Euro: ¿Nace una nueva estrella? Parto contable y fiscal Euro

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Euro: ¿Nace una
nueva estrella?
Parto contable y fiscal
S r. José Mª Gay Saludas.
Profesor titular de Economía Financiera y Contabilidad de la
Escuela de Empresariales de la Universidad de Barcelona.
Vocal de la Comisión de Principios y Normas de Contabilidad
de la AECA. Miembro de la APPTTCB.
En primer lugar, debemos recordar, si bien ello es
conocido por todos, cuál es el calendario de la introducción
del euro:
•En 1998, se lleva a cabo la selección de países que
adoptan inicialmente el euro, así como la fijación
definitiva del tipo de conversión moneda nacional/euro.
•El “período transitorio” se extiende desde el 1 de
enero de 1999 hasta el 31 de diciembre de 2001.
Durante este período, la peseta se convierte en una
subdivisión del euro según el tipo de conversión
(166, 386 pesetas) y el euro se considera la nueva
moneda nacional.
•Sin embargo, hasta el 1 de enero de 2002 no se
produce la puesta en circulación definitiva de los
nuevos billetes y monedas de euro y céntimos de
euro, así como la sustitución de los billetes y monedas nacionales y el inicio del denominado “período
de coexistencia”. En virtud del acuerdo de 8 de
noviembre de 1999, cada Estado miembro fijaba la
duración de este período de convivencia de las dos
monedas, el euro y la moneda nacional, que debía
ser de entre cuatro semanas y dos meses.
•Ahora bien, a partir del 1 de marzo de 2002, la
peseta y los demás billetes y monedas nacionales
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dejan de ser de curso legal y el euro se convierte en
la única moneda válida de la Unión Económica
Monetaria. No obstante, hasta el 30 de junio de
2002, todavía se pueden cambiar, en cualquier entidad financiera, las pesetas por euros. Y finalmente,
a partir del 1 de julio de 2002 y sin límite alguno,
el canje deberá realizarse en las oficinas del Banco
de España.
Examinaremos a continuación la normativa reguladora de la entrada en vigor de la moneda única europea.
Por una parte, la Ley 46/1998, de 17 de diciembre, sobre
introducción del euro (B.O.E. del 18 de diciembre), conocida coloquialmente como “Ley Paraguas”, marca el itinerario
para la implementación del euro. Se plantea la primera
cuestión: ¿era absolutamente necesario promulgar una ley
de adaptación para la introducción del euro?
Asímismo, el Reglamento (CE) número 1103/97, del
Consejo, de 17 de junio de 1997, sobre determinadas disposiciones relativas a la introducción del euro, determina:
•La sustitución del ecu por el euro, a partir del 1 de
enero de 1999.
•La proclamación del principio básico de continuidad de todos los instrumentos jurídicos.
S r. José Mª Gay Saludas. Irofesor titular de Economía Financiera y Contabilidad de la Escuela de Empresariales de la
Universidad de Barcelona. Vocal de la Comisión de Principios y Normas de Contabilidad de la AECA. Miembro de la APPTTCB.
•La fijación de las correspondientes reglas de redondeo, de los importes monetarios resultantes durante el período transitorio.
Por otro lado, el Reglamento (CE) número 974/98,
del Consejo, de 3 de mayo, sobre la introducción del euro,
establece:
•La sustitución de las monedas de los estados
miembros participantes en la tercera fase por el
euro.
•El establecimiento de las reglas ordenadoras del
período transitorio, que son las siguientes:
-Pervivencia de las unidades monetarias nacionales
como subdivisiones del euro
-Validez de la unidad monetaria nacional como referencia a un instrumento jurídico
-Inalterabilidad de los instrumentos jurídicos con la
llegada del euro
-Reconocimiento del principio “no obligación-no
prohibición”
-Coexistencia de billetes y monedas de las respectivas unidades monetarias nacionales, como instrumentos de curso legal
-Concreción del régimen de puesta en circulación
de los euros (billetes y monedas) y fijación del procedimiento de canje
Otra de los problemas que se plantean en relación
a la nueva moneda es el tema de la redenominación. La
redenominación no es más que el cambio irreversible de la
unidad de cuenta “peseta” a la unidad de cuenta “euro”,
siempre conforme al tipo de conversión y una vez practic ado el correspondiente redondeo.
