LA RONDA DE DOHA Y LA AGRICULTURA La Conferencia Ministerial de Doha del 14 de noviembre de 2001 estableció un nuevo programa global de negociaciones. En diciembre de 2015, la décima Conferencia Ministerial de la OMC de Nairobi adoptó un primer paquete que elimina las subvenciones a la exportación y mejora las normas en favor de los países menos desarrollados con el fin de reforzar su participación en los intercambios internacionales. FUNDAMENTOS JURÍDICOS Artículos 207, apartado 3, y 218 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE). El marco de las negociaciones agrícolas actuales lo define el artículo 20 del Acuerdo de Marrakech sobre la Agricultura. Según este artículo, los miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) confirmaban que la reducción de las ayudas y de la protección agrícola constituía un proceso continuo, que se debía aplicar de modo progresivo. Por otra parte, en la letra d) del artículo 20, se precisaba que dichas negociaciones debían tener en cuenta preocupaciones no comerciales (como la protección medioambiental, la seguridad alimentaria, el desarrollo rural, el bienestar de los animales, etc.) y el trato especial y diferenciado para los países en desarrollo. LOS OBJETIVOS DE LA RONDA DE DOHA La cuarta Conferencia Ministerial de la OMC, celebrada en Doha (Qatar), en noviembre de 2001, puso en marcha el proceso de las negociaciones agrícolas. La declaración final de esta conferencia confirmó los objetivos de los trabajos preparatorios, precisó el marco general de las negociaciones —que desde entonces transcurren en el ámbito del «Programa de Doha para el desarrollo» (PDD)— y fijó un nuevo calendario. Los miembros se comprometieron a negociar la mejora sustancial del acceso a los mercados, la eliminación progresiva de todas las formas de subvenciones a la exportación y la reducción sustancial de la ayuda interna que provoca distorsión del comercio; convinieron, asimismo, que el trato especial y diferenciado para los países en desarrollo sería parte integrante de todos los elementos de las negociaciones. Del mismo modo, tomaron nota de las consideraciones no comerciales recogidas en las propuestas de negociación presentadas por los Estados miembros. LAS NEGOCIACIONES: DE CANCÚN A NAIROBI A. Estado actual Los plazos acordados hasta el momento no han sido respetados en absoluto. Según el mandato de Doha, la quinta Conferencia Ministerial, celebrada en Cancún del 10 al 14 de septiembre de 2003, debería haber elaborado un balance de los progresos realizados desde el inicio de la Ronda con respecto a la veintena de capítulos abordados en la mesa de negociación (entre ellos, la Fichas técnicas sobre la Unión Europea - 2016 1 agricultura). Además, sobre la base de un consenso en torno a las «modalidades», los miembros deberían haber presentado sus propuestas, o «proyectos de compromisos globales». Finalmente, la Conferencia de Cancún se saldó con un fracaso. Varios factores contribuyeron a ello, en particular, la falta de voluntad política de acercar las posiciones de los miembros, o también la controversia en torno a los denominados «temas de Singapur»: el comercio y las inversiones, la política en materia de competencia, la transparencia de los mercados públicos y la facilitación del comercio. No obstante, si las cuestiones relativas a la agricultura (incluyendo la «Iniciativa del algodón», que presentaron cuatro países africanos) resultaron ser un escollo considerable, la negativa por parte de los países en desarrollo a que se abordaran los temas de Singapur también contribuyó al fracaso de la Conferencia. El proceso fue relanzado a principios de 2004, y de ello resultó el acuerdo marco del Consejo General del 1 de agosto de 2004, que fijaba los principios clave con respecto a las «modalidades» de negociación. Por otra parte, esta decisión suprimió del Programa de Doha tres de los puntos que formaban parte de los temas de Singapur. Los miembros se fijaron como objetivo informal concluir las negociaciones antes de finales de 2006, meta que tampoco se pudo alcanzar. Las divergencias entre los miembros pudieron reducirse aún más con ocasión de la Conferencia Ministerial de Hong Kong de diciembre de 2005, pero algunas diferencias siguieron resultando inconciliables. Por fin, en 2008, se presentaron proyectos revisados de modalidades, una especie de boceto con vistas a un acuerdo final que se decidiría en Ginebra. El «paquete de julio de 2008» (TN/AG/W/4/Rev.3) trataba los siguientes puntos: a. Ayuda interna — La «ayuda interna global causante de distorsión del comercio» (compartimento ámbar + compartimento azul + cláusula de minimis) (5.2.7) disminuiría un 75 % - 85 % para la Unión; un 66 % - 73 % para los Estados Unidos y Japón; y un 50 % - 60 % para el resto de los miembros (dentro de un plazo de cinco años para los países desarrollados y de ocho para los países en desarrollo). Se aplicaría una reducción inmediata de un 33 % a los Estados Unidos, a la Unión y a Japón, y de un 25 % al resto. — El «compartimento ámbar» (o MGA) (5.2.7) se reduciría globalmente un 70 % para la Unión, un 60 % para los Estados Unidos y Japón, y un 45 % para los demás. El precio y las ayudas por producto se verían limitados a la media de la ayuda ámbar notificada con respecto al periodo 1995-2000. — El «compartimento azul» (5.2.7) sería ampliado pero limitado a un 2,5 % de la producción para los países desarrollados y a un 5 % para los países en desarrollo, con límites máximos por producto. — La «cláusula de minimis» (5.2.7) permanecería limitada a un 2,5 % de la producción para los países desarrollados y a 6,7 % para los países en desarrollo (pero no se aplicaría reducción alguna si la ayuda concierne principalmente a productores que practican una agricultura de subsistencia). — Las condiciones relativas al «compartimento verde» (5.2.7) serían más rigurosas. b. — Acceso a los mercados Los aranceles serían rebajados mediante la aplicación de una fórmula que prescribiese recortes mayores en los aranceles más elevados. Para los países desarrollados, las reducciones irían desde 50 % (para los aranceles inferiores a 20 %) hasta 70 % (para los aranceles superiores a 75 %), con una disminución media mínima de 54 % para los países Fichas técnicas sobre la Unión Europea - 2016 2 desarrollados y de 33,3 % a 44 % - 48 % para los países en desarrollo. Los países menos adelantados (PMA) estarían exentos de toda reducción. — Los «productos sensibles» (para todos los países) y los «productos especiales» (para los países en desarrollo) serían objeto de reducciones inferiores. Sin embargo, las disminuciones relativas a los productos sensibles podrían verse compensadas con contingentes arancelarios a tipos preferenciales y los productos especiales podrían quedar exentos de reducción. — La «cláusula de salvaguardia especial» (5.2.7) sería eliminada de forma progresiva en los países desarrollados. Los países en desarrollo contarían con un nuevo mecanismo de salvaguardia especial (MSE) para un 2,5 % de las líneas arancelarias, que les permitiría incrementar de manera temporal los aranceles, con el fin de afrontar los aumentos de las importaciones y las disminuciones de los precios. c. — Competencia de las exportaciones Las subvenciones a la exportación (5.2.7) se eliminarían para finales de 2013, incluyendo las subvenciones disfrazadas de créditos a la exportación, de disciplinas relativas a las empresas comerciales estatales exportadoras o de ayudas alimentarias que no sean de urgencia. El 6 de diciembre de 2008, el presidente de las negociaciones sobre la agricultura distribuyó su último proyecto de «modalidades» revisado. Sin embargo, no fue posible superar las divergencias surgidas en torno al mecanismo de salvaguardia especial (MSE) para los países en desarrollo. En líneas generales, la divergencia enfrentaba a los países (especialmente los Estados Unidos) que deseaban un fuerte incremento de las importaciones (un 40 %) para la activación de aranceles suplementarios, con aquellos (India y China, en particular) que querían un nivel de activación más bajo (de un 10 %) para que el MSE resultara más fácil de utilizar. Aparte de la medida de salvaguardia especial, cuando se suspendieron las negociaciones quedaban otros puntos por negociar: el algodón (producto estratégico para determinados países exportadores de África); las cuestiones relativas a las indicaciones geográficas y a la biodiversidad; el plátano (que debía abordarse en el marco de un acuerdo entre la Unión, los proveedores latinoamericanos y los países ACP); los productos sensibles y la simplificación de los aranceles. Con objeto de superar el punto muerto, la octava Conferencia Ministerial de 2011 optó por un método diferente y decidió que los miembros deberían elegir cuestiones sobre las que podrían alcanzar acuerdos más rápidamente respecto a las demás, entendiendo que el resto del paquete de la Ronda de Doha se trataría más adelante. En este marco, la novena Conferencia Ministerial de diciembre de 2013, en Bali, eligió algunos temas agrícolas con vistas a establecer acuerdos parciales. Por último, la décima Conferencia Ministerial, que tuvo lugar del 15 al 18 de diciembre de 2015 en Nairobi (Kenia), concluyó con un acuerdo sobre la base del programa de trabajo establecido en Bali. B. El paquete de Nairobi La Conferencia Ministerial de Nairobi adoptó cuatro nuevas decisiones en materia de agricultura relativas a: — La «competencia de las exportaciones». Esta decisión comprende las subvenciones a la