Medios para esclarecer contradicciones sin revictimizar al niño, niña

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Los derechos de la infancia y el acceso a la justicia
Módulo VI Tema IV
Medios para esclarecer contradicciones sin
revictimizar al niño, niña o adolescente
José Raúl Landgrave Fuentes
Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia
A.C.
México, D.F- 2013
Introducción
Los niños, niñas y adolescentes pueden vivir las revisiones médicas y psicológicas como episodios de violencia1 ya que pueden ocasionar
ansiedad, fatiga y otros daños psicológicos. Cuando se está en el proceso de justicia, es fundamental que las personas impartidoras de la
misma tengan presente el posible impacto que la práctica de una prueba puede tener en la vida del niño, niña o adolescente. Asimismo, es
fundamental que tengan en consideración que su repetición agrava los daños que sufre el niño, niña o adolescente. 2
En consonancia con lo anterior, el artículo 31 de las directrices sobre la justicia en asuntos concernientes a los niños víctimas y testigos
de delitos dispone la necesidad de aplicar procedimientos especiales para obtener pruebas de los niños víctimas y testigos de delitos. Deben
reducirse, en la medida de lo posible, las entrevistas, declaraciones, vistas (¿SON VISTAS O VISITAS?) y, concretamente, todo contacto
innecesario con el proceso de justicia.3 En esa línea, la presencia de la niña, niño o adolescente en actuaciones judiciales (penales, civiles o de
cualquier otra materia) debe reservarse únicamente para los momentos en que pueda aportar nuevos elementos al juicio.4 Esta directriz es
extensiva, lógicamente, a la práctica de pruebas periciales que sólo podrán practicarse en niños, niñas o adolescentes cuando sean
indispensables para el esclarecimiento de los hechos.5
Este texto expone ciertos requerimientos que son necesarios para cumplir con las directrices señaladas con antelación. Cabe indicar
que, si bien las normas relativas al procedimiento para el ofrecimiento y el desahogo de la prueba pericial varían en función de la legislación
Suprema Corte de Justicia de la Nación, Protocolo de actuación para quienes imparten justicia en casos que afecten a niñas, niños y adolescentes, 2012, p.51.
“La repetición de declaraciones también puede llevar al niño a pensar que el proceso es inútil o que las versiones previas de la declaración no fueron “suficientemente buenas” y deben ser mejoradas. Puede tener la
impresión de que no se le escucha o no se le cree, con las repercusiones que ello tendrá en su confianza y emociones. A fin de reducir al mínimo el estrés innecesario para el niño, se debería optar por hacer una
única entrevista a los niños víctimas o testigos de delitos”, véase Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Oficina Internacional de los Derechos del
Niño. Manual sobre la Justicia en asuntos concernientes a los niños víctimas y testigos de delitos para uso de profesionales y encargados de la formulación de políticas, p. 80.
3 Directrices sobre la justicia en asuntos concernientes a los niños víctimas y testigos, Aprobadas por el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, numeral 31 a).- Además, los profesionales deberán
aplicar medidas para: a) Limitar el número de entrevistas: deberán aplicarse procedimientos especiales para obtener pruebas de los niños víctimas y testigos de delitos a fin de reducir el número de entrevistas,
declaraciones, vistas y, concretamente, todo contacto innecesario con el proceso de justicia, por ejemplo, utilizando grabaciones de video […]. Asimismo, los numerales 12 y 23 indican: 12.- La injerencia en la vida
privada del niño deberá limitarse al mínimo necesario, manteniéndose al mismo tiempo normas exigentes en la reunión de pruebas a fin de garantizar un resultado justo y equitativo del proceso de justicia. 23.- Al
prestar asistencia a niños víctimas y testigos de delitos, los profesionales deberán hacer todo lo posible por coordinar los servicios de apoyo a fin de evitar que los niños participen en un número excesivo de
intervenciones.
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2
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5
Suprema Corte de Justicia de la Nación, Protocolo de actuación, op.cit., p. 24.
Ibídem, p. 51.
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(local o federal) y de la materia (penal, civil, etc.), es posible identificar tres momentos: la admisión de pruebas, el desahogo de pruebas y la
junta de peritos. En tales fases la persona juzgadora debe ser particularmente cuidadosa para salvaguardar la integridad física y mental de la
infancia.
