grecia o la traición de los hombres

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GRECIA O LA TRAICIÓN
DE LOS HOMBRES
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ESQUILO
HOMERO
HESIODO
AQUILES
ULISES
AGAMENÓN
EDIPO
ZEUS
APOLO
DIONISOS
PALAS ATENEA
ORFEO
HERMES
EL HADES
EL OLIMPO
EL RÍO LETEO
EL PARTENÓN Y FIDIAS
ANAXIMANDRO
PITÁGORAS
HERÁCLITO
PARMÉNIDES
SÓCRATES
PLATÓN
ARISTÓTELES
LA PITONISA DE DELFOS
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PROLOGO
YOGANANDA EXPLICA EL MUNDO DE LOS HOMBRES
Y DE LOS DIOSES GRIEGOS
LOS HOMBRES
Grecia fue el lugar desde donde partirían los conocimientos al resto del mundo, y
había sido elegida por su situación geográfica, por la calidad humana y por el nivel cultural
que había alcanzado. Todo estaba preparado para que pudiera convertirse en centro de
comunicaciones y desde ahí irradiar el conocimiento a los otros pueblos.
Si mencionamos su calidad humana es porque Grecia tuvo tres generaciones de
mentes brillantes, que tuvieron una gran percepción a nivel ético, social y religioso, como
también una enorme sensibilidad estética. Pero como suele suceder en la historia, las
comunicaciones fueron interferidas, el conocimiento oscurecido, la percepción debilitada y
la religión contaminada; esto no hubiera sido tan grave de haber existido en aquellos
hombres una fe más fuerte, convicciones más claras y un horizonte de sentido más estable.
Estos griegos tomaron contacto con lo divino pero no pudieron ingresar en su
interior. Los perdió la soberbia de saberse dotados de una inteligencia innata, y que todo lo
que dijeran cundiría inmediatamente a los extremos más alejados del planeta. Sabían que
todo lo que imaginaran se concretaría inmediatamente, y que eran capaces de establecer
modos de pensamiento, leyes éticas y pautas sociales... y que todo esto les resultase
inmensamente sencillo.
Creyeron que eran una raza superior, y entonces lo mismo que los llevó a la cima
los arrastró hasta el fondo ¿Cuál fue la causa de su caída? Creerse autores en vez de simples
transmisores del conocimiento. Se adueñaron de lo que se les había dado, pero para que
fuesen nada más que transmisores del Plan Divino. Todo se tergiversó, no reconocieron
otro creador que a sí mismos, y se envanecieron al extremo de matar a sus propios dioses.
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LOS DIOSES
El Sol fue el dios principal de todas las razas, los hombres lo veneraron por su
luminosidad generadora de vida, intuyendo la necesidad de su presencia para toda
existencia en el planeta. El Mar fue también una representación importante como proveedor
de alimentos y vía de comunicación entre los pueblos. Los demás dioses fueron extensiones
de estas dos divinidades principales, así se vio al Rayo como una extensión del Sol, o a la
Noche como su ausencia. Al Mar se lo simbolizó como embravecido, calmo, espumoso.
A partir de estas creencias los seres luminosos que descendían para ayudar a los
hombres adoptaban estas imágenes para de esa manera facilitar la comunicación a través de
sueños y visiones, posibilitadas por la sensibilidad perceptiva en ese plano del pueblo
griego de entonces. Así los hombres consideraron a los dioses como un nivel más de la
realidad.
De este modo en el origen, cuando los dioses comenzaron a manifestarse, se
representaron con esas imágenes de la Naturaleza y a través de sus apariciones fueron
configurando la cultura griega. Estos dioses hicieron su trabajo hasta donde pudieron,
enfrentándose a dos limitaciones. La primera fue su propia característica, no eran seres que
tuvieran demasiada energía, más bien eran mensajeros, y el poder que los hombres les
atribuyeron no fue más que una proyección de sus propios deseos en seres que fascinaban
por su mágica posibilidad de aparecer y desaparecer en las visiones humanas. El otro límite,
que quedaron seducidos por los juegos de poder humanos, y quienes debían ser mensajeros
de lo divino terminaron imitando aquello que su misión era transformar, y esa fue su caída.
En el momento de decadencia de los dioses, coincidente con el apogeo de los
hombres, los mensajeros divinos ya estaban vaciados en las vivencias humanas, y aunque
eran usados como legitimación de poderes mundanos, conceptualmente no significaban
mucho más que figuras literarias. En ese momento, la tarea se encomienda a los hombres
más brillantes, aquellos que poseían alguna intuición de sabiduría, quedando en ellos la
misión de transmitirla. A esta altura ya no hay dioses, estos ya habían abandonado su tarea.
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ESQUILO
(525-456 a.C.)
Dramaturgo griego nacido en Eleusis, cerca de Atenas, fue el primero de los
grandes trágicos de esta ciudad. En cuanto predecesor de Sófocles y de Eurípides, es el
fundador de la tragedia griega.
Combatió contra los persas en Maratón, el 490 a.C., en Salamina, el 480 a.C., y
posiblemente, en Platea, el año siguiente. Hizo al menos dos viajes, puede que tres, a
Sicilia, y allí murió, en Gela, durante su última visita. Posteriormente se erigiría en este
lugar un monumento en memoria suya.
Se ha dicho que Esquilo escribió unas noventa obras. Sus tragedias, representadas
por primera vez el 500 a.C., se ofrecían como trilogías, o grupos de tres, unidas
habitualmente por un asunto común, y cada trilogía venía seguida por un drama satírico
(una comedia vulgar en la que intervenía un héroe mitológico, con un coro de sátiros). Se
conocen los títulos de 79 de sus obras teatrales, pero sólo han sobrevivido siete. La más
antigua Las suplicantes, un drama con poca acción pero con muchas canciones corales de
gran belleza; se cree que es la primera obra de una trilogía sobre el matrimonio de las
cincuenta hijas de Dánao, que incluía las obras Los egipcios y Las danaides. Los persas,
presentada el 472 a.C., es una tragedia histórica sobre la batalla de Salamina, y la acción
tiene lugar en Persia, en la corte de la madre del rey Jerjes I.
Los siete contra Tebas, presentada el 467 a.C., se basa en una leyenda tebana: el
conflicto entre los dos hijos de Edipo, Eteocles, y Polinices, por el trono de Tebas. Se cree
que es la tercera obra de una trilogía, y que las dos primeras son Layo y Edipo. Prometeo
encadenado, una obra de fecha incierta, retrata el castigo del rebelde Prometeo por parte
de Zeus. Probablemente sea la primera obra de una trilogía prometeica, cuyas otras dos
serían Prometeo desencadenado y Prometeo el que trae el anillo.
Las tres obras restantes, Agamenón, Las coeforas y Las euménides, presentadas el 458
a.C., forman la trilogía conocida como La Orestiada, o historia de Orestes. En Agamenón,
una de las más grandes obras de la literatura dramática, el rey Agamenón regresa al
hogar desde Troya y es asesinado a traición por su infiel esposa Clitemnestra. En la
segunda obra, Orestes, hijo de Agamenón, regresa a Argos y venga la muerte de su padre
asesinando a su madre y a su amante Egisto. Este matricidio es castigado por las
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vengadoras divinidades, las erinias. En Las euménides, las erinias persiguen a Orestes
hasta que éste queda limpio de su sangre culpable y le declara inocente el antiguo tribunal
del Aerópago gracias a la intercesión de Atenea, diosa de la sabiduría.
Al introducir un segundo actor en la obra, Esquilo creó el diálogo dramático.
También desarrolló la representación del drama, al introducir el vestuario y los
decorados. Los argumentos de sus obras son profundos, referidos al mito, la religión y la
pasión, y encuentran expresión en un lenguaje muy poético. La Orestiada, probablemente
su obra más madura, proporciona una intensa visión de sus conceptos de justicia y piedad
y de su creencia en una voluntad divina con ayuda de la cual la humanidad puede alcanzar
la sabiduría a través del sufrimiento.
Aparece con aspecto de un hombre anciano, luce una barba gris, viste una túnica de
su época, y en su mano derecha lleva un aro de hierro del que cuelgan unas enormes llaves.
Ante la convocación se encuentra desorientado, es como si se despertara de un sueño, mira
sorprendido y no entiende lo que ve.
YOGANANDA: ¿Qué es lo que te sorprende?
ESQUILO: Veo el mundo y no entiendo la profundidad que ha alcanzado lo superficial, de
que manera los temas importantes son tan sin importancia, y la gente corre como
en la imagen del perro mordiéndose la cola. Lo que siento es un abismo en esta
parte de la historia. [Mira hacia atrás y observa el abismo].
YUKTESWAR: Asómate a ese abismo, y trata de ver en qué consiste.
ESQUILO: [Se asoma pero lo invade el terror, es que el él también hay un cierto abismo].
En ese abismo lo que veo es ignorancia, un agujero de nada, una pérdida de
memoria. Pasar por ahí lo borra todo y no es posible descubrir que es un engaño,
oscuridad, ignorancia, que en realidad no existe, y esa es la gran trampa la creencia
de que existe y entonces se hace parte de la historia y ocurre el olvido.
LAHIRI MAHASAYA: ¿Qué son esas llaves?
ESQUILO: Es el recuerdo, la memoria. De alguna manera tenía que transmitir ese
recuerdo, esas fueron mis obras. Sin embargo, para que pueda servir esta llave el
hombre tiene que poder encontrar la cerradura, por si sola no basta.
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YUKTESWAR: ¿Eres totalmente consciente del poder y significado de estas llaves?
ESQUILO: Tengo una cierta percepción, pero no soy del todo consciente. No he alcanzado
la iluminación.
YUKTESWAR: ¿Qué pasó con los grandes Imperios? ¿Con las civilizaciones orgullosas de
sí mismas? ¿Con el patriotismo que las movía?
ESQUILO: Fueron la evolución perfecta del gran engaño, en ese momento era cuando este
comenzaba a manifestarse. Era un patriotismo oscuro que cada vez más fue llegando
al sinsentido, hasta que el plan de los demonios logró, en la época actual, su
realización que puede visualizarse en la imagen del perro mordiéndose la cola.
[Ahora mira a los maestros y puede intuir que vienen de Dios].
MAESTROS: ¿Qué significaron los dioses griegos?
ESQUILO: Más bien podemos hablar de semidioses que se apartaron del Padre. Los venció
la soberbia y cuando pensaron su autosuficiencia cortaron los lazos con la Divinidad
Suprema. Sucumbieron a la ambición de poseer, y entonces el demonio se apoderó
de ellos, y empezó su decadencia.
MAESTROS: ¿Los hombres de tu época tuvieron conciencia de esto?
ESQUILO: Hubo algún vislumbre, pero la oscuridad del demonio cubrió a los dioses y la
percepción del hombre se nubló. Muy pocos tuvieron el registro de lo que ocurría,
eran aquellos que en algún momento habían vivido a sus dioses divinos.
Sin embargo, para quienes percibieron la caída, les era muy difícil transmitirla
porque era muy fuerte el temor a los dioses.
MAESTROS: ¿Tu quisiste transmitirla?
ESQUILO: Sí, pero no sin temor. Además de la dificultad que presentaba esa transmisión,
también una parte mía estaba en el abismo. [Muestra que guarda el conocimiento en
un cofre que cierra con sus llaves para después entregarlo. En el mismo quedó
encerrada la revelación. De ahí en más sus obras fueron un modo de transmisión
velada].
[Esquilo aparece con un aspecto más joven que en la imagen anterior, en una
caverna de piedra muy oscura. Camina agachado como entregado a esa oscuridad,
pero simultáneamente una fuerza lo va llevando y lo provee de una antorcha con la
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que ilumina toda la caverna. Esa luz no era propia, simplemente transmitió los
mensajes].
MAESTROS: ¿Cuándo los hombres pudieron ver a los dioses divinos?
ESQUILO: Eso fue antes que los dioses quisieran dominarlo todo, cuando dejaron de verse
en su Unidad, como un todo en sus distintas manifestaciones. Entonces se acercaron
en sus apetencias, a lo que eran los hombres, se humanizaron y cortaron el cordón
con lo divino.
MAESTROS: ¿La caída de la humanidad se debe, en parte, a esta “humanización” de los
dioses?
ESQUILO: Sí, definitivamente.
[Se lo ve irse caminando, atravesando un desierto, y parece que está reflexionando].
HOMERO
(850 a.C.)
Nombre tradicionalmente asignado al famoso autor de la Iliada y la Odisea, las dos
grandes epopeyas de la antigüedad griega. Nada se sabe de su persona, y de hecho
algunos ponen en duda que sean de él estas dos obras. Sin embargo, los datos lingüísticos
e históricos de que se dispone, permiten suponer que los poemas fueron escritos en los
asentamientos griegos de la costa oeste de Asia Menor, hacia el siglo IX a.C.
Las dos epopeyas narran hechos legendarios que supuestamente ocurrieron muchos
siglos antes de la época en que fueron escritas. La Iliada se sitúa en el último año de la
guerra de Troya, que constituye el telón de fondo de su trama. Narra la historia de la
cólera del héroe griego Aquiles. Insultado por su comandante en jefe, Agamenón, el joven
guerrero Aquiles se retira de la batalla, abandonando a su suerte a sus compatriotas
griegos, que sufren terribles derrotas a manos de los troyanos. Aquiles rechaza todos los
intentos de reconciliación por parte de los griegos, aunque finalmente cede en cierto modo
al permitir a su compañero Patroclo ponerse a la cabeza de sus tropas. Patroclo muere en
el combate, y Aquiles, presa de furia y rencor, dirige su odio hacia los troyanos, a cuyo
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líder, Héctor (hijo del rey Príamo), derrota en combate singular. El poema concluye
cuando Aquiles entrega el cadáver de Héctor a Príamo, para que éste lo entierre,
reconociendo así cierta afinidad con el rey troyano, puesto que ambos deben enfrentarse a
la tragedia de la muerte y el luto.
La Odisea narra el regreso del héroe griego Odiseo (Ulises en la tradición latina)
de la guerra de Troya. En las escenas iniciales se relata el desorden en que ha quedado
sumida la casa de Odiseo tras su larga ausencia. Un grupo de pretendientes de su esposa
Penélope está acabando con sus propiedades. A continuación, la historia se centra en el
propio héroe. El relato abarca sus diez años de viajes, en el curso de los cuales se enfrenta
a diversos peligros, como el cíclope devorador de hombres, Polifemo, y a amenazas tan
sutiles como la que representa la diosa Calipso, que le promete la inmortalidad si renuncia
a volver a casa. La segunda mitad del poema comienza con la llegada de Odiseo a su isla
natal, Ítaca. Aquí, haciendo gala de una sangre fría y una paciencia infinitas, pone a
prueba la lealtad de sus sirvientes, trama y lleva a efecto una sangrienta venganza contra
los pretendientes de Penélope, y se reúne de nuevo con su hijo, su esposa y su anciano
padre.
