V. CONCLUSION Las cuatro escalas mostraron índices aceptables de consistencia internar; alfas superiores a 0.6, como se refiere en la literatura. Después de estos resultados se procesaron índices de las escalas y se realizó la prueba de modelos teóricos explicativos por medio de procesos estadísticos de ecuaciones estructurales; para con esto conformar los modelos estructurales, que tuvieron resultados de validez convergente. En el segundo modelo (Figura 2) las cuatro dimensiones psicológicas predictoras de los Estilos de Vida Sustentable (altruismo, austeridad, equidad y conducta proecológica) concurren en este factor de segundo orden lo cual se ve respaldado por los resultados de la bondad de ajuste de los datos hacia el modelo, en otras palabras el modelo encuentra respaldo en los datos. A continuación se discuten los hallazgos realizados para cada uno de los factores que componen los Estilos de Vida Sustentables. En primer lugar, de la escala de altruismo se obtuvo una media general de 1.76, en un rango de respuesta que va desde “0” hasta “3”, por la cual se ve reflejada una tendencia favorable de comportamientos altruistas por parte de los participantes; sólo 3 de los ítems correspondientes a esta escala presentaron valores por debajo de su propia media: en la pregunta 4 la media fue de 1.16 “visitar enfermos en los hospitales”, media= .92 en la pregunta 7 “participar en eventos para recolectar fondos”, y media= .49 en la pregunta 8 “donar sangre”. Las cuestiones que destacan por su media más alta son los de la pregunta 1 “regalar ropa usada que ya no utilizo” con media= 2.22, el ítem 2 “brindar atención a personas” con resultado 2.21, en la pregunta 3 media= 2.26 “contribuir económicamente con la Cruz Roja”, ítem 5 con media de 2.38 “guiar para localizar alguna dirección”, la 34 cuestión número 6 “dar dinero a los pobres” con resultado de 1.92, y la pregunta 9 con media de 2.28 “ayudar o explicar tareas a compañeros”. Con base en estos resultados se puede observar que dos de las tres acciones altruistas que reportaron menor puntuación implican comportamientos referentes acerca del tema de salud de las demás personas y donde el mismo altruista compromete la suya. Respecto a los ítems con mayor puntaje, los dos valores más altos refieren al auxilio y solidaridad hacia las demás personas, mientras que las dos cuestiones que le siguen en valor implican que las personas se desprenden de bienes materiales para el servicio, disposición y contribución con un bien común: producir impactos positivos en las personas que nos rodean, situación que se vio manifiesta en la población estudiada y que forma parte de un estilo de vivir. La tabla 2, presentó los resultados de la escala de austeridad, reportando una media general de 2.55, en un rango de respuesta posible de “0” a “4”, lo que se puede considerar un resultado favorable puesto que sólo 4 de los 10 ítems se encuentran por debajo del promedio, las cuales son las preguntas 3, 4, 9 y 10 con medias de 2.46, 2.42,1.87 y 2.24, respectivamente y que corresponden a “no emplearía el dinero en comprar joyas”, “compro muchos zapatos para combinar mi ropa”, “reuso cuadernos y hojas de papel que sobran” y “me gusta vivir sin lujos”. Los valores más altos corresponden a las preguntas: 2 “utilizo la misma ropa” media= 3.01, 1 “si mi carro funciona bien no compro otro nuevo” y 6 “gran parte de mi dinero lo uso para comprar ropa”. Cabe mencionar que uno de los ítems que resultó con menor valor en su media fue que la gente compra muchos zapatos, es decir, mientras menor sea el valor más austeramente se comporta la población. En general se reportaron comportamientos frugales que favorecen o predisponen para un comportamiento ambientalmente responsable. Sin embargo se pone de manifiesto que falta instaurar y/o 35 concientizar acerca del valor de reusar las cosas, como hojas y cuadernos, para con ello hacer más probable un CPE. La conducta proecológica (ver Tabla 3) arrojó una media de 1.52, el cual se ubica dentro del punto medio de la escala de respuesta