es es comunicación a los miembros

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Parlamento Europeo
2014-2019
Comisión de Peticiones
29.6.2016
COMUNICACIÓN A LOS MIEMBROS
Asunto:
1.
Petición n.º 0671/2015, presentada por A. J. N. C., de nacionalidad española,
sobre los honorarios de los abogados españoles
Resumen de la petición
El peticionario se queja de que el Colegio de Abogados fije los honorarios de los abogados
españoles, y opina que ello vulnera la libre competencia.
2.
Admisibilidad
Admitida a trámite el 18 de febrero de 2016. Se pidió a la Comisión que facilitara
información (artículo 216, apartado 6, del Reglamento).
3.
Respuesta de la Comisión, recibida el 29 de junio de 2016
El peticionario opina que los honorarios obligatorios fijados por el Colegio de Abogados
español y que reciben los abogados por sus actividades (jura de cuentas) resultan inaceptables.
Según el peticionario, dichos honorarios obligatorios exigen que el cliente abone al abogado
unos honorarios fijos con independencia de la calidad de los servicios prestados por el letrado.
Se muestra en desacuerdo con que los honorarios de los abogados varíen dependiendo de la
cuantía de la demanda. En su opinión, la fijación de honorarios obligatorios supone una
vulneración de la libre competencia.
Observaciones de la Comisión
Los hechos subyacentes
Según la información a disposición de la Comisión, España suprimió las tarifas fijas y la
capacidad de establecer tarifas fijas y recomendadas por parte de los colegios de abogados ya
en el momento de la transposición de la Directiva de servicios, tal y como prevé el artículo 14
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de la «Ley Ómnibus»1, que modificaba la Ley sobre Colegios Profesionales. En el caso de los
abogados, se solicitó a los colegios de abogados que modificaran sus normas deontológicas a
fin de garantizar que no existieran precios fijos, y que en la relación entre letrados y clientes
se establecieran las tarifas conforme a la libertad contractual del sector privado. Por tanto, los
honorarios de los abogados han de acordarse entre el letrado y el cliente al inicio de una
relación contractual. Sin embargo, las asociaciones de abogados pueden elaborar criterios
orientativos únicamente a efectos de la jura de cuentas y la tasación de costas, a fin de
permitir que los órganos jurisdiccionales nacionales determinen las costas que puede reclamar
la parte vencedora en un juicio a la parte que lo pierde (véase la disposición adicional cuarta
de la Ley sobre Colegios Profesionales).
Compatibilidad de las tarifas fijas con los artículos 15 y 16 de la Directiva 2006/123/CE
relativa a los servicios en el mercado interior (Directiva de servicios)
La Comisión coincide con el peticionario en que las medidas impuestas por la legislación o
por normas profesionales encaminadas a fijar unas tarifas mínimas o máximas obligatorias, en
concreto para servicios profesionales como los servicios jurídicos, constituyen un grave
obstáculo a las libertades del mercado interior. Estas medidas privan a los prestadores de
servicios de la posibilidad de competir en calidad o en precio, un instrumento fundamental de
cualquier actividad económica, lo que podría restar atractivo a la hora de establecerse en un
Estado miembro2. Sin embargo, según se explica en el apartado 1 anterior, este no parece ser
el caso en España.
