17-CAS-2008 SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE

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17-CAS-2008
SALA DE LO PENAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, San Salvador, a las ocho
horas con cuarenta y cinco minutos del día diecisiete de junio de dos mil diez.
Esta Sala conoce del recurso de casación interpuesto por el licenciado Wilbert Edubert
Martínez Meléndez, agente auxiliar del Fiscal General de- la República, en oposición a la
sentencia definitiva mixta dictada por el Tribunal de Sentencia de Chalatenango, a las nueve
horas con cuarenta minutos del día cinco de diciembre de dos mil siete, en el proceso penal
instruido en contra de EFRAÍN SANTOS MARTÍNEZ, a quien se le atribuye la comisión de
los ilícitos calificados como 1. TRÁFICO DE OBJETOS PROHIBIDOS EN CENTROS
PENITENCIARIOS, tipificado en el artículo 338-B del Código Penal, y 2. POSESIÓN Y
TENENCIA, el cual originalmente fuera calificado como Tráfico Ilícito, contemplado en el
artículo 34 inciso segundo de la Ley Reguladora de las Actividades Relativas a las Drogas, en
perjuicio de la Salud Pública.
Con carácter previo a decidir sobre el fondo de los motivos de casación invocados por las
partes recurrentes dentro de sus correspondientes libelos, se procede al examen de admisión de
los mismos.
En el caso que nos ocupa, inicialmente señalaremos que el memorial recursivo, denuncia la
existencia de los siguientes defectos que invalida el pronunciamiento judicial y éstos son: 1.
Inobservancia de las reglas para la redacción y lectura de la sentencia; 2. Falta de determinación
del hecho que el Tribunal estimó acreditado en cuanto al delito de "Tráfico de Objetos Prohibidos
en Centros Penitenciarios"; 3. Fundamentación insuficiente de la sentencia por inobservancia de
las reglas de la sana crítica respecto a elementos probatorios de valor decisivo en el delito de
"Tráfico Ilícito"; 4. Fundamentación fáctica insuficiente, en tanto que el hecho acreditado por el
Tribunal de sentencia es incompleto respecto del delito de "Tráfico de Objetos Prohibidos en
Centros Penitenciarios"; 5. Inobservancia del artículo 338-B del Código Penal; 6. Errónea
aplicación del artículo 34 inciso 2° de la Ley Reguladora de las Actividades Relativas a las
Drogas, puesto que la correcta calificación jurídica corresponde a Tráfico Ilícito.
En el primer motivo, que corresponde a la "Inobservancia de las reglas para la redacción y
lectura de la sentencia", el impugnante hace descansar su reclamo sobre la base de este mínimo
argumento: "La lectura de ésta se efectuó cuarenta días después de haber sido notificada la parte
resolutiva, y no en los cinco días que ordena la ley."
Iniciaremos recordando que la fundamentación, mecanismo idóneo para demostrar el
agravio sufrido, no se conforma con alegar o enunciar de manera indiscriminada cualquier
reclamo, sino que con el propósito de constatar la existencia de un interés procesal concreto, la
ley exige el cumplimiento de la adecuada identificación, separación y fundamento de cada
motivo. Es esta muestra concreta de alegatos, la que permite a la Sala conocer la inconformidad
de quien gestiona respecto al fallo de instancia y de esta manera, delimitar la competencia del
Tribunal para pronunciarse en relación con lo planteado. Igualmente, es indispensable que exista
un agravio para la viabilidad del recurso, y en definitiva, para la corrección del vicio.
En ese orden de ideas, debe señalarse que entre las reglas generales que disciplinan los
medios impugnativos, figura concretamente el Principio de Trascendencia, el cual supone que
para la interposición de un recurso es necesario que la resolución judicial provoque de manera
real y cierta un agravio. Así pues, a pesar que se ha denunciado la supuesta existencia del vicio
contenido en el artículo 362 Num. 7° del Código Procesal Penal, se ha excluido cualquier
consideración que devele un equívoco en la deliberación, es decir en la actividad intelectual del
Tribunal, en la cual se discute y resuelve sobre cada una de las cuestiones planteadas en el juicio:
grado de participación, tipicidad, antijuridicidad, culpabilidad, responsabilidad civil derivada del
daño, etc.. Tampoco se ha puesto de manifiesto el yerro trascendente en la redacción de lo
resuelto, es decir, señalando de manera clara el desatino o incumplimiento de los fundamentos de
esa decisión; sino que se concentra en atacar la tardía emisión de la sentencia, pues claramente se
expone que "en el caso concreto la lectura de la sentencia se llevó cuarenta días después de
concluida la deliberación". Es decir que, no obstante haberse identificado un motivo concreto de
casación, la fundamentación que sustenta la denuncia es ajena y no correspondiente con el vicio;
y más grave aún, no puede advertirse la concurrencia de un gravamen irreparable, puesto que el
reclamo insiste en señalar que la decisión judicial no ha sido emitida dentro de los cinco días que
ordena el artículo 358 del Código Procesal Penal. El retraso reclamado por el recurrente a criterio
de esta Sala, no es de tal magnitud que afecte el presupuesto atinente a lograr una administración
de justicia rápida, claro, dentro del plazo razonable, pues debe tomarse especialmente en cuenta
la saturación laboral a la que se enfrentan los operadores del Derecho, así como las
particularidades que revisten cada caso concreto. No excede de lo meramente formal el agravio
del impugnante por el que denuncia la violación del referido artículo.
