LA RELACIÓN ENTRE EL COLOR Y LA FORMA

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LA RELACIÓN ENTRE EL COLOR Y LA
FORMA
1. INTRODUCCIÓN
Se analiza el color dependiente de la forma, en estos cuatro apartados:
supeditado, equilibrado, exaltado e independiente. El color en las grandes religiones y
culturas ha estado supeditado casi totalmente a la forma, era más bien un
complemento que iluminaba o coloreaba con gamas planas, que en ocasiones eran
simbólicas (India, Egipto, China, Románico...). En otros movimientos fue estudiado y
propulsado con igual interés que las formas, preocupándose los artistas de adecuar
ambos conceptos, especialmente en culturas y pensamientos humanistas o inspirados
en la realidad. Los descubrimientos acerca de la composición del color en el siglo XIX,
llevaron a darle más importancia que a la forma, para ser totalmente independiente en
el arte no figurativo.
2. COLOR Y FORMAS IDEALIZADAS
En general, y de una manera sencilla, se denominan formas idealizadas,
aquellas que obedecen a cánones y normas en su representación, acordes con la
religión o pensamiento. Estas conllevan colores puros que están también impregnados
ideológicamente, dándose en civilizaciones donde el color era puramente ilustrativo,
sin tener en cuenta los valores plásticos propios del mismo.
Los egipcios, por ejemplo, utilizaron una gama muy reducida de colores: ocre,
rojizo, negro, azul y verde. Las figuras femeninas se pintaban con ocre claro, las
masculinas con rojo oscuro y los dioses en azul oscuro, todos ellos dentro de perfiles
negros claramente marcados. La mayor parte de sus colores eran simbólicos,
aplicados en zonas planas y sin mezclar, salvo excepciones. Para ellos la forma era
esencial y el color complementario y con valor ilustrativo.
En las pinturas y mosaicos bizantinos, los cielos dorados y los tonos puros de las
imágenes eran colores idealizados que contribuían a resaltar la espiritualidad de temas
y personajes. Podemos añadir ejemplos del arte Románico y del Arte Islámico, donde
los colores también se aplican en capas planas y están sujetos a formas idealizadas,
en un caso didácticas y en otro decorativas.
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3. COLOR Y FORMAS PLANAS
Las formas plásticas que no intentan reflejar el volumen o relieve mediante
sombreados se denominan planas. A ello contribuye la aplicación uniforme del color en
las zonas delimitadas por el contorno exterior. Es decir, al pintar no se pretende
sugerir efectos de volumen, sino destacar el aspecto plano de esas formas.
La aplicación de los colores en estos casos puede ser de dos tendencias: puros
o mezclados. Los primeros han sido plasmados en tonos fuertes y gamas reducidas,
azules, rojos, ocres, blancos y negros son los más usados con variaciones de unas
obras a otras. Citemos y recordemos algunos ejemplos de distintas épocas que hacen
más comprensible esta cualidad: la pintura románica, la china, la bizantina, la
japonesa, la no–figurativa... También pueden presentarse en gamas de colores muy
mezclados, siempre que su aplicación sea uniforme y sin intencionalidad volumétrica,
como es el caso de la pintura clásica japonesa.
4. EL COLOR Y EL ISLAM
Alhazen, escribió el tratado sobre óptica de toda la Edad Media, desarrollando
el estudio de los fenómenos cromáticos subjetivos, no desestimando el énfasis que
ponían en el tono Aristóteles y Ptolomeo, quienes le proporcionaron el punto de
partida. Alhazen experimentó mezclas de colores sobre un disco giratorio, observando
que el color "más fuerte" vencía al "más débil", pero debió haber entendido la fuerza y
la debilidad en términos de valor cromático, siendo los colores claros los más fuertes.
En un apartado sobre los efectos del contraste cromático, solamente examinó tales
contrastes dentro de un contexto tonal: los puntos rojos parecían negros sobre un
fondo blanco, pero blancos sobre otro negro; el fondo debía ser gris para mostrar el
color verdadero, el verde sobre fondo amarillo parecía oscurecerse en mayor grado (ni
más verde ni más amarillo) que sobre otro más oscuro. Su reflexión sobre la belleza
era tan explícita como la anterior: la luna y las estrellas, las flores y la ropa de colores
eran todas descritas como bellas, había tanta belleza en la similitud como en el
contraste, y la armonía y la proporción eran las fuentes principales para lograrla, Pero
Alhazen (que murió alrededor de 1038) no aportó progreso alguno en el entendimiento
de la interacción de los colores
5. COLOR Y FORMAS RENACENTISTAS
Las formas en el Renacimiento italiano buscaron un ideal estético, conjugando
la antigüedad clásica y el naturalismo. En consecuencia, se estudian y analizan
medidas y proporciones que aplicadas a la figura humana potencien su belleza. El
color es más destacado que en otros periodos anteriores, pero sigue supeditado a la
estructura formal,
Esta manera de aplicar el color corresponde más a una "iluminación" de las
formas que a la pintura de las mismas. Se corresponde con mentalidades más
dibujísticas que pictóricas, aspectos que se destacan claramente separados en artistas
del Renacimiento italiano, especialmente en la denominada escuela florentina, en
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contraposición a la importancia que iba adquiriendo el color en la escuela veneciana,
patrocinada por los Bellini, Giorgione, Tintoretto, Veronés, Tiziano... En los florentinos
recordemos a Miguel Ángel y Botticelli, más atentos a las formas que al color, a pesar
de los recientes estudios sobre el primero; Rafael más colorista que los dos anteriores;
Chirlandaio de gamas muy agradables en sus frescos.
