EFECTO DE LA PRÁCTICA DEPORTIVA EN EL RENDIMIENTO

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EFECTO DE LA PRÁCTICA DEPORTIVA REGLADA EN EL RENDIMIENTO
ACADÉMICO EN ALUMNOS DE E.S.O. DE LA PROVINCIA DE GRANADA.
Francisco J. Cuadrado Ortega
Andrés Del Jesús Cañete
Miguel Díaz Ruíz
César Gómez Encinas
RESUMEN
El objetivo de este estudio es comprobar el efecto que tiene la práctica deportiva
reglada sobre el rendimiento académico de los alumnos de ESO en la provincia de
Granada. Para ello se ha utilizado un cuestionario que ha sido realizado por escolares
granadinos con la supervisión de encuestadores entrenados. La variable dependiente fue
el rendimiento académico (nota media obtenida por el alumno en el trimestre anterior) y
la variable independiente ha sido la realización de actividad física reglada. De esta
manera, según los cuestionarios, los alumnos que realizaban actividad física reglada
obtuvieron mejores notas que aquellos que no realizaban ninguna actividad física
reglada.
El estudio parte de la hipótesis de que la práctica deportiva reglada favorece el
incremento del rendimiento académico de los alumnos que la realizan con regularidad.
Los resultados obtenidos corroboran que los alumnos que realizan actividad física
reglada después del horario escolar obtienen mejores calificaciones en las diferentes
asignaturas que cursan en el instituto.
Como conclusión, se puede afirmar que la práctica deportiva reglada es una
variable que hay que tener en cuenta ya que su realización, además de reportar
beneficios sobre la salud, favorece la mejora del rendimiento académico en el
alumnado.
PALABRAS CLAVE: Práctica deportiva reglada, rendimiento académico, ESO,
alumnos granadinos.
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INTRODUCCIÓN
Vamos a llevar a cabo este estudio con el objetivo de comprobar el efecto que
tiene la práctica deportiva en el rendimiento académico en alumnos de Enseñanza
Secundaria Obligatoria dentro de los centros de la provincia de Granada. Es decir,
constatar si la actividad física tendrá efectos positivos, negativos o neutros sobre el
rendimiento académico. Para contextualizar esta temática hemos realizado una
exhaustiva revisión bibliográfica desde la que apoyar nuestra hipótesis y que va a ser
desarrollada a continuación.
La adolescencia ha sido considerada como una etapa clave en la adquisición de
los hábitos que configuran el estilo de vida saludable. Este período, comprendido entre
la niñez y la adultez, se caracteriza por los importantes y diversos cambios que los
jóvenes deben afrontar. Esto hace del período adolescente un período crítico para la
experimentación con conductas nuevas que pueden suponer un riesgo para la salud y
crítico también para la consolidación de estos cambios en estilos de vida insanos
(Jessor, 1993). Comentar que en la adolescencia temprana (11-15 años) se empiezan a
instalar hábitos menos saludables entre los jóvenes.
Se debe reconocer la importancia que tiene este tipo de investigación, pero de
igual manera, se deben superar estas aproximaciones y recurrir a metodologías más
complejas que permitan comprender multidisciplinarmente el fenómeno. De igual
manera, es importante hallar otras formas de estimular la práctica de la actividad física,
debido a los beneficios probados que tiene en los procesos cognitivos en niños, jóvenes
adultos y ancianos, así como en la calidad de vida de personas con limitaciones
mentales y físicas.
El documento Argentina en movimiento (2000), argumenta que "el estilo de vida
sedentario no sólo atenta contra la calidad de vida de la población, provocando la
aparición de enfermedades, sino que además, tiene un alto costo económico para el país.
Un 20% del presupuesto destinado a los organismos y entidades relacionadas a la salud,
podría ser redefinido si se logrará cambiar este estado de situación, con programas y
proyectos que favorezcan el desarrollo de dichas actividades. De esta forma, los
recursos disponibles serían orientados de manera eficiente hacia planes de prevención y
mejoramiento de la salud pública y no solamente a cubrir las urgentes demandas
coyunturales, que ocasionan las enfermedades".
