N° 16 - Poder Judicial de la Provincia de Santa Fe

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1
Acuerdo N° 16
14
En la ciudad de Rosario, a los
días del mes de
Febrero
de dos mil doce,
se reunieron en Acuerdo los señores miembros de la Sala
Primera
de
Comercial
Mercedes
la
de
Cámara
la
Serra,
de
ciudad
Ricardo
Apelación
de
en
Rosario,
A.
Silvestri
lo
Civil
doctores
y
Ariel
y
María
Carlos
Ariza, para dictar sentencia en los autos caratulados
“DE GIULE, María A. contra RIARTE, Ernesto y otros sobre
CONSIGNACIÓN JUDICIAL” (Expte. Nro. 404/2010), venidos
para resolver los recursos de nulidad y de apelación
interpuestos contra el fallo número 956 de fecha 23 de
abril
de
2010,
provenientes
del
Juzgado
de
Primera
Instancia de Distrito en lo Civil y Comercial Nº 4 de
Rosario.
Realizado
el
estudio
de
la
causa,
se
resolvió
plantear las siguientes cuestiones:
Primera: ¿Es nula la sentencia recurrida?
Segunda: En su caso, ¿es ella justa?
Tercera: ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar?
Correspondiendo votar en primer término a la señora
vocal la doctora Serra, sobre la primera cuestión dijo:
La
parte
demandada
dice
sostener
el
recurso
de
nulidad interpuesto a foja 116, alegando que considera
improcedente la sentencia recurrida en cuanto hizo lugar
al
pago
por
consignación
promovido
por
la
actora
2
omitiendo fijar los intereses que afirma devengados como
consecuencia
de
los
pagos
fuera
de
término.
Aduce
que la sentencia, de quedar firme, le provocaría un daño
irreparable teniendo en cuenta que, por las fechas de
los depósitos y la ausencia de dación en pago de los
montos respectivos, deberá percibir una suma totalmente
despreciada desde el punto de vista económico. Esgrime
que la omisión debe ser subsanada por esta Alzada por la
vía del recurso interpuesto a fin de que el daño alegado
sea reparado de modo justo y equitativo.
La
crítica
que
la
recurrente
enuncia
refiere
a
vicios in iudicando y no in procedendo y puede obtener
adecuada
respuesta
al
tratarse
el
recurso
de
apelación, donde los recurrentes se extendieron sobre
tales
cuestiones.
Por
añadidura,
no
se
advierten
irregularidades en el procedimiento que justifiquen un
pronunciamiento
de
oficio,
debiendo
en
consecuencia
desestimarse el recurso de nulidad.
Voto, pues, por la negativa.
Sobre
Silvestri,
la
a
misma
quien
cuestión,
le
el
señor
correspondió
vocal
votar
en
doctor
segundo
lugar dijo: Que coincide con los fundamentos expuestos
por
la
señora
vocal
doctora
Serra,
y
vota
por
la
negativa.
Concedida la palabra al señor vocal doctor Ariza, a
3
quien le correspondió votar en tercer término, y a esta
cuestión dijo: Que habiendo tomado conocimiento de los
autos y advertir la existencia de dos votos totalmente
concordantes,
invoca
la
aplicabilidad
al
caso
de
lo
dispuesto por el art.26, ley 10.160, absteniéndose de
emitir opinión.
Sobre la segunda cuestión, la señora vocal doctora
Serra dijo:
1.
La sentencia de primera instancia.
Mediante sentencia número 956 de fecha 23 de abril
de 2010 (fs.109/115), la jueza de primera instancia hizo
lugar a la demanda declarativa de pago por consignación
interpuesta por María Alejandra De Giule contra Ernesto
Rubén Riarte, Norma Blanca Castillo y Silvia Esmeralda
Castillo e impuso las costas respectivas en un 60% a
cargo de los demandados y el 40% restante a la actora en
función de lo previsto por el artículo 252 del Código
Procesal. Asimismo, rechazó la pretensión reconvencional
de
resolución
deducida
por
contractual
los
e
demandados,
indemnización
de
imponiéndoles
daños
a
los
reconvinientes las costas respectivas según lo normado
en el artículo 251 del Código Procesal.
Para así decidir, la sentenciante señaló que estaba
fuera de controversia el vínculo contractual existente
entre las partes, originado en un boleto de compraventa
4
obrante
en
Esmeralda
Ernesto
copia
a
fojas
Castillo,
Rubén
en
Riarte
5/6,
según
nombre
y
Norma
y
el
cual
Silvia
representación
Blanca
Castillo
de
(según
poder especial para vender y percibir el precio glosado
en copia a fojas 26/27), vendió a María Alejandra Giule
un inmueble sito en avenida Libertador número 1.040 de
Villa Gobernador Gálvez, fijándose como precio de la
operación la suma de U$S 6.060, abonándose en el mismo
acto la suma de U$S 100 y estipulándose que el saldo se
cancelaría
en
cincuenta
y
nueve
cuotas
mensuales,
iguales y consecutivas, venciendo la primera el 30 de
agosto de 2004.
Mencionó
compradora
que
pagó
tampoco
las
estaba
primeras
en
discusión
veintiocho
que
la
cuotas,
es
decir, hasta la correspondiente a noviembre de 2006,
según la documentación acompañada por la actora a fojas
7/15 coincidente con la agregada por los demandados a
fojas 6/8 de los autos “Riarte, Ernesto y otra c. De
Giule, M. Alejandra s. Resolución de contrato – Daños y
perjuicios
juzgado
de
(Expte.
N°
origen),
525/2007
según
acumulados
por
numeración
del
cuerda
a
los
de
partes
presentes.
Señaló
que
desde
allí
el
relato
las
resultaba divergente. Por un lado, indicó la jueza, la
actora afirmó no haber podido efectuar el pago de las
5
cuotas correspondientes a diciembre de 2006 y enero de
2007
debido
a
la
ausencia
de
la
demandada
de
su
domicilio, por lo cual intentó comunicarle a esta última
que ponía a su disposición la suma respectiva mediante
carta documento de fecha 2 de febrero de 2007 que nunca
fue recibida y, en consecuencia, debió promover juicio
de consignación. Por otro lado, continuó la magistrada,
la
parte
demandada
compradora
era
alegó
frecuente
que
la
y
que
morosidad
no
de
abonó
la
las
cuotas de diciembre de 2006 y enero de 2007 pese a los
requerimientos efectuados, por lo que la interpeló al
pago de las cuotas adeudadas mediante carta documento
que tampoco fue recibida y posteriormente le notificó su
voluntad de resolver el contrato conforme lo estipulado
en la cláusula 11° del boleto, corriendo la misma suerte
la misiva respectiva, viéndose en consecuencia precisada
a
promover
indemnización
el
de
proceso
daños
de
resolución
agregado
por
contractual
cuerda,
del
e
que
luego desistió para introducir idéntica pretensión en
los presentes por vía reconvencional.
