Bogotá D - Superintendencia de Sociedades

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220-474
Asunto: Créditos originados en desarrollo de contratos de prestación de servicios públicos domiciliarios
que no fueron presentados para su pago en una liquidación obligatoria.
Me refiero a su escrito radicado en esta entidad el día 18 de septiembre de 1999 con el No. 470.935-0, en el cual,
previas unas consideraciones particulares de hecho, plantea unos interrogantes relacionados con créditos originados
en contratos de servicios públicos domiciliarios que no fueron presentados para su cobro en un concurso
liquidatorio.
Procede este despacho a darle respuesta, en el mismo orden en que fueron formulados.
1.
¿Qué carácter tiene la cuenta presentada por la entidad de servicios públicos al nuevo propietario del
inmueble? ¿Es un gasto de administración?
La facturación correspondiente a la prestación del servicio público domiciliario en un inmueble que en su
momento era de propiedad de una sociedad abocada a un proceso concursal liquidatorio, por períodos
anteriores a la admisión al mismo, y en el cual no se hizo parte la empresa prestadora del servicio en la
oportunidad prevista en la ley para el efecto, no puede ser cobrada al nuevo propietario del
inmueble, como quiera que frente a la legislación concursal, una vez cancelado total o parcialmente el
pasivo externo de la sociedad, conforme a la providencia de calificación y graduación de créditos, y
atendiendo a la vocación extintiva del ente en liquidación, las obligaciones insolutas a su cargo, no pueden
ser cobradas por ninguna otra vía jurídico procesal.
Si se admitiera dicho cobro, sería tanto como habilitar en favor de un acreedor renuente una oportunidad
ya precluída para el efecto, desconociendo todos los principios de concursalidad, la debida interpretación
de las normas procesales, y se crearía, a favor de ciertos acreedores una garantía paralegal y prevalente
sobre los derechos que otorgan la prenda, la hipoteca, la fiducia y aún sobre los créditos de primera
categoría conforme a la le legislación civil.
En consecuencia, bajo ninguna razón jurídicamente válida puede considerarse que la pretendida obligación
constituya un gasto de administración de la sociedad concursada.
2.
¿Se pude considerar un gasto de una entidad estatal y por lo tanto darle prioridad de categoría 1, aunque
no esté calificado?
La calificación de un crédito en materia concursal la otorga la prelación que conforme a la legislación civil le
corresponda. Veamos:
a.
La prelación de créditos a la luz de la legislación nacional.
Sea lo primero advertir que, en nuestro ordenamiento jurídico, en caso de concurrencia de dos o más
acreedores, la regla general de prelación al pago está referida a todos los bienes del deudor como la
prenda común de garantía de las obligaciones a su cargo, salvo los no embargables. En efecto, el artículo
2492 del Código Civil la enuncia de la siguiente manera: "Los acreedores, con las excepciones indicadas,
en el artículo 1677, podrán exigir que se vendan todos los bienes del deudor hasta concurrencia de sus
créditos, incluso de los intereses y los costos de la cobranza, para que con el producto se leas satisfaga
íntegramente, si fueren suficientes los bienes, y en caso de no serlo, a prorrata, cuando no haya causas
especiales para preferir ciertos créditos, según la clasificación que sigue". Y agrega el artículo 2493: "Las
causas de preferencia son solamente el privilegio y la hipoteca. Estas causas de preferencia son inherentes
a los créditos, para cuya seguridad se han establecido, y pasan con ellos a todas las personas que los
adquieren por cesión, sobrogación o de otra manera".
Así, el orden de prelación al pago determina que alguno o algunos créditos sean totalmente satisfechos y
que otros queden insolutos total o parcialmente, dependiendo de la suficiencia de activos para el efecto.
b.
Factores para determinar la preferencia.
Conforme a lo establecido en el artículo 2493 citado, la prelación al pago la determina la preferencia y ésta a su vez
ha de establecerse en algunos casos por la persona del acreedor y en otros por el origen de los créditos o por la
existencia de las denominadas garantías específicas. Doctrinalmente, la preferencia se clasifica en dos grupos: las
generales y las especiales.
"Preferencias generales son aquellas que dan derecho al acreedor para perseguir la satisfacción preferencial de su
crédito, utilizando para ello, la totalidad de los bienes del deudor.
"Preferencias especiales son aquellas destinadas a ser satisfechas mediante la afectación o utilización de
determinados bienes del deudor".
