Factor masculino en la reproducción asistida

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LOS EXPERTOS ABOGAN POR LA CREACIÓN DE
COMITÉS DE ÉTICA EN LAS CLÍNICAS DE
REPRODUCCIÓN ASISTIDA
 El comité de ética es un mecanismo que ayuda en la resolución de
problemas relacionados con la actuación médica y en la defensa de los
derechos de los pacientes.
 La existencia de un comité multidisciplinar permite la toma de decisiones
ante un posible vacío legal.
 El destino de los embriones congelados, una vez superado el plazo legal de
cinco años, uno de los asuntos clave para estos comités de expertos.
Madrid, 1 de diciembre de 2010.- Los avances producidos en las técnicas de
reproducción asistida y los constantes cambios sociales exigen en ocasiones
respuestas a la actuación médica que la legislación no contempla. Tal y como afirma el
doctor Miguel Casares, coordinador de Trasplantes y presidente del Comité de Ética
Asistencial del Hospital Universitario de Getafe, “la legislación no siempre cubre todos
los aspectos. La práctica nos demuestra que las leyes van siempre detrás de la
técnica y no contemplan las nuevas aproximaciones que se producen para mejorar la
reproducción asistida. Es preciso además que la legislación sea capaz de conciliar los
avances científicos y técnicos con una realidad social en continua evolución, algo que
según vemos en la práctica asistencial diaria no es posible”.
La aparición de nuevas situaciones sociales como las familias monoparentales, las
parejas del mismo sexo o de diferentes etnias y nacionalidades o la maternidad tardía,
representan para los expertos reunidos en el IV Simposio Internacional de
Reproducción Asistida una oportunidad para la puesta en marcha de Comités de Ética
en las clínicas destinadas a este fin de “facilitar la toma de decisiones razonables,
prudentes, de calidad y ajustadas al espíritu de la ley y que den soluciones a los
problemas reales a los que se enfrentan los expertos en reproducción asistida a
diario”, aclara el doctor Casares.
Primer Comité de Ética
Consciente de esta necesidad, la Fundación Tambre ha constituido recientemente el
Comité de Ética de la Clínica Tambre para la Asistencia Sanitaria, aprobado por la
Comunidad de Madrid. Este comité consultivo y multidisciplinar tiene como objetivo
analizar y asesorar sobre posibles conflictos éticos que se producen durante la
práctica médica y sanitaria de la Clínica Tambre y, en especial, en todo aquello
relacionado con la reproducción asistida.
El doctor Pedro Caballero, director de la Fundación Tambre aclara que la ética es
“una disciplina que tiene que ir de la mano de la reproducción asistida y es necesario
implantar mecanismos que ayuden a la solución de problemas relacionados con la
actuación médica y la defensa de los derechos de los pacientes. Éstos tienen que
tener la seguridad de verse amparados no sólo por los resultados que la ciencia
ofrece, sino también por profesionales que puedan resolver problemas éticos y que
sean capaces de ofrecer toda la información necesaria para facilitar la toma de
decisiones”.
El primer comité de ética de una clínica de reproducción asistida creado en España
está constituido por diez miembros entre los que figuran expertos de la Comisión de
Garantía de Calidad y del Comité de Ética de Investigación Clínica del centro, un
experto en derecho y legislación sanitaria, profesionales sanitarios que desarrollan
labor asistencial y con formación en bioética, profesionales no sanitarios del área de
atención al paciente /usuario y especialistas en ética ajenos a la Clínica Tambre.
Congelación de embriones
El mantenimiento de embriones criopreservados en las unidades de reproducción
asistida constituye unas de las áreas clave para la actuación de los Comités de Ética.
En la actualidad se estima que en España existen alrededor de 50.000 embriones
congelados, fruto de programas de fecundación in vitro que no han sido transferidos
para provocar una gestación. “Aunque la legislación no establece ninguna restricción
en el número de embriones generados, se apela a la responsabilidad de los
profesionales, para que ajusten la producción a las indicaciones clínicas del caso y se
limita la implantación a tres embriones por ciclo reproductivo”, aclara el doctor
Casares.
En este sentido, una vez creados los embriones, la legislación española establece un
plazo de cinco años para el mantenimiento de la criopreservación, periodo durante el
cual la pareja donante puede decidir una nueva implantación o, previa autorización, la
cesión a otra pareja con problemas de fertilidad.
Transcurrido este plazo, se abren una serie de posibilidades de actuación tanto por
parte de los donantes como por parte de la clínica depositaria de los embriones
congelados, en el que la Ética desarrolla un papel decisivo, al cubrir algunas de las
lagunas de la legislación vigente.
Cinco años después de su congelación y si los progenitores no han hecho llegar su
decisión, la ley considera tres supuestos para estos embriones, que pasan a
disposición de la clínica: destinarlos a investigación científica, la donación a otras
parejas con problemas de fertilidad o su destrucción. “Algunas parejas no renuevan su
decisión sobre el destino de los embriones en un plazo de cinco años, cambian sus
decisiones o se desentienden y esto crea un conflicto sobre qué hacer con estos
embriones, por lo que la decisión sobre su destino queda a criterio de los profesionales
de la clínica”, afirma el doctor Casares.
En este sentido, “el principal destino de los embriones es la donación a la
investigación, pero los embriones que no tienen un proyecto asignado, los que han
sido donados a otras parejas cuando la mujer donante tiene más de 35 años o en los
casos de divorcio, separación o fallecimiento de los progenitores, crean una serie de
problemas ya no científicos, sino éticos que deben resolverse y es donde encuentran
su plena justificación los denominados Comités de Ética”, aclara el doctor Caballero.
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