Señaló entonces que el retardo de la actora en el
pago de dos cuotas era un hecho probado, mientras que lo
discutido era la imputabilidad de esa demora.
Indicó, con relación a la aducida morosidad en el
pago
de
las
cuotas
anteriores,
que
si
bien
de
los
6
recibos acompañados se podía inferir que existió cierto
retraso
de
la
compradora
en
el
cumplimiento
de
sus
obligaciones, también se desprendía que dichos retardos
no fueron significativos y que la vendedora recibía los
pagos de conformidad sin formular reserva alguna.
Destacó
conflicto,
que
en
a
principios
cuyo
de
contexto
la
2007
sobrevino
actora
dijo
el
haber
interpelado para la recepción del pago y la demandada
pretendió intimar al pago y posteriormente resolver el
contrato. Pero dado el fracaso de las notificaciones que
surge del hecho de que todas las piezas postales fueron
devueltas por el correo a sus respectivos remitentes, la
actora promovió el pago por consignación judicial y la
demandada
acudió
a
la
vía
judicial
para
resolver
el
contrato.
Sobre ese sustrato fáctico, señaló la jueza que el
deudor
de
una
obligación
no
sólo
tiene
el
deber
de
pagarla sino también el derecho de hacerlo y para ello
cuenta
con
forzada
conforme
también
la
posibilidad
mediante
al
el
pago
artículo
mencionó
que
757
el
de
por
del
obtener
su
consignación
Código
derecho
del
liberación
judicial
Civil.
Pero
deudor
a
pagar, aún hallándose en mora añadiendo los intereses
correspondientes, persiste en la medida en que subsista
la obligación que le sirve de causa al pago. En tal
7
sentido
indicó
que
la
resolución
del
contrato,
al
extinguir las obligaciones respectivas, priva al deudor
del derecho de cumplir.
En
no
ese
mediar
tren
pacto
señaló
que,
comisorio
en
expreso
el
y
a
supuesto
de
tenor
la
de
doctrina elaborada en torno al artículo 1.204 del Código
Civil, si el deudor intenta el pago una vez vencido el
plazo del requerimiento con apercibimiento resolutorio
previsto en la norma para el mecanismo extrajudicial, o
después de interpuesta o de notificada -según la postura
a la que se adscriba- la demanda cuando se opte por
requerir la resolución por la vía judicial, el acreedor
podrá rechazar el pago por extemporáneo pues ya habrá
operado la resolución del contrato, debiendo rechazarse,
correlativamente, la demanda de consignación. Pero si el
deudor
cumple
la
prestación
dentro
del
plazo
del
requerimiento extrajudicial o antes de interpuesta la
demanda
judicial,
el
acreedor
perderá
el
derecho
a
obtener la resolución del contrato.
Y de mediar pacto comisorio expreso, continuó la
magistrada, el mecanismo resolutorio se regirá por lo
estipulado por las partes y, en su defecto, habrá de
estarse a lo normado en el párrafo tercero del artículo
1.204
del
resolución
Código
se
Civil,
producirá
en
de
el
pleno
sentido
derecho
de
y
que
la
surtirá
8
efectos desde que la parte interesada comunique a la
incumplidora,
en
forma
fehaciente,
su
voluntad
de
resolver. Señaló que sobre este particular se suscitan
discrepancias
sostenido
de
como
la
doctrina
despacho
de
y
adhirió
minoría
al
por
criterio
Ramella,
Parellada, Bouín, Catapano y Kemelmajer de Carlucci en
las Segundas Jornadas provinciales de Derecho Civil de
Mercedes (1983), en el sentido de que hasta que la parte
no
incumplidora
no
haya
comunicado
su
voluntad
de
resolver, el incumplidor podrá purgar la mora.
Sin desconocer que calificada doctrina reconoce al
acreedor la posibilidad de enervar dicha prerrogativa
jurídica desechando la oferta de pago en tiempo propio y
aún en el marco de una consignación judicial, entendió
que en estos casos debe priorizarse la subsistencia del
contrato.
Desde tales coordenadas señaló que en el presente
caso,
si
bien
el
contrato
en
cuestión
contenía
expresamente la facultad de la vendedora de resolver la
compraventa
frente
a
la
mora
en
el
pago
de
dos
cuotas consecutivas, la demandada reconviniente no pudo
concretar una notificación idónea a tal fin, poniendo de
relieve
que
a
tenor
del
citado
artículo
1.204
tal
comunicación es de carácter recepticio y, como tal, debe
llegar a la esfera de conocimiento de la contraria para
9
producir sus efectos.
En
ese
orden
reconviniente
de
admitió
ideas
que
destacó
las
que
misivas
la
propia
remitidas
le
fueron devueltas y que la demanda esgrimida en los autos
acumulados
la
-ahora
misma
desistida
pretensión
por
por
vía
haberse
encauzado
reconvencional
en
los
presentes- fue articulada en fecha 26 de marzo de 2007,
es decir, cuando la demanda de consignación ya se había
impetrado
(el
19.02.2007)
y
se
le
había
dado
curso
(según providencia de fecha 09.03.2007, fs.21). Añadió
que
si
bien
consignación
la
fue
notificación
posterior
a
la
de
la
demanda
interposición
de
de
la
demanda de resolución contractual, no constaba que esta
última hubiese sido notificada a la aquí reconvenida.
En definitiva, juzgó que al momento de promoverse el
presente juicio de consignación subsistía el derecho de
la actora de redimir su estado de mora en tanto no había
operado
la
resolución
del
contrato
de
compraventa,
sellando ello la suerte adversa de la reconvención pues,
admitido
el
pago
por
consignación,
desaparece
el
incumplimiento que abre la posibilidad resolutoria y el
consecuente
reclamo
indemnizatorio
derivado
de
tal
situación.
Agregó que tal tesitura importaba dar por sentada la
mora de la compradora, ya que ésta no desarrolló una
10
actividad
probatoria
idónea
que
permitiera
tener
por
configurada la mora accipiendi -concretamente, no probó
haber
intimado
a
la
vendedora
en
forma
fehaciente
a
recibir el pago, ni tampoco la ausencia de la acreedora
de
su
domicilio,
limitándose
a
acompañar
una
carta
documento que nunca fue recibida-. No obstante, juzgó
procedente
la
consignación
pues
consideró
que
la
conflictiva relación entre los contratantes desde fines
de 2006, reflejada en la absolución de posiciones de
ambas
partes,
tornaba
verosímiles
los
dichos
de
la
deudora referidos a la existencia de serias dificultades
para obtener su liberación, circunstancia que consideró
suficiente para viabilizar tal modalidad de pago.