que tiene el valor más bajo en cero y su valor más alto en tres. Las variaciones más altas sobre la media se presentaron en las preguntas 1, con media de 2.7 “espero tener una carga completa antes de meterla a la lavadora”, 2 “manejo en vías rápidas a velocidades menores de 100kph” con media de 1.75, ítem 6 “compro productos en empaques que puedan volver a utilizarse” y calificación de 1.50, la pregunta 7 “compro frutas y verduras de temporada” y una media de 2.59, ítem 10 “en verano apago el clima cuando dejo mi casa por más de cuatro horas” con media de 2.60, e ítem 11 “busco la manera de reusar las cosas” con media de 1.77. Los valores más bajos los encontramos en la pregunta 3 (media= .86) “guardo y reciclo el papel usado”, pregunta 4 (media=.74) “separo botellas vacías para reciclar”, ítem 5 (1.34) “he hecho saber a alguien que ha dañando el ambiente”, pregunta número 8 (1.18) “leo acerca de temas ambientales”, pregunta 9 (1.19) “platico con amigos de problemas relacionados con el ambiente”, ítem 12 (media= .91) “animo a amigos y compañeros para que reciclen”, e ítem 13 (1.28) “ahorro gasolina caminando o viajando en bicicleta”. Aun cuando el promedio general de esta escala se encuentre en un punto intermedio, la mayoría de los ítems con menor valor a la media refieren a aquellos comportamientos en los que intervienen terceras personas, es decir, la población encuestada limita sus conductas ambientalmente amigables por el involucramiento de los demás. Los indicadores más bajos fueron los que referían a comportamientos referentes a reuso y reciclaje, confirmando lo presentado en la escala de austeridad acerca de lo primero, esto debido probablemente a lo que menciona 36 Corral (1996): que dentro de un mismo tipo de comportamiento proambiental se pueden presentar acciones inesperadas. Sin embargo, cabe mencionar que estas conductas no se presentaban quizás porque en la ciudad no existía un plan estratégico o que reforzara esas acciones durante el levantamiento de datos del estudio, pero se debe mencionar que a la culminación de este trabajo se lleva a cabo un programa, por parte del gobierno municipal, que consiste principalmente en la separación de basura orgánica e inorgánica y valdría la pena realizar una comparación mientras se este realizando dicho proyecto. Por último, en la Tabla 4 se muestran los resultados de la escala de equidad, reportando una media de 3.34, favorable y muy cercana al valor máximo del rango de respuesta que fue de “4” iniciando en este factor en “0”. De los valores arrojados solo 2 de los 6 ítems que componen la escala se presentaron por debajo de su propia media: en la pregunta 3 “los niños tienen el mismo derecho que adultos a tomar decisiones” con media de 2.63, y la pregunta número 4 “hombres y mujeres tienen las mismas obligaciones en el aseo de la casa” donde la media fue de 3.19. Por su parte los ítems con resultados más favorables fueron los correspondientes a las preguntas 1 “mi pareja tiene el mismo derecho que yo” con media 3.53, 2 “en el trabajo trato a mis compañeros subordinados como iguales” con resultado de 3.42, ítem 5 “trato igual a personas pobres y a los más ricos” y una media de 3.53, y la pregunta número 6 “las niñas tienen la misma oportunidad de estudiar que los niños” con una calificación de 3.76. Al parecer las personas entrevistadas no consideran que los niños tengan el mismo derecho que los adultos cuando se trata de tomar decisiones y además manifiestan diferencias referentes al trabajo en el aseo de la casa entre hombres y mujeres. Sin embargo estos ítems no fueron muy lejanos a la media y, junto con los restantes, reflejan un comportamiento equitativo cercano a lo idóneo. 