Flavio C. Escóbar Llanos Bolivia: cambio estructural, ajuste fiscal y costo social Un análisis crítico Introducción Una amable invitación de la Fundación Konrad Adenauer me permitió encarar un análisis crítico acerca del costo social que implicaba la aplicación del modelo económico neoliberal en un país como Bolivia. Por supuesto que este aporte tiene un sustento mayor en la práctica de la lucha por el cambio estructural que me tocó encarar en mi participación en la administración gubernamental durante los años 1992 y 1993. La primera gran pregunta que me formulé al iniciar el trabajo fue si la concepción del costo social del ajuste era un concepto suficientemente amplio como para permitir un análisis completo de la realidad del cambio que se requería en el país. Por otro lado, surgió otro gran interrogante: cuál hubiera sido el costo social de no aplicar el “ajuste” y cuál el costo de no aplicar el Cambio Estructural. Por ello, los objetivos que me ha planteado en este trabajo se vinculan a un análisis crítico del ajuste, del cambio estructural y del costo social bajo una perspectiva más amplia. Además, que este análisis no sólo busca respuesta en lo económico sino que se vincula también a la realidad política que vive Bolivia en el marco de un sistema democrático fortalecido y plenamente vigente. El análisis va más allá de una evaluación del costo social del ajuste o de la reforma. Apunta a señalar la importancia del Cambio Estructural como solución al problema social en el marco de la Democracia y el Mercado. El análisis abarca los años 1982 hasta 1993, haciendo una evaluación completa de la situación socioeconómica que atravesó el país en esta etapa. El autor es econompista de la Universidad Católica Boliviana. Fue Subsecretario de Desarrollo Socioeconómico del Ministerio de Planeamiento y Coordinación entre 1992 y 1993. Actualmente está dedicado a la actividad privada. En la primera parte se establecen algunos conceptos que considero muy importantes como marco teórico, En la segunda parte se hace una evaluación del proceso histórico boliviano entre 1982 y 1993, , enfatizando la recuperación del proceso democrático y la aplicación de la economía de mercado. Mientras que en la tercera parte se analiza el proceso de cambio estructural y se hace una evaluación de los resultados hasta el momento, así como una prospectiva de los cambios que restan por hacer. La cuarta parte hace énfasis en la nueva visión de la política social y el cambio en los conceptos sobre el tratamiento de los social en el país. En la quinta parte se analiza la implementación de la nueva política social, las instituciones y los recursos disponibles. En la sexta parte se realiza una evaluación de los costos socisles del proceso. Finalmente se presentan las conclusiones. Quiero expresar mi especial agradecimiento a Fernando Miranda economista, por su apoyo brindado para realizar el presente trabajo, aclarando que la responsabilidad del mismo es exclusiva del autor. 1. Los conceptos Hacer una evaluación del “costo social del ajuste” pareciera una tares relativamente simple pues la aplicación del “modelo neoliberal” genera efectos perversos al reducir el empleo, quitar subsidios a muchas actividades importantes para la sociedad y cerrar empresas no competitivas, entre otros. Los sectores afectado dan testimonios de los desastres que genera la aplicación del modelo y que, según las denuncias, son digitados desde Washington. Sin embargo, las respuestas simples suelen ser engañosas. El primer desafío para responder de una manera más adecuada acerca de los costos del ajuste es definir con mayor precisión los conceptos. El Cambio Estructural es mucho más que un simple ajuste fiscal y financiero. Sin duda que poner en orden el manejo fiscal financiero de una economía es una parte muy importante de un conjunto de tareas cuya aplicación no es una receta que se aplica durante algún tiempo. El Cambio Estructural consiste en readecuar el Estado a las nuevas condiciones que impone la Democracia y la Economía de Mercado. Si se concibe la totalidad social bajo la tríada Sociedad, Economía y Estado vemos dos fenómenos en el tiempo: En el pasado se ha vivido un viejo equilibrio: la sociedad se debatía entre dictaduras y democracias débiles; la Economía estaba cerrada y protegida; y el Estado –adecuado para esa Sociedad y esa Economía- era un Estado interventor y protector. Durante varias décadas varias economías latinoamericanas han vivido bajo este equilibrio cuyos resultados no han sido satisfactorios. En primer término, se han establecido que las dictaduras como forma de organización de la sociedad no son adecuadas porque no garantizan ni siquiera los más elementales derechos de las personas. Los resultados en Latinoamérica son elocuentes. Durante décadas varios países de la región se han esforzado por cerrar sus economías bajo el supuesto que durante algún tiempo era preciso fortalecer internamente el desarrollo de industrias en general y que además no era razonable pensar que nuestras empresas podían competir con industrias ya establecidas. Los resultados en cuanto al desarrollo competitivo son también elocuentes. Sin embargo, la formación del Estado ha correspondido jurídica e institucionalmente a esas realidades que hoy son diferentes. Por ello, ahora enfrentamos un nuevo desequilibrio, nos enfrentamos como dice Drucker (1990) a nuevas realidades: la Sociedad ha optado firmemente por la Democracia; en democracia se ha optado por la Economía de Mercado. Y el estado es una vieja maraña incapaz de soportar, así como está, la guía de esos dos grandes ordenadores. Por tanto el Cambio estructural es modernizar el Estado para adecuarlo al desafío de aceptar la