Ya en el momento de la transposición de la Directiva 2006/123/CE relativa a los servicios en
el mercado interior («Directiva de servicios»), teniendo en cuenta el artículo 15 de la
Directiva de servicios y en particular el artículo 15, apartado 2, letra g), que hace referencia a
las tarifas obligatorias mínimas o máximas, se invitó a los Estados miembros a revisar a fondo
y suprimir las tarifas obligatorias mínimas o máximas si se consideraban injustificadas y
desproporcionadas. Con arreglo al artículo 15, apartado 3, de la Directiva de servicios, una
medida de imposición de un conjunto de tarifas mínimas, y de prohibición de apartarse de
dichos umbrales, que resulte de aplicación a todas las personas y empresas que operen en el
territorio del Estado miembro de acogida, únicamente podrá estar justificada en la medida en
que sirva a «razones imperiosas de interés general», en tanto en cuanto resulte adecuada para
garantizar la consecución del objetivo perseguido y no exceda de lo necesario a tal fin. Al
llevar a cabo la revisión, los Estados miembros deben tener en cuenta la jurisprudencia del
Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Asimismo, los Estados miembros deben considerar
que la citada disposición de la Directiva de servicios no se limita a las situaciones
transfronterizas, sino que abarca también situaciones internas en las que un abogado español
tiene la intención de llevar a cabo actividades remuneradas para clientes en España. También
ha de evaluarse dicho sistema en relación con el artículo 16 de la Directiva de servicios, que
únicamente prevé mantener las restricciones a la prestación transfronteriza de servicios si
están justificadas, y son proporcionadas, por razones de orden público, de seguridad pública,
de salud pública o de protección del medio ambiente —razones imperiosas que no resultan
1
Ley 25/2009, de 22 de diciembre, de modificación de diversas leyes para su adaptación a la Ley sobre el libre
acceso a las actividades de servicios y su ejercicio. El artículo 14 de la Ley de Colegios Profesionales prohíbe
explícitamente establecer baremos orientativos, y permite la existencia de criterios orientativos a los exclusivos
efectos de la tasación de costas y de la jura de cuentas de los abogados.
2
Manual sobre la transposición de la Directiva de servicios
http://ec.europa.eu/internal_market/services/docs/services-dir/guides/handbook_es.pdf
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necesariamente relevantes al considerar las tarifas mínimas de los abogados—.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea aún no ha dictado sentencia acerca de la cuestión
de la interpretación del artículo 15 de la Directiva de servicios1. En el pasado, únicamente ha
examinado este asunto en el marco del derecho de establecimiento, una de las libertades
fundamentales del mercado interior en virtud del Tratado (artículo 49 del TFUE). En este
sentido, al considerar el régimen italiano, que establece honorarios obligatorios para los
letrados (asunto Cipolla C-94/042), el Tribunal concluyó que la excepción en la aplicación de
las tarifas mínimas establecidas en un baremo de honorarios obligatorio puede dificultar el
acceso a los servicios jurídicos italianos de los abogados establecidos en otro Estado miembro
que no sea la República Italiana y, por consiguiente, es probable que restrinja el ejercicio de
sus actividades a la hora de prestar servicios en dicho Estado miembro. El Tribunal también
consideró que dicho régimen constituía una restricción a la libertad de prestación de servicios
contemplada en el artículo 56 del TFUE. No obstante, el Tribunal dejó abierta la cuestión de
si esta legislación cumple su finalidad y de si las restricciones impuestas son
desproporcionadas.
El Tribunal también señaló que en una serie de casos las tarifas obligatorias no son necesarias,
habida cuenta de que las normas de organización, de calificación, de deontología, de control y
de responsabilidad pueden resultar suficientes por sí solas para alcanzar los objetivos de
protección de los consumidores y de buena administración de justicia3. En esta línea, a la luz
de las conclusiones de la revisión interpares de los requisitos relativos a la forma jurídica, la
participación en el capital y las tarifas4, los servicios de la Comisión ya han subrayado que las
tarifas fijas en general, y las tarifas obligatorias mínimas en particular, constituyen graves
restricciones al establecimiento de los prestadores de servicios. También influyen
negativamente en la elección de los consumidores y reducen la competitividad en un mercado.
Por consiguiente, resulta sumamente cuestionable en qué medida la imposición de tarifas
mínimas garantiza una alta calidad de servicios. Por lo general, los Estados miembros
deberían hallar formas más adecuadas de proteger los objetivos de interés general que están
en juego, como la protección del consumidor5. La protección del consumidor o la
administración de justicia no constituyen razones imperiosas que justifiquen restricciones a la
prestación transfronteriza de servicios en virtud del artículo 16 de la Directiva de servicios.
Compatibilidad de las tarifas fijas con el Derecho de competencia de la Unión
Obligaciones para las empresas en el marco de las normas sobre competencia de la Unión
El artículo 101, apartado 1, del TFUE prohíbe «todos los acuerdos entre empresas, las
1
Con todo, aún queda pendiente una sentencia prejudicial (referencia C-532/15 ET C-538/15) conforme a la cual
dos órganos jurisdiccionales españoles solicitan al Tribunal de Justicia de la Unión Europea que evalúe la
compatibilidad con el Derecho de la Unión del actual régimen de honorarios de los procuradores en España y, en
particular, con arreglo al artículo 15, apartado 3, de la Directiva de servicios.