Estas dos epopeyas están escritas en un verso formal y elevado, en un lenguaje
jamás empleado en la lengua normal. Es imposible establecer una distinción entre estas
dos obras en el aspecto estilístico. Sin embargo, resulta fácil comprender por qué, desde la
antigüedad, muchos lectores las han atribuido a dos autores diferentes. La Iliada habla de
las pasiones y plantea dilemas imposibles de resolver. No hay en ella auténticos villanos;
Aquiles, Agamenón, Príamo y los demás personajes son víctimas de un universo trágico y
cruel. En la Odisea, por el contrario, el mal es derrotado, triunfa la justicia y la familia,
tristemente separada, se reúne de nuevo. El astucia racional, particularmente la de Odiseo,
actúa como fuerza motriz a través de todo el relato.
Junto a la Iliada y la Odisea figuran los llamados himnos homéricos, una serie de
poemas relativamente breves, que celebran las hazañas de diversos dioses, compuestos en
un estilo épico similar, y también atribuidos a Homero.
Homero es, de manera directa, el padre de toda la literatura griega posterior: el
teatro, la historiografía e incluso la filosofía, llevan la huella de los temas, cómicos y
trágicos, planteados en estas epopeyas, así como de las técnicas homéricas. Lo cierto es
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que desde los tiempos de Homero, ningún autor ha logrado reunir su genio épico y su
erudición.
Aparece con el rostro cubierto por un yelmo.
YOGANANDA: ¿Por qué te cubres?
HOMERO: ¿Tú quién eres para indagar lo que yo hago?
YOGANANDA: Alguien que quiere ayudarte; porque tu pediste esta ayuda.
HOMERO: No necesito ayuda. Déjame en paz, estoy con la inspiración.
YOGANANDA: Ya ves que no estás en paz, y que ese yelmo es la inspiración que deforma
y oculta tu Ser Real.
HOMERO: Yo soy lo real, y no hay yelmo que enmascare sino sólo inspiración. [Continúa
con el yelmo].
YOGANANDA: Si ese yelmo - máscara no es tal, como tu dices, sino que es tu inspiración,
tu Ser Real, ¿cómo algo externo a ti mismo puede suplantarte en tu realidad? Te
ordeno que te quites la máscara.
HOMERO: [Al hacerlo aparece un rostro atormentado].
YOGANANDA: [Le muestra esa imagen, Homero asustado rechaza la visión]. Esta es tu
imagen real, pero la escondes detrás de eso que llamas inspiración y no es más que
el ocultamiento de tu real estado. Abandónala y entrégate a él.
[Yogananda explica que la máscara le da la fuerza del guerrero, utilizándola
para desarrollar aquello que no tiene. Es el símbolo del guerrero mítico que se
enfrenta a los dioses. Homero es un ser que carece de esa fuerza, y en su proyección
se apodera de ella para subsistir en la historia. Su error fue que no tenía necesidad
de la misma, es como aquel que teniendo dos buenas piernas sobre las cuales
sostenerse, usa un bastón que no necesita].
HOMERO: [Estuvo atento al relato de Yogananda y emotivamente participa del mismo].
Nunca pensé que necesitaría de algo para ser alguien. Siempre creí que la fuerza que
inspira es a través de esa máscara a la cual llamo inspiración.
YOGANANDA: [Le aclara]. La inspiración es tu propia mente y las fantasías inspiradas
por fuentes ajenas a ti, y estas pueden ser de carácter oscuro o luminoso.
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HOMERO:[Reflexiona, y mientras lo hace, la máscara se va fundiendo hasta quedar
reducida a una moneda].
YOGANANDA: Ves... las cosas en este plano tienen las características de la dualidad, lo
mismo que esta moneda. Siempre que observes una de sus caras, no olvides que
está la otra presente. Así en tu creación podrás comprobar que todo lo que refleja
tendrá su contrapartida, lo luminoso su sombra y la luz su oscuridad.
HOMERO: Y bien, ¿qué haré entonces con todo lo que he hecho?
YOGANANDA: Déjalo... eso es parte de la historia, y esta ya ha sido escrita, y sus
consecuencias continúan rodando. Debes abandonarlas porque ese mundo ya fue.
Ahora tienes que empezar de nuevo y no permitir que lo pasado influya en el
presente.
HOMERO: [Toma una moneda y se la entrega a Yogananda]. No me hace falta, he
comprendido tu enseñanza. [Se da vuelta y se dirige a una fuente de luz que lo
absorbe hasta desaparecer].
YOGANANDA: [Mostrando la moneda] ¡Qué pocos pueden comprender la dualidad!
[Mientras pronuncia estas palabras la moneda desaparece y el maestro se retira].
HESIODO
(siglo VIII a.C.)
Poeta griego que ocupa un lugar de excepción en la literatura griega, tanto por sus
preceptos morales como por su estilo coloquial.
Hesiodo nació en Ascra, Beocia (hoy Palaioppanagia). Tras la muerte de su padre
se estableció en Naupaktos. Allí pasó su juventud, cuidando de un rebaño de ovejas y
realizando las tareas propias de un campesino. Se sabe muy poco acerca de su vida, salvo
lo que el propio autor deja entrever en su obra. Los especialistas modernos lo sitúan en el
periodo homérico de la literatura griega. Su primera obra, Los trabajos y los días, es el
primer ejemplo de poesía didáctica, destinada a instruir más que a entretener. Esta obra
relata las experiencias de Hesiodo durante su época de campesino, y está salpicada de
episodios alegóricos y fábulas. En un estilo sencillo y moralizante, Hesiodo subraya la
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importancia del trabajo y la rectitud. Ofrece consejos prácticos sobre cómo vivir, al tiempo
que proporciona recetas y normas agrícolas, e incluye un calendario religioso con los días
favorables y desfavorables para ciertas tareas del campo. El tema principal de la obra es
la decadencia moral. Hesiodo relata la historia del mundo en cinco etapas, desde la edad
de oro hasta la edad del hierro, que él considera dominada por el mal.
También se atribuye a Hesiodo la autoría de la Teogonía, o nacimiento de los
dioses, un poema en el que el amplio y amorfo corpus de los mitos griegos queda
sistematizado y ampliado hasta incluir nuevas divinidades desconocidas en los poemas
homéricos. La Teogonía narra la creación del mundo a partir del caos, el nacimiento de
los dioses y sus hazañas. La última parte contiene una lista de las hijas de Zeus, padre de
los dioses, así como de mujeres mortales. Esta lista es la introducción a un poema perdido,
Catálogo de las mujeres, que narra las hazañas de los héroes nacidos de mujeres mortales.
De su obra restante no quedan más que títulos y fragmentos, muchos de los cuales se
atribuyen por los expertos a imitadores de Hesiodo, y que hoy se conoce como la escuela
hesiódica. En este grupo se incluyen el poema didáctico ‘Consejos de Quirón’; el poema
genealógico ‘Grandes eras’; y los poemas míticos ‘Boda de Ceix’y ‘Descenso de Teseo a
los infiernos’.
Aparece queriendo conducir un carro alado. Su figura es muy terrena y se manifiesta
en un plano de oscuridad. El carro es luminoso pero está vacío, no hay nadie en él.
Finalmente Hesiodo desiste su empresa, deteniéndose, agotado.
HESIODO: Maldito carro ... no puedo deshacerme de él. A través suyo tengo que soportar
todo lo que de él proviene. Mi vida no es mía.
YOGANANDA: ¿No fue tu ambición querer ser lo que no eras, y por tal ambición quedaste
pegado a un mundo que no era el tuyo, y que será tu cadena a perpetuidad, a
menos que empieces de nuevo?
HESIODO: ¿Cómo empezar de nuevo con toda esta carga que me agobia?
YOGANANDA: Es muy simple. Olvídate de su contenido, ingresa en tu interior y busca el
Yo Real que eres.
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HESIODO: Eso es imposible, porque cada vez que ingreso en mi mismo, aparece todo ese
mundo infernal de dioses.
YOGANANDA: Ahí está el punto. Donde tu ingresas no es en tu interior, sino en el mundo
de demonios donde has quedado atrapado. Mientras no te des cuenta de su
irrealidad, tu tormento será eterno.
HESIODO: Ya que en mi es tan fuerte y tan real la dependencia con este mundo te pido
ayuda. Pídeme lo que quieras, y haré todo el esfuerzo por lograrlo.
YOGANANDA: Te pido que te curves formando un círculo, tomando tus pies con las
manos.
[Hesiodo así lo hace y entonces comienza a girar muy rápidamente. En este
giro centrífugo, se va despojando de todos los contenidos mentales que lo
atormentan. Al ir girando su energía se va concentrando en un punto que termina
estallando. Hesiodo ahora se ve convertido en un anciano].
HESIODO: ¿Este es el precio de mi conversión?
YOGANANDA: No, no hay ningún precio, simplemente estás en un estado en el cual se
acaba tu experiencia de vida. Pero por tu promesa has podido, por la Gracia Divina,
quemar muchas etapas y limpiar sus contenidos, por lo tanto en tu nuevo nacimiento
tendrás mejor oportunidad.
[Hesiodo cae muerto y Yogananda se retira].
AQUILES
En la mitología griega, el mayor de los guerreros griegos en la guerra de Troya.
Era hijo de la ninfa del mar, Tetis, y de Peleo, rey de los mirmidones de Tesalia. Cuando
era un niño su madre lo sumergió en el Éstige para hacerlo inmortal. Las aguas lo hicieron
invulnerable menos en el talón, por donde lo sostenía su madre. Aquiles libró muchas
batallas durante el sitio de diez años a la ciudad de Troya. Cuando el rey miceno
Agamenón tomó para sí a la doncella cautiva Briseida, Aquiles retiró a los mirmidones de
la batalla y se encerró encolerizado en su tienda. Los troyanos, envalentonados por su
ausencia, atacaron a los griegos y los forzaron a una retirada precipitada. Entonces
Patroclo, amigo y compañero de Aquiles, le pidió que le prestara su armadura y le dejara
avanzar con los mirmidones a la batalla. Aquiles aceptó. Cuando el príncipe troyano
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Héctor mató a Patroclo, el desconsolado Aquiles volvió a la batalla, mató a Héctor y
arrastró su cuerpo triunfante detrás de su carro. Más tarde permitió a Príamo, rey de
Troya, rescatar el cuerpo de Héctor. Aquiles peleó su última batalla con Memnón, rey de
los etíopes. Después de matar al rey, Aquiles condujo a los griegos hacia los muros de
Troya. Allí fue mortalmente herido en el talón por Paris. La disputa entre Aquiles y
Agamenón, la batalla posterior y el rescate del cuerpo de Héctor son narrados en la Iliada.
Se presenta con la imagen y la fuerza del guerrero.
AQUILES: ¿Porqué me invocan?
YOGANANDA: Queremos saber que has sentido en tu paso terrenal.
AQUILES: Solo fui un mortal más, que obtuve de los dioses la posibilidad de estar en la
guerra sin que puedan hacerme desaparecer.
YUKTESWAR: ¿Por qué piensas que fueron los dioses quienes te dieron la inmortalidad?
¿Acaso tu alma no es por siempre inmortal?
AQUILES: Solo recuerdo la historia de mi madre cuando me sumergió en las aguas de la
purificación olvidando mi talón, y obteniendo con ello la inmortalidad.
VIVEKANANDA: ¿Estás seguro que eso es la inmortalidad?
AQUILES: El perpetuar la materia es trascender el tiempo y con ello el espacio, y cumplir
el ciclo desde el origen al fin. Creo que esa es la inmortalidad.
AUROBINDO: Te has olvidado de la conciencia.
AQUILES: ¿Y eso qué es?
AUROBINDO: El conectar tu plano interior con una parte del la Supraconciencia Divina.
AQUILES: ¿Pero esa no es la morada de los dioses?
CHIDANANDA: La morada de tus dioses se encuentra en un plano mitológico y mágico.
La Morada Divina es donde se encuentra el Padre, Origen del Todo y de la Nada,
más allá del tiempo y del espacio, de lo inmanente y de lo trascendente y punto de
partida y de llegada del alma inmortal.
AQUILES: ¿Quieres decir que la inmortalidad que yo poseía no servía de nada?
KRISHNA: Te servía para perpetuarte en varias vidas, pero no para trascender tu estado,
que debes transmutarlo a una energía sutil, totalmente conectado al Padre.
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AQUILES: ¿Y cómo debería hacer eso?
JESÚS: Despójate de tu armadura, parte por parte, y transita como un peregrino el camino
del Amor.
AQUILES: ¿Y qué hallaré en ese camino?
BUDA: Dejarás de lado el sufrimiento y la compasión brotará en ti.
AQUILES: ¿Aún estoy a tiempo?
LA MADRE DIVINA y EL PADRE: Hasta tu último suspiro invócanos y la gracia será
depositada en ti.
ULISES
En la mitología griega, héroe griego, gobernador de la isla de Ítaca y uno de los
jefes del ejército griego durante la guerra de Troya. Homero, en la Odisea, narra las
aventuras de Odiseo y su final regreso al hogar diez años después de la caída de Troya.
Inicialmente, se le mencionaba como hijo de Laertes, rey de Ítaca, aunque en la tradición
posterior se consideró a Sísifo, rey de Corinto, como su padre real. Su madre se habría
casado posteriormente con Laertes. Al principio Odiseo se negó a acompañar a los griegos
a Troya, y se fingió loco, sembrando sus campos con sal, pero sus compañeros pusieron a
su hijo Telémaco a que arara los campos y, entonces, se vio obligado a admitir su engaño y
se reunió con el ejército invasor. En la Iliada de Homero, aparece como un guerrero
valiente, sagaz y astuto, y se le concede la famosa armadura del guerrero griego Aquiles
cuando éste muere. Odiseo fue a buscar a Neoptólemo y Filoctetes para que participaran
en la fase final del conflicto. En la Odisea se dice que él propuso la estratagema del
Caballo de Troya, recurso mediante el cual se conquistó la ciudad.
En las obras de los escritores clásicos posteriores, especialmente en las del poeta
griego Píndaro, el dramaturgo griego Eurípides y el poeta romano Virgilio, Odiseo
aparece caracterizado como un político cobarde e intrigante. Su nombre latino es Ulises.
Se presenta con la imagen del viajero decepcionado.
YOGANANDA: ¿Qué has sentido escribiendo tus relatos?
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ULISES: Se trató de un viaje astral para tratar de salir de este plano.
YUKTESWAR: ¿Estás seguro que has hecho un viaje astral o simplemente un viaje
onírico?
ULISES: En él puse todas mis fantasías y mis sueños.
VIVEKANANDA: ¿Tus sueños de qué?
ULISES: De ser el mayor conquistador. De enfrentarme a cualquier tipo de situación y
poder atravesarla.
AUROBINDO: Pero te has equivocado, tu viaje fue puramente mental.
ULISES: ¿Y de qué otro viaje debería haberse tratado?
RAMANA MAHARSHI: Simplemente de aquel que te llevaría a conocerte y saber quién
eres tú.
ULISES: ¿Y crees que no me he conocido? Llegué muy cambiado de regreso a Grecia.
KRISHNA: Has girado en torno a ti mismo como si estuvieras en un círculo, y de la misma
manera que el giro de un trompo, te iba llevando a una profundidad más oscura que
no te permitía ver la luz.
