1 Acuerdo N° 16 14 En la ciudad de Rosario, a los días del mes de Febrero de dos mil doce, se reunieron en Acuerdo los señores miembros de la Sala Primera de Comercial Mercedes la de Cámara la Serra, de ciudad Ricardo Apelación de en Rosario, A. Silvestri lo Civil doctores y Ariel y María Carlos Ariza, para dictar sentencia en los autos caratulados “DE GIULE, María A. contra RIARTE, Ernesto y otros sobre CONSIGNACIÓN JUDICIAL” (Expte. Nro. 404/2010), venidos para resolver los recursos de nulidad y de apelación interpuestos contra el fallo número 956 de fecha 23 de abril de 2010, provenientes del Juzgado de Primera Instancia de Distrito en lo Civil y Comercial Nº 4 de Rosario. Realizado el estudio de la causa, se resolvió plantear las siguientes cuestiones: Primera: ¿Es nula la sentencia recurrida? Segunda: En su caso, ¿es ella justa? Tercera: ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar? Correspondiendo votar en primer término a la señora vocal la doctora Serra, sobre la primera cuestión dijo: La parte demandada dice sostener el recurso de nulidad interpuesto a foja 116, alegando que considera improcedente la sentencia recurrida en cuanto hizo lugar al pago por consignación promovido por la actora 2 omitiendo fijar los intereses que afirma devengados como consecuencia de los pagos fuera de término. Aduce que la sentencia, de quedar firme, le provocaría un daño irreparable teniendo en cuenta que, por las fechas de los depósitos y la ausencia de dación en pago de los montos respectivos, deberá percibir una suma totalmente despreciada desde el punto de vista económico. Esgrime que la omisión debe ser subsanada por esta Alzada por la vía del recurso interpuesto a fin de que el daño alegado sea reparado de modo justo y equitativo. La crítica que la recurrente enuncia refiere a vicios in iudicando y no in procedendo y puede obtener adecuada respuesta al tratarse el recurso de apelación, donde los recurrentes se extendieron sobre tales cuestiones. Por añadidura, no se advierten irregularidades en el procedimiento que justifiquen un pronunciamiento de oficio, debiendo en consecuencia desestimarse el recurso de nulidad. Voto, pues, por la negativa. Sobre Silvestri, la a misma quien cuestión, le el señor correspondió vocal votar en doctor segundo lugar dijo: Que coincide con los fundamentos expuestos por la señora vocal doctora Serra, y vota por la negativa. Concedida la palabra al señor vocal doctor Ariza, a 3 quien le correspondió votar en tercer término, y a esta cuestión dijo: Que habiendo tomado conocimiento de los autos y advertir la existencia de dos votos totalmente concordantes, invoca la aplicabilidad al caso de lo dispuesto por el art.26, ley 10.160, absteniéndose de emitir opinión. Sobre la segunda cuestión, la señora vocal doctora Serra dijo: 1. La sentencia de primera instancia. Mediante sentencia número 956 de fecha 23 de abril de 2010 (fs.109/115), la jueza de primera instancia hizo lugar a la demanda declarativa de pago por consignación interpuesta por María Alejandra De Giule contra Ernesto Rubén Riarte, Norma Blanca Castillo y Silvia Esmeralda Castillo e impuso las costas respectivas en un 60% a cargo de los demandados y el 40% restante a la actora en función de lo previsto por el artículo 252 del Código Procesal. Asimismo, rechazó la pretensión reconvencional de resolución deducida por contractual los e demandados, indemnización de imponiéndoles daños a los reconvinientes las costas respectivas según lo normado en el artículo 251 del Código Procesal. Para así decidir, la sentenciante señaló que estaba fuera de controversia el vínculo contractual existente entre las partes, originado en un boleto de compraventa 4 obrante en Esmeralda Ernesto copia a fojas Castillo, Rubén en Riarte 5/6, según nombre y Norma y el cual Silvia representación Blanca Castillo de (según poder especial para vender y percibir el precio glosado en copia a fojas 26/27), vendió a María Alejandra Giule un inmueble sito en avenida Libertador número 1.040 de Villa Gobernador Gálvez, fijándose como precio de la operación la suma de U$S 6.060, abonándose en el mismo acto la suma de U$S 100 y estipulándose que el saldo se cancelaría en cincuenta y nueve cuotas mensuales, iguales y consecutivas, venciendo la primera el 30 de agosto de 2004. Mencionó compradora que pagó tampoco las estaba primeras en discusión veintiocho que la cuotas, es decir, hasta la correspondiente a noviembre de 2006, según la documentación acompañada por la actora a fojas 7/15 coincidente con la agregada por los demandados a fojas 6/8 de los autos “Riarte, Ernesto y otra c. De Giule, M. Alejandra s. Resolución de contrato – Daños y perjuicios juzgado de (Expte. N° origen), 525/2007 según acumulados por numeración del cuerda a los de partes presentes. Señaló que desde allí el relato las resultaba divergente. Por un lado, indicó la jueza, la actora afirmó no haber podido efectuar el pago de las 5 cuotas correspondientes a diciembre de 2006 y enero de 2007 debido a la ausencia de la demandada de su domicilio, por lo cual intentó comunicarle a esta última que ponía a su disposición la suma respectiva mediante carta documento de fecha 2 de febrero de 2007 que nunca fue recibida y, en consecuencia, debió promover juicio de consignación. Por otro lado, continuó la magistrada, la parte demandada compradora era alegó frecuente que la y que morosidad no de abonó la las cuotas de diciembre de 2006 y enero de 2007 pese a los requerimientos efectuados, por lo que la interpeló al pago de las cuotas adeudadas mediante carta documento que tampoco fue recibida y posteriormente le notificó su voluntad de resolver el contrato conforme lo estipulado en la cláusula 11° del boleto, corriendo la misma suerte la misiva respectiva, viéndose en consecuencia precisada a promover indemnización el de proceso daños de resolución agregado