2
Sentencia de 5 de diciembre de 2006, Cipolla, asuntos acumulados C-94/04 y C-202/04.
3
Sentencia de 5 de diciembre de 2006, Cipolla, asuntos acumulados C-94/04 y C-202/04.
4
Documento de trabajo de los servicios de la Comisión sobre las conclusiones de la revisión inter pares de los
requisitos relativos a la forma jurídica, la participación en el capital y las tarifas, elaborado en virtud de la
Directiva de Servicios, SWD(2013) 402 final, de 2 de octubre de 2013.
5
La Comisión incoó un procedimiento de infracción en junio de 2015 contra España en relación con los
honorarios mínimos obligatorios de los procuradores en España. http://europa.eu/rapid/press-release_IP-155199_es.htm
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decisiones de asociaciones de empresas [...] que puedan afectar al comercio entre los Estados
miembros y que tengan por objeto o efecto impedir, restringir o falsear el juego de la
competencia dentro del mercado interior». En particular, según la jurisprudencia de los
tribunales europeos, los acuerdos entre empresas y las decisiones de asociaciones de empresas
que consistan en «fijar directa o indirectamente los precios de compra o de venta u otras
condiciones de transacción» (véase el artículo 101, apartado 1, letra a), del TFUE) resultan
perjudiciales para la competencia y, por tanto, están prohibidos conforme al artículo 101,
apartado 1, del TFUE.
Según jurisprudencia reiterada, los abogados pueden ejercer actividades económicas y por
tanto, ser considerados empresas1, y los miembros de una asociación profesional podrán ser
considerados una asociación2 de empresas a efectos del artículo 101 del TFUE.
En consecuencia, un acuerdo entre empresas (por ejemplo, abogados) o una decisión de una
asociación de empresas (por ejemplo, colegios de abogados) que establezca tarifas legales
obligatorias mínimas o máximas puede incumplir el artículo 101 del TFUE cuando dicha
conducta sea susceptible de afectar al comercio entre los Estados miembros.3
De conformidad con lo expuesto en el apartado 1 anterior, la legislación pertinente española
dispone en este momento que los abogados pueden establecer libremente sus precios, y la
Comisión no dispone de información, tampoco en la petición, que sugiera que los abogados o
asociaciones de abogados hayan realizado o sigan realizando prácticas de fijación de precios.
Si obrara en poder del peticionario información que sugiera que los abogados o colegios de
abogados han acordado fijar precios o establecer precios mínimos o máximos, dicha conducta
infringiría el artículo 101, apartado 1, del TFUE, o, en el caso de que el acuerdo no
repercutiera en el comercio entre los Estados miembros (en el sentido de la jurisprudencia),
las disposiciones correspondientes de la ley de competencia española.
Por ejemplo, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, en su resolución de 23
de julio de 2015, constató que el Colegio de Abogados de Las Palmas había infringido la
legislación nacional de competencia, el artículo 1 de la Ley 15/2007, de 3 de julio, de Defensa
de la Competencia, al hacer recomendaciones sobre precios colectivos a sus abogados
afiliados4. Ello pone de manifiesto que la autoridad nacional de competencia está preparada
para abordar las preocupaciones del peticionario en materia de competencia, si las hubiere.
El artículo 102 del TFUE dispone que «[s]erá incompatible con el mercado interior y quedará
prohibida, en la medida en que pueda afectar al comercio entre los Estados miembros, la
explotación abusiva, por parte de una o más empresas, de una posición dominante en el
mercado interior o en una parte sustancial del mismo».
Según el artículo 102, letra a), del TFUE, tales prácticas abusivas podrán consistir,
particularmente, en «imponer directa o indirectamente precios de compra, de venta u otras
condiciones de transacción no equitativas». En este contexto, aplicar un precio que resulte
1
Asunto C-309/99, Wouters/Algemene Raad van de Nederlandse Orde van Advocaten, ECLI:EU:C:2002:98,
apartados 46 a 49.
2
Decisión de la Comisión, de 24 de junio de 2004, en el asunto COMP/A.38549, DO L 4/10 (6.1.2005).
3
Ídem.
4
CNMC Resolución de 23 de julio de 2015 (expediente SACAN/31/2013 HONORARIOS PROFESIONALES
COLEGIO ABOGADOS LAS PALMAS).