ULISES: Pero tuve desafíos concretos. Vencer la locura de las sirenas demostró que puedo
soportar lo que sea.
CHIDANANDA: De sentirte tan seguro, no hubieras necesitado atarte para demostrar que
eras capaz de resistir la tentación de las sirenas. Si tu ser se encuentra conectado
aunque se encuentre en las situaciones más inverosímiles, podrá transitarlas sin ser
abatido.
BUDA: ¿Tomaste contacto con el sufrimiento en tu viaje?
ULISES: He visto las peores masacres y las más alta destrucción. Todo eso aportó vejez a
los surcos de mi cara y en mi conciencia.
EL PADRE: ¿Qué conclusión sacas de toda esta experiencia?
ULISES: En realidad sentí un gran vacío cuando retorné a mi casa donde ni siquiera mi
propio perro me reconocía, y en la que encontré todo transformado.
LA MADRE DIVINA: Ven y refúgiate conmigo. [Ulises se sienta a sus pies y La Madre
Divina le acaricia el pelo]. Hijo mío, has desperdiciado tu vida yendo tan lejos
cuando tu transformación la habrías logrado sin moverte de aquí. Tu esfuerzo ha
sido válido, porque al reconocer tus padecimientos y que no te han servido
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absolutamente de nada, te permitirán a partir de este momento transitar el camino
hacia la Morada del Padre. Encomiéndate a Él, y tu vida será purificada.
AGAMENÓN
En la mitología griega, rey de Micenas y jefe de las fuerzas griegas en la guerra de
Troya. Era hijo de Atreo y padeció la maldición lanzada sobre su casa. Cuando los griegos
se reunieron en Áulide para su viaje a Troya, se vieron obligados a retroceder por los
vientos adversos. Para calmar los vientos, Agamenón sacrificó a su hija Ifigenia a la diosa
Ártemis. Su disputa con Aquiles sobre la princesa cautiva Briseida y las consecuencias de
esa cólera forman buena parte del argumento de la Iliada de Homero. Después de un sitio
de diez años, cayó Troya y Agamenón volvió victorioso a Micenas. Con él fue la princesa
troyana Casandra, que le había sido concedida por el ejército griego triunfante.
Clitemnestra, mujer de Agamenón, lo recibió con expresiones de amor, pero
mientras él estaba en el baño, ella le tendió una trampa. Egisto, el amante de ella, golpeó a
Agamenón con una espada y, mientras estaba inconsciente por el golpe, Clitemnestra lo
decapitó con un hacha. Su muerte fue vengada siete años más tarde por su hijo Orestes. La
historia de la muerte de Agamenón es contada en la primera pieza de la trilogía Orestíada,
del poeta griego antiguo Esquilo.
Aparece Agamenón dentro de un gran caldero cocinándose en el fuego del
arrepentimiento.
YUKTESWAR: Ya es suficiente, has pagado durante siglos tu error. Sal del caldero y
reflexiona sobre el mismo, pero ahora con la luz de la sabiduría y no con el fuego
del arrepentimiento.
[Agamenón sale del caldero, pero el haber permanecido tanto tiempo en él, le ha
consumido las piernas, por lo cual debe ser asistido por dos ángeles que lo depositan
cerca de Yukteswar. Este parte su bastón, y coloca cada una de las partes en que ha
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quedado dividido, donde antes tenía Agamenón las piernas e inmediatamente éstas
se reconstruyen].
YUKTESWAR: Como misión purificadora, ve por el mundo y transmite lo que has
aprendido.
EDIPO
En la mitología griega, rey de Tebas, hijo de Layo y Yocasta, rey y reina de Tebas
respectivamente. Un oráculo advirtió a Layo que sería asesinado por su propio hijo.
Decidido a rehuir su destino, ató los pies de su hijo recién nacido y lo abandonó para que
muriera en una montaña solitaria. Un pastor recogió al niño y se lo entregó a Pólibo, rey
de Corinto, quien le dio el nombre de Edipo (pie hinchado) y lo adoptó como su propio
hijo. El niño no sabía que era adoptado y, cuando un oráculo proclamó que mataría a su
padre, abandonó Corinto. Durante su travesía, encontró y mató a Layo, creyendo que el
rey y sus acompañantes eran una banda de ladrones y así, inesperadamente, se cumplió la
profecía.
Solo y sin hogar, Edipo llegó a Tebas, acosado por un monstruo espantoso, la
Esfinge, que andaba por los caminos que iban a la ciudad, matando y devorando a todos
los viajeros que no sabían responder al enigma que les planteaba. Cuando Edipo resolvió
acertadamente el enigma, la Esfinge se suicidó. Creyendo que el rey Layo había muerto en
manos de asaltantes desconocidos, y agradecidos al viajero por librarlos del monstruo, los
tebanos lo recompensaron haciéndolo su rey y dándole a la reina Yocasta por esposa.
Durante muchos años la pareja vivió feliz, sin saber que ellos eran en realidad madre e
hijo.
Entonces descendió una terrible peste sobre la tierra, y el oráculo proclamó que debía ser
castigado el asesino de Layo. Pronto Edipo descubrió que involuntariamente había matado
a su padre. Atribulada por su vida incestuosa, Yocasta se suicidó y, cuando Edipo se dio
cuenta de que ella se había matado y que se condenaba a sus hijos, se quitó los ojos y
abandonó el trono. Vivió en Tebas varios años pero acabó desterrado. Acompañado por su
hija Antígona, vagó durante muchos años. Finalmente llegó a Colono, un santuario cerca
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de Atenas consagrado a las poderosas deidades llamadas Euménides. En este santuario
para suplicantes murió Edipo, después de recibir la promesa del dios Apolo de que el lugar
de su muerte permanecería sagrado y otorgaría un gran beneficio a la ciudad de Atenas,
que había dado refugio al vagabundo.
Aparece como un mensajero alado. Su apariencia es esa porque está ciego y no
puede transitar por el camino de los hombres, y como ser alado puede orientarse en otra
dimensión.
[Edipo se posa en las ramas de un árbol, a cuyo pie está sentado Yukteswar. El rey
ciego llora y sus lágrimas van bañando los pies del maestro].
YUKTESWAR: [Se muestra conmovido]. Deja de llorar, no es solución a tus penas, baja y
hablemos.
[Edipo desciende del árbol y se sienta al lado de Yukteswar].
YUKTESWAR: [Colocándole las manos sobre sus ojos]. Te devuelvo la vista, ya ha sido
suficiente la oscuridad a la que te condenaste. El mundo es ilusión y te condenaste
por una ilusión. Deja de sufrir porque no es justa tu pena ni el castigo que te
impusiste... nada más que por una ilusión.
[Edipo se refriega los ojos y se da cuenta por primera vez de la verdad que le
transmite Yukteswar. Entonces se arranca las alas y emprende el camino de la
Verdad, ahora con clara conciencia del mismo].
EDIPO: [Se detiene y se da vuelta mirando al maestro]. Gracias por lo que has hecho por
mi.
[Edipo continúa su camino, Yukteswar se pone de pie y se retira].
ZEUS
En la mitología griega, dios del cielo y soberano de los dioses olímpicos. Zeus
corresponde al dios romano Júpiter.
Según Homero, se consideraba a Zeus padre de los dioses y de los mortales. No fue
el creador de los dioses y de los hombres; era su padre en el sentido de protector y
soberano tanto de la familia olímpica como de la raza humana. Señor del cielo, dios de la
lluvia y acumulador de nubes, que blandía el terrible rayo. Su arma principal era la égida,
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su ave, el águila, su árbol, el roble. Zeus presidía a los dioses en el monte Olimpo, en
Tesalia. Sus principales templos estaban en Dódona, en el Epiro, la tierra de los robles y
del templo más antiguo, famoso por su oráculo, y en Olimpia, donde se celebraban los
juegos olímpicos en su honor cada cuatro años. Los juegos de Nemea, al noroeste de
Argos, también estaban dedicados a Zeus.
Zeus era el hijo menor del titán Cronos y de la titánida Rea y hermano de las
divinidades Poseidón, Hades, Hestia, Démeter y Hera. De acuerdo con uno de los mitos
antiguos sobre el nacimiento de Zeus, Cronos, temiendo ser destronado por uno de sus
hijos, los devoraba cuando nacían. Al nacer Zeus, Rea envolvió una piedra con pañales
para engañar a Cronos y ocultó al dios niño en Creta, donde se alimentó con la leche de la
cabra Amaltea y lo criaron unas ninfas. Cuando Zeus llegó a la madurez, obligó a Cronos
a vomitar a los otros niños, que estaban deseosos de vengarse de su padre. Durante la
guerra que sobrevino, los titanes lucharon del lado de Cronos, pero Zeus y los demás
dioses lograron la victoria y los titanes fueron enviados a los abismos del Tártaro. A partir
de ese momento, Zeus gobernó el cielo, y sus hermanos Poseidón y Hades recibieron el
poder sobre el mar y el submundo, respectivamente. Los tres gobernaron en común la
tierra.
Se manifiesta un plano donde se produce una gran descarga de fuerzas, como si
arreciara una tormenta, anunciada por un incesante bombardeo de relámpagos. Zeus se
presenta con una imagen de mucha violencia, enmarcando su presencia, ahora sí, con la
tormenta desencadenada.
El dios está parado sobre la rueda del tiempo que la hace girar a voluntad, tanto
hacia atrás adelante. Dioses menores van apareciendo a medida que la rueda va girando, y
estos son depositarios de sus rayos que lo van depositando sobre la Tierra.
YUKTESWAR: Para de una vez y deja de hacer tanto ruido.
ZEUS: [Desciende de la rueda y se acerca al maestro].
¿Por qué interrumpes mi trabajo?
YUKTESWAR: Aunque así yo lo quisiera tu trabajo continuaría.
Simplemente pido tu desdoblamiento en el tiempo, y te presentes para dialogar.
ZEUS: ¿Cuál es el sentido de la convocación? ¿Porqué he sido convocado?
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YUKTESWAR: Zeus, como dios eres imperfecto. En eso radica el porqué de tu
convocación.
ZEUS: No encuentro en mi actuar imperfección alguna. Tu que conoces y tienes autoridad
señálamela.
YUKTESWAR: Tu grado de evolución es alto comparado con el de los hombres, pero te
has quedado detenido en esa etapa de tu evolución y he aquí donde está tu
imperfección. Debes continuar tu evolución y dejar el plano de los dioses.
ZEUS: ¿A qué puedo aspirar si soy lo máximo en el campo de los dioses?
YUKTESWAR: Justamente, has llegado al punto máximo de tu desarrollo en ese campo.
Debes abandonarlo y fundirte en Aquel que te creó, así podrás devolver la energía
que te fue dada y purificarte en su fusión.
ZEUS: De tanto mirar hacia abajo olvidé que el arriba existe. Pido disculpas por mi error,
que también es parte de mi ignorancia, y sabido es que en cualquier tipo de
evolución el error como la ignorancia siempre están presentes.
[Se descarga una fuerte luz, Zeus se funde en ella hasta desaparecer].
YUKTESWAR: Un trabajo más concluido con efectividad.
Zeus fue convocado porque necesitamos de todas las fuerzas que están
dispersas para concentrarlas en ese punto de energía que las va acumulando para la
función final. Debemos rescatar todas las fuerzas que estén dispersas y
concentrarlas para esta función.
APOLO
En la mitología griega, hijo del dios Zeus y de Leto, hija de un titán. Era también
llamado Délico, de Delos, la isla de su nacimiento, y Pitio, por haber matado a Pitón, la
legendaria serpiente que guardaba un santuario en las montañas del Parnaso. En la
leyenda homérica, Apolo era sobre todo el dios de la profecía. Su oráculo más importante
estaba en Delfos, el sitio de su victoria sobre Pitón. Solía otorgar el don de la profecía a
aquellos mortales a los que amaba, como a la princesa troyana Casandra.
Apolo era un músico dotado, que deleitaba a los dioses tocando la lira. Era también
un arquero diestro y un atleta veloz, acreditado por haber sido el primer vencedor en los
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juegos olímpicos. Su hermana gemela, Ártemis, era la guardiana de las muchachas,
mientras que Apolo protegía de modo especial a los muchachos. También era el dios de la
agricultura y de la ganadería, de la luz y de la verdad, y enseñó a los humanos el arte de la
medicina.
Algunos relatos pintan a Apolo como despiadado y cruel. Según la Iliada de
Homero, Apolo respondió a las oraciones del sacerdote Crises para obtener la liberación
de su hija del general griego Agamenón arrojando flechas ardientes y cargadas de
pestilencia en el ejército griego. También raptó y violó a la joven princesa ateniense
Creusa, a quien abandonó junto con el hijo nacido de su unión. Tal vez a causa de su
belleza física, Apolo era representado en la iconografía artística antigua con mayor
frecuencia que cualquier otra deidad.
La imagen es de un hombre físicamente perfecto. Está desnudo sobre un carro de
guerra, no lleva yelmo de protección, ni arma alguna, sólo puede observarse un escudo que
sostiene con su brazo derecho. El carro en que se desliza es muy sutil, es como una
representación esquemática de la energía que lo impulsa. En el momento en que se detiene
aparecen Yogananda y Yukteswar. A diferencia de Apolo, que se manifiesta enorme y
luminoso pero inconsistente, los maestros aparecen a su lado diminutos pero con gran peso
y consistencia. El dios desciende del carro y se cubre con el escudo en señal de respeto. Por
un momento la escena queda congelada, hasta que vuelve el movimiento que muestra la
imagen de Apolo reducirse hasta alcanzar el tamaño de los maestros... Esto que ha ocurrido
requiere una explicación. La manifestación de los maestros es en el plano binario, único
modo de poder tener contacto con los hombres, mientras que Apolo desciende del mundo
de los dioses, por eso la imagen que presentó. Ahora los tres están en el mismo plano.
YUKTESWAR: ¿Cuál es la situación y el estado del mundo de los dioses adonde
perteneces?
APOLO: El estado es de infernal aburrimiento. Hay un cerco en el cual ha quedado la
historia encerrada, reduciéndose entonces la posibilidad de acción, creándose
entonces una situación de repetición infinita.
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[Se va materializando una gran tijera de podar, cuyos extremos son sostenidos por
Yogananda y Yukteswar. Acompañados por Apolo, los maestros llevando la tijera,
se dirigen al lugar donde están los dioses. El círculo donde están encerrados tiene la
característica de un cerco de jardín, cuyas raíces y follaje han crecido enormemente
ahogando el espacio donde se manifiestan los dioses].
YUKTESWAR: [Dirigiéndose a los dioses]. Hay posibilidad de romper este cerco y
nosotros tenemos la herramienta adecuada para hacerlo. Pero para ello deben hacer
una honesta promesa: “liberar para ser liberados, y liberarse de aquello a lo que
fueron atados”.
LOS DIOSES: [Al unísono] Prometemos sinceramente que así lo haremos.