economía de mercado en el marco de la democracia con participación. En el marco de esta tremenda tarea es imprescindible armonizar tres desafíos dialécticos fundamentales para el Desarrollo. I) Democracia y Mercado La simple aplicación de la economía de mercado tienen a la concentración de la riqueza y la democracia por su propia esencia tiende a la distribución de la riqueza y del poder. En este nuevo desafío no sirve la simple aplicación del mercado sin Democracia por que los resultaos no serían los que espera la Sociedad que ahora es más exigente y pide cada vez más mayor participación. Tampoco sirve sólo la Democracia sin economía sana, porque no sería posible distribuir si no existen las condiciones mínimas de generación de riqueza. Por tanto, el primer reto es armonizar el funcionamiento de la economía de mercado en la democracia discutiendo, enfrentando y dando soluciones día a día, adecuándose alas realidades que se nos presentan. II) Lo económico y lo social En el pasado, los recursos que se destinaban al gasto social quitaban capacidad de inversión económica; una tarea iba en contra de la otra. El Estado determinaba el nexo entre lo social y lo económico a través de la generación de empleo directo, creando unidades productivas y determinando uno de los múltiples objetivos de las empresas públicas: el empleo. Ahora la Política Social debe ser funcional a la economía; todo gasto social debe ser conceptuado como las mas importante de las inversiones pues va a permitir mejorar las condiciones del más importante de los recursos con que puede contar cualquier país: su capital humano. Entonces, éste es el nexo entre lo social y lo económico. La creación forzada de empleos desde el Estado ya no es más sustentable pues genera distorsiones que afectan incluso a la estabilidad de la economía. Por tanto, no sirve que lo económico esté bien si lo social está mal; y no es posible que lo social esté bien si no hay sustento en lo económico. El segundo desafío consiste en armonizar la inversión social con la economía, redefiniendo el papel del Estado. III) Lo público y lo privado En el pasado se había establecido una pugna entre lo público y lo privado. El sector privado, por su carácter de clase, afectaba a los más altos intereses nacionales sobre explotando la fuerza de trabajo, reinvirtiendo sus excedente en los países desarrollados. El estado ante esta actitud debía regular con mayor rigurosidad el funcionamiento del sector privado coartando su desarrollo, tratando – generalmente sin resultado- de impedir la mala actuación del sector público. No puede pensarse en el desarrollo bajo el criterio de una pugna entre el sector público y el privado. Deben armonizarse los roles. La gran responsabilidad para el sector privado es generar riqueza para la sociedad y el sector público debe regular tal tarea promoviendo la inversión. El tercer gran desafío consiste en armonizar los roles del sector público y del sector privado. El gran rol del sector privado es generar la riqueza en la economía y al sector público le corresponde regular esa actividad privada y tomar cargo de la política social, mejorando las condiciones del capital humano. Ambas tareas son perfectamente complementarias. Con estos nuevos conceptos no es posible ya cumplir con la tarea de evaluar el “costo social del ajuste” sino evaluar el proceso de cambio Estructural que, sin lugar a dudad, es algo de mayor envergadura y de mayor alcance que la simple aplicación de un ajuste fiscal-financiero. 2. Los hitos en el proceso boliviano Bolivia inicia un nuevo proceso democrático a partir de 1982 y es el primer gran hito para comprender la dinámica de las reformas que todavía están en marcha. Antes de 1982, Bolivia enfrento agudos problemas políticos que marcaron al país como uno de los más inestables en el mundo. El desorden político y por tanto de ordenamiento jurídico institucional estaba tan deformado que no se respetaban ni los elementales derechos de las personas. Un indicador claro del deterioro alcanzado se puede verificar en el Cuadro No 1 en el que se detalla el número de Presidentes por año. El óptimo político es de 0,25 Presidentes por año ( el mandato presidencial es de 4 años). Como se puede observar entre 1978 y 1982 se tuvieron 2,25 residentes por año; casi diez veces más de lo normal. Con el retorno de la democracia se logró el primer hito. Sin embargo, la sola democracia no fue suficiente: dieciocho años de gobiernos militares, estatismo agudo, absoluto descontrol fiscal, demandas insatisfechas tanto sectoriales como regionales, entre otros problemas, determinaron que entre 1982 y 1985 se desate la más aguda crisis económica de Bolivia en el siglo XX. CUADRO No 1 Eficiencia Política Período Gobiernos constitucionales Gobiernos de facto Total Promedio Gobiernos 1825-1993 41 37 78 0.46 1952-1993 11 15 26 0.63 1978-1982 2 7 9 2.25 1983-1993 3 0 3 0.3 Optimo Institucional 0,25 Fuente: Presidentes de Bolivia: entre urnas y fusiles. Carlos D. Mesa Gisbert. Elaboración Propia. La inflación llegó al 23.000 por ciento; el tipo de cambio paralelo llegó a estar 16 veces por encima del oficial –tasa a la que se obligaba a realizar las transacciones oficiales-; la transferencia neta de recursos del exterior fue negativa durante los años 1980 a 1985; todo ello junto a una aguda recesión que determino la caída del producto en casi un 20 por ciento entre 1980 y 1985. La granada de la crisis económica revienta en manos de la democracia. Lo único bueno de esto fue que se asumió el problema económico admitiendo la población que la solución dependía más de lo que los propios bolivianos podíamos hacer y no era una crisis ocasionada sólo por factores exógenos. El segundo