Sin perjuicio de ello, atendiendo al contexto dentro
del
cual
tuvo
probatorio
lugar
apuntado,
la
consignación
consideró
y
al
adecuado
déficit
distribuir
prudencialmente entre las partes las costas del juicio
de consignación, en la proporción ya señalada.
2.
Los agravios de los recurrentes.
Contra
la
interpusieron
decisión
recurso
de
de
primera
apelación,
a
instancia
foja
116,
los
demandados reconvinientes, Ernesto Rubén Riarte, Norma
Blanca Castillo y Silvia Esmeralda Castillo, concedido a
foja
116
vta.
recurrentes
Radicada
expresaron
la
causa
agravios
a
en
esta
fojas
Sala,
134
a
los
137.
11
Ordenado y notificado el traslado a la contraria para
contestarlos (fs.138 y 139), vencido el plazo respectivo
y consentida la providencia de autos (fs.140), quedó la
cuestión en condiciones de ser resuelta.
No se han efectuado objeciones al relato de los
antecedentes del caso que ha reseñado el fallo, por lo
que en este aspecto corresponde remitirse a la sentencia
de grado por razones de brevedad.
2.1.
sentencia
Los
quejosos
apelada,
tachan
de
endilgándole
arbitraria
escasa
y
a
la
carente
valoración de los elementos probatorios aportados, los
cuales,
dicen,
sentenciante
con
no
fueron
la
interpretados
discrecionalidad
y
por
el
la
sustento
jurídico debidos.
En ese orden de ideas sostienen, en primer lugar,
que aun cuando no estuviera controvertida la existencia
del contrato, sí correspondía analizar la mora en el
cumplimiento
a
la
luz
de
las
pruebas
producidas.
Remarcan que tampoco se discutió que hasta noviembre de
2006
la
deudora
venía
pagando
con
demora
las
cuotas
mensuales -destacando que ello surgiría también de la
prueba documental- y sostienen que la sentenciante no
valoró el esfuerzo desplegado por la parte acreedora
para lograr el cumplimiento del contrato.
Esgrimen
que
la
interpretación
del
contrato
debe
12
hacerse de modo conforme a la voluntad expresada en él
y, en tal sentido, remarcan que en la cláusula undécima
del
boleto
compradora
se
de
estipuló
dos
que
cuotas
el
incumplimiento
daría
lugar
sin
de
la
a
la
más
resolución del contrato.
Expresan los apelantes que su negativa a recibir
carta documento alguna no demuestra nada, como tampoco
la copia glosada a foja 3 sin constancia de emisión ni
de
recepción,
agregando
que
tampoco
se
instó
la
producción del informe requerido al correo según oficio
de
foja
84.
Indican
que,
por
oposición,
las
misivas
remitidas por la parte vendedora sí lucen agregadas en
originales, donde aquélla claramente habría establecido
su voluntad resarcitoria y la mora de la deudora.
Añaden que la mora estaba pactada en el contrato y
que, para eximirse de responsabilidad, la deudora debía
probar
que
el
incumplimiento
no
le
era
imputable.
Expresan que no era necesario constituir en mora a la
compradora
determinado,
porque
sus
resultando
obligaciones
la
mora
eran
automática,
a
plazo
trayendo
aparejado el mecanismo resolutorio del artículo 1.204
del Código Civil.
Afirman
constancias
también
de
la
que
la
jueza
causa
y
omitió
se
apartó
considerar
de
las
prueba
relevante, señalando que de la absolución de posiciones
13
de la actora surgiría que el codemandado Riarte estaba
esperando
el
pago
y
asimismo
que
éste
se
habría
encontrado en su domicilio para recibirlo, no habiendo
quedado probada su ausencia ni su negativa a recibir el
pago.
Por otro lado, afirman que la consignación intentada
no ha purgado la mora de la deudora, pues para ello
debía ser integral, con intereses incluidos. Agregan que
los efectos del pago por consignación se producen desde
el día del depósito judicial, señalando que el primer
depósito judicial fue efectuado el día 6 de marzo de
2007, a más de un mes del intercambio epistolar.
Aducen que el cumplimiento tardío no le resulta útil
al acreedor y que la resolución del contrato tiene lugar
ipso iure una vez vencido el plazo legal. Sostienen que
no era necesario un previo requerimiento de cumplimiento
dentro de cierto plazo con apercibimiento resolutorio.
Concluyen que la demandante se encontraba en mora
por el solo vencimiento del plazo.
2.2.
Alegan que la voluntad de ejercer la facultad
resolutoria fue claramente puesta de manifiesto mediante
la
misiva
remitida
a
la
deudora
en
tiempo
y
forma,
además de telefónicamente.
Expresan que no aceptaron el cumplimiento tardío por
considerar que el contrato ya estaba resuelto conforme
14
lo
estipulado
en
la
cláusula
undécima
del
boleto
de
compraventa, entendiendo que sólo faltaba el dictado de
la resolución judicial.
Invocan
contractual
la
posibilidad
en
el
de
supuesto
pactar
de
la
resolución
dominio
revocable,
conforme al artículo 2.668 del Código Civil y agregan
que tal mecanismo legal les permitió tener por resuelto
el contrato, posibilidad que dicen no valorada en la
sentencia.
Recuerdan
efecto
pactado
que
la
por
resolución
ambas
partes
del
contrato
para
el
fue
el
supuesto
de
incumplimiento de dos cuotas consecutivas. Y señalan los
apelantes que no fueron ellos quienes dieron motivo al
incumplimiento
apartarse
de
del
lo
contrato
convenido
ni
sino,
quienes
intentaron
por
el
contrario,
el
pago
ejecutarlo conforme lo pactado.
2.3.
Por
último
consignación,
para
extinción
la
de
sostienen
resultar
obligación,
que
idóneo
debe
en
ser
orden
por
a
la
articulado
de
conformidad con lo establecido en el artículo 757 del
Código Civil. En tal sentido expresan que no puede haber
pago sin el depósito judicial correspondiente.
Indican que la actora interpuso la demanda afirmando
haber pagado pero sin exhibir el comprobante respectivo
y que luego lo acompañó a requerimiento del juzgado,
15
observándose que el depósito fue efectuado en fecha 6 de
marzo de 2007, fecha en la cual la parte acreedora ya
había manifestado su voluntad de resolver el contrato.
Agregan que en el ejercicio del derecho a pagar, el
deudor
debe
integrar
su
pago
con
los
intereses
correspondientes, además de formalizar el cumplimiento
de buena fe.