[Yogananda y Yukteswar acercan la tijera al cerco, pero no lo cortan sino que van
podando tanto su follaje como sus raíces. A medida que el cerco se va debilitando
los dioses van sintiendo la sensación de liberación. El cerco se va reduciendo a tal
punto que no queda nada más que un aro muy delgado de pequeñas ramas con sus
raíces. En ese punto los maestros se detienen].
YOGANANDA: Por el acto de vuestra promesa y en función a la calidad y profundidad de
la misma, que este círculo se disuelva.
[Como la promesa de los dioses carecía de profundidad y calidad necesarias el
círculo no se disuelve].
YUKTESWAR: El compromiso y la responsabilidad es de ustedes, nosotros cumplimos
hasta la última etapa.
[Los dioses comprenden la necesidad de una decisión más firme e internamente
realizan el compromiso solicitado. Entonces Yukteswar y Yogananda toman las
tijeras y cortan lo que queda del círculo. Se produce una explosión de energía, que
reorganiza toda la vibración que emana de ella. Terminada esta tarea, por la parte
inferior van cayendo carbonizados los restos del círculo, y por la superior se van
desprendiendo las almas de los hombres en cautiverio, convertidos en ángeles.
Cuando esta experiencia culmina los maestros se retiran al mismo tiempo que el
mundo de los dioses se va esfumando].
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DIONISOS
En la mitología griega, dios del vino y la vegetación, el cual enseñó a los mortales
cómo cultivar la vid y cómo hacer vino. Era bueno y amable con quienes lo honraban, pero
llevaba la locura y la destrucción a quienes lo despreciaban a él o a los rituales
orgiásticos de su culto. De acuerdo con la tradición, Dionisos moría cada invierno y
renacía en la primavera. Para sus adeptos, este renacimiento cíclico, acompañado de la
renovación estacional de los frutos de la tierra, encarnaba la promesa de la resurrección
de los muertos. Los ritos anuales en honor de la resurrección de Dionisos evolucionaron
gradualmente hacia la forma estructurada del drama griego, y se celebraron importantes
festivales en honor del dios, durante los cuales se realizaban grandes competiciones
dramáticas. El festival más importante, las Grandes Dionisíacas, tenía lugar en Atenas
durante cinco días de cada primavera. Para esta celebración los grandes dramaturgos
griegos Esquilo, Sófocles y Eurípides escribieron sus magníficas tragedias. Después del
siglo V a.C., Dionisos fue conocido para los griegos como Baco.
Presenta una imagen de un dios desgastado, su expresión lo muestra enajenado,
totalmente poseso. Aparece el mandala de maestros irradiando su energía, lo que
conmociona a Dionisos.
YOGANANDA: ¿Qué estás haciendo?
DIONISOS: No he hecho más que dar y dar intensamente, y ya casi no me quedan fuerzas.
Me siento asfixiado.
YOGANANDA: Quedaste atrapado. Este opresión que sientes es el peso de la oscuridad y
del mundo mágico que te rodea.
DIONISOS: ¿Qué debo hacer para soltar estas ataduras?
YOGANANDA: Eres el único que puede tomar la decisión. Solamente suéltalas. Con el
solo deseo de obtener la libertad podrás desencadenarte y avanzar conducido desde
la luz.
DIONISOS: Esto es muy fuerte.
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YUKTESWAR: [Toca su frente en el entrecejo]. Lo que te falta es discernimiento. En
algún momento tuviste mucho poder, y no supiste administrarlo de manera correcta.
En tu ambición quedaste atrapado y ciego no mediste las consecuencias.
DIONISOS: Si hubiera sabido que debía pagar tal precio, hubiese sido más cuidadoso.
Ahora me doy cuenta que por no estar centrado permití que los hombres me dieran y
me quitaran el poder.
AUROBINDO: Renuncia ya.
DIONISOS: [Sacude sus manos liberándose de las ataduras, saliendo del estado opresivo en
que se encuentra].
AUROBINDO: Ahora manifiesta con humildad tu deseo de liberarte. Si este deseo es
sincero, ya nadie más podrá hacerte daño, y solo podrás ayudar desde la luz sin
quedar comprometido con el mundo oscuro del cual eres partícipe.
[A medida que Dionisos se va dando cuenta, los maestros lo elevan y lo llevan a su
plano de vibración, y lo envuelven en un fuego de purificación].
EL PADRE: Ya estás listo, el proceso que sigue debes hacerlo tu, eres libre para elegir.
PALAS ATENEA
Una de las diosas más importantes en la mitología griega. En la mitología latina,
llegó a identificarse con la diosa Minerva. Palas Atenea salió ya adulta de la frente del
dios Zeus y fue su hija favorita. Él le confió su escudo, adornado con la horrorosa cabeza
de la górgona Medusa, su 'égida' y el rayo, su arma principal. Diosa virgen, recibía el
nombre de Parthenos ('la virgen'). En agradecimiento a que Atenea les había regalado el
olivo, el pueblo ateniense levantó templos a la diosa, el más importante era el Partenón,
situado en la Acrópolis de Atenas.
Atenea, originariamente la diosa de las ciudades griegas, de la industria y de las
artes, y, en la mitología posterior, de la sabiduría; era también diosa de la guerra. Atenea
fue la defensora más firme, entre los dioses, del bando griego en la guerra de Troya.
Después de la caída de Troya, sin embargo, los griegos faltaron el respeto debido al
carácter sagrado de un altar dedicado a Atenea en el que la profetisa troyana Casandra
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encontró refugio, y como castigo, unas tormentas enviadas por el dios del mar, Poseidón,
requeridas por Atenea destruyeron la mayor parte de los barcos griegos que volvían de
Troya.
Atenea era también patrona del arte de la agricultura y de las labores femeninas,
especialmente del hilado y el tejido. Entre sus dones al hombre estaban la invención del
arado y la flauta y las artes de domesticación de animales, de construcción de barcos y de
fabricación de zapatos. Se la asociaba a menudo con las aves, especialmente con la
lechuza.
Se presenta con una imagen poderosa y una apariencia muy bella. Está rodeada por
un brillo de estrellas.
YOGANANDA: [Se aproxima].
¿Quién te ha denominado protectora?
PALAS ATENEA: Nada más que los hombres que creen en mi, que están seguros que con
mi protección obtendrán libremente lo que desean.
VIVEKANANDA: ¿De qué los proteges?
PALAS ATENEA: Los protejo del mal.
VIVEKANANDA: ¿A qué te refieres cuando hablas del mal?
PALAS ATENEA: Me refiero a las cosas que a ellos los hacen sufrir.
YUKTESWAR: [Aparece en escena]. ¿No te has dado cuenta que no puedes proteger más a
nadie, y que es todo una ilusión? Has sido víctima, has quedado atrapada, han
puesto una venda a tus ojos.
[Repentinamente todo ese brillo que la rodea se va desvaneciendo, y la diosa va
perdiendo su poder mágico. Abre muy grandes los ojos y se asombra de lo que ve].
PALAS ATENEA: Si yo soy la protectora, creo que no he cumplido bien tal misión. Está
todo destruido ¿A qué se debe todo esto?
YUKTESWAR: Quedaste atrapada, y el tiempo en que creías cumplir tu misión se acabó
hace rato. Debes permitir que te acompañemos hacia la luz liberadora, pero antes
debes renunciar al poder de la magia y proteger desde la luz a quienes te necesiten,
pero solo desde la luz.
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Ya verás lo confundida que estabas.
PALAS ATENEA: [Se entristece].
MATAJI: [La toma del brazo]. No estés triste, disuelve tu tristeza en la enorme felicidad
que se experimenta en el encuentro con la Luz Divina.
HAYDÉE: No te atemorices ni sientas vacío al renunciar a tu poder porque no es el poder
que te corresponde. Reconoce que todo ello es demoníaco y te darás cuenta cuál es
el verdadero camino.
[La Madre Divina la transporta en un canal de luz, accediendo la diosa a transitar
por él. Así, libre de esa magia, va siendo purificada, liberándose también la tristeza
que experimentaba al perder el poder. El Padre lo recibe al final del camino y le da
su bendición].
ORFEO
En la mitología griega, poeta y músico, hijo de la musa Calíope y de Apolo, dios de
la música, o de Eagro, rey de Tracia. Recibió la lira de Apolo y llegó a ser un músico tan
excelente que no tuvo rival entre los mortales. Cuando Orfeo tocaba y cantaba, conmovía a
todas las cosas, tanto animadas como inanimadas. Su música encantaba a los árboles y las
rocas, amansaba las fieras y hasta los ríos cambiaban su curso para seguirlo.
Orfeo es más conocido por su desafortunado matrimonio con la adorable ninfa
Eurídice. Poco después de la boda, la novia sufrió la picadura de una víbora y murió.
Abrumado por el dolor, Orfeo decidió ir al mundo subterráneo para buscarla y llevarla
otra vez al mundo de los vivos, algo que nadie había hecho hasta entonces. Hades, el
soberano del reino subterráneo, quedó tan conmovido por su música que le devolvió a
Eurídice, con la condición de que él no volviera la cabeza hacia atrás mientras regresaban
al mundo de los vivos. Orfeo no pudo dominar su ansiedad, y cuando alcanzó la luz del día
giró la cabeza, por lo que Eurídice se desvaneció. Desesperado, Orfeo renunció a la
compañía humana y vagó por el desierto, tocando su música para las rocas, los árboles y
los ríos. Finalmente, un violento grupo de mujeres tracias, seguidoras del dios Dionisos, se
encontraron con el delicado músico y lo mataron. Cuando ellas arrojaron su cabeza
cortada al río Hebro, ésta continuó llamando a Eurídice y llegó finalmente a la costa de
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Lesbos, donde las musas lo sepultaron. Después de su muerte, la lira de Orfeo se
transformó en la constelación Lira.
Orfeo se manifiesta caminando por un bosque que es surcado por un arroyo. Va
ejecutando un instrumento de cuerdas que tiene un sonido parecido al del agua.
YOGANANDA: Orfeo es el dueño de las energías del sueño que provienen del
inconsciente. Este dios expresa la Verdad de manera velada para los ojos que
todavía no están preparados para abrirse y soportar su luz. Por eso el sueño es una
pantalla protectora que evita que esos ojos se lastimen. Se presenta en primitivos, en
gente inocente y crédula que no puede organizar racionalmente los mensajes, por
eso los muestra velados, fabulados, desde la metáfora y el símbolo, perteneciéndole
los ritos, las leyendas y los cuentos. También se presenta en la niñez de los
maestros, mostrándoles los primeros indicios de sus misiones y capacidades.
[Los maestros van llegando y se acomodan alrededor de Orfeo, es como si entrañara
un misterio, y algunos lo van reconociendo].
YOGANANDA: Recuerdo una noche de mi adolescencia en que tuve un sueño
premonitorio, pero antes de salir del estado onírico, tuve un reflejo tuyo, y ahora te
reconozco. No actúas desde la palabra sino es como si sembraras pequeñas
imágenes.
[A Ramakrishna, Orfeo le señala su necesidad de La Madre Divina, indicándole el
camino Lahiri Mahasaya mediante el dios tiene la visión de las montañas e intuye la
decisión de la renuncia. En otro momento de su vida se le presenta la experiencia
que lo lleva a su primera levitación. La presencia de Orfeo les revela a los maestros
dimensiones muy profundas del inconsciente, el sentido de esas vivencias
manifestadas en el sueño].
ORFEO: Soy el encargado de llevar esa parte del Plan, esta es transmitir la chispa inicial
que siempre es inconsciente. Por eso me expreso en la música, porque es algo de lo
que nadie se sustrae, su manifestación es inconsciente y natural, por lo que nadie se
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defiende ni se resiste, entonces la energía disimulada por los sonidos llega
directamente al inconsciente, y produce el estado que conduce a mi reino, el sueño.
[A Jesús, Orfeo le hizo comprender a los cinco años que debía estar cerca de los
viajeros, de hablar con ellos porque iban a transmitirle importantes mensajes].
ORFEO: A medida que la humanidad fue evolucionando mi imagen se fue desdibujando,
aunque sigue presente en pueblos míticos. Pero eso no significa que mi influencia
haya menguado, lo que ocurre es que ahora se me llama inconsciente,
subconsciente, de algún modo se crean conceptos que niegan las energías que yo
manejo. Antes los nombres se acercaban más a las realidades que designaban.
[Orfeo y Krishna pastor son muy semejantes. Los dos son infantiles y muy
traviesos: uno en el reino del sueño y el otro en el de la vigilia].
YOGANANDA: Orfeo muestra el mundo del sueño, pero ahora esta realidad está mucho
más invadida, es como si fuera otro mundo. En él también hay entidades oscuras, y
se libra la misma lucha que en la vigilia, entre la luz y la oscuridad.
La vibración del sueño no está restringida a este, también se encuentra en las
intoxicaciones y en todo lo que tenga que ver con el inconsciente. En este plano, en
la actualidad, hay una enorme densidad, al extremo que en ciertos casos este estado
inconsciente se extiende a la vigilia.
[Euridice es su contraparte femenina. Son como dos polos de una misma energía y
no funcionan el uno sin el otro en el rango en que se manifiestan. Son como el padre
y la madre].
ORFEO: [A los maestros]. Les agradezco porque todos ustedes hacen que la gente duerma
más tranquila. A mí me gustaría que los hombres pudieran tener un sueño más
apacible, y estén más abiertos a lo que tengo que decirles.
YOGANANDA: Dormir es inevitable, no puede evitarse, pero la aceleración del tiempo
provocada por la densidad de las energías, perjudica al hombre.
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Este cada vez le da menos importancia al sueño, porque no comprende que las
energías que se manifiestan en el mismo son la contrapartida de las energías de la
vigilia. Si en el primero no hay un fluir natural, este desequilibrio termina afectando
la totalidad de los estados psíquicos: entonces el hombre ya no puede escuchar los
mensajes ni del sueño ni de la vigilia. De todos modos, aquel a quien le está
destinado el mensaje, también está predeterminado a escucharlo.
[Los maestros escuchan atentamente la música de Orfeo, y él les dice que ellos ya
no duermen].
HERMES
En la mitología griega, mensajero de los dioses, hijo del dios Zeus y de Maya, la
hija del titán Atlas. Como especial servidor y correo de Zeus, Hermes tenía un sombrero y
sandalias aladas y llevaba un caduceo de oro, o varita mágica, con serpientes enrolladas y
alas en la parte superior. Guiaba a las almas de los muertos hacia el submundo y se creía
que poseía poderes mágicos sobre el sueño. Hermes era también el dios del comercio,
protector de comerciantes y pastores. Como divinidad de los atletas, protegía los
gimnasios y los estadios, y se lo consideraba responsable tanto de la buena suerte como de
la abundancia. A pesar de sus virtuosas características, también era un peligroso enemigo,
embaucador y ladrón. El día de su nacimiento robó el rebaño de su hermano, el dios del
sol Apolo, oscureciendo su camino al hacer que la manada anduviera hacia atrás. Al
enfrentarse con Apolo, Hermes negó haber robado. Los hermanos acabaron
reconciliándose cuando Hermes le dio a Apolo su lira, recién inventada. En el primitivo
arte griego, se representaba a Hermes como un hombre maduro y barbado; en el arte
clásico, como un joven atlético, desnudo e imberbe como puede comprobarse en el Hermes
de Praxíteles, en Olimpia.