37 Como se planteó al inicio del trabajo, y el cual era el objetivo principal, se pudo demostrar que la equidad es un fuerte predictor de las formas de vida sostenibles, es decir, se presentó un factor de segundo orden, los EVS, a partir de las relaciones existentes en las dimensiones psicologicas de equidad, austeridad, altruismo y CPE. De manera resumida, las personas que presentan Estilos de Vida Sustentables, son responsables en su consumo de los recursos, cuidadosas del medioambiente físico, solidarias con los que las rodean y, además son justas respecto a los derechos o las leyes naturales que protegen a los demás; objetivo principal y dimensión incorporada en el presente estudio. Aunque quedó demostrado el peso de la equidad como componente de los EVS se propone continuar y ampliar la variedad de estudios que pudieran reforzar lo encontrado hasta hoy, además de que se pudiese aplicar en distintos contextos, realizar comparativos para después elaborar nuevas suposiciones con base en ello. Además estos nuevos modelos pudieran integrar nuevas dimensiones predictoras de los EVS y rectificar (o no) los ya estudiados. Por lo encontrado en esta investigación los proyectos de promoción debieran encaminarse con base a aquellos factores que intervienen en las maneras de vivir de las sociedades actuales, además en reforzar los componentes con los que se cuenta. Los contextos de aprendizaje pudieran ser sumamente útiles en el desarrollo de una visión más amplia de la realidad medio ambiental, esto principalmente a través de la Educación Ambiental (Correa, Rodrigo y Ceballos, 2003). Esto debiera comenzar a incorporarse de los planes de trabajo educativos desde edades tempranas puesto que la calidad en la atención y la formación 38 que se brinde serán determinantes en las capacidades del niño (Programa de Educación Inicial, 1992). Dentro del PEI (Programa de Educación Inicial) uno de los objetivos que se plantean se encuentra el “Estimular, incrementar y el orientar la curiosidad del niño para iniciarlo en el conocimiento y la comprensión de la naturaleza, así como el desarrollo de habilidades y actitudes para conservarla y protegerla”; además el Programa de Educación Preescolar (PEP, 2004) también contempla esta temática mencionándolo entre los propósitos de llevarlo a cabo; de ahí la importancia de que las instituciones educativas cumplan con esto y sea desde las edades tempranas cuando se instauren en esta parte de la población las competencias para el desarrollo y Estilos de Vida Sustentables y que sea más probable que continúen con ellas en el futuro (Corral, 2006) . El apostar por incorporar los factores psicológicos revisados dentro del repertorio conductual de las personas pudiera llegar a ser una solución dentro del trabajo individual para luego crear un impacto global amigable con el ambiente, reconociendo que el CPE, la frugalidad, el altruismo y la equidad deben pretender proteger y cuidar los recursos físicos y sociales del medio donde se habita. Cada uno de estos factores son parte de la responsabilidad, el respeto, la motivación, la efectividad y eficiencia en el comportamiento directo sobre el entorno, recordando que esto no solo refiere a un recurso en particular sino a una capacidad general para con ello poder crear un bienestar y una satisfacción. Con esto es relevante la creación de una cultura en donde los ciudadanos tengan como eje principal la preservación del medio ambiente y los recursos humanos y naturales. Es importante mencionar que todo el trabajo respecto al desarrollo sostenible debe de realizarse en conjunto, es decir, ser interdisciplinar; no es algo particular de la psicología porque aborda el comportamiento, o la ecología porque se encarga de la biología de los 39 ecosistemas, o la sociología, que aborda las relaciones grupales, sino que las consideraciones de los EVS son un campo de estudio que va mas allá de los límites entre las diferentes disciplinas científicas que los abordan. Debemos entender pues la importancia de la relación existente entre la población, el consumo, la cultura, la equidad y el medio ambiente (centro de investigación y documentación educativa, cide, 1991) para poder buscar crear sociedades que se encarguen de reparar, en la medida de lo posible; cuidar y ahorrar, en lo más que se pueda; y satisfacer las necesidades de quienes nos encontramos dentro del viaje de esta nave terrestre. 40