TEMA 3. LA SEMÁNTICA Y EL LÉXICO. ESTUDIO DEL SIGNIFICADO DE LAS PALABRAS. RELACIONES SEMÁNTICAS. El léxico. Clases de palabras según su origen El conjunto de palabras de una lengua recibe el nombre de léxico o vocabulario. Según su procedencia, suele distinguirse entre: — palabras patrimoniales: son las más numerosas en una lengua. Son todas las palabras que existían ya en los orígenes de una lengua y que han sufrido toda su evolución. — palabras cultas o cultismos : son palabras tomadas directamente del latín y del griego, que no han sufrido la evolución histórica de la lengua, por lo que presentan casi el mismo aspecto que tenían en su lengua original. — préstamos: son palabras tomadas de otros idiomas distintos al griego y al latín, pero que se han aclimatado gráficamente al castellano. — extranjerismos: es una clase de préstamos. Se llamá así a las palabras tomadas directamente de otras lenguas sin modificar su ortografía: holding, camping, city, stop. No están aceptadas por la R.A.E. Importancia de los neologismos en la configuración del léxico de una lengua Todas las lenguas están en constante proceso de cambio, y más en lo que atañe a su vocabulario. En efecto, los hablantes creamos constantemente palabras o modificamos el significado y uso de las palabras existentes produciendo alteraciones en el contenido léxico de las mismas. Algunas de estas alteraciones en el vocabulario pueden llegar a hacerse normales e introducirse en los diccionarios. Toda expresión nueva en una lengua recibe el nombre de neologismo (de neo-: nuevo y logos: palabra). Los neologismos pueden ser palabras tomadas de otros idiomas (préstamos, extranjerismos, cultismos), pero también pueden ser frases hechas o significados nuevos para palabras ya existentes. La semántica Al estudiar el signo lingüístico en el tema 1, pudimos ver que se trataba de una realidad formada siempre por dos planos: una imagen acústica llamada significante y una noción o concepto asociada a él llamada significado. Hemos visto que la fonología estudia los significantes (los fonemas). También hemos observado que la morfosintaxis estudia los signos (las unidades dotadas de dos planos). La ciencia lingüística que estudia los significados y sus relaciones (el léxico) es la semántica. La significación La significación es la relación que se establece entre los significantes y los significados. Es una relación que se da, por tanto, dentro del signo lingüístico. Esto implica que es propia de cada lengua: los significados de las palabras serán distintos, por tanto, en cada idioma, pues cada lengua estructura su vocabulario de forma diferente. Campo léxico y familia léxica Los significados de una lengua no forman un conjunto caótico, sino que están ordenados, estructurados en parcelas que tienen elementos comunes. La ciencia llamada semántica ha intentado buscar los medios de estructurar el vocabulario de las lenguas, para ello ha creado la noción de campo léxico o campo semántico. El campo léxico es un conjunto de palabras que presentan relaciones entre sí y que se refieren a una zona de significación común dentro de una lengua. Por ejemplo, las palabras: “lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado, domingo” remiten todas a una misma parcela significativa, la de ‘los días de la semana’, forman, por tanto, el campo léxico del mismo nombre. Lo mismo, las palabras “babucha, zapatilla, zapato, bota, katiuska, etc” forman el campo léxico del ‘calzado’. Los campos léxicos están organizados. Veámoslo con un ejemplo. Para entenderlo, debemos aclarar que los significados de las palabras (unidades léxicas) pueden ser descompuestos en significados menores llamados semas. En el caso del signo mesa, que vimos más arriba, podemos distinguir, por ejemplo, los siguientes semas o significados mínimos: a) mueble, b) con una o más patas, c) con una superficie plana superior, d) para apoyar objetos, y así sucesivamente. Observemos la estructura del campo léxico de los “muebles para sentarse”. ¿Qué elementos nos permiten oponer y ordenar los significados de las siguientes palabras: silla, taburete, sillón, sofá, mecedora? Debemos fijarnos que, aunque todos estos términos remiten a muebles para sentarse, no todos son iguales, es decir, cada uno de ellos tiene semas que nos permiten identificarlos y distinguirlos. Los semas fundamentales comunes a todos ellos, son: sema 1: mueble sema 2: para sentarse Junto a los dos, podemos señalar estos otros: sema 3: individual sema 4: con varias plazas sema 5: para balancearse sema 6: mullido sema 7: con respaldo sema 8: con brazos silla taburete sillón sofá mecedora sema 1 x x x x x sema 2 x x x x x sema 3 x x x sema 4 sema 5 x x x sema 6 sema 7 sema 8 x x x x x x x x Conviene distinguir las nociones de campo léxico, que acabamos de ver, de la noción de familia léxica: la familia léxica es el conjunto de palabras que comparten un mismo lexema. Debe tenerse en cuenta que un mismo lexema puede aparecer con formas diferentes como en los verbos irregulares: veng-o, vin-e, vendr-á; o en los lexemas que proceden de lenguas distintas (isla del romance castellano, ínsul-ar del latín). Así, la familia léxica de CABALLO, incluirá: - con la forma patrimonial del lexema en castellano {caball-}: caballero, caballeresco, caballería, caballerosidad, caballeriza, cabalgar, etc. con la forma culta del lexema en latín {equ-/ ec-}: equitación, ecuestre, etc. con la forma culta del lexema en griego {hip-}: hípica, hipódromo, etc. Las relaciones semánticas Las principales son las siguientes: a) La sinonimia. → Es el fenómeno que se produce cuando signos distintos y con diferente significante aluden a un mismo significado, o, más precisamente, es la relación semántica que se da entre signos que poseen alguna parcela de significación común: significante1 