En esta época se produjeron grandes discusiones entre la supremacía del
dibujo (disegno) y el color, en las obras plásticas.
6. COLOR Y VOLUMEN
Por lo expuesto brevemente en los comentarios anteriores, y reflexionando
sobre los siglos en que se desarrollaron esas formas y colores, podemos comprender
y admirar el genio del italiano Caravaggio (siglos XVI–XVII), que supuso la
introducción del claroscuro en la pintura y su influencia en destacar el volumen y las
texturas, sobre soportes planos.
El claroscuro supone la exasperación de las luces y las sombras, el contraste
fuerte entre zonas iluminadas y las oscuras, Masaccio (siglo XV) ya las inició en los
rostros y ropajes de sus frescos en Santa María del Carmen, en Florencia. Pero en
éste eran reflejo de las naturales y, por lo tanto más suaves; en aquél son duras y
ásperas, conseguidas por efectos artificiales o contrastes reales jugando
premeditadamente con la luz como elemento esencial en su obra,
La técnica del óleo colaboró en estos logros, al permitir esas zonas de matices
tan oscuros, difíciles de conseguir en el fresco, temple, ceras, etc. La influencia de
este artista y el claroscuro fue enorme, especialmente en mentalidades y
pensamientos realistas: Ribera, Ribalta, Zurbarán y Velázquez, españoles; Rembrandt,
Vermeer de Delf, Hals, flamencos; los hermanos Le Nain y George de la Tour,
franceses. Todos ellos fueron influidos por el arte del gran Caravaggio.
7. EL COLOR Y LAS FORMAS REALISTAS
El Realismo, movimiento francés del siglo XIX, revalorizó todas las formas y
colores realistas de épocas anteriores. Recordemos la pintura española y flamenca del
siglo XVII, la inglesa del XVIII. En todas ellas el color se adecua a la realidad, aunque
en ocasiones no del todo. Los franceses reflejaron esa realidad en colores inspirados
directamente del natural, con matices y tonos que observaban, sin pretender
combinaciones prefijadas, La naturaleza está recogida en gamas terrosas si el tema
así lo incluía con todo tipo de detalles, desde las briznas hasta la roca más sencilla,
como en "Las espigadoras" pintado por Millet, artista especializado en temas de
campesinos. Courbet fue el más apasionado del realismo, tanto en formas como en
colores, plasmados en todo tipo de temas y contenidos, algunos de marcado carácter
social, Corot con sus maravillosos paisajes y retratos. Los tres compusieron el grupo
más importante de artistas realista franceses, junto con los paisajistas de la Escuela
de Barbizón.
En términos generales, el color posee la misma importancia que la forma,
concibiéndose los dos al unísono. No se trata de efectos luminosos como en el
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claroscuro, sino de reflejar la realidad tal como es. Actualmente se suceden
movimientos que recogen "casi fotográficamente" la realidad, son los nuevos realistas.
8. COLOR IMPRESIONISTA
Los descubrimientos del físico francés Chevrel acerca del color en 1939, unidos
al interés por el naturalismo, llevaron al nacimiento del Impresionismo a finales del
siglo XIX. Es el primer caso histórico donde el color cobra más importancia que la
forma, aplicando la pintura con más primacía que el dibujo. Sus principales
representantes plásticos fueron Manet, Sisley, Pisarro, Monet y Renoir. Monet es
considerado como el más ortodoxo del grupo citado, y a una obra suya se debe el
término de "impresión".
Se diferencia este color del realista por la distribución "científica" de los tonos.
Recogen la realidad, adecuándola a los recientes descubrimientos que dividen la luz
en colores, y al pintar analizan las interferencias y leyes existentes entre ellos,
Excluyen de la paleta los colores terrosos y grisáceos.
Así, el naranja impregna las luces; los azules destacan las sombras sobre
zonas blancas; los violetas se encuentran en las zonas sombreadas verdosas de la
hierba. El blanco se verá matizado con muchos colores; los contornos de las formas
casi desaparecerán, confundiéndose con los colores ambientales del fondo. No todo
fue en el impresionismo copiar la naturaleza, sino por el contrario interpretarla con
arreglo a estudios muy científicos sobre las interacciones de los colores.