Dicen que la deudora no abonó la deuda en forma
oportuna ni integral, dado que no lo habría hecho en
término ni con sus respectivos intereses, señalando que
ello surgiría claramente del comprobante de depósito por
$ 960 de fecha 6 de marzo de 2007, correspondiente a las
cuotas de diciembre de 2006 y enero y febrero de 2007.
Por otro lado, esgrimen que la voluntad resarcitoria
ya había sido expresada el día 22 de febrero de 2007
mediante la emisión de la misiva obrante a foja 12 de
los autos agregados por cuerda a los presentes. En tal
sentido indican que, antes de efectuarse el depósito
judicial, la actora ya sabía que tenía un requerimiento
domiciliario emitido por la vendedora, el cual no fue
retirado
domicilio.
del
correo
Sostienen
pese
que
el
al
aviso
derecho
dejado
a
pagar
en
su
no
es
aplicable al caso ni purga la mora, en atención a que
tal facultad no podía ejercerse ante el funcionamiento
del pacto comisorio expreso operado por la notificación
16
emitida por la vendedora.
Agregan que, a tenor de la absolución de posiciones
de la actora, ésta habría admitido que el codemandado
Riarte le había preguntado si iría a pagarle o no, de lo
que los apelantes deducen que el accipiens no habría
estado
ausente
sino
en
su
domicilio,
extremo
que
entienden corroborado con lo expresado por la absolvente
al final de su declaración, cuando dijo que, por tener
identificador de llamadas, sabía que aquél llamado fue
hecho por Riarte desde el teléfono de Castillo. Aducen
que la actora sabía que le estaban reclamando el pago,
sabía
que
Castillo,
aparte
Riarte
pero
de
que
no
se
encontraba
pagó
tampoco
y
dejó
pagó
en
el
domicilio
transcurrir
el
iniciar
juicio
al
el
de
plazo,
de
consignación sino un mes después. Entienden que ello
deja en descubierto que la voluntad de la actora nunca
fue
la
de
pagar
evidentemente
en
término.
necesitaba
Alegan
tiempo,
pues
que
la
pese
a
actora
haber
iniciado el juicio de consignación, efectuó el depósito
recién treinta días después, el cual a la postre habría
resultado insuficiente.
Sostienen
relativa
a
la
que
la
falta
evaluación
de
de
comunicación
la
sentenciante
de
la
voluntad
resolutoria quedó librada a la voluntad de la propia
deudora. Explican que la actora, sabiendo que Riarte le
17
había manifestado que se quedaría con la casa, no acudió
al correo a recibir la carta interpelatoria, colocando
entonces la facultad de purgar su mora a su conveniencia
al
conocer
la
manifestada
por
existencia
la
otra
de
la
parte
voluntad
pero
resolutoria
sin
darse
por
notificada, continuando con el incumplimiento hasta que
se le intimó por vía judicial a depositar.
Insisten
en
que
la
sentenciante
no
consideró
la
voluntad del acreedor. Se preguntan qué sentido tenía
pactar el pacto comisorio expreso si luego no pudo ser
ejercido por la parte cumplidora en cuyo beneficio se
estipuló.
Entienden
expresamente
pactado
que
un
tal
como
efecto
la
contrario
a
lo
continuación
de
la
relación contractual debería haber sido la expresión de
la voluntad de ambos contratantes pero, prosiguen, una
sentencia que los obligue a mantener vigente un contrato
resuelto estaría apartándose de la voluntad plasmada por
las partes, dándole un sentido contrario a lo convenido.
Indican los apelantes que, al absolver posiciones,
manifestaron claramente no haber recibido interpelación
alguna. Agregan que la ausencia de pruebas acerca de que
la actora hubiese requerido fehacientemente la recepción
del pago y su confesión en cuanto a que los acreedores
se encontraban en su domicilio, eximen de comentarios
acerca de la falta de recaudos para la procedencia del
18
pago por consignación. Se quejan porque la prueba no fue
analizada en tal sentido, señalando que la sentenciante
expresó que existía un pacto comisorio, que existía la
mora, que no hubo acreditación de la interpelación a
recibir
el
pago,
dificultades
misma
pero
para
declaró
que
realizar
que
Riarte
la
el
deudora
pago,
le
había
tuvo
pese
a
serias
que
reclamado
ella
que
le
pagara. Sostienen que en la sentencia se enumeran las
razones
esgrimidas
en
la
reconvención
para
dar
por
resuelto el contrato (que la deudora se encontraba en
mora,
que
nunca
fue
puntual
y
que
la
acreedora
no
recibió requerimiento para recibir el pago).
Insisten en que Riarte, además de remitir sendas
epístolas de requerimiento de pago y comunicación de su
voluntad resolutoria, llamó por teléfono a la deudora
(según
confesión
resolución
que
ésta)
contractual,
existía
Entienden
de
una
que
era
e
inició
ingnorando
demanda
clara
de
su
pago
en
la
esa
por
voluntad
demanda
de
de
oportunidad
consignación.
resolver
el
contrato y de rechazar el pago extemporáneo, faltando
toda acreditación respecto del derecho de la deudora a
purgar su mora.
Vuelven a mencionar que las partes habían pactado
que la falta de pago o mora por dos meses le daba a la
vendedora la opción de resolver el contrato y señalan
19
que
en
función
comunicaron
Estiman
del
artículo
fehacientemente
que
a
la
luz
1.204
su
de
del
voluntad
los
hechos
Código
de
y
Civil
resolver.
con
las
declaraciones de las partes surge que la voluntad de
resolver fue comunicada fehacientemente como para dejar
expedita la vía judicial para resolver el contrato.
Se quejan de la consideración de la sentenciante
acerca
del
carácter
resolutoria.
recepticio
Entienden
que,
de
de
ser
la
así,
notificación
la
decisión
resolutoria queda atada a la voluntad de la deudora de
recibir la notificación, omitiendo tener en cuenta que
aquélla no estaba dispuesta a darse por notificada pese
al aviso dejado por el correo, ya que su intención era
continuar en mora y purgarla a comodidad.
Cuestionan que la sentencia le haya acordado a la
actora el derecho a redimir su mora, permitiéndole no
acatar la voluntad resolutoria de la acreedora, con la
promoción
debida
de
forma
la
y
demanda
soslayando
sin
el
depósito
las
circunstancias
por
consignación
de
en
la
demanda resolutoria.
Destacan
que
el
pago
funciona
cuando el tradens encuentra obstáculos que le impiden o
imposibilitan
la
realización
de
un
pago
normal,
recalcando que no es lo mismo un mero ofrecimiento que
el pago propiamente dicho y que además éste debe ser
20
judicial, de carácter excepcional y de interpretación
restrictiva. Indican que el inciso 1 del artículo 757
(del
Código
consignación
Civil)
procede
establece
cuando
que
el
el
acreedor
pago
no
por
quiere
recibirlo, negando que sea tal el caso de autos.