VOZ DIVINA: En un tiempo la velocidad era desordenada y hubo que ordenarla, para ello
llamé a Hermes y le conseguí un trabajo. En un principio, bien lo refleja el dicho:
“no daba pie con bola”, justamente porque su naturaleza era de un nivel inferior.
Lo ascendí colocando la naturaleza de su trabajo en sus pies, por eso el símbolo de
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las alas en los tobillos, de esa manera estuvo siempre sobre la velocidad, y la
velocidad es tiempo.
Él maneja el tiempo, y realmente lo hace muy bien. Todo se produce ni antes ni
después, porque el tiempo se registra internamente y se manifiesta externamente,
pues no es posible su manifestación sin un previo registro.
Hermes es muy cuidadoso, muy respetuoso y muy fiel. Aquello que se encuentra
bajo su dominio funciona como corresponde, a pesar de los gustos y disgustos del
hombre porque precisamente la principal dificultad que tiene es no someterse al
tiempo, ya que adolece de una gran carencia de registro del mismo. Si el hombre
pudiera volver a sus orígenes y registrar en su interior los tiempos del Tiempo,
reinaría la paz en su conciencia, y su vida sería de perfecta armonía.
EL HADES
En la mitología griega, dios de los muertos. Era hijo del titán Cronos y de la
titánide Rea y hermano de Zeus y Poseidón. Cuando los tres hermanos se repartieron el
universo después de haber derrocado a su padre, Cronos, a Hades le fue concedido el
mundo subterráneo. Allí, con su reina, Perséfone, a quien había raptado en el mundo
superior, rigió el reino de los muertos. Aunque era un dios feroz y despiadado, al que no
aplacaba ni plegaria ni sacrificio, no era maligno. En la mitología romana, se le conocía
también como Plutón, señor de los ricos, porque se creía que tanto las cosechas como los
metales preciosos provenían de su reino bajo la tierra.
El mundo subterráneo suele ser llamado Hades. Estaba dividido en dos regiones:
Erebo, donde los muertos entran en cuanto mueren, y Tártaro, la región más profunda,
donde se había encerrado a los titanes. Era un lugar oscuro y funesto, habitado por formas
y sombras incorpóreas y custodiado por Cerbero, el perro de tres cabezas y cola de
dragón. Siniestros ríos separaban el mundo subterráneo del mundo superior, y el anciano
barquero Caronte conducía a las almas de los muertos a través de estas aguas. En alguna
parte, en medio de la oscuridad del mundo inferior, estaba situado el palacio de Hades. Se
representaba como un sitio de muchas puertas, oscuro y tenebroso, repleto de espectros,
situado en medio de campos sombríos y de un paisaje aterrador. En posteriores leyendas
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se describe el mundo subterráneo como el lugar donde los buenos son recompensados y los
malos castigados.
Aparece un ave magnífica con las alas desplegadas. En su vuelo se van
desprendiendo plumas de sus alas, y cada pluma de que se desprende es el nacimiento de un
dios que va poblando el Hades.
En un principio los dioses eran puros, almas de un alto proceso evolutivo, pero la
coexistencia entre ellos fue creando espacios de poder. De este modo el poder fue la sombra
que proyectó los límites entre un espacio y otro, y terminó tejiendo una estructura en forma
de telaraña, que a su vez fue adquiriendo un poder independiente. Los dioses al darse
cuenta de esta manifestación quisieron ponerla a su servicio.
|Esta estructura de poder se fue apoderando sutilmente de la energía de los dioses, y
alimentándose de ellos a través de sus actos. Así creció la estructura y se debilitaron los
dioses, hasta que todo se convirtió en un caos del cual quien sacó mayor fruto fue el poder.
Este se repartió alternativamente entre unos y otros dioses creando la competencia, cuya
consecuencia fue una gran inestabilidad y la consiguiente caída del mundo de los dioses.
EL OLIMPO
Montaña de 2.917 m de altitud, la más elevada de Grecia, situada en la frontera de
Tesalia y Macedonia, cerca del mar Egeo. En la antigua mitología griega se creía que era
el hogar de los dioses. En la cima se encontraban sus palacios, construidos por Hefesto,
dios de la metalurgia. La entrada al Olimpo era una puerta de nubes protegida por las
diosas conocidas como las Estaciones. Zeus tenía su trono en el Olimpo, y los dioses
festejaban con néctar, ambrosía y las serenatas de las musas.
Las doce grandes deidades del Olimpo eran Zeus y su esposa Hera; los hermanos
de Zeus, Poseidón, dios del mar, y Hades, dios del infierno; su hermana Hestia, diosa de la
tierra, y sus hijos: Atenea, diosa de la sabiduría; Ares, dios de la guerra; Apolo, dios del
sol; Artemisa, diosa de la luna y de la caza; Afrodita, diosa del amor; Hermes, mensajero
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de los dioses, y Hefesto. Los posteriores escritores griegos trasladaron el hogar de estas
deidades a una región celestial libre de nieve y tormentas y llena de luz.
Configura un gran escenario donde a través de un libreto que ya había sido escrito
se representó toda la historia de los dioses. En realidad nada escapó al orden establecido,
entendiendo este no como un acto armónico sino a la consecuencia de reflejar la vida
conflictiva de los dioses.
El Olimpo aparece como una gran esfera transparente y los dioses como su
contenido. Al girar esta esfera polarizaba, positiva o negativamente, de acuerdo a los actos
que los dioses realizaban.
En la esfera había dos puertas, que tenían únicamente la función de salir. Una hacia
los espacios del Dios Supremo, y la otra hacia los mundos oscuros e infernales.
La primera nunca fue abierta.
EL RÍO LETEO
El Río Leteo aparece como la cinta de Moebius, fluyendo constantemente sin ir a
ningún lado. Es lo que en la cultura cristiana llamamos el limbo. También es un espacio
más de silencio donde las almas abandonan sus torturas con la oportunidad de replantear y
purificar su energía. Es también el filtro donde se diluye todo lo innecesario, pero que
también tiene el riesgo de que se diluya lo bueno que se ha adquirido, y esta posibilidad
dependerá del grado de convicción y firmeza espiritual con que se haya fijado la
experiencia. De todos modos, el Río Leteo funciona como un aletargador que si bien
obnubila el estado, no lo borra y se puede recuperar la experiencia.
Es un río donde gustaban jugar los dioses, sumergiendo en él a los hombres que
querían premiar o castigar.
EL PARTENÓN Y SU ARQUITECTO FIDIAS
EL PARTENÓN
Templo dórico dedicado a Atenea Parthenos, diosa griega de la sabiduría,
situado en el lugar más destacado de la Acrópolis de Atenas. Se construyó en el siglo V
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a.C. a partir del proyecto de los arquitectos Ictinos y Calícrates, aunque su concepción
se relaciona a menudo con la figura del escultor Fidias. Es uno de los edificios más
importantes de la historia y la obra culminante de la arquitectura griega.
Se muestra en lo alto de la ciudad, de aspecto espléndido, emana una luminosidad y
radiación muy fuertes. La imagen que presenta contrasta con las ruinas que lo rodean. Sin
embargo, su presencia es fantasmal y fría su gran luminosidad. No hay existencia ni
humana ni divina en su interior, sin embargo, él existe como un ente especial. Esto significa
que en sí mismo es un ente, entendido este como un campo de energía, y que inspiró a
quienes lo construyeron.
Lo que queda en la actualidad del Partenón es un débil registro vibratorio de lo que
fue en su momento, un punto muy importante de canalización de energía cósmica, por eso
presenta la figura de un espectro deslumbrante.
Cuando el Partenón se construyó, los dioses ya se habían alejado de la Energía del
Padre. El intento erigirlo consistió en brindar una ayuda para unificar el mundo de los
dioses y otorgarles nueva fuerza y poder divino, pero esta ya se encontraba en su
decadencia y el proyecto no pudo cumplirse.
EL ARQUITECTO FIDIAS
(c.490-c.430 a.C.)
Escultor griego del periodo clásico, destaca por su exquisita perfección en el
tratamiento de la forma, el volumen y la expresión de sus esculturas.
Alcanzó también fama como arquitecto y pintor. Dado que la mayor parte de sus
trabajos originales han desaparecido, el conocimiento de su obra es posible gracias a las
descripciones que de la misma hicieron los escritores antiguos. Su primer encargo
conocido fue un monumental grupo escultórico en bronce representando a los héroes
nacionales con el general Milcíades el Joven como figura principal. El estadista ateniense
Pericles le encomendó tanto la supervisión de todas las obras públicas como la realización
de cuantas estatuas debían erigirse en la ciudad. Fidias dirigió las obras de construcción
de los Propileos, que eran la entrada monumental a la Acrópolis, y del Partenón. Para el
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interior de este último edificio realizó, en oro y marfil (criselefantina) la monumental
estatua de Atenea, diosa de la sabiduría y protectora de Atenas. La colosal estatua de
Zeus, padre de los dioses, que estaba ubicado en Olimpia, está considerada como su obra
maestra.
Los últimos años de la vida de Fidias están plagados de conflictos. Los enemigos de
Pericles le acusaron de apropiarse del oro que había recibido para levantar la estatua de
Atenea. Al parecer murió en prisión o según otra versión, en el destierro. Una tercera
fuente de información afirma que le fue levantado el cargo de malversación, pero se le
condenó sin piedad por haber esculpido su retrato y el de Pericles en el escudo dorado que
portaba la estatua de Atenea.
Tanto los críticos antiguos como los modernos coinciden en afirmar que las obras
de Fidias, junto con las tragedias del dramaturgo griego Sófocles, constituyen la expresión
más perfecta del espíritu del más noble periodo de la civilización griega, en el que las
formas artísticas se utilizaron para reproducir la belleza ideal más que la realidad natural,
primando la plasmación de las características esenciales e intemporales por encima de las
individuales y transitorias.
El Partenón fue el canal de donde partió la enseñanza de la geometría perfecta.
Fidias absorbió el eco de toda esa información y fue un brillante traductor del mensaje de
este ente.
[Fidias hace una reverencia y se retira sin pronunciar palabra].
YOGANANDA: Fidias fue el ejemplo del perfecto discípulo que respondió a una energía
superior. Tuvo la honestidad de no interferir, por eso pudo recepcionar con total
claridad todo lo que le fue comunicado, y esto solo de por sí le valió su evolución.
Sin embargo, Fidias tuvo muchas dificultades en llevar a cabo dicha obra. Estas no
eran del orden económico o político, aunque se manifestaron por esos canales, sino
que la gran oposición fue de las fuerzas oscuras. El lugar elegido fue varias veces
boicoteado, pero gracias a su firme decisión triunfó la tarea que le había sido
encomendada.
}
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ANAXIMANDRO
(c. 611-c. 547 a.C.)
Filósofo, matemático y astrónomo griego. Nació en Mileto (en la actual Turquía).
Discípulo y amigo del filósofo griego Tales de Mileto, Anaximandro está considerado el
descubridor de la oblicuidad de la eclíptica, que es el ángulo que forman el plano de la
eclíptica y el plano del ecuador celeste. También se le considera introductor del reloj de
sol en Grecia y fundador de la cartografía.
La contribución más relevante de Anaximandro fue elaborar la más temprana obra
en prosa en relación al cosmos y los orígenes de la vida, por lo que también es mencionado
como fundador de la cosmología. Concebía el Universo como un número de cilindros
concéntricos, de los cuales el más exterior es el Sol, el del medio la Luna y el más interno
contiene las estrellas. Dentro de estos cilindros está la Tierra, sin base firme y en forma de
bombo. Anaximandro postulaba una teoría del origen del Universo que defendía que éste
era el resultado de la separación de opuestos desde la materia primaria. Así, el calor se
movió hacia fuera, separándose de lo frío y, después, lo hizo lo seco de lo húmedo.
Además, Anaximandro sostenía que todas las cosas vuelven con el tiempo al elemento que
las originó.
Está sentado en una llanura. La expresión de su rostro revela una terrible soberbia.
Concibe que el conocimiento del mundo tiene por propósito su dominio, que en
última instancia es el poder sobre los hombres.
YOGANANDA: ¿Dónde quedó la inocencia del principio?
ANAXIMANDRO: Dejo la inocencia para los ignorantes.
YOGANANDA: Es posible que sean ignorantes de palabras, pero no de verdades
profundas ¿Puedes decir lo mismo?
ANAXIMANDRO: No debo nada a nadie, el saber que poseo lo logré por mi mismo, y la
manera como lo use es un asunto absolutamente mío.
YOGANANDA: [Se ríe]. Úsalo como quieras, pero lo que no veo es con quien. [El lugar
donde se encuentra Anaximandro está desierto, no hay nadie]. Ese es tu castigo, no
tener a quien dominar.
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ANAXIMANDRO: [Recién advierte la situación en que se encuentra]. No me importa,
entre que llegan o no llegan, yo sigo perfeccionándome.
YOGANANDA: En tanto, ¿para qué te sirve ese conocimiento?
ANAXIMANDRO: Ya verás los resultados cuando lleguen.
YOGANANDA: ¿Y si no llegan?
ANAXIMANDRO: Eso no es posible.
YOGANANDA: ¿Cuánto hace que esperas?
ANAXIMANDRO: [No tiene conciencia del tiempo] Tu has llegado.
YOGANANDA: No te veo poner en práctica todo tu saber.
ANAXIMANDRO: Mi saber no es para mostrarlo, porque entonces te adueñarías de él.
YOGANANDA: ¿Entonces para qué quieres que venga nadie, cuál es el sentido de tu
espera si cuando viene alguien no trasmites lo que aprendiste mientras esperabas?
ANAXIMANDRO: No tiene porqué tener un sentido.
YOGANANDA: [Se levanta] Entonces sigue esperando. [Comienza a retirarse].
ANAXIMANDRO: [Lo detiene]. Espera.
YOGANANDA: ¿Me vas a decir algo interesante?
ANAXIMANDRO: No había visto mi contradicción, ¿qué voy a hacer ahora?
YOGANANDA: Lo que debes hacer es levantarte y salir a buscar a quien trasmitirle tu
saber, humildemente, sin agregarle ni un punto ni una coma, porque ese saber ni es
tuyo, sino que pertenece a todos.
Te advierto que en el momento que quieras apropiarte de este saber, vas a volver a
quedar aislado. Esta es una oportunidad de redimirte.
PITÁGORAS
(c. 582-c. 500 a.C.)
Filósofo y matemático griego, cuyas doctrinas influyeron mucho en Platón. Nacido
en la isla de Samos, Pitágoras fue instruido en las enseñanzas de los primeros filósofos
jonios Tales de Mileto, Anaximandro y Anaxímenes. Se dice que Pitágoras había sido
condenado a exiliarse de Samos por su aversión a la tiranía de Polícrates. Hacia el 530
a.C. se instaló en Crotona, una colonia griega al sur de Italia, donde fundó un movimiento
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con propósitos religiosos, políticos y filosóficos, conocido como pitagorismo. La filosofía
de Pitágoras se conoce sólo a través de la obra de sus discípulos.