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En los últimos años se ha recomendado la práctica de ejercicio físico en todas las
edades. Con frecuencia este consejo no se ha acompañado de orientaciones individuales
respecto al tipo de ejercicio e intensidad deseable, lo que ha favorecido que un número
elevado de personas se inicie en la práctica deportiva desconociendo sus aptitudes
previas y sin ningún tipo de control. Este hecho ha dado lugar a graves lesiones en
algunos casos y al abandono temprano de la práctica deportiva en otros. El juego libre,
los ejercicios regulados y el deporte proporcionan una forma natural para que niños y
jóvenes alcancen una aptitud física y mental adecuada.
En la actualidad se dispone de evidencia científica que avala el impacto positivo
del ejercicio físico sobre la salud y la capacidad intelectual. Además puede también
tener otras ventajas psicológicas y sociales que afecten la salud. Por ejemplo, la
participación de los individuos en un deporte o en ejercicio físico, puede ayudar a
construir una autoestima más sólida (Sonstroem, 1984) y una auto-imagen positiva de si
mismo entre las mujeres (Maxwell y Tucker, 1992), y mejora la calidad de la vida entre
niños y adultos (Laforge et el al., 1999). Estas ventajas son probablemente, debido a una
combinación de la actividad física y los aspectos socioculturales que pueden acompañar
esta actividad. El ser físicamente activo puede también reducir las conductas autodestructivas y antisociales en la población joven (Mutrie y Parfitt, 1998).
Es importante señalar que la actividad física no es beneficiosa por sí sola, si no
es teniendo en cuenta unos criterios y unas orientaciones correctas. Sánchez Bañuelos
(1996, 2001) considera tres ámbitos fundamentales sobre los que influye la práctica de
actividad física: fisiológico, psicológico y social.
A nivel psicológico, autores como Salvador y cols. (1995), Márquez (1995),
Barriopedro, Eraña y Mallol (2001), Moya-Albiol y Salvador (2001) o Hülya (2003)
analizan los beneficios psicológicos de la actividad física tanto en la prevención de
trastornos mentales, como en tratamientos de ansiedad y estrés. Por otra parte, la
percepción de habilidad motriz y de la apariencia física que es adquirida gracias a la
práctica deportiva reglada, proporciona mayor autoestima y mayor independencia
(Casimiro, 2002). En esta línea, Mendoza Laiz (2000:5) plantea que las personas que
tienen más posibilidades de caer en una espiral de fracaso escolar y abandono prematuro
de su formación académica suelen tener una baja autoestima, falta de autonomía, falta
de responsabilidad, dificultad para manejar la ansiedad, escaso sentido crítico y
dificultad para tomar decisiones.
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A nivel social, autores como Villalba (2002:187) o Torralba (2005:41)
consideran el deporte como un excelente medio de integración social. La práctica de
actividad físico deportiva puede aportar valores sociales como respeto, cooperación,
trabajo en equipo, compañerismo, responsabilidad, entre otros; y valores personales
como creatividad disciplina, salud, sacrificio, humildad básicos en la formación integral
y académica de los alumnos (Gutiérrez, 1995; Romero Granados, 2000; Giménez, 2003;
Contreras, Velázquez y de la Torre, 2001; Blázquez, 1995). Gutiérrez y cols. (1999b)
encuentran que los estudiantes que practican alguna actividad física presentan mejores
niveles de autoestima física en todas sus dimensiones que los no practicantes. En este
sentido, el entorno social ejerce una influencia que lleva a las personas a adoptar
actitudes más o menos activas. Esta idea queda recogida en la teoría del aprendizaje
cognoscitivo social (Bandura, 1986).
Desde hace bastante tiempo, se presumía que la actividad física podría tener
relación con una mejoría de los procesos cognitivos que tienen su origen en el cerebro,
pero gracias a una serie de estudios desarrollados por la Universidad de Illinois, en los
Estados Unidos, esta suposición terminó siendo una comprobación empírica, que arrojó
como resultado que, efectivamente, a mayor actividad aeróbica, menor degeneración
neuronal. Enplenitud.com (2003).