Recuerdan que la sentenciante expuso que subsistía
el derecho de la actora de redimir su estado de mora en
tanto no había operado la resolución del contrato y que
en
ello
selló
Arguyen
que
la
si
suerte
bien
adversa
era
de
necesaria
la
la
reconvención.
sentencia
que
declarara resuelto el contrato, la voluntad de resolver
había sido manifestada mediante cartas que la deudora no
quiso
recibir,
admitido
el
no
pago
pudiendo
por
el
fallo
consignación,
expresar
desaparecía
que,
el
incumplimiento, cuando a todas luces resulta -continúaque el acreedor, por vía postal y telefónica e incluso
judicial, solicitó la resolución del contrato con la
indemnización de los daños y perjuicios.
Expresan que mora creditoris y pago por consignación
están íntimamente vinculados y que, en el deudor, el
retardo
se
presume
culpable,
a
diferencia
de
lo
que
ocurre con el acreedor. En tal sentido sostienen que no
hay en autos elemento alguno que hubiese sido tomado en
cuenta
por
la
a
quo
para
revertir
la
línea
general
impuesta al deudor en mora, toda vez que no pagó en
21
término, no acreditó que el incumplimiento obedeciera a
un obstáculo, no hubo ofertas previas a la demanda y,
sin embargo, la jueza juzgó purgada la mora por efecto
de
una
cuando
consignación
ya
había
inválida,
fenecido
el
inoportuna,
plazo
intentada
contractual
y
el
acreedor le había manifestado su voluntad de resolver,
según
se
desprendería
de
la
absolución
de
posiciones de la actora, al admitir ésta que Riarte le
dijo telefónicamente que ya se le había vencido el plazo
y que le quitaría la casa.
Agregan
que,
en
atención
a
que
el
pago
por
consignación surte efectos desde el día del depósito, ya
desde los primeros días de febrero de 2007 la actora
sabía, por aplicación de lo estipulado en el boleto y a
la luz del artículo 1.204 (del Código Civil), que la
falta de pago de dos mensualidades vencidas daría lugar
a la resolución del contrato, recalcando que de allí
venía la advertencia de Riarte a la actora en el sentido
de que le quitaría la casa.
Concluyen que la resolución contractual, a la luz de
los artículos 1.204 y 1.197 del Código Civil, no fue
razonablemente aplicada por la jueza de grado y señalan
que, al juzgar procedente el pago por consignación, la
magistrada soslayó el requisito esencial de la falta de
colaboración del acreedor y no consideró la mora de la
22
deudora y la procedencia de la resolución contractual
operada
por
el
incumplimiento
de
dos
cuotas
consecutivas, a tenor de lo establecido en el propio
boleto y en la normativa aplicable al caso. Mencionan
que la a quo en ningún momento consideró abusiva la
pretensión resolutoria, toda vez que se trataba de una
obligación a plazo con mora automática.
Postulan, en consecuencia, la revocación del fallo,
con costas.
3. Sobre la procedencia de la apelación.
Liminarmente
expresión
de
sacramentales,
corresponde
agravios
tampoco
no
recordar
está
importa
que
si
sujeta
una
simple
bien
a
la
formas
fórmula,
puesto que tal recurso no constituye solamente un medio
de someter el proceso al parecer de otro tribunal sino
que, para dar por cumplida la carga procesal contenida
en el artículo 365 del Código Procesal, es menester que
quien recurre presente una crítica razonada que intente
seriamente refutar los puntos de la sentencia en los
cuales
el
a
quo
basó
su
pronunciamiento,
indicando
concretamente, con claridad y precisión, los argumentos
que
considera
fundamentos
erróneos
esenciales
o
que
injustos,
rebatiendo
sirven
sustento
de
los
a
la
decisión atacada (cfr. ALVARADO VELLOSO, Adolfo, Estudio
Jurisprudencial del Código Procesal Civil y Comercial de
23
la Provincia de Santa Fe, Rubinzal Culzoni, 1987, T.III,
p.1218/1220; BARACAT, Edgar, en Código Procesal Civil y
Comercial
de
la
Provincia
de
Santa
Fe.
Análisis
doctrinario y jurisprudencial, dir. Jorge W. Peyrano,
coord.
Roberto
Vázquez
Ferreyra,
Juris,
1997,
T.2,
p.145/155 y sus citas).
Del
mero
cotejo
del
memorial
recursivo
de
la
demandada, ya reseñado, con los fundamentos del fallo
anterior,
se
desprende
la
carencia
de
suficiencia
técnica de aquél a fin de dar cumplimiento a la carga
procesal derivada del citado artículo 365, al no mediar
un
enjuiciamiento
crítico,
concreto
y
fundado
del
pensamiento judicial de la instancia de grado que ponga
en crisis los argumentos allí desarrollados.
En efecto, las críticas de los apelantes, en virtud
de las cuales le adjudican a la sentencia de grado una
serie de omisiones y errores de apreciación probatoria,
constituyen, en rigor, una mera discrepancia de aquéllos
con
la
ponderación
de
las
probanzas
de
autos
efectuada por la sentenciante, insuficiente para refutar
eficazmente el pensamiento judicial anterior pues omiten
hacerse cargo de las consideraciones basilares en las
que la jueza sustentó los distintos aspectos del fallo
recurrido.
En síntesis y sin perjuicio del inveterado criterio
24
que postula que los jueces no están obligados a ponderar
todas y cada una de las pruebas producidas sino sólo
aquéllas que se estimen conducentes para la resolución
del pleito (C.S.J.N., Fallos: 272:225, 278:271, 274:113,
280:320, entre otros), se advierte que la argumentación
de
los
recurrentes,
propia
valoración
por
de
la
las
cual
intentan
probanzas
de
imponer
la
su
causa,
orientando todos sus esfuerzos a sostener que el pago
por consignación resultó ineficaz y tardío por haber
operado previamente la resolución del contrato, no logra
persuadir que el criterio de la magistrada anterior haya
sido equivocado.
Sin
perjuicio
eventuales
de
ello
cuestionamientos
y
a
fin
sobre
de
el
no
generar
derecho
de
postulación, se efectuará un pormenorizado tratamiento
de los temas propuestos por los apelantes.
3.1.
Del boleto de compraventa obrante en copia
certificada a fojas 5/6, reconocido por ambas partes,
resulta que Silvia Esmeralda Castillo, en representación
de Ernesto Rubén Riarte y Norma Blanca Castillo, vendió
a María Alejandra de Giule un lote de terreno situado en
Villa Gobernador Gálvez, pactándose el precio en la suma
de U$S 6.060, entregándose la suma de $ 100 en ese acto
y
el
resto
a
pagarse
en
cincuenta
y
nueve
cuotas
mensuales y consecutivas de U$S 100 cada una, venciendo
25
la primera de ellas el 30 de agosto de 2004.