Por el contrario, anular el pronunciamiento por una mora que no es extrema o excesiva y
que tampoco ha prolongado indefinidamente el proceso, tal como pretende el impugnante, sí que
tergiversaría las garantías referentes a la administración de Justicia y las vías para obtener un
pronunciamiento dentro de un plazo razonablemente rápido, ya que el imputado ciertamente ha
obtenido una respuesta efectiva en cuanto a su situación jurídica.
Así pues, este motivo alegado por el licenciado Wilbert Edubert Martínez Meléndez,
debe ser INADMITIDO.
Las restantes causales de casación que han sido identificadas como: 1. "Falta de
determinación del hecho que el Tribunal estimó acreditado respecto al delito de Tráfico de
Objetos Prohibidos en Centros Penitenciarios"; 2. "Fundamentación insuficiente por
inobservancia de las reglas de la sana crítica en la valoración de medios o elementos
probatorios de valor decisivo respecto al delito de Tráfico de Objetos Prohibidos en Centros
Penitenciarios"; 3. "Fundamentación fáctica insuficiente, por haberse determinado de manera
incompleta el hecho que el tribunal de sentencia estimó acreditado respecto al delito de tráfico
ilícito acusado por la fiscalía"; 4. "Inobservancia del artículo 338-B del Código penal, al
considerar atípico el comportamiento del imputado"; y, 5. "Errónea aplicación del artículo 34
inciso 2° de la Ley Reguladora de las Actividades Relativas a las Drogas, al calificar el
comportamiento del imputado como Posesión y Tenencia, cuando lo procedente era subsumirlo a
la figura de Tráfico Ilícito", se advierte que han sido cumplidos certeramente por parte del
impugnante, los requerimientos de los artículos 406, 407 y 423, todos del Código Procesal
Penal, cuales son, el señalamiento de una norma considerada como inaplicada o erróneamente
observada; seguidamente, la justificación que le sustente -pues a partir de ésta, Casación
conocerá el supuesto déficit de la sentencia-; y, finalmente la solución pretendida para el vicio
alegado. Consecuentemente y al amparo de los artículos 406, 407, 421, 422 y 423, todos del
Código Procesal Penal, ADMÍTENSE.
I. RESULTANDO.
Que mediante sentencia definitiva mixta, el Tribunal de Sentencia de Chalatenango,
resolvió: "POR TANTO: Conforme a las razones expuestas, disposiciones legales citadas y
artículos 11, 12, 4, 27, 75, 172 y 181 de la Constitución de la República; Art. 8 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos; Arts. 1, 4, 45, 46, 63 en relación con el Art. 34 Inc. 2° de
la Ley Reguladora de las Actividades Relativas a las Drogas; Arts. 1, 2, 10, 15, 130, 162, 361,
447 y 448 del Código Procesal Penal; Art. 43 de la Ley Penitenciaria y 7 del Código Electoral;
EN NOMBRE DE LA REPÚBLICA DE EL SALVADOR FALLA:
A.
Declárase a EFRAÍN SANTOS MARTÍNEZ, de generales ya expresadas en el preámbulo
de esta sentencia, responsable penalmente como AUTOR DIRECTO del delito de POSESIÓN Y
TENENCIA; previsto en el artículo 34 inciso 2° de la Ley Reguladora de las Actividades
Relativas a las Drogas, en contra de la SALUD PÚBLICA, y en consecuencia se le CONDENA a
la PENA PRINCIPAL de TRES AÑOS DE PRISIÓN;
B. DECLÁRASE ABSUELTO DE TODA RESPONSABILIDAD PENAL al procesado
EFRAÍN SANTOS MARTÍNEZ, por el delito de TRÁFICO DE OBJETOS PROHIBIDOS EN
CENTROS PENITENCIARIOS, previsto en el artículo 338-B del Código Penal.
C. ABSUÉLVESELE de toda RESPONSABILIDAD CIVIL al procesado EFRAÍN SANTOS
MARTÍNEZ, por los delitos de POSESIÓN Y 1ENENCIA en perjuicio de la SALUD PÚBLICA y
TRÁFICO DE OBJETOS PROHIBIDOS EN CENTROS PENITENCIARIOS, en perjuicio de la
ADMINISTRACIÓN PÚBLICA.
D. De conformidad a que el procesado ha sido condenado a TRES AÑOS de prisión, es
necesario hacer las valoraciones siguientes: Tal como lo dispone el inciso 3° del artículo 27 de
la Constitución de la República, la pena tiene una función en el marco constitucional, de
carácter principalmente utilitario, pues se busca la resocialización del delincuente, viéndolo
como un intento de ampliar las posibilidades de participación en la vida social, como oferta de
alternativas al comportamiento criminal, que es lo que interesa al caso en concreto, en virtud de
ello se considera pertinente reemplazar la pena de prisión a que ha sido condenado el imputado
EFRAÍN SANTOS MARTÍNEZ, de conformidad al Art. 74 inciso 2° del Código Penal, por
CIENTO CUARENTA Y CUATRO JORNADAS DE TRABAJO DE UTILIDAD PÚBLICA, con el
fin primordial de darle vida a la función que persigue la pena de prisión, pero no en un centro
preventivo sino en libertad, en aras de fomentar en el procesado hábitos de trabajo, que le
oferten una alternativa a su comportamiento delictivo, ello aunado a lo que dispone el Art. 71 de
la Ley Reguladora de las Actividades Relativas a las Drogas, ya que para esta clase de delitos el
beneficio de la Suspensión Condicional de la pena se encuentra excluido;
E. En cuanto al secuestro consistente en: droga decomisada al imputado, que según
cantidad devuelta es de 19.719 gramos de marihuana y un tubo de pasta para dientes de 112
gramos, con su respectiva caja, procédase a su destrucción, y en relación a: un cargador
original sin caparazón solamente tabla electrónica, maletín color negro, marca GO, en el cual
el imputado portaba objetos personales, y un teléfono celular marca Samsung, modelo SGH,
color gris con chip Claro, devuélvase al señor Efraín Santos Martínez.