Esta investigación dio como resultado, información que presentaba a la actividad
física como una amiga de los procesos cerebrales, no es, sin embargo, la primera que se
hace al respecto. Por ejemplo, se habían realizado varios trabajos en animales que
demostraron que el ejercicio aeróbico podía estimular algunos componentes celulares y
moleculares del cerebro (Neeper, Pinilla, Choi & Cotman, 1996).
Así mismo, ciertos estudios realizados en seres humanos, también habían
demostrado que algunos procesos y habilidades cognitivas cerebrales en las personas
mayores, eran mejores en los individuos que practicaban una actividad física que en
aquellas que no lo hacían. Por ejemplo, en 1999, los mismos científicos que realizaron
el estudio de la Universidad de Illinois, habían observado que un grupo de voluntarios, que durante 60 años habían llevado una vida muy sedentaria-, luego de una caminata
rápida y sostenida de 45 minutos, durante tres veces a la semana, habían logrado
mejorar sus habilidades mentales, las cuales suelen declinar con la edad.
Pero los beneficios cognitivos no se limitan solamente a los datos hallados en las
investigaciones realizadas con personas de edad avanzada. Existe evidencia, de que los
procesos cognitivos en niños, que practican una actividad física de manera sistemática
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son mejores que los procesos de niños que son sedentarios (Stone, 1965). Sibley &
Etnier (2002), hacen un análisis de la relación que existe entre procesos cognitivos y
actividad física. En este texto, el autor plantea ampliamente los beneficios que tiene
para el desarrollo cognitivo de los niños, el hecho de que estos practiquen una deporte
de manera regular. Concluye que los beneficios de la actividad física son bastante altos
y que por ello es necesario que se adopten políticas para estimular la actividad física
entre esta población.
Estos mismos argumentos son planteados y sustentados por otros trabajos de
investigación, como los llevados a cabo por tres científicos japoneses (BrainWork,
2002), que realizaron un estudio con jóvenes adultos sedentarios, a los cuales se les
aplicó un protocolo de evaluación cognitiva, antes de someterlos a un programa de
entrenamiento físico. El programa consistía en correr moderadamente por treinta
minutos, tres veces a la semana por tres meses, al cabo de este tiempo, se les evaluó
nuevamente. Los resultados mostraron mejor rendimiento en las pruebas que fueron
aplicadas después del programa de entrenamiento físico. Las mejoras fueron
básicamente en atención, control inhibitorio y memoria de trabajo.
No debe olvidarse entonces que el ejercicio físico ayuda a conservar en mejores
condiciones las funciones cognitivas y sensoriales del cerebro. Juan Francisco Marcos
Becerro, vicepresidente de la Federación de Medicina Deportiva, explica que la razón
de la mejora, es la mayor producción de factor CO cerebral, provocada por la llegada al
cerebro del factor de crecimiento IGF-1, que es producido por los músculos al realizar
ejercicio. Estos hallazgos, le atribuyen a la actividad física un papel neuropreventivo,
que hasta ahora, no se había tenido en cuenta en enfermedades neurodegenerativas
como Alzheimer, Parkinson, Huntington o esclerosis lateral amiotrófica.
Por lo que la práctica de actividades físico-deportivas ha sido considerada como
un aspecto importante del comportamiento humano, lo que ha dado pie a numerosas
investigaciones encaminadas a demostrar las relaciones existentes entre ésta y los
diversos ámbitos del Ser Humano (físico, psicológico y social).
El deporte, como fenómeno social de importancia creciente en los últimos años,
ha generado unas necesidades que han sido cubiertas en parte con el incremento
cuantitativo de los servicios deportivos (infraestructura, recursos humanos, oferta de
prácticas, etc.) con el fin de satisfacer una demanda deportiva que ha ido adquiriendo
5
cada vez más unas dimensiones culturales, sociales y de mercado antes desconocidas y
cada vez más complejas.
