POSICIONES POLÍTICAS, IDEOLÓGICAS Y ORGANIZATIVAS

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POSICIONES POLÍTICAS,
IDEOLÓGICAS
Y ORGANIZATIVAS
ANTE LA
CONFERENCIA POLITICA DEL PSOE
Hace 134 años nació el PSOE. Pablo Iglesias y el grupo de socialistas
que crearon el partido señalaron como objetivos a alcanzar: la emancipación
de la clase trabajadora; la abolición de todas las clases sociales y su conversión
en una sola de trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres, iguales,
honrados e inteligentes.
Aquel ideal, actualizado en el mundo de hoy a la luz de la experiencia
y los nuevos conocimientos, ha de seguir guiando nuestra acción.
De esta convicción surgió hace 34 años la que hoy conocemos como corriente
de opinión Izquierda Socialista del PSOE.
NOVIEMBRE 2013
ÍNDICE
1.- ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN Y CONTEXTO POLÍTICO
1.1. La crisis global
1.2. La crisis del modelo capitalista
1.3. Debilidades socialistas en la UE
1.4. El factor diferencial del crecimiento español
1.5. Las medidas europeas frente a la crisis
1.6. Algunas causas de la crisis y sus efectos
1.7. Los gobiernos del Presidente Zapatero
1.8. La contrarreforma del Partido Popular
1.9. Una alternativa democrática y socialista
1.10. Regenerar la política y recuperar el PSOE
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2.- LA IDENTIDAD DEL SOCIALISMO DEMOCRÁTICO
2.1. Crisis capitalista y hegemonía del neoliberalismo
2.2. Desigualdad, exclusión y “asimetrización” de Europa
2.3. El gobierno del PP o la destrucción del Estado Social
2.4. La especulación inmobiliaria
2.5. Ideología y ciencia económica
2.6. Extensión de oportunidades y cobertura de necesidades
2.7. La acción pública en los mercados de factores productivos
2.8. La participación en la producción y la fiscalidad
2.9. El derecho al trabajo digno
2.10. La relevancia de los servicios públicos
2.11. Efectividad de los derechos constitucionales
2.12. La instancia europea y la acción política
2.13. Secularidad y solidaridad. Concienciación y movilización
2.14. Alternativa para la transición democrática al socialismo
2.15. La participación como una forma superior de democracia
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3.- SALIR DE LA CRISIS GLOBAL POR LA IZQUIERDA
3.1. Urge un nuevo orden internacional
3.2. Cambiar el actual rumbo de la UE
3.3. Un programa de izquierdas para sacar a España de la crisis
3.4. Otra política económica y social
3.5. Fortalecer el papel del Estado en la economía
3.6. Banca Pública
3.7. Cooperativismo y Economía Social
3.8. Fiscalidad.
3.9. Renta Básica de Ciudadanía (RB)
3.10. Política Internacional
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4.- HACIA EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI
4.1. Educación
4.2. I+D+I
4.3. Sanidad
4.4. Vivienda
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4.5. Políticas medioambientales
4.6. Políticas de desarrollo rural
4.7. Cultura Libre, Cultura Popular
4.8. Políticas de igualdad
4.9. La reforma de la justicia
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5.- HACIA LA III REPÚBLICA FEDERAL, LAICA Y
PARTICIPATIVA
5.1. Hacia la Republica española
5.2. Hacia el Estado Federal
5.3. Hacia el Estado Laico
5.4. Hacia el Estado Participativo
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6.- UN PARTIDO DEMOCRATICO, ABIERTO, PARTICIPATIVO
Y PLURAL
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7.- HACIA UN CONGRESO EXTRAORDINARIO
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8.- A MODO DE RECORDATORIO
8.1. Programa máximo del PSOE, 1879
8.2. Algunos principios organizativos del PSOE, 2012
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1.- ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN Y CONTEXTO POLÍTICO.
En Europa, la izquierda plural, y en su seno los partidos socialistas y
socialdemócratas, atraviesa uno de los periodos más difíciles de su historia. El auge de
las derechas (alimentado paradójicamente por las consecuencias de la crisis generada
por sus políticas ultra liberales y desreguladoras, así como la falta de alternativas
socialistas diferenciadas), junto con su hegemonía institucional, ha causado y
conducido a la regresión el Estado social de Bienestar construido tras la segunda guerra
mundial, amenaza las libertades individuales y colectivas tan difícilmente conseguidas y
creará fuertes tensiones en el escenario internacional.
La repercusión en España de la crisis global y sistémica que vivimos, se ha visto
agravada como consecuencia del estallido de la burbuja inmobiliaria, por las nefastas
políticas neoliberales de ajuste en los servicios públicos y supresión de derechos
laborales y sociales, por la presión especulativa y de poder ejercida por los mercados,
los grupos de presión, la estructura institucional, la UE y las instancias internacionales,
sobre el Gobierno de la Nación y la resignación e incapacidad políticas para plantear
alternativas basadas en la voluntad general de la ciudadanía, lo que conduce a la
desconfianza en las posibilidades de la acción institucional para solventar esta grave
situación económica, social y política.
Los efectos sociales y electorales de esas políticas en Europa y en España están a
la vista: crecimiento del paro y de la precariedad en el trabajo, disminución de la renta
de los sectores populares (incluyendo amplias capas de las clases medias), retroceso de
los servicios públicos, incremento de las privatizaciones, incertidumbre e inestabilidad
social (¿hacia una crisis social global?), desafección de la política, desprestigio de las
instituciones, descredito de la democracia constituida, aumento de la extrema derecha,
debilitamiento de los valores propios de la izquierda y de su fuerza electoral. Hoy la
derecha económica, social y política continúa a la ofensiva en todo el continente
europeo y también en España, sin que encuentre una réplica coherente que ofrezca a los
ciudadanos un proyecto de izquierdas, totalmente diferenciado del que marcan los
mercados, articulado en diálogo y colaboración con todas las fuerzas progresistas.
Es fundamental elaborar una salida de la crisis desde el socialismo, cambiar la
deriva que sigue Europa, construir otra política económica por la izquierda, garantizar
la ampliación del Estado de Bienestar con los parámetros transformadores de nuestra
época y reformar las instituciones para responder plenamente –desde la representación y
acción políticas- a la voluntad participativa de la ciudadanía. Necesitamos un cambio
profundo en nuestro comportamiento y actuación organizativa.
Debemos ser capaces de reformular el programa socialista desde sus ideales
fundacionales, de recuperar algunas de nuestras tradicionales herramientas de análisis,
otorgar primacía a nuestros valores y principios, y de ser conscientes que nuestro
objetivo es conseguir, democráticamente, la transformación de la realidad, la superación
del capitalismo para establecer una sociedad más libre e igualitaria, una sociedad
socialista. Durante las jornadas conmemorativas de los 20 años de Izquierda Socialista
del PSOE (Noviembre de 2001), en su intervención sobre El valor de la igualdad Luis
Gómez Llorente señaló: “Nosotros por el contrario afirmamos el valor de la igualdad
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por encima del principio de la libre competencia a toda costa. Nosotros creemos que la
posesión de ciertos bienes imprescindibles para una vida digna tiene que ser
garantizados a todos, y que si esto falla, o en la medida en que falla, entra en quiebra
la legitimación moral del sistema. De ahí que nos parezca tan aborrecible el actual
orden mundial, y el proceso de globalización salvaje.
La libertad económica de competir no puede ser utilizada legítimamente, como
ninguna otra libertad, para destruir o reducir a lo inane las libertades reales de los
otros, ni para imponer la dominación despótica de unos sobre el trabajo y/o sobre la
formación de la conciencia de los otros. De otro modo, carecería de sentido el contrato
social, o garantía recíproca del uso de las libertades.” (Gómez Llorente, L. “El valor
de la igualdad”. Izquierda Socialista: Un futuro para la Izquierda. 20 años de
Izquierda Socialista. Ed. Biblioteca Nueva, 2002, Madrid, p. 111)
1.1.
LA CRISIS GLOBAL
La poderosa minoría que domina el mundo financiero, valiéndose de la
desregulación de los mercados, consentida y estimulada por los
gobiernos
democráticos, ha desencadenado la mayor crisis económico-financiera conocida desde
la Gran Depresión de 1929. Sus efectos están siendo devastadores para la clase
trabajadora, las clases medias y la mayoría de los ciudadanos y ciudadanas: la crisis de
liquidez ha generado cierre de empresas, espectacular crecimiento del desempleo,
aumento de las desigualdades sociales e incremento de la pobreza. El capitalismo de
nuestros días, en su forma más agresiva y depredadora, el neoliberalismo, ha sido el
causante de tanto desastre.
Increíblemente, las multimillonarias ayudas públicas utilizadas para impedir el
hundimiento del sistema financiero mundial y el colapso de la economía real, no han
servido para que los estados emprendieran las oportunas reformas que pudieran evitar
en el futuro, desastres semejantes. En concreto “desde que, en 2007, estalló la crisis…,
ninguna reforma seria ha conseguido reglamentar los mercados, ni meter en vereda a los
banqueros. “ (Ramonet, Ignacio. No es una crisis, es una estafa. El Atlas Financiero de
Le Monde Diplomatique. La estafa del siglo. 2012, p. 6). Ya el 2007, algunas cifras de
la economía mundial anunciaban que íbamos por el mal camino. Baste citar algunos
ejemplos significativos: una escandalosa concentración de los flujos del comercio
internacional en los países más desarrollados, en detrimento de los más pobres e
incluso de los emergentes; la abismal desproporción entre las transacciones financieras
y las de bienes y servicios (superiores a 10:1 a favor de las primeras) provocando así
ese enorme drenaje de recursos desde la economía productiva a la especulativa; el
creciente descenso de las rentas salariales en la composición del PIB de los países
desarrollados que contrastaba con el progresivo aumento de las del capital en dicha
composición del producto bruto; o la escandalosa escalada de las cifras de la pobreza
(según NN.UU. más de 985 millones de pobres), datos sin duda premonitores de la
eclosión producida en 2008.
La creciente desregulación de los mercados, basada en el falso principio de que
éstos se auto-regulaban alcanzando así automáticamente el equilibrio, junto al opaco
drenaje de recursos hacia los paraísos fiscales fruto del fraude y de la evasión fiscal, o
para refugiar en ellos los beneficios del negocio ilícito, ha contribuido a que ésta
globalización neoliberal (Ver: Stiglitz, Joseph E. El Malestar en la globalización. Ed.
5
Santillana, 2002, Madrid), haya desorbitado hasta el extremo la economía mundial, que
en su afán especulativo ha sido capaz de poner en peligro el ahorro de millones de
ciudadanos al canalizarlos hacia operaciones de altísimo riesgo. Priorizando la
economía especulativa sobre la productiva, se generaron burbujas insostenibles cuya
eclosión resultó inevitable. Todo ello no es otra cosa que el desarrollo del modelo
capitalista de organización de la producción y la sociedad, que durante decenios nos
hemos negado a ver, y que ahora ha mostrado su verdadera cara. Ahora quedan las
consecuencias para las actuales y las futuras generaciones.
Precisamente, “una razón por la que tan pocos economistas vieron la crisis venir,
o no lograron calibrar su escala incluso después de que esta dejó sentir sus efectos, fue
porque sus modelos habían asumido tanto que los sistemas financieros “funcionaban”,
en el sentido de que ayudaban eficientemente al funcionamiento de las operaciones de la
economía real, como que las tendencias financieras mismas son de un significado
secundario…”; por lo tanto, no se puede cargar sobre los actores de la “economía real”
las causas esenciales de la crisis, porque su “fuerza motriz “ ha sido “la nueva
estructura financiera, y sus correspondientes agentes” . (Gowan, Peter. Crisis en el
corazón del sistema. Consecuencias del Nuevo Sistema de Wall Street. New Left
Review. Nº 55 (Marzo/Abril 2009), Ed. Akal, Madrid, pp. 5 y 6). Es inadmisible que el
sector financiero causante y a la vez beneficiario de la crisis al ser refinanciado por los
poderes públicos, no haya cambiado sus prácticas y siga insistiendo en la necesidad de
aplicar reformas que abaraten los costes salariales y restrinjan los gastos sociales, al
tiempo que mantiene casi cerrado el grifo del crédito y muestra sus reticencias a
cualquier medida de regulación que le afecte o que lo implique en políticas de
solidaridad. Y es sabido que sin créditos se complica la reactivación económica al
enfriar la demanda efectiva, amortiguando con ello el crecimiento y la creación de
empleo.
Esta crisis no es solo económico-financiera, sino medio-ambiental, social,
política y, en definitiva, de valores o de civilización. Sin
encontrar un nuevo
paradigma que sustituya al ya viejo “productivismo” mediante el que durante décadas
se ha buscado la prosperidad, será difícil vencerla. El binomio “crecimiento-bienestar”
ha sido superado por la realidad. Y hasta pudiera imponerse la idea –como advierten
algunos autores- que: “Con el comienzo del largo declive las condiciones económicas
que hicieron posible el proyecto de reformar el capitalismo han desaparecido para no
volver más.” (Dylan, Riley. Los herederos de Bernstein. New Left Review, nº 76,
Sep/Oct. 2012, Ed. Akal, p.123). De ahí la urgente necesidad de alternativas
transformadoras para recuperar el progreso social con equidad.
Estamos viviendo la aplicación a escala nacional de las medidas impuestas por el
neoliberalismo capitalista global, sin haber articulado líneas de resistencia nacional e
internacional. Así, las medidas de ajuste aplicadas por presión de los mercados, han sido
percibidas por amplios sectores de la ciudadanía como injustas por suponer un reparto
desequilibrado de las cargas, perjudicial para quienes no han sido responsables de la
crisis que padecemos. Pero además, han fortalecido el predominio de las formaciones
políticas de derecha y extrema derecha en toda la UE y el mundo capitalista.
Estos días vemos cómo en España se confrontan abiertamente dos dinámicas
distintas. Una es la de un capitalismo en crisis, con consecuencias sociales devastadoras.
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La otra es la dinámica de un sistema democrático con reconocidas insuficiencias y con
innegable crisis de la representación política, lo que origina desapego de la ciudadanía
y, en sentido inverso, demandas de nuevos cauces de participación democrática. Lo
crítico de la situación es que la lógica económica apunta en una dirección y la
democrática, en otra. Por ello, hay que superar los planteamientos deterministas de los
mercados, necesitamos un nuevo modelo (alternativo) que no deprede los recursos del
Planeta ni se sustente en la sistemática explotación de las personas, pues las
consecuencias a la vista están. Y el nuevo paradigma debe establecer las bases de una
sociedad socialista, que todavía no somos capaces de reivindicar con más fuerza y
mayor convicción.
La separación de la economía y la política fiaba a la “mano invisible” del
mercado el crecimiento –rápido y dilatado- ¡y hasta la eficiencia en el reparto de la
riqueza! Al tiempo que los neoliberales anunciaban que los “ciclos económicos” eran
propios del capitalismo industrial y que había llegado el momento del crecimiento
indefinido.
En los ámbitos laborales se sustituía la “centralidad del trabajo” por la
“empleabilidad”, disminuían las rentas del trabajo en el porcentaje de la renta nacional y
aumentaban exponencialmente las rentas de actividades especulativas, las clases
populares y medias perdían capacidad adquisitiva y se les ofrecía crédito fácil para
endeudarse (estímulo a la demanda), se cuestionaban/recortaban los derechos sociales y
las transformaciones que generaban los procesos económicos globalizadores (sin control
institucional, ni orientación política global) quebraban la lógica redistributiva interna –
basada en la justicia social y la solidaridad- del Estado de Bienestar. El trasvase de
rentas a los privilegiados que se impulsaba desde los gobiernos de ideología
neoconservadora incrementaba las desigualdades y “empobrecía” amplios sectores de
los asalariados y de las asalariadas. Y “esta polarización de las rentas, con gran
crecimiento de las del capital a costa de las del trabajo, es el origen de las crisis
económicas y financieras” (Vicenç Navarro: Capital/Trabajo. El origen de la crisis
actual. Le Monde Diplomatique (en español). Julio 2013, p. 3).
Con la eclosión de la crisis, muchos señalaron los gravísimos errores del modelo
de globalización capitalista; hasta genuinos defensores del “libre mercado” parecieron
tornarse fervientes partidarios del keynesianismo y de la intervención estatal en la
economía. Sin embargo, una vez que poderosos intereses minoritarios consiguieron que
las quiebras de grandes conglomerados financieros privados fueran “asumidas” por el
Estado y “ transferidas” al erario público; desde sectores privilegiados, distintas
entidades corporativas y determinados ámbitos institucionales se retomó la perspectiva
del neoliberalismo sobre los diagnósticos y la fórmula para gestionar la crisis, al tiempo
que se trataban de ocultar las contradicciones en el propio sistema económico y las
graves consecuencias sociales a las que conducían nuevamente el fundamentalismo
liberal de mercado; todo ello con el objetivo de recomponer y aumentar las tasas de
ganancia, la concentración de poder y la consolidación de los privilegios de la elite
capitalista global.
Como constataba el Manifiesto de Economistas Aterrados, “La crisis económica
y financiera que ha sacudido el mundo en 2007 y 2008 no parece que haya debilitado el
dominio de los esquemas de pensamiento que orientaban las políticas económicas
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desde hace treinta años. No se han puesto de ninguna manera en cuestión los
fundamentos del poder de las finanzas. En Europa, por el contrario, los Estados, bajo
la presión de las instituciones internacionales y de las agencias de calificación, aplican
con renovados bríos unos programas de reformas y de ajustes estructurales que ya
demostraron en el pasado su capacidad de incrementar la inestabilidad y las
desigualdades. Estas medidas van a agravar aún más la crisis europea” (Ed. Barataria,
3ª ed. Abril 2011, pp. 7-8). Resultando, día a día, más evidente que,…“para salir de la
crisis sobre todo habría que distribuir mejor la renta, no sólo por razones de equidad,
sino para mantener el crecimiento.” (Josep. Borrell y Andreu Missé. La crisis del Euro.
De Atenas a Madrid, Ed. Turpial. 2012, pp.118-119).
En cambio, la persistencia en el mantenimiento del dogma neoliberal, como
opción “política” unidireccional del capitalismo, ha “inducido” la recesión económica y
su prolongación, yugulado las posibilidades de recuperación, destrozado la cohesión
social y acentuado el rechazo de la ciudadanía a la práctica de la política institucional.
Ahora bien, la socialdemocracia que históricamente ha conseguido logros como
la extensión de la Educación, la Sanidad, la Seguridad Social y el derecho al trabajo,
constituye un modelo propio de organización social. Modelo que hubiera podido
consolidarse como verdaderamente alternativo al liberalismo económico, con un
proyecto de cambios y profundas reformas del sistema capitalista, pero al renunciar al
control del capital y los medios de producción ha perdido su capacidad de cambiar el
sistema.
La claudicación, en principios y valores, de los partidos socialistas y
socialdemócratas europeos ante el neoliberalismo y sus dogmas antisociales, dejó el
campo abierto a la imposición de las fuerzas políticas derechistas, expresión de los
poderes reales económicos, sociológicos, ideológicos y mediáticos, que nos han
llevado una situación de mayor desigualdad, menos democracia, más injusticia y más
violencia.
La superación de la situación actual no puede venir del neoliberalismo y del
capitalismo especulativo sino de proyectos emancipadores (el socialismo) que
respondan, económica, social y políticamente a los retos que ha de afrontar la
humanidad en este siglo XXI. Las políticas del socialismo democrático, que debe tener
como objetivos el control democrático de la economía para el bienestar de la gente, son
la alternativa emancipadora capaz de sacarnos de esta insolidaria y dañina “dictadura de
los mercados” y de sentar las bases para sustituir al actual sistema. Frente a las
imposiciones del capital; han de ser los poderes democráticos, quienes impongan
nuevas normas y refunden nuevos instrumentos (BM, OMC, FMI, NN.UU u otros)
capaces de garantizar una gobernanza mundial puesta al servicio del desarrollo de los
pueblos, de la justa distribución de la riqueza y de la igualdad de oportunidades para
todos los países.
1.2.
LA CRISIS DEL MODELO CAPITALISTA
En el origen de la Crisis actual se han repetido de manera asombrosa algunos de
los factores que provocaron la Depresión del 29, y sin embargo las fórmulas que se
están aplicando son casi las contrarias que permitieron superar aquella crisis. Entonces
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se recurrió al Estado como impulsor de la demanda global, aunque ello fuera con un
déficit transitorio. En la actualidad, se ha defendido a toda costa y se persiste en el
mismo enfoque de la contracción del gasto público, aunque profundice la depresión de
toda la economía. Incluso se acepta una infrautilización de la capacidad productiva que
afecta de manera desastrosa la productividad de la economía en su conjunto, y eso
probablemente de forma duradera, precisamente cuando hay que recuperar el progreso
innovador para transitar hacia una economía social y ecológicamente más sostenible.
En todo caso, tanto la solución aportada a la crisis del 29 que mitigó los efectos
de la misma en la clase trabajadora, como la propuesta actualmente que de una forma
clara endeuda y empobrece a los ciudadanos y ciudadanas para beneficiar y salvar
descaradamente al capital, solo tienen un objetivo: la pervivencia del sistema de
dominio capitalista. Y en ninguno de los dos casos se han puesto las bases para
establecer un sistema socialista donde los medios de producción pertenezcan a la
sociedad y estén al servicio del bienestar de las personas y de la colectividad. Basta
analizar las transformaciones dictadas por el neoliberalismo en las últimas décadas para
advertir que “El resurgimiento de prácticas especulativas y la atenuación de los
controles reguladores en la Edad de Plomo también han creado condiciones para que
las preocupaciones primordiales de los capitalistas financieros… se consagraran como
parámetros determinantes de la política económica de los países de Occidente”.
(Robert Pollin. El actual estancamiento económico en su perspectiva mundial. New Left
Review. 5, Ed. Akal, 2000, Madrid, p. 128).
El Estado ha jugado el papel intervencionista al salvar (recapitalizar) los bancos
(a su propia demanda), pero no ha sido capaz de exigirles responsabilidades por su mala
gestión, ni de plantearse la creación de una banca pública eficiente al servicio del
conjunto de la sociedad. En definitiva, el poder público ha intervenido en los ámbitos
económicos y financieros sin una voluntad política clara de defensa del bien común.
Hace falta un nuevo modelo económico-social y un cambio en las reglas de
juego de las relaciones entre política y economía. Resulta paradójico que tras las
primeras reacciones interventoras de los gobiernos para evitar el colapso del sistema, “a
las pocas semanas los mercados de bonos estatales ya estaban exigiendo planes para
reducir el déficit moderando el gasto público y en particular la protección social”,
cuando precisamente “las actuales tribulaciones de las economías de la OCDE
provienen de las tendencias impetuosas inducidas por el neoliberalismo y la
globalización…” (Blackburn, Robin. Crisis 2.0. En New Left Review, Nº 72, Enero –
Febrero 2012, Ed. AKAL, Madrid, p. 31 y 33).
Desde la última década del s. XX, en el contexto de la globalización, la
desregulación financiera facilitó la multiplicación de las prácticas especulativas y las
condiciones del capitalismo financiero se consagraron como parámetros determinantes
de la política económica e, incluso, de la acción institucional en muchos países. “Las
fantasías de prosperidad y progreso personal ilimitado desplazaron cualquier interés
por la liberación política, la justicia social o la acción colectiva” hasta el punto de que
los años 90 fueron “la primera de dos décadas perdidas”. (Tony Judt. Algo va mal.
Taurus, 2001, Madrid, p. 218).
Frente a las posiciones “acríticas” en política económica respecto a las opciones
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neoliberales, se nos quiere hacer creer que la actual crisis económica, en su mayor parte,
es el resultado de deficiencias graves del capitalismo liberal, cuando en realidad la
sucesión de crisis del sistema son consustanciales al mismo. El creciente predominio
ideológico de los neoconservadores sustituyó el paradigma keynesiano en las políticas
públicas por la desregulación neoliberal y trajo la pretensión de reducir el Estado de
Bienestar -mediante privatizaciones, regresividad fiscal y limitando los bienes públicosal “Estado mínimo”. En tal ambiente pocos percibieron con antelación las zonas de
sombra en el sistema financiero, la gran burbuja “especulativa” que se había generado y
el pernicioso efecto de tales excesos en las economías reales.
El auge “sin control regulador” de la “globalización financiera” hacía muy
vulnerables no sólo a los mercados ante cualquier problema bancario de liquidez;
también a la economía productiva y al conjunto de la sociedad, sobre todo a los
trabajadores (asalariados y autónomos). Al quebrar los grandes bancos estadounidenses,
en septiembre de 2008, la crisis financiera se “transmitió” de inmediato a todos los
países y sus réplicas en la economía real y en los mercados laborales se ha traducido en
“el retorno de la economía de la depresión” (Paul Krugman. El retorno de la economía
de la Depresión y la crisis actual. Ed. Critica, 2009, Barcelona), acentuándose las
problemáticas estructurales; mientras que la falta de equidad social se tornaba contra
productiva.
Igual que en anteriores crisis, los causantes de la catástrofe pidieron la
intervención del Estado: “Con una celeridad pasmosa, los mismos argumentadores que
acusaban al Estado de dirigista, tentacular, hipertrofiado, impotente, parasitario,
asfixiante, estrangulador de la iniciativa privada, aniquilador de la competencia,
responsable del subdesarrollo, corrupto e ineficiente, pasaron a reclamarle –esto es al
erario público- salidas intervencionistas.” (Juan Carlos Monedero en su Introducción a
Robert Jessop, El futuro del Estado capitalista. Catarata, 2008, Madrid, p. XIV). En
efecto, la “teoría del mercado eficiente” había estallado y en las primeras fases de la
crisis (en el “centro” del sistema), los Estados destinaron ingentes sumas a “salvar el
sistema financiero”, a paliar las consecuencias sociales más graves de la crisis y a
impulsar la recuperación de la economía productiva y del empleo, mediante medidas
keynesianas contra cíclicas y de protección, aplicadas por los gobiernos que parecían
haber recuperado la importancia y necesidad de la política y de las políticas públicas en
el “puente de mando” de los procesos económicos.
Se pretendía que la reactivación y el relanzamiento debían acompañarse de los
cambios para corregir desequilibrios, crecer de una forma más sostenida y armónica,
impulsar un nuevo modelo productivo, crear empleo estable y seguir desarrollando un
modelo social más integrador y solidario. Pero los organismos supranacionales, las
instituciones europeas y los gobiernos no implementaron las políticas alternativas para
corregir la deriva del capitalismo en las últimas décadas; resultando que las quiebras y
deudas de corporaciones financieras privadas fueron “transferidas” al Estado y, ahora,
las elites del capitalismo –causantes y responsables del hundimiento- exigen el
desmantelamiento de las políticas sociales y extraen beneficios de las privatizaciones
de bienes y servicios públicos. Por ello, no se recupera la economía real, continúa la
recesión y las condiciones de trabajo, el empleo y el bienestar de la ciudadanía
retroceden constantemente.
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La gravísima crisis, muestra que “una vez más es evidente que las operaciones del
sistema económico han de ser analizadas históricamente como una fase y no como el
fin de la historia, y de manera realista, es decir, no en términos de un equilibrio de
marcado ideal, sino de un mecanismo intrínseco que genera crisis periódicas
susceptibles de cambiar el sistema. La actual puede ser una de ellas…” (Hobsbawm,
Eric J. Cómo cambiar el mundo. Marx y el marxismo 1840-2011. Crítica, 2012,
Barcelona, p. 424). La superación de la crisis no vendrá de “reformar” el capitalismo,
sino desde ideologías transformadoras que cambien el sistema para afrontar los desafíos
que nos plantea el siglo XXI.
1.3.
DEBILIDADES SOCIALISTAS EN LA UE.
Tal y como han analizado P. Krugman, J. Stiglitz, V. Navarro, J. Estefanía, J.
Borrell, J.V. Sevilla, J. Torres López… se podría decir que esta crisis se gestó desde las
dos últimas décadas del s. XX. Según dice Wolfgang Streeck, “en los orígenes
políticos de la crisis financiera” se sitúa una contradicción entre democracia política y
capitalismo de mercado, por lo que “desde 2008, el conflicto distributivo inherente al
capitalismo democrático se convirtió en una lucha encarnizada entre inversores
financieros mundiales y Estados nación soberanos…”(Wolfgang Streeck. La crisis de
2008 se inició hace cuarenta años, en Le Monde Diplomatique, Enero 2012, pp. 10 y
11).
La enorme virulencia destructiva de esta crisis se había incubado con el
progresivo “declive de la socialdemocracia”; ya que “con los cambios fiscales que se
han venido produciendo desde los ochenta, las rentas elevadas han visto disminuir su
tributación y las más elevadas han quedado al margen de la tributación progresiva. Esta
pérdida de capacidad redistributiva del Estado constituye, en nuestra opinión, un
indicador elocuente del dominio de la economía sobre la política sino de la pérdida de
calidad de la democracia” (José Víctor Sevilla. El declive de la socialdemocracia. RBA,
2011. Barcelona, p. 27). Y la consecuencia ha sido la “gran divergencia” (P. Krugman)
que ha propiciado –desde la política- la enorme acumulación de riqueza en la
plutocracia y empobrecido a todos los demás.
Esa “redistribución hacia arriba” no es el resultado sólo del funcionamiento del
mercado o de la globalización; sino realización de unas políticas deliberadas dictadas
por el neoliberalismo que han quebrado el compromiso social, sin que la
socialdemocracia haya sido capaz de frenar esta deriva desde unos planteamientos
dubitativos y unas políticas insuficientes (de las “terceras vías”) que, incluso en la larga
fase del crecimiento desde 1995 a 2007, no atemperaron las tendencias al aumento de
las desigualdades y a un creciente desequilibrio en la distribución de la renta.
Al posible efecto redistributivo de las prestaciones sociales se contraponían unas
políticas fiscales regresivas que favorecían la acumulación de rentas en el juego de la
especulación financiera y limitaban la capacidad del Estado como redistribuidor. Al
tiempo, las privatizaciones de bienes y servicios públicos fortalecían determinados
intereses oligárquicos y debilitaban las políticas de Bienestar. La renuncia del Estado y
la política a su papel de regulación y control de los ámbitos de poder y actuación de las
elites del capitalismo ha conducido a la actual situación. Ahora, para la defensa de lo
público y del bien común, no sólo es necesaria una distribución más equitativa de la
11
riqueza mediante el aumento de la presión tributaria sobre las rentas y patrimonios
elevados que obtienen escandalosos beneficios y plusvalías; también resulta esencial
priorizar medidas para que la acumulación de bienes y capital redunde en favor de
corregir los graves desequilibrios sociales para una mayor igualdad y el bienestar
colectivo.
En el escenario de predominio neoliberal y “claudicación” de la socialdemocracia;
la crisis financiera mundial desencadenada por las quiebras bancarias en el verano de
2008 derivó en una gravísima crisis económica, con enormes repercusiones en los
sectores productivos, sobre trabajadores y empresas y en el mercado laboral. Tales
repercusiones han causado una profunda crisis social (fuerte incidencia sobre las clases
populares y medias) y la deslegitimación de la política por la incapacidad y la falta de
voluntad de la acción institucional para adoptar medidas que responsan al interés
general y gestionar la situación en beneficio de la ciudadanía frente a las presiones de
los especuladores y la creciente autonomía de “los mercados”. Éstos no sólo se sustraen
a la regulación y control de los poderes públicos sino que en su juego de maximizar el
beneficio sin riesgos tratan de dictar e imponer –desde intereses espurios y poderes
opacos- medidas de ajuste “permanente” que estrangulan la recuperación de la
economía productiva e imposibilitan mantener las políticas de bienestar y protección
social.
Si diversos autores consideraron que la socialdemocracia realmente fue la
“vencedora” de la confrontación de la postguerra entre capitalismo liberal y comunismo
al conseguir mediante pactos sociales un mayor bienestar de los trabajadores, ello fue a
costa de dejar el verdadero poder en manos del capital, capaz de dar y quitar en función
de sus propios intereses. Posteriormente los partidos socialdemócratas han colaborado
con los partidos de derechas en el establecimiento de una legislación, unas instituciones
y unas estructuras que comenzaron a debilitar el llamado “estado social”. En este
proceso se han consolidado las estructuras capitalistas, pero sobre todo no se ha
fortalecido como contrapeso un poder social, ni se han creado suficientes bases
fundamentales para avanzar hacia un Estado de bienestar socialista, que no esté
sometido a los vaivenes y el control de las fuerzas del capital transnacional que adoptan
la ideología neoliberal.
En expresión de Jürgen Habermas: “Por lo tanto, la socialdemocracia ha pagado
dos veces por su éxito. Ha renunciado a la democracia radical y ha aprendido a vivir con
las indeseables consecuencias del crecimiento económico capitalista, así como con las
peculiaridades inherentes a un mercado de trabajo que entraña riesgos que las políticas
de bienestar pueden paliar, pero no eliminar.”
(Habermas, J. ¿Qué significa el
socialismo hoy? La revolución rectificadora y la necesidad de renovación de la
izquierda. New Left Review. Nº 70, Set/Oct. 2011, pp. 88-107. Akal, Madrid, p. 99).
En todo caso, hablar de capitalismo democrático es un eufemismo, ya que el capitalismo
genera -y se basa- en la concentración y acumulación de la riqueza en pocas manos para
mantener el poder, y no tiene como fin el reparto equitativo de la misma.
La panacea de un cierto modelo social de “estado de bienestar” a la que la
socialdemocracia sigue aferrada, tiene la contradicción de que son los poderes del
capital los que, en función de sus intereses y del equilibrio de fuerzas, amplían o
reducen este bienestar, que sigue bajo su control. Y lo más desgarrador de esta
12
colaboración es que, en bastantes casos, ha creado dependencias y connivencias entre
ciertos sectores de la socialdemocracia, que han desembocado en una “plutocracia”
interesada y alejada de la sociedad real, y que (en último término) es incapaz de
cuestionar el sistema del que se beneficia, ocasionando la desconfianza de la ciudanía
en la capacidad transformadora de la política para avanzar hacia el auténtico Estado de
Bienestar socialista, bajo control de la sociedad.
A tal efecto, Josep Fontana, comenta: “Uno de los rasgos más negativos de la
respuesta a la crisis fue que los gobiernos desoyeron sistemáticamente las opiniones de
una serie de economistas de prestigio – incluyendo a premios Nobel como Solow,
Stiglitz o Krugman- , que sostenían que los más importante era invertir en crear puestos
de trabajo para reanimar la demanda, utilizando los recursos que pudieran obtenerse
con una mayor presión fiscal sobre las empresas y sobre las grandes fortunas, sin temor
a recurrir al endeudamiento, si era necesario. En lugar de ello optaron por una política
de restricción del gasto en servicios sociales, a costa de mantener baja la fiscalidad de
las empresas. Los gobiernos europeos imitaron también a los Estados Unidos en esos
planteamientos, y transportaron así a sus países una dinámica social que les era
extraña” (J. Fontana. Por el bien del Imperio. Una historia del Mundo desde 1945. Ed.
Pasado y Presente. Barcelona, 2012, p. 944). Al tiempo se imponían la versión de la
ultraderecha norteamericana de que era el exceso de gasto del Estado el causante del
sobreendeudamiento y hasta de la quiebra financiera. Así, la elite de los negocios
consiguió “desviar el foco del debate a la deuda nacional … para disfrazar su
culpabilidad colectiva y su corrupción” e “imponernos austeridad al resto de nosotros”,
lo que –para ellos- “ era esencial para evitar verse obligados a pagar las consecuencias
de su ineptitud y su indiferencia” (Peter Radford, referido por J. Fontana, Op. Cit, p.
946).
La aceptación por los gobiernos de la Unión Europea (UE) de esa visión de “los
mercados” y del ideario “tea party” de cuestionamiento del Estado y de las políticas
públicas ha imposibilitado la recuperación, puede provocar la ruptura de la Eurozona y
una regresión social: desconfianza de la ciudadanía en la acción de la política
democrática como expresión de la voluntad general y del interés colectivo. En la UE, las
consiguientes turbulencias inducidas en los mercados de deuda soberana han sumado
una crisis fiscal e institucional a la gravedad de la situación económica y social; debido
a la ausencia de un marco consistente de respuesta a la crisis alternativo a los dogmas
ideológicos y prácticas económicas de quienes la causaron y desencadenaron…y que
han sido “importados” e impuestos desde el dramático mayo 2010 en la UE –en plena
Presidencia Española- mediante duras políticas de ajuste y reducción del déficit
público, dictadas en la práctica por la recurrente volatilidad interesada de “los
mercados”, como única respuesta y sin perspectivas ciertas de recuperar la estabilidad
macroeconómica, el empleo, la economía productiva y sin que se hayan planteado
seriamente nuevas políticas impositivas más equitativas que proporcionen más recursos
presupuestarios y mayores márgenes para las políticas públicas de impulso a un nuevo
modelo de desarrollo más sostenible con mayor cohesión social y territorial. La negativa
deriva actual de la UE se debe a la escasa coordinación de las políticas económicas en la
zona Euro, propiciadas por una falta de instrumentos normativos, y a la impotencia del
poder político para plantear medidas socialdemócratas y keynesianas que acompañaran
la recuperación progresiva de los equilibrios macroeconómicos impulsando otro modelo
productivo y reactivando las políticas sociales.
13
Si la crisis fue originada por la imposición, a la acción de Gobierno, del dictado
neoliberal que ha beneficiado sobremanera al 1% de mega-ricos; resulta rotundamente
falso que los triunfadores del siglo XX fueran la democracia liberal y el capitalismo.
Realmente fue el consenso socialdemócrata entre capital y trabajo sobre el Estado de
Bienestar con sus políticas públicas de compensación/ corrección de las desigualdades
mediante la reasignación de bienes y recursos a favor de la universalización de la
sanidad, la educación, las pensiones y los servicios sociales, con las políticas de
progresividad fiscal para un reparto más equilibrado de las rentas y, en definitiva, el
contrato social que beneficiaba a todos los sectores compatibilizando interés privado y
responsabilidad pública-colectiva-social , quienes consiguieron el éxito de occidente .
Pero las insuficiencias de los débiles liderazgos socialdemócratas y sus
programas, en la última década del siglo XX, y la retracción a plantear el avance hacia
el socialismo democrático, facilitaron la imposición de la política de la desigualdad,
cuando el proyecto de élites insolidarias bajo la bandera de la libertad de mercado y las
ventajas de las privatizaciones y la “desregulación” subordinó la acción política y hasta
la economía productiva a la codicia de los directivos de las grandes corporaciones, a los
intereses del capitalismo “financiero” y a una minoría de muy ricos que absorbían el
crecimiento económico (mientras el crédito endeudaba a las familias y empresas) y
buscaba imponer sus condiciones al sistema político. Desde hace más dos décadas, en la
pasada fase de expansión “los “ricos” han ganado más y han pagado menos
impuestos…” y los desequilibrios de renta en las sociedades occidentales han llegado a
ser sencillamente monstruosos, al tiempo que la creciente desigualdad iba tornándose
contraproductiva. (J. Borrell).
No nos engañemos, la UE que hemos construido es la Europa del capital y no de
los ciudadanos. El entramado reglamentario europeo es un edificio capitalista sin
paliativos, las actuaciones y medidas aconsejadas e impuestas por Europa no son más
que la aplicación de una normativa “ad hoc” en la más pura lógica capitalista. Pretender
atribuir la actual situación sólo al auge del neoliberalismo es cerrar los ojos ante una
legislación que se ha ido tejiendo desde el año 1957, y en la que la socialdemocracia ha
colaborado de forma sistemática difuminando, cuando no perdiendo, sus valores
socialistas. No olvidemos que el Tratado de Maastricht en gran parte fue obra de J.
Delors, así como la estructura del BCE y la implantación de euro sin contrapartidas
fiscales, presupuestarias, ni sociales.
Mantener este discurso conlleva siempre el peligro de que se nos acuse de anti
europeístas, cuando en realidad lo que estamos pidiendo es una Europa más social y de
los ciudadanos y no del capital, porque nosotros sí creemos que Europa ha
desarrollado grandes valores de igualdad, respeto a la pluralidad, democracia, justicia
social y dignidad humana que no podemos abandonar y resultan esenciales para
abordar la actual situación. La cruda realidad muestra que esa reiterada imposición del
fundamentalismo del mercado, ha sido facilitada porque durante años la
socialdemocracia europea fue asumiendo buena parte de las tesis económicas del
neoliberalismo; perdiendo la ocasión –al caer el muro de Berlín- de reivindicarse a sí
misma como alternativa socialista al sistema capitalista. Pero al retraerse y no marcar
nítidamente sus diferencias en materia económica y social con el centro y la derecha, los
partidos socialdemócratas abandonaron posiciones progresistas, perdieron el apoyo de
quienes pretendían, al menos, una profunda reforma del sistema capitalista y, sobre
14
todo, de los que consideraban que la globalización necesitaba reglas de control social y
alternativas políticas.
Una gran parte de los dirigentes y programas de los partidos socialdemócratas
europeos no han tenido la voluntad de elaborar un discurso coherente y plantear una
