Conoce los planteamientos filosóficos desde la edad

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1. HISTORIA DE LA FILOSOFIA
COMPETENCIAS
Conoce los planteamientos filosóficos desde la edad antigua hasta la edad media
La tradición filosófica occidental tiene una historia de más de 2500 años, desde la antigua Grecia hasta nuestros días.
Se la puede dividir en cuatro grandes períodos
6.1 Filosofía Antigua
Se inicio en el mundo grecorromano hacia finales del Siglo VI a.C y se prolongó hasta la decadencia del Imperio
Romano, en el siglo V d. C.
Con los griegos aparece la idea de naturaleza (physis) a la que se puede atribuir 2 significados:
•
•
El conjunto de todas las cosas
La esencia de las cosas
Prácticamente todos los filósofos presocráticos coinciden en distinguir en la naturaleza las siguientes ideas:
•
•
•
Es un kosmos, un orden en oposición al caos
Es dinámica, cambiante, está en continuo movimiento
Presenta unos movimientos intrínsecos, una animación y leyes propias.
Como hemos dicho se intenta definir la naturaleza como algo permanente y único; se persiguen unas leyes o
principios explicativos -a ser posible uno sólo pues la naturaleza es algo único- que explique dicha realidad. Ese será
el gran problema al que se enfrentarán los filósofos griegos, ya que es preciso explicar una naturaleza dinámica,
cambiante, a través de una ley que no puede estar sometida a dicho cambio, ha de ser inmutable, pues de lo
contrario no la podríamos conocer. Este principio explicativo del universo, de toda la realidad, será el arché. Cuando
se identifica el arche con un solo objeto estamos ante una filosofía monista; si además se explica todo se denomina
panteísta.
La idea del arche comprende 3 aspectos:
•
•
•
Origen explicativo de la naturaleza, de donde se conforman todos los seres. Los griegos conciben el
universo como algo eterno, y para explicar su origen se ha de recurrir a algo que prevalezca a través del
movimiento: para unos será el aire, para otros el agua, ...
Sustrato, de lo que están compuestos todos los seres.
Causa, que explique el movimiento o cambio.
Se le puede dividir en tres grandes períodos
6.1.1 Pre – ática
Los primeros pensadores griegos estaban familiarizados con el desarrollo de la geometría, la aritmética, la geografía y
la astronomía realizadas por las culturas egipcia, mesopotámica y persa. La revolución que supuso la filosofía griega
estaba dirigida al planteamiento de cuestiones relativas al origen de las cosas, de la materia primera del mundo, de la
unidad y la multiplicidad, del nacer y el perecer, del movimiento y la permanencia; prescindió de utilizar la religión
como medio de explicación.
6.1.1.1 Tales de Mileto (-624-546, aprox.)
Viajero inquieto y curioso, fue matemático, astrónomo y político, con fama de "sabio distraído. Creía que la tierra
descansaba sobre agua, que el agua es el principio único de todas las cosas y que todas las cosas están «llenas de
dioses»; es decir, “todas las cosas son -o se componen de- agua o, simplemente, que la tierra procede de ella, puesto
que sobre ella flota”. Recoge sus ideas de la cosmología egipcia y babilónica y de sus observaciones personales
(vivía en Mileto, importante puerto de mar, y el agua es imprescindible para la vida). Cuando afirma que «todas las
cosas están llenas de dioses», probablemente se refería a que toda la naturaleza, compuesta básicamente de agua,
tiene vida y movimiento propios; en ella, todo está vivo y animado (hilozoísmo). Con su planteamiento comenzó a
creer en algo natural, el agua, como clave de todo. Tales de Mileto. Sostiene que el arche es el agua, que a través de
distintos procesos de condensación y rarificación produce una multiplicidad
6.1.1.2 Anaximandro de Mileto (-610-545, aprox.)
Ideó métodos para determinar la distancia y tamaño de las estrellas y afirmó que la tierra es esférica y ocupa el centro
del mundo. Ninguna sustancia concreta de las que existen en el universo podría ser el principio de todo, pues todas
proceden de él; por tanto, debe ser algo indefinido/indeterminado (ápeiron ) El ápeiron es «inmortal e
indestructible», «eterno y no envejece» «El principio (arché) de todas las cosas es el ápeiron.; a partir de donde hay
generación para las cosas, allí también se produce la destrucción, según la necesidad. La destrucción de unos seres
engendra otros, y este es un proceso necesario, regular e inevitable en el cosmos. Hay una especie de ritmo cíclico en
el universo, dentro del cual todo sale de y todo vuelve al ápeiron.
Entiende el orden existente en el universo como un orden jurídico y moral («pagar culpas», «reparar»). Por lo tanto,
existir es pensar que del ápeiron comienzan a separarse sustancias opuestas entre sí; cuando una prevalece sobre
otra, se produce una reacción que restablece el equilibrio (ej.: la alternancia de estaciones frías/húmedas y
cálidas/secas).
Incluye una cosmología que narra la formación del cosmos (y del hombre) sin recurrir a representaciones míticas. Por
rotación se separan en el ápeiron lo frío y lo caliente. Lo frío/húmedo ocupa el centro, y a su alrededor gira una masa
de fuego. Por el calor se evapora una parte del agua y surge la tierra seca; se forma el cielo como una cortina de
vapor, por cuyos orificios podemos ver el fuego exterior, las estrellas. Los primeros animales surgieron del agua o del
barro calentado por el sol, y del agua pasaron a la tierra. Los hombres descienden de los peces; probablemente los
primeros se criaron dentro de alguno y, ya adultos, fueron arrojados a la tierra.
6.1.1.3. Anaxímenes de Mileto (-585-524):
Discípulo de Anaximandro, pensaba que todo tenían un principio único e infinito, pero no indeterminado, sino
concreto: era el aire, del que todos los seres derivan por rarefacción (convierte el aire en fuego) o condensación
(transforma el aire primero en viento, después en nube y, finalmente, en agua, que sobre la tierra puede convertirse en
piedra). Concibe el mundo como algo vivo: "Lo mismo que nuestra alma, que es aire, nos sostiene, igualmente el
aire envuelve al mundo entero".
6.1.1.4. Pitágoras y los pitagóricos:
Nació en Jonia (en la isla de Samos) hacia el 572 a.C. Conoció aAnaximandro de Mileto. Gran viajero, y se supone
que conoció Egipto, Babilonia y la India. De Samos se traslada a Italia y se estableció en Trotona, donde fundó una
secta filosófico-religiosa: hombres, mujeres y niños vivían en comunidad de bienes, manteniendo una disciplina y
ascesis rigurosa y guardando en secreto las doctrinas que aprendían.
El pitagorismo sostiene la doctrina de la transmigración de las almas (» orfismo) y el parentesco entre todos los seres
vivos y creen en un eterno retorno de los mismos acontecimientos en ciclos cerrados.
A partir de conocimientos matemáticos elaboran sus teorías sobre la naturaleza (origen, sustrato, causa) de lo real.
Observaron que muchas propiedades y comportamientos de los objetos pueden ser formulados
matemáticamente, y supusieron que todos los seres del universo son formulables matemáticamente, por eso, los
números son los principios de todas las cosas porque las cosas se componen de números porque son
agregaciones de unidades-puntos.
Los números proceden de la oposición par-impar, y propusieron explicaciones dualistas de la naturaleza,
estableciendo oposiciones entre términos como par-impar, limitado-ilimitado, bueno-malo, luz-oscuridad, recto-curvo,
cuadrado-oblongo,
Su cosmología intenta ser una explicación global del cosmos, Creían que primero existió la Unidad (= lo limitado),
rodeada por lo ilimitado. Después, la unidad se escindió en dos: en medio se introduce el vacío de los ilimitados y
surgen así el número 2 y la línea. Después se generan el 3 y el triángulo (la figura plana más simple) y el 4 y el
tetraedro (el sólido más simple). Describen el mundo como un cosmos en armonía. El cosmos es una esfera en cuyo
centro hay un fuego originario. Después están los cuerpos celestes (Tierra, Luna, Sol, los cinco planetas y el cielo de
las estrellas fijas, más la Anti-tierra, para completar el número 10 de los planetas). Todo este conjunto está envuelto
por una esfera de fuego..
6.1.1.5 Heráclito de Éfeso (544-484 a.C., aprox.)
Su filosofía fue entendida como una contraposición a la de Parménides. El principio del universo es el fuego,
eterno y encendiéndose o apagándose según cierto orden y medida: «Este mundo (...) no lo ha creado ningún hombre
o dios; siempre fue, es y será fuego eternamente vivo» Tanto las cosas individuales como el universo entero salen del
fuego y vuelven a él, perecen en fuego, en una especie de conflagración universal, para luego volver a renacer.
