La cancelación de la venta de Telxius pone en entredicho 3.800

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El Independiente
La cancelación de la venta de Telxius pone en
entredicho 3.800 millones en dividendos
Ana Antó n • o riginal
Jo sé María Álvare z Palle t e , pre side nt e de Te le fó nica EP
Cerca de 3.800 millones de euros en dividendos, en la cuerda floja. Esa es una de las más
dolorosas consecuencias para los inversores de la venta frustrada de Telxius por parte de
Telefónica. El fracaso en la operación ha vuelto a situar en el foco del mercado un dividendo
que múltiples voces consideran insostenible, dada la actual situación de la operadora. “Tras
esta noticia, el dividendo volverá a estar en entredicho. La compañía paga una remuneración
muy generosa para la situación en la que se encuent ra, por lo que estos pagos pueden verse
amenazados”, explica Daniel Pingarrón, estratega de mercados de IG.
Telefónica actualmente paga un dividendo de 0,75 euros por acción, lo que en términos brutos
se traduce en el desembolso de 3.728 millones de euros, aunque alrededor de 1.400 millones
se reparten mediante la modalidad del scrip dividend, que permite cobrar el dividendo en
acciones, lo que, en la práctica, supone una especie de ampliación de capital. Este pago, a las
valoraciones actuales de la operadora en bolsa -donde capitaliza 46.742 millones de euros-,
representa una rentabilidad por dividendo en el ent orno del 8%, una de las más elevadas
entre las grandes cotizadas europeas. Según un informe reciente de la agencia Fitch, en el
que se justificaba el recorte de ráting de Telefónica hasta BBB -dos escalones por encima del
nivel considerado bono basura-, los dividendos pagados por la operadora “es probable que
consuman entre el 65% y el 70% de los flujos de caja previos al pago en los dos próximos
años”.
El dividendo actual consumirá hasta el 70% de los flujos de caja de los próximos
dos años, según Fitch
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Esta elevada salida de capital de sus arcas representa un esfuerzo muy considerable para
una compañía atenazada por una elevada deuda, que ronda los 56.000 millones de euros,
incluyendo bonos híbridos, según cálculos de N+1. Sin embargo, su presidente, José María
Álvarez-Pallete, defendía a inicios del presente mes que el grupo era firme en su compromiso
de mantener inalterado el dividendo.
Esta insistencia en un objetivo de dividendo representa, en opinión de Gonzalo Lardiés, gestor
de Alpha Plus, un error por parte de la compañía, ya que “el dividendo debe ser una
consecuencia de la marcha del negocio y, en el entorno actual, tal vez deberían replantearse
su estrategia de pago”.
Un suceso como la cancelación de la venta de Telxius puede trastocar los planes de
remuneración de la operadora. No sólo por lo que representa en números, sino porque, según
observa Borja Rubio, analista de XTB, compromete toda la estrategia de desapalancamiento
de Telefónica. De hecho, la venta a corto plazo de su filial británica, O2, parece ahora mucho
más complicada. “Sería una sorpresa que se produjera antes de final de 2016”, sostiene
Rubio.
En la misma línea, Jacobo Blanquer, consejero delegado de Tressis Gestión, considera que,
más allá del fracaso de la salida a bolsa de Telxius, la verdadera prueba para Telefónica será
su capacidad o no para colocar O2, una operación mucho más significativa para la reducción
de la deuda. “La colocación de Telxius por 1.000 millones de euros no cambia la valoración de
fondo que hacemos de la compañía”, apunta. “Es cierto que las ratio sobre deuda no mejoran,
pero hay que esperar a ver qué pasa con la filial británica”, añade. Además, apunta que, “si
bien la deuda que soporta la operadora es muy abult ada, también lo es que, a los actuales
tipos de interés, el coste de financiación es contenido”.
Amenaza para el ráting
En cualquier caso, los expertos sugieren también que la calificación crediticia de Telefónica
podría estar en cuestión si a un retraso en su ritmo previsto de desapalancamiento no le
sigue un cambio en su política de remuneración. Desde Bankinter resaltan que la deuda sobre
ebitda de la compañía se sitúa en torno a las 3,5 veces, un nivel que “necesita reducir para
evitar tensiones sobre su ráting”.
La mayor amenaza en este sentido provendría de Moody’s. La agencia confirmó el pasado 5
de septiembre que mantenía en negativa la perspectiva de la nota que otorga a la deuda de
Telefónica (Baa2), resaltando el riesgo de que el plan de reducción de la deuda no se
desarrollara según el plan previsto. “Nuestra perspectiva de Telefónica sigue siendo negativa y
refleja el hecho de que su ráting seguirá siendo débil y de que cualquier desviación en la
ejecución del plan de desapalancamiento durante la mitad de 2017 puede conducir a una
rebaja de la nota”, señaló el vicepresidente senior de Moody’s, Carlos Winzer.
No obstante, entre los motivos por los que la agencia ha mantenido su calificación a
Telefónica en los últimos meses, enumera la posibilidad de que la operadora recurriera en una
mayor proporción al pago de dividendos a través de la fórmula del scrip, una posibilidad que
cobra mayor peso tras la cancelación de la venta de Telxius.
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