1. Admisión de la prueba y puntos sobre los que ésta versará
La prueba pericial puede ser ofrecida por una de las partes del juicio u ordenarse de oficio. Sin embargo, cuando su desahogo implique la
participación de un niño, deben observarse algunas reglas para evitar daños al mismo.
Cuando la prueba sea ofrecida por una parte, el juez no sólo debe verificar que la parte cumpla con los requisitos legales necesarios para
ofrecer la pericial, sino que deberá valorar su admisión con base en el principio de interés superior de la infancia. Básicamente, el juez deberá
admitir sólo las pruebas que sean estrictamente necesarias para el esclarecimiento de una controversia. 6 Asimismo, si es el juez quien pretende
recabar una prueba de pericias, deberá ser él quien cumpla con los requisitos que la legislación secundaria le indica y, además, deberá
observar, nuevamente, el principio de interés superior del menor.7
En este mismo sentido, se pronunció la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en la Opinión Consultiva OC-17/2002 al
indicar que:
[…]Debe matizarse razonablemente el alcance de la participación del niño en los procedimientos, con el fin de lograr la protección
efectiva de su interés superior, objetivo último de la normativa del Derecho Internacional de los Derechos Humanos en este
dominio. […] El aplicador del derecho, sea en el ámbito administrativo, sea en el judicial, deberá tomar en consideración las
condiciones específicas del menor y su interés superior para acordar la participación de éste, según corresponda, en la
determinación de sus derechos.8
Aunado a lo anterior, la prueba pericial versa sobre ciertos puntos o cuestiones que explicitan y limitan la actuación de los peritos designados
en el juicio. Al momento de que las partes propongan estos puntos y cuando el juez los acepte, se debe verificar que éstos sólo se enfoquen en
las cuestiones estrictamente necesarias para resolver la litis. Esto, a efecto de limitar toda participación innecesaria del niño, niña o adolescente
en la prueba pericial.
“Las características cognitivas, emocionales y físicas del niño, niña y adolescente hacen que la realización de peritajes sobre su persona no sólo requiera de pericia en la materia, sino de conocimiento suficiente del
desarrollo infantil. La susceptibilidad emocional del niño, niña y adolescente hace podría ser implica, para no repetir hace que la experiencia de revisiones médicas y psicológicas puedan ser vividas como violentas si
no se realizan adecuadamente. Adicionalmente, se practican peritajes irrelevantes dada la naturaleza del delito y el tiempo transcurrido de los hechos y sin considerar el impacto negativo que puede tener en la
infancia. En virtud de lo anterior, los peritajes practicados a personas menores de 18 años deberán limitarse a aquellos que sean indispensables para el esclarecimiento de los hechos y practicados por personal
capacitado en materia de participación infantil en procesos judiciales”. Véase Ídem.
6
Sobre la obligación de velar por el interés superior véase: artículo 3 de la Convención sobre los Derechos del Niño, artículo 4 constitucional y el caso Atala Riffo y niñas vs Chile de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos (sentencia de 24 de febrero de 2012: fondo, reparaciones y costas). Asimismo, se debe priorizar “el interés superior del menor por encima de la necesidad de obtener más información y evitando
entrevistas innecesarias”, véase Manual sobre la Justicia, op.cit., p. 82.
8 Corte Interamericana de Derechos Humanos, Condición Jurídica y Derechos del Niño, Opinión Consultiva OC-17/2002 del 28 de agosto de 2002 solicitada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos,
párrafos 101 y 102.