Apunta así la idea de «ciclo cósmico» (ya sugerida por Anaximandro),
Afirmó radicalmente que todo cambia y nada permanece; el universo es un continuo devenir en el que nada es
idéntico consigo mismo porque todo está sometido a continuas transformaciones. El mundo está en flujo
permanente, por lo que «no es posible introducirse dos veces en el mismo río, tocar dos veces una sustancia mortal
en el mismo estado, dado que por el ímpetu y la velocidad de los cambios se dispersa y vuelve a reunirse, viene y
desaparece» Los cambios -el devenir- no suceden de modo caótico o irracional, sino de acuerdo con ciertas
leyes y principios. Hay un lógos que todo lo orienta y unifica.
La ley que rige el universo es la «lucha de contrarios», pues en sus extremos los contrarios se funden en una sola
cosa (Dios es día-noche, invierno-verano, guerra-paz, hartazgo-hambre. Cambia como el fuego). Esto significa que la
realidad tiene una estructura contradictoria. Todas las cosas surgen de la contradicción y la discordia: «La guerra es
el padre y rey de todas las cosas» «la guerra es común a todas las cosas y la justicia es discordia, y todas sobreviven
por la discordia y la necesidad» Pero la contradicción engendra armonía. Dicha armonía que caracteriza al universo
no es una armonía estática, sino dinámica: un «equilibrio dinámico de tensiones entre contrarios», una
armonía tensa, como en el arco o la lira
El alma humana es una parte del cosmos; tiene naturaleza ígnea ("fogosa") y está en continua modificación, por lo
que experimenta en sí misma la tragedia del devenir y la contradicción. Con la misión de conocer el lógos universal y
penetrar en sí misma. El alma se mantiene viva por el conocimiento y gracias a él conserva su máximo carácter ígneo,
sobrevive a la muerte y se une definitivamente al fuego cósmico.
6.1.1.6 Parménides de Elea (540-470 a.C.)
Crítica las ideas pitagóricas, a Anaxímenes y a Heráclito. De una realidad única no puede surgir lo múltiple. Si sólo
existía agua en un principio, ¿cómo es que han surgido muchos más elementos diferentes? Lo que nunca existió, no
puede surgir de golpe; y lo que de siempre ha existido no puede ser destruido. El ente -"lo que hay", el Ser, "lo que
es"- es inengendrado (ingénito), indestructible, finito, compacto, homogéneo, indivisible, esférico e inmóvil
porque de lo contrario habría que suponer que procede del no-Ser y vuelve a él; pero el no-Ser es impensable e
inexistente.
Lo que hay o existe ha de ser una realidad única, individual. Tiene que ser «uno» porque si hubiera otra cosa
distinta sería el no-Ser. Inmóvil, porque de moverse se encaminaría hacia el no-Ser. E indivisible, porque entre sus
partes existiría el vacío (el no-Ser).
A Parménides sólo le interesan dos conceptos contrapuestos, el Ser y el no-Ser, para:
1º. Demoler la filosofía de sus predecesores, especialmente de los pitagóricos, mediante la negación del vacío y de la
pluralidad. El cambio y el movimiento serían algo ilusorio. Ataca el dualismo pitagórico aceptando sólo una parte de
los atributos del Ser en la doctrina pitagórica: limitado, uno, inmóvil.
2º. Parménides entiende por «Ser» la realidad, el mundo, y lo concibe como algo corpóreo (no distinguía entre objetos
materiales e inmateriales). El mundo sería como una esfera compacta, redonda, inmóvil y eterna.
3º. Por primera vez, plantea el problema filosófico del conocimiento: la dificultad para distinguir entre verdad y
apariencia u opinión. La razón -el pensamiento- sería la vía más fiable para obtener conocimiento, mientras que la
opinión sería un conocimiento basado en apariencias engañosas
En conclusión: Si de la unidad no puede surgir la pluralidad y estamos obligados a aceptar la existencia de una única
realidad, el movimiento y la pluralidad son algo incomprensible e inaceptable para la razón humana. Su insistencia en
lo permanente le lleva a eliminar o rechazar el movimiento o cambio de apariencia en las cosas. Pero esto significa
eliminar el conocimiento sensible, sobrevalorando la razón abstracta. Parménides tiene una noción abstracta, formal,
del ente o de la realidad: prescinde de todas las características que diferencian a los seres/entes reales.
6.1.1.7 Zenón de Elea (490-420 a.C.)
Será uno de los discípulos más célebres de Parménides. Su método consistía en tomar la hipótesis de su oponente
filósofo y de ahí derivar conclusiones contradictorias, a las que denominó paradojas o aporías.
Fue más allá de Parménides al demostrar por una serie de Paradojas o misterios filosóficos que el movimiento es
imposible. La paradoja más conocida es la del atleta Aquiles y la tortuga: Aquiles decidió hacer una carrera con una
tortuga y por ser justo le dio ventaja. El problema es que al darle ventaja a la tortuga nunca podrá alcanzarla. Cuando
Aquiles alcance el punto de partida de la tortuga, la tortuga habrà avanzado. Cuando Aquiles alcance el siguiente
punto la tortuga habrá ido aún más lejos, y así hasta el infinito. La distancia entre ellos se irá reduciendo cada vez
más a medida que avancen, pero nunca desaparecerá. Por más rápido que Aquiles corra nunca alcanzará a la
tortuga.
Naturaleza y mecanicismo (Empédocles, Anaxágoras y Demócrito)
Los pensadores inmediatamente posteriores a Parménides vieron las consecuencias absurdas a las que podía
llevar una interpretación monista de la naturaleza (poner una sola realidad como origen, sustancia y causa)
impedía dar cuenta del movimiento, el cambio y la pluralidad de lo existente. Por eso surgieron filosofías pluralistas
como Empédocles, Anaxágoras y Demócrito.
6.1.1.8 Empédocles de Agrigento (495-435 a.C. aprox.)
Coincide con Parménides en describir la realidad como una esfera, y lo hace en estos términos: «Igual a sí misma por
todas partes y sin fin, fija en el fuerte refugio de la Armonía, está la Esfera redonda que se goza en su soledad
circular. No hay discordias ni luchas indecentes entre sus miembros. Es igual a sí misma en todas direcciones y sin
fin; es una Esfera perfecta, en magnífica y circular soledad y llena de alegre orgullo» (Fr. 27-28).
Sostiene que en el mundo hay movimiento y pluralidad de seres, porque, en su interior, la esfera contiene cuatro
elementos mezclados que son las raíces de todas las cosas: fuego, aire, tierra y agua. Cada uno de esos elementos
es eterno e imperecedero, pero al mezclarse entre sí originan la enorme diversidad de seres que conocemos.
Los cambios y alteraciones que se producen no son más que combinaciones de los elementos primitivos, debido a
dos fuerzas cósmicas: al Amor y el Odio. Tales fuerzas rigen también el comportamiento del ser humano. A partir de la
unión y separación de estas fuerzas Empédocles desarrolla la teoría de los ciclos del mundo, del Eterno Retorno.
Primero reina el Amor en soledad, y la Esfera es algo único, eterno, inmóvil y homogéneo (= el Ser de Parménides),
donde los cuatro elementos están mezclados. Por la acción del Odio se produce la separación, que no suele ser
completa: la acción conjunta del Odio y el Amor origina el cosmos y todos los seres que contiene. Cuando triunfa el
Odio, los elementos se separan completamente, y cada cosa se une con su semejante: en el centro, la tierra; en
esferas concéntricas, el aire, el agua y el fuego. Finalmente, el Amor vuelve a mezclarlos a todos de nuevo y se vuelve
a la Esfera, iniciándose un nuevo ciclo.
6.1.1.9 Anaxágoras de Clazomene (500-428 a.C. aprox.)
Sólo le preocupó el pensamiento y la teoría, y vivió ajeno a cualquier tipo de actividad política. Admite la pluralidad y
el movimiento, los cambios y transformaciones en la naturaleza. Sostiene que todo existe desde siempre y nada
nuevo puede originarse, aunque sí combinaciones diferentes de los elementos iniciales. Las partículas actuales
proceden de una masa original especialmente compacta y maciza, sin intersticios ni separación alguna.
Todo lo que se produce y sucede es resultado de la mezcla de innumerables elementos. Por la mezcla o disgregación
de las semillas es posible la generación de nuevos seres, corrupción y destrucción, transformación. El universo se
originó mediante un remolino o torbellino que proporcionó el movimiento inicial y las primeras fuerzas de carácter
mecánico (sólo identificó el aire, el éter y otros elementos como causas)
El elemento o «principios» iniciales son "semillas" que son cualitativamente distintas y divisibles hasta el infinito.