gran hito: la solución económica: EL MERCADO. A partir de agosto de 1985 se impone en el país un programa económico de corte liberal que detiene abruptamente la inflación: ayuda a readecuar la estructura de precios en la economía; permite una nueva afluencia de recursos externos y por último, permite sentar las bases para encarar un proceso de recuperación del crecimiento de la producción. Las cifras son elocuentes, como se puede observar en el Cuadro No 2. En el período 1980-1985 se observa el grado de descontrol económico que se vivía y entre 1985 y 1991 la recuperación económica basada en una sólida estabilidad aunque sin los resultados económicos y sociales esperados. Como puede observarse en el caso boliviano se aplica la liberalización de precios como un mecanismo fundamental para detener la inflación. Esta liberalización lleva consigo a la aplicación de las normas de mercado tanto en el sistema de precios internos, en el tipo de cambio, en las tasas de interés con posterioridad, así como en el mercado laboral. Sin embargo, esta liberalización general fue insuficiente porque el Estado había cambiado. 3. El ingrediente que falta: el cambio estructural En el caso boliviano es importante remarcar que primero se retoma la democracia y en ese contexto se lleva adelante la aplicación de la economía de mercado –política respaldada ampliamente en sucesivas votaciones electorales-. La reforma del Estado, es llevada adelante en forma posterior y paulatina valorándose –bien o mal- con mucho énfasis la importancia de la estabilidad económica. Durante los años 1988 y 1989 el gobierno que impuso la rigurosidad del mercado no se atrevió a encarar reformas estructurales. Entre 1990 y 1991 la siguiente administración casi no hizo reformas valorando también la importancia de mantener la estabilidad. Luego de hacer de la estabilidad un bien de propiedad del pueblo de Bolivia era preciso encarar la reforma de las instituciones que ya no respondían a la democracia ni a la Economía de Mercado. En este proceso de reformas estatales se pueden distinguir dos áreas: las reformas políticas y las reformas económicas. Resulta útil enumerar algunos de los avances más importantes en el proceso de modernización del Estado tanto en lo público como en lo económico y social. La modernización política del Estado se la realiza en el marco de la concertación. A partir de 1990 se llevan a cabo reuniones entre el Presidente de la República y los jefes de los partidos políticos con representación parlamentaria y se logran acuerdos de consenso fundamentales para avanzar en las reformas. Los dos acuerdos básicos fueron suscritos en febrero de 1991 y en julio de 1992 y los aspectos consignados son los siguientes: Acuerdo del 5 de febrero de 1991 Acuerdo sobre la problemática electoral general. Acuerdo sobre el avance del proceso de descentralización. Acuerdo para dotar de independencia al Poder Judicial. Acuerdo del 9 de julio de 1992 Reforma y modernización del Poder Judicial Registro Civil y Registro Único Nacional. Reforma Electoral Reforma de la Educación Descentralización Reforma de la Constitución Política del Estado Elección de Contralor General de la República Conclusión Juicio A Luis García Meza. Ley de Industrialización de la Coca. Aprobación de la Ley de Partidos Políticos. Los logros políticos más importantes que se basan en el consenso expresado en superar los dos tercios de votos en el congreso son: Reforma Electoral Se designa una Corte Electoral imparcial. La elección se la realiza mediante el parlamento y con el respaldo de dos tercios de voto. Reforma del Sistema Judicial Se crea el Consejo Nacional de Reforma y Modernización del Poder Judicial. Se decide que para la designación de los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia sea el Senado el que designe, por dos tercios de voto, la terna de candidatos. El mismo sistema se aplicará a los vocales de las Cortes Supremas de Distrito. Se garantiza de esta manera la independencia del Poder Judicial. Ley de necesidad de la reforma de la Constitución Régimen Parlamentario: Elección directa de parlamentarios por circunscripciones electorales uninominales. Elección y Mandato del Presidente: Concertación de la elección del presidente solamente entre dos candidaturas de mayoría relativa. Ampliar el período Presidencial a cinco años En el proceso de modernización económica se destacan tres avances importantes. Primero, se promulgan leyes de la República para atraer inversiones y dotar de reglas de juego claras al funcionamiento de la economía, más allá de las decisiones del poder ejecutivo. Con este objetivo se han discutido y aprobado las siguientes leyes. - Ley de Inversiones. Ley de Hidrocarburos. Ley de Privatización Código de Minería. Ley de Exportaciones. Ley de Bancos y Entidades Financieras. Ley del Medio ambiente. Registro Único de Empresas. Sistema de Ventanilla única de exportación. Cuadro No 2 Datos básicos de la economía boliviana Tipo de cambio Años 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 Balanza Transferencia Reservas Comercial Desembolsos Neta de Internacionales Tasa de (FOB) de capital Recursos Netas Desocupación (Millones de (Millones de (Millones de (Millones de en ciudades U$S) U$S) U$S) U$S) (PD/PEA) Inflación Oficial Bs Paralelo Bs Relación (B) (B/A) PIB(%) (IPC-%) (A) n.d. 47.24 25.00 25.00 1.00 26.80 265.30 -1.50 -139.60 0.92 32.13 25.00 31.77 1.27 -63.00 326.90 -36.50 -318.40 -4.36 123.54 68.42 145.04 2.12 250.20 210.90 -202.90 -401.00 -4.46 278.58 251.70 695.42 2.76 166.00 97.90 -264.40 -102.00 -0.6 1281.35 2852.55 8202.50 2.88 227.90 159.80 -209.20 32.70 -0.97 11749.63 453757.00 703975.17 1.55 -62.50 108.70 -264.70 91.60 5.85 -2.49 276.34 