Los pitagóricos asumieron ciertos misterios, similares en muchos puntos a los
enigmas del orfismo. Aconsejaban la obediencia y el silencio, la abstinencia de consumir
alimentos, la sencillez en el vestir y en las posesiones, y el hábito del autoanálisis. Los
pitagóricos creían en la inmortalidad y en la transmigración del alma. Se dice que el
propio Pitágoras proclamaba que él había sido Euphorbus, y combatido durante la guerra
de Troya, y que le había sido permitido traer a su vida terrenal la memoria de todas sus
existencias previas.
Entre las amplias investigaciones matemáticas realizadas por los pitagóricos se
encuentran sus estudios de los números pares e impares y de los números primos y de los
cuadrados, esenciales en la teoría de los números. Desde este punto de vista aritmético,
cultivaron el concepto de número, que llegó a ser para ellos el principio crucial de toda
proporción, orden y armonía en el universo. A través de estos estudios, establecieron una
base científica para las matemáticas. En geometría el gran descubrimiento de la escuela
fue el teorema de la hipotenusa, conocido como teorema de Pitágoras, que establece que el
cuadrado de la hipotenusa de un triángulo rectángulo es igual a la suma de los cuadrados
de los otros dos lados.
La astronomía de los pitagóricos marcó un importante avance en el pensamiento
científico clásico, ya que fueron los primeros en considerar la tierra como un globo que
gira junto a otros planetas alrededor de un fuego central. Explicaron el orden armonioso
de todas las cosas como cuerpos moviéndose de acuerdo a un esquema numérico, en una
esfera de la realidad sencilla y omnicomprensiva. Como los pitagóricos pensaban que los
cuerpos celestes estaban separados unos de otros por intervalos correspondientes a
longitudes de cuerdas armónicas, mantenían que el movimiento de las esferas da origen a
un sonido musical, la llamada armonía de las esferas.
Está en un jardín rodeado de un grupo de hombres a quienes les está impartiendo su
enseñanza.
PITÁGORAS: En primer lugar, tengan cuidado donde pisan, porque todo vuelve.
En segundo lugar, adviertan que todo es un número.
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En tercer lugar, sepan que no hay número para el Todo.
YUKTESWAR: Si todo es número y no hay número para el Todo, deja de contar.
PITÁGORAS: ¿Quién eres?
YUKTESWAR: El Todo.
PITÁGORAS: Entonces el Todo es Uno.
YUKTESWAR: Si eso realmente lo dices con el corazón, ya no hay nada mas que
aprender, y nada más que enseñar.
PITÁGORAS: ¿Hay música en el Todo?
YUKTESWAR: En la pregunta está la respuesta.
PITÁGORAS: [De alguna manera comprende el diálogo con el maestro, pero está muy
apegado y su enseñanza, a las matemáticas y a su música.
YUKTESWAR: Debes desenamorarte de los números para enamorarte del Uno, del Todo.
Ya descubriste el secreto pero no te dejes fascinar por él, y continúa tu trayecto
hacia la Verdad. Ya vendrá alguien detrás de ti a enseñarlo a quien lo necesite,
pero debes dejar esta etapa.
PITÁGORAS: [Mira a un perro]. Siempre temí un renacer en algo así.
[Pitágoras se muestra decidido a continuar el camino aunque tenga una gran
vocación a la enseñanza y apego a sus discípulos. Abandona todo y se va con
Yukteswar].
HERÁCLITO
(c. 540-c. 475 a.C.)
Filósofo griego, quien sostenía que el fuego era el origen primordial de la materia y
que el mundo entero se encontraba en un estado constante de cambio. Nació en Éfeso, una
antigua ciudad griega en Asia Menor, que ahora pertenece a Turquía. Debido a su vida
solitaria, y a la oscuridad y misantropía de su filosofía, es llamado algunas veces el
oscuro.
En cierto sentido, Heráclito fue uno de los iniciadores de la metafísica griega,
aunque sus ideas se derivan de las de la escuela jónica de la filosofía griega. Consideraba
el fuego como la sustancia primordial o principio que, a través de la condensación y
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rarefacción, crea los fenómenos del mundo sensible. Heráclito incorporó a la noción de
"ser" de sus predecesores el concepto de "devenir" o flujo, al que consideró una realidad
básica subyacente a todas las cosas, incluso a las más estables en apariencia. Para
aclararlo, afirmaba que una persona no podía bañarse dos veces en el mismo río.
En ética, Heráclito introdujo un nuevo énfasis social, manteniendo que la virtud
consiste en la subordinación del individuo a las leyes de una armonía razonable y
universal. Aunque su pensamiento estaba influido por la teología popular, atacó los
conceptos y ceremonias de la religión popular de su tiempo.
Sólo una obra, De la Naturaleza de las cosas, se puede atribuir a Heráclito, aunque
algunos autores sostienen que también escribió un libro sobre las leyes. Numerosos
fragmentos de su obra fueron preservados por escritores posteriores y se pueden encontrar
recopilaciones de estos fragmentos en diversas ediciones modernas.
Está absorto sentado al lado del río.
YUKTESWAR: Tu misión era descubrir la dualidad, no encubrirla, y para eso la expresaste
en forma oscura. La encubriste para aparecer ante los demás como más sabio, y lo
hiciste apropiándote de la verdad que se te había encomendado transmitir. Entonces
usaste esa apropiación para crecer en tu ego y ser venerado como sabio de
Occidente. Ocultaste lo que debías descubrir.
HERÁCLITO: El río que fluye incesantemente, y que en su fluir cambia de manera
constante, es sin embargo el mismo río.
YUKTESWAR: Te volviste sordo. Te ensoberbeciste tanto en lo que conocías que
decidiste no revelarlo claramente, y así quedaste ensimismado en repetir, ahora sin
sentido, esa verdad que debías transmitir. Hablaste herméticamente y te volviste
sordo, no sólo para lo que debías transmitir sino para lo que debías aprender.
[Heráclito no ve, no puede percibir nada. Está encerrado en sí mismo, atrapado
como un autista en un único discurso se adueñó de una verdad y quedó esclavo de la
misma. Hasta que no la suelte no va a poder abandonar el estado en que se
encuentra].
UN ALMA QUE PRESENCIA LA ESCENA: ¿De qué manera puede soltarla?
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YUKTESWAR: Sabe que si la suelta desaparece.
Habla de un río que desconoce porque se quedó en la superficie, pero nunca se
adentró en el mismo, por eso no conoció su profundidad.
ALMA: ¿Hay alguna manera de despertarlo?
YUKTESWAR: Solo cuando consuma su castigo.
ALMA: Dicho así, me hace acordar a Dante.
YUKTESWAR: Dante tiene el suyo propio.
PARMÉNIDES
(vivió sobre el 500 a.C.)
Filósofo griego, considerado por muchos eruditos como el miembro más importante
de la escuela eleática. Se dice que visitó Atenas a la edad de 65 años, y que en tal ocasión
Sócrates, entonces un hombre joven, le oyó hablar. Parménides expuso su filosofía en
forma de versos y su única obra que ha perdurado se nutre de extensos fragmentos de un
poema didáctico, Sobre la naturaleza. En esta reflexión aboga por la existencia del Ser
Absoluto, cuya no existencia Parménides declaraba resultar inconcebible, pero cuya
naturaleza admitía ser también inconcebible, ya que el Ser Absoluto está disociado de toda
limitación bajo la cual piensa el ser humano. Parménides mantenía que los fenómenos de
la naturaleza son sólo aparentes y debidos en esencia al error humano; parecen existir,
pero no tienen entidad real. Mantenía también que la realidad, Ser verdadero, no es
conocida por los sentidos sino que sólo se puede encontrar en la razón. Esta creencia le
convirtió en un precursor del idealismo de Platón. La teoría de Parménides de que el ser
no puede originarse del No Ser, y que el Ser ni surge ni desaparece, fue aplicada a la
materia por sus sucesores Empédocles y Demócrito, que a su vez la convirtieron en el
fundamento de su explicación materialista del universo.
Se encuentra en un templo escribiendo al lado de la estatua de la diosa. Yogananda
se le acerca.
PARMÉNIDES: [Levantando la vista] ¿Tu quién eres? ¿Qué haces aquí?
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YOGANANDA: Soy un enviado del Padre y de parte de Él vengo a decirte que confíes en
tu percepción interna. Aquello que percibiste, realmente era el Ser, aquella chispa
divina que se desprende del Padre.
[Yogananda, ahora sin palabras, le explica a Parménides las leyes de este plano
que manifiestan la polaridad del Ser y del No Ser. Le aclara acera de la intuición
del devenir, que éste no es un plano chato, un mero fluir, sino que tiene que ver
con el origen kármico, e incluso con el Origen Divino. Asimismo le advierte que la
estatua de la diosa en realidad era una visión de La Madre Divina].
PARMÉNIDES: Me siento agradecido, y ahora reconozco la naturaleza de La Madre
Divina en esa visión.
LA MADRE DIVINA: [Se manifiesta en la imagen de la estatua de la diosa con una
presencia luminosa y viviente]. Hijo mío, confía en ti y en el mensaje. Pásalo a tus
hermanos, afiánzate en el Ser, en el Padre y deja fluir, a través tuyo, sus aguas de
luz. Así, tus hermanos, bañándose en esas aguas, ya no serán los mismos.
[Parménides es envuelto en luz].
SÓCRATES
(c. 470-c. 399 a.C.)
Filósofo griego fundador de la filosofía moral, que ha tenido gran peso en la
filosofía occidental por su influencia sobre Platón. Nacido en Atenas, hijo de Sofronisco,
un escultor, y de Fenareta, una comadrona, recibió una educación tradicional en
literatura, música y gimnasia. Más tarde, se familiarizó con la retórica y la dialéctica de
los sofistas, las especulaciones de los filósofos jonios y la cultura general de la Atenas de
Pericles. Al principio, Sócrates siguió el trabajo de su padre; realizó un conjunto de
estatuas de las tres Gracias, que estuvieron en la entrada de la Acrópolis hasta el siglo
II a.C. Durante la guerra del Peloponeso contra Esparta, sirvió como soldado de
infantería con gran valor en las batallas de Potidaea en el 432-430 a.C., Delio en el
424 a.C., y Anfípolis en el 422 a.C.
Sócrates creía en la superioridad de la discusión sobre la escritura y por lo tanto
pasó la mayor parte de su vida de adulto en los mercados y plazas públicas de Atenas,
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iniciando diálogos y discusiones con todo aquel que quisiera escucharle, y a quienes solía
responder mediante preguntas. Un método denominado mayéutica, o arte de alumbrar los
espíritus, es decir, lograr que el interlocutor descubra sus propias verdades..
Sócrates fue obediente con las leyes de Atenas, pero en general evitaba la política,
contenido por lo que él llamaba una advertencia divina. Creía que había recibido una
llamada para ejercer la filosofía y que podría servir mejor a su país dedicándose a la
enseñanza y persuadiendo a los atenienses para que hicieran examen de conciencia y se
ocuparan de su alma. No escribió ningún libro ni tampoco fundó una escuela regular de
filosofía. Todo lo que se sabe con certeza sobre su personalidad y su forma de pensar se
extrae de los trabajos de dos de sus discípulos más notables: Platón, que atribuyó sus
propias ideas a su maestro y el historiador Jenofonte, un escritor prosaico que quizá no
consiguió comprender muchas de las doctrinas de Sócrates. Platón describió a Sócrates
escondiéndose detrás de una irónica profesión de ignorancia, conocida como ironía
socrática, y poseyendo una agudeza mental y un ingenio que le permitían entrar en las
discusiones con gran facilidad.
Aunque fue un patriota y un hombre de profundas convicciones religiosas, Sócrates
sufrió sin embargo la desconfianza de muchos de sus contemporáneos, a los que les
disgustaba su actitud hacia el Estado ateniense y la religión establecida. Fue acusado en el
399 a.C. de despreciar a los dioses del Estado y de introducir nuevas deidades, una
referencia al daemonion, o voz interior mística, a la que Sócrates aludía a menudo.
También fue acusado de corromper la moral de la juventud, alejándola de los principios de
la democracia y se le confundió con los sofistas, tal vez a consecuencia de la caricatura
que realizó de él el poeta cómico Aristófanes en la comedia Las nubes representándole
como el dueño de una “tienda de ideas” en la que se enseñaba a los jóvenes a hacer que la
peor razón apareciera como la razón mejor.
La Apología de Platón recoge lo esencial de la defensa de Sócrates en su propio
juicio; una valiente reivindicación de toda su vida. Fue condenado a muerte, aunque la
sentencia sólo logró una escasa mayoría. Cuando, de acuerdo con la práctica legal de
Atenas, Sócrates hizo una réplica irónica a la sentencia de muerte del tribunal
proponiendo pagar tan sólo una pequeña multa dado el escaso valor que tenía para el
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Estado un hombre dotado de una misión filosófica, enfadó tanto al jurado que éste volvió a
votar a favor de la pena de muerte por una abultada mayoría.
Los amigos de Sócrates planearon su huida de la prisión pero prefirió acatar la ley
y murió por ello. Pasó sus últimos días con sus amigos y seguidores, como queda recogido
en la obra Fedón de Platón, y durante la noche cumplió su sentencia bebiendo una copa de
cicuta siguiendo el procedimiento habitual de ejecución. Estaba casado con Jantipa, una
mujer de reconocido mal genio y tenía tres hijos.
El escenario en el plano de manifestación es el mundo griego de la polis. Sócrates
con la figura de un hombre joven, vestido con túnica y sandalias, aparece caminando en una
calle cualquiera de Atenas. Yogananda, que viene en sentido contrario, lo detiene. La
escena es presenciada por todos los maestros del mandala.
YOGANANDA: Hablaste del conocimiento y de la forma del conocimiento, pero no
pudiste experimentar el conocimiento en sí mismo.
SÓCRATES: Yo soy el conocimiento y de la forma del conocimiento, soy el que hace el
mundo entendible.
YOGANANDA: Tu respuesta muestra tu total ignorancia.
VIVEKANANDA; Dijiste que no sabías y dices ahora que eres el conocimiento ¿Cómo
puedes explicarlo?
SÓCRATES: Soy pura reflexión, y la reflexión es Nada.
VIVEKANANDA: ¿Comprendes entonces?
SÓCRATES: Tu tienes que comprender, saber que esta verdad me convierte en sabio.
VIVEKANANDA: Te convertiste en sabio de Nada, cuando hubieras podido convertirte en
sabio de Todo.
SÓCRATES: ¿Nada y Todo no es lo mismo?
VIVEKANANDA: Ahí está tu error. Como sólo puedes conocer que no hay nada
cognoscible, crees que no hay Nada, en vez de creer que tus limitaciones te impiden
conocer el Todo.
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AUROBINDO: El Todo es el Ser, para conocerlo no basta la mera reflexión, a decir
verdad, el pensamiento te aleja. El Ser es esa experiencia que intuiste y no pudiste
realizar.
SÓCRATES: Preferí quedarme en la seguridad del conocimiento imposible.