9. COLOR Y FORMAS POST-IMPRESIONISTAS
El avance conseguido por los impresionistas desembocó en la pérdida casi
total de la forma, por eso algunos de ellos dudaron de sus conquistas pictóricas y
volvieron a contornos lineales, como el caso de Renoir, o a influencias de artistas
posteriores que dieron más importancia al contorno/forma, como le ocurrió a Pisarro.
Los post–impresionistas se aprovecharon de las conquistas de sus predecesores,
aplicándolas a formas más estructuradas y definidas, devolviéndoles el interés
parcialmente perdido,
Cada artista adaptó a su temperamento los nuevos conceptos cromáticos, en
formas y colores muy variados, dotando al color de más importancia plástica. Los más
destacados por su obra y las influencias que ejercieron en futuros movimientos y
artistas fueron: Cezanne, Gauguin, Van Gogh y Seurat.
La tónica general de todos ellos fue la de potenciar el color, pero relacionado
con las formas. Ambas conceptos, forma y color, están inspirados en los reales, pero
interpretados personalmente. No se limitaron a observar los efectos cromáticos (luces,
destellos, ambientes, cambios...), como hicieron los impresionistas, sino que los
colores son "abstractos", son más subjetivos, buscando fórmulas cromáticas que
destacaran el papel expresivo del color, el de las emociones, el de la configuración de
las formas. Son grandes genios y "rompedores" por excelencia.
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10. EL COLOR INDEPENDIENTE DE LA FORMA
Los movimientos pictóricos se suceden con rapidez en el siglo actual, con
grandes repercusiones en la importancia del color. El Fovismo potenció los colores sin
referencia de los naturales, aunque encerrados en formas objetivas (árboles, casas,
ríos, animales...). En este movimiento la aplicación del color, en su estado más puro y
agresivo, pretende destacar la expresividad máxima del color por si mismo, aunque
aplicado sobre formas naturalistas.
El Cubismo supuso un cambio total en las formas, que, inspiradas en las
existentes, se descomponen en planos geométricos, en multipercepciones. El color se
independiza casi totalmente del objetivo Gran conjunción entre el rompimiento de
formas y colores, paso fundamental en el arte contemporáneo. Picasso, Braque, Juan
Gris, Delaunay, Matisse, Chagall, etc.
Si en los comienzos de este movimiento los colores son casi monocromos
(verdes, ocres, grises...), destacando las originales estructuras, más tarde el color
busca armonías y gamas propias. Ya no es color más o menos interpretado, sino que
persigue efectos plásticos en sí mismos, en tonos alejados de los reales.
11. COLOR NO FIGURATIVO
Prácticamente, color y forma han recorrido todas las posibilidades plásticas que
pueden presentarse, excepto la aplicación del color sin relación alguna con la forma,
es decir, como único elemento de una obra de arte pictórica. Este importante paso fue
dado por el arte No–figurativo a principios del siglo XX, entre cuyos artistas iniciadores
estuvieron Kandinsky, Mondrian, Malevich, etc.
Surgieron dos tendencias no–figurativas: constructivismo y tachismo. La
primera basada en formas geométricas elementales (cuadrados, rectángulos,
círculos). La segunda no tiene formas concretas; son pinceladas o brochazos
aplicados a modo de mancha, con colores más libres y espontáneos al no existir
ninguna referencia real o geométrica. Ambos movimientos se extendieron con rapidez,
y permanecen vigentes en estos años, con nuevas aportaciones (aquí el opositor
puede dar rienda suelta a sus conocimientos del arte más actual, desde los
expresionistas abstractos americanos: Kooning, Rotko, Pollok, Still, Tapies,
Guerrero...; hasta los más geometristas: Nolland, Vasarelly, Sempere, Palazuelo, etc.).
Por primera vez el color compone por si solo, basándose en sus propias
cualidades expresivas, en los efectos que produce según su distribución y gama. Los
colores son como notas musicales, con las que se compone una melodía sin letra, y se
puede decir que expresan por si mismo emociones y sentimientos, sin necesidad de
formas "naturalistas".
12. CONCLUSION
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En casi todas las épocas artísticas vemos una gran relación entre el color y la
forma, vemos como están intensamente unidos. Pero también comprobamos que en
algunos periodos se separan para cobrar importancia por sí solo el color.
Después de tantos años y tanta tradición de la unión de ambas resulta extraño
percibir la una sin la otra por nuestra cultura. Por ello es tan poco entendible el arte no
figurativo donde predomina el color. No obstante hay que concebir didácticamente
tanto la relación de figura-color en el aspecto de la plástica, como únicamente el color
por color o la forma por forma como modo de expresión.
13. BIBLIOGRAFIA
-
Francès, R. (1985). Psicología del Arte y de la Estética. MADRID: Akal.
Dominguez, E. (1993). Conducta estética y sistema cultural. MADRID:
Complutense.
Arnheim, R. (2008). Arte y Percepción Visual. MADRID: Alianza.
Sanz, J.C. (2003). El libro del Color. MADRID: Alianza.
Gerstner, k. (1988). Las formas del color. MADRID: Hermann Blume.
Gage, J. (1993). Color y Cultura. MADRID: Siruela.
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