Si las partes no recurrieren de esta resolución se considerará firme el fallo, por lo que
oportunamente háganse las comunicaciones de ley y archívese el expediente.
Notifiquese." (Sic)
II. MOTIVOS DE CASACIÓN.
Inconforme con la resolución pronunciada, el licenciado Wilbert Edubert Martínez
Meléndez, interpuso recurso de casación; alegando la existencia de los siguientes motivos de
casación:
PRIMER MOTIVO: "FALTA DE DETERMINACIÓN DEL HECHO QUE EL
TRIBUNAL ESTIMÓ ACREDITADO RESPECTO AL DELITO DE TRÁFICO DE
OBJETOS PROHIBIDOS EN CENTROS PENITENCIARIOS." Fundamenta esta causal
según los siguientes argumentos: "La representación fiscal considera que se han inobservado los
artículos 357 y 362 Num. 2° del Código Procesal Penal. El Tribunal de Sentencia omitió
determinar de manera clara, expresa, precisa y circunstanciada el hecho que estimó acreditado
respecto al delito de TRÁFICO DE OBJETOS PROHIBIDOS EN CENTROS PENITENCIARIOS,
ya que al analizarse la sentencia objeto de la presente impugnación, de la simple lectura de la
misma se advierte que en ninguna parte de ésta se encuentra la determinación del hecho que el
Tribunal estimó acreditado.
La falta de determinación del hecho que el Tribunal estimó acreditado respecto al delito
de TRÁFICO DE OBJETOS PROHIBIDOS EN CENTROS PENITENCIARIOS por el cual acusó
la Fiscalía, no permite a ésta ejercer un control sobre la legitimidad de la sentencia al no tenerse
la certeza sí se acreditó o no el hecho acusado y cuál fue el hecho por el que se absolvió al
imputado, lo cual causa un grave perjuicio al interés de la representación fiscal, dado que no es
posible controvertir la afirmación del Tribunal de que el comportamiento del imputado es
ATÍPICO, es más ni siguiera se puede discutir si es típico como fue sostenido por la Fiscalía a lo
largo del proceso o es atípico como lo ha sostenido el Tribunal, y si la fundamentación fáctica es
incompleta o no existe, la fundamentación jurídica deviene en incompleta o no existe, situación
que deja carente de licitud la sentencia impugnada y se coarta con ello las facultades que
constitucionalmente han sido conferidas a la Representación Fiscal." (Sic).
SEGUNDO MOTIVO: "FUNDAMENTACIÓN INSUFICIENTE POR INOBSERVANCIA
DE LAS REGLAS DE LA SANA CRÍTICA EN LA VALORACIÓN DE MEDIOS O
ELEMENTOS PROBATORIOS DE VALOR DECISIVO RESPECTO AL DELITO DE
TRÁFICO DE OBJETOS PROHIBIDOS EN CENTROS PENITENCIARIOS." De acuerdo
al impugnante, este equívoco toma lugar en las siguientes circunstancias: "El Tribunal de
Chalatenango, al realizar la fundamentación probatoria intelectiva en la sentencia impugnada,
ha violentado las reglas de la sana crítica y concretamente las leyes de la lógica, la experiencia
y el principio de razón suficiente al valorar medios o elementos de prueba de valor decisivo
como son las declaraciones de los testigos MODESTO PÉREZ RAMÍREZ y SEBASTIÁN OMAR
MENJÍVAR MEJÍA y el informe rendido por el Señor Director del Centro de Cumplimiento de
Penas de Chalatenango, Nelson Miguel Ángel Hernández.
Las afirmaciones realizadas por el Tribunal de Juicio ("Que el procesado llevaba el
teléfono que le fue secuestrado, que en el mismo instante que entra a su lugar de trabajo procede
a mostrar sus objetos personales..."), violentan el Principio de Razón Suficiente, dado que las
mismas no tienen elemento de prueba alguno que las respalden y por el contrario, al valorarse la
prueba vertida en el juicio se advierte que fue acreditado que ante la expresión del custodio
Modesto Pérez Ramírez, que registraría su mochila, el imputado le hizo entrega de la misma
contrario a lo sostenido por el Tribunal y asimismo se advierte por la forma en que el imputado
llevaba oculto el teléfono celular, que el no entregarlo no se trató de un olvido como lo sostiene
el Tribunal, sino por el contrario, se trató de un comportamiento intencional encaminado a
introducir al Centro de Cumplimiento de Penas de Chalatenango el teléfono celular y accesorios
decomisados.