por contractual cuerda, del e que luego desistió para introducir idéntica pretensión en los presentes por vía reconvencional. Señaló entonces que el retardo de la actora en el pago de dos cuotas era un hecho probado, mientras que lo discutido era la imputabilidad de esa demora. Indicó, con relación a la aducida morosidad en el pago de las cuotas anteriores, que si bien de los 6 recibos acompañados se podía inferir que existió cierto retraso de la compradora en el cumplimiento de sus obligaciones, también se desprendía que dichos retardos no fueron significativos y que la vendedora recibía los pagos de conformidad sin formular reserva alguna. Destacó conflicto, que en a principios cuyo de contexto la 2007 sobrevino actora dijo el haber interpelado para la recepción del pago y la demandada pretendió intimar al pago y posteriormente resolver el contrato. Pero dado el fracaso de las notificaciones que surge del hecho de que todas las piezas postales fueron devueltas por el correo a sus respectivos remitentes, la actora promovió el pago por consignación judicial y la demandada acudió a la vía judicial para resolver el contrato. Sobre ese sustrato fáctico, señaló la jueza que el deudor de una obligación no sólo tiene el deber de pagarla sino también el derecho de hacerlo y para ello cuenta con forzada conforme también la posibilidad mediante al el pago artículo mencionó que 757 el de por del obtener su consignación Código derecho del liberación judicial Civil. Pero deudor a pagar, aún hallándose en mora añadiendo los intereses correspondientes, persiste en la medida en que subsista la obligación que le sirve de causa al pago. En tal 7 sentido indicó que la resolución del contrato, al extinguir las obligaciones respectivas, priva al deudor del derecho de cumplir. En no ese mediar tren pacto señaló que, comisorio en expreso el y a supuesto de tenor la de doctrina elaborada en torno al artículo 1.204 del Código Civil, si el deudor intenta el pago una vez vencido el plazo del requerimiento con apercibimiento resolutorio previsto en la norma para el mecanismo extrajudicial, o después de interpuesta o de notificada -según la postura a la que se adscriba- la demanda cuando se opte por requerir la resolución por la vía judicial, el acreedor podrá rechazar el pago por extemporáneo pues ya habrá operado la resolución del contrato, debiendo rechazarse, correlativamente, la demanda de consignación. Pero si el deudor cumple la prestación dentro del plazo del requerimiento extrajudicial o antes de interpuesta la demanda judicial, el acreedor perderá el derecho a obtener la resolución del contrato. Y de mediar pacto comisorio expreso, continuó la magistrada, el mecanismo resolutorio se regirá por lo estipulado por las partes y, en su defecto, habrá de estarse a lo normado en el párrafo tercero del artículo 1.204 del resolución Código se Civil, producirá en de el pleno sentido derecho de y que la surtirá 8 efectos desde que la parte interesada comunique a la incumplidora, en forma fehaciente, su voluntad de resolver. Señaló que sobre este particular se suscitan discrepancias sostenido de como la doctrina despacho de y adhirió minoría al por criterio Ramella, Parellada, Bouín, Catapano y Kemelmajer de Carlucci en las Segundas Jornadas provinciales de Derecho Civil de Mercedes (1983), en el sentido de que hasta que la parte no incumplidora no haya comunicado su voluntad de resolver, el incumplidor podrá purgar la mora. Sin desconocer que calificada doctrina reconoce al acreedor la posibilidad de enervar dicha prerrogativa jurídica desechando la oferta de pago en tiempo propio y aún en el marco de una consignación judicial, entendió que en estos casos debe priorizarse la subsistencia del contrato. Desde tales coordenadas señaló que en el presente caso, si bien el contrato en cuestión contenía expresamente la facultad de la vendedora de resolver la compraventa frente a la mora en el pago de dos cuotas consecutivas, la demandada reconviniente no pudo concretar una notificación idónea a tal fin, poniendo de relieve que a tenor del citado artículo 1.204 tal comunicación es de carácter recepticio y, como tal, debe llegar a la esfera de conocimiento de la contraria para 9 producir sus efectos. En ese orden reconviniente de admitió ideas que destacó las que misivas la propia remitidas le fueron devueltas y que la demanda esgrimida en los autos acumulados la -ahora misma desistida pretensión por por vía haberse encauzado reconvencional en los presentes- fue articulada en fecha 26 de marzo de 2007, es decir, cuando la demanda de consignación ya se había impetrado (el 19.02.2007) y se le había dado curso (según providencia de fecha 09.03.2007, fs.21). Añadió que si bien consignación la fue notificación posterior a la de la demanda interposición de de la demanda de resolución contractual, no constaba que esta última hubiese sido notificada a la aquí reconvenida. En definitiva, juzgó que al momento de promoverse el presente juicio de consignación subsistía el derecho de la actora de redimir su estado de mora en tanto no había operado la resolución del contrato de compraventa, sellando ello la suerte adversa de la reconvención pues, admitido el pago por consignación, desaparece el incumplimiento que abre la posibilidad resolutoria y el consecuente reclamo indemnizatorio derivado de tal situación. Agregó que tal tesitura importaba dar por sentada la mora de la compradora, ya que ésta no desarrolló una 10 actividad probatoria idónea que permitiera tener por configurada la mora accipiendi -concretamente, no probó haber intimado a la vendedora en forma fehaciente a recibir el pago, ni tampoco la ausencia de la acreedora de su domicilio, limitándose a acompañar una carta documento que nunca fue recibida-. No obstante, juzgó procedente la consignación pues consideró que la conflictiva relación entre los contratantes desde fines de 2006, reflejada en la absolución de posiciones de ambas partes, tornaba verosímiles los dichos de la deudora referidos a la existencia de serias dificultades para obtener su liberación, circunstancia que consideró suficiente para viabilizar tal modalidad de pago. Sin perjuicio de ello, atendiendo al contexto dentro del cual tuvo probatorio lugar apuntado, la consignación consideró y al adecuado déficit distribuir prudencialmente entre las partes las costas del juicio de consignación, en la proporción ya señalada. 