En cada cosa hay semillas de todas las demás y "todo participa de todo": de todas las sustancias que conocemos
existen desde siempre partículas diminutas, acumuladas las de una misma clase en cada objeto natural, pero en cada
objeto están presentes partículas de todos los demás.
Anaxágoras postuló un «principio de movimiento» que le llamó «Noûs» (Entendimiento, Inteligencia, Espíritu), la
causa que imprimió a toda esa masa inerte un movimiento en forma de remolino. El Noûs es algo separado, distinto,
de la masa de semillas; nada lo limita y es completamente autónomo; lo conoce todo y tiene el máximo poder. Es
la cosa más sutil y pura de todas. Fue el primero en exponer la idea de dios como principio rector del universo.
Aportó elementos para una concepción del universo como resultado de una inteligencia que actúa conforme a
fines, y por eso el resultado de todos los procesos naturales es siempre la obtención de la máxima perfección,
belleza y armonía.
6.1.1.10 Demócrito de Abdera (aprox. 460-370)
Acepta la imposibilidad de que la pluralidad surja a partir de la unidad, y el ente es inengendrado, indestructible,
inmutable, finito, compacto, homogéneo e indivisible. Los átomos no son sólo esféricos (los hay de otras formas) ni su
unicidad. Pretende, como Empédocles y Anaxágoras, salvar la pluralidad y el movimiento en el mundo, que
percibimos por los sentidos.
Pero, a diferencia de Empédocles y Anaxágoras, admite el vacío -el "no-ser"- y niega cualquier tipo de fuerza
(Amor, Odio, Noûs) ajena a la materia. Entre la multitud de realidades -átomos-, es preciso que exista algo, el vacío,
pues si existen dos cosas separadas por algo, en realidad tendríamos tres cosas. Y si no hubiera separación entre
ellas, serían una sola y única cosa. El vacío es algo real en cuanto que efectivamente existe o está presente entre
dos sustancias distintas. El vacío tiene una importancia decisiva: hace posible la pluralidad y también el
movimiento. Sin vacío, las partículas quedaban aprisionadas en la masa compacta de Anaxágoras. Pero gracias al
vacío, los átomos pueden moverse libremente por él.
El mundo consta de infinitas partículas indivisibles (átomos), sólidas y compactas, inmutables (cada átomo
individual posee las características del «ser» de Parménides, con la diferencia de que son infinitos en número).
Carecen de cualidades sensibles y sólo se distinguen entre sí por la figura y la posición. Poseen movimiento
propio y espontáneo en todas las direcciones (como las partículas de polvo en suspensión iluminadas por un rayo de
sol). Chocando entre sí se enganchan y unen o rebotan y se separan. A veces se originan torbellinos de átomos que
dan lugar a mundos infinitos, todos ellos perecederos.
Los choques entre los átomos son fortuitos, regidos por el azar. No obedecen a ninguna ordenación inteligente ni se
orientan hacia un fin determinado. Materia, vacío y movimiento son los únicos elementos del cosmos atomista, una
doctrina típicamente mecanicista.
El movimiento no se inició en ningún momento concreto, porque los átomos siempre se han movido eternamente
en el vacío. Se quita así, de un plumazo, el problema del origen.
Toda forma de conocimiento se reduce al tacto o contacto. Los objetos emanan átomos (eidola, eídola) que viajan
por el vacío y, al chocar con los órganos de nuestros sentidos, producen el conocimiento. Pero cada uno capta de
manera peculiar las cualidades de las cosas que nos transmiten los átomos. El pensamiento surge por una
concentración de átomos anímicos en alguna parte del cuerpo, dotados de movimiento espontáneo. El alma son
también un conjunto de átomos cuyas fuerzas mueven al cuerpo.
6.1.2 Filosofía Ática
6 .1.2.1 Nueva situación social, económica y cultural
La filosofía emigra de las colonias (Mileto, Éfeso) a Atenas. En este período los filósofos representan los intereses y
preocupaciones de la democracia ateniense. El triunfo de la democracia coincide con un período de prosperidad
económica y cultural.
6.1.2.2 Los Sofistas
Sofista (sophistés) fue primero sinónimo de sabio (sophós). Pero después adquirió el sentido peyorativo de
embaucador hábil y mentiroso (en los diálogos de Platón). Últimamente han merecido una mejor consideración: los
sofistas crearon en Grecia un amplio movimiento de difusión cultural, conocido como «Ilustración griega»: Fueron
educadores a sueldo de los jóvenes «bien», con un modelo renovado de enseñanza muy amplia y puesta al día.
Enfatizaban la oratoria y la erística, y enseñaban a convencer entre otras cosas para ganar pleitos en los
tribunales.
La escuela sofística primero, y Sócrates después, centrarán sus reflexiones en la ética y la política, así como en la
naturaleza del lenguaje, las normas, las leyes y la sociedad. Su interés se separa de la cosmología para centrarse en
los asuntos humanos.
6.1.2.2.1
Protágoras (481-401):
Natural de Abdera (paisano de Demócrito), se hizo famoso en Atenas, pero tuvo que escapar a Sicilia acusado de
ateísmo y blasfemia.
Su tesis más conocida: «el hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto que son, y de las
que no son en cuanto que no son». Parecía defender, pues, un relativismo en cuestión de cualidades percibidas y
valores. Puede considerarse un relativista cultural: cada pueblo tiene costumbres y leyes diferentes, y cree que las
suyas son las mejores. La ley, por tanto, no es algo basado en la naturaleza, sino invención de los legisladores.
Existe por convención, y es siempre modificable. Eso no significa que cualquiera pueda violar la ley cuando
quiera, sino que debemos mantener en lo posible las leyes que poseemos, porque cualesquiera otras serán también
convencionales.
Defiende el valor de la cultura como algo que necesita el hombre para sobrevivir -es un ser desvalido- y que le
diferencia de los animales. Pero se necesita además el sentido de la justicia y la virtud política, sin las cuales
sería imposible la vida en la ciudad.
6.1.2.2.2. Gorgias (483-374):
Natural de Leontinos (Sicilia), pronto abandonó la filosofía para dedicarse a la oratoria. En su tratado Acerca de la
naturaleza o del no-ser, afirma:
1. Nada existe;
2. Si existiera algo, no podría ser conocido;
3. Si pudiera ser conocido, no podría ser comunicado ni explicado a los demás.
Intenta demostrar que no coinciden la realidad, el pensamiento y la palabra, destruyendo así las tesis
fundamentales de la filosofía eleata -la identidad entre el ser y el pensar-. Extiende su relativismo a la ética. Por eso
piensa que la seducción, la ilusión y el engaño quedan justificados en la oratoria y en el teatro: actor y orador
han de ser maestros de seducción.
6.1.2.2.3 Hipias de Elis (auténtica enciclopedia andante):
Consideró la ley convencional y, además, contraria a la naturaleza.
Defendió la autonomía y autarquía del individuo y su derecho a rebelarse contra las leyes, porque siempre
oprimen a los más débiles.
Recomendaba una vuelta a la naturaleza, pues la vida en sociedad va contra la naturaleza.
6.1.2.3 Filósofos clásicos
Se denomina filosofía clásica al pensamiento de los filósofos griegos como Sócrates, Platón y Aristóteles, que influyó
notablemente en la cultura occidental.
6.1.2.3.1
Sócrates (-470 al -399 a. de C.)
No escribió su doctrina, pero ésta llegó a conocerse gracias a los escritos de Platón (-428 al -347 a. de C.), su
discípulo.
La filosofía de Sócrates es básicamente moral y ética. Trataba de llegar al conocimiento de los valores morales por
medio de preguntas, intentando alcanzar la verdad descartando las respuestas que no eran lógicas. Este método,
denominado mayéutica, lo llevaba a investigar principalmente los temas éticos.
Tenía la convicción que el hombre es sabio cuando reconoce que no sabe, que la vida no vale la pena vivirla sin
reflexionar, que la ética es lo más valioso y que la persona que es bondadosa, podrá sufrir pero no perderá nunca su
bondad.
Fue un hombre odiado y temido porque no tenía pelos en la lengua. Decía todo lo que le parecía correcto y a veces,
en sus pláticas dejaba descolocado a muchos ciudadanos con poder. Debido a estas características y también por sus
ideas políticas contrarias al régimen imperante, Sócrates fue condenado a muerte con los cargos de no aceptar a los
dioses que adoraba su pueblo y de corromper a la juventud con ideas liberales; y pudiendo salvarse, eligió morir fiel a
sus principios.