1916583.25 1967589.50 1.03 -86.50 230.10 -66.20 216.30 4.28 2.6 14.58 2.06 2.08 1.01 -247.60 238.20 -20.50 144.40 5.93 2.96 16.00 2.35 2.37 1.01 -157.50 325.60 62.80 147.50 11.52 2.83 15.17 2.69 2.71 1.01 -146.50 334.30 79.80 60.10 9.51 2.62 17.12 3.17 3.19 1.01 211.40 335.20 91.20 157.10 7.30 4.14 21.44 3.58 3.60 1.01 -43.80 299.90 57.40 211.00 5.80 Fuente: Estadísticas socioeconómicas de Bolivia, No 3, UDAPE, Carpeta de Indicadores Sociales, UDAPSO. Elaboración Propia. En segundo lugar, se inicia el proceso de privatización que más allá de la venta de activos del sector público al sector privado, determina el proceso de desacoplamiento de la economía del Estado, dando al sector privado la responsabilidad de generar la riqueza en el país. Es así que además de haberse privatizado 40 empresas estatales del área competitiva, se ha continuado con el proceso de cierre de la minería estatal, así como el cierre total de la banca estatal. Tanto en el sector minero como en el de la banca, la dinámica del crecimiento de ambos sectores ya ha sido asumida por el sector privado. Por último, se encara un proceso de modernización institucional importante al aprobar la Ley de Administración Gerencial del Estado (más conocida como ley SAFCO) que introduce significativos avances administrativos modernos a la vieja burocracia. Junto con esta Ley también se crean una serie de mecanismos de control de la gestión para evitar malos manejos en el gobierno. A pesar de los avances en el proceso quedan todavía importantes tareas para culmina el Cambio Estructural. Entre las principales reformas pendientes y que la actual administración se ha propuesto llevar adelante están las siguientes: La Capitalización de las Empresas Públicas, cuyo objetivo es captar recursos frescos e importar sistemas de administración eficientes, de tal manera que el inversionista trae un valor semejante a que vale la empresa a capitalizar. Este proceso se aplicará a 6 empresas monopólicas nacionales cuyo valor patrimonial es muy significativo en la economía del país. Además de atraer capitalistas para invertir en la empresa en un 50 por ciento, el restante 50 por ciento será repartido entre todos los ciudadanos bolivianos mayores de edad en libretas de fondos de pensiones que fortalecerán el mercado de capitales. Este proyecto está en discusión y tiene aún muchas trabas para su probable aplicación, pero lo más importante es que la reforma de las empresas monopólicas es una prioridad nacional. La Reforma educativa, que busca mejorar la calidad de la educación, extender la cobertura y aumentar la retención en la escuela. Todo ello a través de transformar el currículo, fortalecer institucionalmente al sistema, dotar a las Escuelas de Equipamiento e infraestructura y reordenar el financiamiento del sector. La situación de la educación en Bolivia es tan alarmante que esta reforma es tal vez la más importante de todas en el proceso de cambio estructural por su efecto económico, social y político. La Reforma del sistema de fondos de pensiones y de la seguridad social, que pretende mejorar la administración de los aportes de los trabajadores, generar rentabilidad sobre los aportes, crear una renta segura de jubilación, constituir los fondos aportados en fondos de inversiones. Se busca licitar las Administraciones de los Fondos de Pensiones, y los fondos serán capitalizados en forma individual y no irán a un fondo común. Por tanto, el aportante tendrá la opción de elegir entre varias administradoras y recibirá una rentabilidad sobre sus aportes. La Participación Popular, cuyo contenido todavía no ha sido discutido pero pretende lograr los objetivos que se perseguían con la descentralización administrativa del Ejecutivo, reconociendo además a las organizaciones de las comunidades originarias. 4. La nueva concepción de lo social. Dentro de este proceso de radicales cambios estructurales en lo político y en lo económico también lo social tenía que cambiar, no sólo por una necesidad de redefinir los roles y dar mayor eficiencia a la inversión social, sino y sobretodo por los elevadísimos niveles de pobreza estructural que soportaba el país por décadas, además del costo adicional que implicaba el propio proceso de reformas. Tal como se indica en la Estrategia Social Boliviana (1991) el hecho de que los indicadores sociales hace dos o tres décadas mostraran niveles de pobreza tan agudos, originó que las acciones en el campo social iniciadas en esos períodos tuvieran resultados importantes. No obstante, en relación a la media latinoamericana, las condiciones sociales de Bolivia aún expresan importantes grados de atraso relativo. La pobreza en Bolivia afecta a más del 60 por ciento de la población, en particular al área rural y a los grupos marginados de las áreas urbanas. Los principales problemas de la vieja política social se pueden resumir en los siguientes: I) Se pretendía resolver los problemas sociales en forma simultanea y por tanto no había prorización del uso de estos recursos. II) No se tenían definidos grupos objetivo. III) Existía un bajo nivel de coordinación y alto nivel de centralización institucional, tanto en la definición de las políticas como en la ejecución. IV) Una excesiva burocracia con duplicidades de acción. V) Falta de visión estratégica. VI) El gasto social era considerado un gasto corriente y no era parte de la inversión en capital humano. Los cambios más importantes de la nueva concepción de la política social se pueden resumir en los siguientes: I) se deben identificar y priorizar los grupos objetivo para tener un avance paulatino en la solución del problema de la pobreza, Los grupos objetivo son los más vulnerables y éstos son los que menos capacidad