Resulta ilógico pensar que una persona que desempeña un cargo en un Centro Penal en el
cual tiene prohibido portar teléfono celular y que además una de sus funciones es precisamente
evitar el ingreso de dichos aparatos a los Centros Penales, lo va a llevar oculto en la forma en
que le fue encontrado un teléfono celular al imputado sin intención delictiva, y mucho más
ilógico resulta si valoramos que precisamente lo llevaba oculto juntamente con la droga. Por
otra parte, resulta ilógico pensar que si se tratase de un teléfono celular de su propiedad y para
su uso personal, no lo llevase en un lugar accesible como lo hace la generalidad de las personas
que los utilizan llevándolos en los bolsillos de su pantalón o inclusive visible sujetado al
cinturón. Dicha aseveración también quebranta las normas de la experiencia la que nos
demuestra que la persona que pretende introducir objetos prohíbídos como teléfonos celulares o
droga a los Centros Penales, lo hacen ocultando dichos objetos o sustancias entre objetos de
lícita tenencia que llevan como lo hizo el imputado e inclusive algunos lo hacen ocultándolos en
el interior de su cuerpo, y de no analizarse de esa forma sino como lo ha hecho el tribunal de
mérito, se está contradiciendo las normas de la experiencia.
Además de todo lo anterior, también resulta insuficiente la fundamentación del Tribunal
ya que no expresó qué valor probatorio le daba o el por qué no le daba valor probatorio a la
declaración del testigo SEBASTIÁN OMAR MENJÍVAR MEJÍA y al informe rendido por el Señor
Director del Centro de Cumplimiento de Penas de Chalatenango, Nelson Miguel Ángel
Hernández, con cuyos elementos de prueba se acredita la prohibición del imputado y la no
autorización al mismo para ingresar teléfonos celulares al referido Centro." (Sic) TERCER
MOTIVO: "FUNDAMENTACIÓN INSUFICIENTE POR HABERSE DETERMINADO
DE MANERA INCOMPLETA EL HECHO QUE EL TRIBUNAL DE SENTENCIA
ESTIMÓ ACREDITADO RESPECTO AL DELITO DE TRÁFICO ILÍCITO ACUSADO
POR LA FISCALÍA." Argumenta este defecto a partir del siguiente razonamiento: "El Tribunal
de Sentencia de Chalatenango al determinar el hecho que estimo acreditado respecto al delito de
TRÁFICO ILÍCITO acusado, lo hizo de manera incompleta, dodo que en el aportado
denominado HECHO ACREDITADO que antecede a la parte dispositiva de la sentencia no se
pronunció respecto de este delito.
Como puede apreciarse, la fundamentación fáctica de la sentencia respeto de este delito
realmente fue incompleta ya que de las pruebas vertidas se desprenden circunstancias que
permiten calificar el comportamiento del imputado de una manera distinta y que fueron omitidas
por el Tribunal de juicio, cuya omisión incidió de manera decisiva en la calificación jurídica de
los hechos realizada por el Tribunal, circunstancias éstas que afectan y ponen en desventaja el
interés procesal de la Fiscalía dado que se está sancionando un hecho bajo una calificación
jurídica que no es acorde con el comportamiento acreditado." (Sic). CUARTO MOTIVO:
"INOBSERVANCIA DEL ARTÍCULO 338-B DEL CÓDIGO PENAL, QUE TIPIFICA EL
DELITO
DE
TRÁFICO
DE
OBJETOS
PROHIBIDOS
EN
CENTROS
PENITENCIARIOS, AL CONSIDERAR ATÍPICO EL COMPORTAMIENTO DEL
IMPUTADO QUE CONSISTIÓ EN INTRODUCIR UN TELÉFONO CELULAR CON SU
RESPECTIVO CHIP Y UN CARGADOR AL CENTRO DE CUMPLIMIENTO DE
PENAS DE CHALATENANGO." Al efecto, desarrolla la siguiente fundamentación: "Se ha
inobservado el referido artículo, al sostener que la conducta del imputado es atípica y como
consecuencia no le da aplicación a dicha norma penal, no obstante que de la prueba veertida en
el juicio se acreditó la conducta del imputado y que la misma se enmarca dentro del tipo penal
TRÁFICO DE OBJETOS PROHIBIDOS EN CENTROS PENITENCIARIOS.
De la prueba vertida en el juicio se constituye la teoría fáctico del comportamiento del
imputado en los términos siguientes: "El día catorce de junio del año dos mil siete, a eso de las
ocho horas y cuarenta y cinco minutos, el imputado EFRAÍN SANTOS MARTÍNEZ ingresó al
Centro de cumplimiento de Penas de Chalatenango, donde fungía como custodio y regresaba
para iniciar sus labores, llevando consigo una mochila y dentro de ésta llevaba oculto entre un
uniforme, un teléfono celular marca Samsung, con su respectivo chip y un cargador, y sin
autorización legal lo introdujo en dicho Centro de Reclusión, cuyo aparato le fue decomisado
por el agente custodio Modesto Pérez Ramírez, quien en cumplimiento de sus funciones le realizó
una requisa personal y como resultado de la misma le encontró y decomisó dicho aparato de
comunicaciones y sus accesorios, procediendo a la detención del imputado."
El comportamiento antes descrito es perfectamente adecuable al tipo penal de TRÁFICO
DE OBJETOS PROHIBIDOS EN CENTROS PENITENCIARIOS, dado que se reúnen los
elementos objetivos y subjetivos del mismo y dentro de éstos destacar que el comportamiento del
imputado consistió en INGRESAR E INTRODUCIR AL CENTRO DE CUMPLIMIENTO DE
PENAS DE CHALMENAIVG0, UN TELÉFONO CELULAR CON SU RESPECTIVO CHIP Y UN
CARGADOR, aún cuando tiene prohibido realizar ese comportamiento sin autorización legal,
con lo cual se acreditan los elementos objetivos del tipo penal.
