LA "SCALA NATURAE" DE ARISTOTELES. SISTEMATICA ACTUAL

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LA "SCALA NATURAE" DE ARISTOTELES.
SISTEMATICA ACTUAL y LA DISCONTINUIDAD NATURAL
OL~EN
ANTONIO
GHIRARDI
1
Las obras biológicas de Aristóteles ocupan una parte considerable de sus
-eseritos y contienen gérmenes valiosos, tanto en sus consecuencias exclusivamente
.entíficas como filosóficas. N o en vano Darwin, en una frase tantas veces citada.
ha podido decir que Linneo y Cuvier fueron sus dioses, pero no eran sino esco1ares comparados con el viejo Aristóteles.
El poder de síntesis es un don inapreciable para quien ha tenido la cons-lancia de ejercitarlo sobre el acopio de innúmeros datos recogidos. Aristóteles
tuvo ese poder de síntesis y lo utilizó lícitamente, porque también tuvo la cons'tancia de recoger en impresionantes páginas infinidad de observaciones . Véase.
por ejemplo, su "Historia de los animales" sirviendo de proemio a "De las partes
-de los animales" (Libro 1).
No obstante, tanto en el dominio de la ciencia como en el de la filosofía.
toda síntesis, como toda generalización, si bien es necesaria-por
no decir im-prescindible-implica
un notorio riesgo. Canaliza, a veces, y generalmente
uando tiene buena acogida, la energía humana en una dirección determinada
.Y pareciera que, antes de agotarse, debe mostrar todas sus posibilidades y apetencias.
Aristóteles logró una cultura biológica formidable, y, ésta, trazó en su
-espíritu un surco no menos formidable. Pero, el punto crucial de toda la gama
.de conocimientos e ideas forjadas en el estudio de los seres vivos, se aglutina,
según estimamos, en su "Scala Naturae".
Este ha sido un gran descubrimiento
en este dominio del saber, no sólo por su valor intrínseco, sino también porque
.con ello superaba el callejón sin salida del platonismo.
El joven estudiante académico advirtió de inmediato que los ejercicios,
-que permitían el desarrollo de comentarios humorísticos entre los mismos atemen es, llevaban en sí mismos toda la muestra de su impotencia. En efecto, el
.método de clasificación ideado por Platón, trataba de definir dividiendo dicowmicamente en miembros positivos y negativos. Era natural que el progreso
de la división debía detenerse en el par negativo de la división porque "no hay
-especies de lo que no existe". El par es, en verdad ilusorio.
Era menester lograr un nuevo fundamento para dividir, donde, por lo
meno , este inconveniente no se produjese. Ambos miembros debían ser posi"tivos. Surge, así, una división jerarquizada
de los seres vivos. Géneros y
-especies se delinean fácilmente con la adopción. de un criterio determinado.
-criterio que se apoya, con énfasis (aunque no es el único), en el modo de repro-
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SEGUNDO CONGRESO EXTRAORDINARIO
INTERAMERICANO
DE FILOSOFIA
ducción o generacton. Sin embargo, lo que nos interesa fundamentalmente acentuar en este escrito, no es tanto e! criterio de clasificación sino el propósito perseguido, la tentativa de lograr la clasificación natural. He aquí su norte.
Pero hay más todavía. Creemos que Aristóteles dio por descontada la
real existencia de una jerarquía natural de seres. Todos los inconvenientes que
encuentra al pergeñar su clasificación no los achaca sino a falta de información.
La tarea primaria de! biólogo será, en consecuencia, lograr la coincidencia de la
clasificación bosquejada con e! orden natural.
Maurice Manquat
("Aristote
Naturaliste")
hace resaltar un rasgo típico de la sistemática aristotélica que
muestra con nitidez su propósito, al decir que "el Estagirita clasificaba animale
vivientes, mientras que la sistemática actual clasifica cadáveres".
y dos nociones surgieron de esta sistemática aristotélica: las de género
y especie. Resaltan mucho más por no haber sido empañadas todavía con
otras subdivisiones como las de familia, orden o clase. De ahí a la universalización de las mismas no hay más que un paso y esta síntesis grandiosa rebalsa,
por ende, el campo biológico para proyectarse sobre la lógica y la metafísica.
