Sentencia que resuelve recurso de inaplicabilidad por inconstitucionalidad del artículo 42 del Decreto Ley N° 3.063, en la que se realiza una diferenciación entre tasa e impuesto. Con fecha 06 de octubre de 2008, el Excelentísimo Tribunal Constitucional pronunció sentencia recaída en recurso de inconstitucionalidad, Rol N° 1034-08, formulado por inaplicabilidad por Empresa de Obras Sanitarias de Valparaíso, sobre el artículo 42 del Decreto Ley N° 3.063, sobre Rentas Municipales, en virtud de la cual se dictó con fecha 31 de diciembre de 1986 una Ordenanza Municipal por medio del cual se estableció el cobro de un “derecho”. El artículo impugnado, señala la requirente, habilita a las municipalidades para imponer derechos, o sea tributos, sin señalar ni establecer en forma alguna las características, condiciones, monto, forma de cálculo u otras modalidades para establecerlos, entregándose, de esta manera, amplias facultades a la municipalidades para fijar tributos, lo que en conformidad al Código Fundamental es atribución exclusiva del Congreso Nacional y del Presidente de la República. En virtud de la norma impugnada la municipalidad procedió vía ordenanza, citada precedentemente, establecer un cobro de un derecho a razón del 7% de una UTM por cada metro cúbico diario y derechos por remoción de pavimento equivalente a una UTM por cada metro cuadrado diario, por la mantención de escombros o materiales de construcción en la vía pública. El excelentísimo Tribunal Constitucional en los fundamentos SEPTIMO al UNDECIMO de la sentencia, establece la diferencia entre impuesto, impuesto municipal y tasa, además señala las fuentes constitucionales y legales de estos y por último trata específicamente la legalidad de los derechos municipales. El tribunal establece que los “derechos” son especies de ingresos públicos que se diferencian conceptual y normativamente de los tributos. El impuesto es prestación pecuniaria exigidas coactivamente por la ley a quienes incurran en los hechos o situaciones que esta grava, con miras a subvenir al funcionamiento del Estado en su conjunto, sin que vayan acompañadas de una contraprestación directa y específica en beneficio del contribuyente, por otro lado los “derechos” son prestaciones pecuniarias, igual que los impuestos, pero que son exigidas al administrados para contribuir a solventar el costo que para la administración pública representa la prestación de un servicio que le proporciona al erogante o los gastos en que incurrirá para franquear el uso público de un bien de esa naturaleza cuando el mismo se vea obstaculizado o entorpecido por el disfrute particular por vía de concesión o permiso. Los tributos se exigen a la toda la colectividad, en la medida que incurran en el hecho gravado y sirven para financiar la prestación de servicios públicos indivisibles por su naturaleza, mientras que los “derechos” se exigen a quienes soliciten de la autoridad administrativa una prestación directa y específica en su beneficio, esto es, a quienes son usuarios de un servicio público divisible o fragmentable en unidades de prestación. Lo anterior trae consigo que el producto de los tributos no se encuentra afecto a un fin determinado, mientras que los derechos si pueden estar afectos a un fin determinado. En cuanto a la fuente constitucional de los “derechos municipales” si bien estos no se encuentran expresamente referidos en nuestra Carta Fundamental, contrario con lo que ocurre con los impuestos municipales que se encuentran consagrados en el inciso cuarto del N° 20 del artículo 19, éstos derechos han estado presente en la voluntad del constituyente, toda vez que en el artículo 122 de la Ley Fundamental, se establece que las municipalidades dispondrán de los ingresos que directamente se les confieran por la ley. Además, tanto en la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades como en la Ley de Rentas Municipales se encuentran consagrados los “derechos municipales” y se establecen diferencias entre estos y los impuestos municipales. En este orden de ideas el Excelentísimo Tribunal Constitucional, establece que los “derechos municipales” no son una especie del género tributos, sino que una categoría impugnada no diferente de ingresos públicos, por ello la disposición infringe el principio de reserva legal al autorizar a las municipalidades a establecer estos derechos.