alternativa válida, en correspondencia con los valores de la izquierda y las aspiraciones
de la mayoría social. Y los movimientos populares deslegitiman progresivamente los
comportamientos de los teóricos dirigentes, representantes de la ciudadanía, que se
aferran a estructuras, modos de representación, formas de control, actuación y
privilegios adquiridos que han quedado caducos. Aparece con fuerza un clamor de
igualdad, justicia, equidad y transparencia fomentado por una información cada vez más
abierta, libre y al alcance de los ciudadanos de a pie.
La UE y los gobiernos europeos no han tenido suficiente capacidad política para
actuar sobre el sistema financiero y facilitar la liquidez necesaria que permitiera a las
familias y empresas contar con los recursos suficientes para poder estimular la
economía real, bloqueada por la escasez de crédito; y tal “sequía” financiera ha causado
múltiples cierres empresariales, millones de parados y el destrozo de buena parte de la
economía productiva. Los efímeros estímulos con los que los gobiernos europeos
intentaron reactivar la economía, junto con el incremento del gasto público exigido por
la crítica situación social, incrementaron los déficits presupuestarios que se cubrieron
con más endeudamiento público y en las economías más afectadas de la eurozona, con
excesiva deuda privada. Y las tesis neoliberales de los “mercados” impusieron a los
gobiernos el final de los estímulos y durísimos ajustes para cuadrar las cuentas públicas
en cuatro años, cuentas sobre las que se había traspasado y cargado el saneamiento del
sistema financiero. Así la reducción de los gastos sociales y de inversión, la bajada de
los impuestos directos pero incrementando los indirectos, la reducción de los salarios
reales y las privatizaciones de bienes y servicios públicos son un ataque directo del
capitalismo especulativo (causante del desastre) al estado de bienestar, para garantizar el
cobro de sus abusivos créditos e incrementar la tasa de ganancia a costa del
empobrecimiento de la población actual y de privar de un futuro mejor a la jóvenes
generaciones.
Ahora, la crisis muestra con toda su dureza la debilidad política de la UE. Y que
las instituciones comunitarias y gobiernos europeos no han sido capaces de articular las
medidas para salir de ella: Se contaba con una moneda común, pero se carece de una
política económica y fiscal comunitaria imprescindible para abordar la situación en
conjunto. Falta visión de futuro y voluntad política para –desde una auténtica soberanía
compartida- articular la “unión presupuestaria”, relanzar la inversión productiva y la
innovación, corregir los viejos y nuevos desequilibrios, diseñar políticas sociales
equitativas y avanzar en la democratización, transparencia, participación de la
ciudadanía y en mejorar la representatividad de las instituciones comunitarias. En
palabras de Michel Aglietta: “La eurozona ha llegado a una encrucijada histórica. Una
salida sostenible de la crisis requerirá un cambio decisivo de su filosofía política.”
(Aglietta, M. El vórtice europeo. New Left Review, nº 75 (Jul./Agos 2012), pp. 15-34.
Ed. Akal, Madrid, p. 34).
Las conclusiones del Consejo Europeo celebrado los días 27 y 28 de junio de
2013 vienen a reconocer tardíamente los errores de las políticas de austeridad aplicadas
15
en su máxima expresión en los paises del sur de Europa. Los perversos efectos de esas
politicas sobre las tasas de paro y el desempleo juvenil, las politicas privatizadoras y
aniquiladoras de los servicios públicos y del tejido productivo, la reducción del Estado a
sus mínimos vitales y la subordinación de los poderes políticos democráticos a los
poderes económicos extraterritoriales, opacos, desregulados y sin control real. Las
medidas adoptadas en ese Consejo no son sino un torpe maquillaje preelectoral
adoptado por la derecha alemana y europea, con la lamentable complicidad seguidista
de gran parte de la socialdemocracia europea, y sin que se vislumbre un giro profundo
en esas políticas.
La reelección de Ángela Merkel en Alemania va a fortalecer la construcción de
una Unión Europea insolidaria, que va a seguir desmantelando el estado de bienestar
devorado por las fauces del neoliberalismo y sus políticas favorecedoras de las
desigualdades entre las personas y de los desequilibrios territoriales. La idea de una
Europa alemana, de una Alemania conservadora, que busca fortalecer su hegemonía en
el mercado europeo parece consolidarse.
Del SPD depende la búsqueda de una alternativa a esa Europa del capital y los
mercados que Merkel impulsa. Si el SPD conforma un gobierno de "gran coalición" con
la derecha alemana todo el socialismo europeo se resentirá negativamente. Los valores y
principios del socialismo democrático se alejaran de la conciencia de los pueblos que,
sin otro horizonte visible, caerán en el desanimo, la desconfianza y la resignación.
Y ello puede suceder, a pesar de que los partidos progresistas y de izquierda
alemanes (SPD, Los Verdes y De Linke), sumados, han ganado las elecciones y tienen
mayoría parlamentaria suficiente para formar un gobierno de progreso.
Hoy los socialistas alemanes en la oposición y los socialistas franceses en el
gobierno tienen la responsabilidad compartida de poder ser motores del socialismo
europeo y sus enterradores.
Finalmente, las negociaciones de la Unión Europea con Estados Unidos en el
marco teórico de una política de libre cambio que puede favorecer las privatizaciones y
fomentar el poder de las grandes corporaciones, son una prueba más de que esta Unión
Europea, hegemonizada por los mercados, prima como objetivo el fortalecimiento del
capitalismo y del dominio de los poderes privados frente a los valores del modelo social
europeo, el Estado de Bienestar, la política al servicio del bien común en representación
del interés público y la participación ciudadana democrática.
1.4. EL FACTOR DIFERENCIAL DEL CRECIMIENTO
ESPAÑOL
En España, los años de crecimiento económico (hasta 2007) impulsado por el
boom inmobiliario, encubrían notables debilidades: “un gran número de puestos de
trabajo creados eran de salarios bajos y en buena parte temporales; los salarios crecieron
menos que el empleo por primera vez en varias décadas”, perdió “capacidad
redistributiva “la “imposición de la renta” y también disminuyó el “efecto redistributivo
de las prestaciones sociales monetarias” (Estefanía, Joaquín. La economía del miedo.
Galaxia Gutemberg-Círculo de Lectores, dic. 2001, Barcelona, pag.303). Y mientras
16
crecían los beneficios especulativos, la inversión productiva en otros sectores de nuestra
economía (consolidados y emergentes) con notables potencialidades no alcanza el
suficiente impulso para un crecimiento más sostenible y diversificar nuestro modelo de
desarrollo.
Con tales antecedentes y contexto, al desencadenarse la crisis, en España la
masiva destrucción de empleo en el sector de la construcción arrastró rápidamente a la
producción de bienes de consumo y al sector servicios, registrándose un espectacular
aumento del paro y el crecimiento de los indicadores de pobreza que alcanza a las clases
populares, clase obrera, trabajadores/as, profesionales, funcionarios/as pequeños/as
empresarios/as y a las capas medias de la sociedad. Por lo tanto, si antes de la crisis -en
los años de bonanza- las políticas sociales durante la primera legislatura del Gobierno
Rodríguez Zapatero con un incremento demasiado moderado del gasto social no
atemperaron las desigualdades (faltó progresividad fiscal) , ni las posibilidades de
mayores inversiones públicas y privadas lograron cambiar un modelo productivo
lastrado por las políticas económicas del anterior Gobierno de Aznar (que vincularon el
crecimiento al boom inmobiliario); parece confirmarse que una de las claves más
importantes de la Crisis económica reside en el acelerado aumento de las desigualdades.
Por ejemplo, en España hay empresas cuyo abanico salarial es de 1 a 1.200. Ahora bien,
hay desequilibrios aún más injustos, como los que se basan en la pura propiedad de
medios de producción sin que el beneficiario contribuya a la producción, o en la
posesión de un patrimonio que daba lugar a unas rentas desproporcionadas, como ocurre
con muchos inmuebles.
El FMI reconocía en un reciente informe sobre España que este era uno de los
países en los que se estaba registrando una de las mayores ampliaciones de la
desigualdad en la distribución de la renta y en el aumento de la pobreza. La década
expansiva que concluyó con el inicio de la crisis ya había ensanchado
significativamente esa desigualdad, datos respaldados por EUROSTAT. Probablemente
estamos ante la clave más importante de la crisis actual. Nos referimos a una
desigualdad tan extraordinaria que hace imposible una economía sostenible y
productiva. Por un lado, expulsa de manera continua de la actividad económica y la
posibilidad de subsistencia a una proporción cada vez más amplia de la población. Por
el otro, genera unas rentas que unas veces tienen una contrapartida productiva, pero tan
desproporcionadas que resultan casi inhumanas; otras, carecen de justificación, pues son
fruto de la especulación, o de la acumulación (herencias).
Además, en España han incidido especialmente en la mayor virulencia de la crisis
económica factores como la desindustrialización, la falta de cultura empresarial, el
fracaso del modelo de crecimiento basado principalmente en la construcción y el crédito
fácil que ha estallado, llevando a nuestro País a una situación de sobreendeudamiento
en muchas empresas y familias, de quiebras bancarias y de exceso de apalancamiento en
el sector privado, a lo que se suma la presión especulativa y de poder ejercida por los
mercados sobre el Gobierno de la Nación.
Las salidas propuestas vienen siendo en la misma dirección, siempre con el
pretexto del déficit y de la deuda soberana: adelgazar o reducir el Estado de Bienestar
(no sólo en recursos, sino en derechos); abaratar los costes salariales y aumentar más la
precariedad laboral; atacar y debilitar a los sindicatos y empobrecer la democracia. Así
17
se vienen sucediendo medidas lesivas para los trabajadores y para la mayoría de los
ciudadanos a través de “reformas” neoliberales impuestas desde la UE, principalmente
orientadas al mercado de trabajo y a las políticas sociales (educación, sanidad,
dependencia…), primero con el “giro” del Gobierno Socialista (mayo 2010) y, a partir
de enero de 2012, con los brutales recortes del Gobierno del PP que desmantelan el
Estado de Bienestar en beneficio de poderosos intereses privados y subordinan las
políticas presupuestarias al supremo interés de los mercados de capital; mientras que se
obstaculizan medidas de regulación del sector financiero y se impiden iniciativas de
equidad y solidaridad.
Con todos esos sacrificios impuestos a la población, la recuperación económica no
llega. Al contrario, con las “reformas” adoptadas y las que nos esperan, se anuncia más
recesión con más desempleo y mayor empobrecimiento y exclusión social, al menos
durante otros 3 años. La denuncia y contestación ante este grave deterioro económico,
social y político, viene siendo constante y generalizado durante este período tanto por
los Sindicatos mayoritarios UGT y CCOO, como de otros colectivos sociales,
ciudadanos/as… Incluidas esporádicas apariciones del movimiento 15-M, ahora de
forma más unitaria en el conjunto de las movilizaciones.
La gravedad de la regresión e involución no viene solo de la falta de salidas a la
crisis (donde el papel de la UE es determinante), sino del deterioro político de las
instituciones democráticas que alcanza a un divorcio cada vez más creciente entre
ciudadanía y clase política que en lugar de intermediar con los ciudadanos se
autoabastece de sus, a menudo, erróneas e insuficientes apreciaciones , con el
subsiguiente riesgo de fractura social (modelo de convivencia y del Pacto
Constitucional) y de polarización o radicalización en los extremos de la vida política
ante la ausencia de respuestas y salidas justas a esta profunda crisis; como se aprecia al
hacer balance de la situación.
1.5. LAS MEDIDAS EUROPEAS FRENTE A LA CRISIS.
Los gobiernos conservadores de Europa mantienen con tenacidad su ideario
neoliberal. Con sus decisiones y decretos están sometiendo a sus ciudadanas y
ciudadanos –especialmente a los de la periferia europea- a durísimos “ajustes” con los
que pretenden eliminar los déficits de las cuentas públicas de sus estados por la única
vía de la reducción del gasto y negando toda posibilidad a la implantación de políticas
de estímulo al crecimiento. Así, la recesión no tiene fin y la destrucción de empleo
continúa. Lo más grave es que se escudan ante la opinión pública afirmando lo que la
realidad contradice: que no existe otra salida que la de reducir los salarios, abordar
“reformas estructurales” -que no son más que contrarreformas que restringen derechosy mantener una irracional austeridad, que se ceba en la progresiva destrucción de
servicios públicos. El empobrecimiento colectivo y la desigualdad social se acentúan de
forma insoportable, al tiempo que el enriquecimiento de una elite ha continuado su
escalada. Son las reglas de un juego infernal, impuesto por la Comisión Europea, de
una Unión Monetaria excesivamente dependiente de la influencia de Alemania y de las
políticas clásicas del FMI. Los datos, además de desmentir que ésta sea la salida de la
crisis -más bien se profundiza en la recesión- avalan nuestro firme rechazo a unas
políticas que, lejos de potenciar la cohesión social e integración europea, siguen
amenazando la supervivencia del euro, aceleran a un tiempo la consolidación de la
18
Europa a “dos velocidades” con más desigualdades y aumentan el riesgo de “estallidos”
sociales y de mayor desconfianza de la ciudadanía en las instituciones democráticas.
Nos encontramos ante un círculo vicioso que conduce de la recesión al rescate o
la intervención, del rescate a la reducción del gasto público, de esa reducción a mayor
recesión y más endeudamiento. Y vuelta a empezar ¿con un nuevo rescate? La
democracia ha sido suplida por la imposición de políticas que empobrecen, que
eliminan derechos y fomentan la exclusión de los ciudadanos de un proyecto común.
Comprobamos como los últimos años el neoliberalismo ha seguido imponiendo en
Europa, en nuestro país,
y en buena parte del planeta, sus políticas de
desmantelamiento del estado social y democrático. Por eso sigue teniendo, si cabe, más
vigencia nuestra afirmación: “No hay futuro sin socialismo y sin democracia. Es
necesario ofrecer un programa alternativo ante la actual realidad… y con posibilidad
real de cambio y de superación de las injusticias del capitalismo”.
Evidentemente, las fuerzas progresistas, los socialdemócratas y los socialistas no
han sabido reaccionar para defender las conquistas sociales que la clase obrera y los
sectores populares alcanzaron tras décadas de lucha reivindicativa.
Por otra parte, la crisis sigue estimulando los sentimientos nacionalistas e
incluso en algunos países de la Unión, también los xenófobos. En estos últimos meses,
se han acentuado considerablemente. Basta observar cómo han crecido las reticencias
que algunos países de la eurozona han manifestado ante las posibles –e incluso
necesarias- ayudas a socios en gravísimas dificultades. También ha comenzado a
extenderse entre la opinión pública de esos países, que la Europa del Sur no ha hecho
más que malgastar los recursos recibidos de los fondos comunes y de vivir por encima
de sus posibilidades. Olvidan un hecho incuestionable: que los países de la periferia
europea, también han ofrecido sus avales soberanos para la formación de dicho fondo
común.
Además, esa opinión que tan insolidariamente esgrimen para justificar su
oposición, falsea las causas del problema de la deuda y de la crisis, dado que los
déficits no derivan del incremento del gasto, sino de la caída de los ingresos públicos
como consecuencia de la recesión provocada, precisamente, por esa irracional política
de austeridad que imponen las políticas conservadoras europeas.
Resulta urgente la celebración de una Conferencia Europea de los partidos
socialdemócratas, socialistas, progresistas y de izquierda que plantee cambiar
radicalmente los supuestos de la actual UE, y que sentara las bases para alcanzar una
autentica Europa social y federal. Los socialistas tenemos que abordar las próximas
elecciones europeas con un planteamiento nítidamente diferenciado del de la derecha;
los ciudadanos y ciudadanas no pueden caer en el escepticismo de “gane quien gane
harán lo mismo”.
Está en juego la credibilidad del proyecto europeo y la recuperación de la
confianza en la política democrática. Y solo desde la izquierda, la socialdemocracia y el
socialismo europeos, junto con las demás fuerzas progresistas, podrán ofrecer a los
países y ciudadanía de la UE las transformaciones que se necesitan para salir de la
19
regresión, recuperar los valores del progreso solidario e impulsar la cohesión social y
territorial. Sería una importante contribución a la democracia participativa y para
motivar a los ciudadanos y ciudadanas en el proceso de las elecciones europeas,
elaborar una normativa que estableciese y regulase un sistema de elecciones primarias
para las candidaturas al Parlamento Europeo.
1.6. ALGUNAS CAUSAS DE LA CRISIS Y SUS EFECTOS.
Reducción del déficit: las políticas de ajuste de las cuentas públicas
A la vista de los resultados; las pretensiones, principalmente de Alemania, de que
los países del sur de la Eurozona reduzcan en un tiempo record sus déficits
presupuestarios, son un objetivo imposible. Al contrario de lo que se pretende, lo que se
está logrando es que incrementen su deuda y permanezcan sumidos al borde del
“rescate”. Y lo grave es que la propia Alemania lo sabe. Baste para ello recurrir a su
propia experiencia. En efecto. Tras la unificación, Alemania tuvo que reducir su déficit
estructural generado como consecuencia de dicha unificación.
Como consecuencia de la reunificación, Alemania tuvo que reducir su déficit en
un 2,9% en 5 años. Así, entre 2002 y 2007 pasó de un déficit del 3,5% del PIB, al 0,6%
en 2007. Esta reducción del 2,9% supone haberla hecho a una media del 0,6% cada
año. Sin embargo, entre 2009 y 2011 se le exigió a Grecia que rebajara su déficit
estructural del 12,8% del PIB, al 1,8% en 2011, es decir, a un ritmo del 6% anual, lo
que significa que Grecia, con una economía a “años luz de la germana”, redujo en un
año lo que Alemania acortó en cinco. (1); y ello contando con la creciente demanda, de
los demás países europeos, a sus exportaciones.
La situación de España y Portugal no es muy diferente. España tenía que reducir
su déficit estructural del 9,5% en 2009 al 1,9% en 2012, y en el caso de Portugal, ha
tenido que pasar del 9,5% en 2010 al 2,2% en 2012.
Y lo mismo ha ocurrido con los salarios: entre 2003 y 2007 los salarios reales
alemanes cayeron un 3,3%, mientras que en Grecia, entre 2009 y 2011, han retrocedido
un 13%, un 10% en Portugal y un 7% en España. Con estas políticas no es extraño que
el crecimiento del PIB se haya tornado en decrecimiento: Entre 2007 y 2012 del 3,5%
al -6,4% en Grecia; del 2,4% al -3,2% en Portugal; del 3,5% al -1,4% en España; del
5,4% al 0,7% bajó en Irlanda, e incluso en Italia del 1,7 al -2,2%. La misma Alemania
que alcanzó un crecimiento del PIB del 4,2% en el 2010, tan sólo lo ha incrementado
un 0,7% en el 2012. Y en el conjunto de la UE-27, cae del 3,2% en 2012 a -0,3% en
2012 (4).
Aún hay más. Los drásticos procesos de ajuste (bajo el eufemismos de la
“consolidación”) impiden el crecimiento, cae la inversión, se reduce el consumo, se
acentúa el desempleo y la consecuencia de una economía en recesión es la caída de sus
ingresos públicos, lo que provoca dos efectos perniciosos: graves dificultades para
obtener financiación en los mercados y, debido a su falta de crecimiento, sufrir el
castigo del aumento de su prima de riesgo, obligándole a financiarse a altas tasas de
interés; lo que reduce aún más sus posibilidades de superar la crisis al incrementar
sensiblemente el pago de los intereses de su deuda, restando así posibilidades a destinar
recursos que estimulen la recuperación . Paradójicamente, mientras la prima de riesgo
20
de los países en crisis aumenta, Alemania puede seguir financiándose cada vez a más
bajo interés. Un escenario que de mantenerse hasta 2015, según estimaciones del
Landesbank Bremen, supondría para el país teutón, ahorrarse unos 44.000 millones de
euros en coste de intereses.
¿Cómo es posible que en países sometidos a tan drásticos recortes y restricciones
presupuestarias el déficit y la deuda no se reduzcan sino que tienden a incrementarse,
cuando según la “lógica” que defiende la “troika” deberían disminuir? Es evidente que
esta política de la mal llamada “austeridad” no es neutral; tiene beneficiarios y
perjudicados. Esa “financiarización” impuesta sobre las auténticas necesidades de
relanzar la economía productiva y el empleo, agudiza las diferencias entre los países de
la UME; pero si la Unión Europea –en conjunto- se “estabiliza” en la depresión, la
propia Alemania sufriría el efecto “boomerang” de la deflación y caída de la inversión y
el consumo por el “colapso” de la economía productiva y el aumento del desempleo en
los países más castigados por las consecuencias, primero de la crisis y después de las
desorbitadas, injustas y equivocadas medidas que perjudican al conjunto de la sociedad
para salvaguardar los intereses de ciertas elites.
En definitiva, los mismos datos económicos y los efectos sociales de las medidas
impuestas ponen en evidencia la urgencia de un cambio radical en las políticas de la
UE y, en especial, de las aplicadas por el Gobierno del PP en España.
Los rescates o el “neocolonialismo” del siglo XXI
El escenario descrito en el punto anterior, sin duda tiene una dramática incidencia
sobre la deuda soberana de los estados en crisis. Mientras el BCE no ejerza
abiertamente como financiero de último recurso, y compre directamente la deuda de los
estados de la Eurozona, seguirán siendo los “mercados” (es decir, los Bancos) quienes
cubran las necesidades de financiación y, por tanto, no se frenará la especulación y
continuará aumentando su deuda. Crecen, pues, las dificultades de los estados
rescatados para hacer frente a las crecientes deudas contraídas y al no incluir también
estímulos para el crecimiento difícilmente se pueden reducir los déficits.
Parece evidente que el rescate ni es la solución definitiva, ni aleja
indefinidamente el riesgo de la quiebra del estado rescatado. Momentáneamente frena el
desastre a cambio de aceptar durísimas restricciones presupuestarias, salariales y de
derechos que ahondan aún más la recesión. Solo basta para comprobarlo, conocer cómo
le ha ido a Grecia con los rescates “solicitados”, (es decir, impuestos) y en qué situación
de recesión se encuentra Portugal.
Para empezar, es conveniente conocer que para dotar los fondos de ese primer
rescate (130.000 millones de euros), Alemania puso 36.000 millones, la mayor cifra
absoluta de las aportaciones de los estados (dado el potencial de su economía), pero los
países que pusieron el resto –entre ellos el nuestro- de ellos, seis superaron a Alemania
en términos de “renta per cápita” y los otros diez, sus aportaciones con relación a sus
respectivos PIB, resultaron ser mayores que las que depositó el país germánico. Es
evidente que el dinero no se regala y en 2010 los intereses de lo prestado a Grecia le
reportaron a Alemania 198 millones de euros.
El caso de Grecia es paradigmático. Además de pagar los altos intereses
21
correspondientes al montante del “rescate”, se vio obligada a distribuir el 82% de los
fondos recibidos a los bancos para quitas de deuda privada, recapitalizaciones bancarias,
garantías de bonos depositados en el BCE, incentivos para el canje de bonos viejos por
nuevos y para pagar antiguos intereses de deuda.(5) Las condiciones del rescate fueron
muy elevadas: se redujeron los salarios entre un 20 y un 25%; se hicieron recortes
superiores al 40% en la sanidad pública; se recurrió a reducciones drásticas de
empleados públicos, etc. Las consecuencias no se hicieron esperar: caída de la
producción en más de un 11%; reducción de la recaudación en un 18%; más de 60.000
empresas cerraron el pasado verano… y la deuda no disminuye, al contrario, del 120%
del PIB en 2010, ha pasado en lo que llevamos de año al 170% del PIB tras dos años de
severos “ajuste” (6).
Sin duda es un círculo infernal que conduce de la recesión al rescate, del rescate
a la reducción del gasto público, de esa reducción a mayor recesión y más
endeudamiento. Y vuelta a empezar ¿con un nuevo rescate? La democracia ha sido
suplida por la imposición de políticas dictadas por las elites económicas que
empobrecen, que eliminan derechos, y destruyen el estado social.
Evidentemente, las fuerzas progresistas, los socialdemócratas y los socialistas no
han sabido reaccionar para defender las conquistas sociales que la clase obrera y
sectores populares alcanzaron tras décadas de lucha reivindicativa. Precisamente, para
romper la espiral regresiva, la Unión Europea lo que necesita es un proyecto coherente
(y que sea susceptible de adaptarse a las peculiaridades de cada país) de impulso a la
inversión productiva y al relanzamiento de la actividad, a la recuperación de la industria
manufacturera, del empleo y de la demanda y de aprovechar la I+D+i para un nuevo
modelo de crecimiento; así volvería a incrementarse el PIB y el déficit público sería
más sostenible.
Nacionalismos ultra-conservadores frente a la Europa Federal
En la Convención de IS-PSOE, el año 2011, señalábamos que la crisis estaba
estimulando los sentimientos nacionalistas e incluso en algunos países de la Unión,
también los xenófobos. En estos últimos meses, se han acentuado considerablemente.
Basta observar cómo han crecido las reticencias que algunos países de la eurozona han
manifestado ante las posibles –e incluso necesarias- ayudas a socios en gravísimas
dificultades.
Para nosotros socialistas, que claramente hemos expuesto la Europa a la que
aspiramos, y ha quedado dicho cómo pensamos que tiene que construirse el proceso
de institucionalización de la propia UME, (dotación de las herramientas que hagan
viable una verdadera unión monetaria, profunda democratización de las instituciones de
sus instituciones y órganos de gobierno, armonización fiscal, políticas económicas
comunes, etc. como ya definimos en la pasada Convención), y nos parece sumamente
grave que en cierta medida, también partidos socialdemócratas europeos –más
concretamente el SPD- compartan esa oportunista opinión de lo que está sucediendo en
el Sur de Europa.
Los hechos son concluyentes: Europa camina cada día con mayor fuerza por la
senda del neoliberalismo, que impone el capitalismo depredador. La falta de análisis y
22
valoración de lo que realmente está sucediendo inmediatamente, debe dar paso al
debate sobre la necesidad de adoptar políticas compensadoras de reequilibrio,
expansivas y de estímulo, para superar la crisis.
Es el tiempo de las izquierdas. Y solo desde la izquierda, la socialdemocracia y el
socialismo europeos, junto con las demás fuerzas progresistas, serán capaces de frenar
tanta destrucción, romper la deriva hacia la quiebra dela UE e impulsar los cambios
para articular un auténtica cooperación y solidaridad, que nos saquen (a los europeos/as)
del actual marasmo económico, social y político; convirtiéndonos en vanguardia de la
defensa del internacionalismo solidario, de la lucha contra el hambre y la pobreza y en
la exigencia de un nuevo orden mundial y de una nueva gobernabilidad en la que
prevalezcan realmente los Derechos Humanos.
Ante la situación actual en la UE, Izquierda Socialista - PSOE propone;
 Manifestar su rechazo a la política de ajuste duro que está imponiendo la
UME a los países miembros que atraviesan dificultades de deuda y exige
implementar políticas de estímulo económico a través del BEI para salir de
la recesión en la que nos encontramos.
 Demandar la revisión en profundidad de toda la normativa europea,
detectando y cambiando aquella reglamentación que cuestione o merme el
interés general de los ciudadanos y ciudadanas.
 Oponerse a la política de “rescates” que desde las instancias de la UME se
está imponiendo a países en dificultades de deuda, porque en un escenario
de recesión como el que padecemos, solo consiguen restringir derechos
constitucionales, aumentar el empobrecimiento de la población y sumir al
estado “rescatado” en una deuda perpetua ante las instancias financieras
internacionales y europeas, cayendo en las redes de un nuevo colonialismo
político y financiero.
 Subrayar la necesidad de cambiar el “estatus” del BCE y reorientar el
problema de la deuda haciendo que dicha institución actúe como
“prestamista de último recurso” comprando directamente deuda soberana
de los estados miembros, relajando así la escandalosa “prima de riesgo”
con la que son castigados los países en crisis por los mercados financieros.
 Insistir en la necesidad de contribuir a crear las condiciones para que la
ciudadanía europea se movilice activamente contra este creciente
retroceso de los derechos democráticos que el neoliberalismo está
imponiendo en Europa, cuyo objetivo no es otro que acabar con el estado
social. Para ello, Izquierda Socialista-PSOE se compromete a establecer
puentes de colaboración con la CES, con los partidos progresistas
europeos y con las organizaciones de la sociedad civil.
1.7. LOS GOBIERNOS DEL PRESIDENTE ZAPATERO
Afrontar la gran crisis que atravesamos, requiere algunas reflexiones sobre lo
realizado durante las dos últimas legislaturas de gobiernos socialistas. Durante el primer
mandato del Presidente Zapatero, la economía española navegaba al pairo de la que
después ha resultado una engañosa ola de prosperidad. En ese marco impulsamos
reformas en materia de política social, que situaron a nuestro Gobierno en lugar
23
destacadísimo en la conquista por los derechos y libertades civiles.
En aquellos momentos las cuentas públicas mostraban un importante superávit,
lo que permitió adoptar medidas que incrementaron los gastos sociales (inferiores a la
media UE), sin preocuparnos demasiado por mejorar la débil estructura financiera
publica de nuestro país. Las necesidades de financiación crecieron a un ritmo muy
superior al de nuestro PIB y eso llevó a un endeudamiento de empresas y familias,
difícil de digerir. Baste citar que entre 2003 y 2009 dicho endeudamiento crecía a un
ritmo anual superior a más del doble de lo que crecía nuestro PIB.
En ese escenario de insuficiencia financiera publica no fue prudente –además de
contradictorio con el pensamiento socialista- afirmar que “bajar los impuestos era de
izquierda”, sabiendo que nuestra presión fiscal estaba (y está) por debajo de la media de
los países del euro. Gran parte de ese endeudamiento se empleó en hinchar la burbuja
inmobiliaria, fomentando así un modelo de crecimiento en el que el peso de la
construcción subía en detrimento de nuestra industria y otros sectores productivos.
Mientras en España el sector industrial suponía poco más del 13% del PIB, en Francia
superaba el 20% de su producto bruto y en Alemania sobrepasaba el 30% del suyo.
En consecuencia, nuestra productividad quedaba bastante por debajo de la de la
UE. Con esas premisas, nuestra competitividad y capacidad exportadora en la economía
globalizada, disminuiría, como así ha sido. En tal contexto, si resulta sorprendente que
el Gobierno y sus asesores no valorasen adecuadamente los enormes riesgos de la
economía española; tampoco fue razonable aplazar el reconocimiento de la aparición de
la crisis , como lo hizo nuestro segundo gobierno a costa de cosechar una considerable
pérdida de credibilidad de la que hipócritamente se aprovechó el PP, y menos consentir
que la banca española mantuviera una política crediticia como la que había practicado,
concediendo créditos con escasas garantías de solvencia y por montantes superiores al
valor de los bienes hipotecados; lo que no hacía más que concentrar recursos en una
economía especulativa cortoplacista, en lugar de fomentar la producción de bienes y
servicios avanzados de alto valor añadido y con mayor recorrido futuro.
La dirección del PSOE y el gobierno socialista no fueron capaces de mantener el
pulso de la primera etapa de reacción keynesiana de respuesta a la crisis en la que
todavía impulsamos políticas progresistas en derechos ciudadanos y de reactivación del
empleo, pero no se abordó eficazmente un diseño de fiscalidad progresiva y de
incentivar el cambio del modelo productivo. Luego, el desconcertante giro político del 9
de mayo de 2010 en las políticas del Gobierno Socialista -coincidiendo precisamente
con la Presidencia Española de la UE que debería haber planteado una salida europea
socialdemócrata a la crisis- mostró la falta de previsión y quedó en evidencia la
contradicción entre el discurso político que los socialistas todavía veníamos sosteniendo
y la aplicación de una dura política de ajuste; contestada por agentes sociales y amplios
sectores ciudadanos como poco equitativa, debido a la asimetría entre medidas como
recortes salariales a funcionarios, reforma laboral y del sistema de pensiones, y su
contraste con las encaminadas a reforzar el sistema bancario o la desconsideración hacia
las propuestas de nuevos gravámenes impositivos para aumentar la contribución al
Estado de quienes acumulan mayor riqueza y obtuvieron grandes beneficios en los años
anteriores.
24
A la percepción social acerca de un programa socialdemócrata que se
desmoronaba, después de las falsas ilusiones de recuperación de políticas keynesianas
con los Planes E, se añadía la progresiva conciencia de la ciudadanía sobre la
impotencia de la política frente a los poderes económicos del capitalismo financiero que
controla los mercados. La constatación de que de nuevo se imponían duras políticas
neoliberales quebraba aún más la pretensión de recuperar la fuerza de un proyecto
progresista, debilitado por lo demás en el conjunto de Europa.
Ésas lógicas contrapuestas, con ventaja para el capitalismo especulativo sobre la
democracia, y la inconsistencia de muchos de nuestros dirigentes dejaron al PSOE sin
herramientas ideológicas y de acción política propias; como se demostró cuando el
propio gobierno socialista propuso el acuerdo con el PP para reformar la Constitución,
agrandando la ruptura entre su praxis al dictado de los mercados y el compromiso
programático con la gente.
Las medidas de ajuste diseñadas frente a la crisis y puestas en marcha bajo la
presión de los mercados, han sido percibidas por amplios sectores de la ciudadanía
como injustas por suponer un reparto desequilibrado de las cargas, perjudicial para
quienes no han sido sus responsables. Esas medidas, aplicadas sin contrapesos, han
derivado en una sociedad cada vez más segmentada y polarizada en la que la riqueza
sigue distribuyéndose de manera desigual y concentrándose en menos manos; asunto
que desde el PSOE deberíamos haber denunciado más firmemente y proponer
alternativas claras a las políticas económicas y sociales regresivas de la UE y en España,
con iniciativas políticas alternativas reafirmando la radicalidad del compromiso
socialista con los derechos laborales y sociales y la acción colectiva y pública para el
bien común.
Así, a las renuncias de los socialistas en las últimas décadas; en España se sumó la
manera de gestionar la recesión que rompió nuestra trayectoria: el “único camino”
indiferenciado que nuestro Gobierno adoptó en mayo de 2010 para salir crisis, cercenó
las opciones en clave “social”. Las contradicciones entre nuestro proyecto, programa y
mensajes con muchas de las actuaciones del Gobierno se acentuaron por el seguidismo
“acrítico” –sin alternativas- y la subordinación de los cargos públicos y órganos del
Partido a las mismas (se nos dijo: ”se está haciendo lo que hay que hacer”);
quebrándose así nuestro sustrato social e ideológico y siendo causa principal de las
debacles electorales del PSOE: No ha sido sólo la situación de crisis; sobre todo la
forma de abordarla, las políticas (ajenas al ideario socialdemócrata) que se adoptaron
claudicando ante las presiones del capital especulativo y de megapoderes económicos
han constituido las causas decisivas de nuestras derrotas.
La incongruencia entre nuestros mensajes anteriores y las medidas adoptadas por
el Ejecutivo socialista, plasmadas en decisiones con una fuerte contestación social,
erosionó gravemente la credibilidad política de los socialistas y la confianza del
electorado en el gobierno de Zapatero, por tan desconcertante giro político. Se
argumentó que se trataba de salvar las políticas sociales, de defender los derechos
alcanzados en el Estado de Bienestar; pero el contraste entre las medidas que afectaban
negativamente a trabajadores, funcionarios y pensionistas y las encaminadas a reforzar
el sistema financiero, sin exigir responsabilidades a sus directivos, consolidaron la
imagen de un tratamiento muy desequilibrado entre unas y otras, y que la ciudadanía
25
interpretó como imposiciones de centros de poder opacos y oligárquicos.
En definitiva, “la ausencia de credibilidad de los gobiernos socialistas –los que
gobernaron en los cuatro primeros años de Gran Recesión- vino dada, sobre todo, por
dos aspectos: la persistencia de la crisis económica, mucho más duradera y profunda
de lo que se estimó al principio; y su gestión de la misma, marcada primero por el
tardío reconocimiento de los problemas (siempre fue por detrás de las dificultades) y
después por las medidas contradictorias –contradictorias al menos para la mayoría de
los ciudadanos…- El presidente de Gobierno socialista, José Luis Rodríguez Zapatero,
tuvo una virtud que devino en su peor defecto ante una ausencia de explicaciones
consecuentes: defendió con la misma vehemencia e intensidad tanto unas medidas (por
ejemplo, la necesidad de planes de estímulos keynesianos….) como las contrarias ( la
estabilización fiscal, la eliminación de partidas presupuestarias de ayudas a las
familias y a los parados de larga duración…) “. (ver: Estefanía, J. La economía del
miedo, Galaxia Gutemberg-Círculo de Lectores, diciembre 2011, Barcelona, pp. 296297).
El análisis de las debacles electorales de nuestro partido en las elecciones
municipales, autonómicas y generales del año 2011, evidenciaron un gran fracaso
“político” y sociológico del PSOE. En esa última etapa en el Gobierno de la Nación, se
aplicaron políticas impropias de un partido socialista y la mayoría de nuestros
dirigentes y cargos públicos aceptaron resignadamente las imposiciones neoliberales
como si fuesen ineludibles y bastantes trataron de justificarlas como las únicas posibles.
La última pirueta reformando la Constitución “transfirió” el problema de la deuda
privada al planteamiento neoliberal de limitar drásticamente el déficit público: Así,
mientras que los principales causantes de la crisis (directivos de Cajas, Bancos y de
ciertas empresas) quedaban en la penumbra, el Estado pasaba a convertirse en el “chivo
expiatorio” y el campo de juego se abría para los terribles recortes y privatizaciones en
las políticas públicas del Gobierno de Rajoy, imponiendo su “programa oculto” de la
derecha más antisocial y sectaria.
La incapacidad para abordar la crisis desde planteamientos socialistas y la
incoherencia ideológica mostrada por nuestros dirigentes, traducida en
posicionamientos erráticos, desmovilizaron y desconcertaron a los militantes del PSOE,
desmotivaron y desorientaron a nuestras bases sociales y condujeron al hundimiento
electoral; precisamente en una coyuntura que podríamos haber vuelto más propicia para
la izquierda. Y también la falta de reconocimiento, respeto y escucha a los movimientos
ciudadanos; ignorándolos, caricaturizándolos o desprestigiándolos ha sido otro error que
nos ha separado de la ciudadanía. En la política democrática los partidos no pueden
considerarse como únicos representantes de la voluntad popular, porque la gente
reclama nuevos cauces participativos y otras formas de tomar decisiones y actuar desde
las instituciones.
Si la controvertida actuación del Gobierno socialista de la Nación en el muy
difícil contexto de la crisis económica y sus devastadoras consecuencias e, incluso la
crisis en sí misma, han incidido decisivamente sobre nuestras debacles electorales;
cometeríamos un grave error limitando toda nuestra percepción sobre la situación
política y electoral a esa circunstancia crítica –mundial, europea y estatal“extraordinaria”, sin admitir graves deficiencias en la práctica política y sin profundizar
26
en el análisis de nuestras actuaciones en los distintos ámbitos institucionales y sin que
candidatos, cargos elegidos y responsables orgánicos (desde el nivel Federal a los
ámbitos autonómicos, provinciales y locales) hayan revisado estrategias inadecuadas y
asumido ciertos errores ante los órganos del Partido y la sociedad, cuestión no
suficientemente tratada en el pasado Congreso Federal.
La dimensión cuantitativa de las fuertes pérdidas porcentuales del PSOE en los
procesos electorales de 2011 refleja cambios en el comportamiento de los ciudadanos
“más allá del descontento con el Gobierno de Zapatero”; porque la mayoría social que
nos llevó a la victoria en 2004 y 2008 se ha fragmentado y aunque el PSOE sea el
principal partido de la oposición no es percibido como la alternativa. No estamos en un
simple ciclo de alternancia, y esperar a que culmine el desgaste del PP no servirá para
recuperarnos y tener opciones de gobernar, como muestran las encuestas y se percibe en
la calle, máxime cuando nuestro Partido no se ha renovado y continúa desconectado de
la gente.
1.8. LA CONTRARREFORMA DEL PARTIDO POPULAR
En nuestro país, las elecciones generales del 20 de Noviembre de 2011 no nos
trajo ninguna sorpresa: un retroceso esperado de nuestro Partido y el regreso al gobierno
de la derecha española y españolista. Necesario resulta para nosotros mismos, y
especialmente para los millones de ciudadanas y ciudadanos identificados con los
principios y valores del socialismo democrático (tanto si nos votaron como si no), que
hablemos de nuestro presente y de nuestro futuro. De cómo debe ser nuestro discurso
diferente, comprometido y beligerante contra el neoliberalismo. Cómo, siendo un
partido con vocación de gobierno, hacemos oposición a una derecha instalada ya en la
“contra-reforma”. Cómo, en fin, vamos a trabajar para devolverles la ilusión a tantas y
tantos compatriotas que todavía quieren creer en las posibilidades transformadoras del
socialismo, que debería impulsar el PSOE. Para ello es preciso comenzar por analizar el
comportamiento y las decisiones del Gobierno del Partido Popular en el contexto de la
grave crisis que padecemos y en los principales ámbitos en los que ha transcurrido su
gestión.
La vuelta al pasado de la derecha española
Han bastado unos meses para que el PP haya tirado por la borda nuestro
incipiente estado social. Haciendo uso de su mayoría absoluta, con las contra-reformas
en educación, sanidad, derechos sociales y laborales, el Gobierno del PP intenta a toda
prisa que nuestro país se oriente hacia el pasado de la España del nacional-catolicismo.
La aceptación de la separación de niños y niñas en la escuela concertada –y nadie desde
el poder ha garantizado que no se hará lo mismo con la Escuela Pública en el futuro-; la
restricción de becas o la subida de las tasas universitarias; el re-pago sanitario; la