CHIDANANDA: El conocimiento imposible es una tontería y la seguridad también. Hay
un conocimiento que es el conocimiento del Ser, hay un método que es la reflexión
en el silencio y una sola seguridad que es comprender la verdadera naturaleza de las
cosas una vez que se accede a la vibración del Padre. Todo lo demás es una pérdida
del tiempo.
SÓCRATES: Tiempo sobra ¿Qué hay de malo en desperdiciar el tiempo?
CHIDANANDA: ¿Qué hay de bueno? Cada momento desperdiciado, cada hora perdida,
cada segundo sin espiritualidad son millones de toneladas de peso y de sufrimiento
para tu alma. En el mundo demoníaco todo tiene un precio, el tiempo no se pierde
gratis.
SIVANANDA: Tenías una capacidad extraordinaria, creímos que habías podido recibir el
mensaje y divulgarlo. Sin embargo, lo recibiste y voluntariamente lo dejaste de lado
¿Por qué?
SÓCRATES: Soy estudiado hasta hoy en día, más de dos mil años después, precisamente
porque no hice caso a ese mensaje.
SIVANANDA: ¿Se te ocurrió pensar que de haberlo aceptado no te importaría para nada
ser estudiado o no en estos tiempos’
RAMANA MAHARSHI: Debes arrepentirte y pedir que se te vuelva a dar una oportunidad
de servir a Dios.
YUKTESWAR: Tenías el don de la reflexión y pediste la gracia del discernimiento, y
pudiendo discernir, te acobardaste.
SÓCRATES: Me ofrecieron la inmortalidad.
YUKTESWAR: Nadie puede ofrecerte la inmortalidad, es una engaño porque no hay
muerte en el Padre. Te ofrecieron algo que ya tenías, y por eso dejaste de lado lo
que todos necesitan y muy pocos tienen la capacidad de obtener.
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LAHIRI MAHASAYA: Pudiste ser recordado sentado a la derecha del Padre, y preferiste
ser recordado hablando con otros hombres, y todavía pretendes dar lecciones
acerca de la necedad.
SÓCRATES: Fui un gran necio, pude haberlo tenido Todo y me quedé con la magia.
BABAJI: Eras un sabio en la tierra que despreciaba los conocimientos terrestres, pero no
llegaste a ser un sabio en el cielo que conociera los movimientos astrales. Parece
que sólo podías ser un charlatán.
SÓCRATES: Realmente me convertí en un charlatán. Yo siempre supe que esas
discusiones no tenían sentido.
BABAJI: ¿Para qué las hacías?
SÓCRATES: Para buscar el sentido.
BABAJI: Cuando tuviste el sentido frente a los ojos le diste la espalda.
MATAJI: Tantas veces consolé tu sufrimiento, y tantas veces te aconsejé que acallaras tu
mente y me dejaras entrar. Hoy te ofrezco nuevamente mi consuelo.
SÓCRATES: [Se acerca a Mataji, y comienza a llorar].
JESÚS: Tuviste toda la intuición y ninguna percepción sobre la vibración correcta. Tus
pensamientos iban alto y tus percepciones muy bajas, nunca pudiste levantar del
suelo.
BUDA: [Le muestra una rosa que se marchita y florece continuamente, pero siempre es la
misma rosa]. No puedes llamarte sabio si no entiendes un proceso tan simple como
este.
SÓCRATES: Lo entiendo, una rosa nace, muere y nace otra en su lugar.
BUDA: [Sonriendo] No entiendes, es siempre la misma rosa.
SÓCRATES: [Intenta escapar]
MILAREPA: Has estado huyendo demasiado tiempo. Es hora que te quedes quieto. Es hora
que asumas tu responsabilidad. Una vez que lo hagas podrás deshacerte de ella,
quemarla, empezar tu camino de purificación en otro plano.
SANKARACHARYA: Le diste todo a tu cabeza y nada a tu corazón. El amor te habría
salvado.
SÓCRATES: Amé el conocimiento.
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SANKARACHARYA: Estás equivocado, nunca conociste el conocimiento y nunca amaste.
Si lo hubieras hecho lo habrías reconocido.
SÓCRATES: Había muchas limitaciones en la época en que me tocó vivir.
SANKARACHARYA: Las limitaciones de los hombres no tienen nada que ver con el
calendario.
KRISHNA: [Toca una melodía y las notas se deshacen en el aire]. Este es el conocimiento
más puro. Todo el pensamiento que sustancializa lo irreal es demoníaco. Sabías
esto, y a pesar de ello actuaste.
SÓCRATES: Pensé que podía darle sustancia al pensamiento.
KRISHNA: Y se la diste, solo que no para los hombres ni para el Ser. Muchos demonios
engordaron con esa sustancia que le diste al pensamiento.
RAMAKRISHNA: El camino es uno solo. Si renuncias a la carga lo podrás transitar, en
caso contrario, es imposible.
SÓCRATES: Quiero renunciar a la carga.
RAMAKRISHNA: [Manifiesta un gran fuego de purificación, y se va quemando el mundo
griego como un bollo de papel]. Así de sustancial era el mundo que creaste.
HAYDÉE: Ahora que estás más liviano debes continuar aceptando la purificación, para así
poder escuchar claro y fuerte el silencio del Ser.
LA MADRE DIVINA: Meditarás en Mí, hasta experimentar el Amor. Sólo de esta forma
podrás experimentar la Verdad.
EL PADRE: [Permanece en silencio y le irradia su luz].
..............................................
REFLEXIONES DE SÓCRATES DESPUÉS DEL DIÁLOGO CON LOS
MAESTROS
SÓCRATES: Estoy reflexionando lo que me han dicho los maestros, pero no me animo a
dejar de ser lo que fui. Eso me asusta.
...............................................
49
Mi inmortalidad quedó en los otros. Quería ser un dios, por eso me duele mucho
romper mi imagen de infalibilidad divina, de creer que lo sabía Todo, haber llegado a la
cúspide, que no había nada más.
...............................................
Ahora me doy cuenta que soy un grano de arena y eso me asusta, haber encontrado
esta revelación.
...............................................
Quisiera decir todo lo errado que está el hombre al concebir el mundo como lo
concibe. Ese mundo caótico, surge de la concepción errada que tiene el hombre de sí
mismo y de la realidad. Mientras perdure esta concepción, esto es, la sustancialización de lo
irreal, no habrá posibilidad de cambio.
...............................................
Quizás mi percepción sufrió, a pesar de la iluminación que pude haber tenido, las
consecuencias de este proceso erróneo. Es como si se hubiese impregnado en mi alma y no
fui lo suficientemente fuerte para resistir esta imantación.
SÓCRATES SE SOMETE A LA DECISIÓN DEL MANDALA DE MAESTROS
SÓCRATES: [Al mandala de maestros] No sólo quisiera liberarme de este concepto
erróneo, sino poder regresar al mundo de alguna forma y esclarecer y revertir este
error.
MANDALA DE MAESTROS: [Se manifiestan los maestros y todas las voces se expresan
en una sola voz]. Tu oportunidad ya la tuviste, y ahora vemos que el deseo que
expresas es para ti mismo. Otros ya están trabajando en esa dirección. Tu trabajo
es purificarte, aprovecha para eso la energía que te otorgamos.
SÓCRATES: [Acepta la determinación del Mandala de Maestros y entra en el mar de la
purificación].
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PLATÓN
(c. 428-c. 347 a.C.),
Filósofo griego, uno de los pensadores más creativos e influyentes de la filosofía
occidental Platón nació en el seno de una familia aristocrática en Atenas. Su padre,
Aristón, era al parecer, descendiente de los primeros reyes de Atenas. Perictione, su
madre, estaba emparentada con el legislador del siglo VI a.C. Solón. Su padre murió
cuando aún era un niño y su madre se volvió a casar con Pirilampes, colaborador del
estadista Pericles.
De joven, Platón tuvo ambiciones políticas pero se desilusionó con los gobernantes
de Atenas. Más tarde se proclamó discípulo de Sócrates, aceptó su filosofía y su forma
dialéctica de debate: la obtención de la verdad mediante preguntas, respuestas y más
preguntas. Aunque se trata de un episodio muy discutido, que algunos estudiosos
consideran un metáfora literaria sobre el poder, Platón fue testigo de la muerte de
Sócrates durante el régimen democrático ateniense en el año 399 a.C. Temiendo tal vez
por su vida, abandonó Atenas algún tiempo y viajó a Italia, Sicilia y Egipto.
En el año 387 Platón fundó en Atenas la Academia, institución a menudo
considerada como la primera universidad europea. Ofrecía un amplio plan de estudios,
que incluía materias como astronomía, biología, matemáticas, teoría política y filosofía.
Aristóteles fue su alumno más destacado.
Ante la posibilidad de conjugar la filosofía y la práctica política, Platón viajó a
Sicilia en el año 367 a.C. para ser tutor del nuevo gobernante de Siracusa Dionisio el
Joven. El experimento fracasó. Platón regresó a Siracusa en el año 361 a.C., pero una vez
más su participación en los acontecimientos sicilianos tuvo poco éxito. Pasó los últimos
años de su vida dando conferencias en la Academia y escribiendo. Murió próximo a los 80
años en Atenas en el año 348 o 347 a.C.
Los escritos de Platón adoptaban la forma de diálogos, donde se exponían ideas
filosóficas, se discutían y se criticaban en el contexto de una conversación o un debate en
el que participaban dos o más personas. El primer grupo de escritos de Platón incluye 35
diálogos y 13 cartas. Se ha cuestionado la autenticidad de algunos diálogos y de la
mayoría de las cartas.
51
Los diálogos se pueden dividir en tres etapas de composición. La primera
representa el intento que hizo Platón de comunicar la filosofía y el estilo dialéctico de
Sócrates. Dentro de este grupo de diálogos se encuentran Cármides (un intento por definir
la templanza), Lisis (una discusión sobre la amistad), Laques (una búsqueda del
significado del valor), Protágoras (una defensa de la tesis de que la virtud es conocimiento
y que es posible aprenderla), Eutifrón (una consideración sobre la naturaleza de la
piedad), y el libro I de La República (una discusión sobre la justicia).
Los diálogos de los periodos intermedio y último de la vida de Platón reflejan su
propia evolución filosófica. Las ideas de esas obras se atribuyen al propio Platón, aunque
Sócrates sigue siendo el personaje principal en muchos diálogos. Los escritos del periodo
intermedio abarcan los de Gorgias (una reflexión sobre distintas cuestiones éticas),
Menón (una discusión sobre la naturaleza del conocimiento), Apología (la defensa que
hizo Sócrates de sí mismo durante el juicio en el que fue acusado de ateísmo y corrupción
de la juventud ateniense), Crátilo (la defensa de Sócrates de la obediencia a las leyes del
Estado), Fedro (escena de la muerte de Sócrates, en la que discute sobre la teoría de las
ideas, la naturaleza del alma y la cuestión de la inmortalidad), El Banquete (destacada
realización dramática de Platón que contiene varios discursos sobre la belleza y el amor) y
La República (máxima obra filosófica de Platón, que es una detallada discusión sobre la
naturaleza de la justicia).
Entre los trabajos del último periodo se encuentran Teeteto (una negación de que el
conocimiento tiene que ser identificado con el sentido de percepción), Parménides (una
evaluación crítica de la teoría de las ideas), Sofista (una reflexión posterior sobre las ideas
o las formas), Filebo (discusión sobre la relación entre el placer y el bien), Timeo (ideas
de Platón sobre las ciencias naturales y la cosmología), y Leyes (un análisis más práctico
de las cuestiones políticas y sociales).
En el centro de la filosofía de Platón está su teoría de las formas o de las ideas. En
el fondo, su idea del conocimiento, su teoría ética, su psicología, su concepto del Estado y
su perspectiva del arte deben ser entendidos desde esta perspectiva.
Se manifiesta en un lugar de una blanca transparencia, en que se experimenta en una
sensación de vacío.
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PLATÓN: Estoy en el mejor de los lugares, es el mundo ideal ¿Qué más puedo querer que
habitar el lugar donde todo nace, donde todo tiene principio? Este es el lugar de las
ideas puras, sin él nada existiría.
YUKTESWAR: ¿Dónde está la idea de ti mismo?
PLATÓN: [Muy serio porque no le agrada la pregunta]. Si no existiera la idea de mi
mismo, yo mismo no existiría.
YUKTESWAR: Responde la pregunta [El maestro sabe que Platón conoce la respuesta
pero no la puede asumir].
PLATÓN: Si no encuentro la idea de mí mismo es porque esta idea está en mí mismo, pero
no soporto la idea de ser una idea más.
YUKTESWAR: No sólo eres una idea más, sino que eres la idea de Alguien más.
PLATÓN: [Con ironía] ¿De Zeus?
YUKTESWAR: En todo caso de Deus, pero eso viene después.
PLATÓN: [Enojado] ¿Quién eres para venir a mi mundo ideal?
YUKTESWAR: ¿Deseas seguir en ese mundo ideal, siendo una idea más, o prefieres pasar
a compartir el mundo Real con alguna de las otras ideas de aquel otro Alguien?
[Yukteswar se refiere a todos los hombres como ideas de Dios y lo invita a
compartir el mundo Real de esas ideas].
PLATÓN: ¿Acaso hay algo más perfecto que el mundo que habito?
YUKTESWAR: Si, el que lo contiene.
PLATÓN: Pero esto es mío.
YUKTESWAR: ¿Se puede poseer una idea? O peor ¿una idea puede poseer otras ideas?
Dime ¿cuál es la intención de toda tu filosofía.
PLATÓN: [Adoptando un aire académico]. No me iba a conformar con explicar el mundo,
sino que quise explicar lógicamente lo que se ve del mundo a través de lo que no
se ve, y que este mundo invisible es inmensamente más rico y más real que el
mundo empírico.
YUKTESWAR: Sin embargo muestras un mundo lógico vacío.
PLATÓN: No entiendes nada, no podemos hablar de un mundo vacío, si es el que crea el
mundo empírico.
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YUKTESWAR: ¿Te liberaste o quedaste atrapado en ese mundo de ideas?
[Platón lo mira a Yukteswar como aceptando que esa es la verdadera disyuntiva.
El tema es reconocer que está atrapado en ese mundo, pero cuando el maestro le
dice hay otro que lo contiene, el filósofo no puede resistir a su deseo de saber más.
Si hay otro lo quiere conocer, pero no se decide a dejar el que conoce].
PLATÓN: [Permanece en silencio, está desconcertado]
YUKTESWAR: Creaste una jaula y le pusiste lo que te hubiera gustado que la jaula
tuviera, acomodaste las cosas y te metiste adentro. A partir de ese momento crees
que no hay otra cosa que la jaula y lo que contiene, sin saber que eso tiene que
estar apoyado en algo más, salvo que te creas Dios.
PLATÓN: Sé perfectamente que este mundo no lo creé yo, sólo lo descubrí. Si me creyera
Dios sería un loco.
YUKTESWAR: Que otra cosa puede ser alguien que creyendo haber descubierto el
principio del mundo, y por ese mero hecho cree poder manejarlo a placer y ser el
dueño de ese lugar. Aquí las causas y los efectos responden a tu capricho.
