Cuestiones de bolsillo,esa víscera tan sensible Pilar del “modelo de inclusión social que reinvindica el Gobierno, el consumo está en el centro del debate luego de la desaceleración de los últimos meses. El impacto de la inflación y las proyecciones. » P or D arí o El consumo ha sido la variable “vedette” del gobierno nacional durante la última década. Pilar del “modelo de inclusión social”, explicó dos tercios del crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI) en todos los años de la administración kirchnerista. Pero en el primer trimestre de 2013 se desaceleró y se espera que recién en el segundo semestre alcance niveles que le den al Ejecutivo esperanzas de cara a las elecciones legislativas del 27 de octubre. Paritarias atrasadas, congelamiento de precios, financiamiento, tasas de interés reales negativas, expectativas de devaluación, Asignación Universal por Hijo, actualización de las jubilaciones, límites a las importaciones y presión fiscal completan un abanico de posibilidades que barajan desde la Rosada en lo que será un año clave para el futuro de la política nacional. “Enfriar la economía es bajar el consumo y cuando uno habla de bajar el consumo habla de menos trabajo y menos salario para millones de argentinos que han vuelto a consumir”, sentenció la presidenta Cristina Fernández en abril de 2008. La jefa de Estado eligió esa manera para expresar su rechazo a la recomendación de quienes advertían que era necesario ralentizar el crecimiento de la economía con el fin de aliviar la presión inflacionaria. Una semana antes, el ex presidente Néstor Kirchner había cuestionado a “los economistas y dirigentes que piden enfriar la economía” porque en ese caso “los argentinos no consumen, no comen, y sin consumo, ellos pueden exportar todo y ganar más”, en referencia a los productores rurales que llevaban ya más de un mes de movilización en repudio de las retenciones móviles propuestas por el Gobierno. Hasta ese año, el consumo había crecido a una tasa promedio del ocho por ciento y ya se había transformado en uno de los sostenes del modelo “orientado hacia el mercado interno”, como habían empezado a defenderlo los responsables del área económica. A partir de 2008, las compras de los minoristas empezaron a caer, aunque siempre mantuvieron su alta participación en el PBI, tocando un piso en 2009, en medio de la crisis internacional. Lo que sí se mantuvo, y de forma constante, es la inflación, que medida por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), rondó el diez por ciento, menos de la mitad de lo que midieron las consultoras privadas. “El consumo ha sido uno de los pilares de la recuperación tras la salida de la convertibilidad, impulsado por el desempeño de la actividad y la readecuación de salario real”, explicó aDebate el socio de C&T Asesores, Camilo Tiscornia. “Cuando la inflación sigue y las tasas de interés continúan en niveles bajos, el incentivo a consumir es total y sumado al aumento del gasto público se dio un gran período hasta 2008”, agrega el economista, que dice que a partir de ahí, el momento de mayor poder adquisitivo se dio en las elecciones de 2011. 2012 El primer semestre del año pasado, el primero completo desde el anuncio del comienzo de la “sintonía fina” por parte del Gobierno, mostró números parecidos a los del pico de la crisis. Las causas de más peso fueron el refuerzo a los límites a la importación, la implementación de las restricciones a la compra de divisa extranjera y, principalmente, la sequía que vivió el campo. Estos acontecimientos llevaron al Ejecutivo a frenar la quita de subsidios a los servicios públicos, medida que en 2012 sólo alcanzó a algunos sectores. “Vimos un primer semestre de 2012 malo, pero repuntó levemente en el segundo, y el consumo cerró el año con un crecimiento del 2,1 por ciento”, precisó el director de Trade de la consultora CCR, José Ignacio Amodei, que consideró que “desde esa perspectiva hay una tendencia declinante”. P R O Y E C C I O N E S 2013 En los primeros tres meses de este año, el crecimiento de esta variable se ubicó en un 1,6% de aumento en volumen, según CCR, que se especializa en investigación de mercado y estima el consumo sobre la base de 124 categorías de alimentos y bebidas. Ese porcentaje se descompone en 1,8% para hipermercados y 1,5% para negocios tradicionales. En cuanto a los electrodomésticos, la consultora Poliarquía evaluó que en el primer cuatrimestre se vio una caída del orden del 14 por ciento. “El segundo trimestre viene difícil, básicamente porque el consumo está relacionado con las expectativas de salario y empleo”, dijo Amodei a Debate, que advirtió: “ahí tenés alguna suerte de debilidad: hay gente que empieza a sentir sensación de probabilidad de perder el empleo y hay muchas paritarias importantes que todavía no se han cerrado. Pero el segundo semestre va a haber una situación distinta, más positiva, empujada por las elecciones”. “Los indicadores que intentan captar la marcha del consumo mantienen un comportamiento similar al de 2012, e incluso muestran un leve deterioro en lo que va