EL SISTEMA ELECTORAL DE LOS ESTADOS UNIDOS El sistema político estadounidense, o sea su constitución, data del verano de 1787, cuando 55 delegados procedentes de los 13 estado originales (Massachusetts, New Hampshire, Rhode Island, Connecticut, New York, Pennsylvania, New Jersey, Delaware, Maryland, Virginia, North Carolina, South Carolina y Georgia). los llamadaos Padres Fundadores se reunieron en Filadelfia, tras haber conseguido por poco margen, con gran suerte y la ayuda francesa (Lafayette) y española, la independencia de Gran Bretaña, para redactar una constitución, actuando más bien movidos por los miedos, que por las ambiciones.. Para evitar la aparición de dictadores o el advenimiento de la anarquía idearon dividir el poder “cheks and balances”, de tal modo que ningún grupo pudiera controlarlo por completo. El sistema propuesto era engorroso y esta fue su intención, así El presidente no se votaba de forma directa por el pueblo, sino a través de un sistema electoral, cuyos miembros se elegían por votación popular en cada uno de los estados, Colegio Electoral. El mandato del presidente sería de cuatro años; la asamblea legislativa estaba dividida en senadores dos por estado, elegidos por períodos de seis años y diputados elegidos directamente por el pueblo, distrito por distrito por períodos de dos años. Finalmente la unión federal se impuso por encima de los estados constituyentes. Los Estados Unidos que conocemos hoy sigue siendo un sitema híbrido, ideado por los padres fundadores, pero modificado por los cambios ocurridos, principalmente al pasar de 13 a 50 estados y un Distrito Federal. Desde su fundación los Estados Unidos sufren endemicamente de una baja participación electoral, en las últimas elecciones presidenciales la participación ha rondado un 50%, y además muestran una sorprendente ignorancia a cerca de otros países y culturas. Una encuesta reciente de la National Geographic Society señalaba que sólo un 13% de universitarios era capaz de situar Irak en el mapa. El almirante William Crowe observó: “Las guerras son la forma que tiene Dios de enseñar geografía a los estadounidenses”. En Estados Unidos los comicios y las eleciones primarias de los partidos son esnciales para seleccionar los candidatos a la presidencia. Existen dos sitemas: Los “caucuses” (comicios o asambleas partidistas) se refieren generalmente a una reunión de activistas políticos locales de cada partido en todo el estado, durante el proceso de nominación presidencial. El propósito del sistema de asambleas partidistas es mostrar por medio de la selección de delegados, a cuál de los candidatos a la presidencia prefieren los miembros del partido en cada estado. Las elecciones primarias cumplen una función similar, pero son contiendas directas que se realizan para escoger al candidato de un partido político a un cargo público en particular. Según lo dispopnga la ley estatal, los votantes emiten sus sufragios por el candidato presidencial de su preferencia o por delegados que se “comprometren” a apoya a ese candidato a la presidencia en la convención del partido. En las elecciones recientes los candidatos comienzan sus campañas un año antes de las primeras asambleas partidistas. Los medios noticiosos, las encuestas de opinión y la recaudación de fondos son pruebas de popularidad. La competencia del 2004 para la Casa Blanca empezó con el “caucus” de Iowa el 19 de enero y siguió con los comicios de New Hampshire el 27 del mismo mes. hasta las primarias de New Jersey el 8 de junio. Los resultados de las elecciones internas y las asambleas partidistas reducen gradualmente el número de aspirantes a medida que algunos contendientes se retiran y determinan cuántos delegados se comprometerán con cada aspirante. Los delegados se reúnen en la convención nacional de su partido, donde se efectúa la selección final de candidatos a presidente y vicepresidente y se fijan las posiciones políticas. Al principio parecía Howard Dean por parte demócrata el mejor situado, pero pronto perdió protagonismo a favor de John Kerry, quién fue nominado candidato a la presidencia en la Convención Nacional