ATENCIÓN OPORTUNA La atención oportuna, conocida también como estimulación temprana; busca estimular al niño(a), de una forma oportuna como su nombre lo indica, no pretende hacerlo en forma temprana (antes de tiempo). El objetivo no es desarrollar niños precoces, sino ofrecerles una amplia gama de experiencias que sirvan como base para futuros aprendizajes. Usamos el vocablo “atención”, en el sentido de “tender hacia”, pero también pensando en atención como cuidado, como medio facilitador (Winnicott), como sostén de las funciones parentales. Por medio de la estimulación se les proporcionarán situaciones que les inviten al aprendizaje. La idea es abrir canales sensoriales para que el niño adquiera mayor información del mundo que lo rodea. Será importante conocer al niño y evaluarlo con una observación focalizada, para saber por dónde empezar a ofrecerle las experiencias, poniendo el énfasis en sus áreas de desarrollo y al mismo tiempo ir estimulando diferentes funciones como atención, memoria, lenguaje. La estimulación oportuna intenta por un lado respetar el nivel de madurez de cada sujeto, características personales, pero por el otro proporcionar experiencias enriquecedoras en las áreas a desarrollar. Es fundamental que se le brinde al niño un ambiente rico para desarrollar su potencial oculto, permitiéndoles en un futuro ser más investigadores, seguros, audaces, y capaces de ir en busca de la satisfacción de sus propias necesidades, obteniendo experiencias significativas, lo que querrá decir que tendrán un sentido real para él. Los niños llegan al mundo con una asombrosa capacidad para hacernos conocer qué es lo que ellos ven, lo que oyen, lo que tocan y qué es lo que sienten, se están preparando para conocer su ambiente. El bebé descubre las cosas examinando cómo su mundo afecta su cuerpo. Por lo cual, será de suma importancia atender al papel de las sensaciones en su aprendizaje, cuando el bebé es capaz de tomar las cosas en sus manos, comienza a explorar y a entender la relación entre causa y efecto. Ello lo observamos cuando arroja un objeto y lo vuelve a hacer repetidas veces observando y descubriendo qué es lo que sucede, adquiriendo nuevas habilidades constantemente. El pensamiento es inseparable de la acción y depende de ella ya que en la acción podemos ver procesos de adaptación del niño a su medio. A través de estos intercambios y con base en la experiencia, el niño irá construyendo su conocimiento. Dotado de habilidades innatas, es responsabilidad de quienes están en su entorno lograr que esas habilidades sigan su desarrollo al máximo. Los genes le proporcionarán el potencial pero será el medioambiente el que determinará cuanto de ese potencial se utilizará. Generándose una dialéctica entre la natura y la nurtura. Desde el nacimiento hasta los dos años y medio, el niño cursará la etapa sensoriomotriz, en la cual el niño construirá su conocimiento del mundo a través de sus sentidos: tocando, chupando. oliendo, viendo, oyendo. Debido a ello será de suma importancia ofrecerle al niño un ambiente rico en estímulos concretos. Un niño no sabrá más por el hecho de leer o caminar antes que otros, sabrá más en relación a la estimulación que se le proporcione y por lograr despertar en él el interés por el conocimiento y la investigación. El objetivo de la atención adecuada con un niño sano es brindarle la oportunidad de que tenga una estructura cerebral sana y fuerte (inteligencia: física e intelectual). Por medio de estímulos crecientes en intensidad, frecuencia y duración respetando el proceso ordenado y lógico con que se forma esta estructura, acelerándolo, lo que aumentará su inteligencia, de manera adecuada sin presiones utilizando al máximo su potencial. El objetivo de una buena estimulación será brindar una amplia variedad de conocimientos. La atención oportuna estará destinada a personas que se irán constituyendo como “seres”, como sujetos deseantes, que juegan, aprenden, crean. El objetivo de este abordaje clínico será propiciar el surgimiento de este sujeto de deseo. También se trabajará con sus papás sosteniendo sus funciones parentales, al crear espacios adónde se juega y se habla. El tiempo de la atención oportuna es el tiempo de la estructuración, de la constitución subjetiva. Se trata de una herramienta educativa que eleva el potencial psicológico, promoviendo la salud mental. A través de la atención oportuna se intentará desarrollar funciones como la atención, concentración, memoria, lenguaje, pensamiento, creatividad, intentando apreciar las diferencias perceptivas en cuanto a tamaños, formas, colores, texturas y por otra parte fortalecer de manera personalizada la autoestima. CAPACITACIÓN Y FORMACIÓN PREVENCIÓN