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excesivo puesto que no guarda una relación razonable con el valor económico del producto
suministrado podría vulnerar el artículo 102 de TFUE.1
Con el fin de determinar si puede existir una vulneración del artículo 102 del TFUE sería
preciso establecer que una o más empresas ocupan una posición dominante en el mercado en
cuestión. Sobre la base de la información a disposición de la Comisión, incluida la
información contenida en la petición, no queda clara la existencia de dicha posición
dominante en el mercado.
Además, el Derecho de la Unión no prohíbe la posición dominante como tal, sino que prohíbe
únicamente el abuso de dicha posición dominante.2 La Comisión no dispone de información,
tampoco a partir de la petición, que sugiera que los abogados o colegios de abogados realicen
prácticas de aplicación de precios excesivos, asumiendo que ocuparan una posición
dominante en el mercado.
En el marco de la aplicación de las normas de competencia de la Unión a las empresas, cabe
recordar que la Comisión y las autoridades nacionales de competencia de todos los Estados
miembros de la Unión cooperan entre sí a través de la Red Europea de Competencia (REC) en
la aplicación del Derecho de competencia de la Unión. Por ello se podría presentar ante la
Comisión o ante la autoridad nacional de competencia una denuncia sobre una posible
infracción de las normas de competencia de la Unión por parte de empresas.
Obligaciones impuestas a los Estados miembros en el marco de las normas sobre
competencia de la Unión
También es jurisprudencia reiterada que los Estados miembros tienen la obligación, conforme
al artículo 4, apartado 3, del TUE, y el artículo 101 del TFUE, de no «anular el efecto útil de
las normas sobre la competencia aplicables a las empresas». Tal es el caso, en particular,
cuando «un Estado miembro impone o favorece prácticas colusorias contrarias al artículo 101
del TFUE, refuerza sus efectos o prescinde de dar carácter estatal a su propia normativa,
delegando en operadores privados la responsabilidad de tomar decisiones de intervención en
materia económica».3
Sin embargo, según se menciona en el apartado 1 anterior, nada sugiere que España haya i)
obligado o animado a abogados a adoptar cualquier tipo de acuerdo o decisión contraria a la
doctrina del «efecto útil» establecida en el artículo 4, apartado 3, del TUE, conjuntamente con
el artículo 101 del TFUE, o que haya ii) prescindido de dar carácter estatal a su propia
normativa, delegando en operadores privados la responsabilidad de tomar decisiones de
intervención en materia económica.
Por último, los Estados miembros también están obligados, a tenor del artículo 106 del TFUE,
a no adoptar o mantener «respecto de las empresas públicas y aquellas empresas a las que
concedan derechos especiales o exclusivos, ninguna medida contraria a las normas de los
Tratados, especialmente las previstas en los artículos 18 y 101 a 109, ambos inclusive».
1
C-52/07, Kanal 5 Ltd/STIM upa, ECLI:EU:C:2008:703, apartado 28.
C-52/09, Konkurrensverket/TeliaSonera Sverige AB, ECLI:EU:C:2011:83, apartado 24.
3
Asuntos acumulados C-184/13 a C-187/13, C-194/13, C-195/13 y C-208/13 API, ECLI:EU:C:2014:2147,
apartado 29.
2
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Sin embargo, como se indica en el apartado 1, nada sugiere que el Reino de España haya
adoptado ninguna medida que exija a los abogados o colegios de abogados que establezcan
tarifas legales obligatorias mínimas o máximas.
Conclusión
Por consiguiente, la Comisión considera que, habida cuenta de que la legislación en España
no somete las tarifas de los letrados a un régimen de tarifas obligatorias mínimas o máximas,
no existe infracción de los artículos 15 y 16 de la Directiva de servicios por parte del Reino de
España.
Asimismo, por las razones anteriormente aducidas en el apartado 3, nada sugiere que i) el
Reino de España infrinja el artículo 4, apartado 3, del TUE, conjuntamente con el artículo 101
del TFUE, o el artículo 106 del TFUE conjuntamente con el artículo 102 del TFUE, o que ii)
los abogados o colegios de abogados estén vulnerando el artículo 101 o el artículo 102 del
TFUE.
Como consecuencia, no es necesario que la Comisión siga investigando estos aspectos.
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