2. Los agravios de los recurrentes. Contra la interpusieron decisión recurso de de primera apelación, a instancia foja 116, los demandados reconvinientes, Ernesto Rubén Riarte, Norma Blanca Castillo y Silvia Esmeralda Castillo, concedido a foja 116 vta. recurrentes Radicada expresaron la causa agravios a en esta fojas Sala, 134 a los 137. 11 Ordenado y notificado el traslado a la contraria para contestarlos (fs.138 y 139), vencido el plazo respectivo y consentida la providencia de autos (fs.140), quedó la cuestión en condiciones de ser resuelta. No se han efectuado objeciones al relato de los antecedentes del caso que ha reseñado el fallo, por lo que en este aspecto corresponde remitirse a la sentencia de grado por razones de brevedad. 2.1. sentencia Los quejosos apelada, tachan de endilgándole arbitraria escasa y a la carente valoración de los elementos probatorios aportados, los cuales, dicen, sentenciante con no fueron la interpretados discrecionalidad y por el la sustento jurídico debidos. En ese orden de ideas sostienen, en primer lugar, que aun cuando no estuviera controvertida la existencia del contrato, sí correspondía analizar la mora en el cumplimiento a la luz de las pruebas producidas. Remarcan que tampoco se discutió que hasta noviembre de 2006 la deudora venía pagando con demora las cuotas mensuales -destacando que ello surgiría también de la prueba documental- y sostienen que la sentenciante no valoró el esfuerzo desplegado por la parte acreedora para lograr el cumplimiento del contrato. Esgrimen que la interpretación del contrato debe 12 hacerse de modo conforme a la voluntad expresada en él y, en tal sentido, remarcan que en la cláusula undécima del boleto compradora se de estipuló dos que cuotas el incumplimiento daría lugar sin de la a la más resolución del contrato. Expresan los apelantes que su negativa a recibir carta documento alguna no demuestra nada, como tampoco la copia glosada a foja 3 sin constancia de emisión ni de recepción, agregando que tampoco se instó la producción del informe requerido al correo según oficio de foja 84. Indican que, por oposición, las misivas remitidas por la parte vendedora sí lucen agregadas en originales, donde aquélla claramente habría establecido su voluntad resarcitoria y la mora de la deudora. Añaden que la mora estaba pactada en el contrato y que, para eximirse de responsabilidad, la deudora debía probar que el incumplimiento no le era imputable. Expresan que no era necesario constituir en mora a la compradora determinado, porque sus resultando obligaciones la mora eran automática, a plazo trayendo aparejado el mecanismo resolutorio del artículo 1.204 del Código Civil. Afirman constancias también de la que la jueza causa y omitió se apartó considerar de las prueba relevante, señalando que de la absolución de posiciones 13 de la actora surgiría que el codemandado Riarte estaba esperando el pago y asimismo que éste se habría encontrado en su domicilio para recibirlo, no habiendo quedado probada su ausencia ni su negativa a recibir el pago. Por otro lado, afirman que la consignación intentada no ha purgado la mora de la deudora, pues para ello debía ser integral, con intereses incluidos. Agregan que los efectos del pago por consignación se producen desde el día del depósito judicial, señalando que el primer depósito judicial fue efectuado el día 6 de marzo de 2007, a más de un mes del intercambio epistolar. Aducen que el cumplimiento tardío no le resulta útil al acreedor y que la resolución del contrato tiene lugar ipso iure una vez vencido el plazo legal. Sostienen que no era necesario un previo requerimiento de cumplimiento dentro de cierto plazo con apercibimiento resolutorio. Concluyen que la demandante se encontraba en mora por el solo vencimiento del plazo. 2.2. Alegan que la voluntad de ejercer la facultad resolutoria fue claramente puesta de manifiesto mediante la misiva remitida a la deudora en tiempo y forma, además de telefónicamente. Expresan que no aceptaron el cumplimiento tardío por considerar que el contrato ya estaba resuelto conforme 14 lo estipulado en la cláusula undécima del boleto de compraventa, entendiendo que sólo faltaba el dictado de la resolución judicial. Invocan contractual la posibilidad en el de supuesto pactar de la resolución dominio revocable, conforme al artículo 2.668 del Código Civil y agregan que tal mecanismo legal les permitió tener por resuelto el contrato, posibilidad que dicen no valorada en la sentencia. Recuerdan efecto pactado que la por resolución ambas partes del contrato para el fue el supuesto de incumplimiento de dos cuotas consecutivas. Y señalan los apelantes que no fueron ellos quienes dieron motivo al incumplimiento apartarse de del lo contrato convenido ni sino, quienes intentaron por el contrario, el pago ejecutarlo conforme lo pactado. 