6.1.2.3.2
Platón
1. El hombre. En su concepción del ser humano, en el que distingue claramente alma y cuerpo y forman una unidad
accidental, precaria, en un sentido parecido a como afirmamos que un jinete está unido a su caballo. El cuerpo es la
cárcel del alma. Supone un lastre negativo para el alma, pues le crea necesidades, enfermedades, deseos, temores,
pasiones y sensaciones que le obstaculizan la búsqueda de la verdad. Es un estorbo del que el alma tiene que
liberarse poco a poco, del que tiene que purificarse para poder acceder a la contemplación de las Ideas. El cuerpo
inclina al alma a poseer cada vez más, a ser ambiciosa, al comportamiento violento y a la guerra, a los placeres
sensibles (Fedón, 250 D y 66).
2. Naturaleza del alma y su relación con el cuerpo
Todos los filósofos griegos admiten la existencia del alma, aunque hay fundamentalmente 2 planteamientos:
• El alma como principio de vida.
• El alma como principio de conocimiento. Si atendemos a esta postura, el alma sería propia únicamente del
hombre, eterna o inmortal y unida accidentalmente o de manera antinatural con el cuerpo. Esta concepción es
la que Platón elige
Para Platón existen 2 mundos:
• Mundo o ámbito físico ("aiszetos on"): Mutable, perecedero, engañoso, falso, ..
• Mundo o ámbito de las ideas ("ontos on"): Lo realmente "real", inmutable, eterno, simple...
Por eso, el alma pertenece al mundo de las ideas mientras que el cuerpo pertenece al mundo físico. Por eso, las ideas
estuvieron en contacto con el alma. En un momento dado estas almas se unen con un cuerpo para purificarse de una
forma temporal; a través de la información de los sentidos que el cuerpo le suministra de la realidad física, burda
imitación del de las ideas, el alma "recuerda" estas ideas: es la anamnesis o teoría del recuerdo.
Para Platón existen en el hombre 3 almas, o tres partes de una misma alma (nunca lo dejó claro), que son:
•
•
•
Alma racional (razón). Destinada al conocimiento de las ideas. Es la superior, y, parece que quiso decir,
aunque tampoco está claro, que es la única inmortal. Le dio una localización física en la cabeza y una virtud,
la prudencia.
Alma irascible (fortaleza). Voluntad, fortaleza o ánimo del hombre para superar los problemas y alcanzar las
finalidades. Según Platón está situada en el pecho y tiene la virtud de la fortaleza.
Alma concuspicible (apetito). Es la más baja del hombre. Está constituida por sus deseos y necesidades
básicas. Está situada en el vientre y tiene la virtud de la templanza.
Gracias a estas 3 virtudes se controla el cuerpo, y a la vez el alma racional controla las otras 2.
3. Conocimiento y realidad.Platón vuelve a la explicación racional de la naturaleza que había estado abandonada con el escepticismo y
relativismo de los sofistas y Sócrates y replantea cuestiones de filósofos presocráticos, sobre todo de Demócrito (eran
las combinaciones al azar, en desorden, de las homeomerías lo que daba lugar a un Universo en orden; dichas
combinaciones eran imprevisibles y no las podemos conocer) y Anaxágoras.
Platón elabora una teoría según la cual el orden del Universo no puede surgir del desorden y en la que critica a
Demócrito por considerar que el Universo no se puede conocer.
- El primer elemento que conforma la teoría platónica de la realidad es el Demiurgo: inteligencia ordenadora del
Universo, al que le da estructura y una finalidad.
- El segundo elemento, recogido de Demócrito, es la idea de espacio o chora: la materia caótica y desordenada,
eterna, dinámica con movimiento desordenado desde siempre. En esto se diferencia de Anaxágoras porque este
afirmaba que las homeomerías en principio forman un orden al que el Nous imprime movimiento.
El demiurgo tiene que tener algo del que copiar o plasmar en el mundo físico: las ideas, entidades de existencia real,
inmutables, eternas, simples y verdaderas; son originales de Platón, aunque influido en parte por Sócrates. están
jerarquizadas y en la cúspide encontramos la idea de uno-bien-belleza.
Platón explicar la realidad – permanencia, esencia y unidad - o coordenadas lógicas lo hace afirmando que las ideas
son conocidas por medio de la razón. Del mismo modo, el espacio caótico y dinámico se identifica con lo aparente,
cambiante y múltiple, conocido por el medio de los sentidos. El conocimiento mediante los sentidos y la razón son
heterogéneos, es decir, tienen características y origen diferentes, y mientras que los sentidos nos conducen al error, la
razón nos lleva a la verdad. Platón recoge estos planteamientos de Parménides (de sus ideas de doxa y aletheida)
Los sentidos nos suministran información del mundo físico que, mediante la anamnesis, revive del alma la
contemplación de las ideas. El mundo de las ideas es muy difícil de conocer y el hombre sólo participa de él en cierta
medida. El conocimiento de las ideas, según Platón, requiere de estos pasos:
4. Ética y Política.- Platón, al igual que su maestro Sócrates, hace frente al relativismo moral sofista: afirma que la
justicia sí puede ser definida pues existe por sí misma al ser una idea más. Para Platón la justicia consiste en el
perfecto ordenamiento de las 3 almas, es decir, cuando cada una desarrolla las virtudes que le son propias:
•
•
•
el alma racional, la prudencia
el alma concupiscible, la templanza
el alma irascible, la fortaleza
Cuando esto ocurre, se llega a la felicidad a través de la virtud.
Los fundamentos del pensamiento político de Platón aparecen reflejados en un modelo de sociedad utópica en su
diálogo la República. Sus 2 principios básicos:
- Correlación estructural entre el alma y el Estado. La estructura del Estado se ha de corresponder con la
estructura del alma. Por eso, distingue en todo Estado 3 clases:
- Los gobernantes, identificados con el alma racional.
- Los guardianes auxiliares encargados de la defensa del Estado, correspondientes al alma irascible.
- Los productores, en relación con el alma concupiscible.
- Organización funcional. Cada uno de los grupos sociales debe tener su función y desarrollar una virtud que se
corresponderá con la parte del alma con que se ha relacionado. Así:
- los productores tendrán que tener templanza o moderación
- los guardianes auxiliares, fortaleza.
- los gobernantes, prudencia.
Por consiguiente, la justicia social consiste en la realización de las funciones propias de cada grupo y que cada
grupo social sea consecuente con la virtud que le es propia.
Como la prudencia proviene del conocimiento; entonces, los gobernantes han de ser los sabios y cuando el sabio
llegue al poder hay que abolir las leyes, porque actúa conforme a la justicia.
Para Platón, el Estado tiene la finalidad, de educar a los ciudadanos en la justicia y la virtud, con lo que
conseguirán la felicidad.
Así, diseña un sistema educativo en el que distingue 2 etapas:
•
•
Una educación obligatoria, común a todos que alcanzaría más o menos hasta los 20 años. Esta comprendería
la música (para permitir el control del hombre sobre las partes inferiores del alma) y la gimnasia (para el
control del cuerpo)
Una segunda etapa destinada sólo a los futuros gobernantes (de los 20 a los 35 años), a la que se accedería
por sorteo. Constaría de 2 fases: una primera de aprendizaje de las matemáticas, y una segunda, la dialéctica
o conocimiento de las ideas superiores.
Plantea la igualdad absoluta entre hombres y mujeres para acceder a cualquier posición social. Y la clase de los
gobernantes y de los guardianes auxiliares no podían tener propiedad privada ni familia, para evitar que el egoísmo y
la ambición los convirtiera en tiranos.
6.1.2.3.3
Aristóteles
1. Naturaleza y causalidad.
Aristóteles realizó la siguiente división de las ciencias teóricas:
•
•
•
Física, cuyo objeto de estudio son los seres sometidos a movimiento y que tienen existencia real .
Matemáticas, cuyo objeto de estudio son los seres no sometidos a movimiento y que no tienen existencia
real.
Filosofía primera, ontología o teología, cuyo objeto de estudio son los seres no sometidos a movimiento y
que tienen existencia real.
Para Aristóteles, cada ser tiene un orden, un plan interior, su función en la naturaleza; tiene una finalidad interna o
teleología inmanente.
También se ocupa del movimiento o cambio. Ya vimos como Parménides dice que no es posible el movimiento,
porque supone el paso del ser al no ser. Platón lo soluciona afirmando que el mundo "realmente real", el de las ideas,
es inmutable, aunque el mundo físico irreal aparezca como cambiante y dinámico. Aristóteles introduce una distinción
para poder explicar el movimiento. Así el NO SER puede ser:
•
•
Absoluto: lo que no se es y no se puede llegar a ser. Ej.: Una piedra no es un niño ni puede llegar a serlo.
