AYUDAR A HABLAR A VUESTRO HIJO ORIENTACIONES PARA LAS FAMILIAS Hay que tener en cuenta que el desarrollo del lenguaje no siempre es igual en todos los niños: cada uno tiene su ritmo. Pese a ello, sí podemos fomentar dicho desarrollo aportando a los niños el mayor número de experiencias comunicativas. Pautas que benefician la adquisición y desarrollo del lenguaje infantil: Poneos a su altura para hablar, mirándole a los ojos. Habladle de forma clara y despacio tan a menudo como sea posible. Emplead frases cortas con palabras cotidianas y con la adecuada entonación. Habladle correctamente sin imitar su mala pronunciación; utilizad esa palabra que se le resiste en distintas frases para que la escuche bien dicha. No os riáis nunca de los errores de dicción. No intentéis corregir los errores fonológicos, limitaos a que os oiga pronunciar correctamente y comprenda lo que queréis decir. Dadle tiempo a que responda con tranquilidad, transmitiéndole seguridad asintiendo con gestos. Enseñadle a respetar los turnos de palabra. Contadle un cuento todos los días y hacedle preguntas relacionadas con él. Debemos intentar que esté muy atento a los movimientos de la boca cuando le hablamos. Si ve la televisión, que sea acompañado; así podremos comentar los personajes… Aprovechad cualquier vocalización para valorar su esfuerzo con sonrisas, abrazos… Dejadle hacer; no le deis todo hecho. Intentad que lo pida. Cread situaciones de juego en las que tenga la necesidad de comunicarse. Por ejemplo: no tener todos los juguetes a su alcance para que los pida. Si los señala, nosotros le diremos, ¿qué quieres? Aprovechad sus juegos para preguntarle sobre ellos. Cuando se comunique por gestos, simularemos no entender para que utilice la expresión verbal, aunque su articulación no sea buena. Sería recomendable que el niño comiera de todo; alimentos sólidos como jamón serrano, frutos secos, carne…, para que fortalezca la mandíbula. Esto favorece la correcta pronunciación. Cuando el niño inicie una conversación, intentad prolongarla el mayor tiempo posible. No respondáis en lugar del niño. Formulad preguntas abiertas tales como ¿cuándo?, ¿por qué?... y no preguntas cerradas (si o no).