significante2 significante3 P. ej: oscuro, sombrío, nocturno. significado La sinonimia total es muy rara y se da tan sólo en el caso de términos del vocabulario de las ciencias: oftalmólogo/ oculista, pretérito perfecto simple/ pretérito indefinido, odómetro/ velocímetro... Las palabras que habitualmente llamamos sinónimas no son intercambiables en todos los contextos. Las tres puestas como ejemplo arriba, sin ir más lejos, no tienen exactamente el mismo significado, sino significaciones aproximadamente parecidas. b) la homonimia. → Es el fenómeno que se produce cuando signos de distinta procedencia etimológica confluyen en su significante. Puede ser de dos tipos: — la confluencia gráfica es total (en tal caso tenemos palabras homógrafas): vino (verbo VENIR)/ vino (la bebida). — la confluencia sólo es sonora, no gráfica (en tal caso tenemos palabras homófonas): hojear (pasar hojas)/ ojear (echar un vistazo). Las palabras homónimas son, pues, palabras diferentes que, por causa de la evolución histórica de la lengua, han llegado a coincidir con formas idénticas. c) la polisemia. → Es el fenómeno que se produce cuando un mismo significante está asociado a varios significados. Hay que distinguirlo bien de la homonimia. En la polisemia tenemos siempre la misma palabra con diferentes usos: pluma (de escribir)/ pluma (de pájaro); cabo (de vela)/ cabo (geográfico). d) la contrariedad o antonimia. → Es el fenómeno que se produce entre los signos que poseen significados contrarios. Se pueden señalar tres clases de contrariedad: — la complementariedad: dos términos son complementarios si la negación de uno implica la afirmación del otro → masculino/ femenino, ileso/ lesionado. — la antonimia propiamente dicha: dos términos son antónimos si entre sus significados se pueden establecer grados intermedios → blanco/ negro, caliente/ frío. — la reciprocidad: dos términos son recíprocos si cada uno de los términos implica al otro → vender/ comprar, dar/ recibir. e) la hiponimia e hiperonimia. → Es el fenómeno que se produce entre términos cuya significación está totalmente incluida en la significación de otro más general. El término de significado más general se llama hiperónimo, y el de significado más específico hipónimo. Por ejemplo: los términos “silla, sillón, sofá, mecedora” son hipónimos con respecto al hiperónimo “asiento”, que los supone a todos. Otro ejemplo: el término “flor” es hiperónimo con respecto a “rosa, clavel, margarita, lirio, etc.”. EL CAMBIO SEMÁNTICO No hay que olvidar que la lengua está sometida a una evolución continua. Esta evolución no sólo afecta a los sonidos de las palabras sino también a sus significados. Los cambios de significado que sufren las palabras se denominan cambios semánticos. Tipos de cambio semántico. Formas de los cambios semánticos Por metáfora o semejanza entre los significados: los hablantes utilizan una metáfora para referirse a un objeto cotidiano. Con el tiempo, la creación tiene éxito y pierde su valor metafórico. Son casos muy frecuentes. Por ejemplo: el aparato que se utiliza en el ordenador para situar el cursor sobre los iconos se denomina, por su semejanza con el animal, ratón. La palabra ratón, por tanto, ha sufrido un cambio semántico (ha extendido su significado) para significar al aparato de la computadora. Por metonimia o proximidad entre los significados: un objeto se designa con el significante de otro que guarda con él una relación de proximidad espacial. Es decir, designamos un objeto entero con el nombre de una de sus partes (un espada, en lugar del torero que la lleva; una cabeza de ganado por la res entera). O bien designamos una parte del objeto con el nombre de otra (la copa para significar el vino que contiene; un Van Gogh para significar el cuadro pintado por este pintor holandés). O bien designamos un objeto por otro con el que guarda contacto (el cuello de la camisa porque va en el cuello). Por etimología popular o semejanza entre los significantes: las palabras pueden cambiar su significado porque los hablantes las confunden con otras. Por ejemplo, los hablantes, que no saben de dónde procede la expresión desternillarse de risa (de los huesos de la sien llamados ternillas), deforma la expresión igualándola con otra que le resulta familiar, diciendo destornillarse de risa. Así, la expresión destornillar, literalmente ‘sacar un tornillo’ pasa a significar también ‘reírse con ganas’. Por elipsis o proximidad de significantes: las palabras pueden cambiar su significado porque suelen aparecer juntas en el discurso. Así, la significación de una puede acabar contagiándose de la significación de la otra. Por ejemplo: de la expresión “cigarro puro” (cigarro sin filtro, con el grado máximo de pureza) se forma la palabra puro que adquiere el significado de la que tenía al lado. El tabú y el eufemismo. En toda sociedad humana existe una serie de temas o términos que aluden a realidades desagradables. A esos temas y a los términos directos que se utilizan para referirse a ellos se les denomina tabúes. El tabú es una expresión que, por considerarse inapropiada, tiende a evitarse en la conversación. El término utilizado en lugar del tabú recibe el nombre de eufemismo (en griego, ‘que suena bien’). Los eufemismos son típicos del lenguaje diplomático, donde alcanzan niveles de hipocresía inconmensurables: una guerra puede volverse un “acto de legítima defensa de nuestros intereses nacionales”; el asesinato de cientos de inocentes en un salvaje bombardeo recibe el nombre de “daños colaterales”; etc. Otros casos de tema tabú en nuestra sociedad son los relacionados con el sexo, las drogas, la violencia, etc. El eufemismo puede también ser situacional (en una conversación tratamos de evitar un tema, una palabra por la razón que sea y utilizamos una expresión neutra o elusiva...)