de presión ejercen en la sociedad y , por tanto, su priorización es más complicada. II) Debe existir una reforma institucional seria para poder tener más eficiencia en los gastos sociales; no se puede tener eficiencia con muchas instituciones y con el excesivo centralismo. Por tanto, deben haber reformas institucionales definiendo roles más precisos en el marco de un proceso de descentralización de decisiones según las necesidades. III) Con mejores instituciones deben otorgarse mayores recursos a la inversión social; haciendo especial énfasis en el control del uso de recursos por objetivos alcanzados. IV) La información social es un elemento clave para priorizar mejor, tanto como para ejercer un mejor control de las inversiones sociales. Estos nuevos conceptos determinan que lo social debe armonizarse con o económico a través del capital humano. La salud, la educación, la dotación de servicios básicos son tareas de un moderno Estado descentralizado que debe usar los recursos con mayor eficiencia. Los logros sociales permitirán un mejor comportamiento económico pues mejores recursos podrán tener mayores rendimientos, y también serán más exigentes en su participación democrática. Cuadro No 3 Indicadores sociales 1976 1992 (%) Población 4,613,486.0 6,420,792.0 Tasa de mortalidad infantil x 1000 151.0 75.0 -50.3 Tasa de analfabetismo (%) 36.8 20.0 -45.7 Hogares c/acceso a redes de agua (%) 39.0 54.0 38.5 Hogares que disponen de enrgía eléctrica (%) 34.0 55.0 61.8 Incidencia de la pobreza en los hogares Población urbana(%) 66.3 51.1 -15.2 Población rural(%) 98.6 93.5 -5.1 Fuente: Instituto Nacional de Estadística. Censos Nacionales de Población y Vivienda 19761992. Elaboración propia 5. Los hechos de la nueva política social Las nuevas instituciones Después de la aplicación del D.S. 21060 se creó el Fondo Social de Emergencia (FSE), institución encargada de administrar recursos para la aplicación de una política de empleo de emergencias. Un pequeño equipo de jóvenes profesionales se encargó de dicha tarea y sus resultados fueron sorprendentes; en el proceso de estabilización cumplió un papel fundamental: gastar pocos recursos en mucha gente con empleo inmediato pero también de corto plazo. Básicamente fue aplicar eficientemente una política keynesiana de gasto enfocada a la infraestructura básica. El resto de las instituciones de política social no cambiaron en absoluto. Por el contrario se deterioraron aceleradamente por que fueron cada vez más incapaces de cumplir el rol para el que habían sido creadas. La causa de esta creciente incapacidad fue que los niveles de decisión de política – por una simple conveniencia presupuestaria- se encargaron de la ejecución de dichas obras sociales; es así que por ejemplo el Ministerio de Educación se distraía construyendo escuelas; o el de Salud Pública construyendo hospitales. En la segunda etapa se decidió corregir este error creando Fondos de Desarrollo que se encarguen de ejecutar las políticas de los Ministerios. El FSE que luego se denominó Fondo de Inversión Social se encargó de las obras públicas de infraestructura básica, sustituyendo el trabajo que venía haciendo el Ministerio de Asuntos Urbanos. El Fondo de Desarrollo Campesino, dedicado a las obras en el área rural. Estas nuevas instituciones han jugado un rol importante en la ejecución de obras y le han quitado poder real a los Ministerios que, sin recursos que ejecutar habían quedado muy debilitados. Para concentrar la decisión política en lo social se creó el Consejo Nacional de Política Social (CONAPSO) liderado por el jefe del equipo económico del gobierno, el Ministro de Planeamiento y coordinación. Se creó luego la Unidad de análisis de Políticas sociales (UDAPSO), cuyo objetivo principal era ser el brazo técnico de diseño del CONAPSO. La excelente experiencia de la Unidad de Análisis de Políticas Económicas (UDAPE) fue aplicada a lo social. El cerebro generados de los nuevos planteamientos inició sus tareas desde la colección básica de información hasta el seguimiento de las propuestas, como la de la Reforma Educativa , por ejemplo. El cambio de organización, denominación y tareas de la Junta Nacional de Solidaridad y Desarrollo Social (JNSDS) fue algo muy significativo. La JNSDS era la principal institución encargada del tratamiento de los problemas del niño y la mujer. La presidente era por derecho la esposa del Presidente de la República, lo que marcaba de inicio la falta de criterio técnico y la absoluta dependencia política de la institución, además que estaba desconectada del sistema de Inversión Pública, recibía escasos recursos y tenía una deficiente organización. El actual Organismo Nacional del Menor, Mujer y Familia (ONAMFA) instituido por Ley de la República No 1403 de diciembre de 1992 es una nueva institución adecuada a la realidad. De hecho la nominación de su Presidente corresponde a una selección hecha en el Senado Nacional y ya no es más una dependencia directa del Presidente. La nueva administración de gobierno hizo cambios adicionales a la institucionalidad. Se ha creado el Ministerio de Desarrollo Humano, ministerio cabeza de todos los sectores sociales: educación, salud, infraestructura básica. Y ahora comparte un mismo rango con el Ministerio de Hacienda y Desarrollo Económico y con el Ministerio de Desarrollo Sostenible, los tres denominados “superministerios” en la nueva organización del Poder Ejecutivo. Estos cambios pretenden fortalecer la capacidad rectora de los entes de definición de política, como son los ministerios y ahora las nuevas secretarías de Estado. De todas maneras, se ha ratificado la importancia del cambio estructural ratificando el rol básico de estas nuevas