2.3. Por último consignación, para extinción la de sostienen resultar obligación, que idóneo debe en ser orden por a la articulado de conformidad con lo establecido en el artículo 757 del Código Civil. En tal sentido expresan que no puede haber pago sin el depósito judicial correspondiente. Indican que la actora interpuso la demanda afirmando haber pagado pero sin exhibir el comprobante respectivo y que luego lo acompañó a requerimiento del juzgado, 15 observándose que el depósito fue efectuado en fecha 6 de marzo de 2007, fecha en la cual la parte acreedora ya había manifestado su voluntad de resolver el contrato. Agregan que en el ejercicio del derecho a pagar, el deudor debe integrar su pago con los intereses correspondientes, además de formalizar el cumplimiento de buena fe. Dicen que la deudora no abonó la deuda en forma oportuna ni integral, dado que no lo habría hecho en término ni con sus respectivos intereses, señalando que ello surgiría claramente del comprobante de depósito por $ 960 de fecha 6 de marzo de 2007, correspondiente a las cuotas de diciembre de 2006 y enero y febrero de 2007. Por otro lado, esgrimen que la voluntad resarcitoria ya había sido expresada el día 22 de febrero de 2007 mediante la emisión de la misiva obrante a foja 12 de los autos agregados por cuerda a los presentes. En tal sentido indican que, antes de efectuarse el depósito judicial, la actora ya sabía que tenía un requerimiento domiciliario emitido por la vendedora, el cual no fue retirado domicilio. del correo Sostienen pese que el al aviso derecho dejado a pagar en su no es aplicable al caso ni purga la mora, en atención a que tal facultad no podía ejercerse ante el funcionamiento del pacto comisorio expreso operado por la notificación 16 emitida por la vendedora. Agregan que, a tenor de la absolución de posiciones de la actora, ésta habría admitido que el codemandado Riarte le había preguntado si iría a pagarle o no, de lo que los apelantes deducen que el accipiens no habría estado ausente sino en su domicilio, extremo que entienden corroborado con lo expresado por la absolvente al final de su declaración, cuando dijo que, por tener identificador de llamadas, sabía que aquél llamado fue hecho por Riarte desde el teléfono de Castillo. Aducen que la actora sabía que le estaban reclamando el pago, sabía que Castillo, aparte Riarte pero de que no se encontraba pagó tampoco y dejó pagó en el domicilio transcurrir el iniciar juicio al el de plazo, de consignación sino un mes después. Entienden que ello deja en descubierto que la voluntad de la actora nunca fue la de pagar evidentemente en término. necesitaba Alegan tiempo, pues que la pese a actora haber iniciado el juicio de consignación, efectuó el depósito recién treinta días después, el cual a la postre habría resultado insuficiente. Sostienen relativa a la que la falta evaluación de de comunicación la sentenciante de la voluntad resolutoria quedó librada a la voluntad de la propia deudora. Explican que la actora, sabiendo que Riarte le 17 había manifestado que se quedaría con la casa, no acudió al correo a recibir la carta interpelatoria, colocando entonces la facultad de purgar su mora a su conveniencia al conocer la manifestada por existencia la otra de la parte voluntad pero resolutoria sin darse por notificada, continuando con el incumplimiento hasta que se le intimó por vía judicial a depositar. Insisten en que la sentenciante no consideró la voluntad del acreedor. Se preguntan qué sentido tenía pactar el pacto comisorio expreso si luego no pudo ser ejercido por la parte cumplidora en cuyo beneficio se estipuló. Entienden expresamente pactado que un tal como efecto la contrario a lo continuación de la relación contractual debería haber sido la expresión de la voluntad de ambos contratantes pero, prosiguen, una sentencia que los obligue a mantener vigente un contrato resuelto estaría apartándose de la voluntad plasmada por las partes, dándole un sentido contrario a lo convenido. Indican los apelantes que, al absolver posiciones, manifestaron claramente no haber recibido interpelación alguna. Agregan que la ausencia de pruebas acerca de que la actora hubiese requerido fehacientemente la recepción del pago y su confesión en cuanto a que los acreedores se encontraban en su domicilio, eximen de comentarios acerca de la falta de recaudos para la procedencia del 18 pago por consignación. Se quejan porque la prueba no fue analizada en tal sentido, señalando que la sentenciante expresó que existía un pacto comisorio, que existía la mora, que no hubo acreditación de la interpelación a recibir el pago, dificultades misma pero para declaró que realizar que Riarte la el deudora pago, le había tuvo pese a serias que reclamado ella que le pagara. Sostienen que en la sentencia se enumeran las razones esgrimidas en la reconvención para dar por resuelto el contrato (que la deudora se encontraba en mora, que nunca fue puntual y que la acreedora no recibió requerimiento para recibir el pago). Insisten en que Riarte, además de remitir sendas epístolas de requerimiento de pago y comunicación de su voluntad resolutoria, llamó por teléfono a la deudora (según confesión resolución que ésta) contractual, existía Entienden de una que era e inició ingnorando demanda clara de su pago en la esa por voluntad demanda de de oportunidad consignación. resolver el contrato y de rechazar el pago extemporáneo, faltando toda acreditación respecto del derecho de la deudora a purgar su mora. Vuelven a mencionar que las partes habían pactado que la falta de pago o mora por dos meses le daba a la vendedora la opción de resolver el contrato y señalan 19 que en función comunicaron Estiman del artículo fehacientemente que a la luz 1.204 su de del voluntad los hechos Código de y Civil resolver. con las declaraciones de las partes surge que la voluntad de resolver fue comunicada fehacientemente como para dejar expedita la vía judicial para resolver el contrato. Se quejan de la consideración de la sentenciante acerca del carácter resolutoria. recepticio Entienden que, de de ser la así, notificación la decisión resolutoria queda atada a la voluntad de la deudora de recibir la notificación, omitiendo tener en cuenta que aquélla no estaba dispuesta a darse por notificada pese al aviso dejado por el correo, ya que su intención era continuar en mora y