Es decir, las obligaciones a cargo de la compradora
relativas al pago del saldo del precio tenían un plazo
cierto
y
determinado,
con
vencimientos
parciales
y
sucesivos, operando la mora, por ello, automáticamente
(art.509, Cód. Civ.).
Sin embargo, no parece que se tratara de un plazo
esencial, pues ello no fue pactado de modo expreso ni
surge
tácitamente
prestación.
Tanto
de
es
la
así
naturaleza
que,
hasta
misma
la
de
cuota
la
número
veintiocho vencida en noviembre de 2006, la vendedora
fue
aceptando
sin
reservas
los
pagos
efectuados
con
cierto retraso por la compradora, conforme surge de los
recibos
acompañados
coincidentes
con
la
por
la
actora
documentación
a
fojas
agregada
7/15
por
los
demandados a fojas 6/8 de los autos “Riarte, Ernesto y
otra c. De Giule, M. Alejandra s. Resolución de contrato
–Daños y perjuicios (Expte. N° 525/2007 según numeración
del
juzgado
de
origen),
acumulados
por
cuerda
a
los
presentes, sin que existan otras pruebas que desvirtúen
tal conclusión.
En consecuencia, respecto de las cuotas restantes y
mientras no hubiese operado la resolución del contrato,
no podría negarse la posibilidad de que el deudor en
mora impusiera su cumplimiento tardío mediante un pago
26
íntegro comprensivo de las prestaciones originarias más
el
resarcimiento
del
daño
moratorio
derivado
del
retraso, purgando así su estado de mora y evitando la
resolución del contrato, de acuerdo con la opinión de la
doctrina y de la jurisprudencia mayoritarias que, en
línea
con
el
principio
de
subsistencia
del
negocio,
señalan que la posibilidad de purgar la mora tiene su
fundamento en que la obligación subsiste mientras no se
produzca efectivamente la resolución (v. LAVALLE COBO,
Jorge
E.,
en
Comentado,
Código
anotado
Civil
y
y
leyes
concordado,
complementarias.
dir.
Augusto
C.
Belluscio, coord. Eduardo A. Zannoni, Astrea, 1994, T.5,
p.1007/1008;
LLAMBÍAS,
Jorge
J.,
Tratado
de
Derecho
Civil. Obligaciones, Perrot, 1967, T.I, n° 133, p.149;
BORDA,
Guillermo
A.,
Tratado
de
Derecho
Civil.
Obligaciones, 8va. ed., Perrot, 1998, T.I, n° 76-c, p.75
y n° 767, p. 473; WAYAR, Ernesto C., Tratado de la mora,
LexisNexis,
Luis,
Mora
2007,
n°
del
99,
acreedor
p.719;
y
MOISSET
pago
por
DE
ESPANÉS,
consignación,
Jurisprudencia Argentina 1977-II-707; RAMELLA, Anteo E.,
La resolución por incumplimiento, Astrea, 1975, n° 77,
p.210/211; FARINA, Juan M., Rescisión y resolución de
contratos,
Orbir,
08.08.1976,
El
La
Ley 138-847;
1965,
Derecho
CNCiv,
p.205;
68-166;
Sala D,
CCivCap,
Sala
D,
Sala
A,
23.09.1969,
13.10.1978,
La
Ley
27
1979-C-609,
35.250-S;
Jurisprudencia
CNCiv,
Argentina
Sala
A,
16-1972-32;
07.07.1981,
El
Derecho
24.10.1979,
La
Ley
06.07.1972,
CNCiv,
Sala
C,
95-216;
CNCiv,
Sala
E,
1980-A-624;
CNCiv,
Sala
F,
12.08.1980, La Ley, 1981-A-513; entre muchos otros).
A
tal
efectivo
fin,
e
debe
íntegro
mediar
de
un
ofrecimiento
cumplir
la
real,
prestación
debida y, si el acreedor le rechaza el pago, el deudor
está habilitado para promover la pertinente consignación
judicial (art.757, inc. 1, Cód. Civ.). Por lo demás, se
coincide en que la enumeración brindada por el artículo
757 sobre los supuestos en los que procede el pago por
consignación es meramente enunciativa y no limitativa,
considerándose
autorizado
dicho
instituto
cuando
el
deudor inocente se viese impedido de realizar en forma
válida y segura el pago directo por motivos atribuibles
a
la
conducta
del
acreedor
o
por
cualquier
otra
dificultad que obstaculice la ejecución directa en favor
del sujeto activo de la obligación (AMEAL Oscar J., en
Código Civil y leyes complementarias. Comentado, anotado
y concordado, dir. Augusto C. Belluscio, coord. Eduardo
A. Zannoni, Astrea, 1994, T.3, p.540; LLAMBÍAS, Jorge
J.,
Tratado
de
Derecho
Civil.
Obligaciones,
Perrot,
1970, T.II, n° 1558, p.885/886; ALTERINI, Atilio A.,
AMEAL, Oscar J. y LÓPEZ CABANA, Roberto M., Derecho de
28
Obligaciones Civiles y Comerciales, 4ta. ed., Abeledo
Perrot, 2008, p.439/442; BORDA, Guillermo A., Tratado de
Derecho
Civil.
Obligaciones,
8va.
ed.,
Perrot,
1998,
T.I, n° 762, p.471; CNCiv, Sala A, 26.04.1960, La Ley
99-587; CNCiv, Sala C, 21.11.1985, La Ley 1986-B-413).
En autos la actora afirmó que durante el mes de
enero de 2007 no pudo hallar a la apoderada de los
vendedores en su domicilio y que, en consecuencia, le
remitió una carta documento ofreciéndole el pago de las
cuotas adeudadas la cual, en razón de no haber sido
recibida por su destinataria, motivó la necesidad del
pago judicial. Si bien no fue acompañada en original la
pieza
postal
obrante
en
copia
simple
a
foja
3,
la
versión de la actora no resulta contradictoria con lo
expuesto
por
ella
al
absolver
posiciones
-en
cuanto
narró que Riarte la había llamado desde el teléfono de
Silvia
Castillo
pagaríaabsolvente
toda
en
preguntándole
vez
que,
a
la
audiencia
si
tenor
le
pagaría
del
o
relato
respectiva,
el
no
le
de
la
llamado
telefónico habría ocurrido con posterioridad al invocado
ofrecimiento epistolar de pago (v. fs.78).