Relativo: lo que no se es pero se puede llegar a ser. Ej.: Un niño no es un hombre, pero en el futuro lo será.
El cambio en el no ser absoluto no es posible, pero sí en el no ser relativo, y supondrá el paso de lo que se es ahora lo que se es en acto- a lo que se puede llegar a ser -lo que se es en potencia-.
Distinguió 2 categorías:
•
•
Sustancia: aquello que existe por sí mismo. Ej.: Cuando decimos "Ese árbol es", le estamos atribuyendo una
esencia o ser.
Accidentes: aquello que no existe por sí mismo sino que se manifiesta en un soporte o sustancia. Estos
accidentes son: cualidad, cantidad, acción, pasión, hábito, situación, relación, lugar, modalidad. Ej.: "Ese árbol
es viejo", a la esencia o ser del árbol le estamos atribuyendo un accidente.
De acuerdo a esta clasificación, Aristóteles distinguió 2 tipos de movimiento o cambio:
•
•
Cambio Accidental: En el cual permanece una sustancia, desaparece un accidente y aparece otro nuevo.
Puede ser: cambio cuantitativo (cambia la cantidad), cualitativo (cambia la cualidad) o local (cambia la
localización)
Cambio Sustancial: Se produce un cambio en la sustancia.
Analizando el movimiento nos encontramos con que siempre intervienen estos elementos:
•
•
•
Algo permanente, la materia última: materia indeterminada en potencia. Es indeterminada porque siempre es
en potencia y, por tanto, puede convertirse en cualquier otra cosa.
Algo desaparece, una sustancia: un accidente que en un momento dado adopta la materia.
Algo que aparece, una sustancia nueva: un nuevo accidente o forma que adopta la materia.
Por eso, los cuerpos están constituidos por la asociación íntima de materia y la forma: constituye la llamada teoría
hilemórfica de la materia.
La forma es principio de actividades y operaciones. De acuerdo con la forma, la materia tendrá unas determinadas
actividades, que permitirán catalogarla en distintas especies. Es a lo que llamó naturaleza -el conjunto de operaciones
que le son propias según la forma sustancial.
La forma y la materia son causas intrínsecas, entendiendo por causa cualquier elemento que sirve para explicar un
proceso. El termino causas intrínsecas no puede explicar todos los procesos, por eso, añade unas causas
extrínsecas: causa agente o eficiente (aquello que produce el cambio o movimiento) y causa final (finalidad del
proceso); que en los seres naturales, o seres vivos, coinciden.
2 Virtud y felicidad.
•
Para Aristóteles el alma individual no es inmortal, y defiende una unión natural entre cuerpo y alma. En
semejanza con las ideas de Platón, afirma que existe un alma común o entendimiento a todos los seres de
una misma especie (un alma humana, un alma canina, ...), que si es inmortal.
Aristóteles, al igual que Platón, identifica la felicidad con la virtud. Es la realización de las actividades que le son
propias o específicas a cada ser, de acuerdo con su naturaleza; ésta se ha de buscar en sí mismo, en lo que lo
distingue de los demás.
Sin embargo, Aristóteles se da cuenta que el hombre no es sólo razón, y que por tanto la felicidad humana es limitada.
Esto quiere decir que necesita tener cubierta previamente unas determinadas necesidades: tanto bienes corporales,
como externos -dinero, ...- o virtudes morales.
Para Aristóteles las virtudes son hábitos, disposiciones duraderas, que nos permiten actuar en la vida eligiendo
el TÉRMINO MEDIO en relación a nosotros mismos y de dos vicios, uno por exceso y otro por defecto. Por eso,
distingue 2 grupos de virtudes:
•
•
Virtudes morales (o virtudes éticas)
Virtudes intelectuales (o virtudes dianoéticas).
Para encontrar el término medio entre esos dos extremos por exceso y por defecto utilizamos la prudencia, que
puede entenderse como el saber práctico o el buen juicio. Aristóteles destaca esta virtud, junto con la justicia, por
encima de las demás.
La justicia constituye para Aristóteles un elemento fundamental en las relaciones interhumanas. Que puede ser:
Justicia general o legal, que consiste en el cumplimiento de las leyes. O Justicia particular, que consiste en dar a
cada uno lo suyo.
3 Carácter comunitario del bien.
Destaca la amistad como elemento fundamental para obtener el bien de forma comunitaria. Y es cualquier relación
que está fundamentada en la solidaridad o en el afecto. De todo esto, se desprende que el hombre es un ser
social por naturaleza. Distingue 3 tipos de amistad: por placer; por utilidad; por bien. Donde por placer y utilidad
desaparece la amistad y la verdadera es por bien, porque se enraíza en la naturaleza humana.
Las virtudes y la felicidad solo se desarrollan en Sociedad, porque; sin la sociedad no sobreviviría, ya que, en
principio, carecería de los bienes fundamentales. Y sin las leyes sociales nunca alcanzaría las virtudes.
En el desarrollo político Aristóteles sigue un procedimiento deductivo: Realiza un estudio y análisis de las
Constituciones existentes. Deduce la Constitución más perfecta y aplicable a la práctica.
Realizó un estudio bastante extenso de las Constituciones existentes y distinguió 3 grandes grupos de formas de
gobierno: a. Monarquía: Gobierno de uno solo. b. Aristocracia: Gobierno de los mejores. C. Democracia: Gobierno
de la multitud
Todos estos sistemas deben buscar el bien y la felicidad de todos. Cuando esto no ocurre aparecen perversiones o
degeneraciones: La Monarquía da lugar a la Tiranía. La Aristocracia da lugar a la Oligarquía. La Democracia da
lugar a la Demagogia
Aristóteles insinúa que el gobierno ideal puede ser el de una clase intermedia. De cualquier forma, cualquier forma de
gobierno es buena si respeta la felicidad, el bien y utilidad de todos.
Un gobierno que actúe correctamente ha de cumplir: Esté de acuerdo con la naturaleza humana. Esté de acuerdo con
las condiciones históricas concretas que se dan.
Posteriormente precisó estos criterios: Procure la prosperidad material y la vida virtuosa del ser humano llevándole a
la felicidad. El nº de ciudadanos no debe ser demasiado alto ni demasiado bajo: ha de haber un término medio. El
territorio que posea el Estado ha de ser el adecuado para que vivan de una forma próspera sus habitantes. Ha de
perseguir que el talante de los ciudadanos sea la inteligencia y la valentía. Que el Estado procure una educación
obligatoria, tanto en períodos de guerra como en períodos de paz, que persigue que los ciudadanos sean libres
mediante el ejercicio de la virtud. Que el poder esté en mano de los más ancianos ya que esto supone un principio
lógico de subordinación de los más jóvenes. Que haya una distinción de funciones en el Estado.
Como diferencias con Platón, no predicó una comunidad de propiedad y de familia entre los gobernantes.
6.1.2.4. Filosofía Helenística
6.1.2.4.1. Cínicos
Es una de las manifestaciones más radicales de la filosofía y también de las más incomprendidas. Los cínicos
consideran que la forma de vivir es parte fundamental de la filosofía e inseparable de su manera de pensar. Sin
embargo, no todos los integrantes de este movimiento tienen las mismas actitudes externas ni los mismos
comportamientos, por lo que a veces se habla de filosofía cínica, otras veces de actitud cínica y otras simplemente de
locura. El término cínico es uno de esos términos que han ido perdiendo su significado original y transformándose
en otro distinto al que tuvo en sus orígenes.
El cinismo es una filosofía teórica y una práctica, pero también una forma de vida, aunque esta característica se
empezó a perder enseguida, es una filosofía que pretende alcanzar la felicidad mediante la sabiduría y la ascesis.
6.1.2.3.4
Hedonistas
Se llama Hedonismo a la tendencia consistente en considerar que el placer es un bien. De la palabra griega hedoné,
ððððð, que se traduce por “placer”. El placer significaba algunas de las sensaciones de alguno de los sentidos. En esa
época, era muy frecuente que el placer se entendiera sólo por el placer corporal, sin necesidad de indicarlo
expresamente. En la época de los sofistas era frecuente pensar que el placer se conseguía por la armonía o la buena
disposición de los distintos elementos del cuerpo. Se sentía placer cuando se estaba “lleno”, en el sentido corporal,
cuando se estaba “bien provisto”; lo contrario, originaba un “vacío”, que originaba el deseo, que al cumplirse,
conseguía el placer.
