Velando con María

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VELANDO CON MARIA
15-5-2016
Ven, Espíritu Santo, ven por medio de la poderosa Intercesión de María, Tu amadísima
esposa. Ven, Espíritu Santo, ven por medio de la poderosa Intercesión de María, Tu amadísima
esposa. Ven, Espíritu Santo, ven por medio de la poderosa Intercesión de María, Tu amadísima
esposa. Amen.
----Orad con María, Mi Santísima Esposa, es entrar en comunión con la Santísima
Trinidad de Amor, Dios Padre Creador, Dios Hijo Redentor y Dios Espíritu Santo Santificador.
Es por María, con Ella y en Ella, que se manifiesta la Gracia en la vida de todo
cristiano, de todo bautizado e hijo de Dios; pues María es la Elegida desde siempre. Ella es
la Llena de Gracia, la Inmaculada Concepción, la Estrella de la Mañana y Puerta del Cielo.
Bienaventurada es Mi amadísima Esposa, lo es por todas las generaciones, porque
el Poder del Altísimo ha hecho obras grandes en Ella; y la obra del Todopoderoso se sigue
manifestando a todos los hombres de buena voluntad, en María y por María, primer
Tabernáculo Viviente del mismo Dios.
Regocíjense cielos y tierra que el Huésped del alma, el Consolador, ya llega en un
segundo Pentecostés. Vengo a derramar Mis siete Dones en los hombres que aman al Señor;
Vengo como el Soplo Divino, que da Luz y Vida, renovando todo lo viejo, disipando toda
obscuridad y tiniebla, renovando todo a Mi paso.
Felices los hombres que, a la llegada del Hijo del Hombre, los encuentre en vela con
María, dentro del Cenáculo, porque serán llenos de Mi Santo Espíritu, como Hijos de María,
Mi amadísima Esposa.
El Verdadero Cenáculo es dentro del Corazón Inmaculado de María, en donde toda
alma se vacía de sí misma, a ejemplo de María, y toma una nueva condición de sierva y
esclava del Señor, como lo es María, Mi amada Esposa, y en esta condición, en la que el
alma ya no se pertenece a si misma sino a Dios, comienza la unificación del alma con su
Creador, con su Redentor y su Santificador, con LA SANTISIMA TRINIDAD.
Es, entonces, que comienza por esta Gracia Divina la manifestación de las virtudes,
que van santificando y perfeccionando al alma, haciéndola una con Dios Trino y Uno.
Toda vida parte de sí misma, de quien es la Vida; todo es de un mismo y solo Querer
de Dios Padre Creador; y todo debe encontrarse, con esta misma Fuente, en la Unidad de
esta Fuente Divina, EL CREADOR DE TODO CUANTO EXISTE y ha sido creado, de todo lo
visible e invisible, toda para una misma Adoración y Gloria, de quien es Alfa y Omega,
Principio y Fin.
La Trinidad Santa, que vive y reina en María, debe reinar ya en los corazones de
todos los hombres; y esta Gracia la da María, la Hija de Dios Padre, Madre de Dios Hijo y
Esposa de Dios Espíritu Santo. Qué grande es la dicha de aquellos que se han hecho
verdaderos Hijos de María; como también qué desventura será para todos aquellos que son
huérfanos por propia voluntad y necedad de sus corazones, que le han cerrado la puerta a
quien es LA PUERTA DEL CIELO. Más difícil les será a estas almas su entrada al cielo, pues
María, Mi Amadísima Esposa, es la Puerta del Cielo, la Madre del Salvador, es la Mediadora
de todas las gracias, la Abogada del Juez Justo de todas las almas.
Toda alma, que tiene un verdadero y sincero encuentro con María, queda llena del
Espíritu Santo, y Mi Gracia Santificante actúa dando luz y guía: mis siete Dones,
cumpliéndose en esta alma la trasformación para la Santidad.
Ya vengo como Fuego ardiente a purificar todo a Mi Paso, a encender todo corazón
abierto a la verdad. Vengo como un Torrente de Agua Viva, que limpia y purifica. Vengo
como un Soplo Divino a renovar la faz de la tierra, a bautizar con Fuego, que es el verdadero
Bautismo del HIJO DEL HOMBRE.
Abundancia de dones deposito, Yo, en los hombres de buena voluntad, en aquellos
que viven consagrados a los corazones de Jesús y de María, en los que dan su Fiat a la
Voluntad del Padre. Estos dones y regalos celestiales que no sean de vanagloria, sino para
ponerlos al servicio de los demás, buscando siempre dar un servicio al prójimo, todo para
una sola Gloria y Honor, para quien todo Honor y toda Gloria merece recibir de todos los
hombres, A DIOS PADRE, A DIOS HIJO Y A DIOS ESPÍRITU SANTO. Tres Personas en Una
misma Esencia. GLORA AL PADRE, GLORA AL HIJO, GLORIA AL ESPÍRITU SANTO, como era
en un principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amen. Amen. Amen.
---Dulcísimo Huésped el alma, ven y obra con poder, derrama tus siete dones, purifica todo a
Tu paso, disipando toda obscuridad y tiniebla. Ven, Espíritu Santo, ven, oh Santo Espíritu de Dios,
ven con Tu Soplo Divino y enciende nuestros corazones con el fuego de Tu Divino Amor.
Ven, Divino y Santo Espíritu, Paráclito y Consolador, Dador de vida; ven, Espíritu de Dios.
Amen.
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