En cuanto a los elementos objetivos se puede sostener que el imputado conocía lo ilícito
de su comportamiento y que no obstante ello voluntariamente y de manera dolosa lo llevó a
cabo, lo cual se infiere al valorar que el mismo es custodio del Centro de Cumplimiento de Penas
de Chalatenango, cuyo cargo ha desempeñado desde hace mucho tiempo antes en ese mismo
lugar y en otros Centros de Reclusión, en razón de lo cual sabe que el ingreso, la introducción o
tenencia de celulares o sus accesorios en dichos Centros, está prohibido, pues precisamente una
de sus funciones es la de evitar que cualquier persona ingrese e introduzca aparatos de
comunicación a los Centros Penales.
Esa voluntad y el dolo en el comportamiento del imputado se puede advertir al valorar la
forma oculta en que el mismo llevaba el teléfono celular y los accesorios decomisados, cuya
actividad es lógico concluir que la llevó a cabo con el único propósito de evitar que dichos
objetos fueran descubiertos." (Sic)
QUINTO MOTIVO: "ERRÓNEA APLICACIÓN DEL ART. 34 INCISO 2° DE LA LEY
REGULADORA DE LAS ACTIVIDADES RELATIVAS A LAS DROGAS, AL
CALIFICAR EL COMPORTAMIENTO DEL IMPUTADO QUE CONSISTIÓ EN
TRANSPORTAR DROGA E INTRODUCIRLA AL CENTRO DE CUMPLIMIENTO DE
PENAS DE CHALATENANGO, COMO DELITO DE POSESIÓN Y TENENCIA, AÚN
CUANDO LA PRUEBA VERTIDA EN EL JUICIO DEMUESTRA QUE EL MISMO ES
ADECUABLE AL DELITO DE TRÁFICO ILÍCITO, INOBSERVANDO EL ART. 33 DE
LA MISMA LEY." En apoyo a su reclamo, expone: "De la teoría fáctica antes descrita, se
colige que estamos ante el delito de TRÁFICO ILICITO previsto en el Art. 33 de la Ley
Reguladora de las Actividades Relativas a las Drogas, y no ante el delito de POSESIÓN Y
TENENCIA, como erróneamente lo ha calificado el Tribunal sentenciador, dado que el imputado
fue sorprendido mientras hacía su ingreso al Centro de Cumplimiento de Penas de
Chalatenango, llevando consigo oculta en un uniforme y dentro de un tubo de pasta dental la
droga marihuana decomisada.
La "Posesión y Tenencia", regula acciones pasivas del sujeto activo del delito,
sancionando la mera actividad de tener o poseer la droga sin estar autorizado para ello, lo cual
en el caso en concreto puede constituir un comportamiento delictivo antecedente o previo al
transporte y se considera consumado ex ante, pero en el presente caso, la conducta ejecutada
por el imputado consistió en llevar o trasladar droga oculta en un tubo de pasta dental y entre un
uniforme que llevaba en el interior de una mochila, y se consumó desde que el imputado inició su
ruta con destino hacia el Centro de Cumplimiento de Penas de Chalatenango, llevando consigo
la droga decomisada, independientemente de que no haya llegado a su destino final por haber
sido descubierto al ingresar a dicho Centro de Reclusión cuando intentaba ingresarla al mismo,
comportamiento que trasciende esa conducta pasiva de la posesión y tenencia, consumándose el
delito de TRÁFICO ILÍCITO, por el verbo rector TRANSPORTE.
La calificación jurídica del hecho realizada por el Tribunal de Sentencia de Chalatenango,
es un defecto determinante que ha incidido negativamente en la solución del caso y afectando las
pretensiones de la Fiscalía al darse una calificación incorrecta a un hecho grave que merecía
una calificación distinta, permitiendo con ello obtener la libertad a una persona cuyo reproche
debió ser más severo, atendiendo a las circunstancias del hecho acreditado.
La apreciación y calificación incorrecta de los hechos realizada por el Tribunal de
Sentencia de Chalatenango, ha generado una errónea aplicación del Art. 34 inciso 2° de la Ley
Reguladora de las Actividades Relativas a las Drogas, y sólo la realización de una nueva vista
pública en la que se haga una apreciación y calificación correcta de los hechos, puede subsanar
el error en que incurrió el Tribunal Sentenciador." (Sic).
I I I . DEL EMPLAZAMIENTO.
Frente al recurso planteado, se emplazó dentro del plazo correspondiente, al licenciado José
Ventura Torres, defensor particular del procesado, a efecto que proporcionara una respuesta. Así,
al utilizar el derecho conferido, solicitó se mantuviera inalterable el fallo dictado en su
oportunidad.
I V . CONSIDERACIONES DE ESTA SALA.
No obstante que han sido alegados motivos de naturaleza diferente, es decir, de forma y de
fondo, en atención al Principio de Prelación, esta Sala dará respuesta en primer término a los
vicios del procedimiento, consistentes en la "Falta de determinación del hecho que el Tribunal
estimó acreditado respecto al delito de Tráfico de Objetos Prohibidos en Centros
Penitenciarios", y "Motivación insuficiente de la sentencia de mérito por haberse inobservado
las reglas de la lógica respecto de elementos probatorios de valor decisivos en el delito de
Tráfico de Objetos Prohibidos en Centros Penitenciarios", yerros contenidos en los numerales 2°
y 4° del artículo 362 del Código Procesal Penal, pues de verificarse su existencia, se invalidaría el
pronunciamiento, tomándose innecesario entonces, el análisis sobre el resto de inconformidades
señaladas.