Es importante tener en cuenta que la redenominación no tiene carácter de hecho imponible tributario, lo que
es crucial fiscalmente hablando, concretamente en materia
del Impuesto sobre Sociedades. Durante el período transitorio, la redenominación de un instrumento jurídico comporta necesariamente la alteración material de la expresión
de la unidad de cuenta. Pero una vez finalizado este período transitorio, es decir, a partir del 1 de enero de 2002, la
redenominación se entenderá automáticamente producida,
con arreglo a lo dispuesto por la “Ley paraguas.”
El tipo de conversión, como es de sobras conocido,
es el adoptado irrevocablemente por el Consejo de la
Comunidad europea para sustituir la peseta por el euro, es
decir: 1 euro= 166,386 pesetas.
La redenominación afecta, entre otros, a la cifra del
capital social, a los valores integrantes de una emisión, a las
cuentas abiertas en entidades de crédito y a la deuda pública. Dicha redenominación comportará, por lo general, la
renominalización, es decir, los reajustes que se formularán
en la cifra del capital a fin de que el valor resultante de las
acciones que lo integran no sea un valor raro, difícil y
estrambótico que manejar, a la vez que para ajustar el montante total del capital al valor de las acciones expresadas en
euros. En realidad, renominalización significa ajustar al cén timo más próximo el valor nominal de las acciones, participaciones y cuotas sociales del capital social en euros.
Según el artículo 21 de la Ley 46/1998, de 17 de
diciembre: “la redenominación de la cifra de capital social
de las sociedades mercantiles se realizará exclusivamente
mediante la aplicación a dicha cifra del tipo de conversión ,
redondeando posteriormente su importe, de conformidad
con lo dispuesto en el artículo 11 de esta Ley. Realizada esta
operación, el valor nominal de las acciones o participaciones
se hallará multiplicando la cifra resultante en euros por un
número que exprese la parte alícuota del capital social que
el valor nominal de dicha acción o participación representare respecto de la cifra original expresada en pesetas.”
Ahora bien, ¿qué ocurre con el valor nominal resultante en euros de las acciones o participaciones? Pues que
no se redondeará, si bien podrá reducirse el número de
decimales, por razones prácticas, hasta un número no inferior a 6. Sin embargo, si a consecuencia de la redenominación el valor nominal de las acciones, participaciones o cuotas sociales resultante arroja una cifra con más de dos decimales, se puede redondear hasta dejar la cifra en sólo 2
decimales, estableciendo un valor al alza o a la baja al céntimo más próximo. El redondeo debe realizarse por exceso
o por defecto al céntimo más próximo.
Se debe tener en cuenta que si el ajuste exige una
reducción del capital social, debe crearse una cuenta de
reserva indisponible. El aumento del capital, en su caso,
debe realizarse con cargo a reservas disponibles.
Cuenta “ex novo”: (119) D IFERENCIA POR AJUSTE DEL CAPITAL A EUROS. Esta cuenta figurará en el pasivo del balance, dentro del subgrupo 11 que es el destinado
a recoger las reservas y, por lo tanto, pertenecerá a los fondos propios de la empresa.
Y en todo caso, el ajuste por reducción del valor
nominal no puede realizarse cuando la cifra resultante del
capital social sea inferior al capital mínimo establecido legalmente.
Por tanto, se plantea la cuestión: ¿sería posible que
a raíz de esas operaciones se alterase la proporción de las
acciones o participaciones con respecto a la cifra del capital
social? No, en absoluto. No la puede alterar en forma algu-
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t
na, a todos los efectos legales y estatutarios, tal y como establece el artículo 21 de la Ley Paraguas.