Así pues se requieren análisis que abarquen realidades globales sobre las
tendencias deportivas de la población, en general (estudios nacionales, regionales...) y
análisis de realidades concretas, como es el caso que nos ocupa de la provincia de
Granada, que contribuyan al enriquecimiento de la base de información en el campo
específico de los comportamientos y hábitos deportivos, así como de los factores
(culturales, demográficos, económicos, sociales,...) que están asociados.
El panorama mundial está enmarcado por una creciente preocupación por las
consecuencias que pueda traer consigo la poca práctica de actividad física o deporte.
Recientes estudios señalan al sedentarismo como un factor que acompaña la aparición y
gravedad de un número importante de enfermedades crónicas e incluso a peores niveles
de rendimiento académico.
Existe evidencia importante que sugiere que la práctica de una actividad física
puede mejorar las funciones cognitivas y propiciar un mejor bienestar en personas que
padecen de alguna enfermedad mental. También se han determinado los beneficios que
puede tener sobre el rendimiento académico de niños escolares y adolescentes
(Hanneford, 1995).
Se ha encontrado una relación positiva entre la práctica de la actividad física y el
rendimiento académico en varios estudios realizados por el departamento de educación
del estado de California en los EE.UU. (Dwyer et al, 2001; Dwyer et al, 1983; Linder,
1999; Linder, 2002; Shephard, 1997 y Tremblay et. al, 2000) que apoyan la idea de que
el dedicar un tiempo a actividades físicas en las escuelas, puede traer beneficios en el
rendimiento académico de los escolares, e incluso sugieren que existen beneficios, de
otro tipo, comparados con los que no practican deporte.
Es importante señalar que el rendimiento académico ha estado vinculado a un
gran número de variables de tipo institucional, psicológicas, socioeconómicas y
culturales.
Recientemente, se ha podido demostrar con claridad que la actividad
neurocognitiva de los niños y jóvenes ejercen un papel importante en el desempeño
académico, especialmente en asignaturas como matemáticas, calculo, química, biología
y lenguas extrajeras como lo señalan Rebollo, et al (2002).
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Hemos encontrado estudios más actuales como los de Moreno, Rodríguez y
Gutiérrez (2003) los cuales señalan que en los últimos años se está produciendo una
revalorización de la Educación Física así como de la práctica deportiva reglada,
contenidos capaces de establecer una formación integral de la persona a través de
manifestaciones motrices, auspiciado por el incremento importante de profesionales
vinculados con esta área de conocimiento.
Actualmente se asiste a una revalorización sociocultural del cuerpo,
constituyendo centro de interés y de preocupaciones: sociales (estéticas, relacionales, de
ocio…), técnicas (rendimiento profesional: trabajo, estudios y deporte). La Educación
Física deberá impulsar una formación integral a través del cuerpo.
Tanto Cagigal como Le Bouch apreciaron la gran potencionalidad educativa de
la E.F. A través de las experiencias motrices se podría llegar a un mayor desarrollo de
las capacidades humanas (extrapolación de los efectos de la ejercitación motriz al
desarrollo intelectual de la persona). Diversas acciones motrices constituyen lo que
entendemos por actividad física. En el caso de la E.F. las acciones motrices son medios
para conseguir los aprendizajes y de esta manera alcanzar los fines educativos.
Los jóvenes que practican actividad adicional a la contemplada en los programas
de formación en las escuelas tienden a mostrar mejores cualidades como un mejor
funcionamiento del cerebro; en términos cognitivos, niveles más altos de concentración
de energía, cambios en el cuerpo que mejoran la autoestima, y un mejor
comportamiento que incide sobre los procesos de enseñanza-aprendizaje (Cocke, 2002;
Dwyer et. al, 1983; Shephard, 1997; Tremblay, Inman y Willms, 2000).
Las cualidades del cerebro que se mejoraron se asociaron a la actividad física
regular y consisten en el alto flujo de sangre que recibe el órgano, los cambios en los
niveles hormonales, la asimilación de los nutrientes, y la mayor activación del mismo
(Shephard, 1997). Cocke (2002) indica que “el ejercicio regular puede mejorar el
funcionamiento cognoscitivo y aumentar, en el cerebro, los niveles de las sustancias
responsables del mantenimiento de la salud de las neuronas”.