Se partirá recordando que la sentencia al constituir una unidad inseparable de decisión en
tanto que implica un juicio sobre los hechos y sobre el derecho, se encuentra conformada por
etapas de argumentación que pueden ser identificadas como descriptiva, fáctica, analítica y
jurídica. En caso que el pronunciamiento judicial obviara cualquiera de estas etapas, incurriría en
un error que imposibilitaría su subsistencia, ya que de acuerdo a las garantías que sustentan el
debido proceso, el imperativo de motivación no sólo permite conocer a las partes procesales de la
manera más explicativa, asertiva y no hipotética, sobre el iter lógico seguido por el juez para
llegar a la conclusión de certeza -ya sobre la absolución, ya sobre la condena de los imputados-;
sino también, implica la obligación por parte del juzgador de expresar sin ambigüedad sus
argumentos, ya que debe responder suficiente y de manera clara a los requerimientos de los
sujetos procesales, pues de tal forma se verán cumplidos los requisitos referentes a la claridad,
logicidad, legitimidad y completitud.
Así las cosas, al hablar de insuficiente fundamentación "analítica" de la sentencia, se
comprende que en el fallo el sentenciador no estableció con claridad cuáles fueron sus
consideraciones a los fines de determinar la autoría y consiguiente responsabilidad penal del
imputado, siendo que se limitó a señalar de manera aislada cada elemento probatorio, sin
apoyarse correctamente en las pruebas aportadas, con su debido análisis y comparación.
Para el caso concreto, a pesar que el reclamo del casacionista se dirige a denunciar por una
parte, la ausencia de los hechos que el Tribunal estimó acreditados, y por otra, la motivación
insuficiente de la sentencia de mérito; sin embargo, de la exposición de ambos motivos se
advierte que el impugnante pretende que sea analizada por esta Sede la fundamentación
intelectiva del pronunciamiento emitido, en tanto que ésta se efectuó sin sustento en los hechos y
además es contraria a las reglas de la Derivación, Razón Suficiente y las Máximas de la
Experiencia común.
Retomemos pues del pronunciamiento impugnado, el acápite denominado "ANÁLISIS
DEL TIPO PENAL Y VALORACIÓN DE LA PRUEBA", en el cual se consignó: "Al proceder
al análisis de dicha prueba, tenemos que el procesado al llegar de su licencia, procede a hacer
entrega de su maletín para su registro, que dicho registro se hace en la guardia de prevención,
que es el lugar por donde se debe ingresar al Centro Penal, aunado a ello se tiene que no
obstante los agentes custodios tienen prohibido introducir teléfonos celulares, pero éstos llevan y
los dejan en la guardia de prevención ello de acuerdo a lo que aseveró el testigo Sebastián Omar
Menjívar Ramírez, de dicha circunstancia podemos inferir que el procesado llevaba el teléfono
que le fue secuestrado, que en el mismo instante que entra a su lugar de trabajo procede a
mostrar sus objetos personales, y que es en dicho instante que se le realiza el registro y el agente
que lo practica le encuentra los objetos y es llevado en calidad de retenido para que se inicien
las gestiones necesarias para su detención.
El tipo penal atribuido, dispone una serie de verbos rectores entre los que encontramos
ingreso, introducción, tráfico, poner en circulación en el interior de un Centro Penal, en el caso
concreto para que se dé el delito, el sujeto activo debe realizar cualquiera de las conductas
descritas en el ilícito penal, si bien es cierto el procesado llevaba consigo un teléfono celular
dentro de sus pertenencias, en estos días que es común en la mayoría de las personas andar
teléfono celular, no sería nada extraño que éste era de su propiedad, sobre ello el testigo
Menjívar Ramírez, expresa que todos los custodios llevan celulares, si el procesado iba
ingresando y fue registrado en el mismo instante, puede inferirse que su intención no era realizar
cualquiera de las conductas antes señaladas, en relación a ello citamos doctrina referente al
DOLO, como elemento especial del delito (...) Con la prueba vertida, no es posible establecer
que el procesado tenía la intención de introducir teléfono celular y por ende, realizar la
conducta típica descrita en el delito acusado; dentro de este mismo cuadro fáctico, el Tribunal
considera que ese día el acusado al no dejar el teléfono celular en la guardia corno era de
costumbre, se debió a un descuido involuntario, en cuyo caso se estaría generando un delito
imprudente de Tráfico de Objetos Prohibidos, que por no estar contemplada dicha conducta en
el catálogo de delitos de este Código, se convierte en una conducta atípica. En virtud de lo
anterior, este Tribunal llega a la conclusión que con el desfile probatorio para probar (sic) la
existencia del delito de TRÁFICO DE OBJETOS PROHIBIDOS, y la autoría del procesado en el
mismo, no es suficiente, por lo que es procedente dictar un fallo absolutorio." (Sic)
Como se advierte, la decisión absolutoria descansa sobre la base del siguiente
razonamiento:
1.
Al analizar la acción sometida a juicio, el Tribunal sentenciador retomó una sola parte
de la hipótesis fáctica, obviando toda consideración respecto de la misma en su contexto global o
general y como resultado de ello, concluyó que el imputado al ingresar a la guardia de prevención
del Centro Penitenciario el teléfono celular con su respectivo chip y el cargador, no había
incurrido en responsabilidad penal.