purgarla a comodidad. Cuestionan que la sentencia le haya acordado a la actora el derecho a redimir su mora, permitiéndole no acatar la voluntad resolutoria de la acreedora, con la promoción debida de forma la y demanda soslayando sin el depósito las circunstancias por consignación de en la demanda resolutoria. Destacan que el pago funciona cuando el tradens encuentra obstáculos que le impiden o imposibilitan la realización de un pago normal, recalcando que no es lo mismo un mero ofrecimiento que el pago propiamente dicho y que además éste debe ser 20 judicial, de carácter excepcional y de interpretación restrictiva. Indican que el inciso 1 del artículo 757 (del Código consignación Civil) procede establece cuando que el el acreedor pago no por quiere recibirlo, negando que sea tal el caso de autos. Recuerdan que la sentenciante expuso que subsistía el derecho de la actora de redimir su estado de mora en tanto no había operado la resolución del contrato y que en ello selló Arguyen que la si suerte bien adversa era de necesaria la la reconvención. sentencia que declarara resuelto el contrato, la voluntad de resolver había sido manifestada mediante cartas que la deudora no quiso recibir, admitido el no pago pudiendo por el fallo consignación, expresar desaparecía que, el incumplimiento, cuando a todas luces resulta -continúaque el acreedor, por vía postal y telefónica e incluso judicial, solicitó la resolución del contrato con la indemnización de los daños y perjuicios. Expresan que mora creditoris y pago por consignación están íntimamente vinculados y que, en el deudor, el retardo se presume culpable, a diferencia de lo que ocurre con el acreedor. En tal sentido sostienen que no hay en autos elemento alguno que hubiese sido tomado en cuenta por la a quo para revertir la línea general impuesta al deudor en mora, toda vez que no pagó en 21 término, no acreditó que el incumplimiento obedeciera a un obstáculo, no hubo ofertas previas a la demanda y, sin embargo, la jueza juzgó purgada la mora por efecto de una cuando consignación ya había inválida, fenecido el inoportuna, plazo intentada contractual y el acreedor le había manifestado su voluntad de resolver, según se desprendería de la absolución de posiciones de la actora, al admitir ésta que Riarte le dijo telefónicamente que ya se le había vencido el plazo y que le quitaría la casa. Agregan que, en atención a que el pago por consignación surte efectos desde el día del depósito, ya desde los primeros días de febrero de 2007 la actora sabía, por aplicación de lo estipulado en el boleto y a la luz del artículo 1.204 (del Código Civil), que la falta de pago de dos mensualidades vencidas daría lugar a la resolución del contrato, recalcando que de allí venía la advertencia de Riarte a la actora en el sentido de que le quitaría la casa. Concluyen que la resolución contractual, a la luz de los artículos 1.204 y 1.197 del Código Civil, no fue razonablemente aplicada por la jueza de grado y señalan que, al juzgar procedente el pago por consignación, la magistrada soslayó el requisito esencial de la falta de colaboración del acreedor y no consideró la mora de la 22 deudora y la procedencia de la resolución contractual operada por el incumplimiento de dos cuotas consecutivas, a tenor de lo establecido en el propio boleto y en la normativa aplicable al caso. Mencionan que la a quo en ningún momento consideró abusiva la pretensión resolutoria, toda vez que se trataba de una obligación a plazo con mora automática. Postulan, en consecuencia, la revocación del fallo, con costas. 3. Sobre la procedencia de la apelación. Liminarmente expresión de sacramentales, corresponde agravios tampoco no recordar está importa que si sujeta una simple bien a la formas fórmula, puesto que tal recurso no constituye solamente un medio de someter el proceso al parecer de otro tribunal sino que, para dar por cumplida la carga procesal contenida en el artículo 365 del Código Procesal, es menester que quien recurre presente una crítica razonada que intente seriamente refutar los puntos de la sentencia en los cuales el a quo basó su pronunciamiento, indicando concretamente, con claridad y precisión, los argumentos que considera fundamentos erróneos esenciales o que injustos, rebatiendo sirven sustento de los a la decisión atacada (cfr. ALVARADO VELLOSO, Adolfo, Estudio Jurisprudencial del Código Procesal Civil y Comercial de 23 la Provincia de Santa Fe, Rubinzal Culzoni, 1987, T.III, p.1218/1220; BARACAT, Edgar, en Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Santa Fe. Análisis doctrinario y jurisprudencial, dir. Jorge W. Peyrano, coord. Roberto Vázquez Ferreyra, Juris, 1997, T.2, p.145/155 y sus citas). Del mero cotejo del memorial recursivo de la demandada, ya reseñado, con los fundamentos del fallo anterior, se desprende la carencia de suficiencia técnica de aquél a fin de dar cumplimiento a la carga procesal derivada del citado artículo 365, al no mediar un enjuiciamiento crítico, concreto y fundado del pensamiento judicial de la instancia de grado que ponga en crisis los argumentos allí desarrollados. En efecto, las críticas de los apelantes, en virtud de las cuales le adjudican a la sentencia de grado una serie de omisiones y errores de apreciación probatoria, constituyen, en rigor, una mera discrepancia de aquéllos con la ponderación de las probanzas de autos efectuada por la sentenciante, insuficiente para refutar eficazmente el pensamiento judicial anterior pues omiten hacerse cargo de las consideraciones basilares en las que la jueza sustentó los distintos aspectos del fallo recurrido. En síntesis y sin perjuicio del inveterado criterio 24 que postula que los jueces no están obligados a ponderar todas y cada una de las pruebas producidas sino sólo aquéllas que se estimen conducentes para la resolución del pleito (C.S.J.N., Fallos: 272:225, 278:271, 274:113, 280:320, entre otros), se advierte que la argumentación de los recurrentes, propia valoración por de la las cual intentan probanzas de imponer la su causa, orientando todos sus esfuerzos a sostener que el pago por consignación resultó ineficaz y tardío por haber operado previamente la resolución del contrato, no logra persuadir que el criterio de la magistrada anterior haya sido equivocado. Sin perjuicio eventuales de ello cuestionamientos y a fin sobre de el no generar derecho de postulación, se efectuará un pormenorizado tratamiento de los temas propuestos por los apelantes. 