exclusión de los “sin papeles” de las prestaciones del Sistema Nacional de Salud; las
pretensiones del ministro de Justicia de modificar la Ley de Plazos; la ofensiva de
desprestigio de los Sindicatos; el endurecimiento de derechos laborales; las
privatizaciones de servicios públicos esenciales, el cuestionamiento del Estado
Autonómico… son claros ejemplos de lo que afirmamos. Para mayor hipocresía, se
presentan como “reformas estructurales” necesarias para poder mantener el estado de
bienestar. El Gobierno del PP ha cruzado sin ningún pudor las “líneas rojas” que decían
27
que jamás rebasarían.
Tal agresión a la sociedad, es objeto de una rotunda contestación social, porque
sabemos desde hace tiempo que lo que se pretende con estas contra-reformas, no es
“salvar” el estado social de derecho, sino destruirlo y entregar a la privatización
mercantilizada la educación, la sanidad, las pensiones, la atención a las personas
dependientes y servicios públicos; reforzando así el dominio de un auténtica oligarquía
del capital especulativo.
Como proponíamos en la Convención Federal de IS-PSOE en septiembre de
2011, hay alternativas que allí quedaron expuestas. Hay que empezar combatiendo la
afirmación lanzada por el gobierno y por sus adláteres mediáticos (y que ha empezado a
ser asumida por amplios sectores de la opinión pública) de que “España no puede
permitirse ese volumen de gasto”. Recordemos algunas realidades que desmienten tal
afirmación: 1) El gasto social en España en relación a nuestro PIB está por debajo de la
media de la Eurozona (más de 6 puntos porcentuales): 2) Cuando en la década de los
años 80 del pasado siglo se consiguió la universalización de la educación y la
enseñanza, el PIB de nuestro país (en cifras constantes) era la quinta parte del nivel
actual: 3) La presión fiscal de nuestro país es de las más bajas de la eurozona y hay
margen para aumentar la imposición sobre los altos ingresos de la especulación
financiera, las plusvalías elevadas y grandes rentas; y 4) En España, el fraude fiscal
supera el 20% de nuestro PIB.
Evidentemente, si “la supervivencia de Europa implica un cambio total de
paradigma. Europa no puede apuntar a una austeridad sin fin, sino que debe alumbrar un
modelo específico de sociedad, y para ello requiere una profunda renovación…”
(Thomas Coutrot en Europa al borde del abismo. Economistas aterrados. Barataria,
Madrid, 2012, pág. 18).
La crisis como excusa para desmantelar el Estado de Bienestar, las libertades
ciudadanas y dar marcha atrás en el Estado Autonómico
La crisis financiera, con las repercusiones específicas en la economía española
(explosión de la burbuja inmobiliaria y el mantenimiento de un modelo de desarrollo
obsoleto) se ha reconvertido al final en crisis de la deuda pública, al asumir el Estado las
pérdidas y quiebras de cajas y bancos y por una grave pérdida en los ingresos del Estado
que ha acabado incrementando el déficit de nuestras cuentas públicas y, como
consecuencia, multiplicando nuestra deuda exterior.
Este efecto ha sido utilizado por el gobierno del PP para señalar a las CC.AA.
como fuentes incontroladas de gasto y, por tanto, haciendo que las administraciones más
cercanas al ciudadano - cuyas competencias son las encargadas de prestar los servicios
públicos de nuestro estado social-, asumieran el grueso de los recortes de gasto, con el
objetivo de que dichos “ahorros” pudieran ser destinados al pago de la deuda (y los
intereses correspondientes) contraída con los bancos centro-europeos. La coyuntura
creada ha servido para que muchas voces comiencen a plantear la necesidad de nuevas
reformas. Unas con alguna razón y otras –precisamente las de la derecha centralistapara dar un golpe de mano y recuperar el centralismo, afortunadamente superado por la
vigente Constitución Española.
28
Analizando las actuaciones del Gobierno del PP, resulta claro que la crisis se
utiliza como el pretexto para desmantelar el estado social, retroceder en derechos y
libertades cívicas y plantear la marcha atrás en el Estado Autonómico. Es evidente que
la situación es delicada, los recortes en las políticas de bienestar y las privatizaciones de
bienes y servicios públicos conducen a la quiebra del principio de solidaridad y a una
involución en el modelo cooperativo de Estado y que, al debilitarse las perspectivas de
avances federalistas, resurgen las reivindicaciones independentistas de algunas
nacionalidades.
Ante tal riesgo y desde nuestra convicción federal de España, la mejor forma de
combatir esta nueva contra-reforma es defender en nuestra “hoja de ruta” la
conveniencia de avanzar en un mejor funcionamiento de las Administraciones
políticas del Estado. En ese sentido, parece razonable que quien tiene la competencia
del gasto, asuma (a la vez) la responsabilidad política de obtener los ingresos necesarios
para financiarlo, lo cual requiere una revisión en profundidad del actual sistema de
financiación de las CC.AA.; sin perder de vista, eso sí, el mantenimiento de un fondo de
solidaridad inter-territorial que garantice la igualdad de prestaciones públicas a
ciudadanas y ciudadanos en todas las nacionalidades y regiones del Estado.
El PSOE tiene la responsabilidad de frenar estas contra-reformas a las que nos
está conduciendo este Gobierno de la derecha conservadora y extrema del Partido
Popular, trabajando codo con codo con sindicatos, partidos progresistas, foro social y
organizaciones de la sociedad civil, organizando plataformas y debates, movilizaciones
populares, y sobre todo articulando una oposición tan responsable como eficaz para
impedir que la vida española se deteriore a unos niveles similares a los de hace 40 años,
porque nuestro objetivo no es otro que profundizar la democracia, mantener y
desarrollar el estado social.
Ante estas actuaciones del Gobierno PP, Izquierda Socialista - PSOE:
Se opone a la orientación que el PP le está dando a la política exterior europea
cada día más dependiente de las política neoliberales de la Canciller Merkel e insta al
Gobierno de España a que, poniendo en valor nuestras fortalezas, estreche sus
relaciones con aquellas países de la eurozona que tratan de superar la crisis de déficit y
deuda que padecemos dilatándola en el tiempo e implementando políticas de
crecimiento que combatan el aumento del paro y el retroceso de las economías del Sur
de Europa, y estimulen la cohesión social y territorial.
Defiende que nuestro Partido ejerza una oposición firme y responsable que
combata en todos los frentes esa inaceptable contra-reforma que está llevando a cabo el
actual Gobierno de España que comporta actitudes involucionistas en los ámbitos
autonómicos; participando con las organizaciones progresistas en la respuesta que la
está dando, y colaborando en la consecución de un REFERENDUM en el que de
oportunidad a la opinión pública a rechazar cívica y pacíficamente la política de
recortes en el gasto público que tanto dolor y tanto daño está causando a la mayoría de
nuestro país. La defensa y permanencia del Estado Social también se corresponde con la
cohesión territorial y la cooperación en el Estado Autonómico.
Comparte y reafirma una vez más, la posición FEDERAL que mantiene desde su
29
fundación nuestro Partido y en consecuencia rechaza con firmeza los intentos de la
derecha conservadora española de regresar al centralismo uniformador del pasado que
tanto daño causó a las nacionalidades y regiones que conforman nuestro Estado, y
propone profundas reformas que garanticen el progresivo avance a la ESPAÑA
FEDERAL a la que aspiramos.
Considera que a las reformas profundas que se deben realizar para reforzar la
política democrática tiene que incorporarse un marco auténticamente federalista en la
UE; y en España el Estado Autonómico ha de evolucionar hacia un Estado Federal que,
incluso, entroncaría con nuevos horizontes para el municipalismo, que desde el
socialismo democrático defendemos.
Propone que resulta ya urgente definir más las posiciones sobre los aspectos y
contenidos de la necesaria reforma de la Constitución Española.
Hay que implementar un listado sistemático y puntual de toda la legislación
española que ha sido modificada en detrimento de los derechos personales y sociales de
los ciudadanos/as, tanto a nivel estatal como autonómico o municipal, desde los inicios
de la crisis, con el compromiso del PSOE de recuperar y mejorar tales derechos en el
momento que llegue al poder.
1.9. UNA ALTERNATIVA DEMOCRATICA Y SOCIALISTA
Mientras, los movimientos ciudadanos deslegitiman cada vez con mayor fuerza
los comportamientos de los teóricos mandatarios de la ciudadanía, que se aferran a
estructuras, modos de representación, formas de control, actuación y privilegios
adquiridos que han quedado caducos; incrementándose con mayor fuerza un clamor de
igualdad, justicia y transparencia fomentado por una información comprometida cada
vez más transparente, libre y al alcance de los ciudadanos de a pie.
Vivimos unos tiempos en los que los principios propios de un proyecto
democrático de izquierdas, universal, ético y coherente, los valores de dignidad y
respeto de uno mismo y hacia los demás, la libertad y la igualdad, la justicia social, la
solidaridad, la fraternidad y el sentido de responsabilidad ante la sociedad, el reparto
equitativo de la riqueza y la reasignación de bienes públicos para el bienestar colectivo,
están muy deteriorados y en regresión. Los socialistas tenemos que dar prioridad a esos
valores y unirnos a las personas que creen en ellos.
Hay que “lograr políticas con política” (Ernst Stetter) y, hacer desde el interés de
la voluntad general otra política económica, social y fiscal distinta para reconstruir el
pacto social por la prosperidad igualitaria y el bienestar social como reivindicación
democrática radica.
Los socialistas no podemos dejar de analizar las fases de esta crisis sistémica
porque la superación y la forma de salida de la misma condicionan sobremanera esta
década y ¿la próxima? Las lecciones de economía política que reinterpreten esta etapa
están aún abiertas y tienen correlación con La izquierda que se busca (título del libro de
nuestro compañero José Antonio Pérez Tapias, EUG, Granada, 2010) y con el papel del
socialismo ahora y en el futuro inmediato; porque si la izquierda plural “quiere seguir
30
siendo políticamente protagonista de avances hacia mayores cotas de libertad y nuevos
logros de igualdad, de transformaciones sociales emancipadoras y de reformas
económicas que en serio tengan en cuenta los requerimiento ecológicos, ha de
rencontrarse a sí misma. Eso implica redefinir su proyecto y clarificar sus objetivos,
rehacer su discurso y modular de otra forma sus mensajes, reelaborar las apoyaturas
teóricas y profundizar en los análisis críticos, sin olvidar la insoslayable cuestión de
cómo resolver a estas alturas sus necesarias formas de organización y funcionamiento
democráticos y la manera en que proceder a la estructuración de los imprescindibles
sujetos colectivos y de las insoslayables alianzas para la acción política que hay que
llevar a cabo.” (Pérez Tapias; J.A., Ed. Cit ,pág. 18).
Uno de los retos más inmediatos que debe abordar conjuntamente el socialismo en
Europa es ir configurando el proyecto común que nos permita presentarnos -ante la
ciudadanía de cada país y ante la europea- como el colectivo con propuestas políticas,
sociales y económicas más avanzadas y el instrumento –el PSE- capaz de llevarlas a
cabo, para la superación de crisis y la transformación social mediante alternativas
basadas en la colaboración, la igualdad, la justicia social, la igualdad, la paridad de
sexos, la solidaridad, la redistribución de la riqueza....…
Es fundamental construir una salida socialista de la crisis, cambiar el rumbo de
Europa, articular otra política económica por la izquierda que tienda hacia la
democracia económica y garantizar y ampliar el Estado del Bienestar con los
parámetros transformadores de nuestra época. No es posible salir de la crisis utilizando
los mismos mecanismos liberales que han llevado al colapso a la economía; ahora
romper la hegemonía ideológica del neoliberalismo y de la derecha, exige la
alternativa de un socialismo con políticas nítidas “de izquierdas” para superar la
situación actual y volver a emprender las dinámicas del progreso colectivo.
A medio plazo, disponemos de una gran oportunidad para recuperar todo el
sentido de lo que significa la acción política transformadora al servicio de la mayoría
ciudadana y presentarnos como un partido abierto que, desde los valores del socialismo
y la izquierda, realmente responde a la voluntad general y a la necesidad de cambiar
determinados aspectos negativos de la vida económica, social y política: Precisamente
el año próximo se convocarán las elecciones al Parlamento Europeo. Esas elecciones
serán muy transcendentes para el modelo social y el futuro de la Unión Europea. Sus
resultados influirán de manera decidida en el próximo futuro de la construcción de la
Unión europea. Para hacer frente de la mejor manera a esas elecciones en el contexto
actual, habría que trabajar para configurar una mayoría de izquierdas capaz de avanzar
hacia el cambio de rumbo que se necesita.
En un ambiente donde se acentúa la desconfianza hacia la actividad política y se
acusa a “los políticos” de constituir una “clase” con privilegios y particulares intereses;
la derecha española aprovecha para importar el rancio ultra conservadurismo del “tea
party” y mezclarlo con su tradicional componente ideológico autoritario y reaccionario
e implantar la contrarreforma social, desmantelar el Estado y la acción pública, reducir
la política al dictado de la clase plutocrática, subordinarla al capitalismo tóxico de la
especulación improductiva, raptarla para el “matonismo” segregador de su discurso
populista y el ejercicio de unos pocos. De ahí la necesidad de reaccionar en un triple
ámbito: a) generar nuevas (y otras) alternativas para la salida de crisis; b) recuperar la
31
autonomía de la POLÍTICA, plantear una profunda regeneración de la vida pública y
una reformulación de las instituciones representativas y de gobierno; c) renovar y
cambiar profundamente el PSOE para recuperar la hegemonía del discurso de la
izquierda y la sintonía con la mayoría social de las clases populares, trabajadores y
clases medias.
Este es el tiempo de la izquierda. El PSOE tiene que relanzar, frente al
neoliberalismo económico y al rancio neoconservadurismo ideológico, los valores de la
paz, la justicia social, la solidaridad, la igualdad y la libertad. Hemos de ser vanguardia
en la defensa de los DD.HH., del desarrollo sostenible, de la lucha contra el hambre y la
pobreza, en la exigencia de un nuevo orden mundial donde las personas dejen de ser una
mera mercancía. Preconizamos una nueva gobernabilidad mundial en la que las
Naciones Unidas hagan prevalecer los principios de la democracia, de la resolución
pacífica de los conflictos y el respeto al derecho internacional. Estamos contra el
pensamiento único y las guerras preventivas.
Desde el PSOE tenemos que efectuar un análisis de la situación de España y la
UE y hay que ofrecer unos ejes básicos para una clara alternativa política desde la
izquierda, en un contexto de crisis económica particularmente complicada para toda la
sociedad , cuando millones de ciudadanos y ciudadanas sufren el desempleo, la pérdida
de sus puestos de trabajo, el cierre de empresas; y los recortes de los derechos
laborales y sociales que la derecha impone a todos los trabajadores y ciudadanos,
desmantelando el Estado de Bienestar frente a los valores cívicos (libertad, igualdad,
justicia social, solidaridad,…) que fundamentan el progreso y el bienestar, la corrección
de las desigualdades y desequilibrios, y la equidad en las democracias más avanzadas.
Fuera del ámbito europeo, como contrapunto de esperanza, cabría mencionar y
saludar, el “nacimiento” de nuevos intentos de avance por la izquierda en América
Latina, los llamados socialismos del siglo XXI, donde distintas formaciones políticas
de inspiración socialista, además de estar sacando de la pobreza a millones de personas,
han sido capaces, por el momento, de decir no a las pretensiones de las entidades más
representativas del capitalismo, alumbrando así un futuro prometedor y que desde
Europa deberíamos observar con atención.
Mostramos nuestra preocupación por el reciente golpe de Estado en Egipto que
condenamos. No creemos que ese sea el camino para acceder a la democracia, el
pluralismo y el estado de derecho. La represión de la importante parte de la sociedad
egipcia que eligió al Presidente Morsi no generará mas que problemas más grandes, sin
solucionar ninguno de los desafíos estructurales del país, ayudando de paso a
desestabilizar un poco más la región.
Nos hemos opuesto a la anunciada, y por el momento frenada, intervención
militar extranjera en el conflicto de Siria, ante la ausencia de pruebas irrefutables de
quien ha hecho uso de las armas químicas de destrucción masiva utilizadas y la
inexistencia de una resolución de la ONU al respecto, con la subsiguiente vulneración
de la legalidad internacional.
En el Mediterráneo es necesario agotar todas las posibilidades de una salida
política de las múltiples crisis existentes. La Unión Europea en estos difíciles momentos
32
debe asumir sus responsabilidades en la defensa de los valores y principios que la
inspiran, y en esa medida convertirse en vanguardia de las salidas políticas de los
conflictos en Siria y en toda la región.
Por nuestras ideas, por estar organizados en un partido centenario de izquierdas,
tenemos la obligación de dar respuestas sociales y democráticas a las demandas y
necesidades ciudadanas. Y todo ello, como socialistas de hoy en un mundo globalizado
(y deshumanizado) que hay que socializar sacándolo de la actual deriva hacia la
barbarie a la que se dirige en España, en Europa y en el mundo; alineándonos con un
internacionalismo solidario entre los pueblos y los trabajadores de todo el mundo desde
nuestros principios y valores fundacionales. Estamos hablando de realizar la utopía
(racional) posible de un Mundo mejor, desde convicciones inclaudicables.
1.10. REGENERAR LA POLÍTICA Y RECUPERAR EL PSOE
La crisis ha puesto de manifiesto muchos problemas, renuncias, acomodos,
cobardías, connivencias e incapacidades políticas – que desde hace mucho tiempo no
hemos querido ver y que ahora necesitamos asumir y explicar ante la ciudadanía.
Lo peor del análisis que se sigue haciendo, es que no es el nuestro sino el
impuesto por la lógica del sistema y que hemos aceptado. El tema no es tanto la deuda,
sino el debate de alternativas de transición para el reparto y redistribución de la riqueza,
el control social de los medios de producción y un desarrollo más equitativo y
sostenible.
La emergencia del “Movimiento del 15M”, aglutinando ciudadanos y ciudadanas
de diversa procedencia, fue una de las manifestaciones más evidentes del rechazo a las
políticas aplicadas, al sometimiento a los mercados, a la devaluación de la democracia, a
la insuficiencias de la representación y participación política; ante las formas
“ideológicas” particularistas, sectarias y autoritarias de gobernar de la derecha que
destruyen el Estado de Bienestar y amplían la brecha entre la minoría de privilegiados y
las gran mayoría de ciudadanos. La reacción social se produce no sólo cuestionando las
políticas del gobierno, también rechazando la práctica política al uso “de los partidos y
de los políticos”.
Rotunda llamada de atención ante la que los socialistas hemos reaccionar desde
los valores del socialismo democrático, planteando –y recogiendo- las alternativas e
iniciativas que sintonicen nuevamente con la mayoría ciudadana que rechaza
privilegios, pide transparencia y control frente a la imposición de los poderes opacos y
de los intereses de los poderosos, quiere que se aclaren responsabilidades sobre las
decisiones y gestión en las entidades financieras y otros ámbito causantes de la crisis,
reclama honestidad, ejemplaridad, compromiso y rendición de cuentas a gobernantes y
cargos públicos, y que pretende acentuar la acción pública y colectiva para transformar
la sociedad.
Muchos ciudadanos critican que sus representantes políticos no mantengan un
discurso coherente y formulen alternativas sólidas y válidas para el bienestar de
todos/as, descalifican comportamientos de cargos públicos que se aferran a privilegios
que eluden el control social y resultan inadecuados en los representantes de la soberanía
33
popular. Los socialistas no seremos alternativa creíble sin recuperar el pleno sentido de
la política democrática como compromiso ético y cívico con la voluntad general y el
bien común, siendo necesaria una profunda rectificación para reiniciar el proyecto
socialista, recuperar compromisos fuertes sobre una posición socialista (de izquierdas)
para liderar la salida de la crisis, reconstruir el Estado social y democrático que el PP ha
destrozado, reafirmar los valores del republicanismo y laicismo, plantear un
Federalismo cooperativo e integrador y defender abiertamente que la Unión Europea
sólo podrá superar la actual crisis mediante una mayor integración política, la
coordinación de las políticas fiscales y económicas y la recuperación del modelo social
europeo.
Pero –sobre todo- tenemos que demostrar a los ciudadanos que la transparencia y
la rendición de cuentas son la bases de la regeneración de la política y que estamos
dispuestos a reconstruir el PSOE, cambiar el funcionamiento del Partido y acentuar la
democracia interna en el debate y la toma de decisiones, con más autocrítica,
confrontación interna de posiciones, contraste auténtico de alternativas para que desde
la pluralidad de sensibilidades y propuestas se decanten convergencias sobre proyecto,
estrategias equipos y liderazgo/s. Cuando gobernábamos, la complacencia con el ideario
“neoliberal” debilitaba o limitaba nuestra acción política para hacer efectivos nuestros
programas electorales y caíamos en contradicciones (privatizaciones, bajadas de
impuestos, desregulación financiera, etc.) que aumentaban las desigualdades.
Si en las encuestas se percibe que el Partido Popular sufre un descenso notable, el
PSOE prácticamente permanece estancado, al atribuirnos todavía los ciudadanos/as
responsabilidades en la gestión de la crisis por el anterior Gobierno socialista, porque
muchos piensan que en los cargos del PSOE permanecen “los de siempre”, que no
hemos renovado liderazgos y formulado suficientes propuestas de cambio o,
simplemente, otros permanecen a la expectativa llevados por el “ambiente” de
desconfianza hacia la “clase política”.
Es necesario construir un proyecto de sociedad diferenciado y con alternativas de
gran calado, que consiga el apoyo social de una mayoría transformadora de la
ciudadanía. El proyecto socialista tiene que recuperar el sentido de las grandes utopías
emancipadoras que inspiraron y movieron el progreso de los derechos y el desarrollo de
los pueblos.
La derecha española, como fuerza política electoralmente hegemónica agrupada
en su partido único, se apresta ahora a reducir a la mínima expresión las instituciones
políticas, sociales y económicas de las Comunidades Autónomas y del Estado,
preparando la vía autoritaria hacia la imposición de poderosos intereses privados, la
desintegración social, el crecimiento de las desigualdades y la jibarización de la
democracia. Como decía Manuel Rivas (¿Qué país es este?, Diario El País, 8 de
setiembre de 2012, p. 60, contraportada): “No podemos resignarnos a que hagan de
nuestro país un país de mierda”.
La deriva de la crisis que ha causado una enorme regresión y desigualdad en la
sociedad, no proviene de postulados ineludibles de la economía, sino de decisiones que
los gobiernos han tomado prácticamente al dictado de la plutocracia. Por la izquierda
hay alternativas (Vicenç Navarro, Juan Torres López y Alberto Garzón Espinosa, con
34
prólogo de Noam Chomsky): Hay Alternativas, Ed. Sequitur-ATTAC España, 2011) y
hace falta un proyecto político auténticamente socialista que recupere la mayoría para
un gobierno de transformación que consiga el apoyo electoral continuado –en varias
legislaturas- y el compromiso mayoritario de la ciudadanía para aplicar iniciativas que
cambien realmente el panorama actual y sitúen a la política y a las políticas públicas
como impulsoras del progreso económico y social, del pleno empleo.
El PSOE no ha sido, ni puede ser, solo un partido de cuadros. El PSOE nace y se
desarrolla con el movimiento obrero y la lucha de las clases populares por la igualdad,
la justicia social, la libertad con equidad y la solidaridad; somos un partido de clase y de
masas, comprometido con la mayoría social plural, con la emancipación, la
transformación y el progreso social.
La democracia interna y el funcionamiento partidario tienen que corresponderse
con nuestra trayectoria histórica de partido abierto, participativo, donde las distintas
propuestas se debaten, incorporan y se transforman en decisiones adoptadas
democráticamente, sin que la opinión de la mayoría excluya la integración y
aportaciones de las minorías, y a que el bloque social de progreso que nos apoya se
compone de grupos diversos con propuestas e intereses plurales.
“Profesionalizar“el Partido y mantener, desde un liderazgo “presidencialista” y su
entorno la unidad/centralidad de las decisiones, la acción y los mensajes; “esclerotiza”
la actividad orgánica y la iniciativa y capacidad de propuesta del colectivo de militantes
y simpatizantes. Cuando la unanimidad (a veces en el error) de los órganos dirigentes
(cargos orgánicos y públicos) y la dirección única de arriba hacia abajo reducen y
limitan la pluralidad interna del Partido como generador/emisor de políticas y receptoragregador de iniciativas ciudadanas, este “empequeñecimiento” del campo de juego nos
desconecta de los motores de cambio de la mayoría progresista (republicanismo cívico):
y si nuestras bases sociales dejan de ser los referentes de la aplicación del proyecto
socialistas, si se adulteran nuestros valores, se ignoran las resoluciones de los Congresos
y los compromisos de los programas y se difuminan nuestras estrategias y objetivos; el
desconcierto y frustración en nuestros votantes acarrea su retracción, la derrota electoral
es inevitable y la debacle se acentúa .
Las fuertes derrotas del PSOE en los últimos dos años, hacen muy necesaria la
autocrítica y nos sitúan ante responsabilidades y tareas insoslayables: estamos en una
etapa de práctica “refundación” de la socialdemocracia y la izquierda y de recuperación
de nuestra identidad y valores, de reformulación del nuestro proyecto socialista, de
renovar equipos, proceder al relevo de dirigentes y de cambiar profundamente el
funcionamiento interno de nuestro Partido para abordar nuevos tiempos, nuevos retos y
liderar alternativas de progreso social.
Si queremos recuperar la credibilidad de la sociedad en nuestro Partido, mantener
el apoyo de quienes nos han votado, avanzar en ese proyecto de mayoría compartiendo
alternativas con los ciudadanos/as, hemos de actuar con coherencia entre ideología y
praxis en la línea de nuestros declaración de principios y conforme a los valores
socialistas.
Debemos trabajar por la acción transformadora de la Política para el
35
bienestar y progreso de la gente para sintonizar de nuevo con nuestro electorado natural,
la clase trabajadora (asalariada, autónoma, profesional) y sectores empresariales y
sociales progresistas que confían en la recuperación de la trayectoria y acciones del
proyecto emancipador del socialismo para avanzar en España y Europa. “…Con el
tiempo, una prolongada recesión económica puede poner de nuevo en marcha el motor
del conflicto político y de la división ideológica que le confirió su impulso al continente
en el pasado”. (Perry Anderson. El Nuevo Viejo Mundo. Ed.Akal, Madrid, 2012, p.
555).
Estamos en el umbral de un profundo cambio social con nuevos paradigmas de
representación y participación ciudadanas. No debemos limitarnos a considerar que los
partidos son la única forma de articulación de la voluntad cívica; hemos de atender a
otras fórmulas participativas que contribuyen a la expresión de los intereses de
ciudadanos y ciudadanas. Ante esos nuevos tipos incipientes de participación, aún poco
estructurados, no podemos estar ausentes de las reivindicaciones que expresan muchos
de sus grupos y plataformas cívicas, a las que hemos de exponer nuestras iniciativas y,
en muchos casos, asumir sus propuestas.
2.- LA IDENTIDAD DEL SOCIALISMO DEMOCRÁTICO
El declive de los ideales “emancipadores” de la izquierda y del sentido del
progreso transformador han conducido a Europa a una situación muy difícil; ya que la
supremacía de los intereses del capital financiero y la imposición de las políticas
neoliberales de la derecha, causantes de la crisis económica, se traduce en una grave
involución de los derechos sociales y en la reducción del Estado de Bienestar; lo que
conlleva un considerable aumento de las desigualdades y un retroceso de las conquistas
del movimiento obrero y de las clases populares, conseguidas en dos siglos de luchas y
reivindicaciones, por la libertad igualitaria y la justicia social, contra el capitalismo más
depredador, egoísta e inhumano.
Tales políticas que practican los halcones del capital tienen gravísimas
consecuencias para nuestras sociedades: agudo incremento del desempleo y de la
precariedad laboral, drástica caída de los ingresos de las familias y aumento de la
pobreza, privatizaciones de bienes públicos, segmentación social, desconfianza en la
acción de las instituciones y retroceso de los valores que sustentan las sociedades
democráticas . Esa ofensiva de la derecha que sigue beneficiando al capitalismo
especulador, sólo se puede frenar y revertir mediante una amplia convergencia de las
fuerzas políticas de la izquierda con las organizaciones sociales y los sectores
progresistas para articular un gran proyecto de la mayoría que supere las
contradicciones –irresolubles- del sistema capitalista y avanzar hacia el socialismo.
El socialismo surgió como alternativa al capitalismo para crear una sociedad más
libre, igualitaria, justa y democrática; este sigue siendo el objetivo del socialismo
democrático. Y el habernos desviado de él ha significado la preponderancia de una
sociedad de los poderosos, con el agravante que ha destruido los valores de la
solidaridad, humanismo e igualdad, impregnando al ciudadano de individualismo y
dándole como valores competitividad y el triunfo individual expresado en valor
36
monetario. El socialismo no puede actuar como un complemento “reformista” del
capitalismo, para hacerlo menos egoísta, agresivo y acumulador; desde Izquierda
Socialista queremos incidir en que el objetivo final del socialismo es la superación del
sistema capitalista.
La corriente Izquierda Socialista del PSOE coherente con nuestros valores y
posiciones ideológicas hemos elaborado –y planteamos- múltiples propuestas para
reformular el proyecto socialista, como lo prueba el contenido de este documento, sin
descartar la autocrítica para reconocer los errores que nos han alejado de muchos
ciudadanos y ciudadanas y reiniciar nuestro compromiso con la mayoría social, en un
proyecto socialista de futuro.
Por ello, y ante las actuales circunstancias, este Ideario programático adquiere un
componente de Manifiesto “refundacional”: propugna el “cambio de rumbo” en un
momento necesitado de clarificación y de iniciativas creativas e ilusionantes de
progreso y transformación hacia el socialismo democrático. Y, además, se enuncia
cuando para revertir la crítica situación de este País una prioridad fundamental es la
reconstitución y renovación del PSOE, para recuperar las iniciativas desde la izquierda.
Con estas reflexiones básicas nos proponemos contestar a preguntas clave
derivadas del difícil escenario descrito.
2.1. CRISIS CAPITALISTA Y HEGEMONIA
DEL NEOLIBERALISMO.
Durante las últimas décadas priorizando la economía especulativa sobre la
productiva, se generaron burbujas insostenibles cuya eclosión resultó inevitable; y el
estallido financiero de finales de verano de 2008 culminó la larga etapa de auge del
“capitalismo del desastre” abriendo un tiempo de depresión e impredecibles
consecuencias. Los déficits presupuestarios en 2009 y 2010 evitaron la quiebra del
sistema bancario. Entonces y con posterioridad, las multimillonarias ayudas públicas
utilizadas para impedir el hundimiento del sistema financiero mundial y el colapso de la
economía real, no han servido para la recuperación de la producción, el empleo y el
consumo.
Las instituciones y organismos supranacionales y los gobiernos no aplicaron las
medidas adecuadas de regulación y supervisión financiera, limitación del capitalismo
especulativo, progresividad fiscal y control del fraude. En nuestro caso, se ha defendido
y realizado una contracción del gasto público, aunque es claro que eso profundiza la
depresión de toda la economía. Incluso se acepta una infrautilización de la capacidad
productiva que afecta de manera desastrosa la productividad y competitividad de la
economía en su conjunto, y eso probablemente de forma duradera. Todo ello no es otra
cosa que el desarrollo del modelo capitalista de organización de la producción y la
sociedad. Esta nueva crisis adquiere dimensiones globales y, en definitiva, resulta
sistémica. Necesitamos un nuevo modelo que no deprede los recursos del Planeta ni se
sustente en la sistemática explotación de las personas.
Cuando la crisis empezó a emerger, hubo voces que expresaron el fracaso del
modelo, incluso desde las filas neoliberales. Sin embargo, una vez que poderosos
37
intereses minoritarios consiguieron que las quiebras de grandes conglomerados
financieros privados fueran “asumidas” por el Estado y “transferidas” al erario público.
el liberalismo económico se dispone a seguir en su camino de dominio intenso de la
sociedad en sus dos grandes vertientes: la “estructura social” y la cultura.
En estos momentos, utilizamos el segundo de esos términos en el sentido de esa
conciencia colectiva que tiende a ser asumida por los individuos. En cuanto a la
“estructura social”, suele entenderse como el conjunto de normas y relaciones,
asimismo instituciones, que conforman una sociedad en términos objetivos, de modo
que constituyen lo que podría denominarse su organización.
2.2. DESIGUALDAD, EXCLUSION Y “ASIMETRIZACION”
DE EUROPA.
Una de las claves más importantes de la Crisis económica reside en ese aumento
de la desigualdad. Por ejemplo, en España hay empresas cuyo abanico salarial es de 1 a
1.000. Ahora bien, hay desequilibrios aún más injustos. Por ejemplo, los que tienen su
base en la pura propiedad de medios de producción, sin que el beneficiario contribuya a
la producción, o en la posesión de un patrimonio que da lugar a unas rentas
desproporcionadas, como ha ocurrido con muchos inmuebles.
El FMI reconocía en un reciente informe sobre España que este era uno de los
países en los que se estaba registrando una de las mayores ampliaciones de la
desigualdad en la distribución de la renta y en el aumento de la pobreza. La década
expansiva que concluyó con el inicio de la crisis, ya había ensanchado
significativamente esa desigualdad, como muestra EUROSTAT. Probablemente estamos
ante la clave más importante de la crisis actual. Nos referimos a una desigualdad tan
extraordinaria que hace imposible una economía sostenible y competitiva.
Por un lado, expulsa de manera continua de la actividad económica y la
posibilidad de subsistencia, a una proporción cada vez más amplia de la población. Por
el otro, genera unas rentas que unas veces tienen una contrapartida productiva, pero son
tan desproporcionadas que resultan inhumanas. Otras veces carecen de justificación en
la producción, pues son fruto de la especulación, o de la acumulación por parte de
generaciones precedentes. La política que se ha venido aplicando a lo largo de la crisis,
está logrando que la recesión se eternice, y la destrucción de empleo continúe.
Se ha seguido afirmando que no existe otra salida que reducir los salarios,
abordar “reformas estructurales” que restringen derechos, y mantener una irracional
austeridad, cuya concreción se ceba en la progresiva destrucción de servicios públicos
esenciales (educación, sanidad, dependencia). El empobrecimiento colectivo y la
desigualdad social, se acentúan de forma insoportable. Esas políticas, lejos de potenciar
la cohesión social e integración europea, llegan a poner en riesgo la supervivencia del
euro, y consolidan una Europa de “dos velocidades”.
Y también de tratos diferenciados en los países de la UE. Por ejemplo, Alemania
tras su reunificación, llegó a un déficit del 6 %. Sin embargo, a Grecia se le ha exigido
que llegara al 1,8 %; entre otras cosas, en beneficio de los bancos prestatarios en países
desarrollados. La política de los países dominantes en la UE ha incrementado el
38
descrédito de los países del Sur.
Paradójicamente, el Banco Central Europeo presta por debajo del 1% de interés a
los bancos privados que aprovechan las cantidades obtenidas para adquirir deuda
pública de los países con mayores dificultades percibiendo intereses entre el 4% y el
6%. Eso ha provocado una elevada prima de riesgo de los países europeos “periféricos”
frente a un aprecio correlativo de la deuda de los países dominantes, que ha culminado
en intereses negativos. Sin embargo, Alemania ha conseguido un mercado amplio y
cómodo a través de la unificación europea. A lo largo de la crisis está acentuando su
hegemonía económica y política, pero al mismo tiempo necesita que sus clientes en el
mercado europeo mantengan un cierto nivel de poder adquisitivo.
En definitiva, se sigue favoreciendo la Europa de las elites y el capital frente a la
Europa democrática de los ciudadanos, a riesgo de poner en cuestión el propio proyecto
europeo. Por eso insistimos en que no debería aplazarse por más tiempo una
Conferencia Europea de los partidos socialistas, socialdemócratas, progresistas y de
izquierdas, para "salvar" la otra Europa.
2.3. EL GOBIERNO DEL PP O LA DESTRUCCION DEL
ESTADO SOCIAL.
A escala interna, es necesario oponerse al Partido Popular en su recorte de
derechos y libertades, de la seguridad social, del empleo, la educación, la cultura, de la
política laboral y la fiscalidad, Hay que oponerse a las privatizaciones, a la intrusión
partidista en las Instituciones fundamentales del estado y al retroceso autonómico. El
PP, bajo el pretexto de solventar la crisis, adopta medidas que benefician
descaradamente a intereses privados y refuerzan las pretensiones oligárquicas de los
sectores más reaccionarios.
El PSOE tiene la responsabilidad de frenar estas contrarreformas a las que nos
está conduciendo el Gobierno de la derecha, trabajando junto con sindicatos, partidos
de izquierdas y de progreso y organizaciones de la sociedad civil, organizando
plataformas y foros de debate, movilizaciones populares y sobre todo una oposición
responsable y eficaz.
2.4. LA ESPECULACION INMOBILIARIA
Durante mucho tiempo, el suelo y la vivienda han constituido uno de los cauces
más importantes de actividad especulativa. Su tenencia no se ha dirigido sólo a la
satisfacción de una necesidad fundamental, sino que ha “sacralizado” un depósito de
valor estimado como seguro, y destinado a un crecimiento indefinido de su valor.
En nuestra experiencia reciente, ello ha provocado que en bastantes ciudades los
precios de la vivienda hayan llegado a ser hasta siete veces superiores al valor de la
construcción. La especulación sobre el suelo ha canalizado aproximadamente la cuarta
parte de la renta nacional hacia personas que, al menos por ese concepto, no realizan
ninguna actividad productiva estimable. En cambio, muchas familias con dos salarios
han tenido que aplicar hasta la mitad de sus ingresos en satisfacer esas rentas.
39
La facilidad y economía de los créditos, sin una supervisión bancaria
responsable, ha operado como un estímulo para seguir elevando el valor de los
inmuebles.
La especulación inmobiliaria ha sido un cáncer para la economía española
durante mucho tiempo, Mientras tanto, una parte muy importante de las rentas salariales
tiene que seguir destinándose a generar rentas sin contrapartida productiva.
Pero, para los socialistas se trata de una cuestión de gran importancia. El
mercado de suelo y vivienda ha venido siendo un cauce de obtención injusta de
plusvalías, semejante en importancia a la explotación a través de medios de producción,
con la diferencia de que los propietarios de empresas realizan un esfuerzo productivo y
los tenedores de suelo no necesitan realizarlo y, en muchos casos, simplemente
especulan para obtener rentas impropias.
El suelo es un bien natural, cuya propiedad corresponde primariamente a la
comunidad y debe primar su valor público y social. De hecho, hay países incluso
desarrollados en los que la propiedad del suelo corresponde en forma eminente al
Estado. Puede ser oportuno respetar la propiedad privada del suelo; ahora bien, con un
régimen de cargas fiscales y condicionamientos públicos ajustados al destino, extensión,
ocupación y situación de los inmuebles, y apostando por una política pública del
alquiler.
2.5. IDEOLOGIA Y CIENCIA ECONOMICA.
Desde hace dos décadas aproximadamente, el Liberalismo económico ha ido
tomando ventaja en la sociedad. Al afirmarse como algo absoluto en la naturaleza
humana y el fundamento de la racionalidad económica, el Liberalismo ha favorecido
que se tome a si mismo como un postulado práctico, sin alternativas: “pensamiento
único”. Con ello, se ha provocado la emergencia de una realidad que al mismo tiempo,
viene a decirse, corrobora la teoría.
Ahora bien, esa expansión en la búsqueda del beneficio, parece haber sido uno
de los factores de la Crisis económica. Los diversos agentes económicos han aprendido
en una presunta ciencia cómo maximizar la codicia y optimizar sus logros.
Uno de
los efectos de esa multiplicación de codiciosos ilustrados, ha consistido en que
gradualmente ha ido perdiendo peso la producción de bienes y servicios en beneficio de
la actividad financiera más rentable, muchas veces especulativa. Se trata del ilimitado e
incontrolado poder financiero o “financiarización” de la economía.
Respecto a los inversionistas, han dejado de pensar en términos de empresa para
hacerlo en términos de negocio especulativo. En cuanto a los ejecutivos, tienden a
aplicar el imperativo de maximizar beneficios no en la empresa para la cual trabajan,
sino en su provecho personal, orientando su gestión a reducir costes “a cualquier
precio”, con el fin de elevar los resultados a corto plazo. Con ello comprometen la
supervivencia de las empresas que gestionan. Cuando han añadido “un mérito más” a su
curriculum, pasan a una nueva empresa a la cual descapitalizar.
40
Mientras tanto, los trabajadores que no tienen recursos para especular, pero
sostienen con su trabajo la producción de bienes y servicios, suelen ser valorados como
agentes de menor importancia para la economía y, a menudo como un coste, más que un
recurso decisivo para la producción. Por el contrario, la producción de bienes y
servicios se convierte en un medio para obtener recursos financieros, con una
virtualidad intrínseca para multiplicarse por sí mismos.
Según diversos autores, la aceleración del ritmo para acumular desmedidas
ganancias por parte de elites poderosas, ha multiplicado los sobrecostes del capital
frente a la devaluación del coste del trabajo; y las desigualdades sociales se han