2.
En aplicación de las máximas de la experiencia, el portar un aparato celular dentro de
sus pertenencias, no es constitutivo de una conducta dolosa, sino culposa; ya que "es común en la
mayoría de personas andar un teléfono, no sería nada extraño que éste era de su propiedad"
(Sic). El Tribunal consideró que no dejar el teléfono celular en la Guardia, como era de
costumbre, se debió a un descuido involuntario del acusado.
3.
Con la prueba vertida, no es posible establecer que la intención del imputado era la de
realizar cualquiera de las conductas señaladas por el artículo 338-B del Código Penal.
A partir de los anteriores razonamientos, el demandante aduce violación de las máximas de
la experiencia, ya que a partir de éstas se construyó la decisión absolutoria a favor del imputado,
pues a criterio del sentenciador no es posible conocer de un delito de Tráfico de Objetos
Prohibidos que haya sido cometido sin la intención de colocar en circulación dentro del centro
penitenciario de manera ilícita un objeto del que se ha imposibilitado su ingreso. Recuérdese que
el juzgador logra sus conclusiones sobre los hechos de la causa, valorando la prueba con total
libertad. Ante este punto, es oportuno señalar que este Tribunal a propósito del Principio de
Intangibilidad desde ninguna perspectiva ha alterado el sustrato fáctico que se encuentra
contenido en la sentencia, sino que interpreta los hechos desde la argumentación dibujada por el
A-quo.
Esa conclusión a la luz de las particularidades del caso concreto, ciertamente constituye una
transgresión a las reglas de la experiencia o del sentido común, pues considerar de manera tajante
que la acción del vigilante del Centro de Cumplimiento de Penas de Chalatenango, de portar un
teléfono celular no es constitutiva de delito, no es válido, pues si se tratara de un sujeto ordinario,
no podría formularse objeción alguna, pero al tener en cuenta el cargo que desempeña este sujeto,
quien conoce las consecuencias jurídicas negativas que genera la introducción de objetos respecto
de los cuales se ha impedido su ingreso y máxime a quien también fuera encontrada marihuana
dentro de sus pertenencias, oculta en el interior de un tubo de pasta de dientes, no es acertado en
primer término aislar el hecho de portar un celular del contexto de la acción y tampoco considerar
que sé está en el ámbito de la culpa, es decir, que el imputado ha actuado movido por la
negligencia.
La experiencia ordinaria nos indica que la introducción de objetos ilícitos dentro de un centro
penitenciario se hace con una determinada finalidad, que escapa de una mera negligencia; si bien
es cierto que se detectó la presencia de este objeto en la Guardia de Prevención, espacio físico
previo al recinto penitenciario, es razonable pensar que el imputado tenía pleno conocimiento y
conciencia acerca de su conducta, así como la de introducir droga.
Estos son aspectos que nos informan las reglas de la experiencia común, cuyo examen no
registra la sentencia de mérito, que ciertamente ni siquiera se ha efectuado una mínima valoración
respecto del testimonio de Modesto Pérez Ramírez y Sebastián Omar Menjívar Mejía y el auto de
ratificación de secuestro. De haberse hecho así, la validez lógica del razonamiento expresado en
la fundamentación sería irrefutable, pero ante los defectos apuntados en la exposición se constata
esa otra "posibilidad" no considerada ni excluida por la mayoría que implica que las conclusiones
de aquella no son necesariamente verdaderas, ni siquiera razonables, pues el deficiente análisis
que se expone, tal como repetidamente se ha mencionado, no toma en cuenta el contexto general
de la plataforma fáctica brindada por la representación fiscal.
Dicho en otras palabras, la valoración expresada por el Tribunal no evidencia su idoneidad
para fundar la conclusión que en él se apoya. Por las razones expuestas procede declarar con
lugar este motivo del recurso, decretando la nulidad de la sentencia impugnada y del debate que
la precedió. Es importante aclarar que al haberse acogido el presente reclamo por inobservancia
de formas procesales, esta Sala no está prejuzgando sobre el fondo del asunto, ni lo resuelto por
ella en forma alguna debe influir sobre su ánimo, el cual debe recibir en forma libre y original de
las pruebas.
Como siguiente causal de casación, se ha alegado la errónea aplicación del artículo 34 de
la Ley Reguladora de las Actividades Relativas a las Drogas, al calificar el comportamiento del
imputado que consistió en trasportar droga e introducirla al Centro de Cumplimiento de Penas
de Chalatenango como delito de Posesión y Tenencia, cuando lo correcto era calificarlo como
TRÁFICO ILÍCITO.
Al desarrollar el casacionista el sustento de su queja, resulta que ésta se orienta a
denunciar la errónea fundamentación del pronunciamiento judicial en su etapa jurídica al no
haber sido observados concretamente los principios lógicos de Derivación y Razón suficiente. Es
pertinente agregar, que desde ninguna óptica, esta Sala ha reformulado arbitrariamente la
pretensión casacional; por el contrario, precisamente dado que este Tribunal conoce el derecho,
se dará respuesta a la totalidad de cuestiones trazadas por el impugnante de acuerdo a este
motivo.