Diferente a las pruebas de medidas, Linder (1999) utilizó un cuestionario para
recopilar datos sobre la actividad física y el funcionamiento académico de 4.690
estudiantes, entre 9 y 18 años de edad, en Hong Kong. Ambas pruebas fueron
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administradas por los investigadores en clase a los estudiantes. Cada uno de ellos
terminó personalmente su cuestionario, clasificando su propia actividad física y
rendimiento académico. Después del análisis de los datos, los resultados demostraron
una correlación positiva, pero baja (más para las mujeres que para los hombres), en la
cual los estudiantes que perciben que hacen más actividad física reportan un mayor
rendimiento académico.
En dos estudios realizados a largo y medio plazo (reportados por Shephard,
1984), se compararon estudiantes de Bailey de una escuela que ofrecía educación física
por un intervalo de 1 a 2 horas al día, con otra que no ofrecía ningún programa parecido
y por el contrario se concentraba en temas académicos. Después de 9 años, los
integrantes de la escuela que realizaban educación física dieron muestras de mejor
salud, actitud, disciplina, entusiasmo y funcionamiento académico que los integrantes
de la otra escuela. El segundo estudio trabajó con una escuela primaria en Aiken, SC.
Las estadísticas mostraban a esta escuela en 25% por debajo del rendimiento académico
de las restantes escuelas del distrito. La escuela decidió introducir un plan de estudios
fuertes en artes (danza diaria, música, drama y artes visuales) y las estadísticas pasaron
del 25% por debajo al 5% por encima en 6 años.
Un trabajo realizado por el doctor Kubota de la Universidad de Handa (Japón)
ha sido presentado en San Diego (EEUU), con ocasión del congreso anual de la
Sociedad Americana de Neurociencias (2002). En esta investigación se tomaron siete
jóvenes sanos, que participaron en un programa de entrenamiento que consistió en
correr durante 30 minutos, tres veces por semana durante tres meses. Además, cada uno
completó una serie de 'tests' diseñados por ordenador, cuyo objetivo era comparar la
capacidad para memorizar objetos y establecer la capacidad intelectual antes y después
del plan de entrenamiento. Una vez transcurrido el período de seguimiento, las
puntuaciones fueron contrastadas, mostrando que después del programa de actividad
física los resultados en las pruebas aumentaron de forma significativa en todos los
participantes. Además, se reportaron cambios en otra variables neurocognitivas como es
velocidad de procesamiento de información.
Los resultados de las pruebas de capacidad intelectual, mostraron una clara
mejoría en las funciones cognitivas de los lóbulos frontales del cerebro. Además, los
autores observaron que las puntuaciones comenzaban a bajar sí los participantes
abandonaban el entrenamiento. También descubrieron, que el consumo de oxígeno
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aumentaba paralelamente a las puntuaciones de los 'tests', confirmando así, que el
mantenimiento de un flujo constante de sangre y oxígeno, preserva la funciones
cognitivas. El doctor Kubota, director de la investigación, señala que el hecho de que las
mejoras se perdieran al interrumpir la actividad física, indica que lo que se requiere
realmente para este desarrollo intelectual, es la continuidad en el ejercicio físico.
Como conclusión, se puede afirmar que los alumnos que practican con
frecuencia práctica deportiva reglada mejoran su rendimiento académico, por tanto,
habría un crecimiento del rendimiento académico general si se incrementara el
porcentaje de adolescentes que realizaran práctica deportiva reglada de manera asidua
semanalmente.
MÉTODO
Población y muestra.
En esta investigación participaron 2.400 sujetos sobre una población total de
788.474 personas pertenecientes a la provincia de Granada. Ello supone un margen de
error del 2% y un nivel de confianza del 95,5%.