PLATÓN: Es posible que sea cierto que el mundo no funciona así, que las cosas tengan
otra explicación. [Se muestra confundido].
YUKTESWAR: Debías hacer ver al mundo que las cosas emergen de una Energía Divina,
que se manifiesta como una especie de cascada.
PLATÓN: [Permanece reflexionando en silencio]
YUKTESWAR: Pero tranquilízate, que no todo lo que escribiste es producto de tu
imaginación, por ejemplo, el mito de la caverna nació de una intuición verdadera.
Pero lo que ocurrió es que te adueñaste del conocimiento y lo armaste como te
pareció, y de ahí no hubo más que un paso para convertir esa construcción en una
verdad absoluta, fue la consecuencia inevitable. Ahora es el momento de
reconocer el error, o pasar miles de años prisionero de tu fantasía.
PLATÓN: Bueno, no todo fue producto de mi fantasía, todavía hay algo Real en mí.
Acepto tu ayuda.
YUKTESWAR: La prueba de que tu aceptación es sincera, es que destruyas ese fantasioso
mundo de las ideas. [Le ofrece una bola de fuego para que lo queme].
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PLATÓN: Esto va a ser una verdadera prueba, porque si ese mundo es Real no podrá ser
destruido. [Lo arroja al fuego y se quema como si ese mundo de las ideas fuera de
cartón].
ARISTÓTELES
(384-322 a.C.)
Filósofo y científico griego que comparte junto a Platón y Sócrates la distinción de
ser los filósofos más destacados de la antigüedad. Nacido en Estagira (Macedonia), hijo de
un médico de la corte real, Aristóteles se trasladó a Atenas a los 17 años para estudiar en
la Academia de Platón. Permaneció en esta ciudad unos 20 años, primero como estudiante
y más tarde como maestro.
A la muerte de Platón, acaecida en el año 347 a.C., Aristóteles partió para Assos,
ciudad de Asia Menor en la que gobernaba un amigo suyo, Hermias, al que Aristóteles
sirvió de asesor, casándose además con su sobrina e hija adoptiva, Pitia. Tras ser
capturado y ejecutado Hermias a manos de los persas en el 345 a.C., Aristóteles se
trasladó a Pella, capital de Macedonia, donde se convirtió en tutor del hijo menor del rey,
Alejandro, que para la historia sería conocido como Alejandro III el Magno. En el año 335
a.C., al acceder Alejandro al trono, regresó a Atenas y estableció su propia escuela: el
Liceo. Debido a que gran parte de las discusiones y debates se desarrollaban mientras
maestros y estudiantes paseaban por el Liceo, este centro llegó a ser conocido como
escuela peripatética. A raíz de la muerte de Alejandro en el año 323 a.C. creció en Atenas
un fuerte sentimiento antimacedonio, con lo que Aristóteles se retiró a una propiedad
familiar en Calcis, en la isla de Eubea, donde moriría al año siguiente.
Lo que ha llegado hasta nuestros días, sin embargo, son las notas de clase que
Aristóteles elaboraba para sus cursos, delimitados con gran esmero y que cubrían casi
todos los campos del saber y del arte. Los textos en los que descansa la reputación de
Aristóteles se basan en gran parte en estas anotaciones que fueron recopiladas y
ordenadas por sus editores posteriores.
Entre los textos existen tratados de lógica llamados Organon ('instrumento'), ya
que proporcionan los medios con los que se ha de alcanzar el conocimiento positivo. Entre
las obras que tratan de las ciencias naturales está la Física, que recoge amplia
55
información sobre astronomía, meteorología, plantas y animales. Sus escritos sobre la
naturaleza, alcance y propiedades del ser, que Aristóteles llamó primera filosofía,
recibieron el nombre de Metafísica en la primera edición publicada de sus obras (c. 60
a.C.) debido a que en dicha edición aparecían tras la Física. A su hijo Nicómaco dedicaría
su obra sobre la ética, llamada Ética a Nicómaco. Otras obras esenciales son Retórica,
Poética (que ha llegado a nosotros incompleta) y su Política (también incompleta).
La influencia de la filosofía de Aristóteles ha sido general, contribuyendo incluso a
determinar el lenguaje moderno y el denominado sentido común, y su concepto del "Primer
Motor" como causa final ha tenido un importante papel dentro de la teología. Antes del
siglo XX decir lógica significaba en exclusiva hacer referencia a la lógica aristotélica.
Hasta el Renacimiento, e incluso después, tanto poetas como astrónomos ensalzaron el
concepto aristotélico del Universo. El estudio de la zoología estuvo basado en la obra de
Aristóteles hasta que, en el siglo XIX, el científico británico Charles Darwin cuestionó la
doctrina de la inmutabilidad de las especies. En el siglo XX se ha producido una nueva
apreciación del método aristotélico y de su relevancia para la educación, el análisis de las
acciones humanas, la crítica literaria y el análisis político.
El filósofo aparece como un hombre joven, vestido con túnica y descalzo. Se calza
unas sandalias toma una rama como bastón, y empieza a caminar. De trasfondo aparece el
escenario del mundo griego. Se detiene frente a una fuente y se sienta al borde. Del otro
lado está Yogananda, vestido con túnica naranja y sandalias.
ARISTÓTELES: [Lo reconoce como un filósofo de otra cultura, observándolo intrigado]
¿Qué te trae a mi ciudad?
YOGANANDA: El deseo del filósofo.
ARISTÓTELES: ¿Y qué desea el filósofo?
YOGANANDA: Desea recordar cual es el único deseo que el filósofo olvidó.
ARISTÓTELES: [Sonríe sorprendido] ¿Eres un mago? ¿Lees las mentes?
YOGANANDA: Soy un maestro y acudo a quien me convoca.
ARISTÓTELES: ¿Yo te he convocado?
YOGANANDA: Sí.
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ARISTÓTELES: ¿Cuándo? Ni te conozco.
YOGANANDA: Dormido en tu frustración, despierto en tu frustración.
ARISTÓTELES: ¿Qué me frustra?
YOGANANDA: Comenzaste con un deseo, era originalmente bueno, tu deseo era conocer
al Padre. Luego lo olvidaste y lo cambiaste por deseos pequeños y mezquinos.
Sufriste y tu alma llora.
ARISTÓTELES: [Llorando cae a los pies de Yogananda]. He causado todo el mal, he roto
con mi maestro y he abjurado de mi origen. Fui tentado y acepté la tentación.
¿Cuánto sufrimiento necesito para redimirme?
YOGANANDA: Ninguno, es el sufrimiento lo que te impide la redención. Naciste para ser
otra cosa, pero abandonaste al Padre ¿Qué sufrimiento puede ser peor?
ARISTÓTELES: Sé que rompí con la tradición, con los sabios y con los dioses. Aplasté mi
intuición y fui para el lado contrario. He hecho mucho daño. Sabía que mis
pensamientos y mis escritos causarían un daño aún mayor en el futuro, más rompí
con el orden divino, y negándolo potencié mis investigaciones sobre el mundo
material.
YOGANANDA: Tu caso es el de los filósofos, la diferencia con los demás no es la
inteligencia ni la capacidad de especulación, es que se condenan voluntariamente.
ARISTÓTELES: ¿No tengo salvación?
YOGANANDA: Mientras sigas creyendo que el mundo material es la realidad no te
salvarás nunca.
ARISTÓTELES: ¿Qué he hecho? [Desesperado tiene la visión de su vida, de su obra, de las
proyecciones que ésta ha tenido en la historia del pensamiento].
YOGANANDA: Una ilusión.
[El escenario griego donde se desarrolla la escena comienza a quemarse, y se
esfuma la ilusión de su consistencia, quedando reducido a cenizas de papel
quemado. Mientras Aristóteles llora desconsolado lo rodean Haydée, Mataji y La
Madre Divina, lo envuelven en su energía y lo llevan al fuego de la purificación
donde olvidará todo y permanecerá congelado largo tiempo].
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EPILOGO
LA PITONISA DE DELFOS
Delfos es una antigua ciudad de Grecia, emplazamiento del famoso oráculo del dios
Apolo, situada en la ladera suroccidental del monte Parnaso, en la región de Fócida, a
9,5 km del golfo de Corinto. Considerada por los antiguos griegos el centro de la tierra,
Delfos fue sede del oráculo de la diosa de la tierra Gaya. Según la leyenda, Apolo derrotó
a la monstruosa serpiente Pitón, que custodiaba a Gaya y la expulsó del santuario, el cual
después compartió con el dios Dionisio. Los sacerdotes délficos desarrollaron un
complicado ritual, centrado en la sacerdotisa principal llamada Pitia. Sus manifestaciones
eran consideradas las palabras de Apolo y el oráculo era consultado tanto por ciudadanos
particulares como por oficiales públicos. El camino sagrado al templo estaba alineado con
ricas casas construidas con las ofrendas dadas por las ciudades-estado griegas.
Presenta la imagen de una diosa, que se manifiesta como una estatua viviente con
varios brazos dorados en movimiento constante, a través de los cuales emite una fuerte
energía.
YOGANANDA: ¿Sabes porqué te invocamos?
PITONISA: Para purificar la oscuridad de aquellos que me invocaron antes.
YOGANANDA: ¿Cuánto tiempo hace que estás sumida en la oscuridad?
PITONISA: Hace demasiados siglos quedé envuelta en las ambiciones de poder de los
hombres, en su deseo insano de destrucción y sometimiento de los pueblos.
YUKTESWAR: ¿Cómo podemos ayudarte a salir de esa oscuridad?
PITONISA: Cargo con los incalculables pactos realizados, y solo es posible salir de la
oscuridad a través de la gracia purificadora de todos los maestros. A medida que
cada uno de los dioses vayan despertando, la conciencia pura se irá haciendo
presente y modificando las vibraciones no sólo de esta cultura, sino también de la
civilización actual, porque las violencias y las guerras del presente provienen de
las invocaciones oscuras del pasado. A medida que la purificación vaya operando
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se irá disolviendo la oscuridad del plano humano, expresada en ese fragmentado y
divido mundo social, cultural y religioso.
VIVEKANANDA: ¿Crees que el pueblo griego terminará superando el plano en el que
actualmente se encuentra sumido en esa oscuridad?
PITONISA: Nuestra cultura quedó sometida a esos poderes, pero en la purificación se irán
liberando de los mismos.
AUROBINDO: Tu pueblo, prisionero de las invocaciones, deberá trabajar internamente su
propia oscuridad.
PITONISA: La oscuridad del pueblo es la que nosotros invocamos con la magia. A medida
que lo hacíamos iban surgiendo canales de poder a través de los cuales se
manifestaban las jerarquías de la oscuridad, luego representadas por símbolos. Y
así quedamos encadenados por una gran cadena construida a través de los siglos.
En los últimos diecisiete siglos esta cadena de poder fue aumentando y se
incrementaron las matanzas, fueron batallas de la oscuridad contra la oscuridad,
bajo la apariencia de lo bueno contra lo malo.
SIVANANDA: Volviendo a tu época, ¿rescatas alguna dimensión mística de los devotos
que pudieron seguir un camino de purificación?
PITONISA: El mío es sólo un pueblo de ambiciones de riqueza a costa de la miseria de los
otros. Los medios han sido la fuerza física, la hechicería, la magia, la pasión. Todo
es muy oscuro.
CHIDANANDA: ¿Entonces el estado de ese pueblo era de una enorme densidad?
PITONISA: El estado de oscuridad los fue llevando cada vez más a pactar para lograr
fuerzas más intensas de poder. Se generó un escenario donde las jerarquías
demoníacas combatían entre sí, usando a los hombres para sus propósitos de
dominio.
CHIDANANDA: ¿Alguna vez hubo un discernimiento real sobre esas batallas?
PITONISA: Era imposible porque fueron pactos muy profundos con los demonios.
BUDA: ¿Quiénes eran los sabios de esa época?
PITONISA: Hubo algunos sabios como pequeñas estatuas de luz, que permanecieron
escondidos hasta que fueron tapados por la oscuridad. También los devotos de los
dioses luminosos terminaron sometidos por el poder.
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BUDA: ¿Porqué lo cuentas?
PITONISA: Porque llegó la época para empezar a abrirnos y la oscuridad a purificarse y el
pueblo podrá empezar a recorrer el camino del discernimiento, e ir emergiendo de
esa cultura de destrucción. Es la hora del retorno de los dioses luminosos que
otorgan la sabiduría al pueblo.
LA LIBERACIÓN DE LOS DIOSES LUMINOSOS
En el centro de una intensa vibración se van manifestando los dioses luminosos,
aquellos que por mantenerse fieles al Plan Divino, fueron capturados por la oscuridad. Se
va observando como se van liberando de los demonios que los tenían inmovilizados,
abriendo canales muy arcaicos. Estos dioses tienen una gran conexión con los Rishis y son
guiados en este proceso por Veshashi, un sabio dios, maestro de dioses, completamente
luminoso que adquiere una forma bellísima de manifestación. Los dioses entran en contacto
con el mandala de maestros, y se va potenciando el estado de vibración abriéndose el canal
donde la cultura griega estaba atrapada, disolviéndose los magos y los poderosos que la
tenían dominada, y purificándose las consecuencias kármicas de todo el mal producido. En
el plano de manifestación puede observarse a La Madre Divina, al Padre, y a Haydée
participando junto con los dioses en la liberación de las almas prisioneras de la oscuridad
de esa cultura. Los dioses oscuros y los hombres que pactaron apropiándose del poder, van
devolviendo a la Gran Conciencia la luz que robaron, y al tomar conciencia de lo que está
ocurriendo, en medio de su asombro quedan congelados en los planos astrales.
VESHASHI: Los dioses luminosos purificaremos esta cultura, y este será el comienzo de la
purificación de toda la humanidad.
YUKTESWAR: Esta purificación será lograda.
60
PROLOGO. YOGANANDA EXPLICA EN MUNDO DE LOS HOMBRES Y DE
LOS DIOSES GRIEGOS............................................................................................. 5
ESQUILO......................................................................................................................... 7
HOMERO .......................................................................................................................10
HESIODO .......................................................................................................................14
AQUILES........................................................................................................................16
ULISES ...........................................................................................................................18
AGAMENÓN..................................................................................................................20
EDIPO .............................................................................................................................21
ZEUS ...............................................................................................................................22
APOLO ...........................................................................................................................25
DIONISOS ......................................................................................................................27
PALAS ATENEA ...........................................................................................................29
ORFEO ...........................................................................................................................30
HERMES ........................................................................................................................33
EL HADES......................................................................................................................34
EL OLIMPO ...................................................................................................................35
EL RÍO LETEO..............................................................................................................36
EL PARTENÓN Y SU ARQUITECTO FIDI ...............................................................37
ANAXIMANDRO...........................................................................................................39
PITÁGORAS ..................................................................................................................41
HERÁCLITO..................................................................................................................43
PARMÉNIDES ...............................................................................................................44
SÓCRATES ....................................................................................................................46
PLATÓN .........................................................................................................................52
ARISTÓTELES ..............................................................................................................60
EPÍLOGO. LA PITONISA DE DELFOS......................................................................68
61
62
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