Demócrata de Boston a finales de julio. El presidente Bush al no tener opositores en su partido, fue confirmado candidato en la Convención de New York de finales de agosto. Las convenciones de los partidos no son seguidas por muchos televidentes, por tanto se ha reducudo el número de horas que las principales cadenas difusoras dedica a trasmitir las sesiones en horarios de mayor audiencia. Encuestas realizadas en el verano del 2000, cuando los dos partidos celebraron sus convenciones, revelaron que cerca de la mitad de los televidentes no sintonizó ninguna de las convenciones. En el 2004 no ha sido muy diferente. Parece que hay más interés y es más decisivo para la elección, los tres debates televisivos cara a cara entre los dos candidatos, que secelebraron a partir del 30.09. y por primer vez los transmitieronen directo televisiones de todo el mundo, y donde España y Cataluña a pesar del horario y de la pérdida debida a las traduccioners no son una excepción. Las cifras de televidentes de los debates fluctuaron sobrer unos 50 millones, donde no hubo duda es que losdebates lo ganó Kerry, aunque esto no significa que vaya a ganar la elección. La financiación de las campañas sigue siendo motivo de controversia. La ley McCain-Feingold, que el Tribunal Supremo de Estados Unidos sostuvo en un fallo reciente, impone ciertas restricciones al modo de recaudar y gastar el dinero de las campañas políticas. Sin embargo, y a pesar de estas limitaciones los candidatos y los partidos pueden recaudar y gastar muchos cientos de millones de dólares en publicidad por radio y televisión, contacto directo y los llamados “anuncios temáticos” El Gobierno Federal también pone fondos a disposición, en este caso limitando los gastos que los candidatos puden realizar después de las convenciones nacionales. En las elecciones generales del 2 de noviembre, los votantes de todo el país votarán por el presidente. Pero el voto popular no determina el ganador. En realidad los votantes seleccionan a un grupo de electores, miembros del Colegio Electoral, según el sistema que los padres fundadores de la nación fijaron en la Costitución de Estados Unidos. En todos los Estados con excepción de Maine y Nebraska, que tienen un sistema proporcional. El partido que gana en votos populares compomete a todos sus electores a votar por el candidato ganador.Cada estado tiene derecho a un número de electores igual al de los senadores y representantes que tenga en el Congreso. El 13 de diciembre de 2004 los electores del Colegio Electoral se reunirán y votarán al presidente y vicepresidente. El sistema electoral de los dos partidos (Democráta y Republicano) requiere una mayoría absoluta de los 50 estados y la circunscripción del D.F., o sea 270 votos electorales, ya que hay un total de 538 votos. En algunos estados se ha admitido, como en el pasado el partido de Ralph Nader, que por cierto supone un handicap para los demócratas. Los votos los certifican las autoridades electorales y son enviados a Washington D.C., donde el 6 de enero de 2005 serán contados por el Presidente del Senado (El Vicepresidente de Estados Unidos), en presencia de la plenaría del Senado y Cámara de representantes. En este momento, el candidato se convierte oficialmente en el gandor y presidente electo. El nuevo presidente asumirá el cargo al mediodía del 20 de enero del 2005, poniendo fin a un proceso electoral que comenzó cerca de dos años antes ¿Qué pasó en Florida? El Colegio Electoral parece ser un anacronismo, aun a juicio de muchos estadounidenses, Florida fue el estado donde se libró la batalla al día siguiente de las elecciones. Las elecciones fueron en noviembre y en Florida aun en diciembre no se había declarado un ganador. Los resultados obtenidos en los otros 49 estados colocaban a Bush y Gore en una competencia muy cerrada en la cuenta de votos electorales, aunque Gore había ganado el voto popular por más de 500.000 votos, ninguno de ellos podía reunir los 270 votos electorales, sino contaba con los 25 de Florida. La mayoría de sufragios emitidos fueron leídos por medio de máquinas. Sin embargo algunos de ellos