En cualquier caso, se ha señalado que la prueba de
la negativa a recibir el pago no tiene interés en el
juicio
de
consignación,
más
que
al
sólo
efecto
de
establecer la carga de las costas, ya que si intentada
29
la consignación el acreedor dice que él no se ha negado
a recibir el pago, ello implicará que también en ese
momento aceptará el pago ofrecido, resultando absurdo un
rechazo de la consignación puesto que el deudor desea
pagar y el acreedor desea recibir, procediendo aceptar
la consignación e imponer las costas al actor. Y, en
caso de que el acreedor tenga un interés en rechazar el
pago, como por ejemplo si sostiene que ha operado la
resolución del contrato y en ello sustenta su oposición
a
la
consignación
-como
en
autos-
entonces
está
implícita su negativa a recibir el pago, por lo que la
prueba
de
ésta
se
hace
innecesaria
(cfr.
BORDA,
Guillermo A., Tratado de Derecho Civil. Obligaciones,
8va. ed., Perrot, 1998, T.I, n° 750/751, p.467/468).
3.2.
bien
Sentado lo anterior, cabe acotar aquí que si
para
purgar
comprensivo
de
la
las
mora
se
exige
prestaciones
un
pago
originarias
íntegro
más
el
resarcimiento del daño moratorio derivado del retraso,
nada obsta a que el acreedor reciba un pago defectuoso
en cuanto al monto si no ha formulado reserva alguna en
tal sentido.
En
ese
orden
cuestionamientos
de
corresponde
los
señalar
recurrentes
que
relativos
los
a
la
integridad del pago intentado en autos por la vía de la
consignación judicial, aduciendo que la actora habría
30
omitido
adicionar
los
respectivos
intereses,
aparecen
como el fruto de una reflexión tardía toda vez que se
trata de un capítulo o argumento introducido ex novo, no
propuesto
en
la
instancia
de
grado
al
contestar
la
demanda de consignación (v. fs.52/53) ni en el alegato
(v.
fs.107/108),
demandados
de
la
se
oportunidades
limitaron
pretensión
a
en
las
cuales
los
cuestionar la procedencia
consignatoria
por
considerarla
extemporánea, aunque no insuficiente.
Es oportuno recordar que la oposición de todas las
defensas de las que pretenda valerse, explicitando con
claridad los hechos en que se apoyan, constituye una
verdadera carga para la parte demandada (art.142, inc.
4, C.P.C.C.). Su notable importancia radica en que lo
que escape a dicha carga no habrá de ser materia de
contradictorio ni de prueba o de la sentencia (art.243,
C.P.C.C.).
no
Y
pueden
no
luego que en la segunda instancia
proponerse
conocimiento
Cámara
desde
del
es
capítulos
juez
órgano
de
no
propuestos
al
precedente, toda vez que la
creación
sino
de
revisión
del pensamiento judicial anterior (art.246, C.P.C.C.).
Aceptar
un
criterio
distinto
importaría
la
afectación al principio de congruencia (arg. arts.243 y
246, C.P.C.C.).
En
consecuencia,
los
planteos
relativos
a
la
31
integridad
sustento
del
del
pago
por
recurso
consignación,
de
nulidad
y
vertidos
también
a
en
lo
largo del memorial apelatorio, no configuran un agravio
jurídicamente atendible.
que
3.3.
Ahora bien, como ya se adelantó, la facultad
tiene
el
deudor
de
redimir
su
mora
se
extingue
cuando el acreedor ha fundado su derecho en esa mora
para resolver el contrato.
En
el
sub
examine,
las
partes
estipularon
expresamente el pacto comisorio (arts.1.203, Cód. Civ.),
previendo que en caso de que la compradora incumpliese y
el
período
desde
el
podría
de
mora
último
alcanzase
pago
resolver
el
los
realizado,
contrato
dos
la
meses
parte
teniendo
corridos
vendedora
derecho
a
la
restitución del inmueble y a retener lo abonado hasta
ese momento en concepto de indemnización.
No está en discusión que, al iniciarse las presentes
actuaciones, el 16 de febrero de 2007, se encontraban
impagas las cuotas vencidas en diciembre de 2006 y enero
de 2007.
Pero cabe aclarar que, aun cuando la resolución por
pacto
comisorio
requerimiento
expreso
previo
automáticamente
y
de
sólo
se
produce
sin
cumplimiento,
surte
efectos
necesidad
ella
desde
no
de
opera
que
la
parte interesada comunique a la incumplidora, en forma
32
fehaciente,
su
voluntad
de
resolver
(arg.
art.1.204,
párr. 3°, Cód. Civ.).
En tal sentido se ha señalado que aunque se pacte
que el incumplimiento de las obligaciones produce la
resolución del contrato de pleno derecho, ésta no se
producirá hasta que el acreedor haya hecho conocer su
voluntad
de
resolverlo,
pues
de
lo
contrario
no
se
trataría de un pacto comisorio, sino de una condición
resolutoria
en
la
cual
el
interesado
carecería
de
derecho de opción (cfr. LAVALLE COBO, ob. cit., p.996;
WAYAR, ob. cit., p.721; BORDA, Guillermo A., Tratado de
Derecho Civil. Contratos, 7ma. ed., Perrot, 1997, T.I,
n° 307, p.201; ALTERINI, Atilio A., Contratos. Civiles.
Comerciales.
Abeledo
De
consumo.
Perrot,
2009,
Teoría
p.457/458;
general,
2da.
CNPaz,
ed.,
Sala
II,
07.04.1972, La Ley 147-125; CNCiv, Sala A, 07.06.1979,
La
Ley
1979-D-159;
CNCiv,
Sala B,
18.08.1976,
La
Ley 1976-D-518; CNCiv, Sala C, 09.06.1981, El Derecho
99-779,
sum. 133;
S.C.B.A.,
18.08.1981,
El Derecho
99-779, sum. 132).
Asimismo, se ha enfatizado que la manifestación de
voluntad
del
eficacia
depende
destinatario
acreedor
de
de
modo
es
la
recepticia,
efectiva
que
llegue
o
sea
que
su
por
el
esfera
de
recepción
a
su
conocimiento, considerándose irrelevantes a tal respecto
33
los
hechos
manifieste
materiales
a
terceros,
del
ya
deudor
que
la
o
lo
ley
que
exige
éste
que
la
notificación sea “fehaciente”, es decir, que se baste a
sí misma como prueba, quedando en principio excluida la
forma
verbal
(cfr.
LAVALLE
COBO,
ob.
cit.,
p.996;
RAMELLA, ob. cit., p. 188/189; WAYAR, ob. cit., p.717;
FARINA, ob. cit., p. 203/204; CNCiv, Sala A, 15.10.2010,
La
Ley
2011-A-224),
argumentación
sobre
la
por
ensayada
base
de
lo
por
los
que
los
dichos
se
descarta
recurrentes
de
la
la
que,
actora
al
absolver posiciones, pretenden tener a la compradora por
notificada telefónicamente de la voluntad resolutoria.