Con la finalidad de verificar si efectivamente concurre el defecto señalado, resulta
acertado retomar, en lo pertinente, el contenido de la sentencia, ya que la labor de justificar la
modificación de la calificación jurídica del delito, es producto de la valoración de los aspectos
subjetivos y objetivos del hecho punible, la mayor o menor gravedad de la lesión al bien jurídico
-fundamentación jurídica-, de las circunstancias de modo, tiempo y lugar en que se realiza la
conducta delictiva - fundamentación fáctica-; así como del conjunto de pruebas aportadas al
proceso. En la especie, a folios 125, se consignan los hechos sometidos a conocimiento del
tribunal; posteriormente, corre agregado de folios 129 vuelto a folios 130 vuelto, la
fundamentación probatoria descriptiva, esto es, la enumeración de las evidencias que serían
valoradas por el sentenciador. Luego, el Tribunal construyó a partir del análisis de las categorías
jurídicas del delito concreto, lo referente a la tipicidad de la conducta, su antijuridicidad y la
lesividad al bien jurídico, argumentando que: "De acuerdo a la prueba vertida este Tribunal
advierte que la acción no encaja en el hecho por lo que se hacen las consideraciones pertinentes:
Es importante y necesario señalar que la representación fiscal ha acusado por el delito
de Tráfico Ilícito, preceptuado en el artículo 33 de la Ley Reguladora de las Actividades
Relativas a las Drogas, sin embargo los hechos probados no encajan en este precepto penal, sino
en el delito de POSESIÓN Y TENENCIA, regulado en el artículo 34 inciso segundo de la ley
referida, ya que la droga encontrada al procesado se verificó dentro de sus pertenencias que
llevaba en su maletín, bajo tales circunstancias no determina que el acusado haya realizado
actividad de tráfico, tampoco se ha acreditado que el sujeto activo se dedique a esa actividad,
por lo que su conducta no se adecua a ninguno de los verbos rectores del artículo 33 de dicha
ley, sino ante una Posesión y Tenencia de droga, que encuadra en el inciso segundo del artículo
34 de la citada Ley, ya que la cantidad incautada es superior a dos gramos, sin estar autorizado
por la ley para ejercer actividades relativas a la manipulación de esta clase de droga. Es
imperioso expresar que no obstante el lugar en que se encontró la Droga, que es un centro de
Reclusión, no ha existido la agravante señalada por el Ministerio Público Fiscal del artículo 54
literal B de la Ley, ya que dicha disposición se refiere a una acción consumada, consistente en
Facilitar el Uso y Consumo de Droga, circunstancia que no se ha acreditado por la prueba
vertida." (Sic)
No ha sido sustentado sobre la base de las reglas de Derivación el cambio de calificación
jurídica del caso, es decir, del delito de Tráfico Ilícito por el cual fue procesado durante la
instrucción el señor Efraín Santos Martínez, al de Posesión y Tenencia. Es decir, desde el punto
de vista formal en la sentencia no se ofrece explicación convincente acerca de la imputación del
delito de POSESIÓN Y TENENCIA.
Ante este punto, es preciso recordar que cada tipo penal posee los elementos objetivos,
subjetivos y descriptivos que lo caracterizan y permiten su diferenciación respecto de cualquier
otro aplicable; pero para el caso en estudio, la fundamentación jurídica a partir de las
circunstancias que rodearon los hechos y de las probanzas ofrecidas, no es certera, pues no se
permite derivar la existencia de este nuevo delito. Recordemos nuevamente que la sentencia
constituye un silogismo judicial que se encuentra compuesto por una primera premisa que
corresponde a los hechos; la segunda, a la ley; y la conclusión, es la determinación del efecto
jurídico en concreto. Sin embargo, para el caso de mérito de las premisas que se encuentran
contenidas en el pronunciamiento judicial, no puede ser derivada la conclusión que corresponde a
la nueva adecuación jurídica.
Según todo lo anterior, se evidencia que la conclusión típica se construyó sobre
razonamientos no adecuados; de manera tal que es procedente acceder a la petición del
recurrente, ya que una vez examinada la motivación intelectiva de la decisión judicial que hoy se
cuestiona, efectivamente subsiste el error que ha sido denunciado, por cuanto que el esfuerzo para
precisar su contenido ha incurrido en un equívoco, y como consecuencia directa de ello, dicho
pronunciamiento debe ser anulado. De tal forma, se dispone el reenvío de la causa para su debida
tramitación, a fin que se produzca por otro Tribunal una nueva fundamentación intelectiva, con
arreglo a las reglas del correcto entendimiento humano.
De esta forma, la sentencia impugnada, efectivamente no ha razonado de manera adecuada
la fundamentación jurídica, y por tanto, el recurso del licenciado Wilbert Edubert Martínez
Meléndez, debe ser declarado con lugar y ordenar el reenvío de la causa que nos ocupa a un
tribunal distinto del que conoció, a efecto que se realice una nueva vista pública, reponiendo así,
la incorrecta fundamentación jurídica efectuada.
POR TANTO: De acuerdo a lo expuesto en los acápites precedentes, disposiciones legales
citadas y artículos 5o inciso 2°, 57, 421, 422 y 427, todos del Código Procesal Penal, a nombre de
la República de El Salvador, esta Sala RESUELVE:
A.
CÁSASE LA SENTENCIA DE MÉRITO, por las razones apuntadas a lo largo de
la presente,
B.
Ordénase la remisión de las actuaciones al tribunal de origen, para que éste a su vez
las envíe al TRIBUNAL DE SENTENCIA DE SENSUNTEPEQUE, para la celebración de la
nueva vista pública.
Notifíquese. ----------R. M. FORTIN H.----------M. TREJO.--------GUZMAN U. D. C.-----PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN.---------RUBRICADAS.------ILEGIBLE.
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