7
2. Desahogo de la prueba
El examen a que se someta a la persona infante debe grabarse con la finalidad de que pueda ser analizado, eventualmente, por el juez o por
los peritos. Esta medida sencilla permite que los jueces o juezas puedan observar la intervención del niño, sin que tenga que comparecer en
una ocasión sucesiva.9 Lógicamente, para que la pericial esté disponible para los juzgadores sucesivos, la grabación deberá ser integrada al
expediente correspondiente.10
Ahora bien, dependiendo del caso en cuestión, se deberán dictar las medidas adecuadas para evitar una posible revictimización del
niño al desahogar una pericial. Por ejemplo, si se va a desahogar una prueba pericial en genética (de ADN), se deberán tomar “las medidas
adecuadas para que con una sola muestra del material molecular, los peritos estén en condiciones de emitir un dictamen real y efectivo.”11
Por último, se debe verificar cabalmente que, durante el desahogo de la pericial, se sigan los puntos sobre los cuales se ordenó que
versará, de modo que se evite toda pregunta innecesaria al niño. Además, la diligencia deberá organizarse y llevarse a cabo en el menor
tiempo posible, procurando evitar que las audiencias se difieran constantemente, reduciendo el número de contactos del niño con el sistema de
justicia –salvo los casos en donde el diferimiento tenga como finalidad evitar un daño al niño–. En este sentido, el Comité de los Derechos del
Niño ha indicado que “el niño no debe ser entrevistado con más frecuencia de la necesaria; en particular cuando se investiguen
acontecimientos dañinos”.12
3. Junta de peritos
En muchos casos, las partes designan a sus peritos quienes llegan a conclusiones sustancialmente contradictorias. Por lo que, inicialmente,
una forma de disminuir esta situación es mediante la designación de un perito único. De este modo, se evita exponer al niño a la revisión de
más personas que las estrictamente necesarias13 y también que los peritos sostengan conclusiones contradictorias.14
Ahora, cuando las partes en juicio han ofrecido sus propios peritajes y éstos resultan contradictorios, los juzgadores deben celebrar una
junta de peritos. En estas juntas no es necesario que comparezca el niño (al menos que exista una razón imperante) y siempre y cuando no se
violente su interés superior. En todo caso, se debe recurrir al uso y el análisis de las videograbaciones que se efectuaron de su examen para
“Con la finalidad de evitar la repetición de las declaraciones del niño, niña o adolescente, deben usarse medios alternativos para registrar su declaración tales como videograbación, circuito cerrado de televisión,
videoconferencia, etc. El principal beneficio que supondrá su uso será evitar someter al niño o niña a múltiples repeticiones de información, evitando así su revictimización.”, véase Suprema Corte de Justicia de la
Nación, Protocolo de actuación, op.cit., p. 43.
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Ídem.
PRUEBA PERICIAL EN GENÉTICA, EN EL JUICIO DE FILIACIÓN E IDENTIDAD DE MENORES DE EDAD. OBLIGACIONES QUE EL JUEZ DEBE CUMPLIR EN SU DESAHOGO Y MEDIDAS QUE DEBE
TOMAR PARA EVITAR LA REVICTIMIZACIÓN DEL MENOR (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE VERACRUZ). Tesis Aislada, Décima Época, T.C.C., S.J.F. y su Gaceta, Libro XIII, Octubre de 2012, Tomo 4, p. 2714.
12 Comité de los Derechos del Niño, Observación General Nº 12 (2009), El derecho del niño a ser escuchado, CRC/C/GC/12, 20 de julio de 2009, párrafo 24.
13 “Cuantas más personas tenga que ver el niño durante la investigación, más estrés tendrá que soportar”, véase en: Manual sobre la Justicia, op.cit., p. 80.
14 “Cuando una de las partes en el proceso designa a un perito existe el riesgo de que la otra parte haga lo propio con otro perito, multiplicándose así el número de interrogatorios del niño. Para evitar este riesgo se
recomienda que los peritos sean designados por el tribunal”, véase en: Ibídem, p.27. Sobre el problema de los peritos y el número de exámenes o entrevistas que les aplican a los menores, véase: Oficina de
Defensoría de los Derechos de la Infancia, Acciones para Evitar la Revictimización del Niño Víctima del Delito. Manual para Acompañar a Niños a través de un Proceso Judicial, México 2006, p. 12, 104 y 105.
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esclarecer las cuestiones pertinentes. El análisis de estas grabaciones, también puede evitar que se ordenen nuevas periciales a cargo de los
menores.15
Conclusiones
El principio de interés superior de la infancia impone a las personas impartidoras de justicia la obligación de velar porque la práctica de pruebas
periciales no redunde en una afectación desmedida al bienestar del niño, niña o adolescente. Para cumplir con tal obligación, es necesario
verificar que el desahogo de la prueba sea esencial para esclarecer hechos que resuelvan la controversia. Asimismo, resulta imperativo hacer
uso de los avances tecnológicos para grabar las pruebas periciales y, en la medida de lo posible, evitar que los niños, niñas y adolescentes
pasen de nuevo por estos episodios.
“[El juez] agotará la inspección de las grabaciones periciales por parte de personas expertas antes de ordenar una nueva pericial a ser practicada al niño, niña o adolescente”, Suprema Corte de Justicia de la
Nación, Protocolo de actuación, op.cit., p.51.
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