incrementado extraordinariamente con la creciente explotación de los trabajadores y el
despilfarro de riqueza que no se invierte en la economía productiva. (Puede verse:
Laurent Cordonnier: El Coste del capital, la cuestión que cambia todo. Le Monde
Diplomatique (en español). Julio 2012, p. 3). Por las razones enunciadas, parece
conveniente gravar con mayor progresividad no sólo las rentas altas y operaciones
especulativas, sino también patrimonios y herencias superiores a cierto mínimo.
Frente al pensamiento único que conviene al capitalismo, hay que crear nuevas
escuelas en las ciencias sociales y articular grupos de reflexión que propugnen otras
bases económicas con fines de beneficio social y no individual y especulativo, que
hagan la revisión crítica del crecimiento indiscriminado y de la falsedad que entraña la
aplicación de los conceptos de competitividad y productividad. Hemos de ser capaces
de salir del corsé que el sistema nos ha puesto para que siguiendo su razonamiento,
métodos y parámetros, renunciemos a otro tipo de modelos de producción y de
relaciones socioeconómicas alternativas, absolutamente necesarios para superar el
colapso generado por la quiebra capitalista.
2.6. EXTENSION DE OPORTUNIDADES Y COBERTURA
DE NECESIDADES.
Uno de los planteamientos que defendemos con más insistencia es la extensión
de oportunidades, sobre todo a través de la Educación, y también del acceso a la
iniciativa empresarial, la investigación y el empleo de calidad.
Una sociedad que aprovecha el talento y lo desarrolla, es más productiva, y con
ello genera economías externas en beneficio de las empresas a escala singular, y en
determinadas condiciones en beneficio de los propios ciudadanos y la colectividad. En
la Socialdemocracia, el criterio de generación de oportunidades se integra en uno más
amplio, que trata de canalizar la productividad de todos hacia la cobertura de las
necesidades sociales básicas de todos los ciudadanos. Podría expresarse en el viejo
principio de “de cada uno según su productividad, y a cada uno según sus necesidades”.
Esto segundo remite, entre otras prestaciones y transferencias, a la asistencia
sanitaria, las pensiones y la renta de inserción. Respecto a las dos primeras, damos por
conocidos y aceptados los criterios fundamentales. Respecto a la renta de inserción, no
sólo forma parte de la cobertura de necesidades, sino también de la integración de la
persona en la sociedad, aceptando su singularidad y capacidad productiva.
El progreso técnico permite cubrir las necesidades fundamentales del hombre
41
siempre que su producto se destine a ello y no para la acumulación de capital
especulativo, y se puede reducir el tiempo de trabajo económicamente productivo de
bienes y servicios, combinándolo con el desarrollo de otro tipo de actividades, no
necesariamente monetarizables, que crean tejido social, estabilidad, integración y
convivencia.
LA ACCION PÚBLICA EN LOS MERCADOS DE
FACTORES PRODUCTIVOS.
2.7.
La Crisis económica es tan acuciante que parece poner en cuestión la posibilidad
de dar cumplimiento a algunos criterios de raíz ética. Sobre todo, cuando corresponden
a derechos cuya cobertura exige un aumento del gasto público. Por ello, parece
conveniente atender simultáneamente a su consideración política y a la económica.
Concretamente, la Socialdemocracia da gran importancia a ciertos derechos materiales,
como son el derecho al trabajo, la extensión de oportunidades y el derecho a la
educación, la sanidad, la vivienda…. Ahora bien, antes de abordar cada uno de ellos,
veamos su incidencia en el gasto público y sus posibilidades de realización en el actual
marco económico que establece sus propias prioridades y reglas de funcionamiento.
Empecemos por reconocer que España tiene un grave problema de productividad
y competitividad. También es cierto que nuestro país tiene importantes rigideces. Gran
parte de todas esas insuficiencias parecen residir en los mercados de factores
productivos, que adolecen de ineficiencias muy graves. La mayor parte de ellas son
achacables a la falta de cultura empresarial acostumbrada al beneficio inmediato y en
ocasiones especulativo, falta de visión a medio y largo plazo, mercados cautivos y/o
privilegiados, falta de inversión en investigación e innovación, falta de tradición
negociadora entre capital y trabajo, a la vez que una cierta debilidad de perspectiva y a
la debilidad de la acción pública.
Por ejemplo, el mercado de trabajo adolece de opacidad, ineficacia en los
servicios de empleo, inadecuación de la oferta de cualificaciones para ajustarse a la
demanda, y movilidad así como falta de tradición negociadora y sentido de consenso
entre empresas y sindicatos, que prefieren delegar en los poderes públicos la solución de
sus diferencias. En cuanto al mercado del suelo ha sido tradicionalmente un elemento de
especulación y de creación de beneficios fáciles a corto plazo sin necesidad de invertir
en formación, innovación, ni asumir desafíos o riesgos mayores, contando además con
niveles salariales fácilmente controlables por el empleo de mano de obra abundante y
poco cualificada
Vayamos ahora brevemente al mercado de lo que puede entenderse como otro
factor productivo: el capital, pero en su vertiente financiera. Como sabemos, una de las
dificultades para remontar la crisis económica reside en que los mercados de capital
para la inversión productiva, registran una gran penuria de crédito, debido a que éste se
ha dirigido en gran parte los años anteriores a la especulación inmobiliaria y al
consumo, en una proporción importante con endeudamiento hacia el exterior. El crédito
público se eliminó, y la Banca privada ha empleado la mayor de la liquidez
suministrada por el BCE en recapitalizarse, comprar deuda pública, y refinanciar el
crédito inmobiliario y al consumo.
42
Antes se dijo que el diagnóstico de la crisis y la propuesta de medidas para
superarla, adolecen a menudo de un sesgo ideológico. Uno de los tratamientos que
parecen desenfocados, es el tratamiento de la Banca. Dejemos a un lado su
protagonismo en el desencadenamiento de la crisis, a través del diseño y venta de
derivados y otros “productos financieros” en un volumen tan superior a los activos
reales de base, que en realidad ha consistido en un fraude gigantesco.
Sorprendentemente, la solución está consistiendo en refinanciar a las entidades
fraudulentas.
Ahora bien, en el contexto actual de recesión económica, la necesidad de
financiación para las empresas y las personas tienen una especial trascendencia para el
crecimiento y el desarrollo. Se entiende que una de las contribuciones más importantes
de la Banca, es que canalizan el ahorro que procede en su mayor parte de las familias,
así como otra financiación proveniente de la UE hacia la inversión productiva. Sin
embargo, algunas entidades españolas, en ocasiones en situación fraudulenta, han sido
refinanciadas sin condiciones, y han encontrado más rentable y cómodo orientar
principalmente su actividad crediticia hacia los particulares, y financiarla en buena
parte, recurriendo a entidades de otros países. Así, la proporción muy notable de la
deuda privada, es muy superior a la pública.
Dado que los grandes bancos son pilares fundamentales del sistema, una parte
importante de la política económica de la Unión Europea ha consistido en aportar
liquidez a las entidades privadas de crédito, de un modo que les ha permitido obtener un
diferencial de interés elevado con poco esfuerzo por su parte. Cuando se detectó ese
problema, se trató de utilizar la escasa banca estatal que subsiste: el ICO.
Ahora bien, el respeto de la clase política española hacia la Banca (y posiblemente
la dependencia de los partidos respecto de la misma a través del crédito), había llevado a
que el ICO carece de red de distribución, y la Banca privada no tiene interés en operar
de intermediario en el crédito público al por menor. Por tanto, desde hace tres años se
padece una necesidad social y económica grave. Sin embargo, el principio de que el
crédito debe ser sólo privado se ha hecho tan sacrosanto e intocable, que los partidos e
instituciones no hacen nada eficaz para resolver esta gran laguna.
Pues bien: es tan evidente la necesidad económica y social existente, que parece
urgente no solo desarrollar el ICO, sino también crear una potente y eficaz Banca
Pública o bien dar una naturaleza plenamente pública a alguna de las entidades de
crédito que efectivamente se están haciendo públicas en sus recursos. Todo lo dicho a
propósito de los mercados de factores, debe considerarse desde una perspectiva más
amplia de política económica.
El Liberalismo tiende a reiterar como un mantra insistente que la actividad del
Estado es esencialmente antagónica con la actividad privada. Eso no es cierto: las
catástrofes más graves que han azotado España y al mundo en las últimas décadas se
han debido esencialmente a la debilidad de instrumentos públicos. La destrucción actual
de recursos de esa índole conducirá a costes muy superiores al ahorro que se está
consiguiendo. Por el contrario, la política puede cambiar estas situaciones y someter a
los mercados. En este contexto, lo que está en juego no es sólo nuestro modelo
económico-social, sino la democracia misma.
43
2.8. LA PARTICIPACION
EN LA PRODUCCION Y LA
FISCALIDAD.
La propiedad y la producción no pueden ser reducirse a los ámbitos puramente
privados, ya que están enmarcados en un contexto social y deben contribuir al bien
común. Debemos favorecer la participación en la gestión de los medios de producción
profundizando dar contenido a la función prioritariamente social de la economía
mediante la mejora del derecho al trabajo (incluyendo la protección a la parte más débil
en la contratación laboral, a través del Derecho del Trabajo), la extensión de
oportunidades, la creación de servicios públicos, incluyendo la Sanidad, la Seguridad
Social y el control por parte de los entes públicos de ciertos medios de producción
(sobre todo, ciertos monopolios naturales y servicios públicos).
Continuando con los medios adecuados para distribuir oportunidades y rentas,
hemos de volver a tocar la fiscalidad. Junto al objetivo de dar más equidad a la
distribución y generar oportunidades, parece conveniente priorizar la producción de
bienes y servicios orientados a satisfacer verdaderas necesidades, con antelación al
consumo innecesario o negativo para la sostenibilidad de la economía. También es
necesario compensar economías y deseconomías externas, sobre todo en Medio
Ambiente y suelo, edificación y urbanismo.
En nuestro país es urgente reforzar la progresividad en el Impuesto sobre la
Renta. Asimismo se impone la creación de un tramo nuevo en el IVA y en el Impuesto
de Sociedades, para gravar la producción y consumo de lujo totalmente innecesarios,
alto coste y ociosidad social. En cuanto a los criterios concretos de imposición, creemos
que es conveniente fijarlos en el programa o programas ajustados a la situación. En lo
que respecta a la imposición sobre la renta, parece adecuado el tipo máximo que ha
impulsado el Partido Socialista Francés, del 75 % para las rentas superiores a un millón
de euros anuales, además de neutralizar y controlar refugios y paraísos fiscales a escala
internacional. Al respecto, hay que superar privilegios como los que han beneficiado a
las SICAV y aportar una transparencia homogénea con otros activos económicos.
Respecto a los paraísos fiscales, es necesario llevar a cabo una actividad a escala
internacional y supranacional para eliminarlos, sin perjuicio de medidas bilaterales.
Sobre todo, no se puede aceptar que países miembros de la Unión Europea hagan
competencia desleal en el Impuesto de Sociedades u otros resortes. También es
necesario trabajar a escala internacional y supranacional para gravar las transacciones
financieras de carácter especulativo o con posibilidades de serlo.
Una pieza última en la política fiscal en su vertiente de ingresos, todavía 7
puntos por debajo de la media de la UE, ha de ser la lucha contra el fraude, en especial
en los impuestos más proclives al mismo y que generan rentas mayores, como es el caso
de la imposición sobre el Capital. Respecto a algunos de esos impuestos, valdría la pena
elevar las multas, tipificar agravantes y dar publicidad a los fraudes. Por cierto, sería
conveniente orientar la opinión pública hacia una valoración de los comportamientos
ciudadanos: sobre todo los positivos, pero también los más negativos. En la vertiente de
gasto los servicios públicos se gestionarán por principio de manera asimismo pública.
Sólo se privatizará la gestión cuando sea clara su conveniencia, y se garantice la calidad
de las prestaciones, la homogeneidad de dicha calidad entre los destinatarios, y la
44
privacidad de la información que se maneje o pueda llegar a conocerse con ocasión del
servicio.
Propugnamos la utilización de todos los cauces citados para favorecer la
inclusión y una distribución equitativa de rentas. Esos medios son de justicia, pero al
mismo tiempo contribuyen a conseguir una economía más productiva, sólida y
expansiva. Por ello, no benefician sólo a los ahora excluidos o perjudicados. Incluso los
ahora privilegiados podrían disfrutar de unas perspectivas más seguras, y verían
retribuida de forma correcta su productividad.
En el fondo, existen más recursos que en otros momentos del pasado para poseer
un Estado de Bienestar y eliminar la desigualdad creciente. A pesar de los retrocesos
recientes en el Producto Social, puede decirse que España nunca ha sido tan rica como
hasta ahora. En términos globales, existe la renta suficiente como para que todos los
ciudadanos puedan participar en la producción, y para beneficiarse de ella de modo que
todos tengan lo suficiente, y muchos bastante más de lo suficiente. No hay progreso
social sin redistribución de la riqueza
2.9. EL DERECHO AL TRABAJO DIGNO.
Uno de los mitos que más han calado en la sociedad actual es el mito del trabajo
considerádo como trabajo productivo, cuyo objetivo no es la realización de la persona
sino la producción en sí misma. En efecto el trabajo puede dignificar a la persona, si es
un trabajo digno, pero también la puede destruir, degradar y esclavizar en caso
contrario. En nuestra concepción abogamos por el derecho a un trabajo digno, que
permita no solamente cubrir las necesidades vitales de las personas, sino que sirva a su
vez para su realización personal y social y su integración en la sociedad. En especial,
se debe fortalecer la posición de los trabajadores en el proceso productivo.
Con el doble compromiso de favorecer el empleo de calidad y la productividad,
parecen necesarios los desarrollos siguientes:
Cuando un ciudadano quede en desempleo, han de hacerse efectivos varios
derechos subsidiarios al trabajo: el derecho a percibir una prestación sustitutiva al
salario; el relativo a una información, orientación y formación profesional eficaces y
adecuadas a las capacidades y voluntad del trabajador, y a las oportunidades de empleo;
y el derecho a unos servicios de empleo eficaces.
Los derechos subsidiarios comentados serán efectivos también cuando se trate de
trabajadores que todavía no han tenido ocasión de encontrar su primer empleo, si
transcurre un tiempo notable desde que iniciaron la búsqueda del mismo. En este caso,
la percepción de medios de subsistencia se llevará a cabo en forma vinculada a una
tutorización especial, y en su caso un programa de empleo-formación.
Para dar calidad y efectividad a la información, orientación y formación
profesionales, y a los servicios de colocación, se llevará a cabo una gestión previsional
de mercado de trabajo orientada al óptimo, sin perjuicio de que se acepten servicios de
colocación paralelos, de titularidad pública, semipública o privada.
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La concesión de recursos públicos a instituciones semipúblicas y privadas, se ha
llevado a cabo de tal modo que se han comprometido su eficacia y eficiencia. Es
necesario reorganizar la aplicación de fondos públicos para la formación profesional, de
modo que se apliquen según las necesidades de la demanda, reforzando la educación
inicial o básica (eliminando el fracaso escalar) y potenciando la oferta de FP pública y
de calidad.
2.10. LA RELEVANCIA DE LOS SERVICIOS PUBLICOS.
Respecto a los servicios públicos, en España está sucediendo algo sorprendente,
que es ceder la gestión de servicios a instituciones privadas en tal forma que de hecho se
privatiza esencialmente, pero además en régimen de monopolio (o al menos, de
mercado asegurado) y sufragando los entes públicos costes y beneficios (a menudo,
incluso abriendo la posibilidad de que el beneficio se haga aún mayor a través de la
venta de bienes o servicios). Lo más curioso es que, además, los adelantados en esa
política han sido conspicuos liberales. La socialdemocracia es más respetuosa con la
competencia, y es enemiga de crear conglomerados público-privados. Estima que los
servicios públicos deben ser verdaderamente públicos
En una compenetración estrecha con lo anterior, hay datos que muestran la
importancia de los servicios públicos para el desarrollo de la economía y su necesidad
para el bienestar colectivo. Observemos la distribución de la ocupación en las
economías desarrolladas, y en concreto en España: la Agricultura absorbe el 4,2 % de la
población ocupada; la Industria, el 14 %; y la Construcción, el 6,8 %. El resto, que es un
74,9 %, trabaja en los servicios.
La productividad en la obtención de bienes materiales, se ha multiplicado de tal
modo que ha permitido el desarrollo de unos servicios gigantescos, que en una parte son
privados, y en otra parte son públicos. El Liberalismo está avanzando mucho en su
propósito de privatizar una parte importante de los servicios públicos, y de recortar el
resto.
Pues bien: eso es suicida. Por una parte limita gravemente el bienestar colectivo;
por otra, elimina economías externas para muchas actividades privadas, de tal modo que
en realidad yugula el desarrollo productivo incluso privado. En tercer lugar, arroja al
paro a una parte muy importante de la población ocupada en los servicios, y elimina uno
de los motores más importantes del desarrollo económico, el empleo y la distribución
del producto social.
Esto último dejaría de ser ilegítimo, pues el “establishment” y sus agentes en la
actividad política, han sido los primeros que han roto el pacto contractual fundamental.
Por tanto, la senda en la cual se inscribe la política económica actual puede llevar a
consecuencias catastróficas. La alternativa es mantener los servicios públicos,
especialmente una educación y sanidad públicos, de calidad, universales y gratuitos,
reforzando su productividad.
En este sentido, es conveniente analizar dos postulados que el liberalismo
afirma como evidentes, pero no lo son en modo alguno. Uno de ellos es que la actividad
privada es eficiente, y la pública no. El otro es que la actividad productiva privada
46
encierra más libertad que la pública. Veamos: las actividades de educación, sanidad y
muchos servicios sociales, no suelen conducirse de manera más productiva por agentes
privados que por públicos, porque en ellas no suele existir la misma posibilidad de
innovación en productos, procesos y organización que en la producción de bienes
materiales.
Por otra parte, la libertad de iniciativa en ellos, no suele llevar a una expansión
de servicios a escala global, sino que a menudo sucede a la inversa, pues se trata de
servicios donde es muy importante la profesionalidad. Cuando se privatizan, es
frecuente que los profesionales afectados pierdan libertad en beneficio de
emprendedores que en muchos casos sólo aspiran a disminuir prestaciones para los
destinatarios y compensaciones para los trabajadores, en pro de un beneficio rápido,
poco justificado en base a la innovación, la eficiencia o la eficacia organizativa a largo
plazo.
2.11. EFECTIVIDAD DE LOS DERECHOS CONSTITUCIONALES.
El socialismo comparte la convicción de que el ser humano tiene una dimensión
individual, y de forma integrada, una social. Una parte muy importante de esa estructura
social está constituida por la organización política y jurídica. En nuestro país, esa
organización parte de una concepción contractualista, que se plasma en la Constitución.
Se entiende que para la sociedad española este pacto se hace tácito a partir de 1978.
Es la base de todo muestro ordenamiento jurídico, y también de la organización
política y sistema de valores y derechos compartidos. Ese pacto incluye el
reconocimiento de una dignidad en los ciudadanos que abre paso a una enunciación de
derechos, que proceden de necesidades o aspiraciones humanas. Una parte de ellas son
de libertad y protección frente a posibles imposiciones; son las que dan origen a los
derechos llamados “formales”. Otras necesidades se refieren a medios necesarios para la
subsistencia, y dan lugar a los derechos llamados “materiales”.
La
Socialdemocracia respalda la Constitución, pacto fundamental de la convivencia
política. En especial, asume su enunciación de derechos como la fuente esencial de
criterios en materia ético-social para la conducción de los asuntos colectivos.
Si fuera posible organizar la producción de tal modo que los individuos,
individualmente o en agrupaciones voluntarias, pudieran producir de manera autónoma
lo que desearan, y luego cambiarlo por otros bienes y servicios en el mercado, bastaría
en gran parte con las libertades formales. Ahora bien, la tecnología y la organización
productiva han evolucionado de forma tan compleja e interdependiente, que es
necesario conseguir una distribución justa de los frutos de la producción, y antes de ello
asegurar la oportunidad de participar en la producción.
El Liberalismo está aprovechando la crisis económica para ir quitando
efectividad a los derechos materiales. España estaba afirmándose como Estado Social de
Derecho. Ahora bien, la disolución progresiva de derechos está siendo tan rápida,
profunda y discrecional, que nuestro país está dejando de ser incluso un Estado de
Derecho. La globalización y la gestión de la crisis están llevando a una destrucción de la
dimensión jurídica y política de la convivencia, para que el mercado, que ya ocupaba un
lugar muy central en la estructura social, se desprenda de toda limitación. Sin embargo,
47
esa trayectoria es suicida.
El mismo Liberalismo se funda en una sacralización del derecho de propiedad y
del respeto al mercado. Si prosigue en subordinarlo todo al mercado, la vitalidad de éste
será como un fuego sin control, que puede terminar destruyendo las bases mismas no ya
de la convivencia social, sino de la misma coexistencia, desatando una guerra de todos
contra todos. La civilización y la cultura occidental se basan en una gran proporción en
la ley y en la organización política. Por eso dijo ya Heráclito: “Un pueblo debe luchar
por su Ley como por sus murallas”.
2.12. LA INSTANCIA EUROPEA Y LA ACCION POLITICA.
Vistas las actuaciones de marcado contenido neoliberal impulsadas por las
instancias europeas como forma de salir de la crisis, con la complacencia y complicidad
de los partidos de la derecha europea, y considerando el renacimiento de los
nacionalismos excluyentes y xenófobos, es absolutamente necesario cohesionar con
contenido al partido socialista europeo (PSE), para que sea verdaderamente una fuerza
de unión y cambio.
La unidad de acción del PSE, identificándolo con los objetivos de igualdad,
servicio al ciudadano y predominio de la política ante los intereses económicos
minoritarios de la derecha, es la mejor forma de defender los derechos políticos,
económicos y sociales de los ciudadanos. Estamos ante un gran desafío: el de la
concertación de los partidos de la izquierda europea. Solo esa unión evitará que
perdamos el tren de la historia. .
2.13. SECULARIDAD Y SOLIDARIDAD. CONCIENCIACION
Y MOVILIZACION
La sociedad se basa en la solidaridad de unos individuos que tienen distintas
concepciones acerca de la realidad y de su propia existencia. Cuando la sociedad se
organiza en términos políticos y jurídicos, debe respetar las concepciones y fines
personales que no atenten contra otros individuos, o contra la colectividad en su
conjunto.
Esta es la parte más clara de eso que suele denominarse “secularidad” o
“autonomía política” en su sentido más general de organización de la sociedad.
Tampoco debe suplantar esas concepciones, con una especie de religión o ideología
propia. Eso que suele llamarse “espíritu republicano”, debe incluir los fundamentos de
la ética cívica y los valores de solidaridad, pero también de respeto hacia las
concepciones particulares, desde un Estado laico conforme a los principios de pluralidad
y de libertad igualitaria. El punto más problemático es si la sociedad debe cooperar en
que los individuos y los grupos puedan llevar a cabo sus fines propios, y en especial los
que estiman como de mayor relevancia.
En España, se ha dado durante muchas décadas un apoyo excesivo y
desequilibrado a la Religión Católica. Ese apoyo fue desmedido y vergonzoso en
tiempos de la Dictadura de Franco, pero incluso tras ella, y no obstante los criterios
oficiales de la misma Iglesia Católica, algunos jerarcas han actuado de una manera que
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ha prolongado muchos de esos privilegios. Ya es hora de ponerles fin.
El Liberalismo ha ido ganando dominio en la conciencia colectiva, por una parte
haciendo a los ciudadanos más pasivos ante los asuntos colectivos, y por otra a través de
ciertas pautas de actividad privada. En esta segunda vertiente, el Liberalismo ha
presentado el egoísmo como algo tan propio de la naturaleza humana, que ha provocado
una insensibilización moral muy difundida. Incluso personas que se estimaban de
Izquierda, tienden a veces a aceptar la insolidaridad como algo natural.
Sin embargo, muchos seres humanos valoran la solidaridad y la practican. Incluso
perciben que es más natural que la prosecución cerrada del egoísmo propio, pues nos
permite desarrollarnos en cuanta sociedad e incluso como individuos, y obtener más
satisfacción. La conciencia colectiva tiende a modelar las conductas cuando el sujeto lo
acepta de una manera pasiva. Y, a la inversa, los individuos cambian la cultura a través
de actos que nacen de la convicción y se proponen acompañados de razones.
La mayor parte de nuestros comportamientos tienen una dimensión social, e
incluso política, si bien debemos tener en cuenta lo extendido de la pasividad en muchos
conciudadanos.
Necesitamos un “liderazgo colectivo”. El más auténtico es el que provoca una
movilización que parte de la conciencia y culmina en la acción. La potencialidad de ese
liderazgo parece residir en que propone opciones morales que suscitan adhesión, y no
sólo por un sentido de la obligación, sino de manera gustosa, y a menudo apasionada.
Una modalidad de esas propuestas son las que se concretan en solicitar actitudes y
conductas de colaboración.
Este “liderazgo” para un proyecto colectivo basado en valores, ilusión y
compromiso, si cabe, es más necesario y urgente que nunca. Si el Partido es capaz de
impulsar una participación social y política de esa altura, es probable que consiga una
ventaja decisiva respecto a la derecha. Una dimensión importante del liderazgo
democrático, es la orientación estratégica. La política se extiende a muchas áreas y suele
dispersarse en muchas medidas. El ciudadano necesita una orientación esencial e
inteligible: un rumbo político. Es posible que, por este camino, Izquierda Socialista
promueva un desarrollo del Partido, y una movilización en la sociedad, superiores a lo
que pueda imaginarse en estos momentos.
2.14. ALTERNATIVA PARA LA TRANSICION DEMOCRATICA
AL SOCIALISMO.
Durante las últimas décadas, los valores que inspiraron los movimientos de
progreso y el avance de los derechos civiles, laborales, sociales y políticos han ido
retrocediendo por la creciente ofensiva del neoliberalismo y hoy están siendo
conculcados y anulados para afianzar el capitalismo insolidario y los intereses de
poderosas minorías de la plutocracia, responsables de esta crisis sistémica y de enormes
perjuicios a toda la sociedad. La izquierda tiene que rehacer su capacidad histórica de
encabezar la lucha de la mayoría por el progreso, el bienestar colectivo y la justicia
social, recuperando el sentido de los partidos de masas y de los sindicatos de clase y
fortaleciendo las organizaciones y asociaciones que pugnan por “otro Mundo es
49
posible”.
Para la izquierda, la única forma de recuperar y fijar viejos y nuevos apoyos en
las clases trabajadoras, clases medias, profesionales y pequeños y medianos empresarios
consiste en demostrar capacidad para construir un proyecto que preserve y acreciente
las conquistas históricas de los trabajadores y movimientos populares, con alternativas
bien diferenciadas. Aunque el PSOE sea el principal partido de la oposición, no es
percibido como la alternativa. No estamos en un simple ciclo de alternancia, y esperar a
que culmine el desgaste del PP no servirá para recuperarnos y tener opciones de
gobernar, como muestran las encuestas y se percibe en la calle.
El análisis dominante sobre la situación económica y social está contaminado
por el debate sobre la vuelta al crecimiento; para los socialistas el tema central debe
girar sobre el reparto de la riqueza, el control de los medios de producción y el
desarrollo a la medida humana y del Planeta. Ello no quiere decir que la transición al
socialismo se pueda abordar de inmediato, pero debemos establecer las bases de una
sociedad socialista y explicar a los ciudadanos que en su gran mayoría son trabajadores,
que en ellos radica la fuerza para cambiar la realidad. Sí que tenemos alternativa, y es la
alternativa socialista.
También hay rechazo a la práctica de los partidos y de los políticos, lo que ha
causado también la desafección de la ciudadanía. Los socialistas hemos reaccionar
desde los valores del socialismo democrático, planteando –y recogiendo- las alternativas
e iniciativas que sintonicen nuevamente con la mayoría ciudadana que rechaza
privilegios, pide transparencia y control frente a la imposición de los poderes opacos y
de los intereses de los poderosos; reclama honestidad, ejemplaridad y compromiso a
gobernantes y cargos públicos.
Los socialistas no seremos alternativa creíble sin recuperar el sentido de la
política democrática como compromiso ético y cívico con la voluntad general y el bien
común. Tenemos que demostrar a los ciudadanos que la transparencia y la rendición de
cuentas son la bases de la regeneración de la política, y que estamos dispuestos a
cambiar el funcionamiento del Partido y acentuar la democracia interna en el debate y la
toma de decisiones; con más autocrítica, y contraste auténtico de alternativas, para que
desde la pluralidad de sensibilidades y propuestas, se decanten convergencias sobre
proyecto, estrategias y equipos.
Ahora no podemos asentar nuestra oposición sólo en respuestas “tácticas” o
contrapropuestas al desbarajuste reactivo “contra reformador” del Gobierno Rajoy, y
fiar el resto al acelerado desgaste del PP. Aunque coyunturalmente pudiéramos volver a
recuperar una mayoría electoral, es necesario construir un proyecto con alternativas de
gran calado, que consigan el apoyo social de una mayoría transformadora de la
ciudadanía. Se trata de abrir un ciclo prolongado de predominio ideológico y político de
la izquierda para profundizar en la democracia, impulsar un desarrollo económico más
sostenible, abrir nuevas perspectivas al Estado de bienestar para combatir las
desigualdades, controlar el capitalismo especulativo y reorientar el proceso globalizador
en beneficio de las personas.
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2.15. LA PARTICIPACION COMO UNA FORMA SUERIOR
DE DEMOCRACIA.
Desde hace un tiempo, el Liberalismo económico parece estar dominando en la
estructura social y en la conciencia colectiva. En esta segunda vertiente, el Liberalismo
ha difundido ciertos criterios de tipo pasivo, y otros de índole activa. Los primeros se
aplican a los comportamientos orientados a lo público, y los segundos hacia la actividad
privada.
Respecto a lo primero, se ha extendido la visión de que la política es algo cada
vez más complejo, que exige conocimientos científicos y técnicos. Esto es. La política
es cosa de “verdaderos expertos”…!.
En cuanto a los ciudadanos, son esencialmente los destinatarios de esa gestión
pública. La participación en su sentido más propio, está fuera de lugar. Puede decirse
que se gobierna para los ciudadanos, pero sin una participación activa por parte de ellos.
Los ciudadanos son convocados cada varios años para elegir entre varios programas y
equipos de gestores. Esos programas son presentados a los ciudadanos como una
especie de oferta de servicios; los ciudadanos comparan qué partido les ofrece más y
con un coste menor.
El liberalismo y su concepción económica capitalista de “venta” ha introducido
conceptos mercantilistas en el panorama político y la izquierda ha entrado plenamente
en este juego. Las campañas políticas se han desideologizado, líderes y programas se
han transformado en productos de marketing, donde la agresividad de los slogans
creados por la publicidad mediatiza la comunicación con los ciudadanos y ciudadanas.
Una cuestión reside en hacer pasar y difundir un mensaje en el que se cree y otra es
crear y emitir mensajes falsos pero eficaces y “rentables” electoralmente. Esta temática
debería merecer una especial atención sobre todo en un partido de izquierdas que ha de
priorizar la honestidad, sinceridad, claridad, transparencia y respeto a la ciudadanía.
Esa concepción restrictiva de la representación ha venido conformando nuestra
realidad política, convirtiendo nuestra democracia en una “mera formalidad” de voto
cada 4 años, obviando la participación efectiva de los ciudadanos a todos los niveles y
en diferentes situaciones. En este sentido, la Socialdemocracia afirma que es posible
otra manera de orientar la sociedad en su organización política. Los ciudadanos deben
sentirse reconocidos como sujetos la vida política, e invitados a protagonizar una
solidaridad activa. Es necesario sobreponerse a la somnolencia que ha degradado la
democracia. Para ello ha de comenzarse por una activación de la conciencia, y de tal
tipo que conduzca a una movilización en los comportamientos. También debe actuarse
sobre los cauces de la participación, pues sería inútil llamar a la participación si no
existen los medios para darle efectividad.
Aquí parece conveniente empezar a construir en nuestro propio Partido, sin
perjuicio de trabajar simultáneamente en la organización del Estado y otros entes
públicos. Es previsible que se tropiece con una gran resistencia en todos esos órganos,
pues la reinstauración de la democracia en España se hizo de tal modo que, para evitar
vacíos, se abrió paso a una oligarquización en todas las instancias políticas. Para ello, es
necesario dar eficacia a los cauces democráticos, y no sólo en términos formales, sino
51
también a través de las convicciones y comportamientos personales. Por ejemplo, las
elecciones primarias no tienen por qué verse como algo que debilita a los partidos y las
instituciones. En nuestro Partido y en todas las organizaciones, debe emplearse la crítica
y practicar la competencia de proyectos, pero en términos desvinculados de la
valoración y relaciones personales. Por tanto, las elecciones primarias no deben ser una
ocasión para el enfrentamiento, sino para contrastar y valorar programas, y asimismo
para desarrollar líderes.
Si el Partido asume una conciencia profundamente democrática y participativa,
saldrá fortalecido y vitalizado. La democracia puede ser incómoda para quienes tienen
el mayor poder en el PSOE, pero para la Derecha puede ser aniquiladora. Posiblemente,
las grandes claves para democratizar tanto el Partido como el Estado, sean sobre todo
cuatro: las elecciones primarias, la apertura en las listas electorales, la limitación de
mandatos y el respeto al mandato representativo en vez de mandato imperativo en los
diputados y senadores.
Es decir, aunque el Partido determine en casi todas las votaciones la opción
preferible, debe respetar la conciencia de quienes han sido elegidos como representantes
por los ciudadanos, y no deben ser estimados como peones reemplazables por los
partidos. Por ello, este principio como los anteriores, deben ser exigidos para todos los
partidos. Además, no hemos de descartar otro tipo de participación ciudadana en un
momento de cambio estructural de la sociedad.
3.- SALIR DE LA CRISIS GLOBAL POR LA IZQUIERDA.
Los poderes opacos del mundo financiero, valiéndose de la desregulación de los
mercados –consentida por los gobiernos y organismos internacionales- han conducido
al Mundo a la mayor crisis económico-financiera desde la Gran Depresión, con
devastadoras consecuencias en cadena: cierre de empresas, paro juvenil y enorme
crecimiento del desempleo, grandes desigualdades sociales y extensión de la pobreza.
El capitalismo, en su forma más agresiva y depredadora, enmascarándose y actuando a
través de las políticas del neoliberalismo, ha sido el causante del tremendo desastre.
Sabemos que las crisis forman parte de su naturaleza, pero lo nuevo es que no
estamos ante una fase más del ciclo económico. Estamos ante una crisis sistémica que
no ha escrito todavía las formas políticas y sociales de su final, pero los está
anticipando: más desigualdad, más violencia, menos democracia, más injusticia. En su
enorme alcance y dimensión, esta crisis incide en todos los ámbitos económicos,
sociales, políticos, medioambientales e ideológicos. En consecuencia, la respuesta debe
ser múltiple: plantear un nuevo modelo socio-económico, reformular totalmente las
relaciones entre política y economía, repensar el papel de las instituciones, fortalecer la
representación y participación de la ciudadanía en los asuntos públicos y priorizar
efectivamente los valores y derechos que han impulsado los grandes avances del
humanismo y de las civilizaciones.
En Europa los socialistas y socialdemócratas no han sabido reaccionar. Han sido
52
las fuerzas políticas derechistas, expresión de los poderes reales económicos,
ideológicos y mediáticos del sistema capitalista, las que han impuesto su narración,
reinventándose en su propia crisis para atacar con más agresividad las conquistas
sociales que los sectores populares alcanzaron tras decenios de lucha. Se están
aplicando duras políticas neoliberales de ajuste.
La falta de análisis y de previsión de lo que realmente estaba pasando en el
sistema económico y de poder nacional, europeo y mundial nos han dejado inermes ante
las políticas derechistas, los mercados financieros y los poderes de los grupos de capital
transnacional. Poderes estos que, más allá de los sistemas democráticos que conocemos,
están por encima de los Estados y de las organizaciones internacionales. De alguna
manera, la claudicación en principios y valores de los partidos socialistas y
socialdemócratas europeos, incluido el PSOE, ante el neoliberalismo económico y sus
dogmas, ha abierto el camino a que estos últimos sean hoy día hegemónicos y que el
conservadurismo político se imponga. La sociedad y, sobre todo, las clases populares y
clases medias han sufrido enormes perjuicios por fiar el devenir de la economía a la
“mano invisible” del mercado “eficiente”; el origen, causas y desencadenamiento de
esta crisis han invalidado totalmente el doctrinarismo y el pragmatismo de la etapa
neoliberal del capitalismo dominante, que ha quedado descartado como modelo de
crecimiento económico compatible con progreso social.
El nuevo escenario en la UE vendrá por la izquierda pero la perspectiva
fundamental no ha de limitarse solo a propiciar el cambio de ciclo económico dentro del
sistema. La socialdemocracia ahora no puede quedarse en desempeñar el papel de
“taller de reparaciones” para recomponer el estropicio del capitalismo; desde la
recuperación del papel de Estado –interventor, regulador, planificador y redistribuidory de las políticas públicas al servicio de la colectividad, es fundamental construir otra
economía hacia el desarrollo eco-sostenible, democratizar el control de los medios de
producción y del capital,
garantizar y ampliar el Estado del Bienestar con los
parámetros transformadores de nuestra época, romper las formas de “actuar en política
sin hacer política de alternativas” que ha conducido a la inercia institucional y a la
consiguiente desafección ciudadana y propiciar un cambio sociocultural global en
beneficio de toda la humanidad y del respeto a nuestro planeta Tierra con sus criaturas.
La política democrática y socialista dispone del acervo histórico, los principios y
valores, las experiencias y las perspectivas para plantear alternativas capaces de superar
la imposición de los mercados e impulsar la justa distribución de la riqueza y la
equidad en la sociedad con un horizonte de superación del capitalismo y de transición
progresiva al socialismo.
Izquierda Socialista, como corriente de opinión del PSOE, pone todo el acento
en la imprescindible recuperación del discurso socialista para sostener nuestro proyecto
político y presentar con credibilidad nuestro programa ante la opinión pública,
desarrollando a través de todo ello una estrategia consistente de acción política.
Debemos acometer una recuperación ideológica del Partido. Es necesario retomar
tanto algunas de nuestras tradicionales herramientas de análisis de la sociedad como
nuestros esenciales valores y principios, para poder implementar políticas socialistas
desde una posición real de transformación de la realidad, de superación del capitalismo
53
y de construcción del socialismo.
Con el actual sistema capitalista no hay futuro. Desde el proyecto socialista es
necesario ofrecer un programa alternativo de transición al socialismo, un conjunto de
iniciativas que pese a los condicionantes electorales, miren más allá, y puedan servir de
base para la puesta en marcha de procesos largos de avance, que permitan
reencontrarnos con nuestra propia identidad y con la posibilidad real de cambio y de
superación de las injusticias del capitalismo para alcanzar la emancipación de las
personas y el progreso armónico en bienestar.
En esa perspectiva, en el actual contexto de partido único de la derecha y a la
ofensiva, conviene impulsar el diálogo y colaboración con todas las fuerzas progresistas
de izquierda para encontrar espacios de apoyo y colaboración. Este impulso se debe
extender también al ámbito europeo y mundial para hacer posible la regeneración del
socialismo democrático y que este pueda impregnar con su acción las políticas de las
instituciones europeas e internacionales.
Nuestras propuestas van precisamente encaminadas a actuar en los grandes
ámbitos en los que se gesta y refleja la actual crisis sistémica y en la perspectiva de
superar sus consecuencias para construir el nuevo modelo de sociedad postcapitalista.
3.1. URGE UN NUEVO ORDEN INTERNACIONAL
La globalización neoliberal aumenta la interdependencia y complejidad de los
problemas mundiales y está produciendo que la brecha entre ricos y pobres se agrande.
Por otro lado, mientras que los mercados son cada vez más globales y concentrados,
disminuye la influencia de las instituciones políticas públicas necesarias para asegurar
su funcionamiento democrático, equitativo y eficaz. En este contexto, los socialistas
reclamamos
unas instituciones públicas
internacionales que posibiliten una
gobernabilidad democrática de la globalización.
PROPUESTAS:

Reformas en las instituciones económicas internacionales

Garantizar la representación y mayor peso de los países emergentes y los
que estén en vías de desarrollo en los Órganos Rectores del Fondo
Monetario Internacional, Organización Mundial del Comercio y Banco
Mundial. Establecer en dichas Instituciones nuevas normas de
funcionamiento para que sus orientaciones estén al servicio del desarrollo
de los pueblos, democratizando sus decisiones y facilitando la
fiscalización de la ejecución de sus políticas.
Incluir en el llamado G-20 la presencia y representación en igualdad de
condiciones de Organismos Regionales ya constituidos tales como la
Unión Africana (UA), la Asociación de Naciones del Sureste Asiático
(ASEAN), la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión de
Naciones Sudamericanas (UNASUR), y la Alternativa Bolivariana de las
Américas (ALBA), tal y como esta representada la UE.
Crear un nuevo Foro Social para tratar de armonizar políticas económicas
54
















y sociales a nivel global que combine efectividad, legitimidad y rendición
de cuentas, formado por representantes de la OCDE, OIT, OMC, FMI, BM
y con la representación de organizaciones regionales sindicales (CES,
etc.).
Fijar criterios de competitividad entre los diferentes países de forma que
los salarios, los derechos sociales y las condiciones medioambientales se
igualen paulatinamente.
Eliminar la pobreza y promover un desarrollo solidario más equitativo y
plenamente respetuoso con la diversidad cultural, natural y de género.
Buscar la paz y la seguridad mundial, incluyendo la seguridad humana y
medioambiental, basada en la justicia y la libertad.
Fomentar mecanismos de representación directa y participación de los
ciudadanos del mundo y las organizaciones de la sociedad civil en los
procesos de decisión global.
Reforma del sistema financiero internacional
Establecer normas que frenen la economía especulativa que al drenar gran
parte de los recursos financieros disponibles impide que la economía real
siga produciendo bienes y servicios y generando empleo.
Implantar una fuerte Banca Pública que defienda los intereses generales y
en su caso nacionalizar los “bancos débiles” en lugar de intentar reflotarlos
con recursos públicos sin cambiar su titularidad privada.
Impulsar empresas públicas rentables, principalmente en los sectores
estratégicos, dotándolas de condiciones específicas a su función
diferenciada de la de las empresas privadas.
Crear potentes mecanismos fiscales internacionales para combatir las
actividades fraudulentas e ilegales en los paraísos fiscales que tendrán que
ser eliminados.
Reformar el modelo actual de la banca privada mediante regulaciones
específicas orientadas a prevenir la aparición de burbujas de activos y
reducir los riesgos de apalancamiento crediticio.
Instaurar un riguroso control de las remuneraciones de los directivos de las
entidades financieras.
Regular y vigilar la movilidad de los directivos de entidades financieras y
grandes empresas, así como responsables administrativos y políticos, para
evitar el juego de sillas entre lo privado y lo público en detrimento del
interés general.
Reformar el derecho penal para exigir responsabilidades a los dirigentes
financieros en casos de corrupción, evasión de impuestos, falsedad y
delitos que atenten contra el interés general.
Por una fiscalidad global
 Establecer impuestos especiales sobre los beneficios de las
grandes empresas transnacionales para poder abordar con
celeridad y seriedad políticas de desarrollo en el mundo.
 Implantar una Tasa sobre las Transacciones Financieras
Internacionales, cuyo fondo, además de facilitar la estabilidad
del sistema financiero, permita canalizar importantes recursos
para combatir la pobreza, el hambre y la marginación social en
55
los países en vías de desarrollo.
 Avanzar en la armonización a nivel mundial de las condiciones de
inversión y trabajo, hasta alcanzar una igualdad en su regulación
y el tratamiento de los mismos.
 Establecer prohibiciones, impuestos o tasas especiales sobre la
importación de enseres producidos en condiciones laborales,
ambientales o salariales degradantes.
3.2. CAMBIAR EL ACTUAL RUMBO DE LA UE
La deriva neoliberal que los gobiernos conservadores de Europa están
imprimiendo al proceso de integración europea, no solo pone en peligro a éste, sino que
está hundiendo en la recesión a sus estados periféricos, haciendo pagar a los sectores
populares, clases medias y trabajadores los durísimos ajustes en términos de empleo,
pérdida del poder adquisitivo y severas restricciones en el estado del bienestar. Si
después de la segunda guerra mundial la integración europea ha garantizado una cierta
forma de paz, hoy necesitamos cada vez más una Europa política que permita construir
una Europa social.
No queremos una Europa que se limite a ser un área de libre comercio sin reglas
ni protección social. No queremos el dumping social y la ruptura de los servicios
públicos impuestos por los gobiernos de derecha a la Comisión Europea. En la Europa
que queremos, el principio de libre competencia ha de subordinarse a los derechos
fundamentales
y
preservar los servicios públicos. Los socialistas somos
internacionalistas. Desde esa perspectiva proponemos la dinamización de la
Internacional Socialista y del Partido Socialista Europeo. Las injusticias no tienen
nacionalidad y la desigualdad no tiene fronteras. En un mundo globalizado como el de
hoy la acción política a nivel internacional es esencial para hacer frente a los poderes
conservadores y ultraliberales. Los socialistas hemos de ser los primeros defensores de
los derechos humanos en España y en el mundo. En esa medida son exigibles también
nuevos Tratados del FMI, del BM, de la OMC y de la ONU.
La actual crisis del modelo capitalista ha mostrado claramente la debilidad
política de la UE y la impronta neoliberal del acervo comunitario. Las instituciones
comunitarias y los gobiernos europeos no han sido capaces de articular medidas para
salir de ella de una manera justa y solidaria. Se cuenta con una moneda común que ha
favorecido la estabilidad de los mercados y evitado la inflación, pero se carece de una
política económica, fiscal y presupuestaria comunitaria, que el propio capital rechaza
por su incidencia reguladora. Además hay ausencia de diseño de una política social y de
equidad para los ciudadanos y un notable desinterés por la democratización y la
representatividad de las Instituciones comunitarias.
Durante decenios, la socialdemocracia europea ha asumido buena parte de las
tesis económicas del neoliberalismo, de tal suerte, que en materia económica, la
frontera entre izquierda y derecha ha quedado muy
diluida. De hecho la
socialdemocracia europea, al renunciar a construir una sociedad socialista, se ha
deslizado hacia la periferia del capitalismo. Al renunciar a construir una alternativa de
sociedad ha pasado a ser satélite del planeta capitalista ya existente. Todo ello ha tenido
un efecto demoledor para las posiciones progresistas en la sociedad con sus evidentes
56
efectos electorales y riesgos de futuro no tan lejano.
En este marco se están perfilando propuestas tendentes a una mayor integración
económica europea, pero todas ellas dentro de una lógica puramente capitalista.
Podemos encontrarnos con un nuevo edificio europeo más cohesionado y solido pero
cada vez mas lejos de los intereses de la mayoría de la sociedad y de los valores
democráticos y de izquierdas. El momento actual puede ser una ocasión histórica para
construir una alternativa socialista en Europa.
PROPUESTAS

Propuestas políticas


Establecer un programa común del PSE desde los principios y valores que
forman parte de nuestro ideario y patrimonio: igualdad, libertad, ética,
democracia, justicia, solidaridad, reparto equitativo de la riqueza,
regulación de los medios de producción.
Iniciar una política de dialogo, entendimiento, colaboración y acción con
todos los partidos, organizaciones y movimientos progresistas y de
izquierda.
Colaborar estrechamente con los sindicatos de clase, tratando de
recomponer el sentido político del movimiento obrero organizado.
Avanzar hacia la construcción de una Europa Federal y más social.