exportación y otros tipos de instrumentos de apoyo susceptibles de falsear la competencia, como los créditos a la exportación, las garantías de los créditos a la exportación y las demás formas de financiación, las empresas comerciales estatales exportadoras y la Fichas técnicas sobre la Unión Europea - 2016 3 ayuda alimentaria. Cabe destacar el papel fundamental que desempeñó la Unión en las negociaciones relativas a este acuerdo, que ha dado lugar a una posición común con los principales países exportadores a escala mundial. En lo relativo a las «subvenciones a la exportación», los países desarrollados tienen la obligación de eliminarlas inmediatamente (a excepción de algunas subvenciones a productos transformados, para lo que tienen plazo hasta 2020). Los países en desarrollo, por su parte, tienen hasta finales de 2023 para eliminar también todo tipo de subvención a la exportación. El acuerdo permite acelerar la eliminación de las subvenciones relativas al algodón. En lo que respecta a los «créditos a la exportación», la decisión determina que la duración máxima de reembolso deberá ser de dieciocho meses para los países desarrollados y podrá alargarse (de forma provisional) hasta los 36 meses para los países en desarrollo. La decisión pide, además, a los miembros de la OMC que hagan todo lo posible por garantizar que los eventuales poderes de monopolio de exportación de las empresas comerciales estatales no provoquen distorsión en los intercambios. Por último, la decisión garantiza que la «ayuda alimentaria» en especie a los países en desarrollo no tenga un efecto negativo sobre la producción local o regional. También la monetización de la ayuda alimentaria está sujeta a restricciones; — La «constitución de existencias públicas con fines de seguridad alimentaria» en los países en desarrollo. Bajo la presión del G-33 (véase más adelante), durante la Conferencia Ministerial de Bali en 2013, los miembros de la OMC acordaron no impugnar jurídicamente estos programas con fines de seguridad alimentaria. El nuevo texto prolonga este acuerdo hasta que se encuentre una solución permanente; — El «algodón». Ante la falta de una negociación sobre las ayudas agrícolas internas en Nairobi, la decisión final prevé medidas sobre el acceso a los mercados y, como se apuntaba anteriormente, sobre la competencia de las exportaciones. El nuevo acuerdo estipula que los países desarrollados deben acordar, en el marco de sus respectivos regímenes preferenciales, un acceso a los mercados sin aranceles ni cuotas para las exportaciones de algodón procedentes de países menos desarrollados a partir del 1 de enero de 2016. Más adelante, los países en desarrollo contraerán compromisos similares, especialmente China; — El «mecanismo de salvaguardia especial para los países en desarrollo». Los países exportadores de productos agrícolas (como Australia, Brasil o Estados Unidos) siempre se han opuesto al aumento, incluso temporal, de los aranceles por parte de los países en desarrollo en respuesta a los repentinos aumentos de las importaciones o a las disminuciones de los precios. La nueva decisión estipula que estos países tendrán derecho a un mecanismo de salvaguardia especial basado en los niveles de activación en función de las cantidades importadas y los precios. Por otro lado, el paquete de Nairobi ha permitido realizar progresos considerables en otros aspectos relacionados con los países en desarrollo. Se han simplificado las normas de origen preferenciales paras los países menos desarrollados y se ha prolongado la derogación actual para los servicios de estos países (hasta el 31 de diciembre de 2030). En último lugar, cabe destacar que durante la décima Conferencia Ministerial se acordó, asimismo, una revisión del Acuerdo sobre Tecnologías de la Información (ATI) de 1996, que ha sido acogida como el primer acuerdo de reducción de aranceles desde la creación de la OMC. La Conferencia de Nairobi confirma un cambio de enfoque en las negociaciones comerciales que favorece los acuerdos parciales. Además, la declaración ministerial reconoce que los miembros de la OMC no comparten el mismo punto de vista sobre si desean continuar las negociaciones comerciales en el marco de la estructura de Doha. Teniendo en cuenta las divergencias existentes en los demás ámbitos del programa de Doha, la cuestión del futuro de la OMC como foro de Fichas técnicas sobre la Unión Europea - 2016 4 negociación multilateral ha quedado en suspenso, en particular en relación con los resultados registrados en el marco de otros grandes procesos de gobernabilidad global a lo largo de 2015 (en concreto, la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas para 2030 y el acuerdo de París sombre el cambio climático [CP 21]). C. Posiciones