instituciones que deben llevar adelante estas difíciles tareas imprescindibles bajo cualquier perspectiva. Más y mejor información No sólo bastaron nuevas instituciones para encarar la nueva política social. La información fue un tema de gran relevancia para tener mayor objetividad en la inversión social. Las variables sociales han estado –y la deficiencia todavía no ha sido totalmente superada- casi sin control. Un ejemplo simple ratifica esa aseveración: no se había realizado el Censo Nacional de Población y Vivienda (CNPV) desde 1976 hasta 1992. Los daros obtenidos en el CNVP de 1992 demuestran lo importante que es contar con información para dar mayor objetividad a la política . Bolivia crece menos de los que se creía: 2,1 por ciento anual en vez de 2,8 como se había estimado erróneamente. La población urbana crece velozmente: 4,16 por ciento, frente a sólo 0,09 por ciento en el área rural. El departamento de Santa Cruz muestra mayor dinámica: crece al 4,2 por ciento frente a Potosí –el departamento más oprimido- que decrece en 0,12 por ciento, todos los datos expresados son entre 1976 y 1992. UDAPSO tiene una gran tarea al interpretar estos resultados y juega un rol importante para la definición de las políticas. Para ello se ha creado el Subsistema de Información Social (SIS) para coordinar todo el proceso de información social que había estado sin control y disperso en decenas de instituciones estatales. Se determina la confección del Mapa de la Pobreza con el objeto de focalizar las políticas a aplicar. Existen muy pocos recursos y deben ser destinados primero a los más pobres, Ese fue el objetivo y luego de concluido debe ser guía importante de asignación. Mayores recursos para lo social Todo lo anterior no tendría sentido si no existe una clara decisión de asignar más recursos para lo social. Sin embargo, en el proceso de mejora institucional y de conocer mejor la información sigue siendo difícil la asignación de recursos adicionales para lo social. Los montos presupuestados de inversión social están siendo incrementados en forma permanente. De acuerdo a los datos oficiales expuestos en el Testimonio del Cambio (1993) la inversión social se incrementa de 9,8 por ciento del total de la inversión en 1991 a 21 por ciento en 1993. La Ley de Privatización 1330 de abril de 1991 determina que todos los recursos que se obtuvieron de la privatización de las empresas públicas serán destinados exclusivamente a la inversión social. De acuerdo a l Testimonio del Cambio (1993) se han asignado estos recursos para 205 proyectos – de los cuales 103 han sido canalizados a través del FIS- habiendo beneficiado a casi 350.000 personas y se han distribuido básicamente en educación, salud y saneamiento básico. Por su parte, los Fondos de Desarrollo han incrementado su capacidad de inversión en el tiempo y han afinado su actuación en lo social. De acuerdo a datos preliminares, en el Presupuesto General de la Nación para la gestión 1994, el monto de recursos para la inversión social puede superar los niveles anteriores, sin embargo, esta buena intención se ve obstaculizada porque la nueva organización del Poder Ejecutivo todavía funciona adecuadamente. Además, la propuesta de Ley de Participación Popular va a implicar, en caso de aprobarse, una gran redistribución de recursos estatales. Se ha determinado que los recursos de inversión regional sean asignados a cada comunidad en función del número de personas. Esto implica además el reconocimiento de organizaciones que antes jamás habían tenido acceso a recursos estatales. 6. El costo social Cambio estructural para paliar el costo social Una evaluación resumida de la realidad social boliviana permite constatar importantes conclusiones acerca del costo social, de los problemas estructurales y de las tareas que quedan pendientes. El Cuadro No 3 resume el crecimiento demográfico, la situación de la salud, de la educación y del acceso a servicios básicos; además de la situación de la pobreza tanto a nivel rural como urbano. Se comparan los períodos 1976 y 1992, años en los que se realizaron censos nacionales de población y vivienda. Una primera conclusión general es que las condiciones sociales entre 1976 y 1992 mejoraron en forma significativa a pesar de lo cual la situación social sigue siendo muy compleja y todavía alejada de los promedios que se observan para Latinoamérica. La mejora más notable s observa en el área de salud en la que se reduce la tasa de mortalidad infantil de 151 por mil a 75 por mil en los años anotados. Esto se debe sobre todo a la aplicación persistente de una política de salud iniciada en el año 1982 y sostenida a pesar de los cambios de administración de gobierno. La mejora en educación es también importante aunque insuficiente. Se reduce la tasa de analfabetismo de 37 por ciento a 20 por ciento entre 1976 y 1992. Sin embrago, a diferencia de lo que ocurre en salud, la estructura institucional del área educativa está tan deteriorada que sin reformas profundas no tiene perspectivas de sostenerse. El acceso a servicios básicos también observa mejoras importantes. En 1992 el 52 por ciento de los hogares accede a agua en redes y el 55 por ciento accede a energía eléctrica; la mejora es más notable en electricidad habiendo mejorado en un 62 por ciento en el período de referencia. Cabe resaltar que en este período de análisis en el que se observan estas mejoras generales se registraron dos fenómenos importantes. Primero la hiperinflación asociada a una crisis recesiva sin precedentes en la economía boliviana y, en segundo lugar, en este período también se efectúa el ajuste fiscal financiero junto a reformas estructurales de gran importancia. Una segunda conclusión que