no pudieron ser leídos, porque los votantes que debían perforar tarjetas no atravesaron por completo las cartulinas, o bien, si lo hicieron, dejaron adherido un trozo de la cartulina, o hicieron sólo una marca. Las máquinas no contaron esos sufragios como votos legales. Los demócratas deseaban que los funcionarios hicieran un recuento de los votos rechazados, pero los republicanos temían que un recuento introdujera un ingrediente de subjetividad en el proceso y que, de modo injusto, eso les costaría la elección. Según los republicanos las máquinas contadoras no discriminaban a un candidato a favor de otro, mientras que un recuento manual se llevaría a cabo bajo la presión de todo lo que estaba en juego. Por último la Corte Suprema de la nación resolvió que el recuento manual no podría realizarse sin normas uniformes para conocer la intención del votante. Con la votación del Colegio Electoral a unos cuantos días de realizarse, la Corte Suprema concluyó que ya no era posible llevar a cabo ningún tipo de recuento manual constitucionalmente aceptable. En este caso el voto de una persona sería procesado de un modo distino al de otra, transgrendiendo así la cláusula de la 14ª Enmienda. Además, fuera de estos aspectos legales, en Florida el gobernador era y es Jeb Bush, el hermano del candidato republicano. También ahí se encontraba como secretaria de estado responsable de la organización del proceso electoral Katherine Harris, directora de campaña de George Bush. Actuando según el espíritu de lo caciques de los viejos tiempos. Harris encontró un modo de moldear el voto. Contrató a una compañía informática “Database Technologies”, para que examinara la lista de votantes registrados en Florida y eliminara a quienes hubieran cometido un delito grave y por ello no pudieran votar según las leyes de Florida. Se trataba de algo legal y correcto. Sin embargo, las instrucciones dadas por Harris a “Database Technologies” y el modo en que la compañía la puso en práctica no fueron ni legales ni correctas. El propósito era excluir una gran porción de la comunidad afroamericana, que prácticamente en su totalidad votaría demócrata. “Database Technologies” recibió instrucciones no sólo de identificar a los infractores de la ley, incluso aquellos que ya habían visto restaurado sus privilegios electorales, sino también las personas con nombres, fechas de nacimiento y número de la Seguridad Social similares. Cuando la compañía pidió criterios más precisos, la secretaria de estado de Florida les respondió que “echara la red ampliamente”. Esto fue lo que “Database Technologies” hizo. De modo que, en total, recomendó la eliminación de unos 173.000 votantes registrados en Florida. Parece que en estas elecciones se ha vuelto a repetir y de momento han excluído a más de 40.000 afroamericanos de las listas pero a ningún ciudadano procedente de Cuba. Finalmente la Corte Suprema de Estados Unidos, dominada por los republicanos. concedió por 5 a 4 el voto electoral del Estado de Florida a George Bush, en lo calificado de “golpe de estado judicial”. Al Gore admitió la derrota y George Bus se convirtió en Presidente. Epílogo El día del recuento de votos ante ambas cámaras presididas por Al Gore como Presidente del Senado, varios representantes afroamericanos protrestaron por la invalidación del registro de votantes de varios miles de compatriotas. Según la normativa dichas protestas deben ir acompañadas por la firma de un senador, ¡Ni uno sólo de los senadores demócratas apoyaron las demandas de sus colegas parlamentarios!. Así fue como la Corte Suprema pudo finalmente votar por Bush. Michael Moore relata en su documental “Fahrenheit 9/11” este incidente. El documental ganó en Cannes “La Palma de Oro” y según comentó el Presidente del Jurado, Quentin Tarantino a Moore:”Quiero que sepas que los aspectos políticos de tu película no tienen nada que ver con el premio. En este jurado tenemos distintas opiniones políticas, peru tú has recibido el premio porque has hecho una gran película. Es de admirar que sean los propios estadounidenses los que critiquen lo que en su país va mal. Ld,18.10.04.