr.
Montoto de $ 1.145.800,10 como cálculo del monto total
del juicio para tomar como base de regulación.
2°)
Que
los
artículos
de
la
ley
21.839,
de
Honorarios de Abogados y Procuradores, citados por los
magistrados
en
la
resolución
motivo
del
presente
expediente, dicen en su parte pertinente:
Art. 6º: “Para fijar el monto del honorario, se
tendrán en cuenta las siguientes pautas, sin perjuicio de
otras
que
se
adecuaren
mejor
a
las
circunstancias
particulares de los asuntos o procesos: a) el monto del
Consejo de la Magistratura
asunto o proceso, si fuere susceptible de apreciación
pecuniaria; b) la naturaleza y complejidad del asunto o
proceso; c) el resultado que se hubiere obtenido y la
relación entre la gestión profesional y la probabilidad
de efectiva satisfacción de la pretensión reclamada en el
juicio por el vencido (según ley 24.432), d) el mérito de
la labor profesional apreciada por la calidad, eficacia y
extensión del trabajo; e) la actuación profesional con
respecto
a
la
aplicación
del
principio
de
celeridad
procesal; f) la trascendencia jurídica, moral y económica
que tuviere el asunto o proceso para casos futuros, para
el cliente y para la situación económica de las partes”.
Artículo 7°: “Los honorarios de los abogados,
por
su
actividad
durante
la
tramitación
del
asunto
o
proceso en primera instancia, cuando se tratare de sumas
de
dinero
o
bienes
susceptibles
de
apreciación
pecuniaria, serán fijados entre el once por ciento (11 %)
y el veinte por ciento (20 %) del monto del proceso”.
Artículo
9º:
“Los
honorarios
de
los
procuradores serán fijados entre un treinta por ciento
(30 %) y un cuarenta por ciento (40 %) de lo que le
correspondiere
también
a
actuaren
honorarios
que
los
abogados.
como
Cuando
procuradores
correspondiere
fijar
los
abogados
percibirán
si
actuaren
los
por
separado abogados y procuradores (según ley 24.432)”.
Artículo 33: “En los incidentes, el honorario
se regulará entre el dos por ciento (2 %) y el veinte por
ciento
(20
principal,
%)
de
lo
atendiendo
que
a
correspondiere
la
vinculación
al
proceso
mediata
o
inmediata que pudieren tener con la solución definitiva
del proceso principal, no pudiendo el honorario, salvo
pacto en contrario, ser inferior a la suma de cincuenta
pesos ($ 50) (según ley 24.432)”.
3°)
Que,
si
bien
las
normas
citadas
son
susceptibles de diversas interpretaciones, lo que aquí
interesa destacar es que, en definitiva, cualquiera sea
la interpretación, aún la menos aceptable para el Colegio
de Abogados, ello no puede justificar la aplicación de
una sanción pues resulta evidente que en el caso concreto
lo que está en juego es la evidente disconformidad del
denunciante con la resolución recaída en el expediente
referido.
En tal sentido, la Corte Suprema de Justicia de
la Nación en numerosos precedentes ha indicado que los
jueces disponen de un amplio margen de discrecionalidad
para
la
ponderación
de
los
distintos
factores
que
influyen en las regulaciones de honorarios y ha admitido
la no aplicación de los mínimos arancelarios cuando los
valores resulten exagerados y no guarden proporción con
los
trabajos
cumplidos
(Fallos
CSJN
278:365;
239:113;
251:516, entre otros).
Por otra parte se advierte que no ha existido
violación al piso dispuesto por el art. 8 de la ley
21.839, texto según el art. 12, inciso e) de la Ley Nº
24.432, que dispone que “[s]alvo pacto en contrario, los
honorarios de los abogados no podrán ser regulados en
sumas
inferiores
a
quinientos
pesos
($
500)
en
los
procesos de conocimiento, trescientos pesos ($ 300) en
los procesos de ejecución y doscientos ($ 200) en los
procesos
voluntarios.
correccionales,
los
Cuando
se
tratare
honorarios
mínimos
de
procesos
serán
de
quinientos pesos ($ 500), y en los demás procesos penales
serán de un mil pesos ($ 1.000)”.