En muchos casos se ha creído que el placer es el mayor bien, o se ha identificado “placer” con “bien”. El bien en
cuestión ha sido en muchos casos un “bienestar”, en el sentido literal de este término. Ha habido muchas discusiones
sobre el significado, propuestos y formas del hedonismo.
Ha habido muchas formas de hedonismo. El hedonismo más radical sostiene que todos los placeres deben ser
satisfechos sin que se les ponga ninguna restricción, mientras que el hedonismo moderado afirma que la actividad de
placeres debe ser moderada, para que así aumente el placer. Puesto que gran parte de las disputas sobre el
significado de “placer” y sobre la justificación de buscarlo han tenido lugar en el terreno “moral”, se ha considerado
que el hedonismo es una tendencia en filosofía moral, en la ética.
6.1.2.3.5
Estoicos
Hablan del mundo como un todo unitario y armonioso, regido por la necesidad inflexible de la ley universal
(determinismo). El orden natural será el único refugio capaz de proporcionar racionalidad en un marco social caótico.
Hablan de dos principios: la materia (pasivo) y el logos universal (activo, de naturaleza corpórea, no inmaterial).
Sólo lo que tiene cuerpo (lo material) es real. La materia carece de cualidades y es pasiva. El universo es un todo
animado y divino Todos los acontecimientos están férreamente determinados por una cadena causal inexorable. A
esa necesidad que rige el cosmos le llaman «destino» o «providencia». Es un orden necesario, pero totalmente
racional.
El alma humana es corpórea, mortal y procede de los padres. La única fuente de conocimiento son los sentidos
(empirismo) y la representación sensible es una copia de la realidad (realismo ingenuo)..
Mientras la Física enseña a conocer la Naturaleza, la Ética enseña a vivir de acuerdo con la naturaleza. El bien
moral del ser humano, por lo tanto, consiste en vivir de acuerdo con la Naturaleza global y con la propia naturaleza.
La virtud es la disposición permanente a vivir de acuerdo con la razón y el deber, no admite grados: se es virtuoso o
no. Toda tendencia natural es buena, porque la propia naturaleza es norma de conducta. Cuando la naturaleza
humana se desvía, entonces surge la pasión. Cicerón la entiende como «una tendencia demasiado vehemente, que
se aleja del equilibrio natural. Crisipo señaló cuatro pasiones básicas: dolor (ante un mal presente), temor (ante un
mal futuro), placer (ante un bien presente) y deseo sensual (ante un bien futuro). Ante la pasión, el deber exige
autodominio. Proponían un estadio de imperturbabilidad, de serenidad intelectual, conocido como ataraxía
estoica:”No te dejes dominar por la imaginación. Si aguardas y te contienes, serás más fácilmente dueño de ti mismo”
6.1.2.3.6
Epicúreos
Es un sistema filosófico enseñado por Epicuro de Samos, filósofo ateniense del siglo IV a. C. y seguido después por
otros filósofos, llamados epicúreos. En el año 306 a. C. Epicuro adquirió la finca llamada "El Jardín" en las afueras de
Atenas y fundó su escuela de filosofía. Formada tanto por varones como por mujeres (gran novedad en las escuelas
griegas), en ella vivió aislado de la vida política y de la sociedad, practicando la amistad y la vida estética y de
conocimiento.
Epicuro proponía la realización de la vida buena y feliz mediante la administración inteligente de placeres y dolores, la
ataraxia y los vínculos de amistad entre sus correligionarios. Este placer no debía limitarse sólo al cuerpo, como
preconizaba el hedonismo cirenaico, sino que debía ser también intelectual, ya que el hombre es un todo. La felicidad
está en los placeres -goces- del cuerpo, siempre que sean naturales, moderados y sin excesos, disfrutados con
serenidad
6.1.2.3.7
Escépticos
Escéptico es alguien que profesa duda o está en desacuerdo con lo que generalmente está aceptado como verdad.
La palabra "Escéptico" viene del griego skeptikoi (de skeptesthai que en griego significa examinar), el nombre dado a
los seguidores del filósofo griego Pirrón.. Pirrón profesó una doctrina que abandonaba el juicio y creía que no había
nada verdadero o falso, bueno o malo, hereje o sagrado. Pirrón estaba en contra del pensamiento dogmático. Pirrón
no dejó nada escrito, pero a él se le atribuyen frases como:
1. Nunca llegarás a conocer la verdad.
2. No digas "Así es", sino "Me parece que es".
3. La diversidad de opinión existe entre sabios igual que entre ignorantes. Cualquier opinión que yo tenga puede
ser repudiada por personas igual de listas y preparadas que yo, y con argumentos tan válidos como los míos.
Los escépticos usualmente no creen en una verdad objetiva, porque para ellos todo es subjetivo, dependía del sujeto
y no del objeto. Por ejemplo un escéptico diría siento frío pero no hace frío, ya que él sólo puede saber que él tiene
frío o calor. A esta postura de no emitir juicios, sino exclusivamente opiniones, se la llamó suspensión de juicio. En
la filosofía, esta actitud los llevaría a la paz del alma porque, al no creer en nada, no entraban en conflictos con nadie
y no se veían obligados a defender sus opiniones ya que, para ellos, no existían verdades objetivas.
6.1.2.3.8
Eclécticos
El eclecticismo se produjo en Grecia a partir del siglo II a. C (Cesar León y Platón), como una forma de sintetizar los
grandes hallazgos intelectuales de la filosofía clásica anterior de los presocráticos, Platón y Aristóteles. Por ejemplo,
Antíoco de Ascalón compaginó el estoicismo y el escepticismo, y Panecio de Rodas basó su pensamiento en el
platonismo y el estoicismo. Los pensadores romanos, que nunca desarrollaron un sistema filosófico propio, se
inclinaron por este tipo de pensamiento: Cicerón, por ejemplo, que asimiló teorías del estoicismo, del escepticismo y
de los peripatéticos, sin considerar su desunión esencial. Entre los cristianos, Clemente de Alejandría y Orígenes
combinaron la metafísica griega y las ideas judeocristianas de las Santas Escrituras. Ya a fines de la Edad Media, el
maestro de la Devotio moderna Eckhart formuló un sistema de filosofía cristiana basado en Aristóteles, sus
comentaristas árabes medievales, el neoplatonismo y la Cábala o mística hebrea.
6.1.2.3.9
Neoplatónicos
Es una corriente estaba inspirada, sobre todo, en la teoría de las Ideas. A esta corriente la llamamos neoplatonismo.
El neoplatónico más importante fue Plotino (205-270 d. de C.), que estudió filosofía en Alejandría, el neoplatonismo
también ejercería una fuerte influencia sobre la teología cristiana. Plotino pensaba que el mundo está en tensión entre
dos polos. En un extremo se encuentra la luz divina, que él llama «Uno». Otras veces la llama «Dios». En el otro
extremo está la oscuridad total, a donde no llega nada de la luz del Uno. Esta oscuridad, no tiene existencia alguna.
Se trata simplemente de una ausencia de luz, es algo que no es. Lo único que existe es Dios o el Uno; y de la misma
manera que una fuente de luz se va perdiendo gradualmente en la oscuridad, existe en algún sitio un límite donde ya
no llegan los rayos de la luz divina. Según Plotino el alma está iluminada por la luz del Uno, y la materia es la
oscuridad, que en realidad no tiene existencia alguna. Pero también las formas de la naturaleza tienen un débil
resplandor del Uno.
6.2
Filosofía medieval
La filosofía medieval centrará su interés en Dios. Frente a la inicial hostilidad hacia la filosofía manifestada por algunos
de los primeros padres apologistas cristianos, sus continuadores encontrarán en la filosofía, especialmente a partir del
desarrollo del neoplatonismo de Plotino, un instrumento útil, no sólo para combatir otras religiones o sistemas
filosóficos, sino también para comprender, o intentar comprender, los misterios revelados. Surge de ahí una
asociación entre filosofía y cristianismo, que pondrá las bases de la futura filosofía medieval, entre los cristianos, los
musulmanes y los judíos. El tema fundamental de reflexión pasará a ser la divinidad, quedando subordinada la
comprensión e interpretación del mundo, del hombre, de la sociedad, etc al conocimiento que se pueda obtener de lo
divino. La fe, que suministra las creencias a las que no se puede renunciar, tratará de entrar en diálogo con la razón.
La inicial sumisión de la razón exigida por la fe, dejará paso a una mayor autonomía propugnada, entre otros, por
Santo Tomás de Aquino, que conducirá, tras la crisis de la Escolástica, a la reclamación de la independencia de la
razón con la que se iniciará la filosofía moderna.