El procedimiento de muestreo llevado a cabo constó de un muestreo por
conglomerados polietápicos. La selección de las unidades de la primera etapa se realizó
mediante estratificación aleatoria desproporcional. La selección de las unidades de la
segunda etapa fue aleatoria simple. La tercera y cuarta etapa consistieron en una
afijación proporcional, y la quinta y última etapa por rutas y tablas aleatorias.
Estratificación: La muestra ha sido subdividida en seis estratos homogéneos, cada uno
de los cuales reúne municipios de características similares y distintas a las de los otros
grupos. Esta estratificación ha permitido la obtención de seis submuestras (tabla 1).
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1º ESTRATO
Más de 50.000 habitantes
2 º ESTRATO
De 20.001 a 50.000
3 º ESTRATO
De 10.001 a 20.000
4 º ESTRATO
De 5.001 a 10.000
5 º ESTRATO
De 2.001 a 5.000
6 º ESTRATO
Menos de 2.000 habitantes
Tabla 1: Estratos de población para la muestra
Selección de las unidades de muestreo: Para cada estrato, se determinó el tamaño de la
submuestra asumiendo un error de 5% y un nivel de confianza del 95,5%; de tal manera
que el número de encuestados ha sido 400 por estrato. En la primera etapa se procedió a
seleccionar los municipios, del total de los de la provincia de Granada, para que exista
una adecuada dispersión geográfica de la muestra. La selección de estos municipios se
ha realizado mediante el empleo de una tabla de números aleatorios y operando sobre
los datos de frecuencias acumuladas por estrato. En la segunda etapa, sabiendo ya los
municipios seleccionados de cada estrato, se procedió a una afijación proporcional del
número de escolares a encuestar según el tamaño del municipio, de manera que al
municipio que contara con menos escolares, se le aplicaría un menor número de
encuestas (distribución proporcional de las 400 entrevistas de cada estrato a los
correspondientes municipios seleccionados). Una vez determinado el número de
entrevistas a realizar en cada municipio, pasamos a una tercera etapa, que consistió en
obtener datos sobre el número de escolares en cada una de las secciones censales del
municipio, con el fin de dispersar geográficamente las entrevistas (afijación
proporcionalmente el número de entrevistas a realizar en cada sección). Y en una cuarta
etapa, se efectuó una segunda estratificación que distinguía por sexo y edades, es decir,
se tomó datos en cada una de las secciones censales del número de censados en los
siguientes estratos:
1º ESTRATO
Niños entre 12-14 años
2 º ESTRATO
Niñas entre 12-14 años
3º ESTRATO
Niños entre 14-16 años
4 º ESTRATO
Niñas entre 14-16 años
Tabla 2: Estratos de sexo y edad para la muestra.
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En la quinta etapa, se llegó a la elección de la última unidad muestral por medio del
establecimiento de rutas aleatorias dentro de cada sección. Teniendo en cuenta que la
duración de la entrevista era de 40 ó 50 minutos, calculamos que un encuestador podría
realizar de 8 a 10 entrevistas por día; esto determinó la elaboración de rutas diarias por
encuestador de no más de 10 entrevistas. Sobre planos de distintas secciones censales de
cada municipio, se eligió previamente las características (sexo y edad) de las personas
que se debía encuestar a lo largo de su ruta. Las entrevistas sólo se realizaron en
viviendas particulares.
Instrumento.
El cuestionario utilizado en el presente estudio fue una adaptación en función de
la edad de una encuesta utilizada comúnmente por la Universidad de de Hong Kong
(Lindner, 1999) y de la empleada en otro estudio de relevancia (García et al., 1996) para
medir la participación de la población en el deporte.
El cuestionario está compuesto por un total de 81 preguntas de dos tipos
diferentes: preguntas cerradas y preguntas abiertas. Para la realización del trabajo de
campo, llevado a cabo por 24 encuestadores entrenados, se realizó una aplicación de
sistema de rutas aleatorias por secciones censales. El sistema de realización de rutas
permitió seleccionar aleatoriamente la muestra dentro de cada sección censal. Se ha
utilizado diversas planillas para la coordinación, control y seguimiento del trabajo de
campo: a) Planilla de control de itinerarios diarios, b) Planilla de control para cada ruta,
que ha sido el punto de partida para la supervisión y control del trabajo de campo. Este
ha consistido en una supervisión del 25% del trabajo de campo realizado: un 10% de
control siguiendo los itinerarios realizados y un 15% de control telefónico y c) Planilla
de control de rutas de cada entrevistador.