Propuestas institucionales estructurales

Elección democrática del Presidente de la Comisión Europea y de los
Comisarios por parte del Parlamento Europeo y revisión de las
competencias que el Tratado de Lisboa les atribuye.
Establecimiento paulatino de listas plurinacionales de eurodiputados en las
elecciones europeas
Ampliación de las competencias actuales del Parlamento Europeo hasta
convertirlo en un legítimo poder legislativo democrático europeo.
Establecer un mecanismo de moción de censura a los presidentes del
Consejo Europeo y de la Comisión Europea por parte del Parlamento
Europeo.
Establecer un sistema de comunicación, colaboración y coordinación
entre los Parlamentos Nacionales y el Parlamento Europeo.
Reforma y revisión de los Tratados Europeos.
Eliminación de aquellas directivas que restringen los derechos laborales
adquiridos por los trabajadores de la Unión.
Revisión profunda de las directivas que en nombre de la competitividad y
la libre competencia, destruyen los servicios públicos, impiden la creación
de bancos, empresas públicas y cooperativas y limitan la participación de
los trabajadores en los procesos de decisión.
Estimular la democracia participativa creando Consejos Informativos en
los Parlamentos nacionales, con representación de la sociedad civil
organizada, para informar a la ciudadanía de cuestiones relevantes










57

relacionadas con el proceso de construcción europea (directivas, acuerdos,
presupuesto comunitario, etc.)
Impulsar la capacidad de convocar referéndums con carácter vinculante
para cuestiones de importancia estratégica.

Propuestas de política económica

Modificación del Estatuto del Banco Central Europeo para atribuirle
competencias para el crecimiento económico y el pleno empleo, además de
las que ya tiene para fijar tipos de interés y el control de la inflación.
Creación del Tesoro de la Unión Europea Monetaria con todas las
atribuciones propias de su alta función (emisión y adquisición de bonos
soberanos).
Creación de un Banco Público Europeo.
Creación de un Fondo Monetario Europeo y de una Agencia Europea
Pública de evaluación de riesgos crediticios.
Incremento del presupuesto de la Unión para situarlo en el entorno del
2,5% del PIB comunitario.
Diseño y ejecución de un Plan Integral de Política Industrial Europea.
Implantación de empresas públicas europeas en sectores estratégicos,
manteniendo la titularidad del Estado, en particular cuando son rentables.
Dar los medios funcionales y normativa específica para su eficacia en
función de sus objetivos de interés general
Separar las actividades en bancos de depósito, banco de negocios y
seguros.
Reformar el modelo actual de la banca privada mediante regulaciones
específicas orientadas a prevenir la aparición de burbujas de activos y
reducir los riesgos de apalancamiento crediticio.
Instaurar un riguroso control de las remuneraciones de los directivos de las
entidades financieras.
Reformar el derecho penal para exigir responsabilidades a los dirigentes
financieros en casos de corrupción, evasión de impuestos, falsedad y
delitos que atenten contra el interés general.
Armonización fiscal que elimine competitividad tributaria.
Estudiar la dotación de un instrumento fiscal y/o fondo financiero
comunitario que actúe como estabilizador ante problemas relacionados con
el Euro y en situaciones de crisis que afecten al conjunto de la UE, y
también a uno o varios Estados miembros.
Revisar los acuerdos de Maastricht respecto al nivel de déficit público de
cada país, dotándolo de mayor flexibilidad en función del ciclo económico
y del estado general de sus economías.
Puesta en marcha, eficaz y rápidamente, de la Tasa de Transacciones
Financieras.
Políticas de estímulo de las economías europeas para el fomento de
actividades de I+D+I y para el desarrollo de energías renovables.
Política de ayudas comunitarias orientadas al mantenimiento y desarrollo
de los servicios públicos que los estados prestan a la ciudadanía y
eliminación de la legislación que propicia la privatización de estos
servicios.
















58


Políticas de rentas tendentes a mejorar el poder adquisitivo de los salarios
mediante una amplia negociación con los sindicatos europeos.
Medidas de democracia económica para la participación de los
trabajadores en la toma de decisiones.
Reforzamiento de los derechos laborales y sociales. Potenciación del
diálogo social, con apoyo a la actividad sindical y defensa de la
representatividad y legitimidad de los sindicatos de trabajadores.
Defensa de la libre circulación de personas en el seno de la UE.

Propuestas de política social

Adaptación del salario mínimo, las pensiones y las prestaciones sociales al
nivel de vida digno en todos los países de la Unión Europea
Indexación automática de salarios en función de la inflación
Instauración de una Renta Básica de Ciudadana, asegurando que cualquier
persona tenga los ingresos mínimos que le permitan vivir con dignidad.
Acceso gratuito a la asistencia sanitaria, educación y servicios sociales.
Establecer Leyes de inmigración y extranjería desde el más escrupuloso
respeto a los derechos humanos universales.
Propuesta de integración y convivencia ciudadana







3.3. UN PROGRAMA DE IZQUIERDAS PARA SACAR A
ESPAÑA DE LA CRISIS
La actual crisis del sistema neoliberal ha puesto de manifiesto cosas ya sabidas y
demasiadas veces olvidadas:
En el actual capitalismo financiero sólo dos grupos toman las decisiones: los
inversionistas y la élite de los intermediarios financieros.
Los gobiernos democráticos, olvidando su legitimidad popular y a quien se deben,
aceptan las desregulaciones impuestas por los mercados.
El incremento de la demanda durante las tres décadas pasadas ha venido
estimulada por la facilidad en la obtención de créditos baratos y con escaso control,
dando así lugar al incremento del poder adquisitivo de los consumidores sin que este
respondiera a un aumento real de su riqueza.
La soberanía del consumidor queda fuertemente mediatizada, cuando no
condicionada, por el marketing y la publicidad.
Los servicios públicos fundamentales, cuya calidad y extensión dependen de los
ingresos del Estado, se ven amenazados, por la tendencia creciente de los gobiernos a
reducir tanto los gastos como los impuestos.
Los trabajadores están totalmente alejados de los centros de decisión de las
propias empresas.
59
Muchas decisiones de inversión y gasto que realizan ciertas Administraciones
Públicas se adoptan al margen de las preferencias y necesidades reales de la mayoría de
la población.
Con todo ello quedan desvirtuados los fines esenciales de los sistemas
democráticos. Se excluye a la mayoría de la población del proceso de intervención y
fiscalización de las principales decisiones que determinaran los niveles de bienestar y,
especialmente, en aquellas que afectan a la justa distribución de la riqueza y su
utilización.
Por otro lado, las relaciones entre el binomio capital-trabajo se han visto
profundamente modificadas por la aceleración técnico-científica producida en la
segunda mitad del siglo XX. Los nuevos instrumentos puestos al servicio de la
producción, en la mayoría de los casos, han servido básicamente para beneficiar al
capital y no al trabajo.
Ello se ha visto reflejado en la disminución del porcentaje de la renta salarial en
la distribución del PIB, en la brecha creciente entre la evolución del sueldo de los
trabajadores y la evolución de los beneficios de las empresas, en la casi inexistente
reducción de los horarios laborales, en el incremento de la vida laboral y en el efecto
negativo de todo ello sobre las tasas de desempleo. Es necesaria una nueva política
económica y social formulada desde la izquierda.
3.4. OTRA POLÍTICA ECONÓMICA Y SOCIAL
El incremento de la demanda durante las tres décadas pasadas ha venido
estimulada por la facilidad en la obtención de créditos baratos, para compensar la
disminución de ingresos de los trabajadores, debido a la escandalosa apropiación de los
beneficios por el capital, con escaso control, dando así lugar al incremento del poder
adquisitivo de los consumidores sin que este respondiera a un aumento real de su
riqueza. Parte de la clase política ha permitido y colaborado en la creación de las
anomalías que forman el contexto de los abusos e irresponsabilidades existentes. Hay
que legislar a favor de una mayor participación de los trabajadores en los centro de
decisión de las empresas a través del fortalecimiento de sindicatos. Actualmente los
trabajadores está muy alejados de dichos centros de decisión.
PROPUESTAS:




Planteamiento riguroso de criterios de sostenibilidad y responsabilidad
social de las empresas, con apoyo público condicionado siempre a la
creación y el mantenimiento de empleo.
Erradicación de la economía sumergida y cambio de modelo productivo,
recuperación de la industria y nueva política industrial con potenciación de
nuevos sectores: TICs, turismo sostenible, producción biotecnológica,
agroindustria, energías renovables, industrias culturales, etc.
Refuerzo de la incorporación de las TIC en el tejido empresarial,
priorizando el sector social de la economía.
Coordinación federal de políticas de urbanismo y vivienda, avanzando
hacia la dación de vivienda para la cancelación de hipotecas.
60
















Atención intensiva a emprendedores, cooperativas y PYMES. Lucha
activa contra la deslocalización empresarial y potenciación de la
internacionalización de empresas españolas, con criterios de “comercio
justo”.
Las PYMES deberían contar con incentivos para mantener su plantilla,
mediante una reducción progresiva en el tiempo de los costes a afrontar en
las cuotas de la seguridad social a cargo de la administración, sin que
suponga merma alguna para el salario y las cotizaciones del empleado.
Medidas de democracia económica para la participación de los
trabajadores en la toma de decisiones. Potenciación del diálogo social, con
apoyo a la actividad sindical y defensa de la representatividad y
legitimidad de los sindicatos de trabajadores.
Protección de los derechos laborales y apoyo a la negociación de
convenios colectivos. Medidas de reducción de la jornada laboral.
Refuerzo de la formación profesional (especialmente de jóvenes) y la
formación continúa de los trabajadores.
Integración de población inmigrante en el mercado laboral.
Defensa del sistema público de pensiones.
Defensa de los servicios públicos, limitando las externalizaciones,
subcontratas y demás pseudo-privatizaciones, recuperando lo público para
una gestión directa efectiva y real.
Implantación de empresas públicas sobre todo en los sectores estratégicos,
manteniendo la titularidad del Estado, en particular cuando son rentables.
Dar los medios funcionales y normativa específica para su eficacia en
función de sus objetivos de interés general.
Fomento en todos los ámbitos de la igualdad de oportunidades, de la
igualdad de género y de la igualdad de trato. Incorporación y presencia
igualitaria de la mujer en el mercado de trabajo.1
Vigilancia de los abusivos sueldos de los directivos del sistema financiero,
así como de las medidas antisociales representadas por la falta de crédito y
los desahucios generalizados ante los impagos, mientras se mantienen las
grandes deudas inmobiliarias sin cobrar.
Reducción progresiva del abanico salarial mediante políticas fiscales y de
negociación en el seno de las empresas para lograr que la diferencia entre
los extremos de las personas que trabajan en la misma empresa no supere
la relación de 4 a 1.
Fomento de una participación activa y organizada de los clientes en los
Consejos de Administración.
Avanzar en la ayuda al desarrollo, poniendo al día las medidas acordadas
por las Naciones Unidas.
Incremento del número de empleados públicos, especialmente en los
servicios del Estado de Bienestar, hasta alcanzar el promedio de la Unión
Europea de los 15.
Desarrollo del cuarto pilar del bienestar (que debería incluir tanto los
servicios de atención domiciliaria a las personas con dependencia como el
1
Por cada puesto de trabajo creado para las mujeres se crean 0,4 puestos en las áreas
de cuidados a la infancia, a la dependencia, limpieza y restauración.
61





derecho de acceso a las escuelas de infancia de 0 a 3 años) hasta alcanzar
los niveles de cobertura promedios de los países de la UE-15 en 5 años con
el objetivo de lograr los indicadores actuales de los países nórdicos en 10
años.
Democratización de las empresas, introduciendo modelos de cogestión
donde sindicatos y trabajadores estén en los consejos de dirección de las
empresas. Nuevo horario laboral que permita mejorar las condiciones
laborales y humanas de los trabajadores, incrementando la productividad
en las empresas.
En el ámbito de la agenda digital para Europa y para España, cada vez más
existen competencias transversales que afectan a muchos sectores de
actividad, a muchos lugares de trabajo y, lo que es más relevante, están en
sintonía con las nuevas necesidades y las nuevas situaciones laborales,
todas ligadas a las Tecnologías de la Información y Comunicación. Estas
competencias deben incorporarse en el currículo de la formación
profesional como elementos identificadores de una actitud profesional
adecuada a la nueva realidad ligada a la Tercera Revolución Industrial, que
gira en torno a Internet y a las energías renovables.
Ligado con el punto anterior, hay que desarrollar y actualizar los títulos de
formación profesional vinculados a nuevos perfiles tecnológicos y
digitales, sabiendo que cada sector requiere sus propias demandas
formativas, como marketing y ventas y seguridad en el sector del
videojuego o como publicidad en redes sociales.
Igualmente, ligados a los puntos anteriores, potenciar el mercado de los
contenidos digitales en español, contando con el castellano como baluarte
cultural.
Potenciar que los planes de estudios de los Institutos y las Universidades,
estén cada vez más centrados en la tecnologías avanzadas de la
información, las nanotecnologías y las biotecnologías, así como la en la
geología, la ecología, y en fin en habilidades profesionales técnicas y
laborales que necesitarán para vivir y trabajar en la economía sostenible de
la Tercera Revolución Industrial.
3. 5. FORTALECER EL PAPEL DEL ESTADO
EN LA ECONOMÍA
La progresiva liberalización de los sectores económicos estratégicos del país así
como la privatización y desregularización del sistema financiero han propiciado una
situación de debilidad del Estado frente a los poderes empresariales y financieros
(nacionales e internacionales). Se ha limitado seriamente la capacidad estatal de
intervención en la economía para poder garantizar su función social. Al ser gestionados
los sectores estratégicos de la economía por empresas privadas, regidas por el derecho
privado, disminuye la capacidad del Estado para hacer valer los principios
constitucionales que establecen que toda la riqueza del país está subordinada al interés
general.
Para contrarrestar esta situación, planteamos desarrollar el artículo 128 de la
Constitución Española de 1978 que dice: "Toda la riqueza del país en sus distintas
formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general. Se reconoce
62
la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante ley se podrá reservar el
sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio, y
así mismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiera el interés
general.”
Hemos de vencer el estereotipo que afirma que el sector público de la economía
es ineficiente y deficitario por naturaleza, y que solo debe estar presente donde no lo
está el sector privado. Las empresas y los servicios públicos abordan temas esenciales,
estratégicos, para la vida de la sociedad. El falso dilema de la competencia desleal entre
lo público y lo privado, fomentado por la ideología integrista del capitalismo neoliberal,
no nos debe hacer renunciar a nuestro objetivo de una sociedad más justa y equitativa.
Objetivo que requiere para poder ser alcanzado de la fuerza reguladora y transformadora
de un potente sector publico de la economía.
PROPUESTAS:







Intervenir desde el Estado en ámbitos empresariales o financieros para
corregir las perversiones del sistema económico actual.
Legislar sobre la necesaria adquisición por parte del Estado de acciones y
participaciones de las empresas que reciban ayudas públicas, en la justa
proporcionalidad que la ley establezca, y garantizar mediante de
mecanismos de supervisión y control que el destino de las ayudas se aplica
correctamente y cumplen su cometido.
Crear de empresas públicas o mixtas en sectores de futuro y reforzar los
servicios públicos esenciales.
Completa transparencia en actividades y posicionamientos de los
representantes públicos que forman parte de los consejos de
administración y de gestión de las empresas públicas y privadas.
Recuperar la iniciativa en el desarrollo de la industria de las energías
renovables. Frente a lo que el Partido Popular ha hecho frenando su
implantación, hay que realizar una campaña de difusión clara y
transparente que deje constancia de que en materia de energía, la salida a
medio y largo plazo está con las renovables mas allá de los intereses que
las empresas ligadas a las energía fósiles están “vendiendo”.2
Socializar los beneficios que producen la implantación de energías
renovables, más allá de posibilitar que la ganancia obtenida por una gran
inversión, sea rentable sensiblemente solo para un núcleo urbano o para
una gran empresa multinacional, y no para una comarca, la economía local
o el tejido social.
El déficit público debe servir, prioritariamente, para financiar las
inversiones públicas y los servicios públicos; de tal forma que el Estado
genere empleo, riqueza y bienestar a la totalidad de la ciudadanía.
3.6. BANCA PÚBLICA
2
Hay que potenciar el autoconsumo. En Alemania el 50% está en manos de particulares.
63
En las Jornadas Federales de IS de 2009 ya propusimos: “Avanzar hacia una
regulación efectiva del sistema financiero internacional y hacia un sistema financiero
nacional mejor articulado y más eficaz en cuanto al crédito a PYMES, familias e
individuos, erradicar los paraísos fiscales en todas sus variantes y poner en práctica un
impuesto sobre las transacciones financieras, recuperando formas nuevas de banca
pública, operativas y eficaces, más allá del ICO".
PROPUESTAS:





Recuperación y puesta en marcha de una banca pública articulada a través
de mecanismos de gestión y participación democrática.
Incorporación al sector publico de la economía de las Cajas de Ahorro que
hayan sido (o sean) refinanciadas por el Estado.
En los casos en que sea necesaria la intervención estatal en ayuda de la
banca privada, esta comportará la adquisición de participaciones de la
misma, en pro de su nacionalización.
Creación de una banca pública europea.
Aplicación de sistemas de trazabilidad, disponibles para el público, sobre
las inversiones de la banca. Y hacer del Banco Europeo de Inversiones un
instrumento más transparente.
3.7. COOPERATIVISMO Y ECONOMÍA SOCIAL
Como socialistas es fundamental aplicar nuestros principios y los de la
Constitución Española de 1978 que establecen la función social de la economía y las
vías para el acceso de los trabajadores al control de los medios de producción. En marzo
del 2011 el Congreso de los Diputados aprobó por unanimidad la Ley de Economía
Social. Para su desarrollo reclamamos tener en cuenta el Art. 129.2 de la Constitución
que dice: "Los poderes públicos promoverán eficazmente las diversas formas de
participación en la empresa y fomentarán, mediante una legislación adecuada, las
sociedades cooperativas. También establecerán los medios que faciliten el acceso de los
trabajadores a la propiedad de los medios de producción.”
El movimiento cooperativo debe ser uno de los instrumentos que sean parte de
las fuerzas transformadoras de la sociedad capitalista por su naturaleza de organización
de trabajadores libres asociados. Sin embargo, esta característica no podrá desarrollarse
nunca en su máxima expresión hasta que se plantee desde unas líneas de izquierdas,
fundamentadas en la conciencia de clase y el empoderamiento de la ciudadanía, que
puedan generar dinámicas de construcción de lo nuevo, del socialismo, y no sólo de
gestión o como unidades aisladas y no alternativas dentro del capitalismo. Así se podrá
avanzar en la eliminación de los antagonismos entre el capital y el trabajo. Debe
también considerarse como un elemento y agente fundamental dentro de una
concepción participativa y democrática de la planificación de la economía.
Además, debemos apoyar que la Tercera Revolución Industrial en la que nos
encontramos, en torno a la tecnología de la comunicación de internet y las energías
renovables, prescinda del poder jerárquico y se aproxime al poder lateral, aprovechando
la potencialidad del Tercer Sector. Es el que gira en torno a la sociedad civil,
complementario al sector público y al sector privado. En este ámbito, rentabilizar el
64
recorrido que hay en la generación de empleo en las organizaciones sin ánimo de lucro,
que es rentable, a diferencia de lo que piensa la derecha, y que representa en países
como Holanda, un 15,9% del empleo remunerado, muy por encima de los incluidos en
la construcción, el transporte o en la mayoría de los sectores industriales. Para el PP, el
tercer sector es contrario a su ideología económica liberal. En el tercer sector, el
denominador común es la primacía de los intereses de las personas trabajadoras y de
los/las consumidores/as, y con un fin social comprometido con el desarrollo local, la
cohesión y la sostenibilidad. Desde el PSOE se apoyará el mantenimiento del tercer
sector.
PROPUESTAS:




Fomentar desde las administraciones y la banca públicas cooperativas para
el autoempleo de los trabajadores que lo planteen y los parados.
Regular el cierre patronal de empresas en pro del acceso a la propiedad de
los medios de producción por parte de sus trabajadores bajo la forma de
empresa cooperativa.
Apoyar los proyectos de banca ética, banca ciudadana o cooperativas de
crédito claramente vinculadas al territorio y a la ciudadanía, en una clara
línea de reforzar y empoderar a los trabajadores y ciudadanos frente a los
poderes financieros privados.
Establecer recursos financieros, técnicos, administrativos y jurídicos para
apoyar a las cooperativas, entre los que se deberían contemplar los
microcréditos3, así como medidas de apoyo fiscal y creación del Fondo de
los asalariados.
3.8. FISCALIDAD.
Planteamos un sistema tributario más equitativo y solidario que cumpla con el
principio de justicia fiscal contemplado en la Constitución española.



PROPUESTAS PARA UNA FISCALIDAD GLOBAL
Establecer impuestos especiales sobre los beneficios de las grandes
empresas transnacionales para poder abordar con celeridad y seriedad
políticas de desarrollo en el mundo.
Implantar una Tasa sobre las Transacciones Financieras Internacionales,
cuyo fondo, además de facilitar la estabilidad del sistema financiero,
permita canalizar importantes recursos para combatir la pobreza, el
3
Estudiar y apoyar algunas herramientas para el desarrollo del instrumento de los “MICROCRÉDITOS”.
Los microcréditos nacieron como pequeños préstamos realizados a personas sin recursos, a las que los
bancos tradicionales no conceden préstamos. Los microcréditos han posibilitado, especialmente en
países en vías de desarrollo, que muchas personas sin recursos puedan llevar a cabo proyectos laborales
por su cuenta que les reviertan ingresos. En la situación actual, este modelo es exportable a las
sociedades occidentales, en un momento en el que los bancos tradicionales no están concediendo
créditos a la ciudadanía para emprender pequeños negocios, o para solventar pequeñas deudas .
65
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hambre y la marginación social.
Suprimir todos los paraísos fiscales.
Avanzar en la armonización a nivel mundial de las condiciones de
inversión y trabajo, hasta alcanzar una igualdad en su regulación y el
tratamiento de los mismos.
Reforzar el principio de progresividad fiscal.
Mejorar el tratamiento fiscal de las familias y de las rentas del trabajo.
Restablecer el Impuesto de Patrimonio, elevando sustancialmente el
mínimo exento e incrementando más progresivamente el tipo impositivo.
Recuperar el impuesto sobre sucesiones.
Introducir modificaciones fiscales adecuadas para que los diversos
instrumentos de inversión, (Fondos, SICAV, etc.), tributen de forma
significativa y en proporción a sus beneficios. Restablecer la competencia
del control fiscal de las SICAV a la Inspección de Hacienda del Estado.
Reforma de la Agencia Tributaria para dotarla de los medios humanos y
recursos suficientes para poder fiscalizar a cualquier empresa
independientemente de su tamaño, localización o entidad. Introducir
mecanismos de control e incompatibilidades para las relaciones del
funcionariado de la Agencia Tributaria con las entidades fiscalizadas.
Control y regulación de los entes financieros y sus beneficios. Fijar una
nueva imposición sobre los beneficios bancarios.
Reglar por ley los topes máximos de los sueldos, bonos y primas de altos
cargos, ejecutivos, miembros de Consejos de Administración y otros
colectivos donde la opacidad fiscal resulta no sólo evidente sino, en
demasiados casos, flagrante y absolutamente insolidaria con el conjunto de
la sociedad española.
Instaurar una figura tributaria que grave las grandes fortunas y
desincentive la especulación sobre capital o solares sin edificar.
Establecer un tipo impositivo por tramos para las rentas de capital que por
lo menos sea igual a las rentas del trabajo.
Tratamiento fiscal diferenciado de bancos públicos, empresas públicas,
sociedades laborales y cooperativas, dada su contribución especifica al
bienestar general.
Control fiscal sobre las Unit Linked y los Hedge Funds (fondos de
cobertura), pues ambos son inversiones especulativas.
Suprimir la asignación tributaria del 0,7 % a la Iglesia Católica, así como
la exención del IBI, unido a la denuncia y petición de abolición del
Concordato.
Impulsar toda clase de iniciativas parlamentarias y sociales para frenar el
aumento del IVA en todo lo referido a la Cultura, Educación y Deporte.
 CONTRA EL FRAUDE FISCAL
El fraude Fiscal es una práctica muy común entre las grandes
familias, las grandes empresas y la gran banca. Curiosamente la gran mayoría de
investigaciones de fraude fiscal de la Agencia Tributaria se centra en los autónomos y
profesionales liberales, cuyo fraude fiscal representa -según los técnicos de la Agencia
Tributaria del Estado español- sólo el 8% del fraude fiscal total.
66
El Gobierno del PP el 30 de marzo de 2012, utilizando expresiones como
"excepcional y extraordinaria", puso en marcha lo que eufemísticamente llamó
"Programa especial de regularización de activos ocultos". No quería utilizar la
definición 'amnistía fiscal', que era de lo que se trataba. Cristóbal Montoro, el gran
impulsor de la idea, anunció que se aflorarían así 25.000 millones del dinero oculto. Y
puesto que la ley sólo gravaba con el 10% ese blanqueo (muy por debajo de los que
pagan quienes no son defraudadores), esperaba recaudar 2.500 millones... La medida ha
sido un gran fracaso: de todo el dinero anunciado han llegado tan solo 50 millones. O
sea, un 2% de lo previsto.
La Ley era de tan dudosa legalidad, que el PSOE la recurrió ante el Tribunal
Constitucional, tribunal que aceptó la demanda. En el recurso se razonaba que esa Ley
favorecía a los defraudadores, ya que los contribuyentes que cumplen con sus
obligaciones deben pagar un 43%, mientras que a los defraudadores se les permitía
‘blanquear’ los fondos ocultos o evadidos con tan sólo el pago de un 10%. En la ley, el
Gobierno se comprometía a no investigar ni tomar represalia alguna contra los
defraudadores, ni siquiera sobre el origen del capital. Es decir, que el dinero ‘limpiado’
podría lo mismo venir de cuentas de evasores en paraísos fiscales, como proceder de la
comisión de delitos, incluidos por supuesto, prostitución o narcotráfico.
Reclamamos derogar esa Ley por disminuir la eficiencia de la lucha contra el
fraude y la evasión de capitales así como permitir el blanqueo de capitales de cualquier
procedencia delictiva. Pedimos que se investigue el capital acogido a la Ley, su
tipificación correspondiente y multar adecuadamente.
3.9. RENTA BÁSICA DE CIUDADANÍA (RB)
La RB es “derecho de todo ciudadano a recibir una renta universal e
incondicionada de forma remunerada e independientemente de cuáles sean las otras
posibles fuentes de renta y sin importar con quien viva”. La RB se debe convertir en el
eje de un programa de implementación de lo público con carácter emancipador. Esto a
su vez supone “no desvincular” este nuevo derecho de una política sobre el empleo y
profundización de lo público.
Este nuevo derecho [que no hay que confundir ni con un Impuesto negativo, ni
con una Renta Mínima de Inserción] tiene su propia historia que va unida a la crisis del
Estado de Bienestar. Y al mismo tiempo pretende la transformación y profundización
del Estado Social. Este derecho se propugna a partir de la crisis de 1973, y en principio,
de forma liberal y desvinculada del trabajo. Hay que tener en cuenta que el triunfo de la
política e ideología del neoliberalismo [triunfo que incluso penetra en la ideología
socialista danto lugar a lo que se conoce como la Tercera vía (social-liberalismo]
conlleva a la desaparición de las conquistas sociales y económicas del movimiento
obrero y la desaparición del salario diferido ante la privatización de todos los ámbitos de
la vida social.
El triunfo del Individualismo con la “individualización” de las relaciones
sociales ha llevado a la flexibilización y a la penalización del parado, al mismo tiempo
que a una demonización del sindicalismo. La RB es “derecho de todo ciudadano a
recibir una renta universal e incondicionada de forma remunerada e independientemente
67
de cuáles sean las otras posibles fuentes de renta y sin importar con quien viva”. Desde
el Socialismo, la RB se debe convertir en el eje de un programa de implementación de
lo público con carácter emancipador. Esto a su vez supone “no desvincular” este nuevo
derecho de un política sobre el empleo y profundización de lo público.
PROPUESTAS:


Una RB de cuantía igual o superior al umbral de pobreza o al SMI (Salario
Mínimo Interprofesional) que puede permitir que los individuos rompan
sus lazos de dependencia.
Concebir la RB como una palanca para el acceso efectivo al trabajo. El
acceso al trabajo es un derecho y nunca debe ser concebido como una
obligación tal como hace el workfare.
La política de la RB debe ir unida a:
 Defensa de lo público. Lo que supone unos servicios básicos que sean
gratuitos. Es decir, los servicios indispensables que cualquier familia
necesita para mantenerse deben ser gratuitos, por consiguiente,
aprovisionados unos por Ayuntamientos, o por gobiernos de comunidad, al
menos mientras dure el desempleo de los trabajadores.
 Regulación del mercado de trabajo. El socialismo debe recuperar
determinadas medidas que protegen al trabajo, fundamentalmente:
 reducción de la jornada laboral a 35 horas sin rebaja de salario,
 la eliminación de las horas extraordinarias; incentivar los
contratos
indefinidos y penalizar los precarios;
 no discriminación por género lo que supone igualar los niveles de
salarios entre hombres y mujeres
 Como medida transitoria hacia la RB defender y propugnar la Renta
Básica por desempleo. Consiste que a todos los parados, y a familias que
se encuentren en extrema precariedad, la Administración les debería
conceder una Renta básica por desempleo al menos mientras duren tales
situaciones.
3.10. POLÍTICA INTERNACIONAL
Desde Izquierda Socialista, tanto para España como para las líneas que debe
seguir nuestro partido, defendemos una política exterior para España de no
subordinación, autónoma y multilateral. Con los ejes europeo, mediterráneo y
latinoamericano como prioridades. Una política de paz, a favor de los desheredados de
la tierra, de cooperación seria y rigurosa. Una política de compromisos reales,
verificables. De tolerancia cero a la explotación, al genocidio, a la tortura, a la
impunidad, al racismo y a la violación de los DD.HH.
Propugnamos una Europa social y de derechos. Con una economía socialista de
mercado que desarrolle el alma progresista y de izquierdas de Europa. Preconizamos
una política exterior y de defensa europea inteligente, autónoma, tendente a evitar las
derivas imperiales. Que ayude a resolver graves problemas como el de Oriente Medio.
En este sentido, la OTAN, como instrumento de la política imperialista de EEUU y de
68
las burguesías capitalistas, no sirve a ningún propósito de defensa de la democracia ni
de los DD.HH. Reclamamos su superación y abandono por parte de los países que
quieran defender posiciones de progreso y paz. Esto es condición fundamental para
poder construir una fuerza de paz neutral al servicio de las Naciones Unidas y de sus
principios.
El PSOE debe situarse a la cabeza de un amplio movimiento de la izquierda
europea para construir la Europa Social, la Europa de los derechos y las
responsabilidades, la Europa de la cultura y del respeto a la diversidad. Hay que
dinamizar, democratizar y llenar de contenido tanto la Internacional Socialista como el
Partido de los Socialistas Europeos. El internacionalismo obrero es una de nuestras
señas de identidad, que debe potenciarse más que nunca.
PROPUESTAS:
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