La lógica debe a la biología las nociones de género y especie que se han
entronizado con éxito en el silogismo y en la definición. Es imposible con truir silogismos o definir si no tenemos presente la subalternación de los conceptos y las mencionadas nociones de género y especie.
II
Los acontecnruentos históricos que dieron nacimiento al idealismo cartesiano mordieron, especialmente, la física y la metafísica de Aristóteles.
La
obras biológicas permanecieron en la penumbra y fueron ignoradas por muchos.
La caída de Aristóteles de su pedestal y la posterior supervivencia del reali rno,
soslayaron prácticamente por completo los problemas biológicos. Así, Linneo •.
para no referirnos sino a un hito, es, en muchos sentidos, un continuador del
Estagirita.
La discordancia que pudiera notarse es fruto más bien de la especialización científica y del mayor acopio de datos conocidos.
E~ desarrollo ulterior de la Sistemática otorga a la "Scala Naturae" de
Aristóteles
solamente un valor metódico y didáctico. En esto ha influido el
idealismo de manera consciente o inconsciente en los especialistas. Y el secret
está en la ya citada frase de Manquat.
La falta de adaptación de la "Scala Naturae" a la realidad natural podía
ser achacada ayer a falta de información. Hoy resulta más difícil utilizar el mismo
pretexto, cuando-e-por haberse ampliado nuestra visión del mundo naturaladvertimos que en e! fondo de la clasificación aristotélica late un germen antropomórfico. Así, la noción de individualidad-nervio
de ella-la
encontramos en
forma más clara sólo en cierto plano jerárquico de la naturaleza animada. El
dinamismo ascendente y descendente de la escala viviente, nos muestra zona
confusas donde la noción de individualidad
e ya esfumando paulatinamente.
La
noción de especie, por lo demás, desata polémicas entre los raxonomistas, quiene ,
para llegar a un acuerdo, deben postular dogrnáticamente los criterios de cla iticación .
En consecuencia, actualmente, tenemos una total discrepancia de propósito
entre el taxonomista Aristóteles y el taxonomista actual: el primero ansiaba
lograr con su "Scala Naturae" un fiel reflejo de la realidad natural; los segundo
no tratan sino de poner orden en los conocimientos que tenemos de esa misma
realidad.
22 - 26 JULIO
1961 -
SAN JOSE - COSTA RICA
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Pero, en ambos casos, las clasificaciones suponen un punto común: late
en ellas un principio de discontinuidad. Por 10 que sabemos, toda la realidad
natural tiene sus sillares anclados en la noción de discontinuidad que parece ser
inherente a la naturaleza misma y que, por lógica consecuencia, es inherente
también a nuestras modalidades de pensamiento.
La coincidencia, entonces, entre la "Scala Naturae" y la realidad, debehallarse más bien, ya no entre el ser natural y el ser clasificado, o, entre la.
la jerarquía de seres naturales y la jerarquía sistematizada por el taxonomista,
sino entre diversos "tipos" que se van actualizando en el mundo natural y los
'tipos" que el saber biológico nos pone de manifiesto. El principio de discontinuidad surge, pues, en diversos planos del mundo natural.
Lo advertimos
fácilmente en una prímera lectura cuando nos enfrentamos con el ser natural
y lo volvemo a advertir cuando estudiamos cada ser natural en relación con
los demás; y, por último, lo presentimos nuevamente cuando lo analizamos, desde
un punto de vista dinámico o filogenético, comparando los seres naturales entre
sí a travé de la historia de sus antecesores.
Al estatismo de la viviente "Scala Naturae" de Aristóteles ha sucedido
el dinamismo de "tipos" que se actualizan. Pero, también aquí, repetimos, el
hallazgo tiene su raíz en la estructura discontinua de la realidad natural.
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