3.1. Del boleto de compraventa obrante en copia certificada a fojas 5/6, reconocido por ambas partes, resulta que Silvia Esmeralda Castillo, en representación de Ernesto Rubén Riarte y Norma Blanca Castillo, vendió a María Alejandra de Giule un lote de terreno situado en Villa Gobernador Gálvez, pactándose el precio en la suma de U$S 6.060, entregándose la suma de $ 100 en ese acto y el resto a pagarse en cincuenta y nueve cuotas mensuales y consecutivas de U$S 100 cada una, venciendo 25 la primera de ellas el 30 de agosto de 2004. Es decir, las obligaciones a cargo de la compradora relativas al pago del saldo del precio tenían un plazo cierto y determinado, con vencimientos parciales y sucesivos, operando la mora, por ello, automáticamente (art.509, Cód. Civ.). Sin embargo, no parece que se tratara de un plazo esencial, pues ello no fue pactado de modo expreso ni surge tácitamente prestación. Tanto de es la así naturaleza que, hasta misma la de cuota la número veintiocho vencida en noviembre de 2006, la vendedora fue aceptando sin reservas los pagos efectuados con cierto retraso por la compradora, conforme surge de los recibos acompañados coincidentes con la por la actora documentación a fojas agregada 7/15 por los demandados a fojas 6/8 de los autos “Riarte, Ernesto y otra c. De Giule, M. Alejandra s. Resolución de contrato –Daños y perjuicios (Expte. N° 525/2007 según numeración del juzgado de origen), acumulados por cuerda a los presentes, sin que existan otras pruebas que desvirtúen tal conclusión. En consecuencia, respecto de las cuotas restantes y mientras no hubiese operado la resolución del contrato, no podría negarse la posibilidad de que el deudor en mora impusiera su cumplimiento tardío mediante un pago 26 íntegro comprensivo de las prestaciones originarias más el resarcimiento del daño moratorio derivado del retraso, purgando así su estado de mora y evitando la resolución del contrato, de acuerdo con la opinión de la doctrina y de la jurisprudencia mayoritarias que, en línea con el principio de subsistencia del negocio, señalan que la posibilidad de purgar la mora tiene su fundamento en que la obligación subsiste mientras no se produzca efectivamente la resolución (v. LAVALLE COBO, Jorge E., en Comentado, Código anotado Civil y y leyes concordado, complementarias. dir. Augusto C. Belluscio, coord. Eduardo A. Zannoni, Astrea, 1994, T.5, p.1007/1008; LLAMBÍAS, Jorge J., Tratado de Derecho Civil. Obligaciones, Perrot, 1967, T.I, n° 133, p.149; BORDA, Guillermo A., Tratado de Derecho Civil. Obligaciones, 8va. ed., Perrot, 1998, T.I, n° 76-c, p.75 y n° 767, p. 473; WAYAR, Ernesto C., Tratado de la mora, LexisNexis, Luis, Mora 2007, n° del 99, acreedor p.719; y MOISSET pago por DE ESPANÉS, consignación, Jurisprudencia Argentina 1977-II-707; RAMELLA, Anteo E., La resolución por incumplimiento, Astrea, 1975, n° 77, p.210/211; FARINA, Juan M., Rescisión y resolución de contratos, Orbir, 08.08.1976, El La Ley 138-847; 1965, Derecho CNCiv, p.205; 68-166; Sala D, CCivCap, Sala D, Sala A, 23.09.1969, 13.10.1978, La Ley 27 1979-C-609, 35.250-S; Jurisprudencia CNCiv, Argentina Sala A, 16-1972-32; 07.07.1981, El Derecho 24.10.1979, La Ley 06.07.1972, CNCiv, Sala C, 95-216; CNCiv, Sala E, 1980-A-624; CNCiv, Sala F, 12.08.1980, La Ley, 1981-A-513; entre muchos otros). A tal efectivo fin, e debe íntegro mediar de un ofrecimiento cumplir la real, prestación debida y, si el acreedor le rechaza el pago, el deudor está habilitado para promover la pertinente consignación judicial (art.757, inc. 1, Cód. Civ.). Por lo demás, se coincide en que la enumeración brindada por el artículo 757 sobre los supuestos en los que procede el pago por consignación es meramente enunciativa y no limitativa, considerándose autorizado dicho instituto cuando el deudor inocente se viese impedido de realizar en forma válida y segura el pago directo por motivos atribuibles a la conducta del acreedor o por cualquier otra dificultad que obstaculice la ejecución directa en favor del sujeto activo de la obligación (AMEAL Oscar J., en Código Civil y leyes complementarias. Comentado, anotado y concordado, dir. Augusto C. Belluscio, coord. Eduardo A. Zannoni, Astrea, 1994, T.3, p.540; LLAMBÍAS, Jorge J., Tratado de Derecho Civil. Obligaciones, Perrot, 1970, T.II, n° 1558, p.885/886; ALTERINI, Atilio A., AMEAL, Oscar J. y LÓPEZ CABANA, Roberto M., Derecho de 28 Obligaciones Civiles y Comerciales, 4ta. ed., Abeledo Perrot, 2008, p.439/442; BORDA, Guillermo A., Tratado de Derecho Civil. Obligaciones, 8va. ed., Perrot, 1998, T.I, n° 762, p.471; CNCiv, Sala A, 26.04.1960, La Ley 99-587; CNCiv, Sala C, 21.11.1985, La Ley 1986-B-413). En autos la actora afirmó que durante el mes de enero de 2007 no pudo hallar a la apoderada de los vendedores en su domicilio y que, en consecuencia, le remitió una carta documento ofreciéndole el pago de las cuotas adeudadas la cual, en razón de no haber sido recibida por su destinataria, motivó la necesidad del pago judicial. Si bien no fue acompañada en original la pieza postal obrante en copia simple a foja 3, la versión de la actora no resulta contradictoria con lo expuesto por ella al absolver posiciones -en cuanto narró que Riarte la había llamado desde el teléfono de Silvia Castillo