Respeto de los Tratados Internacionales suscritos por España
Apoyo a las fuerzas democráticas, progresistas, laicas, de izquierdas,
que impulsan transiciones democráticas en el mundo árabe y países
musulmanes.
Clarificación del calendario y misión de FFAA españolas en
Afganistán.
Reivindicación del abandono de la OTAN y de la clausura de las
bases militares estadounidenses en España, y exportación de la
propuesta al resto de países europeos.
Proponer en la UE el bloqueo de las relaciones comerciales con
Israel en tanto en cuanto no se aborde definitivamente un proceso de
paz.
Apoyo al reconocimiento del Estado palestino y a la reparación a las
víctimas de la Nakba.
Apuesta por el diálogo multilateral para alcanzar la
autodeterminación del pueblo saharaui. En tanto no se logre, apoyo
al reconocimiento de la RADS como legítimo estado del Sahara
Occidental.
Apoyo a los procesos de integración en América Latina y
reforzamiento de las relaciones bilaterales con todos los países de la
región. En especial, como socialistas, defenderemos la interacción
con los países del ALBA y UNASUR.
Reforzamiento de la AECID y de las políticas de cooperación
internacional al desarrollo, especialmente en el Mediterráneo, África
subsahariana y América Latina.
Defensa de la abolición del antidemocrático derecho de veto de los
países del Consejo de Seguridad de la ONU.
4.- HACIA EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI
El Estado de Bienestar es el modelo de estado social y de derecho conseguido en
la segunda mitad del siglo XX en la Europa Occidental, y ha supuesto para sus pueblos
69
uno de los mayores niveles de progreso, igualdad, ampliación de derechos y cotas de
prosperidad y justicia social nunca conseguidos. Este modelo considera que todos los
ciudadanos tienen los mismos derechos a lograr unas determinadas cotas de bienestar.
Cuando existen colectivos que no pueden acceder a esas cotas, se intenta ponen en
marcha por parte de las administraciones públicas mecanismos correctores para
solucionar esta situación.
Así, es comúnmente aceptado que se intervenga para modificar el medio social y
mejorar las condiciones de vida si son negativas o perjudiciales para determinados
grupos humanos. Se actúa sobre las necesidades y sobre todos aquellos aspectos que las
generan. Se asume que son problemas sociales y por tanto afectan a grupos y
comunidades. También se considera que es fundamental la participación activa de los
ciudadanos, de tal manera que las instituciones públicas diseñan actuaciones generales
tendentes a mejorar la situación colectiva en aspectos como el empleo, la distribución de
los recursos, etc. Igualmente son las administraciones públicas las que mediante
actuaciones específicas tratan de resolver determinados problemas concretos (pobreza,
exclusión social o marginalidad) y organizar la satisfacción de necesidades básicas
como la educación, la sanidad, la vivienda, etc.
España es el país de la UE-15 (el grupo de países más ricos de la UE) que tiene
el gasto público social por habitante más bajo. Debemos saber, sin embargo, que pese a
los grandes avances realizados por los gobiernos socialistas a partir de 1982 en la
construcción del Estado del Bienestar, en nuestro país siempre ha sido deficitario, y
llegó cuando en Europa se iniciaba la ofensiva neocon para su desmantelamiento.
Ahora bien, sabemos que el llamado “Estado de Bienestar” es también el concepto que
nos ha ofrecido el sistema capitalista para justificarse y hacernos creer que en ese
sistema el Estado de Bienestar es posible, y que incluso es el objetivo del sistema. Sin
embargo, a la vez nos hace saber que hay otros elementos más importantes que hemos
de respetar en el sistema y que son prioritarios, como el máximo beneficio, la
desigualdad intrínseca al ser humano, la necesidad de sacrificio de los desfavorecidos y
sobre todo que el poder lo detenta el capital y no el ciudadano.
El “Estado de Bienestar” solo puede conseguirse de una forma general y
permanente cuando el poder está en manos de los ciudadanos. Esto solo se consigue en
una sociedad socialista porque es su objetivo y su fin. No podemos seguir hablando de
un “Estado de Bienestar” muy limitado que no depende de nosotros, y que en puridad y
a nivel mundial se ha basado en la explotación de otros hombres, otros países y otras
sociedades.
Debemos tener en cuenta también que el Estado del Bienestar fue resultado de
un gran pacto social en Occidente tras la II Guerra Mundial entre las clases burguesas,
la derecha, y la socialdemocracia, el movimiento obrero, ante la presión soviética y la
fuerza revolucionaria de la izquierda en Europa tras la derrota del fascismo.
Una vez desaparecido el bloque soviético tras la caída del muro de Berlín y el
hundimiento de la URSS, la desaparición de esa presión, del contrapoder, y la entrada
en los circuitos del mercado occidental de grandes reservas de mano de obra
procedentes del Este, la necesidad del pacto, para la derecha, para la burguesía
capitalista occidental, deja de existir. Un pacto, y su producto, sólo se pueden
70
materializar cuando ambas partes lo necesitan. Por lo tanto, la derecha procede al ataque
y desmantelamiento de ese Estado del Bienestar. Podemos verlo claramente en nuestro
país con el gigantesco ataque a los servicios públicos, el gran recorte en gasto social
que lleva a cabo la derecha y mayores niveles de recesión a los que nos llevarán, dado el
gran nivel de endeudamiento de la población y por tanto la previsible reducción de
demanda de bienes y servicios, que ya se está viendo. Así se están agravando tanto el
estancamiento de la economía como los niveles de pobreza, malestar social e
incertidumbre.
Ante este panorama, desde la izquierda, y desde los partidos socialistas y
organizaciones obreras, debemos ser conscientes de que nos adentramos en un nuevo
periodo histórico, en el que las condiciones políticas que hicieron posible el pacto del
Estado del Bienestar se han difuminado. En este nuevo periodo no podemos renunciar
ni uno sólo de los derechos y avances conseguidos, y debemos luchar sin cuartel por la
reconquista de los derechos sociales y laborales que la derecha recorta en su afán por
destruir los logros del Estado del Bienestar. Pero no debemos plantearnos el retorno a
una foto fija de un modelo que sea considerado fin en sí mismo, sino que debemos
avanzar, desde la conciencia de los progresos y conquistas del movimiento obrero, y con
la referencia del Estado del Bienestar como punto partida de mínimos, hacia un nuevo
modelo.
El capitalismo se muestra en los mecanismos de su propia crisis en toda su
crudeza, dispuesto al sacrificio tanto de los progresos y bienestar del esfuerzo de más de
un siglo en Europa como de la misma democracia, por lo que debemos plantarnos su
superación como modelo nocivo y gravemente dañino para el bienestar de la sociedad y
de su ciudadanía. Hoy más que nunca, la consigna "socialismo o barbarie" resulta
especialmente clara. El combate por los derechos sociales y laborales debe plantearse
por parte de las fuerzas de izquierdas y ciudadanía de progreso desde la puesta en
marcha de la transición democrática hacia el socialismo, hacia el socialismo del siglo
XXI.
4.1. EDUCACIÓN
Recientemente se han cumplido 80 años de la proclamación de la Segunda
República y 75 años del Golpe de Estado del 18 de julio 1936. Se sabía que la
educación era el único modo de sacar a España del atraso secular en la que estaba
sumida. La sublevación militar acabó con los logros educativos alcanzados en poco
tiempo por la Republica: una Escuela Pública, obligatoria, laica, mixta, inspirada en el
ideal de la solidaridad humana; el mejor Plan Profesional de Formación de maestros que
haya existido nunca; un respeto profundo a la diversidad de las lenguas y de las culturas
de España; la creación de más de 27.000 escuelas en lo que era un coto privado de unos
cuantos; una escuela auténticamente laica sin privilegios ni imposiciones para nadie;
una escuela democrática; una enseñanza pensada en el quehacer protagonista del
alumno.
España es hoy una democracia. Desde la muerte del Dictador el país ha
cambiado profundamente. Pero quienes creemos en el auténtico valor de la democracia
republicana y queremos salvaguardarla, pensamos que aún hay un largo camino por
recorrer.
La actual sociedad capitalista, desaforadamente
consumista
y
generadora de amplias bolsas de pobreza y exclusión, no hace sino aumentar las
71
desigualdades sociales y fragmentar cada vez más la sociedad entre los que pueden y no
pueden económicamente.
La educación ha de aportar una profunda carga de valores que encamine a las
personas a transformarse ellas mismas y a transformar a la sociedad en la que viven. La
importancia de la educación se ve acentuada en medio de la crisis.
PROPUESTAS:









Educación pública, democrática, laica y de calidad como garante del
derecho a la educación de todas y todos en condiciones de igualdad,
desde las escuelas infantiles a las Universidades o a la educación de
las personas adultas, estableciendo por ley unos mínimos de calidad
para la educación pública, que impida que se tengan derechos
diferentes en función de la Comunidad en la que vivan.
Recuperación en los Centros Educativos de la asignatura de
"Educación para la ciudadanía".
Fomento de planes de enseñanza donde la solidaridad, el civismo,
respeto, interculturalidad y pluralidad prevalezcan frente a la
rivalidad, competencia e individualismo.
Creación de escuelas públicas infantiles de 0 a 3 años.
Las Administraciones educativas deben, ante todo, reforzar el papel
de los centros públicos como red vertebradora de la oferta educativa
y sólo deben mantener conciertos con los centros privados que estén
dispuestos a atender a todo el alumnado, sin ningún tipo de
discriminación, a hacer efectivo el principio de gratuidad y a llevar a
cabo una gestión transparente y controlable socialmente. Se debe
tender hacia la eliminación progresiva de los concertados. Además,
con centros suficientes para que sobre todo los alumnos y alumnas
de Primaria no tengan que hacer desplazamientos fuera de su barrio.
Construcción de centros educativos públicos, a todos los niveles,
suficientes para la población actual y planificación de la estructura
de centros y número de plazas de alumnos para albergar todas las
necesidades y previsión futura del alumnado, participando en la
elaboración los agentes sociales, con el fin de reducir la ratio por
clase tanto en los C.E.I.P como en los I. E. S. y acabar con los
“barracones”.
Garantizar que en suelo público sólo se construyan centros
educativos públicos, con gestión pública, incurriendo en grave
gestión la utilización de dicho suelo por centros privados bien sean
cooperativas o religiosos no pudiendo tampoco permutar este suelo
por otro alejado de las necesidades de plazas.
Dotar a los C.E.I.P. del profesorado necesario: profesores de apoyo
para educación infantil, profesores de pedagogía terapéutica,
logopedia, inglés, educación física, música y educadores que
refuercen a los tutores de alumnos con necesidades educativas
especiales.
Adoptar las medidas necesarias, en las comunidades con lengua
72















propia, para que cuando el alumnado termine la educación primaria
tenga las competencias básicas para poder expresarse correctamente
en las dos lenguas oficiales y poder comunicarse en una lengua
extranjera. Dotar a los colegios que adopten el trilingüismo de
profesorado especializado fijo.
Defensa de escuela inclusiva, igualitaria e intercultural
Con respecto a los I.E.S. en el 1º y 2º ciclo de la E.S.O. se adjudicará
el profesorado teniendo en cuenta su especialidad.
Garantizar que en todas las autonomías se tenga un ordenador por
alumno, junto con las pizarras digitales necesarias para el centro.
Toda dotación informática debe funcionar con Software Libre, que
será promovido y potenciado.
Diseño, ejecución y evaluación de la eficacia de todos los programas
que sean necesarios para compensar las deficiencias del alumnado,
con la finalidad de que no abandonen el sistema educativo durante
las etapas obligatorias y obtengan el título de Graduado.
Los estudiantes que más lo necesitan se beneficiarán de la ayuda
individual para que al en cinco años, el número de jóvenes que
abandonan la escuela sin calificaciones se reduzca a la mitad.
Actuar para que el alumnado con titulación de graduado en ESO
continúe realizando estudios post-obligatorios, sobretodo, los de
formación profesional de Grado Medio y Superior, necesarios para el
desarrollo económico y social de nuestra sociedad.
Desarrollo de métodos para luchar contra la precariedad de la
juventud. dando a los jóvenes escolarizados, una solución de
formación, aprendizaje o servicio cívico.
Impulso de iniciativas parlamentarias y sociales para frenar el
aumento del IVA en el material escolar.
Potenciación de la formación profesional, con, entre otras medidas,
la creación los puestos de trabajo adicionales en la educación que
cubran todos los oficios.
Postgrados de especialización para tarea docente y formación
continúa del profesorado. Obligatoriedad de mantener los Centros de
Formación de Profesores en las diferentes comunidades.
Defensa del principio de autonomía universitaria, compatible con la
existencia de una política estatal de Universidades y de
Investigación.
Total oposición a la separación de niños y niñas en cualquier tipo de
centro educativo.
Promover la colaboración del Consejo Escolar Municipal y, por
ende, de la Administración municipal con las Asociaciones de Padres
y Madres de Alumnos para desarrollar actividades dirigidas a
combatir el abandono escolar temprano y el absentismo escolar.
Promover y potenciar centros de apoyo familiar, que formen a los
padres y a las madres en los procesos de aprendizaje y que les
permitan una mayor implicación y seguimiento en la educación de
sus hijos.
Promover medidas que permitan la asistencia de los padres a las
73

reuniones con los profesores de sus hijos.
Incorporar una tercera hora, no sólo en primaria, sino en ESO y
Bachillerato en Educación Física, para la creación de hábitos
saludables entre la juventud la corrección de posturas erróneos cada
vez más generalizadas, la necesidad de movimiento y los valores
necesarios para el desarrollo integral y la prevención de
enfermedades ligadas al sedentarismo, son motivos más que
suficientes, entre muchos otros, para la consolidación de la cultura
física entre nuestros jóvenes.
4.2. I+D+i
El actual modelo de desarrollo conduce a la tercerización de la economía en
detrimento de los otros sectores productivos, del medio ambiente, del empleo y de la
calidad de vida. Hoy, para avanzar hacia un crecimiento más sostenible y equilibrado,
ha de producirse una redimensión de los componentes sectoriales del PIB y del VAB en
favor de incrementar el peso de la economía industrial, de la economía del conocimiento
(I+D+i), del sector de las energías alternativas (3ª revolución energética), de
determinados subsectores emergentes con potencial y de distintos servicios avanzados.
Todo ello para fomentar la economía productiva, las nuevas tecnologías, la
economía digital como clave para un nuevo crecimiento, el capital humano y social, el
desarrollo endógeno (territorios inteligentes) y la “economía de proximidad”.
Será necesaria la activa intervención del Estado en la orientación y desarrollo
de las políticas económica e industrial, frente al actual predominio del capitalismo
especulativo y depredador o de intereses de grandes megacorporaciones.
PROPUESTAS:






Desarrollo y aplicación de la Ley de la Ciencia.
Medidas para el retorno de la diáspora profesional joven y la
inserción de becarios de investigación.
Apoyo a proyectos y grupos transdisciplinares e internacionales de
investigación.
Defensa de las instituciones públicas en la producción y
transferencia de conocimientos.
Propiciar que los logros y beneficios en I+D+i beneficien a todos los
ciudadanos y ciudadanas y no solamente a las empresas.
Como elemento fundamental para estas medidas, innovación y
desarrollo potenciados a través de una red de institutos tecnológicos
públicos, apostando por la excelencia y la calidad.
4.3. SANIDAD
La Sanidad Pública, universal, de calidad y gratuita, ha sido la base fundamental
para el desarrollo del Estado del Bienestar y es uno de los pilares para asegurar la
solidaridad y la equidad dentro de la sociedad.
En los últimos años se observa una campaña generalizada y sistemática para
74
desprestigiar y desmantelar los sistemas públicos de salud, coincidiendo con el auge del
capitalismo neoliberal, que quiere privatizar los sistemas sanitarios públicos y que busca
en ellos una oportunidad de negocio. Los grandes perdedores de estas políticas de
desmantelamiento de los servicios públicos de salud y sanitarios son los ciudadanos. La
calidad de los servicios empeorará, además de tener los modelos privatizados unos
costes muy superiores. Los ciudadanos se verán obligados a pagar para poder utilizar
los centros asistenciales y una parte de la población, la más pobre y la más enferma, se
verá excluida de los sistemas sanitarios.
Nos oponemos a la implantación de sistemas de copago, o más bien repago,
tasas o tickets moderadores, cualquier fórmula de privatización, por medio de
fundaciones o tipos de gestión privada, denunciamos el llamado "modelo Alzira",
fórmula de privatización radical de la atención médica, que externaliza a una empresa
privada con ánimo de lucro todo el servicio sanitario público de la población de un
territorio, en régimen de monopolio, a través de una concesión administrativa.
Ahora, el gobierno del PP, se ha lanzado ya abiertamente a la privatización de la
sanidad y a la degradación deliberada del sistema sanitario público. La asistencia
sanitaria es un bien de primera necesidad. Es por tanto un derecho mínimo para el ser
humano una asistencia sanitaria de calidad. No se trata de un servicio que se pueda regir
meramente por el coste-beneficio.
El Estado debe garantizar este derecho tal y como afirma la Constitución en el
artículo 43, donde se reconoce el derecho a la protección de la salud, y se afirma que
"compete a los poderes públicos organizar y tutelar la salud pública a través de
medidas preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios. La ley establecerá los
derechos y deberes de todos al respecto.”
Dicen que “el sistema actual se encuentra obsoleto”, afirmación que es falsa. El
sistema sanitario español, hasta ahora, era, reconocido por la OMS, el séptimo mejor del
mundo, siendo además el que más cobertura y de mejor calidad ofrecía a menor coste
para el Estado. La salud es un derecho fundamental reconocido por la Constitución, no
una mercancía, y nos oponemos firmemente a las políticas privatizadoras del PP.
PROPUESTAS:




Impulsar una política sanitaria al servicio de la cultura democrática
de servicio público, con rendición de cuentas y participación
profesional y ciudadana en los aspectos que les afectan.
Aumentar la financiación y el control del gasto sanitario, con
criterios de suficiencia y eficiencia: gestión honrada y eficaz; control
del elevado absentismo; prohibición de conductas abusivas, como
que en horario pagado por la sanidad pública se trabaje en la sanidad
privada; crear dispensarios de medicamentos en los Centros de
Atención Primaria.
Poner al día la red hospitalaria y potenciar los centros de atención
primaria, dotándolos de los equipos y personal especializado
necesario.
Reforzar la aplicación de la Ley 39/2006 para la Autonomía
75



Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia,
sobre todo en lo que afecta a los pagos de las prestaciones
económicas y de servicios, así como al procedimiento:
retroactividad, compatibilidades, resoluciones, desarrollo del
catálogo de servicios y fomento del empleo.
Desarrollo y aplicación de la Ley del aborto. Total oposición a
cualquier contrarreforma que limite los derechos de las mujeres y de
la ciudadanía en este sentido.
Desarrollo y aplicación de la Ley de muerte digna. Cada adulto en
fase avanzada o terminal de una enfermedad incurable, que causa un
sufrimiento insoportable físico o psicológico, y no puede ser
apaciguado, podrá solicitar, bajo condiciones específicas y estrictas,
recibir asistencia medicalizado para poner fin a su vida con dignidad.
Mantener la Estrategia Nacional de Salud Sexual y Reproductiva con
el fin de disminuir los embarazos no deseados y las enfermedades de
transmisión sexual.
4. 4. VIVIENDA
Uno de los factores más importantes para la gestación de la actual crisis, con su
especial virulencia en España, ha sido la especulación urbanística ilimitada. La burbuja
inmobiliaria ha arrastrado en su estallido al resto de la economía y, además, durante su
avance ha conculcado el derecho constitucional a una vivienda digna, convirtiendo un
bien necesario para la vida de las personas en un recurso para la especulación extrema.
Nos encontramos ante la hiriente paradoja de disponer en todo el territorio de
millones de viviendas vacías y que, debido a su exorbitante precio, no son accesibles
para la mayoría de la población. Es exigible a los poderes públicos el cumplimiento del
artículo 47 de la Constitución Española, que dice: “Artículo 47: Todos los españoles
tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos
promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer
efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés
general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que
genere la acción urbanística de los entes públicos.”
Además, si bien es un problema ya gestado con anterioridad y que no supo
encararse desde una óptica socialista para haberlo atajado (si bien ahora se han
presentado interesantes iniciativas parlamentarias al respecto, en un cambio positivo),
durante el último año del gobierno de la derecha ha estallado como un auténtico drama
social la cuestión de los desahucios, en una de las caras más inhumanas del capitalismo
y de la banca, que, ayudada con millones de euros públicos, no tiene el mayor reparo en
arrojar a la calle a miles de familias trabajadoras por deudas sobrevenidas. La sociedad
está dando una fuerte respuesta, con la movilización de la Plataforma de Afectados por
las Hipotecas, y otros colectivos, con quienes debemos entablar relaciones, para tender
tanto puentes de comunicación como para colaborar en iniciativas de apoyo a quienes
sufren las consecuencias de estos abusos, como para apoyar iniciativas de más amplio
calado como la ILP de dación en pago.
PROPUESTAS:
76






Impuestos progresivos sobre los especuladores que poseen gran
cantidad de viviendas vacías.
Intervención directa del Estado en el sector de la vivienda para
garantizar el derecho constitucional a la vivienda. Se necesita una
gran reserva de vivienda pública destinada al alquiler social, a un
precio tasado en función de las necesidades y posibilidades del
destinatario. Las ayudas públicas al sector inmobiliario empresarial
o bancario ha de ser condicionado a permitir y garantizar el acceso
de las personas a su parque de viviendas.
Creación un inventario de los pisos sin ocupar en el que conste de
quien es la propiedad y ofertándolos para su venta a costo o
gravando con un impuesto especial los que a los cinco años de su
construcción figuren sin venderse o alquilarse. En caso de
incumplimiento de las normas anteriores estos pisos pasarán a
considerarse viviendas sociales, recibiendo el propietario el valor,
quitando los gastos, del precio vendido o alquilado.
Las empresas de la construcción, como herramienta de gran
importancia para la consecución de un bien básico como la vivienda,
podrán ser intervenidas por el Estado según la necesidad en pro del
bien común.
Impulso y apoyo, desde las Administraciones Públicas, a las
cooperativas de viviendas, primando modelos de cesión de uso como
nueva forma de propiedad social de la vivienda.
Avanzar hacia la dación de vivienda en pago para cancelación de
hipoteca en casos justificados.
4.5. POLÍTICAS MEDIOAMBIENTALES
Los elementos necesarios para la vida de las personas, aire, agua, tierra y fuego
(energía) son bienes comunes. No pueden ser objeto de apropiación o negocio, de ahí la
necesidad de que los poderes públicos regulen el uso de estos elementos, limitados, que
deben ser accesibles a todos los ciudadanos como un derecho inherente a la persona.
La conjunción del trabajo, el capital y los recursos naturales, son los medios para
la creación de riqueza y obtener los bienes y servicios necesarios para la vida. Si bien en
la teoría clásica solo el capital y el trabajo se contemplaban como elementos de
desarrollo, presuponiendo que los recursos naturales eran inagotables, actualmente
sabemos que estos son limitados y que merecen una atención especial, para que su
capacidad de renovación permita la continuidad de la vida del planeta y asegurar el
bienestar de las actuales y futuras generaciones.
El desarrollo sostenible, capaz de satisfacer las necesidades actuales sin
comprometer los recursos y posibilidades de las futuras generaciones, es uno de los
objetivos que emana de los valores del socialismo: distribución de la riqueza y los
recursos, desarrollo humano, progreso social y profundización de la democracia. Es
urgente el cambio del modelo de desarrollo actual a otro más sobrio, más eficaz y justo.
Ello implica una revolución en los métodos de producción y también en el
comportamiento del consumidor, y en la educación medioambiental tanto en el sistema
educativo como a adultos, vía que hay que desarrollar todavía mucho en nuestro país.
77
PROPUESTAS:











Gestión racional de los recursos existentes, como patrimonio
público. Nacionalización de los recursos naturales y sectores
energéticos estratégicos.
Ordenación racional del territorio y las actividades que se
desarrollan en el mismo.
Gestión integral del ciclo del agua como recurso publico estatal.
Lucha contra el cambio climático.
Continuada apuesta por las energías renovables y compromiso firme
de abandono de la energía nuclear.
Cambiar el sistema de subasta energético y eliminar el déficit
tarifario.
Criterios de sostenibilidad para actividades económicas, urbanismo y
núcleos de población, construcción de viviendas, explotaciones
agropecuarias y actividad pesquera.
Reforzar las políticas de mantenimiento y creación de espacios
naturales y de reforestación.
Medidas contra las diferentes formas de contaminación atmosférica,
terrestre, de las aguas, lumínica y acústica.
Transportes eficientes, suficientes y medioambientalmente limpios.
Optimización de los servicios de transportes públicos. Apoyo al
coche eléctrico
Decidida protección de las costas, denunciando el retroceso en su
defensa que representa la actual Ley de Costas aprobada por el
partido popular.
4.6. POLÍTICAS DE DESARROLLO RURAL
El desarrollo económico de España exige también el desarrollo de los sectores
rurales y agrícolas. En el marco de la creación de una economía sistémica y sostenible el
sector agrario es estratégico. El apoyo al pequeño campesino debe ser un eje clave del
nuevo proyecto socialista ya que esto posibilitará un crecimiento de tipo multipolar y la
consolidación de áreas agrarias productivas. La productividad no sólo se consigue con
tecnología, también con la dignificación del agricultor. La soberanía alimentaria del
país, en el marco europeo, es un objetivo irrenunciable.
PROPUESTAS:





Desarrollo de una agricultura sostenible y respetuosa con el medio
ambiente.
Consolidación de una Red de Escuelas Agrarias
Revisión y modulación de los pagos de la PAC, favoreciendo al
pequeño propietario y a las cooperativas.
Ayudas extraordinarias a las cooperativas que demuestren solvencia
y respeto a los derechos de los trabajadores.
Flexibilización en destino de los fondos FEDER.
78


Apoyo extraordinario a las PYMES en las zonas rurales.
Apoyo a la creación de empresas públicas de titularidad municipal
para la explotación de montes comunales y baldíos.
4.7. CULTURA LIBRE, CULTURA POPULAR
La cultura es una de las más poderosas herramientas que puede ser empleada en
pro de la emancipación humana, colectiva e individual, y como socialistas, debemos
saber usarla y defenderla como pieza clave en la transformación de la sociedad: si
avanzamos hacia cambios estructurales que pretendan construir el socialismo.
En este sentido, vemos cómo el gobierno derechista del PP pretende recortar el
acceso de las clases populares a la cultura, con nuevos impuestos sobre un bien tan
necesario, y cómo las lógicas de mercantilización del capitalismo invaden y mueven los
resortes del mundo y creación culturales. Sin embargo, por un lado las nuevas
tecnologías están ampliando la difusión de la cultura y, por otro las poderosas
industrias vinculadas al mundo de la cultura reaccionan de manera virulenta ante el
cuestionamiento social de lo que consideran su propiedad privada sobre los bienes
culturales. Así ha sucedido en todas las polémicas relacionadas con la SGAE y sus
habituales excesos. En este sentido, la reacción social contra los excesos en materia de
propiedad intelectual ha sido clara, así como el rechazo a las posiciones caracterizadas
por la falta de adecuación ante la realidad social y el quizá excesivo seguidismo de las
industrias comerciales vinculadas a la cultura.
Ahora bien, desde sectores comprometidos y concienciados de la sociedad, hace
tiempo que se ha producido, fomentado y desarrollado una respuesta creativa y en
positivo a las estrecheces del capitalismo en cuanto a propiedad intelectual. Se ha puesto
en marcha lo que se conoce como licencias libres, licencias copyleft, licencias creative
commons, inspiradas en los principios cooperativos, colaborativos, horizontales,
democráticos, del software libre y sus licencias GPL.
En este sentido valoramos las licencias libres como una nueva forma de
socializar la propiedad y la cultura, así como de poner en tela de juicio las concepciones
liberales de la propiedad.
PROPUESTAS:


Redefinición de los derechos de autor clásicos, bajo nuevos
parámetros que primen la digna retribución y bienestar de los
creadores culturales y el valor social de la creación cultural por
encima del afán lucrativo de las industrias capitalistas.
Potenciación del uso de las licencias libres (en sus diversas
concepciones) para la producción cultural e intelectual mediante
medidas de apoyo fiscal y económico a los creadores y creadoras
culturales o autores/as que se decanten por su uso. También
mediante el uso de cuotas en los medios públicos (radio, tv) y en
programaciones culturales de las Administraciones Públicas,
destinadas a su promoción y representación (con los debidos
controles de calidad y profesionalidad).
79







Impulso de la promoción e información sobre estas nuevas formas
de propiedad en los centros de formación cultural de titularidad
pública, reforzando la asistencia técnica para los creadores culturales
que opten por las licencias libres.
Apoyo de la autogestión popular de la cultura, mediante el impulso
por parte de las Administraciones Públicas de redes de centros
cívico-sociales que alberguen iniciativas culturales de base, fuera de
las lógicas de mercantilización de la cultura.
Inclusión de la sociedad civil organizada, a través de mecanismos
efectivos de participación democrática, en la gestión de la cultura y
programación cultural de las Administraciones Pública, así como del
Patrimonio Cultural. Reforma de la Ley de Patrimonio para
consolidar y ampliar la protección del patrimonio inmaterial,
industrial y etnológico, estableciendo medidas de protección
adecuada para los paisajes culturales o históricos y para el
patrimonio popular.
Fomentar las artes escénicas, según modelos descentralizados y en
interacción con las comunidades locales y la sociedad civil
organizada, buscando una difusión social capilar de sus beneficios
sociales, culturales y económicos.
Desarrollar un Plan de Coordinación de políticas culturales para la
puesta en valor y gestión de elementos o conjuntos patrimoniales
compartidos por varias autonomías, para la prevención y combate
del expolio, para la difusión de la producción cultural local, y para la
difusión de todas las lenguas oficiales del Estado.
Impulsar desde los ámbitos partidarios, sindicales, asociativos e
institucionales que sea posible, la puesta en valor de la cultura e
historia del movimiento obrero, como parte de la identidad de la
mayoría de la población y fuente de los derechos y niveles de
bienestar conquistados para toda la sociedad, de modo que sea
herramienta para aumentar la autoestima de las clases populares y
para el desarrollo de la conciencia de clase.
Refuerzo de las sedes del Instituto Cervantes, en lugares con
posibilidades de mayor proyección y abriendo líneas de difusión en
el extranjero de la riqueza lingüística de España, difundiendo
adecuadamente y junto al castellano las demás lenguas oficiales.
4.8. POLÍTICAS DE IGUALDAD
Las politicas de igualdad de género constituyen un eje transversal de nuestro
progama. Durante los gobiernos de la última etapa socialista, hemos construido un
nuevo pilar del estado de bienestar, este ha sido la atención por ley a personas
dependientes.
Lamentablemente los recortes del gobierno de la derecha anacrónica y ultra
conservadora del Partido Popular, que visualiza la clara voluntad de adelgazar el
estado hasta mínimos incapaces de asegurar equilibrios sociales, y asistencia pública a
los ciudadanos, están deshaciendo todos los avances que los socialistas hemos realizado.
80
PROPUESTAS:







Incrementar al 50% la paridad en órganos y velar porque esta sea
real, excepto para aquellos cargos o puestos de trabajo donde el
merito y la capacidad sean condición para su obtención.
Reforma de los permisos de maternidad y paternidad para que ambos
sean iguales, intransferibles y con la misma parte obligatoria,
fomentando la corresponsabilidad.
Lucha contra la violencia machista de manera integral, implicando
también a los hombres en las campañas y políticas concretas.
Promover actuaciones específicas para las mujeres en situaciones de
dificultad o vulnerabilidad, en las que se implique tanto a
instituciones, como a Cuerpos y Fuerzas de Seguridad, como a
sociedad civil.
Integrar la perspectiva de género en el desarrollo de las políticas de
bienestar social.
Fomento de un sistema público universal de atención a la
dependencia para que no se siga cargando sobre las mujeres el
cuidado de las personas adultas dependientes.
Medidas para una racionalización de los horarios que ayuden a
conciliar realmente la vida personal, laboral y familiar.
Exigencia de planes de igualdad para las empresas como condición
para la adjudicación de proyectos subvencionados públicamente.
Aumentar las inspecciones laborales para seguir el cumplimiento de
los planes.
4.9. LA REFORMA DE LA JUSTICIA
PROPUESTAS:

Reformar la Ley de Enjuiciamiento Criminal de 1982. El Ministerio
Fiscal, con los necesarios controles judiciales y parlamentarios que
garanticen la imparcialidad, debe asumir la instrucción penal. El
Juez de Instrucción debe ser sustituido por el Juez de Garantías, y
atribuir la instrucción penal a los Fiscales.