7.2.1 La Patristica
7.2.1.1 San Agustín (354 – 430).
Es una de las figuras más emblemáticas de su tiempo, del cristianismo y de la filosofía. Su personalidad tan original y
abundante deja una huella profunda en todas las cosas donde pone su mano. Le imprimió su sello a la filosofía y la
teología medievales. Más aun, el espíritu cristiano y el de la modernidad están influidos decisivamente por San
Agustín; y tanto la Reforma como la Contrarreforma han recurrido de
Verdad: Hizo triunfar San Agustín la posibilidad de conocer la verdad, diciendo: "se podrá dudar todo lo que se quiere;
de lo que no se puede dudar es de la misma duda".
Dios es la verdad. Dios es todo, pero a la vez no es nada de todo, pues sobre puja a todo, ninguna categoría se le
puede aplicar.
Creación. la creación proviene de un acto libre de la voluntad de Dios, y no es por tanto, una procesión necesaria,
como con frecuencia sé repitió contra la teoría de la emanación..
Alma. El alma tiene un efecto el primado frente al cuerpo. Para San Agustín el hombre es propiamente el alma.
El Bien. El bien no es para él otra cosa más que la voluntad de Dios. Pero cuando trata de descubrir los fundamentos
más profundos, dice: "El bien se da con la ley eterna". Son las ideas eternas en la mente de Dios que, como para los
platónicos, también aquí constituyen el fundamento de conocer, del ser y del bien. Son un orden eterno. No solo el
hombre es bueno, también los seres son buenos y el conocimiento es verdadero, con tal que se orienten conforme a
este orden eterno.
La Ciudad de Dios. Siempre tendrá lugar en la historia del mundo la lucha entre la luz y las tinieblas, entre lo eterno y
lo temporal, entre lo supra sensible y lo sensible. San Agustín, muestra cómo los poderes del bien tienen que luchar
constantemente con los poderes del mal. Su sentido definitivo es el triunfo del bien sobre el mal.
7.2.1.2 Averroes
En relación con el conocimiento habla de la noética, que parte de la distinción aristotélica entre dos intelectos, y habla
del nous pathetikós o intelecto receptivo y el nous poietikós o intelecto agente, que permitió desligar la reflexión
filosófica de las especulaciones míticas y religiosas.
Averroes se esforzó en aclarar cómo piensa el ser humano y cómo es posible la formulación de verdades universales
y eternas por parte de seres perecederos.
El filósofo cordobés se distancia de Aristóteles al subrayar la función sensorial de los nervios y reconoce q en el
cerebro se pueden localizar algunas facultades intelectivas (imaginación, memoria...).
Averroes sitúa el origen de la intelección en la percepción sensible de los objetos individuales y concreta su fin en la
universalización, que no existe fuera del alma (el principio de los animales): el proceso consiste en sentir, imaginar y,
finalmente, captar el universal. El intelecto o entendimiento es el que proporciona la universalidad a lo que parte de las
cosas sensibles.
Habla de la necesidad de que la ciencia se adecue a la realidad concreta y particular, pues no puede existir
conocimiento directo de los universales.
En la concepción del intelecto distingue cuatro tipos de intelecto, es decir, las cuatro fases que atraviesa el
entendimiento en la génesis del conocimiento: material (receptivo), habitual (que permite concebirlo todo), agente
(causa eficiente y formal de nuestro conocimiento, intrínseco al hombre y que existe en el alma) y adquirido (unión del
hombre con el intelecto).
Averroes distingue, entre dos sujetos del conocimiento (más propiamente: los sujetos de los inteligibles en acto): el
sujeto mediante el cual esos inteligibles son verdaderos (las formas que son imágenes verdaderas) y el sujeto
mediante el que los inteligibles son un ente en el mundo (intelecto material). Consecuentemente, el sujeto de la
sensación (por el cual es verdadera) existe fuera del alma y el sujeto del intelecto (por el cual este es verdadero),
dentro.
7.2.1.3 Maimónides
Distingue tres grupos de seres creados:
o
o
o
los minerales, las plantas y los seres vivos (incluyendo al hombre), compuestos de materia y forma
perecederas.
Las esferas y las estrellas, en las cuales la forma es permanente.
Los seres dotados de forma, pero sin materia, como son los ángeles.
Admite la creación como un acto conforme a la esencia divina, el cual abarca todos los seres, no tiene otro fin que a sí
mismo y por lo tanto su duración es ilimitada.
Prueba la existencia de Dios a partir de argumentos aristotélicos, y afirma su unidad e incorporeidad.
El alma es una en esencia, pero tiene cinco facultades: la fuerza vital, los sentidos, la imaginación, el apetito (pasiones
y voluntad) y la razón (libertad y entendimiento).
El entendimiento es la facultad que caracteriza al hombre, pero las demás le son comunes con la mayor parte de los
animales. Éste puede ser pasivo (entendimiento material que sufre la acción de la vida orgánica, es inseparable del
cuerpo e individual) o activo (adquirido o comunicado, separado del cuerpo).
Habla del estado profético, constituido por una iluminación superior a lo que cada uno puede aspirar que produzca el
máximum de ciencia y dicha, entendiendo la profecía como una emanación de Dios que se extiende por medio del
intelecto a la facultad racional y después sobre la facultad imaginativa.
El hombre es libre y la libertad es una función de la inteligencia, y este intelecto, como forma del alma humana, es
inmortal porque no necesita del alma para sus operaciones, sino que entiende separado absolutamente del cuerpo. La
resurrección de los cuerpos se debe a la fe pero la razón no la puede demostrar aunque tampoco negar y la admite
como un milagro compatible con la creación.
El entendimiento constituye el verdadero fondo de nuestro ser, la parte inmortal del hombre y por eso el hombre debe
encaminar todos sus actos a obtener la perfección suprema de esta facultad mediante el conocimiento de Dios;
conocer y amar a Dios es el fin último de la vida.
El hombre es libre y esta libertad, actuando como tal, puede por sus solas fuerzas realizar el bien
desinteresadamente.
6.2.2
El Escolasticismo.
Movimiento filosófico y teológico que intentó utilizar la razón natural humana, en particular la filosofía y la ciencia de
Aristóteles, para comprender el contenido sobrenatural de la revelación cristiana. Principal movimiento en las escuelas
y universidades medievales de Europa, desde mediados del siglo XI hasta mediados del siglo XV, su ideal último fue
integrar en un sistema ordenado tanto el saber natural de Grecia y Roma como el saber religioso del cristianismo.
7.2.2.1 Características Principales.
La principal preocupación de los escolásticos fue integrar el conocimiento ya adquirido de forma separada por el
razonamiento griego y la revelación cristiana; la armonía fundamental entre razón y revelación. Después de principios
del siglo XIII, el pensamiento escolástico puso mayor énfasis en la independencia de la filosofía en su campo propio. A
pesar de todo, durante el periodo escolástico la filosofía estuvo al servicio de la teología para comprender y explicar la
revelación. Como resultado de su creencia en la armonía entre fe y razón, los escolásticos intentaron determinar el
ámbito preciso y las competencias de cada una de estas facultades. Otra actitud común entre los escolásticos fue su
sometimiento a las llamadas autoridades, tanto en filosofía como en teología (los grandes maestros del pensamiento
de Grecia y Roma y los primeros Padres de la Iglesia) Uno de los principales métodos de la escolástica fue el uso de
la lógica y el vocabulario filosófico de Aristóteles en la enseñanza, la demostración y la discusión. Otro importante
método fue enseñar un texto por medio de un comentario de alguna autoridad aceptada.
6.2.2.2 Principales Filósofos Escolásticos.
Entre los escolásticos más destacados de los siglos XI y XII se encuentran san Anselmo; el filósofo, teólogo y profesor
de lógica Pedro Abelardo y el filósofo y clérigo Roscelino, que fundó la escuela de filosofía conocida como
nominalismo. Entre los pensadores judíos del mismo periodo, el rabino, filósofo y físico Maimónides intentó armonizar
la filosofía aristotélica con la revelación divina como se entiende en el judaísmo, en un espíritu similar al de los
escolásticos cristianos. Los escolásticos de la llamada edad de oro del siglo XIII incluyen a santo Tomás de Aquino y
al filósofo alemán san Alberto Magno, ambos pertenecientes a la orden de los dominicos; al monje y filósofo inglés
Roger Bacon, al prelado y teólogo italiano san Buenaventura, y a Duns Escoto, todos pertenecientes a la orden de los
franciscanos y al sacerdote seglar belga del siglo XIII Henry de Ghent. El nominalismo se convirtió en la escuela
filosófica dominante del siglo XIV, cuando la escolástica empezó a declinar. El nominalista más importante fue el
filósofo inglés Guillermo de Ockham, un gran lógico que atacó todos los sistemas filosóficos de los escolásticos
precedentes para mantener en cambio que la razón humana y la filosofía natural tenían un campo de acción mucho
más limitado del que sus antecesores habían establecido.
