La rana bermeja en los trampales de Larreder La rana bermeja en

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FOTO:
R. ARAMBARRI
La rana bermeja en los
trampales de Larreder
En ecología se define como “humedal” a cualquier superficie de terreno
cenagoso e inundable, sometido a una carga de agua permanente o temporal y
con capacidad de albergar comunidades biológicas adaptadas a las condiciones
del enclave. Normalmente son biotopos de variada tipología y estructura;
agrupados en un amplio abanico de ambientes: desde la marisma costera hasta la
laguna, desde el estanque hasta un aguadero.
Texto: Aurelio Canabal
y Gorka Belamendia.
Fotos: Gorka Belamendia
y Ramón Arambarri.
los humedales naturales la
terminología popular los
designa con nombres muy
variados: charcas, lagunas, balsas,
trampales, nabajos, riberas, bárcenas, marjales, juncales, carrizales… un largo etcétera que
dependiendo de la localidad o
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comunidad vegetal que domine en
el paisaje tienden a llamarse de una
u otra forma.
Estos hábitats, que antaño
fueron abundantes y hoy son
más populares, han desaparecido con el paso del tiempo. A
pesar de su celebridad buena
parte han sido desecados,
rellenados y urbanizados;
otros tantos alterados por
extracciones, derivaciones de
los cauces, o utilizados como
vertederos o escombreras…;
siendo muy pocos los que hoy
en día no han sufrido la
acción directa del hombre.
En la Comunidad Autónoma
del País Vasco (CAPV) estos
lugares están repartidos por
toda su geografía y tienden a
ser más abundantes al norte
de la divisoria de aguas, dadas
las características más húme-
das de esta región. En este
cambio de vertiente cántabromediterránea, a caballo entre
los territorios de Álava y
Bizkaia, se encuadra el
Parque Natural de Gorbeia;
un paraje montañoso de naturaleza calcárea que conserva
un número considerable de
terrenos inundados, llamados
“trampales”. Por norma general estos humedales son de
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biodibertzitatea
reducida extensión y están
originados por la surgencia
del agua subterránea sobre
un manto no poroso de rocas
de procedencia marina.
Habitualmente tienden a concentrarse en zonas específicas
del Parque, a nivel ecológico
son bastante homogéneos y
en su superficie se aprecia un
mosaico de aguas fluyentes,
suelos frescos, herbazales,
agrupaciones de musgos y
plantas nemorales.
Hoy en día son especialmente
conocidos los emplazados en
las inmediaciones de Arraba,
Saldropo y Larreder por el
buen estado de conservación
en que se hallan. Dichos
remansos son poco frecuentes
en el área de Gorbeia al
encontrarse asentados sobre
un terreno de naturaleza
kárstika y permeable, por lo
que su conservación es prioritaria para salvaguardar las
poblaciones de anfibios que
habitan este macizo.
Los anfibios en Larreder
Los anfibios son vertebrados
que tienen la peculiaridad de
pasar la primera etapa de su
vida en el agua, bien en forma
de huevo, bien en forma de
larva. Incluso de adultos
siguen manteniendo cierta
dependencia con este medio al
necesitarlo para reproducirse,
alimentarse o como refugio
temporal. En general son animales de pequeño tamaño y
sangre fría. Su piel es húmeda y con capacidad para intercambiar gases, lo que llamamos “respiración cutánea”, lo
que les hace más vulnerables
que otras especies a la contaminación ambiental.
Se convierten de esta forma
en marcadores del estado de
conservación del medio, por lo
que pasan a definirse como
“especies bioindicadoras”.
En la CAPV se han descrito
17 especies de anfibios, de las
que 11 se han detectado en el
área de Gorbeia y otra más
por su periferia. En los trampales de Larreder se han
encontrado 7 taxones, lo que
equivale al 63% de las detalladas para el Parque y al 41%
de las registradas en el País
Vasco. Hasta la fecha en
Larreder se han manifestado
cuatro urodelos (salamandra
y tritones alpino, jaspeado y
palmeado) y tres de los cinco
anuros (sapo partero, sapo
común y rana bermeja).
La rana bermeja
La rana bermeja es un anfibio
robusto de hábitos principalmente terrestres. En el centro
y norte de Europa es muy
abundante, ocupando en
Iberia sólo la porción más
norteña. Físicamente es una
de las tres ranas “pardas”
que se ven en Gorbeia pero,
sin duda alguna, es la especie
más abundante y fácil de localizar de Larreder. Sus poblaciones están muy bien distribuidas por el entorno de los
trampales, por lo que es posible observarla a cualquier
hora del día o de la noche, a
poco que se busque.
La rana bermeja, llamada
“baso-igel gorria” en euskera,
es de coloración muy variable
al poseer un grado de pigmentación pardo-rojizo y una disposición de las manchas irregulares del cuerpo propias de
cada ejemplar. En la población asentada en Larreder
aparecen individuos de tonos
pardos mezclados con especímenes de tintes rojizos.