Suprimir la figura del imputado para no vulnerar el principio de
presunción de inocencia.
Actualizar la figura del procesamiento en el procedimiento ordinario
por delitos graves, y rescatar la de la inculpación en el
procedimiento de urgencia por delitos menos graves.
Reformar el Consejo General del Poder Judicial, mediante reforma
constitucional, para que sea realmente el órgano de gobierno de los
jueces, siendo su Presidente elegido por el Parlamento.
Dotar a la administración de justicia de medios materiales y
personales suficientes.
Restablecer la redacción del artículo 23.4 de la Ley Orgánica del
Poder Judicial, 6/1985 de 1 de julio, en garantía de la jurisdicción
81




universal sobre delitos de genocidio, terrorismo y otros.
5.- HACIA LA III REPÚBLICA FEDERAL, LAICA
Y PARTICIPATIVA
Los y las socialistas debemos propugnar la revisión crítica del modelo político
legado por la transición democrática, formular propuestas para una reforma profunda de
la Constitución Española y encabezar la reivindicación por recuperar la forma
republicana de Estado. Hemos de considerar que los conceptos, Estado Federal y
República, forman parte del genoma político del socialismo en España.
5.1. HACIA LA REPUBLICA ESPAÑOLA
Hoy, tras 35 años de la aprobación de la actual Constitución española, ha llegado
el momento de revisarla en profundidad para liberarla de las limitaciones y tutelas que
en aquel contexto de la transición se impusieron por parte de los poderes fácticos
existentes, en un marco de cesión obligada de legitimidades. Ha llegado el momento de
que el mando supremo de las fuerzas armadas españolas deje de estar en manos del Rey
para pasar al Presidente de la República democráticamente elegido.
La configuración de un Estado Español republicano, federal y laico vuelve a
estar en la vanguardia de las reivindicaciones de la ciudadanía. El Partido Socialista
debe recuperar su naturaleza de partido republicano, pues sin la premisa de la elección
libre y democrática de todos y cada uno de los cargos representativos del Estado,
además de contradecir nuestro ideal de igualdad, nunca podrá desarrollarse plenamente
el sistema democrático, y por tanto, quedará incompleta la soberanía popular.
Por ello, el Partido Socialista Obrero Español debe colaborar con los partidos
políticos de izquierdas y con las asociaciones y plataformas que buscan dichos
objetivos, en especial con la Plataforma 14 de abril que agrupa a la inmensa mayoría de
este tipo de organizaciones a nivel estatal, para unificar los esfuerzos en pro de la
consecución de la III República.
PROPUESTAS:




Recuperar los principios republicanos en los Estatutos del PSOE. El
Partido debe restablecer en sus Estatutos la defensa de la República
como forma de Estado, y como horizonte histórico hacia el que
avanzar, desde la evolución y reformas democráticas necesarias del
Estado actual.
Impulsar la recuperación del significado de la II Republica, su
memoria y conmemoración, tanto con la colaboración con partidos
de izquierda y asociaciones y plataformas como la Plataforma 14 de
abril, así como con iniciativas propias.
Integración de los municipios gobernados por el PSOE en la red de
municipios por la III República.
Aplicar la Ley de Memoria Histórica en todos los ámbitos, incluido
82

el de su reforma si procede. La memoria y la dignidad de las
víctimas del franquismo han de ser plenamente salvaguardada por la
democracia española. La apología del franquismo ha de ser
considerada un delito homologable al de terrorismo.
Apoyar la convocatoria de un referéndum para decidir entre
monarquía y republica. La plena ciudadanía española exige aplicar el
derecho a decidir la forma de Estado bajo el que queremos vivir. El
déficit democrático que se arrastra desde los años setenta en los que
no se convocó ese necesario referéndum ha de ser superado en la
actualidad.
5.2. HACIA EL ESTADO FEDERAL
Tras el proceso de recentralización que está realizando actualmente el gobierno
conservador que nos está devolviendo poco a poco al modelo centralista de la etapa
franquista, hay que mostrar en los hechos que la Nación de Naciones que es España
puede aunar la diversidad y la cohesión, la unidad y la pluralidad, la especificidad y la
solidaridad. Hay que recuperar y actualizar la tradición federal del socialismo para
aunar el respeto a la diversidad cultural y al autogobierno con la solidaridad
interterritorial.
En la España federal a la que aspiramos el modelo territorial se articulará en
tres niveles de gobierno. A saber:
nivel estatal: formado por el Gobierno de España y todas las entidades e
instituciones que abarcan el conjunto del Estado. La Administración Periférica del
estado debe ir desapareciendo paulatinamente y con plazos preestablecidos, dejando
como única institución estatal con representación nacional/regional a la Delegación del
Gobierno.
nivel autonómico: integrado por los Estados Federales. Este nivel debe ser
reformado para facilitar su encaje en una España Federal que reconozca y respete la
realidad plurinacional y pluriregional de España.
nivel local: formado por los municipios y todas las entidades e instituciones de
articulación de los municipios. La futura reforma de la Ley de Bases de Régimen Local
deberá contemplar el reforzamiento de la autonomía municipal.
La mejora de la estructura del estado en España y de la calidad democrática debe
asentarse en los principios de simplicidad, sencillez, claridad, economía, eficiencia y
compromiso. Defendemos un federalismo cooperativo y pluralista totalmente
consonante con los principios y valores democráticos, capaz de dar cabida al
reconocimiento de las diversas realidades nacionales, a la vez que asegura la cohesión
del Estado y la solidaridad interterritorial para garantizar la igualdad de derechos de
todos los ciudadanos de España.
Un Estado federal de este tipo permite mantener su unidad sin necesidad de
imposiciones uniformizadoras, de la misma manera que garantiza el respeto a la
diferencia sin riesgos de rupturas traumáticas. Esta España federal conformará una
83
buena inserción del Estado y de sus Estados Federales en la Unión Europea, a la vez que
dispondrá de recursos políticos idóneos para profundizar en el municipalismo.
PROPUESTAS:






Todas las entidades e instituciones públicas han de sustentarse en
cuatro principios democráticos básicos: (1) flexibilidad organizativa:
pudiendo adoptar la forma y el tamaño que mejor se ajuste al
cumplimiento de sus fines; (2) transparencia informativa:
publicación periódica de toda la información producida (balances,
evaluaciones, salarios…); (3) democracia institucional: con la
apertura de espacios para la participación de los actores relevantes
del sector o área en el que esté incardinados; y (4) control
permanente: con la acción decidida de los organismos contables y de
evaluación para que puedan realizar controles de gestión o
evaluaciones.
La consolidación del modelo federal reclama la reforma inmediata
del Senado para ser la cámara parlamentaria de representación
territorial. Para ello en las elecciones generales habría una única
circunscripción electoral en la representación al Congreso de los
Diputados, mientras que al Senado la circunscripción serían los
Estados Federales.
Supresión de las Diputaciones provinciales mediante transferencia
de sus competencias, recursos económicos y recursos humanos hacia
los Estados Federales, los Ayuntamientos y las entidades
intermunicipales donde las hubiere.
Incentivar la disminución del número de Ayuntamientos, mediante la
agregación o concentración de varios, constituyendo nuevas
entidades sostenibles capaces de proporcionar a los ciudadanos,
servicios básicos de calidad, sin que ello merme la representación y
pluralismo político esencial de los municipios.
Desarrollo de la autonomía municipal y mejora de su capacidad
financiera. Incentivar en el ámbito municipal, los procesos de
cooperación, agregación o concentración de diversos ayuntamientos
o comunidades locales, constituyendo nuevas entidades sostenibles
capaces de proporcionar a su ciudadanía servicios básicos de
calidad, sin que por ello se vea mermada la representación y
pluralismo político esencial de los municipios.
Defensa de la dignidad y trabajo de los funcionarios y empleados
públicos. Impulso de medidas para la mayor presencia y eficacia de
las administraciones publicas por vía electrónica.
5.3. HACIA EL ESTADO LAICO
Las instituciones democráticas de una sociedad moderna no deben estar al
servicio de ninguna confesión religiosa. El mundo de las creencias religiosas tiene sus
propios ámbitos de expresión y articulación que no deben confundirse con los de la
sociedad política democráticamente constituida. Las normas de una confesión religiosa
84
sólo pueden obligar a sus miembros. Las normas del Estado democrático y de derecho
obligan a todos. Por todo ello, el PSOE, debe abolir el concordato entre el Estado y la
Iglesia como medio efectivo y real de la división entre Iglesia y Estado, cumpliendo así
con el carácter laico que nos caracteriza.
PROPUESTAS:

Abolición de los Acuerdos firmados por el Estado español con el
Estado Vaticano el año 1978.

Aprobación y desarrollo de una Ley de Libertad de Conciencia que
garantice el derecho fundamental a tener las creencias que se
consideren oportunas, sean o no de orden religioso, sin
discriminación alguna por ello y sin privilegios para ninguna persona
o colectivo.

Reformar el Artículo 16 de la Constitución Española para evitar
cualquier referencia expresa a una confesión determinada,
recogiendo expresamente el derecho inalienable de todo ser humano
a tener las creencias y convicciones que estime convenientes.
5.4. HACIA UN ESTADO PARTICIPATIVO
Hoy el concepto pleno de ciudadanía democrática integra un amplio conjunto de
derechos universales, una dimensión ético-moral y humanitaria de responsabilidades
individuales y compromisos colectivos y la identificación de las personas con los
valores, derechos y libertades que fundamentan la igualdad real de los seres humanos,
mejores formas de vida y más dignas, el auténtico bienestar y el progreso de la
humanidad. Tal concepto y principios irrenunciables no pueden subordinarse a
poderosos intereses particulares que, frente a la necesidad de reasignación de recursos
para las políticas sociales, desde el individualismo posesivo más egoísta pretenden, a
través de los mercados de capitales, imponer el darwinismo social más acentuado y
ahogan los márgenes de maniobra de las políticas monetarias, presupuestarias y fiscales
de los gobiernos.
Las crudas realidades de la crisis han puesto de manifiesto disfunciones en el
sistema político e institucional y desde la radicalización de los principios democráticos
se reclaman nuevos canales de deliberación/participación, nuevas ideas y renovados
protagonismos de los partidos políticos, agentes sociales y organizaciones de la
sociedad civil en interacción con la ciudadanía.
Los gobiernos democráticos en sus respectivos ámbitos no deben precipitar
decisiones que afectan a la mayoría de la población sin haber estudiado previamente
todas las posibles opciones, informado con transparencia y facilitado que la ciudadanía
debidamente informada participe (mediante referéndum inequívocamente planteado y
debidamente informado, en parlamentos, en plenos municipales, etc.) en la decisión del
plan de acción que estime más pertinente. Los gobiernos en su caso deben incentivar y
acoger con el máximo interés y apoyo institucional las leyes y/o propuestas surgidas por
iniciativa popular.
85
La segundad mitad del siglo XX y el siglo XXI han aportado algo fundamental
al ciudadano, la posibilidad no solo de acceso directo e instantáneo a la información,
sino la posibilidad de crearla, comentarla e intercambiarla. La información durante
siglos ha sido una fuente reservada de poder, guardada, manipulada y empleada por
unas capas privilegiadas para mantener su dominio. Actualmente somos capaces de
informarnos, analizar, comparar puntos de vista y criterios, opinar y exigir. Hoy resulta
más difícil manipular y engañar. Esto nos permite ser más libres, más exigentes, más
responsables y más solidarios.
Siendo uno de los valores de la izquierda el respeto a la persona hemos de ser
pioneros en transparencia, en comunicación veraz y sólida, en crear núcleos de
exigencia, de participación y decisión que respeten la dignidad y las aspiraciones de las
personas. Se ha acabado la era de las medias palabras, del disimulo, del ocultismo, el
ciudadano pide claridad, sinceridad, transparencia y honestidad.
PROPUESTAS:







Reforma de la Ley electoral para una representación más
proporcional de la ciudadanía. Entre otras consideraciones, habría
que interpretar el artículo 6 de la Constitución para introducir la
obligatoriedad de aumentar la democracia interna de todos los
partidos políticos mediante la celebración de elecciones primarias.
También por Ley establecer los derechos y obligaciones de los
electores y de los representantes elegidos.
Realizar elecciones municipales mediante listas abiertas por distritos
(un concejal por distrito) y elección directa del Alcalde por los
ciudadanos.
Defensa y ampliación de los derechos civiles recogidos en nuestra
Constitución, facilitando la cercanía de los ciudadanos a la acción
política institucional, creando nuevos cauces de participación
democrática y control del ejercicio del poder político.
Mejora de las regulaciones y sistemas de controles públicos con el
necesario reforzamiento y ampliación de las políticas estatales de
evaluación, control y modernización administrativa.
Revisar el actual sistema de acceso, permanencia y control en la
Función Pública, para hacerla más eficaz, participativa y
democrática.
Participación en la ejecución de decisiones tomando como referencia
el principio de subsidiariedad y mediante la desconcentración y
descentralización de la gestión política y administrativa, facilitando
la accesibilidad y en consecuencia la participación activa de la
ciudadanía a la vez que se fomentan las capacidades de organización
de la sociedad civil.
Tolerancia cero con la corrupción política, reforzando las medidas
administrativas y penales contra este grave problema. Esto implica
adoptar nuevas medidas legales contra el transfuguismo político,
ampliando los supuestos que integran ese concepto político y sus
86




medidas coercitivas.
Transparencia y adecuación de las retribuciones de los
representantes públicos y cargos de la administración, de forma que
su regulación no sea diferente de la del resto de los ciudadanos.
Potenciación de mecanismos de transparencia de las instituciones y
de rendición de cuentas de los representantes públicos. Las personas
que ostenten una representación pública han de hacer conocer su
situación patrimonial a la ciudadanía.
Los políticos judicialmente condenados no deben poder representar
nunca más a la ciudadanía, al igual que los políticos judicialmente
imputados deben retirarse de su función pública hasta que se
resuelva el procedimiento.
Referéndum Revocatorio- Moción de Censura Popular de todos los
cargos institucionales a partir de mitad mandato como instrumento
de participación y poder popular, reafirmando así el principio
fundamental de soberanía popular.
UN
PARTIDO
PARTICIPATIVO Y PLURAL
6.-
DEMOCRATICO,
ABIERTO,
Los socialistas hemos de recuperar la credibilidad perdida, reencontrarnos con
los sectores sociales de los que nacen y a los que se dirigen las políticas pensadas desde
la izquierda. Somos parte de la ciudadanía que expresa a gritos o en silencio su
desconfianza y su decepción por la ausencia de alternativas al abismo al que nos aboca
el neoliberalismo económico y el neoconservadurismo político. Nos oponemos a la
consideración instrumental que los llamados mercados tienen de la democracia, la
libertad e incluso los derechos humanos. Para ellos estos valores sirven mientras les son
útiles. Para nosotros son los fundamentos de la civilidad en progreso colectivo.
Cuando se reclama una segunda Transición con una reforma profunda de la
Constitución, se acusa a los partidos políticos de haberse debilitado como receptores de
propuestas cívicas y de adoptar, en ocasiones, comportamientos burocratizados,
oligárquicos y clientelares; los socialistas hemos de abordar nuestras insuficiencias y
resolver los problemas planteados con más democracia, no reduciéndola o
desvirtuándola. Los ciudadanos y las ciudadanas tienen el derecho, que nadie ha de
usurpar, a elegir a sus representantes en las organizaciones políticas y en la sociedad.
Tienen derecho a participar en la elaboración de las políticas que estos han de practicar
y los dirigentes tienen la obligación de respetar los programas electorales y responder de
sus actuaciones.
La dignidad de las personas, el progreso colectivo y la justicia social son
irrenunciables; y si una Ley o norma no resultan ya adecuada a las personas y a la
sociedad hay que cambiarla. Ahora hemos de superar las restricciones impuestas al
sistema democrático establecidas hace más de treinta años en las circunstancias de la
transición española. Cambiar la legislación electoral y de toma de decisiones
haciéndola más democrática y participativa, con limitación de mandatos, segundas
vueltas y referéndums vinculantes, contribuiría a una mayor transparencia institucional,
a mejorar la democracia interna en los partidos políticos y a recuperar los vínculos entre
87
representantes y representados.
La crisis se agrava en ausencia de política participativa. Los militantes
socialistas con su trabajo y sacrificio, son los depositarios de una tradición histórica de
lucha tenaz por la paz, la democracia, la libertad, la solidaridad y la igualdad. Hoy los
militantes hemos de tomar la palabra, y con ella romper las barreras internas que
restringen la participación. Estamos comprometidos en la defensa de nuestros valores y
queremos elegir a dirigentes con convicciones de izquierda, más capaces y más audaces
en el diseño de un mundo mejor. Hemos de elegir directamente y a todos los niveles a
nuestros dirigentes, de manera ampliamente participativa. Hemos de rechazar cualquier
indicio de dirigismo, erradicando las prácticas de la imposición y el oscurantismo.
Los trabajadores, los intelectuales, los más desfavorecidos, el pueblo, necesitan
más PSOE y solo los militantes y simpatizantes, el pueblo de izquierdas, es el dueño
de sus destinos. Hay motivos para la lucha y para la esperanza, recuperando el
potencial movilizador del socialismo democrático para vertebrar la gran mayoría social
de izquierdas.
Para construir esa política y esa sociedad, existe una condición previa:
transformar nuestra organización y activar todas sus potencialidades. El PSOE, nuestro
partido, no puede convertirse en un partido solo de cuadros. Nació y se fortaleció con
base en el movimiento obrero y la lucha de las clases populares por la igualdad, la
justicia social, la libertad con equidad y la solidaridad. Somos un partido de clase y de
masas, comprometido con la mayoría social plural por la emancipación, la
transformación y el progreso social.
En consecuencia, la democracia interna y el funcionamiento orgánico tienen que
corresponderse con nuestra trayectoria histórica de partido abierto, participativo, donde
las distintas propuestas se debaten, integran y se transforman en decisiones adoptadas
democráticamente, sin que la opinión de la mayoría excluya la integración y
aportaciones de las minorías internas, pues el bloque social de progreso que nos apoya,
se compone de grupos diversos con propuestas e intereses plurales.
“Profesionalizar“ el funcionamiento del Partido, y mantener desde un liderazgo
“presidencialista” y su entorno la centralidad de las decisiones, la acción y los mensajes,
esclerotiza la actividad orgánica, e impide la iniciativa y capacidad de propuesta del
colectivo de militantes y simpatizantes. Cuando la unidireccionalidad desde arriba hacia
abajo reduce la pluralidad interna del Partido como generador de políticas y receptor de
iniciativas ciudadanas, ese empequeñecimiento del campo de juego nos desconecta de
los motores de cambio de la mayoría progresista. Si nuestras bases sociales dejan de ser
los referentes de la aplicación del proyecto socialista, si se adulteran nuestros valores, se
ignoran las resoluciones de los Congresos y se difuminan nuestras estrategias y
objetivos, se prolongará el desconcierto y frustración en nuestros votantes. Eso acarrea
su retracción, y conduce a la derrota electoral.
Estamos en una etapa de práctica “refundación” de la socialdemocracia y la
izquierda, y de recuperación de nuestra identidad y valores. Para ello parece necesario
renovar equipos, proceder al relevo de dirigentes y cambiar profundamente el
funcionamiento interno de nuestro Partido. Pero volveríamos a alejarnos de la realidad
88
social si –con el pretexto de mirar al futuro- se impone una visión de “excepcionalidad”
sobre los últimos años, se encierran entre paréntesis erráticas derivas en nuestras
políticas y actuaciones poco congruentes con el compromiso socialista.
La democracia interna y el funcionamiento orgánico tienen que corresponderse
con nuestra trayectoria histórica de partido abierto, participativo, donde las distintas
propuestas se debaten, integran
y se transforman en decisiones adoptadas
democráticamente, sin que la opinión de la mayoría excluya la integración y
aportaciones de las minorías internas, pues el bloque social de progreso que nos apoya,
se compone de grupos diversos con propuestas e intereses plurales.
El articulo 6
de la Constitución Española, refiriéndose a los partidos políticos, declara que "su
estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos”. Ello obliga a que ningún
partido debería aceptar, en ningún caso, caudillismos que suplanten a los principios
ideológicos y a los principios democráticos. Las “adhesiones inquebrantables” y las
fidelidades personales basadas en intereses diversos deberían desaparecer
definitivamente de la escena política española.
Preocupa especialmente que nuestras carencias internas se hagan extensivas al
desinterés y a la desconfianza que muchos ciudadanos sienten hacia las estructuras de
los partidos políticos. La mala imagen de los partidos y de la política en general no deja
de crecer, suponiendo un déficit democrático insostenible y un peligroso alejamiento
entre los ciudadanos y los militantes. Una Agrupación que renuncie a incidir en su
entorno más inmediato o que sea percibida con desconfianza por los ciudadanos, no
sólo es inoperativa para conseguir nuestros objetivos políticos sino que no tiene sentido
estatutariamente en nuestro partido. Se trata de devolver la ilusión en un verdadero
proyecto de izquierdas a nuestros militantes, para que éstos vuelvan a sentirse
motivados para transmitir nuestras ideas de progreso hacia su entorno más inmediato.
Se necesita una ampliación de la democrática interna, y que todos y cada uno de
los órganos de dirección del partido recupere y ejercite plenamente, con todo rigor y
ética, la función que tiene encomendada. El Comité Federal, los Comités Regionales o
de Nacionalidad y las Asambleas Locales han de ejercer como máximos órganos de
dirección del Partido. La función de las Comisiones Ejecutivas no incluye la
suplantación de los otros órganos superiores de participación y decisión del partido. La
totalidad de los poderes del partido no deben acumularse en la figura de los secretarios
generales y sus ejecutivas, al coste de caer en distintas formas de abuso de poder,
ausencia de participación y perversión de los mecanismos democráticos de toma de
decisiones. Y menos aun concentrarse en la figura de uno o varios candidatos electorales
o personas ya electas, los que de arriba hacia abajo impartirían la "verdad revelada". Las
Comisiones Ejecutivas, en sus distintos ámbitos, deben expresar la realidad del
verdadero pluralismo interno de la organización, al igual que los otros órganos
deliberantes y ejecutivos del partido.
Hay que aplicar los principios federalistas propios de la organización del partido
a todos lo niveles, incluido el de subsidiaridad, garantizando que las decisiones y
opiniones de los de arriba se vayan conformando con las que surgen libremente desde
abajo. La democracia representativa no debe anular a la democracia participativa. Las
dos son un todo indivisible. Hay que acabar con la vieja cultura autoritaria tan
practicada de que “el que se mueve no sale en la foto”. Hay que regular de forma
racional el sistema de elección por primarias, abriendo las puertas a las aportaciones de
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aquellos que forman nuestro entorno ideológico, social y electoral más próximo.
Hemos de situarnos en un nuevo paradigma del siglo XXI, con los valores
propios del socialismo: el internacionalismo humanista y el respeto de toda la
ciudadanía. La articulación de una potente ala izquierda en el PSOE podría reequilibrar
esos déficits y motivar a un electorado muy amplio hoy alejado de las posiciones
hegemónicas en la dirección del partido.
PROPUESTAS:
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Favorecer que los órganos de dirección del partido, a todos los
niveles, estimulen el debate democrático abierto a la participación,
así como a la necesaria renovación de ideas y de personas.
Garantizar el pluralismo interno y el respeto a las minorías en todos
los órganos ejecutivos, deliberantes y de control del Partido. Para
ello se aplicarán formulas de mayoría corregida que permitan
integrar la diversidad, teniendo en cuenta criterios de
proporcionalidad, para evitar monopolios y exclusiones.
Correcta actualización de los censos de militantes y transparencia en
el uso de los mismos.
Elección mediante el método de elecciones PRIMARIAS de los
candidatos a cargos públicos u orgánicos representativos. Las
elecciones primarias internas se deben utilizar para elegir los
candidatos a Secretario General del Partido. Para Presidente de
Gobierno, Presidentes de Comunidades Autónomas y Alcaldes de
poblaciones de más de 10.000 habitantes, las primarias han de ser
abiertas. El procedimiento será en todo caso a dos vueltas cuando se
presenten dos o más candidatos.
Exigencia de presentar un número de avales entre el 5% y el 10% de
la militancia del censo real de cada ámbito que corresponda en cada
proceso de primarias.
Elección de los cargos de representación orgánica e institucional por
el sistema de listas abiertas con factor de corrección.
Aplicar el principio de incompatibilidad de cargos orgánicos e
institucionales en los mismos ámbitos evitando la acumulación y
concentración de poder en pocas manos.
Limitación de mandatos, tanto institucionales como orgánicos, a un
máximo de 2 mandatos y 8 años.
Obligatoriedad de que todos los cargos públicos y orgánicos del
Partido rindan cuentas de su gestión ante los órganos que los han
elegido.
Establecer y regular la capacidad de la propia militancia para revocar
los cargos electos aún dentro del período para el que fueron elegidos.
Modificar el Reglamento de Asambleas para garantizar la pluralidad,
la participación, la información y el control de los militantes.
Realización de asambleas abiertas y periódicas, para afiliados y no
afiliados, sobre temas de actualidad y de interés social general.
Crear en cada Agrupación Local una asociación cultural que lleve el
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nombre común de “Casa del Pueblo”, abiertas en miembros a la
ciudadanía progresista, para organizar actividades culturales, de
formación, con los jóvenes y con la colaboración de movimientos
ciudadanos, ONG’s, asociaciones vecinales, culturales o formativas.
Favorecer la participación de la ciudadanía en la vida del partido
mediante un censo de simpatizantes actualizable anualmente. Los
simpatizantes tendrían derecho a voto en las elecciones primarias a
cargos institucionales y, también derecho a voz para expresar sus
ideas, propuestas e inquietudes en el seno del Partido.
Aplicar una amnistía general para todas y todos aquellos compañeros
que han sido represaliados por motivos exclusivamente ideológicos,
incluyendo el sobreseimiento y archivo de todos los expedientes que
por esos motivos estén en curso actualmente.
Dotarse de un Estatuto de las Corrientes de Opinión del PSOE, en
desarrollo del Art 4 de los actuales Estatutos Federales del partido.
7.- HACIA UN CONGRESO EXTRAORDINARIO
En el PSOE necesitamos un profundo cambio democrático interno que, con un
reformulado proyecto político, debe plasmar un Congreso Extraordinario:
Un partido más abierto, donde la democracia interna funcione intensamente, con
mayor capacidad de decisión de su amplia base militante haciendo partícipes a
simpatizantes y ciudadanía progresista; un partido identificable que desde nuestros
principios, trayectoria, proyecto y programas se dirija y responda a la mayoría social
“de izquierdas” que conforman los trabajadores, clase obrera, clase media,
profesionales, funcionarios, autónomos y pequeños y medianos empresarios…;
Un partido transparente donde el ejercicio de la responsabilidad política se
considera permanente, que rinda cuentas del cumplimiento de sus programas y
compromisos, y de la labor de los cargos públicos socialistas ante los ciudadanos.
Un partido donde, fruto de la transparencia, las actuaciones de los cargos
orgánicos y públicos resultan coherentes con el proyecto y programas y se articule la
complementariedad más equilibrada entre la labor de militantes y órganos internos y la
acción de Gobierno y cargos públicos, y en el que los cargos públicos rindan cuentas
periódicamente de sus iniciativas, gestión, actuaciones y aportaciones ante los militantes
y simpatizantes.
Un partido más dinámico donde la regeneración de ideas emane del debate
(abierto y transversal) y posicionamiento de las distintas corrientes y sensibilidades,
que articule los planteamientos plurales para enriquecer la adopción democrática de
decisiones; y formule alternativas políticas claras a los problemas económicos y sociales
Un partido dotado de fórmulas integradoras para que la diversidad interna se
exprese también mediante la representación de las corrientes de opinión
(estatutariamente constituidas) en los órganos, ejecutivos, deliberantes y de control; y
provisto de mejores mecanismos de aplicación de los principios federalistas a todos los
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niveles territoriales, partiendo de la revitalización de las Agrupaciones Locales.
Un Partido en el que sus dirigentes sean elegidos directamente por las bases y
accedan a los cargos en función del esfuerzo, la capacidad, con un compromiso social y
político constatado en la fidelidad a los ideales de izquierdas.
Un Partido que hace política coherente con un comportamiento consecuente entre
los que se piensa, se promete y lo que se hace. Y que acentúa la efectividad de los
mecanismos de exigencia de responsabilidades políticas y de posible revocabilidad de
los cargos.
Un partido más de izquierdas, donde se abandone el individualismo que el
neoliberalismo ha inculcado los últimos veinticinco años y se dé paso de nuevo a la
colectividad, al sentimiento de grupo a través de las distintas sedes- Casas del Pueblo,
abiertas y receptivas a la militancia, donde se acentúe de nuevo la solidaridad, se
impulse el voluntariado, se promueva la participación en el consumo razonable y
sostenible…
Un Partido rejuvenecido donde los procedimientos de democracia directa
(primarias, listas abiertas) para las elecciones internas de nuestros dirigentes y/o cargos
orgánicos y en la selección de candidatos del PSOE a cargos públicos, la limitación de
mandatos, las incompatibilidades para no acumular cargos y la representación plural en
sus órganos, abran realmente nuevas fronteras al ejercicio de la política y la acción
pública en el s. XXI que la ciudadanía reclama y las instituciones democráticas
necesitan.
Y un Partido que, respondiendo a su Programa Máximo y a los valores del
socialismo democrático, incida en las políticas económicas y sociales redistributivas que
favorezcan a las clases populares, trabajadores y, en especial, a sectores sociales y
personas más desprotegidas; que fortalezca al Estado y las políticas públicas, que
impulse decididamente el avance hacia un modelo federal (más cooperativo, integrador,
equilibrado y solidario) del Estado de las Autonomías.
Que subraye las aportaciones del laicismo y el republicanismo cívico al progreso
social; que articule un fuerte compromiso intergeneracional con el modelo social
europeo, con la paz y la solidaridad internacional; que dignifique la acción política
mediante el reforzamiento del compromiso cívico y la democracia participativa.
Que asume varias propuestas del movimiento “altermundista” para “gobernar la
globalización” y regular los mega poderes no democráticos e insiste sobre un desarrollo
más sostenible y ecológico que preserve a nuestro planeta Tierra.
Un Congreso Extraordinario que permita el profundo cambio democrático
interno y la reformulación de un proyecto político de izquierdas con la perspectiva de
superación del modelo capitalista.
8.- A MODO DE RECORDATORIO.
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Animamos a los compañeros y compañeras del PSOE, a sus simpatizantes y
votantes, a conocer la historia del socialismo en España: sus luchas, sus fracasos, sus
victorias, sus errores y sus aciertos. Ello nos hará más fuertes en nuestras convicciones.
Transcribimos aquí dos textos significativos. Uno de 1879 año en que se fundo
el PSOE. Otro del 2012, año en que se celebró nuestro ultimo Congreso Federal. Se
puede constatar la enorme distancia existente entre lo dicho y lo hecho, entre la teoría y
la práctica.
8.1.- PROGRAMA MÁXIMO DEL PSOE, 1879
Presentado por Pablo Iglesias el 20 de julio de 1879:
"Considerando:
Que esta sociedad es injusta, porque divide a sus miembros en dos clases
desiguales y antagónicas: una la burguesía, que, poseyendo los instrumentos de
trabajo, es la clase dominante; otra, el proletariado, que, no poseyendo más que su
fuerza vital, es la clase dominada;
Que la sujeción económica del proletariado es la causa primera de la esclavitud
en todas sus formas: la miseria social, el envilecimiento intelectual y la dependencia
política;
Que los privilegios de la burguesía están garantizados por el poder político, del
cual se vale para dominar al proletariado.
Por otra parte:
Considerando que la necesidad, la razón y la justicia exigen que la desigualdad y
el antagonismo entre una y otra clase desaparezcan, reformando o destruyendo el
estado social que los produce;
Que esto no puede conseguirse sino transformando la propiedad individual o
corporativa de los instrumentos de trabajo en propiedad común de la sociedad entera;
Que la más poderosa arma con que el proletariado ha de destruir los obstáculos
que a la transformación de la propiedad se oponen ha de ser el poder político, del cual
se vale la burguesía para impedir la reivindicación de nuestros derechos;
El Partido Socialista declara que tiene por aspiración:
La posesión del poder político por la clase trabajadora.
La transformación de la propiedad individual o corporativa de los instrumentos
de trabajo en propiedad común de la nación.
La organización de la sociedad sobre la base de la federación económica, de la
organización científica del trabajo y de la enseñanza integral para todos los individuos
de ambos sexos.
En suma: el ideal del Partido Socialista Obrero es la completa emancipación de
la clase trabajadora; es decir, la abolición de todas las clases sociales y su conversión
en una sola de trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres, iguales, honrados e
inteligentes."
8.2.- ALGUNOS PRINCIPIOS ORGANIZATIVOS DEL PSOE
(Estatutos del PSOE aprobados en el 38 Congreso Federal celebrado el año 2012)
CAPÍTULO I. PRINCIPIOS ORGANIZATIVOS COMUNES
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Artículo 2. El Partido Socialista Obrero Español es una organización política de
la clase trabajadora y de los hombres y mujeres que luchan contra todo tipo de
explotación, aspirando a transformar la sociedad para convertirla en una sociedad
libre, igualitaria, solidaria y en paz que lucha por el progreso de los pueblos. Sus
objetivos y programas son los fijados en su Declaración de Principios y en las
resoluciones de sus congresos.
Artículo 3. La organización del Partido se inspira en los siguientes principios:
La democracia como forma de participación y corresponsabilidad de los y las
militantes en la vida del Partido.
El respeto a la libertad de conciencia y a la libertad de expresión en el seno del
Partido de cada militante. Se garantiza la total libertad de discusión interna, tanto a
cada afiliado/a individualmente como a través de las diferentes corrientes de opinión,
formadas por el conjunto de afiliados/as que mantengan los mismos criterios y
opiniones, que podrán expresarse a través de los distintos ámbitos de la Organización y
por los cauces establecidos en estos Estatutos. No se permitirá la formación de
tendencias organizadas.
El cumplimiento de las decisiones adoptadas por los órganos competentes del
Partido.
La concepción federal de la Organización, entendida como integración de las
colectividades que la componen y basada en la autonomía de sus órganos dentro de las
competencias que estatutariamente les corresponden.
La unidad del Partido descansa esencialmente en la unidad de pensamiento
fundamental que se contiene en su Programa Máximo, en las resoluciones de los
congresos y en la unidad de acción de sus militantes cara a la sociedad.
Entre el Programa Máximo y la acción media el ancho campo de los programas
transitorios y sectoriales, así como la definición de estrategias y tácticas para llevarlos
a cabo. Sobre todo ello puede y debe recaer el permanente examen y debate en el seno
de la Organización a través de los cauces estatutarios establecidos.
Corresponde a los órganos que representan a toda la Organización, en cada
nivel, decidir, dentro de la órbita de sus respectivas competencias, las resoluciones que
fijan la posición del PSOE, así como marcar las directrices que llevarán a cabo, y
concretar los órganos ejecutivos, poniéndolos en práctica con el apoyo y cooperación
de toda la militancia.
Artículo 4. Las corrientes de opinión se constituirán exclusivamente en el ámbito
Federal.
Se considera corriente de opinión al conjunto de afiliados y afiliadas que
participa de los mismos criterios políticos, dentro del respeto a los Estatutos, Programa
y decisiones de los órganos de gobierno del PSOE, desarrollando su actividad en el
seno del Partido. El Comité Federal autorizará la constitución de nuevas corrientes de
opinión a propuesta de la CEF.
La solicitud a la Comisión Ejecutiva Federal deberá ser motivada y estar
avalada, al menos, por un 5% de militantes pertenecientes, al menos, a 5 Federaciones
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Regionales o de Nacionalidad. Las corrientes de opinión han de poner en conocimiento
de los órganos ejecutivos de su respectivo ámbito sus actuaciones, y en particular la
documentación fruto de su reflexión y trabajo para su conocimiento por la
Organización.
Las reuniones deberán realizarse en los locales del Partido. Los afiliados y
afiliadas que participan en los trabajos de una corriente de opinión cuidarán que no
trascienda al exterior de la Organización expresiones contrarias a las resoluciones de
los congresos y a las de los demás órganos de dirección.
Noviembre 2013
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