sobre el resto de los capítulos de Doha tras la Conferencia de Nairobi 1. La Unión Europea Apoyándose a veces en un grupo de países (los llamados «amigos de la multifuncionalidad»), la Unión aboga principalmente por un sistema comercial multilateral más orientado al mercado, pero deseoso de preservar la sostenibilidad social, económica y medioambiental. Se asienta sobre los esfuerzos efectuados en materia de ayuda interna [reformas de la PAC (5.2.3)] y de acceso a los mercados [disposiciones «Todo menos armas» (6.2.3)]. De hecho, las reducciones previstas de las ayudas internas no plantean problemas graves. En 2012-2013, la cuantía total de las ayudas procedentes del compartimento amarillo, del compartimento azul y de la cláusula de minimis de la Unión alcanzó alrededor de 10 000 millones de euros (G/AG/N/EU/26), es decir por debajo del umbral previsto por el último proyecto de las modalidades para el conjunto de las ayudas internas causantes de distorsión en el comercio (22 000 millones de euros) (5.2.7). Por otra parte, en sus últimas propuestas acerca de las modalidades de los compromisos, la Unión aceptaba una reducción media de los aranceles de un 60 % en el marco del acceso a los mercados, sin lugar a dudas la cuestión más delicada para la agricultura de la Unión. La Unión ha reafirmado asimismo su voluntad de equilibrio en la continuación de la reforma del sistema comercial agrícola, garantizando un trato especial para los países en desarrollo, compromisos específicos a favor de los productos considerados sensibles o incluso la toma en consideración de manera efectiva de aspectos no comerciales (5.2.7). 2. Los Estados Unidos La última propuesta de los Estados Unidos a la OMC tiene como objetivo reducir las ayudas nacionales a los agricultores a una cantidad inferior a 15 000 millones de dólares al año, lo que mejora ligeramente una oferta anterior, que se situaba en 17 000 millones. El último proyecto del presidente de las negociaciones agrícolas insta a los Estados Unidos a que sitúe sus subvenciones en una horquilla de entre 13 000 y 16 400 millones de dólares. No obstante, los Estados Unidos hacen caso omiso de las críticas emitidas en cuanto a sus pagos anticíclicos, han aumentado las ayudas internas que provocan distorsión en el comercio en el marco de la nueva ley agraria (Farm Bill) de 2014. 3. El Grupo de Cairns Este grupo, que reúne a diecisiete países exportadores cuyo interés común consiste en reducir los obstáculos que perjudican a la agricultura, se muestra muy duro con los países desarrollados que mantienen un elevado nivel de subvenciones. Asimismo, se muestra reticente al concepto de multifuncionalidad agrícola que propugna la Unión. 4. Los países en desarrollo Representan tres cuartas partes de los miembros de la OMC, insisten en defender sus propias producciones agrícolas y preocupaciones no comerciales (seguridad alimentaria, medios de subsistencia, pobreza, empleo rural, etc.). Solicitan también un trato especial y diferenciado adaptado a sus especificidades. Se han organizado mediante nuevas alianzas para defender mejor sus intereses. Fichas técnicas sobre la Unión Europea - 2016 5 — De una veintena de países (G-20), en 2006, China y la India lideraron a 22 miembros que se agruparon para proteger a sus millones de pequeños productores y a sus industrias nacientes contra una disminución demasiado drástica de los aranceles. — En 2003, se creó una nueva alianza en torno a la Unión Africana, los países de África, el Caribe y el Pacífico, y los países menos adelantados (G-90), en relación con una serie de posiciones de negociación comunes en materia de agricultura, de acceso a los mercados de los productos no agrícolas, de los temas de Singapur y de desarrollo. — Por último, se formó una alianza de países en desarrollo (G-33) con el fin de obtener el reconocimiento de los productos estratégicos (designados por los propios beneficiarios y exentos de reducciones), así como un mecanismo de salvaguardia especial reservado a los países en desarrollo (que finalmente se incluyó en el paquete de Nairobi). PAPEL DEL PARLAMENTO EUROPEO El Parlamento Europeo ha expresado, en varias ocasiones, su posición sobre las negociaciones de la Ronda de Doha. Velando por el respeto del mandato de negociación asignado a la Comisión, el Parlamento ha respaldado constantemente los esfuerzos de los representantes europeos con vistas a hacer progresar la Ronda y a conseguir un acuerdo equilibrado (Resoluciones de 4 de abril de 2006 [DO C 293 E de 2.12.2006, p. 155], de 9 de agosto de 2008 [DO C 9 E de 15.1.2010], de 16 de diciembre de 2009 [DO C 286 E de 22.10.2010] y de 14 de septiembre de 2011 [T7-0380/2011]). Albert Massot 09/2016 Fichas técnicas sobre la Unión Europea - 2016 6