A todo evento cabe agregar que la manifestación de
voluntad resolutoria debe tener un contenido claro a fin
de que pueda conocerse sin duda alguna que se refiere a
la intención de resolver el contrato. Los dichos de la
actora no tienen el sentido que los apelantes pretenden
otorgarles,
ya
que
de
lo
expuesto
por
aquélla
al
absolver posiciones -en cuanto a que al día siguiente de
remitir la carta documento ofreciendo el pago de las
cuotas adeudadas, Riarte la habría llamado por teléfono
y le habría dicho: “ya se te pasó el término y te voy a
quitar
la
casa”
una
confesión
que
la
de
demandada
(fs.78)- en modo alguno se desprende
la
le
absolvente
hubiese
en
el
comunicado
sentido
una
de
decisión
34
efectivamente tomada de resolver el contrato reflejando
una
clara
intención
en
tal
sentido,
sino
que
lo
conversado entre las partes aparecería más bien como un
mero aviso o advertencia sobre el curso de acciones a
seguir.
Tampoco
son
recurrentes
la
en
atendibles
el
comunicación
sentido
las
de
epistolar
objeciones
que
la
quedó
de
los
recepción
sometida
de
a
la
discrecionalidad de la deudora, ya que bien pudieron
utilizar una forma que no les creara problemas, como una
notificación hecha por escribano (v. BORDA, Guillermo
A.,
Tratado
Perrot,
1997,
de
Derecho
T.I,
n°
Civil.
307-2,
Contratos,
p.202),
o
7ma.
bien
ed.,
con
la
notificación de la demanda en el supuesto de instar la
resolución por vía judicial (cfr. RAMELLA, ob. cit.,
p.201).
3.4.
Desde
tales
coordenadas,
no
resultan
desvirtuadas las consideraciones de la jueza anterior
que, con arreglo a la máxima prior in tempore, potior in
iure y con sustento en el principio de la subsistencia
del negocio, descartó que en el caso pudiera operar la
resolución
contractual
intentada
por
la
vendedora
en
razón de la anticipación de la compradora a pagar por
consignación.
Ello
es
así
porque,
si
bien
la
interpelación
35
epistolar que la actora afirmó haber remitido el 2 de
febrero de 2007 para que la demandada le recibiera los
pagos de las cuotas vencidas (en copia a fs.3) nunca
habría
llegado
a
destino
según
dijo
la
propia
actora, la ulterior demanda de pago por consignación fue
interpuesta el 16 de febrero de 2007 (fs.16), dándosele
curso el 9 de marzo de 2007 (fs.21) cuando la actora
acreditó el depósito de lo consignado, notificándose a
la demandada el 9 de abril de 2007 (según carta con
acuse de recibo de fojas 25/26, dirigida al domicilio
real denunciado en el boleto por la apoderada de los
vendedores).
Por otro lado, la misiva emitida por la vendedora
manifestando su voluntad resolutoria, fechada el 22 de
febrero de 2007 y obrante en copia a foja 12 de los
acumulados, fue devuelta a la remitente, mientras que,
hasta donde consta en estos autos y en la causa conexa,
la demanda de resolución contractual esgrimida en el
proceso
desistido
Recién
al
nunca
comparecer
fue
en
notificada
estos
autos,
a
De
en
Giule.
fechas
13 de abril de 2007 (fs.28) y 30 de mayo de 2007 (fs.33
con aclaración de fs.42), los demandados denunciaron la
conexidad existente con el proceso por ellos iniciado
por ante el Juzgado de Primera Instancia de Distrito en
lo Civil y Comercial N° 11 (autos “Riarte, Ernesto y
36
otra
c.
De Giule, M. Alejandra s. Resolución contrato
–Daños y perjuicios”, agregados por cuerda) tendiente a
la resolución del contrato, ordenándose su acumulación a
los presentes el 25 de junio de 2007 (fs.36), proceso
del que aquéllos desistieron para introducir la misma
pretensión por vía reconvencional en los presentes, en
fecha 12 de febrero de 2008 (fs.52/53).
Siendo ello así, no puede afirmarse que la voluntad
de resolución contractual manifestada por esas vías haya
llegado a la esfera de conocimiento de la compradora con
anterioridad a la interposición, admisión y notificación
de la demanda de pago por consignación, que tendió a
purgar la mora obstando a la resolución del contrato.
La sentencia recurrida resulta, por tanto, ajustada
a derecho.
Voto, pues, por la afirmativa.
Sobre
la
misma
cuestión,
el
señor
vocal
doctor
Silvestri, dijo: Que coincide con lo propuesto por la
señora vocal doctora Serra, y vota por la afirmativa.
Sobre
la
misma
cuestión,
el
señor
vocal
doctor
Ariza, dijo: Que se remite a lo expuesto en la primera
cuestión, absteniéndose de emitir opinión.
Sobre la tercera cuestión, la señora vocal doctora
Serra dijo:
Atento
el
resultado
obtenido
al
tratar
las
37
cuestiones anteriores, corresponde desestimar el recurso
de nulidad y rechazar el recurso de apelación.
Las costas de esta segunda instancia se impondrán a
la parte recurrente por su condición de vencida (art.
251, C.P.C.C.).
Los honorarios profesionales de alzada se fijan en
el cincuenta por ciento (50%) de los que en definitiva
resulten
regulados
en
primera
instancia
(art.19
ley
6.767).
Así voto.
Sobre
la
misma
cuestión,
el
señor
vocal
doctor
Silvestri dijo: Que coincide con la resolución propuesta
por la señora vocal preopinante, y vota en igual forma.
Concedida la palabra al señor vocal doctor Ariza, a
esta cuestión dijo: Que se remite a lo considerado en la
primera cuestión, y se abstiene de votar.
En
mérito
antecede,
la
a
los
Sala
fundamentos
Primera
del
acuerdo
que
la
Cámara
de
de
Apelación en lo Civil y Comercial de Rosario, RESUELVE:
1)
Desestimar
recurso
de
el
recurso
apelación.
2)
de
nulidad
Imponer
las
y
rechazar
costas
de
el
esta
segunda instancia a la parte recurrente. 3) Regular los
honorarios profesionales de alzada en el cincuenta por
ciento (50%) de los que en definitiva resulten regulados
en primera instancia. Insértese, hágase saber, bajen y
38
tómese
nota
marginal
en
el
protocolo
del
juzgado
de
origen. (Expte. Nro. 362/2010).
mm.
SERRA
SILVESTRI
ARIZA
-art.26 ley 10.160-
39
40
41
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