se obtiene de este análisis es que la velocidad de mejora de las condiciones sociales es insuficiente debido a que las condiciones iniciales son tan malas que a esta velocidad, las mejoras pueden no ser perceptibles en el corto plazo y en su momento podrían incluso afectar el proceso democrático. Otra conclusión importante es que si bien a nivel general los resultados son positivos, los resultados pera el área rural son alarmantes. La pobreza rural llegaba al 98,6 por ciento en 1976 y en 1992 llega a 93,5 por ciento; en tanto que en el área urbana se reduce de 66 por ciento en 1976 a 51 por ciento en 1992. Por tanto, se reafirma el hecho de que la política social debe focalizarse en los grupos de extrema pobreza que están concentrados en las áreas rurales y en los cinturones de marginalidad de las principales ciudades. Cómo ejemplo, en el caso de la educación se puede verificar este análisis puesto que la peor situación educativa en el país se tiene en el área rural, a nivel de la información primaria y con énfasis en las niñas campesinas. Ello obliga a focalizar los recursos asignando proporciones mayores a estos rubros donde la situación es más compleja; sin embargo, la capacidad de presión de los grupos de educación superior es tan grande que muchas veces se obligan a asignaciones que razonablemente no corresponden. En Bolivia se asigna el 31 por ciento de la inversión pública a la inversión en educación terciaria; frente al 12,8 por ciento en Tailandia y 9,3 por ciento en Corea, según los datos oficiales de la Reforma Educativa. Otro ejemplo contundente se da en salud; la cantidad de niños que mueren al nacer por falta de condiciones higiénicas es tan significativa que la mayor parte de los esfuerzos deberían destinarse prioritariamente a solucionar este aspecto. Según los datos oficiales el problema de mortalidad infantil es el más grave. Sin embrago la presión por construcción de hospitales en áreas urbanas es tan grande que de manera muy fácil se pueden distorsionar el uso de los escasos recursos con los que cuenta el país. Con el costo de un hospital urbano se podría salvar la vida de varios miles de madres y niños dotando de simples instrumentos higiénicos para el nacimiento. Privilegiar y priorizar en forma eficiente es sumamente importante para lograr resultados imprescindibles en el corto plazo. Lamentablemente sin una visión clara del problema social pueden cometerse errores de mala asignación de recursos, que no sólo quitan velocidad a la solución de los graves problemas sino y sobretodo que distraen la actuación del Estado en la solución de estos problemas. Otra importante conclusión del análisis es que es más importante tener una idea clara de los objetivos de la política social más que de la cantidad de recursos que se tiene para este fin. En el pasado, sin priorizar, sin focalizar, con excesiva centralización, sin instituciones adecuadas y sin cambio estructural, se han malgastado escasos recursos y los resultados podían haber sido mucho mejores. Por último, la democracia tienen efectos sumamente importantes en la solución de los problemas sociales que no deben desperdiciarse en absoluto. La participación de la comunidad en las soluciones sociales es muy importante porque sólo en la comunidad se conocen y se pueden priorizar las soluciones. Difícilmente desde los escritorios de los burócratas del Estado se observan los problemas sociales en su real magnitud. Por ello, el cambio estructural lleva consigo reformas fundamentales que permitirán dar saltos cualitativos de gran magnitud. La reforma educativa, la descentralización, la reforma del régimen de pensiones entre otras, son medidas que van a coadyuvar a acelerar las soluciones imprescindibles que requiere nuestra sociedad. Costo social e instrumentos Según Morales (1988), los principales efectos del ajuste fiscal no pueden visualizarse con precisión. Para el equipo económico del gobierno, la caída del producto y del empleo en 1986 se debe al la bruta caída de los términos de intercambio sufrida ese año –principalmente a causa de la caída del precio del estaño-. Lamentablemente, las dificultades de medición en el mercado de trabajo dificultan la tarea más bien la informalización laboral se agudizó en el período posterior al ajuste. Se puede conjeturar, asevera Morales (1988), que los efectos negativos de largo plazo de la reducción en el gasto público social, especialmente en educación, constituyen los principales costos del programa de estabilización El principal instrumento utilizado en la etapa 1985.1990 para paliar el costo social del programa de estabilización fue el Fondo Social de Emergencia cuyos aspectos institucionales fueron explicados con anterioridad. El FSE tuvo objetivos de corto plazo, inmediatos y de emergencia. No se planteó objetivos estructurales ni mucho menos. Su tarea principal se resumía en constituirse en un puente entre la crisis y la reactivación productiva. En Avila, Campero y Patiño (1992) se efectúa una evaluación completa y en profundidad del FSE. Sus autores fueron partícipes, desde la idea hasta la ejecución operativa de los trabajos. Los recursos que atrajo como donaciones y préstamos el FSE en los años 1988 al 1990 alcanzaron a casi 200 millones de dólares, Los empleos directos que creó fueron 19.000 y 21.500 los indirectos. Los proyectos financiados alcanzaron a 181 millones de dólares de los cuales el 44 por ciento se destinaron a infraestructura económica, 43 por ciento a infraestructura social y el resto a asistencia social y asistencia económica. Su contribución al crecimiento económico de acuerdo a una estimación de UDAPE (1992) fue de 0,6 por ciento de una tasa de 2 por ciento. Entre 1987 y 1990 ejecutó