del año”, consideró en un informe el director de abeceb.com, Dante Sica. “Por un lado, las ventas en supermercados en términos reales acumulan en el primer trimestre un alza de 3,6% interanual, por debajo de la suba de 5,3% de 2012 y de 3,9% del cuarto previo. Mientras que las ventas en shoppings medidas en cantidades continúan retrocediendo, a un ritmo de 1% en el primer cuarto de 2013, que se compara con una caída de 0,9% en 2012 y de 3,3% en el trimestre anterior”, detalla el documento. Por su parte, los patentamientos de autos disminuyeron 1,3% en el primer trimestre, luego de un retroceso de 6,4% en el cuarto previo. Los analistas consultados confían en que durante la segunda parte de 2013 el consumo repunte y motorice el incremento del Producto Bruto Interno Según el economista, el comportamiento de esta variable está en línea “con la evolución de la confianza del consumidor, que se mantiene estancada en lo que va del año luego de la fuerte caída registrada en 2012”. Efectivamente, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC), que mide mensualmente la Universidad Torcuato Di Tella, mostró en abril una disminución del 6,1% con respecto a marzo, mientras que comparado con el mismo mes del año pasado el indicador se mantiene prácticamente inalterado, con una suba del 0,5 por ciento. Según los investigadores de la casa de estudios, la caída en la confianza de los consumidores disminuye en forma homogénea para los subgrupos de consumidores de mayor y menor poder adquisitivo. “El consumo es lo que te asegura que haya inversión, porque incentiva al empresariado”, dijo Tiscornia, de C&T. “Varios de los factores cambiaron: la actividad económica no está andando muy bien y hay mucha gente con miedo a quedarse sin trabajo. Además, la inflación se mantiene alta, hay más presión impositiva, el dólar se escapa y las paritarias están demoradas. Todo juega en contra del consumo”, advirtió. Otro punto en el que coinciden estos especialistas es en que la falta de atractivo de las herramientas de ahorro genera que, por la inflación, comprar bienes sea más tentador que “guardar consumo para más adelante”. PA R I TA R I A S, C O N G E L A M I E N TO Y G A S TO P Ú B L I C O Los analistas confían en que en la segunda parte de 2013 el consumo repunte y empuje al PBI. “Este año el consumo volverá a ser una de las variables fundamentales, aunque quedaron atrás las altas tasas de expansión”, dice una estimación de abeceb.com que proyecta que la demanda movilizaría alrededor de un billón 84 mil 549 millones de pesos. Entre las causas del despegue, la consultora explica que lo que conforma la “masa potencial de consumo” son el crédito, que subirá un 23%, la cantidad de jubilados y pensionados, que será 34% mayor, y los asalariados registrados, que aumentarán 25% en forma nominal. El director de esa consultora sostiene además que el consumo crecerá de la mano del congelamiento de precios y del cierre de paritarias. “En 2013, supuestamente, hay dos motores que nos tienen que empujar: por un lado la recuperación de la cosecha de soja, que pasó de 40 a 48 millones de toneladas en un buen precio y, por el otro, el rebote de Brasil, que creció el año pasado menos de un 1% y las proyecciones para este año rondan el 3 por ciento”, puntualizó el economista de Econométrica, Ramiro Castiñeira. Al desenlace de las negociaciones salariales y a la extensión del congelamiento de precios en los supermercados como impulsores de las compras minoristas, los analistas suman el aumento del gasto público, que podría ser significativo por tratarse de un año de elecciones legislativas, en las que el kirchnerismo se jugará una buena parte de su participación en el Congreso. “Si el mercado se engancha con una expectativa devaluatoria y no invierte, el Estado va a tener que salir a apuntalar la economía”, planteó el economista del Centro de Estudios Económicos y Monitoreo de las Políticas Públicas (CEMOP), Ernesto Mattos, que ironizó que “están todos agazapados” esperando una definición por el clima de devaluación que se generó. La falta de atractivo de las herramientas de ahorro genera que, por la inflación, comprar bienes sea más tentador que postergar consumo En este sentido, un paper del economista de la Cátedra Nacional de Economía Arturo Jauretche, Andrés Asiain, concluye que la disparada del dólar paralelo, el blue, no mostró un impacto significativo en materia de precios. La investigación considera que, sin embargo, la ampliación del mercado ilegal “genera rentabilidades especulativas que pueden afectar algunas decisiones económicas”. “Hay que estar atentos a la actualización de la Asignación Universal por Hijo (AUH), que se da dos veces por año y en 2013 puede ser importante, y a las jubilaciones”, subrayó Mattos. La AUH, que inyecta a la economía alrededor de $30.000 millones anuales, se aumentó por última vez en octubre un 25,9%, el porcentaje más alto desde 2010, y se espera una suba similar en los próximos meses. “La AUH se fue licuando. Llegó a representar un 0,8% del PBI, pero hoy no supera el medio punto”, estipuló Castiñeira.