También las partes inferiores
son variables y presentan
diferencias en la intensidad
del punteado de los flancos y
la garganta, así como en la
tonalidad de blancos y amari-
llos que las caracteriza ventralmente. Otros rasgos de las
ranas “pardas” son unas
conspicuas marcas marrones,
rojizas o negras que les engalanan el dorso, una pequeña
mancha con forma de V
invertida que les tatúa la
mitad de la espalda a la altura de los hombros, y las características manchas pardas y
alargadas detrás de cada ojo.
A menudo los machos son
menores y presentan las
manos más robustas. Durante
la reproducción desarrollan
unas callosidades de color
negro en los dedos interiores
de ambas manos, que utilizan
para agarrarse a las hembras
durante la cópula o “amplexo”. Este acontecimiento se
produce generalmente en el
interior de los humedales. En
Larreder el apareamiento se
inicia a principios de diciembre y culmina a mediados de
enero, coincidiendo la mayor
intensidad de las puestas con
el cambio de año. En esta
época la hembra deposita
unos paquetes que contienen
de 500 a 4000 huevos en
diversas masas globosas de
aspecto gelatinoso. El número
de huevos depende del tamaño de la hembra y suele significar el 33% de su peso. Las
LOS ANFIBIOS COMO EL TRITÓN PALMEADO DEL GORBEIA SON VERTEBRADOS QUE TIENEN LA PECU-
LIARIDAD DE PASAR LA PRIMERA ETAPA DE SU VIDA EN EL AGUA.
FOTO:
RAMÓN ARAMBARRI
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La rana bermeja (Rana temporaria) es una de las tres ranas “pardas”
que se ven en Gorbeia pero, sin duda alguna, es la especie más
abundante y fácil de localizar de Larreder
EJEMPLAR DE SALAMANDRA, OTRO DE LOS ANFIBIOS QUE HABITAN LOS TRAMPALES DEL PARQUE NATURAL DE GORBEIA
FOTO:
puestas son fecundadas normalmente por un macho aunque, a veces, son dos los progenitores. También es
habitual que un macho llegue
a fecundar las puestas de
varias hembras.
En Larreder estos sacos de
huevos son muy numerosos y
se pueden encontrar tanto en
los trampales como en abrevaderos, fuentes, roderas, regatos y planicies de aguas tranquilas del interior y exterior
de las masas forestales. El
desarrollo de los huevos es
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rápido. En apenas un mes los
embriones se transforman en
larvas que dan paso a unos
diminutos renacuajos. En cuatro meses éstos completan su
desarrollo y para principios
del verano se observan los primeros ejemplares de apenas
10 mm saliendo del agua. A
partir de ese momento su ciclo
biológico se desarrolla en el
suelo, al amparo de la cobertura vegetal. Por norma general tardan 3 años en alcanzar
la madurez sexual, siendo su
estima de vida de 8 a 9 años.
Las ranas bermejas muestran
en Larreder una marcada preferencia por los pequeños y
escasos corros forestales de
vegetación natural, donde aún
subsisten robles y hayas.
También están presentes en el
interior de las repoblaciones
de pino radiata, así como en
los propios trampales, lugares
más propicios para alimentarse dada la abundancia de
invertebrados que aquí
encuentran refugio (arácnidos, coleópteros, miriápodos,
orugas...).
R. ARAMBARRI
Algunos peligros
En el área de LarrederPagomakurre la rana bermeja
es común y abundante. En un
paseo por la zona, a última
hora del día y con climatología
apropiada (humedad alta y
temperatura suave), la cantidad de ejemplares oscila entre
las 23 y 25 ranas por kilómetro recorrido. A pesar de ello,
los peligros que amenazan a
éste y a otros anfibios son
muchos. El más impactante es
sin duda alguna la modificación del medio por la actividad
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forestal. La alteración del paisaje que provoca la producción
silvícola está conllevando la
desaparición de zonas de puestas y la eliminación de las larvas. También contribuye a
enturbiar el agua y a colmatar
los pequeños remansos que
alimentan los trampales. En
primavera la incidencia de los
atropellos sobre los ejemplares
adultos se hace patente,
pudiéndose encontrar ejemplares muertos tanto en la carretera de acceso a Larreder
como en las pistas forestales
existentes en sus inmediaciones.
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HOY EN DÍA SON ESPECIALMENTE CONOCIDOS LOS HUMEDALES EMPLAZADOS EN LAS INMEDIACIONES DE ARRABA, SALDROPO Y LARREDER POR EL BUEN
ESTADO DE CONSERVACIÓN EN QUE SE HALLAN.
FOTO: GORKA BELAMENDIA
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