El cuestionario está dividido en tres secciones: la primera parte está relacionado
con preguntas sobre la participación o no en deportes fuera del entorno escolar
(frecuencia, motivos, tipo y duración de la actividad física), la segunda se refiere al
deporte o tipo de actividad física que gustaría realizar y la tercera está relacionada con
información personal del alumno (sexo, edad, dónde vive y tipo de colegio). Además se
les preguntaron dos cuestiones más: cómo califican su rendimiento académico
(insuficiente, en la media, por encima de la media o bueno) y sus habilidades deportivas
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(por debajo de la media, en la media o por encima de la media). En esta última pregunta,
los sujetos que desconocían su propia capacidad física se han eliminado.
Procedimiento.
Técnicas de análisis de datos.
El objetivo del estudio es relacionar la práctica de actividad física reglada en el
rendimiento académico. Para ello las técnicas estadísticas que nos han permitido ofrecer
una aproximación a esta realidad son de tipo descriptivo, es decir, tablas de distribución
de frecuencias donde se proporciona el porcentaje de alumnos que realizan actividad
física reglada, así como, su nota media obtenida en el trimestre anterior.
Técnicas de procesamiento informático.
Ha sido fundamental diseñar un sistema de procesamiento que además de
cumplir los requisitos de facilidad de uso, sea consistente y fiable en sus resultados. Con
este objetivo, se han utilizado programas informáticos específicos en las diferentes
fases, esto es, uno orientado a la introducción de datos y mantenimiento de la base, y el
segundo al procedimiento estadístico propiamente dicho. El análisis informatizado ha
consistido en un proceso que podemos dividir en tres fases fundamentales:
- Introducción de los datos.
- Exportación al programa estadístico.
- Análisis en el paquete estadístico.
La introducción de la información ha requerido previamente definir una base de
datos con el encabezado haciendo referencia a la codificación de la pregunta. Además
ha sido necesario tener en cuenta el intervalo de respuesta. Basándonos en dicho
criterio, el sistema utiliza un color distinto en el dato que no se ha introducido
correctamente según las posibles respuestas de cada ítem. Se ha pensado, basándonos en
anteriores experiencias, que el sistema que más se ajusta a nuestras necesidades de los
que tenemos en el mercado es el de una Hoja de Cálculo. Se diseñó la entrada de datos
con el objetivo de facilitar lo máximo posible el proceso, eliminando la pulsación de
teclas no necesarias. El programa que se ha utilizado para este fin ha sido una conocida
hoja de cálculo bajo Windows denominada EXCEL (versión 5.0). La exportación al
programa estadístico ha consistido en utilizar un formato común a ambos programas,
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con el objetivo de poder trasladar la información íntegramente de uno a otro. Junto a
este proceso se han definido los llamados "VAR LABELS" o etiquetas de programas,
donde se establecen cada una de las leyendas de la pregunta. Por otra parte se han
definido los "VALUE LABELS" asignando a cada codificación de respuesta la leyenda
correspondiente. Una vez exportados e identificados los datos se han procesado en el
paquete estadístico SPSS para D.O.S. (versión 6.0). El primer procedimiento que se
aplicó es la distribución de frecuencias, donde se sebe obtener en cada ítem los
porcentajes de respuesta. A partir de este punto, se ha establecido el análisis Estadístico
Descriptivo, Ji-Cuadrado, Correlaciones, Cruces etc. que nos dan los índices
matemáticos adecuados para obtener la base objetiva de las conclusiones del estudio.
