CÓMO PREPARAR EL MASAJE CÓMO EMPEZAR EL MASAJE

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CÓMO PREPARAR EL MASAJE
P
ara conseguir que el bebé esté a gusto y se mantenga receptivo durante el tiempo
del masaje, tan sólo se requiere algo de atención y preparación. Los recién nacidos
suelen tener un período de atención bastante breve, por lo que el masaje debe consistir
sólo en unas cuantas repeticiones de cada técnica.
Procurad hacerlo todos los días, a una hora en la que el bebé esté receptivo, no tenga
hambre ni esté irritable. No intentéis practicar el masaje cuando no sea de su agrado.
El propósito del masaje es proporcionar un placer mutuo, por lo tanto concentráos y
prestad atención a las manos. El masaje es una experiencia relajante, por lo que se debe
estar tranquilo.
La capacidad de poder relajarse de una manera consciente constituirá una gran ventaja
para vuestro hijo a la hora de hacer frente a las presiones del crecimiento; enseñarle a
relajarse desde pequeño es una oportunidad maravillosa.
CÓMO EMPEZAR EL MASAJE
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Aseguraos de estar cómodos/as y de disponer de unos 15 minutos. Preparad el
ambiente, poned una música tranquila que contribuya a la relajación.
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La habitación deberá estar caldeada, a una temperatura constante
durante el tiempo que se prolongue el masaje. Preparad una superficie
suave en la que podáis tumbar al bebé. Asimismo, deberéis tener a
mano un pañal limpio o una toalla suave por si fueran necesarios. Lo
mejor es practicar el masaje cuando el niño está desnudo, sobre todo
después del baño, pero también se puede hacer con la ropa puesta.
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Para el masaje del bebé se necesitan muy pocas cosas.
Para reducir la fricción sobre la delicada piel del bebé es conveniente hacer
uso de aceite, que ha de estar templado. El aceite hace más suaves los
movimientos de la mano de la persona que practica el masaje y se deberá
hacer un uso generoso de éste durante el masaje.
Aplicar la cantidad de aceite específico para bebés que sea suficiente como para
que las manos se deslicen suavemente por el cuerpo del bebé. Empezad con
toques ligeros para, posteriormente, ir incrementando gradualmente la presión,
a medida que cogéis confianza y vuestro hijo se acostumbra a recibir el masaje.
Para ayudarle a que se relaje aún más, centrad vuetra atención en una zona del
cuerpo del bebé y enseñadle cómo relajarla. Por ejemplo, BRAZO: brazo tenso
y rígido, cógelo y zarandéalo suavemente diciendo RELÁJATE para después
sonreirle. Esto puede repetirse con todas las demás partes del cuerpo. Así
ayudaréis a vuestro pequeño a centrar la atención en su propio cuerpo y más
adelante, poder relajarse por sí solo.
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Cualquier tipo de toque o caricia puede
beneficiar a vuestro bebé siempre y cuando
lo hagáis con paciencia, cariño y atención.
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LO QUE HAY QUE RECORDAR
A veces el bebé puede estar cansado e incluso la más mínima estimulación es
demasiada para él. El niño necesita descansar. Vuelve a intentarlo después de que
haya dormido.
Cuando el bebé haya empezado a gatear gastará más energía, por lo que no necesitará
tantos masajes como antes.
Durante la dentición no olvides darle masajes en la cara; acaricia y besa al bebé para
aliviar la tensión en esta zona.
Recuerda: eres el espejo de tu bebé. Él reflejará la actitud que note en ti, por lo tanto
asegúrate de estar relajado/a antes de empezar.
El masaje no debe ser una rutina mecánica. Debe ser una actividad alegre que
satisfaga tanto a tu bebé como a ti.
¡Que lo disfrutéis!
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