GASPAR - Guía para la contratación de seguros Page 1 of 2 Guía para la contratación de seguros ELEMENTOS DEL CONTRATO DERECHOS Y OBLIGACIONES Prima: fraccionamiento, bonus-malus, vigencia, impago (reducción) y aumento Definición Precio de un contrato de seguro. Es la contraprestación que recibe la aseguradora por hacer frente a los riesgos que está amparando en la póliza. Características El pago de la prima es la obligación principal del tomador en un contrato de seguro. Su cálculo responde a un complejo cómputo de probabilidades del colectivo asegurado, a lo que debe añadirse el sostenimiento de unos gastos fijos (que permiten el cumplimiento de sus obligaciones) ajenos a los riesgos asegurados. Una de las peculiaridades de la prima es que se paga por anticipado, antes de que se haya prestado el servicio por el que se paga. El tomador del seguro está obligado al pago de la prima en las condiciones estipuladas en la póliza. Si se han pactado primas periódicas, la primera de ellas será exigible una vez firmado el contrato. Si en la póliza no se determina ningún lugar para el pago de la prima, se entenderá que éste ha de hacerse en el domicilio del tomador del seguro, aunque lo normal es que los pagos se domicilien en la cuenta bancaria. No obstante lo anterior, el asegurado podría pagar la prima con plenos efectos, por tener interés en el cumplimiento de la obligación. El receptor de los fondos habitualmente será la compañía de seguros, pero puede serlo el mediador, corredor o agente. Si el agente es exclusivo, la prima a él pagada se considerará abonada a la entidad de seguros; sin embargo, el pago realizado al corredor no se entenderá realizado a la entidad aseguradora salvo que, a cambio, el corredor entregue al tomador el recibo de prima de la entidad aseguradora, como establece la Ley 26/2006 de mediación de seguros y reaseguros privados. La prima puede ser única o periódica. La primera es aquella que se paga de una sola vez. Es propia de los seguros de corta duración. La periódica es la que se paga periódicamente, normalmente cada año, durante la vigencia del seguro. Distinto es el caso de la prima fraccionada, que se debe considerar una facilidad de pago creada por la entidad aseguradora a favor del tomador. Pagada la prima, la entidad no está obligada a devolverla por cesación de riesgo, enajenación de la cosa asegurada o declaración de nulidad del seguro por mala fe del tomador, salvo acuerdo entre las partes que puede traducirse en la aplicación de la prima no consumida a otro seguro. Por otra parte, las entidades aseguradoras no pueden devolver una parte de la prima pretendiendo una cancelación anticipada (y unilateral) del contrato tras un siniestro. En algunas pólizas de automóviles se establece el denominado sistema “bonus-malus” que consiste en la aplicación de descuentos o penalizaciones sobre la prima en función de la siniestralidad del vehículo asegurado, lo que debe venir especificado en las condiciones generales o particulares del contrato. Con ello se pretende adaptar el precio del seguro a las condiciones particulares del riesgo de cada asegurado. Para su aplicación cada compañía configura unos tramos (de descuentos o recargos) en los que se asciende o desciende cada año en función del número de siniestros declarados, de su importe, de la culpabilidad, de la cobertura que afecte dentro del seguro, según se establezca. Cuando se contrata un seguro es importante verificar los años que se necesitan para alcanzar el máximo descuento, si la bonificación se aplica a todas las coberturas o no, y si el seguro a todo riesgo y el de a terceros reciben semejante tratamiento. Si por culpa del tomador la primera prima no ha sido pagada, o la prima única no lo ha sido a su vencimiento, el asegurador tiene derecho a resolver el contrato o a exigir el pago de la prima debida. Salvo pacto en contrario, si la prima no ha sido pagada antes de que se produzca el siniestro, el asegurador quedará liberado de su obligación. En caso de falta de pago de unas de las primas siguientes, la cobertura del asegurador queda suspendida un mes después del día de su vencimiento. Si el asegurador no reclama el pago dentro de los seis meses siguientes al vencimiento de la prima se entenderá que el contrato queda extinguido. En cualquier caso, el asegurador, cuando el contrato esté suspenso, sólo podrá exigir el pago de la prima del período en curso. Si el contrato no hubiere sido resuelto o extinguido conforme a las reglas anteriores, la cobertura vuelve a tener efecto a las veinticuatro horas del día en que el tomador pagó su prima. Para algunos seguros de vida la ley prevé un régimen excepcional en caso de impago de prima. Es el derecho de reducción, que puede ser de dos tipos: automática o a solicitud del tomador. A través de la reducción el seguro original se transforma en otro de semejantes características pero con un nivel de prestaciones previsto (inferior al inicialmente pactado) ajustado al importe de primas efectivamente cobradas. En la póliza, salvo en los contratos a capital variable, deberá existir una tabla de valores donde se relacione la equivalencia entre primas pagadas y prestaciones posibles a efectos de aplicar la reducción. Como condición necesaria deben haber transcurrido como máximo (en función de lo establecido en la póliza) dos años desde que se pagó la primera prima. El GASPAR - Guía para la contratación de seguros Page 2 of 2 tomador tiene derecho a la rehabilitación de la póliza, en cualquier momento antes del fallecimiento del asegurado, debiendo cumplir para ello las condiciones establecidas en la póliza. Todo esto quiere decir que, en los seguros de vida en los que exista derecho de reducción, el impago de la prima no lleva a la cancelación del contrato, sino a que el contrato siga vigente pero con una suma asegurada menor y sin necesidad de seguir pagando primas en el futuro. Si el tomador desea regresar al contrato original, debe solicitar la rehabilitación de la póliza, para lo cual tendrá que cumplir con lo previsto en el contrato al efecto. Las primas deben ser suficientes para satisfacer el conjunto de obligaciones derivadas de los contratos de seguros. Esta afirmación de la ley opera como criterio fijador del importe mínimo. Conviene recordar que las tarifas de primas no están sujetas a autorización administrativa. No obstante, todo aumento de la prima requiere el cumplimiento de una serie de formalidades. Por ser la prima un elemento esencial del contrato, su modificación exige el concurso de la voluntad de las partes que debe ser formalizado por escrito. Pueden darse dos supuestos: a) La modificación esté prevista en el contrato, en cuyo caso no es preciso una nueva aceptación por el tomador. b) La modificación no esté prevista. En este caso debe ser aceptada por el tomador. Si el aumento se plantea para el siguiente período, la entidad aseguradora debe comunicar al tomador el incremento con dos meses de antelación a la finalización del contrato. Si el tomador no acepta la propuesta, la entidad podrá negarse a prorrogar el contrato. Si no se respeta el plazo de dos meses, la subida de prima no podrá aplicarse. En todo caso, la compañía no puede rescindir el contrato para el período en curso ante un eventual rechazo del tomador del aumento para el período siguiente.