En el mismo sentido el art. 13 de la Ley 24.432
dispone que “[l]os jueces deberán regular honorarios a
los
demás
profesionales,
auxiliares
desarrollada
en
peritos,
de
la
procesos
síndicos,
Justicia,
judiciales
o
liquidadores
por
la
y
labor
arbitrales,
sin
atender a los montos o porcentuales mínimos establecidos
en los regímenes arancelarios nacionales o locales que
Consejo de la Magistratura
rijan
su
actividad,
cuando
la
naturaleza,
alcance,
tiempo, calidad o resultado de la tarea realizada o el
valor
de
los
bienes
que
se
consideren,
indicaren
razonablemente que la aplicación estricta lisa y llana de
esos aranceles ocasionaría una evidente e injustificada
desproporción
entre
la
importancia
del
trabajo
efectivamente cumplido y la retribución que en virtud de
aquellas normas arancelarias habría de corresponder. En
tales casos, la resolución que así lo determine deber
indicar, bajo sanción de nulidad, el fundamento explícito
y
circunstanciado
de
las
razones
que
justificaren
la
decisión”.
4°) Que, por otra parte, si bien la aplicación
del art. 33 de la ley 21.839, citado en la resolución, no
parece
correcta
al
caso
específico,
este
Consejo
reiteradamente ha dicho que los jueces pueden equivocarse
pues, en definitiva, se trata de una justicia humana, y
que para ello los códigos procesales establecen remedios.
En ese sentido, sostiene Adolfo E. Parry que
“‘nuestra
organización
judiciaria,
humana
y
previsora,
reposa sobre la base del posible error judicial’, y a
ello obedecen los recursos que consagra la ley contra las
decisiones que se estiman equivocadas por las partes”.
Resulta de lo expuesto que “el error no puede
incriminarse
porque
es
independiente
de
la
voluntad
humana (...) y la sociedad y la ley no podrán exigir un
juez
infalible”
Disciplinarias
(Parry,
del
Poder
Adolfo
A.,
Judicial”,
“Facultades
Ed.
Jurídica
Argentina, Buenos Aires, 1939, pág. 337 y sgtes.).
Resulta
oportuno
recordar
que
la
tarea
de
juzgar no se encuentra exenta de la posibilidad de error
y negar esa hipótesis sería apartarse de la realidad. Con
acierto se ha señalado que si cada juez se hallase sujeto
al temor de responder patrimonialmente por la más mínima
equivocación,
sólo
un
mendigo
o
un
tonto
aceptaría
desempeñar ese cargo (“Miller v. Hope”, House of.
Lords,
April I, 1824).
Asimismo
este
Consejo
de
la
Magistratura
reiteradamente ha dicho que “[l]a necesaria serenidad que
debe
presidir
seriamente
el
proceso
resentida
debiera
temer
juicios
de
por
si
las
de
el
juzgamiento
magistrado
represalias
responsabilidad
o
de
que,
o
se
vería
funcionario
en
forma
denuncias,
de
pudieran
adoptar quienes están disconformes con el fallo, aunque
en
él
hubiese
efectivos
desaciertos”
(“Bradley
v.
Fischer” 80 U.S. -13 Wall- 335-1871). En consecuencia,
corresponde –con acuerdo a lo propuesto por la Comisión
de Disciplina y Acusación (dictamen 195/07)- desestimar
las presentes actuaciones.
Por ello,
SE RESUELVE:
1°)
Desestimar
la
denuncia
formulada
por
el
Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, por
ser manifiestamente improcedente.
2°) Notificar al Colegio Público de Abogados de
la Capital Federal y al magistrado denunciado, y archivar
las actuaciones.
Regístrese y notifíquese.
Firmado por ante mí, que doy fe.
Fdo.: Pablo Mosca
(Secretario General).
–
Pablo
G.
Hirschmann
Descargar