Veamos un ejemplo: Aplicando el tipo de conversión de 166,386 ptas. = 1 euro, se tiene este detalle de la
cifra de capital social de una sociedad anónima:
CONCEPTO
PESETAS
CONVERSION A EUROS
CAPITAL SOCIAL
105.000.000
631.062,7096
REDONDEO EN
EUROS
631.062,71
NUMERO DE ACCIONES
10.000
10.000
10.000
VALOR UNITARIO O NOMINAL
DE LA ACCION
10.500
63,106270
63,11
Capital resultante= 10.000 acciones X 63, 11 euros cada una =631.100,00
Capital resultante sin ajuste al céntimo más próximo =631.062, 71
DIFERENCIA POR AJUSTE= AUMENTO DE CAPITAL 37,29
La redenominación y la renominalización responderían al siguiente detalle:
VALOR NOMINAL DE
LA ACCION EN E UROS
CAPITAL SOCIAL EN E UROS
AUMENTO O REDUCCIÓN
DEL CAPITAL EN EUROS
Redenominación
63,106270
631.062,71
-
Renominalización
(con aumento)
63,11
631.100,00
+37,29
Número de acciones
10.000
10.000
10.000
Y por tanto, contablemente se formularía:
37,29 (117) RESERVAS VOLUNTARIAS
(CAPITAL SOCIAL)37,29
A 100
La Dirección General de los Registros y el Notariado
ha interpretado el artículo 28 de la Ley 46/1998, de 17 de
diciembre, en respuesta a la consulta sobre si el aumento
de capital podía llevarse a cabo, aunque fuera con esa finalidad, mediante aportaciones de los socios, en el sentido de
que tal supuesto quedaría fuera de la habilitación legal de
los administradores, por lo que en ningún caso sería válido
un acuerdo de los mismos en tal sentido.
Por el contrario, manifiesta la DGRN que no existe
obstáculo, en principio, para que se llegue a ese resultado,
en virtud de acuerdo de la Junta General, adoptado con los
requisitos legales y estatutarios para acordar una ampliación
de capital. No obstante, advierte que un acuerdo en tal sentido implicaría para los socios la obligación de llevar a cabo
una nueva aportación al capital social, lo que por disposición legal no cabe sin la aquiescencia o el consentimiento
de los interesados o afectados. En consecuencia, tan sólo
sería posible si tal acuerdo se adopta en Junta General con
asistencia de todos los socios y por unanimidad.
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La redenominación, pese a ser una modificación
estatutaria, sólo exige una certificación del acuerdo adoptado por el órgano de administración, con las firmas legitimadas, donde conste fehacientemente que se ha llevado a
cabo. En las sociedades cooperativas, el órgano competente es el Consejo rector.
En cuanto a las sociedades afectadas por la redenominación del capital social en euros, son las siguientes:
•Sociedades colectivas, excepto las sociedades formadas exclusivamente por socios que sólo hubieran
aportado o se hubieran obligado a aportar servicios
(artículos 125 del Código de Comercio y 209 del
R.R.M.)
•Comanditarias simples (con la misma mención que
en el punto anterior)
•Comanditarias por acciones
•Sociedades anónimas
•Sociedades de responsabilidad limitada
•Agrupaciones de interés económico
•Sociedades de garantía recíproca
•Sociedades anónimas laborales y limitadas laborales
•Sociedades cooperativas
S r. José Mª Gay Saludas. Irofesor titular de Economía Financiera y Contabilidad de la Escuela de Empresariales de la
Universidad de Barcelona. Vocal de la Comisión de Principios y Normas de Contabilidad de la AECA. Miembro de la APPTTCB.
En materia de Impuesto sobre Sociedades, según lo dispuesto por la Ley de introducción del euro, las diferencias
producidas a consecuencia del redondeo no deberían integrarse en la base imponible del mismo, corrigiéndose el
resultado contable mediante los pertinentes ajustes positivos o negativos. Las dotaciones para la cobertura de reparaciones extraordinarias serán deducibles si corresponden a
un plan formulado por el sujeto pasivo y aceptado por la
Administración tributaria (según los requisitos establecidos
por el Reglamento).