6.2.2.2.1
Escoto Eriúgena, Juan (c. 815-c. 877).
Es el creador del primer gran sistema filosófico de la edad media, Defiende la creencia de Hincmar, arzobispo de
Reims, sobre el destino final de los individuos en el sentido de que éste no depende de Dios de una forma absoluta,
ya que la voluntad también tiene algo que decir sobre la salvación o la condenación. Afirma también que no existe
nada semejante a la condenación como se cree conforme a la tradición. Todos los seres humanos se transformarán
por igual en espíritus puros. Rechaza la creencia cristiana de que el universo fuera creado de la nada. Sostiene más
bien que el mundo del espacio y del tiempo es una manifestación de las ideas presentes en el pensamiento de Dios y
describe a este dios como el punto más alto de toda la evolución. Eriúgena afirma también que la razón no necesita
ser sancionada por la autoridad; la razón es en sí misma la base de la autoridad.
6.2.2.2.2
San Anselmo de Cantorbery (c. 1033-1109).
Presenta a Dios como el Ser más supremo e investigaba sobre sus atributos. Teólogo, filósofo y Doctor de la Iglesia,
que propuso una teoría sobre la existencia de Dios o argumento ontológico de la existencia de Dios: Quiere probar al
incredulo que, si entiende qué es Dios, tiene la idea del sumo Perfecto (“un ser tal que no se puede concebir otro
mayor”); ahora bien: esta idea exige que ese ser exista, pues si no existiera no sería que sí existiera; por
consiguiente, Dios tiene que existir”.
Con relación al problema de los universales, sostuvo que estos conceptos son realidades existentes en sí, realismo
exagerado.
6.2.2.3.3 Abelardo, Pedro (1079-c. 1142).
Es considerado el creador del método escolástico y partidario del uso de la dialéctica. Su pensamiento Filosófico es
básico en la historia del nominalismo. El nominalismo representa en la edad media, las tendencias empíricas del
espíritu humano. Formula que los conceptos universales son representaciones vacías, sin contenido real. Lo único
que existe son los seres o las cosas individuales y los nombres creados por el hombre para designar objetos, que
guardaban semejanzas entre sí.
Promulga que no hay pensamiento puro, sino sólo representaciones sensibles de lo individual.
Intenta resolver el problema del conocer universal, armonizando el respeto a lo singular y a la convicción de que la
universalidad se vincula al lenguaje. Niega la realidad sustancial común, pero admite que la manera de ser de las
cosas da pie a las ideas universales que se refieren a ellas.
Su propósito era hacer de la tecnología una ciencia, cuyo objetivo fuese la máxima aproximación a la inteligibilización
del dato revelado. Sitúa a la fe en el punto de arranque de su teología.
6.2.2.3.4
San Buenaventura (c. 1217-1274).
Teólogo cristiano y vicario general de los franciscanos, célebre por sus escritos espirituales, se le conoció como el
Doctor Seráfico. Buenaventura aceptó gran parte de la filosofía científica de Aristóteles, pero rechazó cuanto conocía
de su metafísica por insuficiente, porque no le guiaba la luz de la fe cristiana. La doctrina de la iluminación de la mente
humana (el alma) por el divino —una forma de identificar la verdad o falsedad del juicio— la tomó de las doctrinas de
san Agustín. Manifiesta gran preocupación por la forma en que el alma reconoce y se une a Dios
6.2.2.3.5 Santo Tomás de Aquino (1225-1274).
Nació en una familia noble en Roccasecca (cerca de Aquino, en Italia) y estudió en el monasterio benedictino de
monte Cassino y en la Universidad de Nápoles. Ingresó en la orden de los dominicos todavía sin graduarse en 1243.
Estudió con el filósofo escolástico alemán Alberto Magno Tomás de Aquino fue ordenado sacerdote en 1250, y
empezó a impartir clases en la Universidad de París en 125
Santo Tomás se preocupa por la sistematización y exposición de la doctrina cristiana sobre Dios. La existencia de
Dios es el primer dato de la revelación, a partir de allí, estructura de todo su sistema teológico – filosófico. Rechaza el
llamado Argumento Ontológico de San Anselmo de Canterbury y como contrapartida elebora las llamadas vías de
demostración para llegar de las cosas sensibles a la existencia de Dios.
Las pruebas de la existencia de Dios es la característica:
- Primera vía: del movimiento. La existencia del movimiento y del cambio exige que, además de motores
intermedios, haya un primer impulsor de movimiento.
- Segunda vía: de la causalidad eficiente. En el mundo, los seres y las cosas se suceden unas a otras en un
proceso de causalidad, de tal manera que ninguno es la causa de sí mismo. Se hace necesaria la existencia de una
causa incausada que no sea efecto de ninguna otra.
- Tercera vía: Contingencia de los seres. Los seres aparecen; ninguno posee como propia la existencia. Es preciso
un ser necesario cuya existencia dependa de él mismo.
- Cuarta vía: Grados de perfección. Es un hecho que las cosas poseen perfecciones en mayor o menor grado. Esto
exige la existencia de una realidad máxima de perfección que sirva de referencia y explique la existencia de
perfecciones parciales. A la manera como el todo explica la existencia de las partes.
- Quinta vía. Del orden cósmico. Todos los seres de la naturaleza parecen seguir una sabia finalidad, incluso
aquellos que carecen de inteligencia. Esto arguye claramente a favor de la existencia de una inteligencia suprema
directora de todo el proceso.
Naturaleza de Dios. Dios es el existir puro, Dios es la plenitud absoluta. Es patente la dificultad de expresarnos
respecto de tal Ser con un lenguaje limitado como el nuestro.
- Una primera vía para acercarnos es la vía de negación: Se trata de separar de Dios todo lo que no puede
pertenecerle. Llegamos así, a afirmarlo como inmóvil, inmutable, acto puro.
- Una Segunda vía es la analogía. Nos lleva a afirmar de él todas las perfecciones que observamos en las criaturas,
lo afirmamos respecto de Dios pero elevándolo al grado de infinitud.
Según Santo Tomás, Dios posee en sí todas las perfecciones que tienen los seres y además, en grado sumo.
Nuestra limitación nos hace concebir estas perfecciones como separadas de su esencia, cuando en realidad. Son la
manifestación de la única perfección de un ser.
Propiedades del alma. Santo Tomás recoge la idea aristotélica de alma como vida o principio de automovimiento.
Esto lo lleva a deducir la existencia del alma y la particularidad de la misma. El proceso de extender es concebido por
él como un proceso desmaterializador por el que el entendimiento llega a leer dentro y captar, superando lo corpóreo
individual. De ahí podemos hablar de:
- Substancia inmaterial con posibilidad de actividad propia y de existencia independiente del cuerpo, por
consiguiente.
- Inmortal, que sobrevive al cuerpo, como consecuencia de lo anterior.
- Única, este defiende la unicidad del alma del hombre y la carencia de partes.
- Creada, cada alma individual es obre de Dios, según un plan tratado por él desde el principio. Descarta la
preexistencia, el traducianismo y el generacionalismo.
- Dotada de entendimiento y voluntad. El alma racional tiene facultades que les son propias, el entendimiento y la
voluntad, que no están localizadas en ningún órgano del cuerpo.
7.2.2.3.6 Ockham, Guillermo de (c. 1285-c. 1349).
Separa radicalmente la razón y la fe. Para él Dios, su omnipotencia y los dogmas no pueden demostrarse por la
razón, se conocen por la fe. La filosofía debe liberarse de la teología. Retoma la disputa de los universales y propone
la teoría nominalista, corriente que considera los conceptos generales como tan sólo nombre de los objetos
singulares. Solo poseen existencia real las cosas en sí, son sus cualidades individuales. En el fondo hay una prioridad
de la cosa (materia) sobre el concepto (idea). La misma teoría dice que un concepto general no expresa las
cualidades de la cosa y sus propiedades.. Lo singular no se puede separar de lo general, pues lo contiene en sí
mismo. En consecuencia, sólo tienen realidad los seres individuales que son el objeto de las ciencias naturales.
Rechaza el conocimiento abstracto. Escribió teorías sobre la relación de la Iglesia y el Estado.
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