Ahora bien, frente a la concurrencia de créditos que deban ser pagados en el escenario de un proceso concursal
liquidatorio, la legislación civil se ocupa de establecer las llamadas clases o categorías de créditos en los artículos
2495 y siguientes ídem, dentro de las cuales los quirografarios o de quinta categoría son aquellos que no gozan de
preferencia alguna para su pago y sólo pueden hacerse efectivos cuando queden remanentes luego de cancelar
totalmente los créditos de primera, segunda, tercera y cuarta clases, y supone necesariamente, que sus titulares
hayan realizado la presentación de los mismos en la oportunidad prevista en la ley para el efecto.
Al respecto, afirma el profesor Guillermo Ospina Fernández: "Como los créditos de quinta clase tienen que ceder el
paso a los créditos de las cuatro clases anteriores, aquellos se hacen efectivos sobre el remanente de los bienes del
deudor, ya sea para ser satisfechos totalmente si este sobrante alcanza para ello, o de no alcanzar, a prorrata de
sus valores. Así, existiendo dos créditos de esta clase, uno por $ 100.000 y otro por $ 50.000, si el sobrante es de $
90.000, el primero recibirá $ 60.000 y el segundo $ 30.000. Tal es lo preceptuado por el artículo 2509, que es de
este tenor: "La quinta y última clase comprende los bienes (léase créditos) que no gozan de preferencia. Los
créditos de la quinta clase se cubrirán a prorrata sobre el sobrante de la masa concursada, sin consideración a su
fecha".
En ese orden de ideas, habrá de concluirse que el crédito originado en la prestación de servicios públicos
domiciliarios, anteriores a la apertura del proceso concursal, es de naturaleza quirografaria, no detenta una
prelación sobre las categorías superiores y su pago deberá realizarse a prorrata sobre el sobrante de la masa
liquidable sin consideración a sus causas, ni de sus fechas, ni de sus pruebas. Es decir, se procederá a repartir una
cantidad entre varios, según la parte que proporcionalmente le corresponda a cada uno, siempre que todavía
quedaren activos o bienes para ello una vez cancelados los créditos de mejor derecho.
1.
¿Es un crédito extemporáneo y por lo tanto deberá esperar al final de la liquidación por si sobran
excedentes?, y si no los sobran, no será cancelado ni hay obligación de hacerlo?
La extemporaneidad supone que el titular del crédito lo presentó para su cobro por fuera de la oportunidad
prevista en la ley para el efecto. Por su parte, no presentarlo en tiempo y ni siquiera extemporáneamente,
tiene la misma consecuencia jurídica que haberlo presentado en forma extemporánea, es decir,
imposibilidad fáctica de perseguir su cobro y pago por cualquier otra vía jurídico procesal.
2.
¿Qué defensa tiene el propietario de buena fe que adquirió el inmueble, dado que la empresa de servicios
públicos tiene la capacidad de hecho de bloquearle el suministro del servicio, aduciendo que existe una
cuenta por pagar anterior y que esa cuenta, de acuerdo con la norma de servicios públicos, impide que se
le preste un nuevo servicio, a pesar de tener las características ya indicadas?
Como se anotó en la respuesta a la primera pregunta, incurriría la empresa de servicios públicos
domiciliarios que así actúa, en una conducta a todas luces reprochable y susceptible de sanción por parte
de las autoridades que ejercen control sobre la actividad.
3.
¿Qué obligación tiene el liquidador de cancelar dicha cuenta, para no perjudicar al tercero, pero
perjudicando a los que están en el orden de calificación de créditos, puesto que se utilizarían recursos para
dicho propósito, que impedirían cancelarle a algunos de los ya calificados?
Justamente porque se causaría un irremediable perjuicio a los acreedores de mejor derecho, es que el liquidador no
está obligado a cancelar la citada cuenta. Adviértase, en todo caso, que el liquidador no está obligado a cancelar
obligaciones distintas a las calificadas y graduadas en la respectiva providencia, y, obviamente, hasta donde
alcancen, pues, como arriba se anotó, bien puede suceder que por la insuficiencia de bienes y activos liquidables
queden obligaciones insolutas total o parcialmente.
No obstante las consideraciones anotadas, nos permitimos anexar copia del Oficio No. 100-67482 del 20 de octubre
de 1999, dirigido a CODENSA S.A. E.S.P., suscrito por el Superintendente de Sociedades, en el que de manera
más puntual la entidad ha fijado su posición frente a los mismos supuestos de hecho.
En los anteriores términos damos respuesta a su consulta, no sin antes advertirle que el alcance del presente
pronunciamiento es el contemplado en el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.
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