pagaríaabsolvente toda en preguntándole vez que, a la audiencia si tenor le pagaría del o relato respectiva, el no le de la llamado telefónico habría ocurrido con posterioridad al invocado ofrecimiento epistolar de pago (v. fs.78). En cualquier caso, se ha señalado que la prueba de la negativa a recibir el pago no tiene interés en el juicio de consignación, más que al sólo efecto de establecer la carga de las costas, ya que si intentada 29 la consignación el acreedor dice que él no se ha negado a recibir el pago, ello implicará que también en ese momento aceptará el pago ofrecido, resultando absurdo un rechazo de la consignación puesto que el deudor desea pagar y el acreedor desea recibir, procediendo aceptar la consignación e imponer las costas al actor. Y, en caso de que el acreedor tenga un interés en rechazar el pago, como por ejemplo si sostiene que ha operado la resolución del contrato y en ello sustenta su oposición a la consignación -como en autos- entonces está implícita su negativa a recibir el pago, por lo que la prueba de ésta se hace innecesaria (cfr. BORDA, Guillermo A., Tratado de Derecho Civil. Obligaciones, 8va. ed., Perrot, 1998, T.I, n° 750/751, p.467/468). 3.2. bien Sentado lo anterior, cabe acotar aquí que si para purgar comprensivo de la las mora se exige prestaciones un pago originarias íntegro más el resarcimiento del daño moratorio derivado del retraso, nada obsta a que el acreedor reciba un pago defectuoso en cuanto al monto si no ha formulado reserva alguna en tal sentido. En ese orden cuestionamientos de corresponde los señalar recurrentes que relativos los a la integridad del pago intentado en autos por la vía de la consignación judicial, aduciendo que la actora habría 30 omitido adicionar los respectivos intereses, aparecen como el fruto de una reflexión tardía toda vez que se trata de un capítulo o argumento introducido ex novo, no propuesto en la instancia de grado al contestar la demanda de consignación (v. fs.52/53) ni en el alegato (v. fs.107/108), demandados de la se oportunidades limitaron pretensión a en las cuales los cuestionar la procedencia consignatoria por considerarla extemporánea, aunque no insuficiente. Es oportuno recordar que la oposición de todas las defensas de las que pretenda valerse, explicitando con claridad los hechos en que se apoyan, constituye una verdadera carga para la parte demandada (art.142, inc. 4, C.P.C.C.). Su notable importancia radica en que lo que escape a dicha carga no habrá de ser materia de contradictorio ni de prueba o de la sentencia (art.243, C.P.C.C.). no Y pueden no luego que en la segunda instancia proponerse conocimiento Cámara desde del es capítulos juez órgano de no propuestos al precedente, toda vez que la creación sino de revisión del pensamiento judicial anterior (art.246, C.P.C.C.). Aceptar un criterio distinto importaría la afectación al principio de congruencia (arg. arts.243 y 246, C.P.C.C.). En consecuencia, los planteos relativos a la 31 integridad sustento del del pago por recurso consignación, de nulidad y vertidos también a en lo largo del memorial apelatorio, no configuran un agravio jurídicamente atendible. que 3.3. Ahora bien, como ya se adelantó, la facultad tiene el deudor de redimir su mora se extingue cuando el acreedor ha fundado su derecho en esa mora para resolver el contrato. En el sub examine, las partes estipularon expresamente el pacto comisorio (arts.1.203, Cód. Civ.), previendo que en caso de que la compradora incumpliese y el período desde el podría de mora último alcanzase pago resolver el los realizado, contrato dos la meses parte teniendo corridos vendedora derecho a la restitución del inmueble y a retener lo abonado hasta ese momento en concepto de indemnización. No está en discusión que, al iniciarse las presentes actuaciones, el 16 de febrero de 2007, se encontraban impagas las cuotas vencidas en diciembre de 2006 y enero de 2007. Pero cabe aclarar que, aun cuando la resolución por pacto comisorio requerimiento expreso previo automáticamente y de sólo se produce sin cumplimiento, surte efectos necesidad ella desde no de opera que la parte interesada comunique a la incumplidora, en forma 32 fehaciente, su voluntad de resolver (arg. art.1.204, párr. 3°, Cód. Civ.). En tal sentido se ha señalado que aunque se pacte que el incumplimiento de las obligaciones produce la resolución del contrato de pleno derecho, ésta no se producirá hasta que el acreedor haya hecho conocer su voluntad de resolverlo, pues de lo contrario no se trataría de un pacto comisorio, sino de una condición resolutoria en la cual el interesado carecería de derecho de opción (cfr. LAVALLE COBO, ob. cit., p.996; WAYAR, ob. cit., p.721; BORDA, Guillermo A., Tratado de Derecho Civil. Contratos, 7ma. ed., Perrot, 1997, T.I, n° 307, p.201; ALTERINI, Atilio A., Contratos. Civiles. Comerciales. Abeledo De consumo. Perrot, 2009, Teoría p.457/458; general, 2da. CNPaz, ed., Sala II, 07.04.1972, La Ley 147-125; CNCiv, Sala A, 07.06.1979, La Ley 1979-D-159; CNCiv, Sala B, 18.08.1976, La Ley 1976-D-518; CNCiv, Sala C, 09.06.1981, El Derecho 99-779, sum. 133; S.C.B.A., 18.08.1981, El Derecho 99-779, sum. 132). Asimismo, se ha enfatizado que la manifestación de voluntad del eficacia depende destinatario acreedor de de modo es la recepticia, efectiva que llegue o sea que su por el esfera de recepción a su conocimiento, considerándose irrelevantes a tal respecto 33 los hechos manifieste materiales a terceros, del ya deudor que la o lo ley que exige éste que la notificación sea “fehaciente”, es decir, que se baste a sí misma como prueba, quedando en principio excluida la forma verbal (cfr. LAVALLE COBO, ob. cit., p.996; RAMELLA, ob. cit., p. 188/189; WAYAR, ob. cit., p.717; FARINA, ob. cit., p. 203/204; CNCiv, Sala A, 15.10.2010, La Ley 2011-A-224), argumentación sobre la por ensayada base de lo por los