Los caracteres del ejemplar de que tratamos son los siguientes

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BOLETÍN DE LA EEAL SOCIEDAD ESPAÑOLA
L o s c a r a c t e r e s del ejemplar de que tratamos son los siguientes:
Cuerpo fusiforme bastante comprimido, de modo que el grosor
viene a s e r la mitad de la altura máxima y ésta un quinto de la Ion-.
gitud total.
La longitud de la cabeza (medida desde el extremo del .rostro al
borde posterior opercular) es aproximadamente igual a la altura del
cuerpo. El borde de la mandíbula superior e s , como se ha dicho, visible en toda su extensión, pues el preorbitario es estrecho y no
llega a recubrirlo* Por detrás de la comisura bucal se ve un surco
profundo, cuya longitud es algo menor que el diámetro del ojo. L a s
mandíbulas están provistas de dientes relativamente grandes, siendo los dé la inferior doblemente gruesos y largos que los de la superior, sobre todo los laterales.
La aberlura nasal anterior tiene forma de punto y está más cerca
del ojo que del extremo rostral; la posterior es una rajita vertical
que dista del ojo la mitad de la distancia' que la separa de la abertura anterior.
L a s aletas escapulares nacen en plenos flancos y a corta distancia
del borde opercular. S o n más bien cortas y poco agudas. L a longitud de su borde superior (distancia del origen al extremo), e x c e d e
poco, sólo en un> quinto o cosa así, de la longitud de la mandíbula superior.
Las aletas pelvianas son pequeñas; su borde anterior es tan sólo
la mitad de la longitud de la mandíbula superior. Nacen un poco más
hacia a t r á s que las escapulares. S e componen de una espina y cinco
radios blandos.
;''
L a primera dorsal se origina a un nivel comprendido entre el de
la inserción de las escapulares y el de las pelvianas. S e compone
de t r e c e radios espinosos y flexibles, de los cuales el t e r c e r o y
cuarto, son los más largos, y a partir de ellos, la longitud de los
otros d e c r e c e de un modo gradual hacia ambos lados de modo que
el borde de la membrana de la aleta forma una curva c o n v e x a . E l
segundo radio está muy aproximado al primero, y es más delgado
que él, sobre todo en la base; el t e r c e r o vuelve a s e r grueso, y de
él en adelante los otros van siendo sucesivamente más delgados, y
la distancia que los separa va siendo mayor. T o d a la dorsal puede
alojarse perfectamente en un surco formado por dos repliegues del
dorso del cuerpo, los cuales s e distinguen perfectamente.
La segunda dorsal tiene su principio en un punto que está más
c e r c a de la punta del rostro que del extremo de los radios centrales
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