Pues bien, del primer apartado del citado artículo 27, se
desprende que para los ejercicios cerrados durante el período transitorio - insistimos, desde el 1 de enero de 1999
hasta el 31 de diciembre de 2001, ambos inclusive - las
cuentas anuales, que incluyen en su caso las consolidadas,
se pueden formular, depositar y publicar expresando sus
valores en pesetas o en euros, correspondiendo la decisión
sobre en qué moneda se expresarán los estados financieros
al órgano de administración de la entidad, salvo en el caso
de fondos de pensiones.
Los costes de adaptación al euro, en base a ello, se tratan como gastos corrientes, y por tanto fiscalmente deducibles.
Por consiguiente, en base a ello cualquier atisbo de
posible discusión queda zanjado. Como el ejercicio económico terminado a 31 de diciembre de 2001 coincide con el
último día del período transitorio, las cuentas anuales relati vas al último año 2001 pueden expresarse perfe ctamente
en pesetas, si ésta es la opción por la que se decanta el
órgano de administración de la sociedad, o en euros, si se
elige esta posibilidad.
Por lo demás, las operaciones que se identifiquen con
ampliaciones, mejoras y renovaciones del inmovilizado no
plantean problemas desde la óptica fiscal, al aceptarse los
pronunciamientos contables al respecto.
Sin embargo, quedan todavía numerosos “tabús” en
relación a los aspectos fiscales del euro. ¿Por qué se ha
reducido el período de cambio de pesetas a euros, de 6
meses a 2 meses, hasta el 28 de febrero de 2002?
¿Hacienda pondrá en marcha mecanismos de control del ya
llamado “euroblanqueo” (debemos considerar que en torno
al 15 o 20% de nuestro P.I.B. constituye economía sumergida) ¿Se investigará a los adquirentes de productos atractivos para el dinero negro (inmuebles y terrenos, fincas, vehículos de gama alta, depósitos de bancos en el exterior,
obras de arte y antigüedades, etc.)? ¿Por qué no se establece una amnistía fiscal?
En cuanto a las salidas de divisas, ¿es aconsejable que,
a partir del 1 de enero de 2002, las entidades bancarias
puedan cambiar hasta 2 millones y medio de pesetas por
su equivalencia en euros, sin exigir ningún tipo de justificación documental sobre la procedencia de estos ingresos?
Además, debemos tener en cuenta que la cantidad se refiere a una sola operación, por lo que será posible realizar el
canje en varias ocasiones o en diversas oficinas, en principio, sin problema alguno.
Ahora bien, para el cambio de más de 5 millones de
pesetas, sí se requerirá autorización administrativa.
Por último, la propia Ley 46/1998, de 17 de diciembre,
destina su artículo 27 a regular las medidas relativas a las
obligaciones contables. La pregunta que se plantea de
entrada es la siguiente: las cuentas anuales correspondientes al ejercicio 2001, ¿deberán expresarse en pesetas o en
euros?
En el caso de cuentas anuales consolidadas de un
grupo, se recomienda que se expresen en la misma moneda en que se expresen las cuentas anuales de la sociedad
dominante.
Sin embargo, no debemos olvidar que, a partir del 1 de
enero de 2002, la formulación de las cuentas anuales deberá realizarse expresando exclusivamente sus valores en
euros, y las anotaciones de las operaciones en los libros de
contabilidad también deberán figurar obligatoriamente en
euros.
Por último, el Ponente facilita unos breves consejos para
afrontar la llegada del euro:
•Como todos sabemos, hasta el 1 de enero de 2001
la moneda euro no es válida y hasta el 15 de diciembre, en principio, los particulares no pueden disponer
de euros. Por tanto, si alguien intenta cambiarle de
pesetas a euros, aprovechando la confusión, sobretodo en personas de edad avanzada, lógicamente éstos
serán falsos.
•No se inquiete por la seguridad de su dinero. La
moneda euro se encuentra dotada de un sistema de
especial protección para evitar falsificaciones.
•Confíe en la madurez de la sociedad. Históricamente,
los cambios de moneda suelen asumirse por la ciudadanía con relativa facilidad. Así ocurrió en Francia con
la transición a los francos, en España con la supresión
de los céntimos, en otros países europeos, etc.
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