RESULTADOS
A continuación exponemos los resultados más significativos una vez efectuada
la estadística descriptiva. Destacamos en primer lugar un alto grado de significación la
necesidad del deporte para todos con un valor del 98,3%, estableciendo de forma
rotunda una nueva forma y perspectiva muy significativa en la práctica deportiva
granadina (Figura 1).
Figura 1. ¿Necesidad del deporte para todos?
En lo que se refiere al rendimiento académico, una gran mayoría de los
encuestados se encuadraron dentro de la media (69% varones y el 73% mujeres), un
16,3% se calificó por encima de la media, un 9,9% por debajo de la media y solamente
un 2,9% de los varones encuestados y el 2,4% de las mujeres encuestadas se calificaron
con un nivel insuficiente.
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Encontramos diferencias significativas en cuanto a la frecuencia de participación
entre los grupos encuestados con buenos rendimientos académicos (p<0.001), que
tienen una frecuencia de participación mayor que los de rendimiento medio, por debajo
del medio o del rendimiento académico insuficiente.
Cuando dividimos estos análisis por sexos, observamos que en los varones no
hay diferencias sustanciales entre los diferentes grupos de rendimiento académico
(p=0.5), y sin embargo, en las mujeres se observa una diferencia mayor, (p<0.001). Por
tanto, las mujeres con un alto rendimiento académico tienen una mayor frecuencia de
participación en actividades deportivas que las que tienen un nivel académico medio,
por debajo de la media o insuficiente.
Como resumen podemos decir que los estudiantes que se encuadraron en niveles
altos de rendimiento académico, en particular las mujeres, tienen una clara tendencia a
participar en actividades físicas con mayor frecuencia que los estudiantes con nivel
académico más bajo.
Las actividades más practicadas por los alumnos, como podemos observar, están
reflejadas en la siguiente tabla. (Figura 2).
Figura 2. ¿Qué deportes practicas?
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Podemos observar también que la combinación del tiempo por sesión, meses del
año e índice de participación sigue la misma línea que la de la frecuencia de
participación en el deporte, es decir, cuanto mayor sea el rendimiento escolar percibido,
mayor será el índice de participación.
Si lo analizamos en función de los estudiantes por grupos de edad vemos como
hay una misma tendencia en todos los grupos.
Tanto en el grupo de 12 a 14 años como en el de 14 a 16 años, los alumnos con mejor
rendimiento académico tenían una frecuencia mayor de participación en actividades
físicas que el resto.
Por otro lado, los alumnos había que analizar los motivos por los que los
alumnos no practicaban actividad física. Los siguientes resultados nos muestran las
causas más comunes por las que los estudiantes no practicaban deporte:
Falta de tiempo (29,4%), otros motivos (15,6%), no gusta hacer deporte (15,6%).
(Figura 3)
OTROS
Figura 3. ¿Por qué no practicas deporte?
15
CONCLUSIONES
1.- Se ha encontrado una relación positiva entre la práctica de la actividad física y el
rendimiento académico que apoyan la idea de que el dedicar un tiempo sustancial a
actividades físicas en la escuela, puede traer beneficios en el rendimiento académico en
niños.
2.- Los jóvenes que practican actividad adicional a la contemplada en los programas de
formación en las escuelas tienden a mostrar mejores cualidades como un mejor
funcionamiento del cerebro; en términos cognitivos, niveles más altos de concentración
de energía, cambios en el cuerpo que mejoran la autoestima, y un mejor
comportamiento que incide sobre los procesos de aprendizaje.
3.- Hay evidencia en este estudio que nos indica que el ejercicio físico tiene una fuerte
influencia en factores que no se habían considerado anteriormente. Véase estados
emocionales como ansiedad y depresión, disminución del estrés, mejoras de las
capacidades intelectuales y cognitivas, apoyados en cambios funcionales a partir de la
práctica de actividad física y deporte. Esto implica que la actividad deportiva puede
considerarse un elemento central y fundamental en los programas de promoción de la
salud para poblaciones infanto-juveniles con y sin patologías específicas -como las
dificultades de aprendizaje, los síntomas de hiperactividad, algunos casos de deficiencia
mental y conducta disocial.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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16
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