que los dichos se descarta recurrentes de la la que, actora al absolver posiciones, pretenden tener a la compradora por notificada telefónicamente de la voluntad resolutoria. A todo evento cabe agregar que la manifestación de voluntad resolutoria debe tener un contenido claro a fin de que pueda conocerse sin duda alguna que se refiere a la intención de resolver el contrato. Los dichos de la actora no tienen el sentido que los apelantes pretenden otorgarles, ya que de lo expuesto por aquélla al absolver posiciones -en cuanto a que al día siguiente de remitir la carta documento ofreciendo el pago de las cuotas adeudadas, Riarte la habría llamado por teléfono y le habría dicho: “ya se te pasó el término y te voy a quitar la casa” una confesión que la de demandada (fs.78)- en modo alguno se desprende la le absolvente hubiese en el comunicado sentido una de decisión 34 efectivamente tomada de resolver el contrato reflejando una clara intención en tal sentido, sino que lo conversado entre las partes aparecería más bien como un mero aviso o advertencia sobre el curso de acciones a seguir. Tampoco son recurrentes la en atendibles el comunicación sentido las de epistolar objeciones que la quedó de los recepción sometida de a la discrecionalidad de la deudora, ya que bien pudieron utilizar una forma que no les creara problemas, como una notificación hecha por escribano (v. BORDA, Guillermo A., Tratado Perrot, 1997, de Derecho T.I, n° Civil. 307-2, Contratos, p.202), o 7ma. bien ed., con la notificación de la demanda en el supuesto de instar la resolución por vía judicial (cfr. RAMELLA, ob. cit., p.201). 3.4. Desde tales coordenadas, no resultan desvirtuadas las consideraciones de la jueza anterior que, con arreglo a la máxima prior in tempore, potior in iure y con sustento en el principio de la subsistencia del negocio, descartó que en el caso pudiera operar la resolución contractual intentada por la vendedora en razón de la anticipación de la compradora a pagar por consignación. Ello es así porque, si bien la interpelación 35 epistolar que la actora afirmó haber remitido el 2 de febrero de 2007 para que la demandada le recibiera los pagos de las cuotas vencidas (en copia a fs.3) nunca habría llegado a destino según dijo la propia actora, la ulterior demanda de pago por consignación fue interpuesta el 16 de febrero de 2007 (fs.16), dándosele curso el 9 de marzo de 2007 (fs.21) cuando la actora acreditó el depósito de lo consignado, notificándose a la demandada el 9 de abril de 2007 (según carta con acuse de recibo de fojas 25/26, dirigida al domicilio real denunciado en el boleto por la apoderada de los vendedores). Por otro lado, la misiva emitida por la vendedora manifestando su voluntad resolutoria, fechada el 22 de febrero de 2007 y obrante en copia a foja 12 de los acumulados, fue devuelta a la remitente, mientras que, hasta donde consta en estos autos y en la causa conexa, la demanda de resolución contractual esgrimida en el proceso desistido Recién al nunca comparecer fue en notificada estos autos, a De en Giule. fechas 13 de abril de 2007 (fs.28) y 30 de mayo de 2007 (fs.33 con aclaración de fs.42), los demandados denunciaron la conexidad existente con el proceso por ellos iniciado por ante el Juzgado de Primera Instancia de Distrito en lo Civil y Comercial N° 11 (autos “Riarte, Ernesto y 36 otra c. De Giule, M. Alejandra s. Resolución contrato –Daños y perjuicios”, agregados por cuerda) tendiente a la resolución del contrato, ordenándose su acumulación a los presentes el 25 de junio de 2007 (fs.36), proceso del que aquéllos desistieron para introducir la misma pretensión por vía reconvencional en los presentes, en fecha 12 de febrero de 2008 (fs.52/53). Siendo ello así, no puede afirmarse que la voluntad de resolución contractual manifestada por esas vías haya llegado a la esfera de conocimiento de la compradora con anterioridad a la interposición, admisión y notificación de la demanda de pago por consignación, que tendió a purgar la mora obstando a la resolución del contrato. La sentencia recurrida resulta, por tanto, ajustada a derecho. Voto, pues, por la afirmativa. Sobre la misma cuestión, el señor vocal doctor Silvestri, dijo: Que coincide con lo propuesto por la señora vocal doctora Serra, y vota por la afirmativa. Sobre la misma cuestión, el señor vocal doctor Ariza, dijo: Que se remite a lo expuesto en la primera cuestión, absteniéndose de emitir opinión. Sobre la tercera cuestión, la señora vocal doctora Serra dijo: Atento el resultado obtenido al tratar las 37 cuestiones anteriores, corresponde desestimar el recurso de nulidad y rechazar el recurso de apelación. Las costas de esta segunda instancia se impondrán a la parte recurrente por su condición de vencida (art. 251, C.P.C.C.). Los honorarios profesionales de alzada se fijan en el cincuenta por ciento (50%) de los que en definitiva resulten regulados en primera instancia (art.19 ley 6.767). Así voto. Sobre la misma cuestión, el señor vocal doctor Silvestri dijo: Que coincide con la resolución propuesta por la señora vocal preopinante, y vota en igual forma. Concedida la palabra al señor vocal doctor Ariza, a esta cuestión dijo: Que se remite a lo considerado en la primera cuestión, y se abstiene de votar. En mérito antecede, la a los Sala fundamentos Primera del acuerdo que la Cámara de de Apelación en lo Civil y Comercial de Rosario, RESUELVE: 1) Desestimar recurso de el recurso apelación. 2) de nulidad Imponer las y rechazar costas de el esta segunda instancia a la parte recurrente. 3) Regular los honorarios profesionales de alzada en el cincuenta por ciento (50%) de los que en definitiva resulten regulados en primera instancia. Insértese, hágase saber, bajen y 38 tómese nota marginal en el protocolo del juzgado de origen. (Expte. Nro. 362/2010). mm. SERRA SILVESTRI ARIZA -art.26 ley 10.160- 39 40 41