proporciones importantes de la inversión pública sin tomar en cuenta el sector energía e infraestructura –los dos más importantes de la inversión pública-. En los sectores salud, educación, saneamiento básico, urbanismo y vivienda y multiservicios ejecutó, en ese período en promedio, el 49 por ciento de la inversión pública total. Las críticas más importantes que ha recibido este programa de alivio de la crisis han sido enfocadas en sentido de que se han gastado recursos sin ninguna perspectiva de retorno y más bien endeudando al país, puesto que casi el 50 por ciento de los recursos del FSE han sido préstamos del exterior El empleo generado ha sido empleo transitorio y no permanente y esos recursos – 200 millones de dólares representan el 40 por ciento de la inversión total del país en un año –podían haberse dirigido a actividades productivas directas con creación de empleos permanentes. A mi criterio lo fundamental del FSE es que ha cumplido sus objetivos permitiendo la aplicación del programa de estabilización. Posteriormente el FSE se convirtió en el fondo de inversión social restringiendo su actuación a inversión social en las áreas de educación y salud. Luego de varios años de aplicación del programa de estabilización y en el marco de otras reformas estructurales, el problema del empleo continúo siendo la principal preocupación de la ciudadanía. El cierre total de la banca estatal, la privatización de varias empresas públicas, la continuación de la reestructuración y cierre paulatino de la minería estatal, junto con la readecuación de la precaria industria nacional, siguieron generando problemas de empleo, pero sobre todo de calidad de empleo. Para ello, se planteó un programa de empleo enmarcado en los conceptos del cambio estructural, Los objetivos de este programa se dirigen a mejorar la calidad del empleo basados en un reentrenamiento de recursos humanos, su reubicación más adecuada en el mercado laboral y la formación de microempresas. Para ello, la mayor transparencia era un requisito indispensable. Existe mala información en el mercado laboral y ello determina niveles superiores de subempleo y distorsiones en los centros de enseñanza que educan sin tener criterios de ubicación de sus alumnos en el mercado de trabajo. Iniciando sus tareas, en agosto de 1993, el nuevo gobierno despidió a casi 10,000 personas del sector público y se piensa reducir una cantidad todavía significativa de supernumerarios en el sector. Debido a ello, adoptaron el denominado Plan Alivio, el cual incluye también los principales conceptos del anterior programa de empleo. La novedad del Plan Alivio es que incorpora el pago de un bono de cesantía a todos los nuevos despedidos por espacio de doce meses. Conclusiones En el marco de la democracia y de la economía de mercado, resulta de fundamental importancia el cambio estructural para superar los agudos problemas sociales y para dar viabilidad al proceso de desarrollo económico y político del país. El ajuste fiscal financiero es sólo una parte del proceso de cambio estructural necesario y no suficiente para encarar un proceso de desarrollo. Medir el costo social dela ajuste no es, por tanto, un ejercicio importante sin analizar la magnitud del cambio estructural. Sobre todo en economías como la boliviana donde la magnitud de la pobreza tiene índices alarmantes. No se trata de efectos marginales atribuibles a la aplicación de un modelo sino a la verdadera necesidad de encarar transformaciones radicales. El proceso de reformas en que se encuentra Bolivia está enmarcado en dos grandes ordenadores : la democracia y la economía de mercado. Ambos ordenadores deben ser tomados en cuenta a la hora de evaluar el comportamiento social. Los paliativos del costo social son insuficientes sin encarar el cambio estructural necesario para reformar y adecuar el Estado a ala democracia y a la economía de mercado. Dentro del cambio estructural, es imprescindible tener una visión más clara y precisa de la problemática social puesto que los cambios en la sociedad y en la economía son tan significativos que han vuelto anacrónica la vieja postura de los social. La política social debe reunir requisitos como la focalización, la priorización de objetivos, la eficiencia y control en el gasto social. Para paliar con mayor velocidad el costo social deben acelerarse las reformas estructurales principales como ser la reforma educativa, la reforma de la seguridad social, la descentralización, entre las más importantes. Un énfasis especial debe ponerse en la mejora en los sistemas de información para mejorar la calidad de los resultados de las políticas sociales, mejorando también el control de recursos. Bibliografía Avila, G., Prudencio F y Patiño, J. (1992), Un puente sobre la crisis. El fondo social de emergencias, FSE, La Paz CONAPSO (1991), Estrategia Social Boliviana, Ministerio de Planeamiento y Coordinación, La Paz. Doria Medina S. (1992), La Nueva Política Social, Discursos, 1992, La Paz. Drucker, P. (1989), Las nuevas realidades, Editorial Grijalbo, México. Mesa, G. C. (1990), Presidentes de Bolivia. Entre urnas y fusiles, Editorial Gisbert, La Paz. Ministerio de Planeamiento y Coordinación (1993), Testimonio del Cambio, La Paz. Morales, J.A. (1988), Las políticas de estabilización en Bolivia, 1982. Müller & Asociados (1993), Estadísticas Socio-Económicas, Müller & Asociados, La Paz. Secretaría Nacional de Educación (1994), Reforma Educativa, Ministerio de Desarrollo Humano, La Paz.. UDAPE (1992), Estadísticas Económicas de Bolivia No 3, Ediciones UDAPE, La Paz. UDAPSO (1993), Carpeta de Indicadores Sociales, Ediciones UDAPSO, LA Paz Urquiola, M. 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